David Ben Gurión, histórico Jefe de Estado de
Israel, alguna vez dijo: “Todos los expertos lo son en lo que fue, pero no hay
expertos en lo que será. Para convertirse en un experto del futuro, es
necesario tener más visión que experiencia”. La vida transcurrida nos lleva a
aceptar lo transcrito. Sobre todo en este tiempo nublado lleno de
incertidumbres con relación a demasiadas cosas al mismo tiempo.
Las incertidumbres no son exclusivas de los
venezolanos. El mundo entero sigue con atención acontecimientos
contradictorios, luchas terribles que ponen en peligro la paz mundial y la
estabilidad mínima que las naciones necesitan para progresar en paz y libertad.
En nuestro país el régimen está convertido en hazmerreír, para utilizar la
palabra del exministro Giordani. Cadenas de radio y TV, proclamas y
declaraciones guerreristas declarando guerra contra la “guerra” desatada del
imperio norteamericano en nuestra contra, no logran superar la indignación y
rabia del ciudadano común por los problemas que atraviesa, responsabilidad
exclusiva y excluyente del régimen. Estados Unidos no es el enemigo del pueblo
venezolano. Ha eliminado la visa y congelado cuentas y bienes a siete presuntos
hamponoides, violadores de derechos humanos y eventualmente cómplices de actividades
vinculados al narcotráfico y al terrorismo mundial que se suman a denuncias
anteriores de propios y extraños. Esto convierte a Venezuela en una amenaza
real contra la estabilidad continental y mundial. Las denuncias están a la
orden del día. Se suceden una tras otra, dejando una estela de indignación que
no se cura con palabras ni insultos, más propios de quincallas barateras. Habrá
otras, cada vez más graves. Tremendas. Pero, el gobierno no investiga, no pone
orden en la expedición de documentos de identidad a terroristas o
narcoguerrilleros, según las denuncias, ni con relación a los hechos de
corrupción que se plantean. Al contrario, los defiende con todo, los premia con
ministerios y alabanzas y pretende preparar al país contra una guerra a Estados
Unidos, monstruo feroz del planeta. Por Dios, ¿a quién pretenden engañar?
Hemos seguido de cerca los múltiples eventos
multilaterales promovidos por el régimen Maduro-Cabello en desesperada búsqueda
de apoyo para la “guerra”. La última reunión de UNASUR y la previa cita de la
comisión de cancilleres dirigida por el inefable Samper, la del ALBA que trajo
a Caracas al copresidente Raúl Castro, la reunión extraordinaria de cancilleres
de la OEA donde no hay mayor margen para el ridículo de Chadderton y la ministra
y las correspondientes declaraciones, todo ello nos reafirma en la convicción
de se trata de clubs de gobiernos y no de representantes auténticos de pueblos
amantes de la libertad, del pluralismo y de la democracia. El problema que se
avecina es que se agotaron los petrodólares para asegurar solidaridad y
respaldo a cualquier cosa que aquí protagonice el régimen y muchos vuelven a
mirar a Estados Unidos con la esperanza cierta de tener a quien recurrir en
caso de necesidad.
Es inmoral este castro-chavismo de nuevo
tiempo. La Ley Habilitante es más peligrosa que una ametralladora cargada en
manos de un mono irresponsable. Lo que contiene, más lo que se anuncia es una
verdadera traición al ciudadano común de Venezuela.
Oswaldo
Alvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz
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