Cuando alguien te lame las suelas de los zapatos, colócale el pie encima antes de que comience a morderte”. Paul Valéry…
El reciente anuncio de elecciones internas en el PSUV para elegir los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional, el anuncio fue sobre una serie de premisas y características atentatorias de la más elemental democracia interna, y sus resultados van a favorecer el predominio de la estructura burocrática que a nombre de la revolución controla el aparato del estado venezolano.
En el 2008 en las elecciones internas para los alcaldes y gobernadores. Se prohibieron todo tipo de propagandas en los medios de difusión masiva. Esta medida dejó la actividad de propaganda en manos de las grandes maquinarias que se podían movilizar, ejemplo; el Estado Anzoátegui, que utilizaron las redes clientelares que les permite el usufructo del aparato del estado, donde impusieron los peores candidatos, hoy rechazados por la población tanto chavista como por los opositores
Un simple militante, no tiene ni para publicar, menos para visitar, las poblaciones del circuito que aspiran ganar para ser diputado. Si el militante trabaja sus 8 horas laborales, el tiempo real para llegarles a las comunidades en quince días realmente no le permite hacer actividades proselitistas que fueran más allá de lo simbólico.
En aquellas elecciones apareció un instructivo, donde se señalaba que se organizarían “charlas, debates, foros, mesas de trabajo y otras actividades de difusión masiva”, resultó ser un engaño para incautos como el suscrito que esto escribe, pues objetivamente era imposible que en una semana los candidatos hicieran eso en términos personales. Además, nunca existió voluntad de las estructuras dirigentes del partido para realizar eso. Se podía, por ejemplo organizar grandes foros, en escenarios para varios centenares de personas, y presentar allí debates entre los candidatos. Eso le correspondía organizarlo a las dirigencias estadales y municipales del PSUV, pero nadie movió un dedo en esa dirección.
A todos estos argumentos la nomenklatura bolivariana le tiene respuestas, las cuales consideramos falsas y manipuladoras de la realidad. Ante la ventaja objetiva que tienen los candidatos de la boliburguesia sobre el resto de candidatos de base, la burocracia responderá diciendo que “el que tenga un verdadero trabajo de base, será favorecido al momento de la votación”. Por consiguiente, candidato de base que no haya sido favorecido por los votos, la burocracia dirá “que la derrota se debió a que verdaderamente no es un dirigente de base, no patea los barrios, es un hablador de paja” y otras adjetivos hirientes que hemos oído innumerables veces. Pero la realidad indica que un buen militante, con sus escuálidos recursos, difícilmente puede ser reconocido más allá de donde reside en, el resto de su circuito . Y con los votos de su municipio no se puede competir con un burócrata que fácilmente le llegará con su propaganda y con su gente a los seis municipios del Sur de Anzoátegui.
El proceso interno del PSUV estará signado otra vez por la imposición de los “kinos” de gobernadores, alcaldes, ministros y jefes de las empresas del estado. La fuerza de las instituciones aplastará las aspiraciones unipersonales de quienes no sean favorecidos con esos kinos. Se volverá a repetir otra vez la usurpación del voto de las patrullas. Alcaldes, gobernadores y otros funcionarios del estado, convocaran durante el proceso electoral interno a reuniones institucionales con los patrulleros del PSUV, con la perversa intención de manipular sus intenciones de voto y promover su propios kinos de candidatos.
El día de la votación se observaran poderosas maquinarias electorales con flotas de vehículos, refrigerios, acompañada de la propaganda escrita con los kinos de la nomenklatura. Se estima que la burocracia invertirá millones de bolívares fuertes en este proceso, dinero que saldrá, sin lugar a dudas, de las arcas del estado venezolano. Una etapa más de la corrupción que carcome esta revolución.
Los resultados de esta votación (Si es que el presidente Chávez no revierte esta perversa maniobra y se opta por elegir por consenso a los mejores a través de asambleas donde participe la militancia con participación abierta de los medios de comunicación social) se le ocultara a la militancia y al público en general, creando más dudas sobre la ya cuestionada transparencia de este proceso de selección de candidatos a diputados. Esto dará pie a todo tipo de rumores que se refieren a la manipulación de los resultados, desplazando a candidatos ganadores para favorecer a quienes vayan en los kinos/perdedores el 26S, bendecidos por la burocracia.
La ausencia de transparencia, las dudas objetivas pondrá en evidencia las capacidades materiales de unos y otros candidatos, y las presiones ejercidas por la burocracia, configurando un cuadro que pondrá realmente en entredicho la condición democrática del proceso interno del PSUV.
El resultado de este proceso electoral del PSUV tiene que ser moral. De ejecutarse este proceso como lo tienen montado, Se le dará un golpe muy bajo a la ética revolucionaria que debe prevalecer en un partido socialista. Será nuevamente pateada la militancia provocando una altísima abstención por la forma como la burocracia pretende manejar este proceso electoral de selección de candidatos.
Para los militantes del PSUV se ha impuesto una cruel realidad: para poder figurar se tienen que someter incondicionalmente a las bandas burocráticas que dominan el aparato del estado. El que decida mantener una independencia en términos políticos, pero fiel a los principios de la organización a la cual se pertenece, serán excluidos y marginados de todos los espacios partidistas y públicos. Aún arrodillándosele a la burocracia no se les garantiza la participación. Los candidatos que no sean incluidos en los kinos serán presionados para que renuncien, bajo amenazas no tan santas de perder su de trabajo en la administración pública.
Los militantes, simpatizantes y amigos siguen siendo los convidados de piedra en esta revolución.
En resumen, se impondrá el arribismo, la adulación, el jalabolismo, la indignidad, el conformismo, como norma única que permite ascender en la organización partidista. Junto a la maniobra, la trampa, el uso impropio de los recursos del estado para fines particulares dentro del partido, el abuso del poder estatal para aplastar a los rivales internos. Con estos principios éticos, el destino del PSUV tiende a parecerse al que tuvieron los partidos de la cuarta república.
De esto seguir por este camino antes señalado. Pareciera estar cantada la derrota del PSUV y la pérdida de la mayoría en la Asamblea Nacional el próximo 26S.
Los responsables de esta crisis que se avecina no son otros que la actual dirigencia del PSUV, en todo el sentido de la palabra. Es más, las responsabilidades de la posible derrota de la mayoría en la Asamblea Nacional hay que repartirla de acuerdo al poder de decisión que tenga cada instancia del partido, y cada “líder máximo” del PSUV. Siendo esto una verdad de Perogrullo.
Hay que desarrollar al PSUV sin la perversa dependencia de las estructuras del estado. Quien ocupe cargos directivos en el estado no debe dirigir al mismo tiempo al PSUV. Hay que suprimir los mecanismos de cooptación. El partido debe ser una organización independiente de los poderes del estado y del gobierno. El concubinato entre el partido y el estado ha entrabado el ejercicio de la democracia interna, y repite en la quinta república los vicios de la cuarta república.
La militancia del PSUV anhela lograr una representación de caras nuevas para la Asamblea Nacional. Pero si detrás de cada cara nueva no hay un programa político claro y una convicción revolucionaria sólida, seguirá repitiéndose la misma ignorancia interna. Hasta ahora, sin menospreciar las buenas intenciones de algunos, hay que revisar minuciosamente que estas caras nuevas no responden en su mayoría a las manipulaciones del aparato burocrático de los que controlan el estado.
Bajo un discurso democrático y participativo, se está construyendo un partido político que tiene muy pocas manifestaciones democráticas y participativas. Bajo la reivindicación del poder del pueblo, del poder de las bases sociales, se consolida una estructura donde el militante no tiene voz ni voto, salvo la formalidad necesaria para consagrar el poder omnipotente de la burocracia. La consecuencia de esto es precisamente, desde donde se desvía el camino de la revolución y se repiten los errores que hicieron colapsar al socialismo del siglo XX.
Hoy en Venezuela tenemos una oportunidad histórica que pudiera colapsar por la incapacidad de nuestros líderes. Todavía estamos a tiempo de rectificar, y probablemente el único camino es una verdadera rebelión de la militancia bolivariana. Existe una confrontación contra el imperialismo y sus aliados internos y externos, pero también la confrontación se extiende a esa derecha boliburguesa enquistada en el PSUV y en el gobierno bolivariano. Hoy parece estar ganando la derecha endógena, y la amenaza para el futuro de la revolución bolivariana es muy real. Un tema muy fundamental para nuestro futuro inmediato, debe ser debatido por todos los revolucionarios, definiendo un programa político común y una real organización nacional que permita llevarlo a la práctica, por la recuperación y consolidación de esta revolución.
Edgar Perdomo Arzola
Percasita11@yahoo.es
Twitter.com/percasita
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El reciente anuncio de elecciones internas en el PSUV para elegir los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional, el anuncio fue sobre una serie de premisas y características atentatorias de la más elemental democracia interna, y sus resultados van a favorecer el predominio de la estructura burocrática que a nombre de la revolución controla el aparato del estado venezolano.
En el 2008 en las elecciones internas para los alcaldes y gobernadores. Se prohibieron todo tipo de propagandas en los medios de difusión masiva. Esta medida dejó la actividad de propaganda en manos de las grandes maquinarias que se podían movilizar, ejemplo; el Estado Anzoátegui, que utilizaron las redes clientelares que les permite el usufructo del aparato del estado, donde impusieron los peores candidatos, hoy rechazados por la población tanto chavista como por los opositores
Un simple militante, no tiene ni para publicar, menos para visitar, las poblaciones del circuito que aspiran ganar para ser diputado. Si el militante trabaja sus 8 horas laborales, el tiempo real para llegarles a las comunidades en quince días realmente no le permite hacer actividades proselitistas que fueran más allá de lo simbólico.
En aquellas elecciones apareció un instructivo, donde se señalaba que se organizarían “charlas, debates, foros, mesas de trabajo y otras actividades de difusión masiva”, resultó ser un engaño para incautos como el suscrito que esto escribe, pues objetivamente era imposible que en una semana los candidatos hicieran eso en términos personales. Además, nunca existió voluntad de las estructuras dirigentes del partido para realizar eso. Se podía, por ejemplo organizar grandes foros, en escenarios para varios centenares de personas, y presentar allí debates entre los candidatos. Eso le correspondía organizarlo a las dirigencias estadales y municipales del PSUV, pero nadie movió un dedo en esa dirección.
A todos estos argumentos la nomenklatura bolivariana le tiene respuestas, las cuales consideramos falsas y manipuladoras de la realidad. Ante la ventaja objetiva que tienen los candidatos de la boliburguesia sobre el resto de candidatos de base, la burocracia responderá diciendo que “el que tenga un verdadero trabajo de base, será favorecido al momento de la votación”. Por consiguiente, candidato de base que no haya sido favorecido por los votos, la burocracia dirá “que la derrota se debió a que verdaderamente no es un dirigente de base, no patea los barrios, es un hablador de paja” y otras adjetivos hirientes que hemos oído innumerables veces. Pero la realidad indica que un buen militante, con sus escuálidos recursos, difícilmente puede ser reconocido más allá de donde reside en, el resto de su circuito . Y con los votos de su municipio no se puede competir con un burócrata que fácilmente le llegará con su propaganda y con su gente a los seis municipios del Sur de Anzoátegui.
El proceso interno del PSUV estará signado otra vez por la imposición de los “kinos” de gobernadores, alcaldes, ministros y jefes de las empresas del estado. La fuerza de las instituciones aplastará las aspiraciones unipersonales de quienes no sean favorecidos con esos kinos. Se volverá a repetir otra vez la usurpación del voto de las patrullas. Alcaldes, gobernadores y otros funcionarios del estado, convocaran durante el proceso electoral interno a reuniones institucionales con los patrulleros del PSUV, con la perversa intención de manipular sus intenciones de voto y promover su propios kinos de candidatos.
El día de la votación se observaran poderosas maquinarias electorales con flotas de vehículos, refrigerios, acompañada de la propaganda escrita con los kinos de la nomenklatura. Se estima que la burocracia invertirá millones de bolívares fuertes en este proceso, dinero que saldrá, sin lugar a dudas, de las arcas del estado venezolano. Una etapa más de la corrupción que carcome esta revolución.
Los resultados de esta votación (Si es que el presidente Chávez no revierte esta perversa maniobra y se opta por elegir por consenso a los mejores a través de asambleas donde participe la militancia con participación abierta de los medios de comunicación social) se le ocultara a la militancia y al público en general, creando más dudas sobre la ya cuestionada transparencia de este proceso de selección de candidatos a diputados. Esto dará pie a todo tipo de rumores que se refieren a la manipulación de los resultados, desplazando a candidatos ganadores para favorecer a quienes vayan en los kinos/perdedores el 26S, bendecidos por la burocracia.
La ausencia de transparencia, las dudas objetivas pondrá en evidencia las capacidades materiales de unos y otros candidatos, y las presiones ejercidas por la burocracia, configurando un cuadro que pondrá realmente en entredicho la condición democrática del proceso interno del PSUV.
El resultado de este proceso electoral del PSUV tiene que ser moral. De ejecutarse este proceso como lo tienen montado, Se le dará un golpe muy bajo a la ética revolucionaria que debe prevalecer en un partido socialista. Será nuevamente pateada la militancia provocando una altísima abstención por la forma como la burocracia pretende manejar este proceso electoral de selección de candidatos.
Para los militantes del PSUV se ha impuesto una cruel realidad: para poder figurar se tienen que someter incondicionalmente a las bandas burocráticas que dominan el aparato del estado. El que decida mantener una independencia en términos políticos, pero fiel a los principios de la organización a la cual se pertenece, serán excluidos y marginados de todos los espacios partidistas y públicos. Aún arrodillándosele a la burocracia no se les garantiza la participación. Los candidatos que no sean incluidos en los kinos serán presionados para que renuncien, bajo amenazas no tan santas de perder su de trabajo en la administración pública.
Los militantes, simpatizantes y amigos siguen siendo los convidados de piedra en esta revolución.
En resumen, se impondrá el arribismo, la adulación, el jalabolismo, la indignidad, el conformismo, como norma única que permite ascender en la organización partidista. Junto a la maniobra, la trampa, el uso impropio de los recursos del estado para fines particulares dentro del partido, el abuso del poder estatal para aplastar a los rivales internos. Con estos principios éticos, el destino del PSUV tiende a parecerse al que tuvieron los partidos de la cuarta república.
De esto seguir por este camino antes señalado. Pareciera estar cantada la derrota del PSUV y la pérdida de la mayoría en la Asamblea Nacional el próximo 26S.
Los responsables de esta crisis que se avecina no son otros que la actual dirigencia del PSUV, en todo el sentido de la palabra. Es más, las responsabilidades de la posible derrota de la mayoría en la Asamblea Nacional hay que repartirla de acuerdo al poder de decisión que tenga cada instancia del partido, y cada “líder máximo” del PSUV. Siendo esto una verdad de Perogrullo.
Hay que desarrollar al PSUV sin la perversa dependencia de las estructuras del estado. Quien ocupe cargos directivos en el estado no debe dirigir al mismo tiempo al PSUV. Hay que suprimir los mecanismos de cooptación. El partido debe ser una organización independiente de los poderes del estado y del gobierno. El concubinato entre el partido y el estado ha entrabado el ejercicio de la democracia interna, y repite en la quinta república los vicios de la cuarta república.
La militancia del PSUV anhela lograr una representación de caras nuevas para la Asamblea Nacional. Pero si detrás de cada cara nueva no hay un programa político claro y una convicción revolucionaria sólida, seguirá repitiéndose la misma ignorancia interna. Hasta ahora, sin menospreciar las buenas intenciones de algunos, hay que revisar minuciosamente que estas caras nuevas no responden en su mayoría a las manipulaciones del aparato burocrático de los que controlan el estado.
Bajo un discurso democrático y participativo, se está construyendo un partido político que tiene muy pocas manifestaciones democráticas y participativas. Bajo la reivindicación del poder del pueblo, del poder de las bases sociales, se consolida una estructura donde el militante no tiene voz ni voto, salvo la formalidad necesaria para consagrar el poder omnipotente de la burocracia. La consecuencia de esto es precisamente, desde donde se desvía el camino de la revolución y se repiten los errores que hicieron colapsar al socialismo del siglo XX.
Hoy en Venezuela tenemos una oportunidad histórica que pudiera colapsar por la incapacidad de nuestros líderes. Todavía estamos a tiempo de rectificar, y probablemente el único camino es una verdadera rebelión de la militancia bolivariana. Existe una confrontación contra el imperialismo y sus aliados internos y externos, pero también la confrontación se extiende a esa derecha boliburguesa enquistada en el PSUV y en el gobierno bolivariano. Hoy parece estar ganando la derecha endógena, y la amenaza para el futuro de la revolución bolivariana es muy real. Un tema muy fundamental para nuestro futuro inmediato, debe ser debatido por todos los revolucionarios, definiendo un programa político común y una real organización nacional que permita llevarlo a la práctica, por la recuperación y consolidación de esta revolución.
Edgar Perdomo Arzola
Percasita11@yahoo.es
Twitter.com/percasita
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