ALEX VALLENILLA |
La
paralización del país es económica y política. El caso de la Mesa de la Unidad
(MUD) es de estudio. La coalición política que agrupa organizaciones contrarias
al régimen oficialista, sufre algo similar a lo que los equipos de Maduro
frente al colapso económico, no saben qué hacer.
En
la MUD, un grupo moderado, dice que cualquier acción radical o de protesta
beneficia políticamente al régimen. Otro grupo radical, insiste en la acción de
calle y una salida incluso antes de las posibilidades electorales. Este segundo
grupo, acompañado por abstencionistas, añade que la salida electoral no es la
vía, debido a la desconfianza en el CNE.
Por
el otro lado, Nicolás Maduro, en China, fue con otro chantaje, si no le
prestaban unos US$ 18 millardos de una vez, para sobrevivir las parlamentarias,
su régimen caía y la llegada de otro presidente no garantiza el pago de los
préstamos a los orientales. Los técnicos de la economía que dirige Maduro,
están paralizados, en aplicar medidas o no aplicarlas. Mientras el país sigue
cayendo en escasez y más inflación, hacia un no retorno.
La
paralización que se vive en ambas instancias políticas, se refleja en la calle.
En la crisis económica. En el malestar ciudadano, el descontento social. Hay un
común, llegar a la violencia, sería lanzar a Venezuela por un camino
desconocido. Los radicales entonces dicen que una salida electoral, sólo haría
que nuevamente el oficialismo, tenga garantizada su subsistencia. El desacuerdo
es muy complicado. Lo cierto es que los partidos políticos, no logran
capitalizar “la arrechera” del pueblo.
Los
seguidores de la MUD y del PSUV, en medio de esta tragedia que vive el país,
vienen perdiendo fe en los líderes políticos. Las encuestas dan claramente
rechazo a Maduro y una caída estrepitosa de Capriles en las tendencias, una
colocación mejor del grupo que lideran López, Machado y Ledezma.
Aquí
debe haber un diálogo y acuerdo, entre las dos tendencias ya marcadas en el ala
opositora, un entendimiento urgente, para unificar los criterios de lucha
contra el castrocomunismo en Venezuela, hoy boqueando, pero aun peligroso.
De
desatarse los demonios, la poca influencia que tienen los últimos líderes de
las contiendas electorales, Capriles y Maduro, no tendrán plataforma política,
ni discurso coherente, para hacer calmar las tensiones y pasiones que se
pudieran desanudar en las calles. Esto es urgente.
Alex
Vallenilla
alexvallenilla@gmail.com
@alexvallenilla
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