En el año 1976, Adolfo Suárez, Presidente del
Gobierno español, figura singular de la transición hacia la democracia luego
del franquismo, señaló que la política y la responsabilidad de un jefe de
gobierno era: "despejar incógnitas y clarificar los objetivos" y que
la democracia: "debe ser la obra de todos los ciudadanos y nunca obsequio,
concesión o imposición, cualquiera que sea el origen de ésta", siendo
indispensable para consolidarla: "el concurso de cuantas fuerzas articulen
el cuerpo nacional".
Esa tarea de integración social y de reconstrucción
de la democracia implicaba la constante y fecunda relación con diversas
tendencias políticas: "con muchos de los grupos políticos más
significativos que existen en España y que ofrecen alternativas estimables,
sean de derecha, de centro o de izquierda, para escuchar con respeto sus puntos
de vista".
En tal escenario, la transición política de
la dictadura a la democracia no representaba para Suárez el simple:
"relevo demagógico de clases dirigentes" sino como la reunión de
todas las fuerzas sociales para conformar: "un nuevo pluralismo"
legitimado por el voto popular. La transición, igualmente, implicaba
restablecer en España el Estado de Derecho y garantizar las libertades
públicas. Se pretendía modificar la anterior estructura política, mediante la
participación popular pero con un sentido verdaderamente democrático ajustado a
la realidad del país y, en especial: "al pluralismo existente en su base
social".
Suárez, auspició definir una política de
objetivos nacionales que debían ser seguidos por todos los gobiernos y propuso:
"un gran acuerdo para la democracia, para la paz, para encontrar
definitivamente unas bases sólidas cimentadas en la aceptación de los
verdaderos intereses nacionales, para nuestra convivencia y grandeza como Nación".
Gobernar, en su concepto, no era un acto
aislado ni producto de una única voluntad, sino la acción de un gobernante:
"asistido por la sociedad", lo cual se opone al sectarismo y al
absolutismo en el poder. La finalidad de su gobierno fue realizar una reforma
política y gestionar una transición política que permitiese transformar a la
sociedad española y conducirla hacia la democracia, superando los errores del
pasado, sin: "ningún afán de gobernar con espectacularidad, ni ningún
deseo de protagonismo... No servimos tampoco intereses de partido... el
servicio se deriva a trabajar en equipo a favor de nuestro pueblo",
señaló.
En uno de sus discursos sobre la sociedad
moderna y la esencia democrática en su país, afirmó que: "Surgió en la
piel de España, en toda su riqueza, un pluralismo que tiene que ser aprovechado
y canalizado para ser útil a la comunidad". La hegemonía política
contradice la democracia y la esencia de ésta es la diversidad de ideas y
corrientes sociales en escenarios de libertad y convivencia.
En cuanto al carácter y principios para un
gobierno de transición democrática, Suárez destacó varios elementos: Un agudo
sentido de realidad política y de la voluntad de la Nación, el involucramiento
de todas las fuerzas sociales, el afianzamiento del Estado de Derecho y:
"que sus instituciones tengan un lugar holgado para cada ciudadano y cada
idea política", crear los instrumentos necesarios para una auténtica
democracia, "hacer más sólida la concordia", "crear una absoluta
transparencia en los comportamientos públicos" y que: "la oposición
política ..." sea: "...contemplada por el Gobierno con
naturalidad", entre otros, procurando en todo caso los intereses y
objetivos superiores de una nación. Y concluía que: "la transición ha de
hacerse desde el consenso de todas las fuerzas políticas que obtengan
representación..., independientemente del número de votos".
A pocos meses de la designación de Suárez
como Presidente del Gobierno, se cumplió uno de los fundamentales objetivos de
la transición política española: la celebración de elecciones generales libres
luego de 41 años de dictadura. De esa manera, culminaba para bien de España un
proceso político complejo pero que tuvo entre sus méritos el desarrollo de una
política de amplitud, la recuperación de las libertades políticas y la
reconciliación entre los ciudadanos.
Se aspiraba construir: "caminos de
futuro" y no volver a los errores del pasado histórico, proponiendo el
Presidente Suárez: "evitar entre todos que se repita –real o
dialécticamente– la división política... en dos frentes antagónicos" y que
en la guerra civil enfrentó dramáticamente a dos bandos: los españoles "de
la derecha" y "de la izquierda". Urgía el pluralismo como
realización plena de la democracia, para: "evitar riesgos de los que la
Historia nos ofrece tristes ejemplos".
Suárez, primer presidente de la España
democrática desde 1936, lideró la transformación política de su país, y su
partido: "Unión de Centro Democrático", gobernó esa nación en los
primeros años después de la muerte de Franco.
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