En varias oportunidades hemos hablado de la necesidad de conformar gobiernos responsables. Quienes toman decisiones que impactan la vida de una sociedad deben saber la importancia del rol que desempeñan para poder cumplirlo a cabalidad, generando beneficios y no daño a la gente. Lo decimos de nuevo porque una noticia vuelve a mostrar la irresponsabilidad de quienes toman decisiones encerrados en oficinas con aire acondicionado.
Pero una vez más, una buena oportunidad se convierte en un gran peligro por la irresponsabilidad gubernamental. Nos referimos al contenido de esos textos, que no ha sido revisado ni consultado con nadie y que introduce varios problemas a la ecuación. En primer lugar, el fantasma de la ideologización vuelve a aparecer. Ya en 2007 intentaron reformar el actual currículo de educación y el escándalo terminó con la salida del hermano del presidente, Adán Chávez, del despacho ministerial.
En segundo término, el contenido también es desconocido para maestros y profesores que se enfrentarán a tener que ceñirse a textos escolares para los cuales no han tenido tiempo ni siquiera de leer. A la ministra se le pasó por alto los objetivos pedagógicos que los textos deben cumplir, peor aún los maestros, los padres y el país lo ignoran. Simple, los maestros no podrán dar clases de acuerdo al texto escolar porque simplemente no saben qué hay allí para formar a nuestros hijos. Es la evidencia de la improvisación y la consecuencia de la imposición.
Además, nos gustaría saber qué expertos participaron del diseño de esos contenidos. Estamos de acuerdo en que las materias escolares deben estar en constante actualización, porque el mundo lo está. Pensar en impartir conocimientos de ciencia y tecnología con libros de 1994 no es lo ideal. Todo avanza y la educación debe moverse al ritmo de los profundos cambios científicos y tecnológicos que adelanta la humanidad para formar a los venezolanos que tendrán que enfrentarse a ese mundo cambiante e insertar a Venezuela en posiciones cada vez mejores. Es una tarea titánica para que la formación sea tomada a la ligera.
El camino debe comenzar por determinar cuánto avance ha habido en determinada área, luego discutir con expertos en un trabajo ampliado, llamando a jornadas de formación docente. Solamente después de eso es que debe someterse al consenso para luego publicar, con la inducción preparatoria a los docentes. No hacerlo así es imponer un pensamiento, imponer unos contenidos e imponer el tipo de educación que recibirán nuestros niños. Lamentablemente, con estas medidas improvisadas, Venezuela seguirá siendo el país de las oportunidades perdidas.
El 22 de septiembre comenzarán a entregar los libros. Desde ya anunciamos que estamos vigilantes de esos textos. Desde la Fundación Arturo Uslar Pietri y junto al Consenso Educativo hemos conformado una Comisión de Alto Nivel para la revisión exhaustiva de esos nuevos textos. Padres, madres, maestros, expertos en educación forman parte de esta comisión para el escrutinio y aprobación de los nuevos contenidos. Apoyamos la entrega de útiles escolares, pero las medidas inconsultas sobre la educación de nuestros hijos, la improvisación y la imposición terminan manchando lo que pueden ser medidas positivas.
Correo: caracasalapiz@gmail.com
Twitter: @aecarri
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