HAY CULILLO EN EL CHAVISMO, FRANCISCO RIVERO VALERA
Culillo es una palabra eminente de la Real Academia del Lenguaje de Chávez, utilizada por su mentor como sinónimo de miedo para descalificar a todo aquel que le lleve la
contraria. Por ejemplo, el 6 de junio pasado dijo: la oposición tiene culillo ante la confrontación de un
posible referéndum, por no decir tienen miedo de caer en mi trampa electoral. Pero, culillo tiene otros sinónimos. Es taxi en la República Dominicana; son las hojas del choclo o sea las hojas de la mazorca de maíz tierno, en Ecuador; es el niño vivaz, metido o metiche en Argentina, y es miedo, cuncho o concho en España, es decir el sedimento que queda en el fondo del líquido de un vaso. O sea, ante esa riqueza conceptual, cuando Chávez dijo la oposición tiene culillo, la Fiscalía debió solicitar una investigación inmediata por notitia criminis para determinar si la disidencia venezolana es propietaria de algún taxi, está practicando acaparamiento de las hojas de mazorca de maíz en algún galpón de la Polar; o los candidatos de la MUD andan de metiches en los barrios, aglutinando simpatías electorales; o que la oposición haya dejado únicamente el concho de la taza electoral para el chavismo. Pero la Fiscalía no investigó nada. Sin embargo, la
reciente actitud de
Chávez; de Navarro, el mismo del politburó de la robolución; de Izarra, de Tele Sur y del ilustrado Villanueva, diputado de la Asamblea Nacional, nos obliga a utilizar esa palabra trisilábica de la Real Academia del Lenguaje para armar una sola frase: hay culillo en el chavismo, ante resultados desfavorables de las próximas elecciones. Verbigracia: Chávez ha retomado la cantaleta de retar a la oposición en la confrontación de un referéndum, olvidando que las elecciones del 26 de septiembre serán un verdadero referéndum con participación de toda la población de electores y bajo supervisión de millones de ojos nacionales e internacionales para evitar el fraude.
Pregunto: ¿será que tiene culillo al ver que su final está más cerca que nunca al perder el control absoluto de la próxima Asamblea Nacional? Será. Navarro, por su lado, ha dicho que el gigantesco problema de la inseguridad actual es responsabilidad de la Cuarta República, incluyendo la delincuencia en los jóvenes de 20 años. A este fulano se le están olvidando hasta las matemáticas, a pesar de ser ingeniero, porque esos muchachos de 20 años son los mismos que tenían 8 en la Cuarta. Son delincuentes hechos y derechos en la robolución. O sea, Navarro y su combo lo que tienen es miedo de que los gravísimos problemas generados en
estos 11 años de gobierno sean como piedra amarrada al cuello que los hundirá inevitablemente en la derrota electoral. Y, la ñapa, el señor Izarra, con su risa sarcástica ante la información de los 150 mil muertos por delincuencia en este país, que colapsan las morgues de Caracas, Valencia y Barquisimeto; y el ilustrado diputado Villanueva con sus declaraciones a CNN sobre Venezuela como país sin problemas y donde reina la paz y la alegría entre todos los ciudadanos, han
dado la impresión de tener fiebre delirante de 40 grados ; de vivir en otro país como Islandia, Arabia Saudita o Israel con bajos índices de inseguridad, o de estar temblando de miedo por presentir la catastrófica derrota. Aunque, pensando mejor en su actitud tan absurda, creo que están convencidos de algo inevitable: se les acabó el pan de piquito. Nos vemos en septiembre.
riverovfrancisco@hotmail.com
EL PODER DE LA IGNORANCIA, HÉCTOR FAÚNDEZ L.
Mientras Francis Bacón sostenía que "el conocimiento es poder", este Gobierno ha descubierto el poder de la ignorancia y la importancia de que los ciudadanos no sepan lo que está
ocurriendo.
La experiencia le ha enseñado a Hugo Chávez que no importa que la gente que lo rodea carezca de la preparación que requieren los asuntos a su cargo; lo importante es impedir que los ciudadanos tengan acceso a la información, y puedan llegar a saber lo que el Gobierno no quiere que se sepa.
Si el conocimiento se pudiera expropiar, nuestro Presidente de la República ya lo habría hecho; y ya lo habría repartido entre sus ministros de Estado, los miembros de la Asamblea Nacional, los magistrados del TSJ y sus servidores más fieles.
Pero en su concepción de la política, el ciudadano común no debe tener acceso a la información y al conocimiento.
El acceso a la información es la esencia de una sociedad democrática y permite
que los actos del Gobierno sean transparentes y que no se desarrollen en medio de lo turbio y oscuro. La Constitución de Venezuela reconoce el derecho de todo ciudadano a participar en el proceso político, incluyendo la toma de decisiones, y a saber qué se está haciendo bien y qué se está haciendo mal. La Constitución garantiza el acceso a la información pública y prohíbe la censura a los funcionarios para dar cuenta de los asuntos bajo su responsabilidad.
De acuerdo con la Constitución, los ciudadanos tienen derecho a acceder a los archivos y registros administrativos, sin perjuicio de restricciones legítimas en una sociedad democrática. Pero la regla general es el derecho de los ciudadanos a saber qué es lo que se está haciendo en su nombre. Y cada uno de nosotros tiene derecho a buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole.
Los ciudadanos no tenemos que explicar el motivo de nuestra curiosidad o de nuestro interés en saber y conocer; en democracia, es el Estado el que debe justificar su intención de impedir nuestro acceso a la información.
A pesar de claras disposiciones constitucionales, la práctica instaurada por este Gobierno apunta a obstaculizar, por todos los medios a su alcance, que haya una sociedad bien informada, capaz de tomar decisiones políticas con pleno conocimiento de causa.
A Chávez le molesta que se difunda información sobre las toneladas de alimentos descompuestos que se descubrieron a pesar del secreto oficial; le mortifica que la gente especule sobre cuántos de esos alimentos llegaron a distribuirse, poniendo en peligro la salud de la población.
Le irrita que se difunda una fotografía que refleja la magnitud de la violencia a la que, cotidianamente, estamos sometidos; le desagrada que se divulguen videos
que demuestran la presencia de las FARC en territorio venezolano; y le exaspera el análisis de datos que muestran el crecimiento de otras naciones, con menos recursos que la nuestra, mientras nosotros retrocedemos a épocas que creíamos superadas. No le desagrada la información falsa, sino esa que no puede desmentir.
En una sociedad democrática, la solución no es prohibir la foto o encarcelar al fotógrafo, sino perseguir y castigar a los criminales que compusieron el escenario para la imagen captada por la foto. Lo correcto no es impedir la difusión de información sobre los contenedores de comida descompuesta, sino investigar y sancionar a los corruptos.
La clave no está en esconder la basura debajo de la alfombra, sino en permitir el
más amplio acceso a la información como medio para tener un gobierno responsable. La democracia no se sostiene en la ignorancia; es la información y el conocimiento lo que nos permitirá surgir y prosperar.
LA INCONCEBIBLE CONDUCTA FRENTE AL HAMPA, ALONSO MOLEIRO
Un encuentro en Miraflores con los entendidos más esclarecidos en materia de criminología. Una Comisión Presidencial que lo asesore directamente. Un encuentro con todas las fuerzas vivas del país, incluyendo a la oposición, para escuchar soluciones. Un decreto de
emergencia nacional, un estado de conmoción interior. Un toque de queda nocturno en algunas zonas críticas. Un decreto que prohíba por completo el porte de armas.
Algo: la criminalidad en Venezuela está alcanzando cotas esquizofrénicas que demandan alguna decisión extrema. Obsesionado con los precios, con la propiedad ajena, con las estatizaciones, con el plusvalor, con el acaparamiento, con las milicias populares, el golpe de estado y el magnicidio, de la manera más inconcebible y desconectada de la realidad, el presidente Hugo Chávez resuelve lo contrario. No resuelve nada.
No se trata sólo de que el presidente Hugo Chávez rara vez se refiere al tema del desborde delictivo. Que lo hace sólo cuando los hechos acosan a su gobierno de forma imposible de obviar, como está sucediendo en este momento, y que por esa misma causa sus argumentos son torpes, breves, cruzados por el apuro y pensados para salir del brete.
El del hampa es un tema complejo, cuya matriz no es endosable a terceros, que es como le gusta al gobierno desembarazarse de lo que le molesta, sobre del cual es difícil hacer demagogia. El mutis en la materia no sólo asombra: raya en el diagnóstico clínico. No se trata sólo del presidente Chávez. No se ocupan para nada del hampa, el problema más grave que aqueja a los venezolanos hoy, ni sus ministros, ni sus gobernadores y alcaldes, ni los poderes públicos que controla a placer. No se registra una jornada de parlamentarismo de calle, un evento internacional, una sesión de trabajo con asesores y expertos, un debate televisivo, un foro con los frentes sociales que apoyan al gobierno. Nada, absolutamente nada.
Los poderes públicos que controla el presidente a placer obran en consecuencia: el parlamento no discute el tema, la Contraloría toma el asunto por su costado y, en lugar de comisionar fiscales, de orientar una investigación y aliviar a la audiencia con un pronunciamiento la Fiscal Ortega Díaz sólo piensa en acorralar dirigentes opositores.¿Ha tenido lugar en 11 años un solo Aló Presidente que le dedique el grueso de su espacio a esta expresión tan acabada de la anarquía y la ausencia de gobierno? ¿Le ha dedicado Chávez medio minuto a las cifras que están corriendo sobre la cantidad de armas ilegales en el país? El presidente viaja a Apure y se dedica a meterse con los propietarios de los hatos que hacen vida en la zona. No dice nada sobre lo que todos saben y callan: secuestros, extorsiones y vacunas guerrilleras.
El capitalismo, la cuarta república, el imperialismo yanqui. Los gobernadores de la oposición a los cuales se les niegan sistemáticamente los recursos. Acorralados, los dirigentes del gobierno sólo atinan a enhebrar una estupidez tras otra. Cuando se les acaban los argumentos comienza la censura.
Detrás de toda esta circunstancia se encuentra el soporte conceptual de la portada publicada por El Nacional hace unos días. Una decisión editorial plenamente justificada, que constituye un grito desesperado ante la conducta de un gobierno que en esta materia ha observado un proceder inconcebible e irresponsable.
MELODRAMA O
NEGOCIACIÓN, MERCEDES PULIDO
Las imágenes audiovisuales son poderosas al convertir las emociones en ideas “veraces”. No puede negarse que el melodrama es la estrategia para inducir emociones. Exagerar sentimentalismos patéticos, tiene como intención victimizar o conseguir un impacto moral en la población. Pero el problema es que no terminan nunca, siempre hay un nuevo capítulo, porque cuando al final de la telenovela el galán se casa con la joven sufrida, se acabó el encanto esperanzador. Es el uso del drama para victimizar, para convencer a la audiencia por la violencia o la sensualidad de las situaciones y la exaltación de los sentimientos, de allí el repetido mensaje “vienen por mí”. El mensaje de la foto de la morgue de Bello Monte es poderoso al revelar sin ambages las contradicciones entre la indiferencia con el dolor humano y la propuesta de solidaridad “socialista” que se pretende construir. El capítulo de este melodrama es prohibir la publicación bajo el supuesto de proteger a los niños de estas emociones. No construye compromisos y superación de estas realidades, sino se escriben nuevos capítulos en un eterno masaje. Es el melodrama de los alimentos podridos, del costo de la vida, del asalto a transportistas, de los derechos exigidos por Franklin Brito y la Jueza Afiuni. Es la venta de la incertidumbre por capítulos que se adapta a los vientos que soplan.
Recientemente, entregó el poder Michelle Bachelet con altísima popularidad y en momentos críticos de conmoción nacional, reconociendo la necesidad de afrontar el dolor y deficiencias con las prioridades y responsabilidad que la realidad exigía dejando de lado todo protagonismo y victimización. Así mismo vemos que Angela Merkel en Alemania ante la crisis financiera le da prioridad especial al empleo, aun cuando ello signifique subsidiar instituciones, apoyar empresas en problemas y asegurar los beneficios de la seguridad social en situaciones extremas, difiriendo ofertas electorales. En ambos casos estamos ante el instrumento de la negociación como vía de conciliación de las diferencias para lograr un objetivo común. No hay vencedores que apabullen ni vencidos que desaparecen, sino ganadores de la convivencia. Tampoco hay héroes, sino dirigentes comprometidos.
La negociación no es sensual ni emocional, por el contrario suele ser aburrida, al tener que oír, escuchar, contrastar y escoger entre los proyectos personales y los proyectos de futuro viable en donde siempre habrá insatisfechos. A la mesa de la unidad le reclamamos la falta de inspiración melodramática, pero el objetivo logrado es disponer hoy en día de un mosaico de alternativas reales a las cuales toca transformar en instrumentos de convivencia. Paz y oportunidades son las metas a lograr. Aburridas a lo mejor porque requieren persistencia y debate. Pasemos del drama emocional, de los rumores y posibles nubarrones de la jornada electoral a la acción concreta y eficiente de afirmar nuestra voluntad de aceptar diferencias en un horizonte compartido democrático. Votar es el primer paso para exigir compromisos.
raulamiel@gmail.com
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