E l gobierno bolivariano va acumulando deudas con el país a ritmo demasiado apresurado. Como considera que todas las críticas o todas las observaciones son ejercicios de lo que llaman "oposición", no tiene en mente la obligación que como administradores públicos contraen con los ciudadanos. No basta que el Presidente de la República diga un buen día en Aló, Presidente que se ha enterado de la crisis del programa Barrio Adentro. No basta que diga que 2.000 y tantos dispensarios del proyecto cubano-venezolano fracasaron. Al parecer la cifra es mucho mayor, podría entenderse que todo el esquema se ha venido abajo dejando en el ambiente innumerables preguntas sobre el destino de cantidades sustanciales de recursos.
Ayer leímos en El Nacional un titular que nos remite al problema. Una complicación más al fracaso. Un desafío para el Gobierno, no para que estallen en ira contra quienes informan y reportan la realidad, sino contra quienes han hecho posible que esto esté sucediendo. "En módulos de Barrio Adentro se refugian delincuentes".
En el barrio La Esperanza en Antímano se construyó un módulo hace cinco años. "En la actualidad es una estructura abandonada, llena de escombros y de animales". ¿Qué pasó, cuál fue el destino de los médicos cubanos que lo atendían? ¿Quién decidió abandonarlo? Dicen que una razón fue que el terreno donde se hizo comenzó a ceder. También en otro sector de Antímano, en Matapalo, sólo quedan los cimientos de lo que fue el dispensario.
Las preguntas adquieren otros tonos. ¿Cómo se planearon y cómo se construyeron? ¿Qué ministerios son los responsables de este singular fracaso de un servicio tan vital que constituyó bandera del Presidente de la República y que de seguro le deparó miles de votos en los distintos procesos electorales? Como se refiere en el reportaje no todos los dispensarios han hecho crisis o han desaparecido. Allí se señala que en Mamera está el módulo llamado Gran Mariscal de Ayacucho. Que es atendido y la comunidad lo protege. Pero esta parece ser una excepción dentro de un conjunto catastrófico. La cuestión de Barrio Adentro es de consideración. Le compete al Gobierno hablarle al país con franqueza. La cifra no fue la dada por el jefe del Estado.
Según otras fuentes, los módulos o dispensarios cerrados alcanzan los 12.000, un dato que por sus magnitudes es alarmante.
Durante años, la publicidad del Gobierno ha girado en torno a los grandes avances en materia de salud. El Gobierno discriminó los grandes hospitales tradicionales para privilegiar el experimento importado de Cuba. Dos fracasos en uno, fracasó Barrio Adentro y fracasaron los antiguos hospitales, condenados a ser visitados frecuentemente por los delincuentes. Cuando el Presidente habló en Nueva York con el periodista Larry King le diseñó un país donde todos los ciudadanos vivían en un paraíso terrenal, donde todos los problemas sociales estaban resueltos. Ojalá que a Larry King no se le ocurra venir por Venezuela.
EL NACIONAL - JUEVES 01 DE OCTUBRE DE 2009
Ayer leímos en El Nacional un titular que nos remite al problema. Una complicación más al fracaso. Un desafío para el Gobierno, no para que estallen en ira contra quienes informan y reportan la realidad, sino contra quienes han hecho posible que esto esté sucediendo. "En módulos de Barrio Adentro se refugian delincuentes".
En el barrio La Esperanza en Antímano se construyó un módulo hace cinco años. "En la actualidad es una estructura abandonada, llena de escombros y de animales". ¿Qué pasó, cuál fue el destino de los médicos cubanos que lo atendían? ¿Quién decidió abandonarlo? Dicen que una razón fue que el terreno donde se hizo comenzó a ceder. También en otro sector de Antímano, en Matapalo, sólo quedan los cimientos de lo que fue el dispensario.
Las preguntas adquieren otros tonos. ¿Cómo se planearon y cómo se construyeron? ¿Qué ministerios son los responsables de este singular fracaso de un servicio tan vital que constituyó bandera del Presidente de la República y que de seguro le deparó miles de votos en los distintos procesos electorales? Como se refiere en el reportaje no todos los dispensarios han hecho crisis o han desaparecido. Allí se señala que en Mamera está el módulo llamado Gran Mariscal de Ayacucho. Que es atendido y la comunidad lo protege. Pero esta parece ser una excepción dentro de un conjunto catastrófico. La cuestión de Barrio Adentro es de consideración. Le compete al Gobierno hablarle al país con franqueza. La cifra no fue la dada por el jefe del Estado.
Según otras fuentes, los módulos o dispensarios cerrados alcanzan los 12.000, un dato que por sus magnitudes es alarmante.
Durante años, la publicidad del Gobierno ha girado en torno a los grandes avances en materia de salud. El Gobierno discriminó los grandes hospitales tradicionales para privilegiar el experimento importado de Cuba. Dos fracasos en uno, fracasó Barrio Adentro y fracasaron los antiguos hospitales, condenados a ser visitados frecuentemente por los delincuentes. Cuando el Presidente habló en Nueva York con el periodista Larry King le diseñó un país donde todos los ciudadanos vivían en un paraíso terrenal, donde todos los problemas sociales estaban resueltos. Ojalá que a Larry King no se le ocurra venir por Venezuela.
EL NACIONAL - JUEVES 01 DE OCTUBRE DE 2009
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