Nace, crece, cumple cincuenta años y pervive
en el diario El Nacional para el país y mucho más allá. Estilo original que
fusiona dibujo, reportaje, critica, protesta y literatura. Trazo de línea escueta,
noticia en opinión editorial, escritura
de excelencia en frase corta, conceptual y sugerente. Compleja fusión
indivisible llamada Zapatazo, caricatura de arte mayor.
Venezuela tuvo y tiene humoristas del más
alto calibre pero es Pedro León Zapata, uno y múltiple, pionero en mostrar
durante medio siglo. La cultura de la pobreza
desde allá para acá, de rancho a palacio, de barrio a capitolio, de
monte a calle, de marginal a ciudadano. Algunos de sus personajes
reflejan vicios de la historia nacional y casi continental. El poderoso
sin rostro, en charreteras y botas junto a su carnal sapo delator, al
militarismo bruto y brutal .La dama enjoyada y su pareja de pipa y frac, al obeso, fijo, grotesco
nuevorriquismo.
Y Coromotico. Criatura y víctima por igual de un capitalismo indiferente y del
comunismo represor. Flaco y feo como la miseria, tan delgada su figura como la
posibilidad de nutrirse, parco, intenso y drástico en su habla frente al
garrote bestial del gorila que le impide gritar su hambre en una plaza pública.
Descalzo, en alpargatas o levitando, zapatea duro a la conciencia dormida y al
oportunismo vivo. Son golpes distintos. No de los que vienen del delincuente en traje militar, ni del político
resentido y charlatán, ni del inepto reposero torturador. Mucho menos de un presunto golpismo del joven estudiante o realengo cuyo único
armamento es el reclamo por libertad y justicia, ni de Trinita, la mártir que baja
del cerro para hacer humillante cola por el mendrugo oficialista. No.
Ese retrato golpeado del poder sostenido bajo
amenazas para crear una mentalidad de gueto pasivo, viene de un privilegiado intelecto.
En plena democracia funcional, a fuerza de trabajo, disciplina, tenacidad,
apego a principios éticos, generosidad, discreta melomanía, delicadeza conyugal por casi cuatro décadas con la periodista Mara Comerlati, noble
compañera. Así se ubica en la modesta clase media profesional y se desdobla creativamente para fundar el sello de la pobreza física
desde una perspectiva gráfico-literaria
que se revierte hacia el mirón-lector. Muestra
cómo se nos ve. Su talento de artista integral, sobre papel, lienzo y
pared, certeramente enfocado, nos delata .Somos caricatura.
Hugo Chávez, paracaidista devenido en cruel
dictador, reveló su propia condición – mercader de votos y otros insumos letales- al preguntarle públicamente “¿Cuánto
te pagaron para hacer esa caricatura?”-Se refería al intemporal Zapatazo donde una espada declara; “A mí, la sociedad civil
me gusta firme y a discreción.”. Pieza del género humorístico ya clásica pues
registra históricamente y en
imagen literaria, la naturaleza de todo
régimen totalitario militarizado.
Y para salir de ese
mal en Venezuela, sólo hace falta un Zapatazo comunitario, puntual,
desobediente, civilista.
Alicia Freilich
alifrei@hotmail.com
@aliciafreilich
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