Algunos amigos me piden que aclare mi opinión
sobre este Papa, que expuse en otros Posts. Dejo de lado la canallada de
Verbitsky, y resumo: habrá mucho gesto populista como ir en autobús y esas
cosas, pero va a ser una continuidad lineal con Juan XXIII y Pablo VI en lo
básico, que es la consabida fórmula “progresista en lo social y conservador en
la doctrina”. Y ahora no lo digo yo solamente sino que ya lo titulan así
algunos medios.
¿Qué significa eso? Que se inclina
demagógicamente hacia “los pobres”, que despotrica contra el capitalismo, que
es blando con el socialismo y hasta proclive a la Teología de la Liberación,
para hacerse “perdonar” de la opinión pública su conservadurismo en temas de
moral católica y disciplina eclesiástica. Es una fórmula de “compensación”, la
misma del Concilio Vaticano II, en los ‘60, años formativos de Bergoglio, antes
de su ordenación, cuando fue mi Profesor. Pero ahora, en temas morales, hay más
desafíos y más fuertes (ofensivas aborto, agenda gay y eutanasia), y el novel
Papa Francisco tiene más peso que “compensar”. Por eso va a ser mucho más
estentórea su retórica anti-mercado y “contra el consumismo, el materialismo y
el capitalismo”. (Aparte que le gusta hablar mucho).
En los’60, cuando la Tricontinental de La
Habana etc., esa acomodaticia actitud de la Iglesia Católica fue un descuido
muy grave e irresponsable: mucho católico se lanzó a las guerrillas. Hoy, en un
cuadro latinoamericano dominado por el chavismo, y en medio de la Guerra
Cultural del siglo XXI, la “segunda Guerra Fría” mucho más brava, es un crimen.
Y es imperdonable porque ha corrido bajo el puente mucha buena literatura
católica a favor del capitalismo, que Bergoglio y muchos otros obispos, se ha
negado tercamente a leer. Pero además de ser un crimen, va a confundir a mucha
gente sanamente conservadora contra la agenda gay, el aborto y la eutanasia,
que no va a entender la terca insistencia del Papa en posiciones anacrónicas
más que conservadoras, p. ej. las negativas al divorcio y a los anticonceptivos
en el matrimonio, y otras que no son siquiera de ética sino de política y
disciplina interna, corporativas: el celibato obligatorio de los sacerdotes.
En mi opinión esto es malo para
Latinoamérica. Y viene de no ver la diferencia entre el marxismo económico
leninista (tipo 1), que al menos aquí ganó la “primera” Guerra Fría, porque hoy
toda economía es estatista, y el marxismo cultural gramsciano (tipo 2), del
relativismo y la “política correcta”, que está ganando la “segunda” Guerra
Fría. De no distinguir entre el imperio soviético del s. XX y el “socialismo
del s. XXI”. Y de ignorar cuáles son las líneas y los frentes de batalla en cada
caso. En la Guerra Fría I, Bergoglio está en el lado socialista; a la
izquierda. Quienes están esperando de Francisco combatir al chavismo y a los K,
se equivocan al 100 %: el populismo "social" del Papa, y su discurso
por los “pobres” y contra el capitalismo y el mercado, le refuerza los
argumentos al chavismo y a todos los peronismos latinoamericanos. Y en la
Guerra Fría II, Bergoglio está confundido: rechaza el gaymonio, el aborto y la
eutanasia, muy bien, pero sin embargo acepta, propicia y practica el
relativismo posmoderno, que es el agente intelectual que los propaga.
Para terminar: revise sus estereotipos quien
crea que todo jesuita, por el hecho de serlo, es un “intelectual”. Algunos sí,
otros no.
alberman02@hotmail.com
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