El Enfoque
Racista:
Esta segunda
razón, la racista, es usualmente ignorada por la sociedad debido a que
permanece en el subconsciente de las personas puesto que se les ha acostumbrado
– a los venezolanos- a ver el tema del racismo solo entre colores mas no entre
razas. Un insulto a una persona debido a
su condición de color (negro) por parte de una persona blanca surte un rechazo
automático en nuestra sociedad que lo asume como racismo, no ocurre lo mismo
cuando el insultado es un indígena, se considera hasta normal la forma despectiva
con la que usualmente se les trata.
Una de las
principales razones del porque ocurre esto tiene que ver con los valores
programados en nuestra sociedad, es decir, es muy poco difundida la información
educativa adecuada que permita a los individuos programar o asociar en su
cerebro la palabra racismo cuando ocurran situaciones en las cuales se juzgue a
una persona o grupo de personas no solo por sus condición de color, sino
también de su raza o credo.
Ocurre con el
bachaqueo que quienes en su mayoría ejercen esta actividad económica pertenecen
a las etnias indígenas que históricamente se han asentado en la frontera, esto
no es casualidad puesto que su conocimiento de la geografía y la posibilidad
que tienen de cruzar la frontera como nacionales de ambos estados (en el caso
wuayuu en la frontera colombo-venezolana) les facilitan una serie de ventajas
sobre sus potenciales competidores y también sobre las autoridades respectivas,
además de ello también existe una razón y una naturaleza histórica ya que estos
pueblos han logrado sobrevivir en estas zonas tan inhóspitas a través del
comercio y es lo único que saben hacer.
Desde el punto de
vista de los indígenas esta actividad -bachaqueo- no es malo pues lo ven como
comercio -y tienen razón- el contrabando o bachaqueo no es más que un comercio
prohibido por las autoridades que nos conlleva a una pregunta simple pero
importante ¿Por qué el estado debe decidir sobre el comercio?
A pesar de que
existen muchos individuos participando de este comercio informal, la mayoría de
los ciudadanos se obstinan en enfocar sobre los indígenas el estigma del
bachaqueo, una razón a ello se debe a la propaganda política perniciosa que
busca enfrentar a grupos de individuos dentro de la sociedad como mecanismo de defensa
frente a posibles protestas que desencadenen una rebelión ciudadana. Es fácil
introducir este tipo de propaganda sugestiva debido al desconocimiento que por
lo general tiene la sociedad de la ciencia económica, la simplicidad con la
cual la sociedad analiza las situaciones y el ambiente que les rodean pero,
sobre todo; por la incapacidad de los indígenas en organizar una defensa
argumentativa en contra de estas falacias surgidas de una sociedad cuyo
lenguaje apenas entienden.
Resulta cómodo
tanto para el régimen como para la mayoría de los venezolanos encontrar en los
sentimientos profundamente subconscientes racistas -contra los indígenas
locales- la culpabilidad de todos sus problemas en lugar de asumir el estar
profundamente equivocados en su análisis de dichos problemas.
Anteriormente al
auge del bachaqueo era común observar que las mujeres indígenas trabajasen en
casas de familia haciendo todo tipo de labores, muchas veces eran maltratadas
física o verbalmente por sus empleadores. Con el tiempo eso fue un factor de
resentimiento entre las dos razas, el bachaqueo vino a ser para muchas de estas
mujeres un factor de liberación: ya no tienen que trabajar en “casa ajena”
-como dirían ellos en su poco castellano- sino que por el contrario trabajan en
familia y en pro del bienestar familiar propio, ganan mucho más dinero y hasta
gozan de mejores beneficios, como por ejemplo tener reservas de alimentos,
medicinas y todo tipo de productos considerados como escasos.
En definitiva
ellos -los indígenas- ahora sienten que tienen un poder del cual no gozaban
antes. Paralelamente ocurre lo contrario con sus antiguos empleadores que miran
con frustración como han perdido el poder que antes ejercían sobre esta gente,
guardan un sentimiento en lo profundo de temor social, -natural del ser humano
cuando ve que su medio ambiente cambia de condiciones- pero que se manifiesta
en el consciente como pérdida de poder en la esfera social ante individuos que
consideraba de alguna manera inferiores.
En conclusión,
esta situación de racismo debe ser sanada mediante mecanismos de información
que permitan poner al alcance de la sociedad en general un conocimiento que le
brinde las herramientas necesarias para lograr una respuesta automática en
rechazo a toda práctica racista dirigida contra los indígenas así como se logró
suprimir el racismo contra la gente de color. Reconocer y fustigar la
propaganda política que alimenta estos demonios internos es de vital
importancia para lograr la meta y debe ser el primer paso a dar en este
sentido.
Joelvin
Villarreal
joelvinvillarreal@gmail.com
@propuestaliber1
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