Permítanme con todo respeto
comenzar este artículo con una reseña del término “LOMBROSIANO”, el cual tiene
su origen en los estudios y teorías del padre de la criminología CESARE
LOMBROSO, letrado en leyes de nacionalidad italiana, estudioso de la conducta
criminal, quien le legó a la humanidad sus estudios y teorías que hasta el presente nadie ha podido
desvirtuar.
En este orden de ideas el término “LOMBROSIANO” es un adjetivo que deriva
del apellido de este ilustre
doctrinario, que ordinariamente es utilizado en el mundo policial como jerga
para etiquetar una tipología criminal basada en los rasgos físicos del
anti social, que permiten determinar la potencialidad y el nivel criminal de las personas en estudio y los factores exógenos que activan esas potencialidades criminales.
Estudios
como este y la ocurrencia de los casos que están sucediendo en la Sociedad
Venezolana demuestran que la Violencia al no ser controlada como fenómeno
Social va escalando y minando progresivamente el estamento social de un País.
Surge la pregunta ¿Por qué esta pandemia
debe ser controlada? Tiene que ser controlada por que la violencia está
conformada por una serie de factores que requieren ser desactivados, tratadas y
controladas con Políticas Públicas de Estado, adecuadas y con fortaleza para
dar al traste con esa pandemia que azota a las
Sociedades, como ocurre en la
Sociedad Venezolana, la cual ha venido
siendo sometida a un proceso de degradación y de secuestro de las Instituciones
Republicanas del ESTADO, las que tienen como misión garantizar la concreción de
los fines del Estado y por consiguiente la Seguridad Pública y Ciudadana.
La
intensidad de la violencia y las reacciones improvisadas de los que gobiernan,
de los funcionarios públicos que investigan e instruye y los que administran
justicia, responsables de mantener el
Orden Público y la Seguridad Ciudadana, que para ello se les paga sus
elevadísimos sueldos para el ejercicio
de sus atribuciones las cuales no cumplen
y han puesto en evidencia una atorrante incapacidad y se han convertido un
fraude de la Fe Pública “JURISDICTIO”, de la que están investido, que lo
facultan para dictar normas, acciones
para mantener el orden público, esta es la principal misión del
funcionarios públicos, si su incapacidad no le permite cumplir con la
“JURISDICTIO”, simple y llanamente ese ciudadano designado funcionario Público
no es tal y en su defecto es un “ESBIRRO
PÚBLICO”, en la legislación de otros
países son llamado “MERCENARIOS
PÚBLICOS”, sus incapacidades y omisiones para dictar políticas es de tal
magnitud que convierte el orden público en delitos públicos perpetrados por funcionarios públicos, estos
señores que gobiernan han claudicado
ante el avance de una delincuencia organizada que ha transformado el Territorio
Nacional en un teatro de operación de la
violencia social.
En el ámbito social venezolano han aparecido nuevos
delincuentes denominado por el gobierno como PRAN, conocido en la legislación
Venezolana e Internacional como “DELINCUENTE LOMBROSIANO”, lo más grave que ocurre cuando la violencia
no es controlada, es que el funcionario
público para solapar su incapacidad
convierte los correccionales o establecimientos carcelarios en aéreas
sociales tales como discotecas, lugares de negocio, de todo tipo de bienes
tales como chuzos, granada, fusiles, droga y hasta muerte por encargo.
La
inseguridad pública en el territorio
Venezolano es dramática, los entes públicos encargados de velar por esta garantía
constitucional han permanecido apacibles e inmutables ante la ocurrencia de
esta barbarie, durmiendo como un oso en invierno, por un término superior a
(15) años, sin reaccionar, será que están muertos ante el auge vertiginoso de crecimiento del
flagelo criminógeno de la sociedad y el
actuar de la delincuencia organizada.
El
aumento de la violencia en el territorio venezolano es abierto, este se
constata a partir de una serie de eventos que han conmocionado al País, el
primero de ellos fue protagonizado por los habitantes de las principales
Ciudades del País que se lanzaron a las calles a fin de obtener por sus propios
medios los bienes y servicios que le negaban los Funcionarios Públicos que
administraban la Cosa Pública en esos momentos, desencadenándose en esos días
revueltas y desordenes sociales que culminaron con el saldo rojo de más de
trescientos (300) muertos y la militarización de País, quedando registrado para
la historia como los sucesos nefastos del 27 de febrero de 1989.
En
este orden de ideas a lo planteado se le
sumaria otra nefasta crisis la de febrero del año 1992, la cual tuvo como ejecutores un grupo
de oficiales de jerarquía media del
Glorioso Ejército Venezolano
forjador de libertades, quienes violando
su juramento el (4) de febrero de
ese año utilizaron las armas que se les había confiado para defender la Patria,
en contra de la Constitución y las Leyes y las Instituciones Republicanas
perpetran un golpe de Estado fallido para derrocar al Presidente Constitucional de la República,
presidente que había sido elegido democráticamente por la Sociedad Venezolana. En este orden de
prelación y de manera sucesiva los
hechos citados en lugar de haber sido sancionado con todo el peso de la
ley fueron reconocidos por las autoridades de turno y premiados, los
perpetradores de estos hechos criminales con indultos y los medios de
comunicación terminaron de maximizarlos al promocionarlos a sus verdugos como
salvadores de la patria, como
auténticos MESIAS.
Los hechos y los
premios in comento sirvieron para modelar un tipo de cultura violenta con la
cual se ha conformado un prototipo de delincuente con el síndrome de fobia de
rabia de odio, que los funcionario Públicos actuales han calificado de PRANES,
para enaltecerlo como el líder de las organizaciones mafiosas surgidas e
instauradas y que ha impuesto su agenda criminal a la Sociedad Venezolana.
Finalmente es importante recordar “ que la guerra es un
conflicto social , si esto es asi, el conflicto social es la guerra”, repetia
el lider de los infantes de marina en el desembarco de normandia , máxima que
concordada con la máxima de Vong
Clausewits doctrinario y estudioso de la guerra que afirma: “en la guerra una parte de la información es
cotradictoria ,otra es falsa y la mayor parte dudosa, de la incertidumbre
y del azar depende el curso de los
acontecimientos “
Edison
Chirinos Chirinos
edison2015@hotmail.com
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