Todavía es difícil recuperarse de las gaffes
de los aprendices de brujo que aún meten sus narices
Las semidictaduras o semidemocracias, son
autoritarismos de tipo específico, con origen electoral, surgidos en la
posmodernidad, distintos a las dictaduras tradicionales o declaradas y un reto
a la inteligencia política. Evo Morales apeló a una reelección inconstitucional
porque la no-Constitución y el Poder Judicial están en sus manos, gracias a la
"constituyente". Primer grado de dificultad. Pero además de eso con
una dirección opositora de lo más incompetente que se conoce, incapaz de unirse
y constantemente equivocada casi en todo, pierde el favor popular por paliza.
Segundo grado de dificultad. El autoritarismo híbrido mantiene determinados
elementos democráticos que presenta ante la comunidad internacional para no
ponérsela tan difícil a sus socios en el contexto de la globalización de los
Derechos Humanos.
La práctica indica que la esencia, la piedra
angular de la lucha dentro de tales entornos semidictatoriales se orienta a
impedir que barran esos elementos democráticos adulterados y culminen así la
cubanización. Buscar el poder en un régimen de libertad, es una actividad
normal bajo el Estado de Derecho, como Venezuela en largas décadas. La
democracia suele ser gris, poco épica, mediocre, y con frecuencia políticos,
empresarios, figuras de opinión pública, intelectuales, asqueados por los
defectos de la realidad, montan Rocinante en pos de emociones y hombres
fuertes. Luego se viven dramáticamente el dolor y la oscuridad del
autoritarismo y la lucha contra él. En su época las dictaduras tradicionales
las enfrentaron hombres y mujeres valientes dispuestos al sacrificio como
conoce la larga historia de violencia institucional en Latinoamérica.
El noveno círculo
Pero el último círculo del infierno es el
poder totalitario, extremo monstruoso, la peor pesadilla (maoísmo,
nacionalsocialismo o stalinismo) que pervive en Cuba y Norcorea, y quienes lo
confrontan pertenecen a un nivel de semidioses, héroes prometeicos. Las
dictaduras tradicionales tenían resquicios porque coexistían con poderes
externos e internos (Iglesia, empresarios, embajadas), pero la particularidad
del totalitarismo es que se declara enemigo a destrucción de todo lo que
explícitamente no sea cómplice. En el plano interno es el terrorismo de Estado.
Los disidentes chinos desafiaban a Mao que los hacía enterrar vivos y asar
también vivos en hornos de panadería. La dinastía norcoreana mantiene 500 mil
presos en calabozos de 2 por 2. La amplia literatura sobre el heroísmo
antitotalitario, Solzhenitsyn, Siniavsky, Liu Chiabo, Grossman, Ju Jie, Fucik,
Havel, narra el heroísmo sin esperanza de personalidades sobrehumanas que
morían para dejar su testimonio de que el Hombre existe.
Cuenta Nien Cheng en Vivir y morir en Shangai
que estuvo seis años y medio torturada en una ergástula maoísta llena de ratas
y cuando la declararon inocente, exigió para salir que el gobierno le diera
disculpas públicas. La sacaron por las greñas. Las Damas de Blanco se la juegan
por elementales derechos, comenzando la vida, contra la tortura o por
condiciones carcelarias simplemente humanas. Pero en las semidemocracias posmo,
terrenos pantanosos, sinuosos, arteros, los políticos que arriesgan su vida
familiar, su tranquilidad deben aprender a luchar, sobrevivir y no inmolarse, al
tiempo que conquistar y profundizar la presencia en cuerpos representativos,
poner el pie en la puerta para que el totalitarismo no pueda terminar de
cerrarla. Ir al Congreso, a los organismos electorales y judiciales, las
alcaldías y demás instancias de participación precaria, en desigualdad de
condiciones y ventajismo.
Aprendices de brujo
La ingenuidad denigra los que combaten
peligrosamente en ese terreno minado, con la infantil idea de que no debe
actuarse a menos que existan condiciones justas, estilo Noruega, en una
situación que se combate precisamente por aberrante. Esos "críticos"
tienen mucha responsabilidad de que tales esquemas se estabilicen, cuando dejan
de votar o desacreditan a quienes dan la cara. Una pifia dramática cometida en
la lucha reciente y que se pagará por demasiado tiempo, fue dejar el terreno
libre en 2005. Con partidos destruidos, figuras de medios y poderes fácticos
fungían como líderes y forzaron el retiro de la Asamblea Nacional, exactamente
lo que necesitaban para adulterar todo el sistema legal.
Todavía hoy es difícil recuperarse de las
gaffes de los aprendices de brujo, que impertérritos aún meten sus narices.
Francis Fukuyama analizaba en un reciente trabajo el grave error de emprender
acciones de masas que desgastan los movimientos disidentes y pueden ayudar los
planes contrarios.
Ahora de nuevo por ingenuidad algunos
sectores reaccionan contra los líderes por la participación en el quebradizo
juego institucional, denigran de quienes se arriesgan, y así abonan la voluntad
de poder total. Al re- vés de lo que piensan algunos, el va- lor de cada
representante electo crece mientras más abusivas y sucias sean las
circunstancias. Lamentablemente en vez de la necesaria concentración en las
elecciones de 2015, hay que seguir discutiendo insensateces, que parecen obra
de aquel caótico enemigo de Don Quijote, el gigante Caraculiambro.
Carlos Raul Hernandez
carlosraulhernandez@gmail.com
@carlosraulher
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