Durante toda esta semana he recibido críticas por mi último escrito en el cual predecía la forma en que Hugo Chavez, aprovechando las elecciones legislativas, apretaría la tenaza con la que oprime al pueblo de Venezuela. Inclusive, algunos medios, sin entender los resultados se negaron a publicarlo. Sin embargo, jamás imaginé que su jugada, sin duda orquestada por Fidel Castro, podría ser tan espectacular.
En esta era en la que, cortesía en mucho de Obama, la adormecida sociedad civil estadounidense agrupada ya en el legendario Tea Party, provoca una rebelión similar a la que encendiera la mecha de la guerra de independencia cuando en la ciudad de Boston saquearan una nave británica con su cargamento de té, los tiranos del mundo se han puesto nerviosos ante una
La emergencia de Fidel Castro escapado de su tumba para declarar el sistema cubano ha sido un fracaso, los pingues esfuerzos de Raul para proyectar una imagen de reformas, las solapadas quejas de importantes miembros del socialismo cubano de que; “con el viejo no se puede;” Son síntomas del pavor que ataca a los Castro ante la posibilidad de perder su modus vivendi representado por los rios de petrodólares con los que Chávez trata de camuflachar sus odios, complejos e inseguridades, produciendo una nueva estrategia en este submundo de políticos atemorizados.
Como la democracia finalmente ha sido ubicada en el más sagrado altar de la política, pues ni modo señores tiranos y dictadores, hay que modernizarse asumiendo ese nuevo papel: El socialista demócrata. Los tiranos, anticipándose a los “demócratas,” ya entendieron los jeroglíficos en los muros de la fundación de los EU, el comunismo y la democracia son gemelos fraternales.
Entonces. Qué maravilla de líder democrático un Chávez que no atropella la voluntad del pueblo y acepta conceder un tercio del congreso a la oposición. Gritos de victoria por todos los rincones de Venezuela, las sonoras porras de la OEA y, en especial, las de Lula. Pero curiosamente ese gran demócrata aceptando que la oposición logró más votos que su socialismo Siglo XXI, mediante su alquimia cubana o tal vez priista, termina esa gran fiesta democrática controlando dos terceras partes del congreso que se ha dedicado, y seguirá dedicado, a “democratizar” sus robos, agresiones y barbaridades. ¿Y la ley? Bien gracias.
Ante los ojos del mundo la democracia avanza en Venezuela. Pero en Enero, cuando se instituya el nuevo congreso, el gorila les habrá asignado a sus nuevos miembros asientos en la luneta del nuevo templo de la democracia venezolana. Así como Barak Obama, en contubernio con sus “demócratas” se ha dedicado a pasar piezas legislativas en lo oscurito, leyes que son rechazadas por la mayoría del pueblo americano, no se extrañen hermanos venezolanos que antes del mes de Enero, el congreso actual les obsequie su Mussolini producto de la democracia que tanto celebran.
Pero claro, la democracia requiere de buen producto para la plebe. Los tiranos aprendieron la lección que les diera el pueblo hondureño expulsando del escaparate esa defectuosa mercancía llamado Zelaya. La democracia requiere de héroes estilo Pancho Villa, Juan Charrasqueado, Cantinflas etc. ¿Cómo conseguirlos? Muy sencillo, se contrata a un Oliver Stone para producir una cinta superior a su gran éxito; Platoon. Pero en lugar de las selvas de Viet Nam esta se desarrolla en las calles de Quito. En lugar de Rambo disparando la metralla de su M16 la ejecuta con más dramatismo; un bravo presidente enmascarado enfrentando a miles de sublevados armados y disparando….fotos.
Resultado: Ecuador tiene su nuevo héroe en una capirotada de Zapata, John Wayne, John Kennedy y el Chapulín Colorado. Qué mejor producto para la plebecracia que este moderno Cid Campeador que merece se le premie con una presidencia de por vida. Hay que iniciar ya un movimiento promoviendo que Marlon Correa reciba una invitación para la ceremonia de los Oscares en este nuevo Hollywood que ahora no solo fabrica fantasías, las implementa y ejecuta a través de esta congregación de mulas espantadas que incluye el jefe; Fidel Castro, Chavez, Correa, Oliver Stone, Sean Penn, Danny Glober que verdaderamente le da matiz al grupo de Perfectos Idiotas artísticos e internacionales.
Pero la telenovela no termina aquí, en mi querido México se prepara el escenario para el siguiente episodio. La democracia avanza y se requiere crear el nuevo producto lo que representa un problema para la congregación ¿Qué es lo que demanda el mercado mexicano? Con el auge y la morbosa admiración por el narco ¿Será esa la solución? ¿Un Tony Montana arropando el país con sus narco dólares? Tal vez al Chapo Guzmán le interese sacrificarse por la grandeza de la patria. Tal vez él tenga alguna sugerencia acompañada con Plan de Gobierno.
Sin embargo, el heroísmo estilo Pedro Infante penetra mucho el mercado ¿Repetirán la cinta ecuatoriana? Pero también el estilo troglodita, buscapleitos y barbaján de Chavez es atractivo para la plebe ¿Algún buen prospecto con tales virtudes? ¿Noroña? No por favor. ¿Qué tal algo que realmente se asemeje a un verdadero actor? Guapito, no importa que sea chaparro, acompañado por una actriz profesional, con gran talento para memorizar el guion que se le entregue. Entrenado por Televisa, Slim y TV Azteca donde le dieran el matiz del Alazán Tostado bajo la vigilancia del grupo Atlatomulco.
¿Qué será lo que realmente demanda la plebecracia mexicana? Tal vez una combinación de todas estas virtudes pero eso sí, ya no demanda un tipo aburrido como Calderón. No es guapo, no es barbaján, se pelea con los narcos, no usa la maquinita del Banco de México, no puede controlar los nuevos reyecitos en los estados y, sin aprender de Chavez, no ha podido neutralizar un congreso de vellocinos que lo mantienen maniatado y al país empantanado. Ya no queremos presidentes que, aun con las manos amarradas, retaquen el Banco de México con reservas, controlen la inflación, el valor del peso ….sin presumir defenderlo como perro. Queremos que siga la peda de los 70s y 80s pero esta sin las horripilantes crudas.
Hace unos días Oppenheimer produjo un artículo titulado: “Chávez puede perder ganando”. Pues yo se lo reviro con otro: “Chavez puede ganar perdiendo”. No estoy condenando al querido pueblo de Venezuela a la eternidad de ese infierno Chavista. No, tarde o temprano serán victoriosos pero no por lo que en estos momentos se canta como eso, las recientes elecciones manipuladas por la alquimia, eso es solo el inicio de una larga y dolorosa jornada.
Entonces ¿hasta cuándo? Hasta que en todos los pueblos de América Latina, como escribiera Ortega y Gasset, explote La Rebelión de las Masas.
Ricardo Valenzuela - chero13704@gmail.com
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