En Venezuela enfermarse es una tragedia y la gente se muere de mengua por culpa de un gobierno felón y malo, que se roba el dinero con el que debe mantener, equipar y remodelar los hospitales, al igual lo hace con el dinero para pagar los pasivos laborales del personal de la salud. Lo que ha sucedido en estos perversos e infames años del desgobierno chavista “es tremebundo y dantesco”, sin lugar a duda el gobierno robolucionario es el responsable y culpable de miles de muertes “de gente pobre” que han fallecido por el “ruleteo por los hospitales” y a causa de que se van o han desertado centenares de bueno médicos y técnicos de la salud, a causa de los pírricos sueldos e incumplimientos de obligaciones laborales, falta de condiciones de asepsia y equipamiento apropiado, y a la inseguridad en los hospitales, ambulatorios y módulos (que aún quedan) de barrio adentro.
El Estado y particularmente el gobierno reconoce que la salud está deficitaria (en caos permanente), los hospitales no sirven y la mejor comprobación de ello es que el presidente no confía “ni en el hospital militar”, no valora nuestra medicina y a los médicos venezolanos. Sin lugar a dudas el gobierno desconoce la buena reputación de nuestros galenos o se empeña en vejarlos para desmotivarlos y someterlos a sus caprichos nefastos.
Aceptar que los cubanos son buenos médicos es una insensatez peligrosa ¿Cómo? En un país atrasado “Cuba” que vive de la caridad “chuleo” a Chávez (ante lo hicieron con Niquita el Ruso) y sin tener acceso a tecnología de punta, con pésimos pensum de estudios universitarios y sin acceso a las actualizaciones de medicina moderna, puede tener o estar mejor capacitados que nuestros médicos, los cuales tienen (tenían) mejores oportunidades de asistir a posgrados y actualizarse en medicina avanzada. Los cubanos son “sencillamente” unos mata sanos, unos cuchilleros u empíricos audaces, que utilizan las probabilidades como diagnostico ¿no habrá Chávez sido víctima de esto?
Nuestra principal problema “ahora” es que el país se enfermo por una contaminación comunista, que lleva engendrado todos los males y perversiones que dañaron a otros pueblos, la enfermedad del país está muy avanzada, estamos padeciendo un cáncer que requiere de una terapia de voluntad, confianza y optimismo, capaz de activar o potenciar las reservas morales, éticas y de principios a un pueblo glorioso, generoso y valiente, el cual actuó en el pasado y va actuar oportunamente en su momento, para corregir adecuadamente la enfermedad que nos aqueja, evitando que nos maten la democracia, la libertad y la subsistencia digna. El pueblo Venezolano lo hizo en Julio de 1811, lo hizo el 23 de Enero de 1958 y lo ha hecho otras veces, por supuesto que lo va a hacer nuevamente. Lo peor de estas enfermedades que pueden sufrir las naciones, es que las repúblicas se les afecta la memoria histórica, se les obnubila los sentimientos, se les confunde el amor con la seducción mediática, se inducen percepciones equivocadas, impuestas por el miedo y la necesidad, se mal interpreta la oportunidad por la demagogia y la dádiva, y se ignora la solución verdadera. Aquí en Venezuela se está reproduciendo las patologías sociológicas que arruinaron y diezmaron a la Italia de Mussolini, a la Alemania de Hitler, a la Rusia de Stalin, a la china de Mao y a la Cuba de Fidel. Estos países fueron contaminados con el cáncer de la burocracia corrupta, ineficacia total y la demagogia permanente, se utilizo al miedo y el terrorismo de estado como agentes de concientización de masas y se apelo al exterminio de grupos de disidentes y opositores, cuando fallaron las otras técnicas. Sin embargo no lograron triunfar, al final fueron derrotados y vencidos por su propia maraña pervertida, ningún plan o proyecto hegemónico o totalitario triunfa debajo o por encima de cielo y tierra. Todo los Venezolano debe estar consientes, de que veremos más de lo mismo en los próximos meses. Ninguna misión o empresa social o obra pública se cristalizara, pedirán (y se los aprobaremos) nuevos créditos públicos, y con seguridad que los encargados de ejecutarlos se robaran los recursos, embarcan a los trabajadores, mentirán al pueblo y el presidente hará cientos de cadenas mediáticas, con el mismo cuento y algunos nuevos muy ingeniosos, el cáncer estará de moda. Ellos no tienen otro camino, ya que ignoran o desconocen los fundamentos básicos de la administración y gerencia. Esta gente habla y no hace, roba y no construye, corrompe y no moraliza o son cómplices por no poder castigar a sus compinches.
Todos debemos por elemental sentido común de Patria, actuar y hacer esfuerzos de convencimiento didáctico, a aquellos hermanos que aun creen que les darán una vivienda, o algún tangible que les resuelva su pobreza. La mejor terapia debe comenzar por cambiar nosotros en nuestras aprensiones, temores, insensibilidades, caprichos y egos difusos o inútiles. La terapia necesaria, es crear una gran hermandad entre todos los demócratas, disidentes y abstencionistas, ya que entre todos somos 75% de Venezuela y el restante 25%, unos 10% son venezolanos con intereses de oro o dólares “dinero fácil”, muy consientes que para ellos su futuro pasa por que Chávez pueda seguir engatusando, pervirtiendo, corrompiendo y montando shows mediáticos, un 5% son gente con acceso a las migajas y a la corrupción del cuanto hay pa’eso y el otro 10% gente que tiene sueños o caprichos anárquicos, belicosos, testarudos e ingenuos, pero como Venezolanos los debemos respetar y hacer con ello una terapia de dialogo, identificación de las verdades, inclusión política y social, y de auto análisis o reconocimiento de que no vamos a reproducir los males de hoy, por los males que se incubarán en la cuarta República. Habrá conciliación nacional y a producir todos.
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