Domingo, 06 de Julio de 2008
Si es cierto que uno de los males que aquejó a los partidos políticos en el pasado fue la excesiva centralización en las direcciones nacionales, ahora estamos en un proceso inverso en el que el individualismo conduce a una atomización de las organizaciones políticas. Esto, en condiciones normales en un país en el que el libre juego democrático fuese la regla, no sería causa de mayor preocupación. Pero en la circunstancia histórica por la que atraviesa Venezuela, en la que lo que está en peligro es la propia subsistencia de la democracia como forma de gobierno, es una demostración de inmadurez política que algunos individuos no vean la realidad mas allá de su pequeña ambición de poder.
En el caso particular de la oposición democrática es alarmante el “enanismo político” de algunas “ personalidades” y dirigentes de ocasión quienes no ven la necesidad de superar las ambiciones personales para ayudar a fortalecer una indispensable unidad política para detener el avasallante impulso anti-democrático prohijado por el Presidente Chávez.
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