Mientras la ministra de Salud en sus interpelaciones en la Asamblea Nacional, se jacta de “su buena gestión”, la salud en Venezuela está en terapia intensiva, pues se debate en medio de tremendas precariedades.
Casi todos los centros asistenciales tanto públicos como privados del país carecen de todo. Si bien algunas unidades sanitarias públicas y privadas cuentan con ambulancias, la mayoría están averiadas, los medicamentos básicos no abastecen y ni hablar de la falta de especialistas.
En las emergencias hay solamente jovencitos (as) recién egresados de médicos, que ni examinan a los pacientes y en las clínicas privadas inmediatamente le hacen sin examinar previamente exámenes y diagnósticos como decimos en criollo a pepa de ojo, pero si tienen seguro abultan los precios y hay que pagar por el servicio de una o dos horas una millonada. Solo existen especialistas de guardia con el nombre en una cartelera a los cuales llaman si es necesario, y si llegan a venir lo hacen a muchas horas de espera.
Es lamentable ver que los ciudadanos venezolanos (as), por lo general de escasos recursos, asisten a los llamados CDI o a los hospitales públicos con la esperanza de encontrar solución en dichas unidades sanitarias, pero salen más desencantados.
Casi en todos los centros referenciales, los funcionarios piden a los familiares y hasta hacen colectas para comprar medicamentos y salvar las vidas de los pacientes. Las radios, las televisoras y las redes sociales de Internet realizan campañas de solidaridad como Servicio Público todos los días de la semana, como es el caso de ALO CIUDADANO en Globovisión para recaudar fondos a fin de costear el traslado de un paciente a la capital, buscar donantes de sangre o conseguir medicamentos, ya que últimamente, en todo el país, los centros hospitalarios sólo actúan de puente entre uno y otro peloteándose los enfermos por falta de insumos y ante la falta de respuestas de parte del Ministerio de Salud Pública. En lugar de dar solución, la salud enferma en Venezuela.
El comentario que más se escucha ahora es que si uno está enfermo no es conveniente que llegue al hospital o al CDI. Allí se está más expuesto a contagiarse de más enfermedades.
Con el panorama que ofrecen los hospitales y las clínicas privadas venezolanas, llegar a uno de ellos realmente enferma, mientras el gobierno revolucionario socialista-comunista sigue predicando que la salud es gratis, aunque la realidad es otra.
Las promesas siempre existen y ante cada reclamo se renuevan, pero nunca pasan de ser solo eso, una simple promesa. ¡HASTA CUÀNDO SE JUEGA CON LOS VENEZOLANOS Y LAS VENEZOLANAS?
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