Últimamente me asaltan las dudas sobre cómo
deber ser un auténtico líder en virtud de la carencia de liderazgo que existe
en el país. Sin pretender hilvanar acerca de la raíz etimológica de la palabra,
sajona y latina, sino adentrarnos en las cualidades o aptitudes de un ser humano venezolano que pretende ser
o se cree líder, cualquiera no debe ni puede serlo sin poseer características
propias o adquiridas.
¿Se aprende a ser líder o es una condición
innata? Hay claridad en que ciertas personas poseen un potencial para ser
líder, otros intentan y se estrellan en el camino porque les falta un “nosequé”
muy propio del individuo que arrastra multitudes. Son esas mismas multitudes
que se dejan embriagar por la postura de un individuo. Evidentemente que si el
tipo no resulta es porque sus seguidores se equivocaron al creer en un
individuo literalmente embaucador.
En Europa se habla actualmente de liderazgo
consciente, ese que va más allá de lo meramente externo, es por lo contrario,
el que permite alcanzar el máximo desarrollo personal para estimular un cambio
dentro de sí que muchas veces impide el crecimiento y perfeccionamiento de
aspectos relacionados con el potencial. Vale decir que el líder debe poseer una
condición espiritual para alcanzar y
desarrollar en sus liderados el sentido de la vida.
Siendo de tal manera el liderazgo una aptitud
en su más estricto objetivo, creo que nos hemos equivocado durante años al
decir que determinado político, arrastrador de multitudes, es un líder, cuando
en realidad no lo han sido y no son los seres capaces de elevar al ciudadano en
general a sus más altos niveles humanos de grandeza. Se trata del liderazgo
consciente.
El verdadero liderazgo no está afuera. El
liderazgo está adentro. Una mirada
dentro de nosotros es suficiente para encontrar la raíz del liderazgo. Comenzar
a ser líder con nuestra propia vida para luego ser capaces de conducir la vida
de los demás.
En Venezuela hay miseria por la falta de
liderazgo, existe mediocridad producto de falta de un liderazgo, como
consecuencia hay corrupción, malandraje, asesinos, delincuentes y payasos,
porque no ha habido, al menos en los últimos tiempos, y tampoco actualmente hay un ser con
características propias para ubicarse dentro del rango de líder. Se trata del
liderazgo inconsciente.
Si lo llevamos al plano de los ejemplos
criollos, debemos descubrir aquel mal liderato que pretende cambiar votos
electorales por un retrete o limpiador de pocetas, aquella que es incapaz por
carecer de mentalidad para hablar de manera inteligente y solo emite gases
tóxicos; otro que accede a entregarse a la justicia con “dudosas sospechas” por
parte de los ciudadanos. Igualmente, el del billetazo y el seudo líder con
aptitudes de caporal, habladores, exhibicionistas y con claros rasgos de
retrasado. En fin, es una larga lista de falsos líderes.
A la gente le gusta un líder que se reúna a
conversar sobre sus problemas y ofrezca soluciones, no promesas, tampoco un
supuesto líder que marca el camino al andar solo para ser vitoreado, ese es un
soberano equivocado y engañador de gente. A la gente le gusta aquel que habla
poco y mucho tiene por hacer y hace, que habla desde el corazón. Un líder que
sea capaz de reunirse hasta con la junta de condominio y sus propietarios.
No se admite el doble discurso, el seudo
líder de las componendas secretas, ese a la larga queda al descubierto.
Si reflexionamos bien sobre el liderazgo en
Venezuela, en cualquiera de los niveles institucionales de la sociedad, estamos
a tiempo de no equivocarnos y elegir a líderes genuinos y descartar al fanfarrón.
Susana
Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
Venezuela
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Excelente tu artículo sobre el liderazgo. Da gusto leerte apreciada a amiga y colega. Muchos cariños para ti Susana.
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