El panorama de los
derechos humanos se muestra desolador, sacudido por dos hechos recientes:
El primero, la
injusta sentencia al opositor venezolano
Leopoldo López y el segundo, la no inclusión de
presos políticos en el indulto del gobierno cubano, de más de 3.500 sancionados,
otorgado por la próxima visita del Papa.
En Venezuela lo que
ocurre hoy es el resultado de un largo planeamiento, ideado desde La Habana
durante varias décadas por Fidel Castro
Desde el inicio del
mandato de Hugo Chávez, el 2 de febrero de 1999, el destino de pérdida de
libertades de Venezuela ya estaba trazado en reuniones entre el presidente y el
comandante cubano.
El ambicioso discípulo habia acudido a Cuba
varias veces, durante varios años, para recibir instrucciones de cómo gobernar
una vez que por la vía democrática conquistara el mandato en la nación
caribeña. El camino de las armas había fracasado en Venezuela, pero Castro sabía que el poder se podía
lograr a través de los votos.
No bien Chávez se
ciñó la banda presidencial, comenzó a dictar ordenes y ejecutar acciones que
crearian una élite especialmente entrenada entre el pueblo y otra entre los
militares.
A los chavistas les
dio armas y otros pertrechos, que son los que ahora están en manos de la
delincuencia y de los fanáticos,
dispuestos a todo.
A los militares les
otorgó sueldos y prebendas que los harian absolutamente leales al gobierno de
Miraflores.
La dependencia de las
Fuerzas Armadas de Venezuela es tanta que el propio ministro de Defensa,
Vladimir Padrino López, acudió el pasado
5 de septiembre a recibir instrucciones a Cuba. Una lastimosa foto, que el
propio general subió a la red social de twitter, lo muestra extasiado junto a
un deteriorado Fidel Castro.
A la muerte de
Chávez, la nefasta herencia pasó al más inepto y por lo mismo más incondicional
de los chavistas, Nicolás Maduro, un chofer de dudosa nacionalidad, que ya
habia sido nombrado canciller. Un seguidor sin escrúpulos de la linea trazada
por el fallecido presidente, escogido por el régimen de La Habana como el más
fácil de manipular de entre todos los candidados disponibles
Chávez se caracterizó
por su absoluta lealtad a Fidel Castro. Su propio país pasó a ser de segunda
categoría, porque su patria era Cuba.
Con Nicolás Maduro sucede algo semejante y su lealtad también es a toda
prueba, pese -o quizás- debido a su torpeza.
Sin embargo, detrás de Maduro está Diosdado Cabello, quien es la
Eminencia Gris en el tinglado movido por La Habana.
Por todo esto se
desprende que los venezolanos están cercados hoy por todo un poderío militar y de defensa que fue cuidadosamente
montado por Hugo Chávez, aleccionado por
el régimen castrista.
En Cuba, la población
se encuentra enfrentada a una situación similar, pero que tiene 56 años de
haber sido creada por Fidel Castro, no bien bajó de la Sierra Maestra.
Tenemos dos paises
sin libertad, cuyos recientes hechos, la sentencia de Leopoldo López y la falta
de indultos para los presos políticos, están mostrando a las claras la crueldad
de sus dirigentes.
Es aterrador ver como triunfa el mal, una vez más. Dirigentes y la opinión pública
mundial, han mostrado indignación y dolor , pero se ven impotentes ante
regímenes que se valen de las fuerzas armadas y el fanatismo para mantenerse en
el poder.
Angelica Mora
angelicamorabeals@yahoo.com
@copihueblanco
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