LEONARDO MORALES |
Muy pronto, exactamente el 19 de noviembre de
este año, se cumplirá una año desde que fue habilitado Maduro para legislar
sobre aspectos atinentes a la corrupción y a la corrección de los entuertos
económicos.
Se anunció al país la imperiosa necesidad del
gobierno de tomar las riendas legislativas para enfrentar la corrupción
galopante. Y, por otra parte, para actuar “en la defensa de la economía.”
Desde que se sancionó la habilitante, la AN
no ha aprobado ley alguna según se desprende de su página web. Cualquiera podría
concluir que en un año los parlamentarios cobraron sin trabajar. Todo un éxito
la gestión de Cabello al frente del cuerpo legislativo.
De las leyes promulgadas desde la presidencia
poco o nada se sabe. No es inimaginable que el presidente nos informe que desde
que fue habilitado para promulgar leyes sin control legislativo no pudo
quitarse la indumentaria de “gran comandante” que le permitió enfrentar la
guerra económica, la guerra bacteriológica y cuanta escaramuza hubiera podido
poner en tela de juicio el desempeño gubernamental. Leyes no hay, no hicieron
falta por el “buen juicio” del equipo de gobierno, espetará con emoción al país
el Napoleón de este siglo.
Se ha transitado un año en las manos del
equipo de gobierno de Maduro y el país entero se quedó esperando las nuevas
leyes, las que emergerían del talento presidencial. Giordani se fue y acusó a
su propio de gobierno de haber incurrido en “grandes gastos sin los requisitos
diseñados”, además de otras erogaciones sin que mediara estudio alguno. Palo y
palo a la piñata hasta que la botija quede vacía, pareció haber sido el diseño
económico que perfiló la más alta magistratura de la revolución.
La habilitante invistió a Maduro para que
actuara “en defensa de la moneda nacional a fin de contrarrestar el ataque a la
misma”. El ministro Ramírez, gran jeque petrolero, de las finanzas y de la
política, llegó a afirmar que el dólar paralelo sería pulverizado. Ni una ni
otra cosa: la moneda nacional cada vez vale menos. Nuestra moneda es débil y no
hace falta mencionarlo, su capacidad de compra lo dice todo. Y el innombrable
ya se ha colocado en tres dígitos en algunas ocasiones.
A
Maduro se le fue el tiempo enfrentando diversas guerras. Buscó el enemigo en la
derecha fascista. Miró hacia el norte en espera de los aviones del Imperio.
Metió preso a estudiantes. Espero que Uribe atravesara la frontera al frente de
un batallón de paramilitares y nada.
Nada de eso pasó.
Mientras Maduro busca fantasmas para sus
batallas los venezolanos soportan la inflación, la escasez y, más terrible aun,
el peor de los gobiernos.
Leonardo
Morales P.
leonardomorale@gmail.com
@leomoralesP
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