Esas campanas,
anuncian el paso del tiempo a los habitantes de la montaña. En una hora muy
lejana, hace ya muchas lunas escuché en alguna de esas tertulias de vecinos a
una señora que narraba el cuento de un bandido a quien apodaban «Trasnochao»,
porque sufría de un agudo insomnio que le creaba dificultades para iniciar y
mantener el sueño.
En un momento que
nadie quería recordar, este perverso bandolero, se mudo a vivir a La Grita,
después de haber escapado de la justicia
en Caracas y entonces la tranquila y honesta población, comenzó a sufrir los
embates de los hurtos y las pillerías del bandido.
En La Grita,
comenzaron a desaparecer; los pavos, las gallinas, los cochinos, los sacos de
maíz y las mejores auyamas de la siembra. Nadie lograba descubrir al INSOMNIO
pillo, hasta que la
imposibilidad de dormir se le convirtió en una pesadilla al delincuente. Nadie
sospechaba de aquel escurridizo malhechor quien hábilmente fingía que se
acostaba muy temprano, apagaba el mechurrio del rancho en donde vivía y cuando
todos pensaban que dormía, amparado bajo
la oscuridad de la noche salía a robar.
La treta fue
descubierta al momento de recurrir a las abuelas del vecindario para pedirles
que le recomendaran algunas hierbas de efectos sedantes para hacer un bebedizo
y tomarlo al anochecer.
Para aquellas sabias
ancianas esa fue la mejor pista para descubrir al ladrón. Al tiempo que le
recomendaron una infusión de valeriana, manzanilla y toronjil, fueron a la
prefectura y denunciaron al delincuente malhechor como el autor de los robos en
el pueblo. Cuando el jefe civil exigió pruebas, la abuela de edad más avanzada,
una respetable y cristiana señora dijo: «La persona que no puede dormir es
porque está atormentada por sus pecados. En el Libro del Levítico el acto de
dormir es considerado una bendición y en
el Libro de los Salmos, el buen dormir es considerado un don que Dios da a
quienes ama. El dormir es algo esencial entre los seres humanos, ya que el
mismo Dios dice la escritura durmió el séptimo día».
Ante los estruendosos acontecimientos que ocurren en la FIFA, recordé el viejo relato de mi infancia; porque como decía Mi Nona: «Robar es robar» y no hay que ver con admiración a ese que por estar con las élites del poder lo califican de ser el más «Astuto». Ladrón y pillo como «Trasnochao», es el que revisa la factura y se queda callado sabiendo que le han cobrado menos. Ladrón y pillo como «Trasnochao», es el que amparado en la militancia del gobierno utiliza el carnet del partido para explotar a los millones de excluidos que no consiguen alimentos y en vez de identificarlo con su verdadero nombre lo llaman bachaquero. Ladrones y pillos como «Trasnochao», son esos elegantes personajes que de manera similar a la FIFA se reeligen y se vuelven a reelegir mediante unos mecanismos electorales que anuncian los resultados cuando los mechurrios de los ranchos se han apagado y todos duermen.
En histórico momento,
Abraham Lincoln dijo que: «Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos
algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo»
Las poderosas élites
de la FIFA terminaron renunciando y en los calabozos pues como «Trasnochao» la
conciencia no los dejaba dormir. Con razón mi Nona en su sabiduría campesina
nos decía: «Dios mira las manos limpias, no las llenas»
Quien vive como Dios
manda, alegre anda, pues la persona honrada, vive feliz.
Ojalá y lo ocurrido en La FIFA sirva de lección a las élites del poder en Venezuela a fin de que un cambio de actitud les permita superar el insomnio que padecen.
Deseo que todos
tengan buen sueño. Les aseguro que no hay nada más sabroso que no deber nada y
dormir profundamente sobre la mejor almohada: La de una conciencia tranquila.
Felipe Guerrero
felipeguerrero11@gmail.com
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