Después
de ver y escuchar la impecable intervención de Shakira (Isabel
Mebarak Ripoll) en el marco del Foro de Empresarios de Cartagena en
la Sexta Cumbre de las Américas _ que por lo demás, tiene un sugestivo enunciado
como leitmotiv “Conectando las Américas: Socios para la Prosperidad”_ hablando
de Filantrocapitalismo; abundando sobre el concepto y poniendo su
emprendimiento como ejemplo. Donde argumentó con una fuerte convicción durante
unos 15 minutos sin consultar un solo papel,
la “inversión social y no la caridad” en la educación infantil como la
mejor manera para combatir la desigualdad y la pobreza en el continente.
“Ayudar a una persona a salir de la pobreza es lo que la educación ha hecho
siempre. Los hará no solo buenos ciudadanos sino también buenos clientes de
ustedes. En la inversión de la educación de la infancia está el futuro de
nuestros hijos y también el de sus empresas”, así concluyó su intervención.
Los
empresarios aplaudieron puestos de pie. Queda uno extasiado de las enormes
cualidades y potencialidades de esa iniciativa.
¿Pero
que es Filantrocapitalismo? Es la práctica de utilizar principios de negocios
en el sector social. Esta idea de introducir prácticas empresariales para
impulsar cambios sociales es un enfoque que ha ganado mucho terreno en los
últimos años. En la actualidad, muchos de los más grandes filántropos se
concentran en apoyar organizaciones que utilizan las fuerzas del mercado para
alcanzar objetivos sociales.
Durante
siglos la caridad asistencialista dominó el mundo de la filantropía. Pero ahora
el Filantrocapitalismo se ha convertido en el nuevo paradigma.
Las
intervenciones sociales proponen cambios sistémicos, los cuales generalmente
requieren movilización social, acción política y articulación con el Estado. Un
fascinante ensamblaje de esfuerzos compartidos.
Los
gobiernos parecen incapaces de afrontar sus propios problemas. Las naciones
apenas tienen capacidad de decisión frente a las grandes corporaciones. En
semejante contexto: ¿quién ayuda a los más necesitados? Hasta ahora, la caridad
se basaba en donaciones privadas y ayuda no gubernamental.
El
Filantrocapitalismo, en cambio, busca aplicar estrategias empresariales a la
creación de recursos para los más necesitados. Si empresarios de éxito como
Bill Gates o Warren Buffett se valieron de las nuevas tecnologías y la
globalización para amasar inmensas fortunas, ¿por qué no aplicar las mismas
técnicas al cambio social? Acostumbrados a pensar a lo grande, los
filantroempresarios pretenden aportar soluciones creativas a los grandes
problemas: el sistema público educativo, el cambio climático, la guerra o el
desarrollo económico de los países pobres. Aportan un singular espíritu
empresarial, la habilidad de ver problemas y oportunidades allí donde otros no
los ven. Pretenden devolver al dinero su valor de flujo social, dirigiéndolo
allá donde más se necesita. Un movimiento polémico que plantea no pocas
cuestiones: ¿está en manos de personalidades de los negocios o del espectáculo,
desde Bill Clinton hasta Bono o Shakira, determinar las prioridades de la
sociedad? ¿Cuánto se da y cómo? ¿Es legítima la procedencia del dinero? ¿En qué
medida deben intervenir los gobiernos? Estas y otras cuestiones nos sumerge en
la gran paradoja del mundo actual: ¿Puede el Capitalismo salvar el mundo? Yo
digo que si.
raulamiel@gmail.com
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hola Shakira eres una mujer muy brillante y 0jala los espíritus d4 iluminen siempre para que sigas apoyando a todos los niños de america latina, soy fans de tus canciones
ResponderEliminary un saludo fraternal de un pedacito de la sierra nevada de santa marta .
mi correo es dwiaringama@gmail.com