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martes, 28 de julio de 2015

GUSTAVO PARDO, MASONERIA POLITICA Y SOCIEDAD.

MASONERIA E ILUSTRACION

No deja de sorprenderme la afirmación de que la francmasonería  no es política”, porque ello entraña el desconocimiento de los orígenes y desarrollo histórico de esta Institución. La libertad política ciertamente es el ámbito en el cual la doctrina masónica puede adquirir una mayor connotación social.

Los principios filosóficos doctrinales de la Francmasonería se hayan inspirados en el liberalismo original; por lo cual, su concepción político-económica se basa en la primacía de la libertad del individuo frente al Estado y la sociedad.

La doctrina masónica establece que el fin de la Institución es ¨edificar la Gran Obra”[i]. No es un secreto que ¨erigir la Redención Social” es un propósito asociado a los paradigmas masónicos de libertad política, Igualdad economía y Fraternidad solidaria; todos ellos emanados de la ideología liberal tradicional.

Si se estudia con detenimiento los propósitos implícitos en cada uno de los grados masónicos, se puede conocer que en todos ellos se coloca al Individuo como centro o fundamento de las transformaciones ético morales propias de una Fraternidad Universal. De ahí se desprende que para que los individuos puedan actuar como factores de los cambios político-económicos y sociales, ellos han de disfrutar de las garantías necesarias para expresar sus ideas, divulgarlas y asociarse para llevarlas a la práctica. Esos derechos no existen en los regímenes totalitarios.

En los países tiránicos como Cuba, la política estatal considera una acción política la defensa de los Derechos Humanos; entonces ¿Cómo pueden los masones que residen en países totalitarios cumplir con los principios de la Institución? No es precisamente enterrando la cabeza en la arena como lo harán y precisamente, ¡eso es  lo que hacen!

La pregunta inevitable es: ¿Por qué? La respuesta invade el campo de la sociología política.

Es una realidad que no se puede obviar que la mayor parte de los cubanos residentes en la Isla, han nacido después de 1959[ii]. Esta situación coloca a que más de un 65% de la población cubana ha sido educada según los patrones establecidos por un sistema socio-político absolutista y altamente controlador de todo y de todos.

MASONERIA Y PATRIA

Para evaluar el comportamiento de los cubanos de la Isla (y el de la mayor parte de los recién llegados a los EE UU) es necesario interiorizar que ellos se sienten y se comportan como esclavos ideológicos del sistema en el cual fueron formados.

Aunque estos cubanos (incluyendo a los masones) puedan aspirar a mejorar sus condiciones de vida, ellos no están preparados para romper sus vínculos de dependencia contraídos con el régimen; precisamente, esta es la razón por la cual los masones cubanos se consideran ¨fuera del juego” en todo aquello que implique una quiebra con los principios de sometimiento mental, moral y político-social, impuestos por el Castrismo. ¿Alguien ha visto o escuchado alguna declaración o propuesta de los masones durante el desarrollo de los actuales ¨cambios”? Para bien o para mal, la Iglesia Católica si lo ha hecho.

Este es un hecho que no ha sido debidamente comprendido por el exilio tradicional, no obstante, los estrategas del régimen si lo han sabido aprovechar con creces; baste analizar de donde proviene la mayor parte de los ingresos financieros que hoy nutren las arcas (y los bolsillos) de la tiranía cubana.

En el caso específico de la Masonería, los masones exiliados sintieron la ¨mordida” del ex Gran Maestro traidor, José Manuel Collera Vento[iii]. Collera logró que algunas de las instituciones masónicas del exilio le subsidiaran económicamente y sirvieran de garantes a sus propósitos.

Los masones son conocidos como ¨libre pensadores”, no atados a dogmas o principios que puedan inhibir la dignidad humana; en otras palabras, ¨hombres libres”. No obstante, los masones exiliados, excepto los afiliados a la Federación de Masones Exiliados CUBA PRIMERO, procuran no inmiscuirse en asuntos ¨políticos”, procurando obviar el tratamiento de temas ¨sensibles” para el gobierno de la Isla.

masoneria_param_morgan_illustr¿Cómo elaborar una estrategia adecuada para transformar esta concepción esclavista en los recién llegados? Desde mi punto de vista:

En la Isla, debemos trabajar de forma realista con la sociedad civil cubana, la cual va más allá del estrecho marco opositor. Hoy la sociedad civil cubana se debate por librarse de la dependencia económica del estado; aunque aún, sin valorar la necesidad de obtener su autodeterminación política. Este es un hecho lamentable, pero comprensible. Justamente, esta es la esencia de nuestro trabajo con la sociedad civil de la Isla: demostrarle la necesidad de conciliar los principios del progreso económico con la obtención de la Igualdad de derechos y de las libertades individuales.

En el exilio, necesitamos conocer de cerca el pensamiento de los nuevos emigrados, compartir sus vivencias e involucrarnos en brindarles opciones para enfrentar con éxito el modo de vida americano. Involúcranos en sus nuevas vivencias, implica crear un ambiente de colaboración y respeto entre el ¨exilio político” y la ¨nueva emigración”; entorno que facilitará el intercambio abierto de ideas y conceptos hasta ahora vedados por las cortinas ideológicas del castrismo para la nueva emigración.

Esto es exactamente lo que no hacemos.

[i] Ra Redención social.

[ii] o eran muy pequeños en esa época

[iii] José Manuel Collera Vento, Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba (2000-2003) y Gran Secretario (2003-2006); en 2011 se declaró agente de la Inteligencia ante las cámaras de la Televisión Cubana.

Gustavo Pardo
masonhabana78@yahoo.es
@GustavoPardo18

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jueves, 16 de abril de 2015

NEURO J. VILLALOBOS RINCÓN, LA SOBERBIA Y LA PATRIA

 “La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.” José de San Martin
Creo que los personeros del régimen venezolano lejos de satanizar al Presidente Obama   deben agradecerle la ayuda que les ha prestado y que algunos analistas coinciden en llamar un “tropiezo diplomático” ya que la administración de Obama se equivocó totalmente en el mensaje y la comunicación, no en el hecho de imponer sanciones, sino en la forma y el lenguaje que impuso, al usar una retórica anticuada.
El hecho cierto es que el régimen ha aprovechado la oportunidad de tal desacierto para plantearse propagandísticamente por lo menos cuatro objetivos: 1. La exaltación y el manoseo abusivo del sentimiento de patria; 2. Intentar desesperadamente cohesionar internamente a sus seguidores cuyos enfrentamientos y desilusión son visibles; 3. Endosar a quienes no comparten la brutalidad del régimen el calificativo de apátridas; 4. Generar solidaridad externa de países beneficiarios del desbarajuste oficial y de los que abierta o soterradamente mantienen una posición antiyanqui.
Esta coyuntura diplomática ha envalentonado tanto al régimen que ha hecho aflorar esa mezcla de soberbia con ignorancia de sus voceros principales, sin percatarse que la soberbia tiene un costo que hay que pagar, sobre todo cuando por pedantería se desprecia al otro sin haberse tomado el trabajo de conocerlo y sin indagar qué otras armas puede usar en su contra. El ridículo, dice Savater es el elemento más terrible contra la soberbia y ésta es el valor antidemocrático por excelencia.
El  gobierno ha recurrido nuevamente a la coerción, el engaño y la distracción con manipulaciones perversas  para que los venezolanos nos comamos el cuento de la patria ultrajada por “la planta insolente del extranjero” como expresara en su oportunidad otro dictadorzuelo venezolano.
Este es un régimen que ha destruido con su prédica de odio y división lo que es sagrado a todo ser humano, el derecho a tener patria tal como nos la recuerda José Ingenieros: “una patria es mucho más y es otra cosa –que un País o un Estado-, es sincronismo de espíritus y corazones, temple uniforme para el esfuerzo y homogénea disposición para el sacrificio”, y nada de eso existe hoy en Venezuela. Cuando las miserias morales asolan a un país, culpa es de todos los que por falta de cultura de ideal no han sabido amarlo como patria.
Neuro Villalobos
nevillarin@gmail.com
@nevillarin
                                 
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jueves, 12 de febrero de 2015

LUIS "BALO" FARIAS, ANTE LA AGUSTIA SOBRE EL DESTINO FATIDICO Y HORRENDO HACIA DONDE LLEVAN A LA PATRIA,

Una respetuosa reflexion a mi amigo Eduardo Guzman
Amigo Eduardo, cree usted que estando en un gobierno militar como este (revise la cantidad de ellos que estan en cargos de gobernadores, ministros, e institutos autonomos E INCLUSO LA PRESIDENCIA DE LA AN y pa muestra anoche estaba en su programa politico-partidista de Tv uniformado y todo, por si las dudas)
SEAN LOS MILITARES LOS "QUE RESOLVERAN ESTO"? 
Cuales?
los que ya estan?
o los que no estan?
200 años de historia, como ud lo reseña, no son suficientes?
Creemos nosotros, humildemente desde la provincia tachirense, que La gran interrogante: ¿Quién protagonizara el cambio de un proyecto que nos conduzca  hacia la conformación  de una sociedad más reconciliada, democrática, desarrollada, moderna, social y  humanista
Tiene respuesta: Las Universidades, el movimiento estudiantil y demás sectores sociales de la vida nacional, a los cuales si les conviene que cambiemos a la forma de administrar el estado, los trabajadores, empresarios, maestros, y todos los sectores organizados de Venezuela representantes de, Academias, Gremios, Ongs, el foro cultural y académico, personalidades, los  movimientos sociales organizados de calle, Sindicatos, la Iglesia, entre otros, apoyado por TODOS los venezolanos comunes y corrientes (como Ud. y yo), sean quienes  promovamos e impulsemos un nuevo Proyecto de País para Venezuela
Este nuevo Proyecto de País, debería desencadenar, una indetenible, masiva, pacífica convocatoria al PODER ORIGINARIO, QUE ESTA POR ENCIMA DE LOS PODERERS CONSTITUIDOS Y desatar una verdadera Rebelión en las Regiones, que nos lleve a dibujar como sociedad civil organizada, no partidista, el pais que queremos.
Atte  su amigo de siempre
Luis Balo Farias
balofarias@gmail.com
@balofarias

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miércoles, 17 de diciembre de 2014

MARTA COLOMINA, LOS “PARRICIDAS” DE LA PATRIA DE BOLÍVAR

MARTA COLOMINA
Ante la ruina causada por la corrupción, ineptitud, fanatismo y los “exprópiese” que acabaron con las fincas productivas y las fábricas del país, estos descarados pretenden consolarnos repitiendo la mentira de que “tenemos patria”, y lo dicen con los organismos públicos llenos de ondeantes banderas cubanas, el G-2 dando órdenes en nuestros cuarteles y nuestra soberanía alienada entre Cuba y China. Mientras  la mayoría de los países petroleros tienen sus arcas llenas de divisas, en la Venezuela endeudada ha crecido la pobreza hasta llegar hoy a 34% de los hogares...  El rechazo a Maduro es general: la aceptación popular alcanza apenas 18% y hasta Hinterlaces –encuestadora oficial– admite el descontento chavista...    

Hay amores que matan, sobre todo si son simulados. No ha habido régimen que haya hecho un uso más vergonzosamente utilitario y vejatorio de la figura del Libertador como el autodefinido “bolivariano”. Chávez primero y ahora Maduro, yendo a contrapelo del pensamiento crítico de Bolívar sobre la acumulación de poder absoluto como germen de la tiranía, bautizaron con su apellido un gobierno abiertamente autoritario y hasta a la horda de bárbaros que andan armados persiguiendo a la disidencia y viviendo del presupuesto público. La fisonomía vasca cincelada por prestigiosos artistas del siglo XIX y  primera mitad  del XX, fue trastocada por otra al gusto del populismo “afrodescendiente” del comandante (que vaya usted a saber cuántos dólares de las reservas nos costó, tan necesarios hoy). La lista de violaciones del pensamiento y acciones libertarias del Padre de la Patria es tan larga, que hasta en los textos oficiales estudiados obligatoriamente hoy por nuestros niños y  adolescentes, Hugo Chávez, y no Simón Bolívar, sería el que libertó la patria y buena parte del continente americano.

Así, las carencias intelectuales de Nicolás Maduro  tratan de ser ocultadas con una jerigonza entre el desvirtuado pensamiento del Libertador, y las delirantes proclamas de Chávez. “¿Quién es el Senado de Estados Unidos para sancionar a la patria de Bolívar?”, bramó Maduro al conocer lo que se les avecina a los torturadores, narcos y violadores de los derechos humanos, que tanto abundan en las huestes rojas, pues, según cuentas de la ONG Provea, Maduro ha reprimido a la disidencia 485% más que Chávez. “No aceptamos sanciones imponentes imperialistas –grita Nicolás– es la patria de Bolívar que ustedes deben aprender a respetar. Somos los herederos del Ayacucho, somos los hijos de Bolívar, de Chávez”. (…) “Mandan a la esposa del monstruo asesino de Ramo Verde –bramó de nuevo Maduro– a convencer que a Venezuela hay que sancionarla”. Puede seguir desgañitándose Nicolás y repitiendo que las sanciones aprobadas por Estados Unidos son contra “la patria de Bolívar”, pero todos sabemos que son contra los protegidos por el régimen, acusados de  asesinar, torturar y violar los derechos humanos durante las legítimas manifestaciones estudiantiles.

Consejos vendo y para mí no tengo. Maduro pide a los “imperialistas gringos” que “aprendan a respetar la patria de Bolivar”, pero no hay mayor irrespeto que el protagonizado por quienes llevaron a la ruina moral y material a la patria que soñó el Libertador. De los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Maduro viola 28, según estudio de la diputada Solórzano. La impunidad de las violaciones de los derechos humanos alcanza 96,9%, de acuerdo con la ONU. La prisión de Leopoldo López, de los alcaldes Scarano y Ceballos, la cruenta cacería contra María Corina Machado y la muerte de 48 presos en Uribana por envenenamiento, entre otros, han aumentado la convicción mundial de que el régimen devino en dictadura. La ONG Cofavic cierra 2014 denunciando un “desamparo generalizado” de las víctimas de derechos humanos. Hay tanta convicción internacional de que la justicia en Venezuela ha sido confiscada por el gobierno, que la Unión Parlamentaria estudia enviar un observador al proceso judicial contra MC Machado. La Unión de Magistrados rechazó la demora en el proceso contra otra mártir del régimen: la jueza Afiuni.

Ante la ruina causada por la corrupción, ineptitud, fanatismo y los “exprópiese” que acabaron con las fincas productivas y las fábricas del país, estos descarados pretenden consolarnos repitiendo la mentira de que “tenemos patria”, y lo dicen con los organismos públicos llenos de ondeantes banderas cubanas, el G-2 dando órdenes en nuestros cuarteles y nuestra soberanía alienada entre Cuba y China. Mientras  la mayoría de los países petroleros tienen sus arcas llenas de divisas, en la Venezuela endeudada ha crecido la pobreza hasta llegar hoy a 34% de los hogares (economista José Guerra) que se agrava con una escasez atroz e inflación generalizada de 70% y más del 100% en alimentos. Dado que el dólar paralelo alcanzó esta semana 178 bolívares, el salario mínimo de los venezolanos es menor a un dólar diario. La corrupción y el desaforado gasto público siguen, a pesar de la enorme crisis, mientras Maduro calla ante el escándalo de los enchufados que hacen viajes de placer en los aviones de Pdvsa y silencia la corrupción de las empresas de maletín que siguen devorado las divisas en el Sicad.

El rechazo a Maduro es general: la aceptación popular alcanza apenas 18% y hasta Hinterlaces –encuestadora oficial– admite el descontento chavista. Leemos que pacientes del hospital Razetti llevan varios días sin comer; el PAE (alimentación escolar) está suspendido; la OMS registró un aumento del paludismo en Venezuela este año, enfermedad inequívoca de la pobreza; y las muertes violentas en 2014 superarán las casi 25.000 del año pasado. Así que cuando Maduro llama “a defender la dignidad del país ante Estados Unidos” los venezolanos le respondemos que la dignidad nacional hay que defenderla de los depredadores de la patria de Bolívar.

Marta Colomina
mcolomina@gmail.com
@colominaM

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martes, 14 de octubre de 2014

PACIANO PADRON, NICOLÁS, EL SEPULTURERO

         La muerte bien puede ser símbolo de este régimen de decadencia. De un lado están los trágicos asesinatos que suman decenas de miles anualmente, atribuidos al hampa común, en un país donde lo común es el hampa. Del otro lado están las brutales apariciones de descuartizados y decapitados en las calles, y como si fuera poco, súmense también los asesinatos de personeros del régimen en condiciones siempre extrañas, que hacen presumir venganza y ajustes de cuentas entre grupos y bandas del gobierno de muerte. El asesinato del diputado Serra, rodeado de misterios y contradicciones, luce enmarcado en este escenario. Nicolás, el sepulturero.

     
    Los miles de compatriotas que asesinan cada mes, son venezolanos que merecen vivir y se encuentran con la muerte antes de cumplir su ciclo vital natural, víctimas de homicidio. Nicolás parece convertirse en sepulturero de cadáveres humanos y del país como un todo; aquí se asesina por igual la vida de miles y se amenaza la de todos, mientras se mata la vida social y económica de Venezuela, la democracia y las libertades.

         El sepulturero, con el desabastecimiento y la inflación, con el crecimiento del hambre y las lágrimas por doquier, asesina al pueblo. Muerte por todas partes es el saldo que nos está quedando en los ya casi dieciséis años cumplidos del régimen que fatiga al pueblo.

         La habladera de paja y la distribución de culpas dirigidas siempre a los perseguidos y acorralados líderes de la alternativa democrática, ya saben a cacho quemado. Nicolás, es bueno que sepas que ya no es creíble echar la culpa a la oposición de los asesinatos de cabezas visibles del régimen, para tapar a los reales asesinos que están en la cúpula del régimen podrido. Las evidencias han sido tan claras que, luego de haber vociferado contra la oposición, han tenido que rectificar los señalamientos iniciales, evidenciando mentira y manipulación, en lo cual el sepulturero es un artista. El sicariato político endilgado a demócratas, debe apuntar a otro lado.

         El asesinato del diputado Serra está lleno de situaciones extrañas que obligan necesariamente a conectar su muerte con las de otros personeros del gobierno, e incluso con las de asesinatos de policías y guardaespaldas, como es el caso de uno de los custodios del propio diputado Serra, asesinado de manera misteriosa hace dos años, y quien -según lo que se lee- era esposo o pareja de la señora María Herrera, a quien mataron en la misma oportunidad que a Serra; estaba con él.

         El gobierno tendrá que responder numerosas preguntas, si es que quiere cubrir las apariencias de investigación en el caso Serra. ¿Por qué -como es hecho público y notorio- el joven diputado era acompañado siempre de seis guardaespaldas?, ¿quién pagaba el servicio de ellos, quién era su jefe inmediato y de qué cuerpo policial dependían, o es que acaso eran hombres armados de los colectivos? ¿Por qué este joven diputado de 27 años tenía guardaespaldas, a diferencia de la mayoría de los otros diputados?; ¿cómo poseía “armas” el diputado Serra, quien a lo sumo podía tener legalmente el porte de un arma de fuego? ¿Cómo sabía el Ministro del Interior, tal como lo declaró, que los asesinos de Serra robaron las “armas” que este tenía? No es común que los diputados tengan cámaras de grabación de videos para su protección en tal grado, ¿por qué las tenía Serra? Alguien me decía en estos días, a apropósito de estas preguntas, que por decir lo menos el diputado parecía tener “mala conducta”.

         El indigno Presidente de la Asamblea Nacional, el Capitán Diosdado Cabello, a pesar de contar con una desproporcionada protección y guardaespaldas, declaró que temía por su vida, ¿qué queda para nosotros, ciudadanos desprotegidos? ¿Qué quería decir Diosdado?, ¿a quién le teme?, ¿no estará acusando -con su confesión de temor- a copartidarios del cogollo gubernamental, que podrían atentar contra él?  Nicolás, responde. Que nunca más alguien, en ejercicio de la presidencia, sea sepulturero de su pueblo.

PACIANO PADRÓN
E-Mail: pacianopadron@gmail.com
@padronpaciano

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viernes, 5 de septiembre de 2014

ENRIQUE PRIETO SILVA, ¡LA PATRIA HEREDADA DE CHÁVEZ!

Lo que ocurre en el  país fue previsible. Previmos que la burlesca hazaña del 4F tendría consecuencias funestas y las está teniendo. Ya se vislumbra a escala inmensurable la involución "pacífica y armada" propugnada y auspiciada por el desborde de estúpidos héroes de pacotilla, que armados de atarraya y cordel, creyeron pescar el arcoíris en un mar de fondo y leva. Ignorantes, que con gran facilidad prometieron convertir el país en una imprecisa "potencia". Una pretensiosa odisea, con la que hicieron rima y son, bajo la férula del hoy difunto "comandante eterno". 

Pero lo real no es invisible, aunque la claque que hoy inunda la "patria" entumecida, siga engañando al triste pueblo que suspira y sueña esperando "el milagro del difunto". Es increíble el sacrilegio de los desmadrados "chavistas" que se atreven a orar: "Chávez nuestro que estás en el cielo" ¡Perdónalos Dios mío que no saben lo que dicen y mucho menos lo que hacen!

Ya la sinceridad escapa del lenguaje, cuando esa realidad permanece aún como esperanza del humilde venezolano incapaz de ver las tinieblas en la tempestad que nos atosiga, y da tristeza enfrentar a los desamparados de siempre, mal llamados "dignificados" por los "majaderos" y por los chulos del fisco y del petróleo, cuando como faena persiguen bajo la lluvia y el sol los productos para su bocado diario. No hay palabras como martillar o castigar a esos malvados poderosos, que aprovechándose de la poca vergüenza que les queda, insisten en vapulearlos y socavar hasta su más intimo sentimiento, adornándoles  el desdén con la mágica mención del "insepulto".
Solo sabandijas, como los desesperados gobernantes y "enchufados" de PSUV tienen el coraje de querer engañar al "pueblo", haciéndoles creer que pueden de la noche a la mañana superar la crisis financiera, económica y política en que se ha transformado la "revolución o patria", y para exculpar al "difunto", aplican el castigo a su "hijo heredero", haciéndoles ver que los males hoy agravados son de su culpa. Lastimosamente, también son creyentes muchos adversarios opositores, que sin darse cuenta les hacen el juego, personalizando al culpable, que favorece a los elegibles en los siguientes procesos electorales. A muchos les escuchamos: "verdaderamente, con Chávez no estuviéramos como estamos". No tienen cerebro para razonar, que la gravedad de una enfermedad no es un estadio, sino la consecuencia de un mal progresivo. 
El legado de Chávez es que Venezuela ya no tiene cómo sostener su economía. La producción petrolera decreció en porcentaje indescifrable, por lo que la implosión de la economía interna es inevitable, ya que no tiene dinero suficiente para mantener un mínimo de subsistencia aceptable para los venezolanos.
La crisis petrolera comenzó con el pito de Chávez, con los acuerdos de Petrocaribe, con el Alba, el exorbitante aumento de la plantilla "roja rojita" de PDVSA, la nacionalización de los tercerizados, hasta la inundación de "chatarra china" cambiada por petróleo a futuro. De gravedad, la pérdida de la experticia petrolera y la falsa economía eliminando y disminuyendo el mantenimiento y la inversión productiva. La escasez se inicia con la estatización de lo nacionalizado y las expropiaciones, el desmantelamiento de la industria privada y la militarización de la gerencia productiva, el control y la penalización cambiaria, el juego perverso de "costo y precio justo", las importaciones por "rojos rojitos" de alimentos y medicinas vencidos o cerca del vencimiento, amén del congestionamiento de puertos y la farsa de capacidad de transporte para la exorbitante importación. La incapacidad del ministro élite Jaua para manejar la producción agrícola, que con la expropiación de tierras productivas las transformó en eriales; y con la modificación de la ley para eliminar la pesca de altura, eliminó el pescado.
La salud y la inseguridad pública son verdaderamente dantescas y solo mejorarán, cuando se coloquen en su gestión y dirección, personeros capaces y preparados en las disciplinas que las conforman, que sigan o ejemplaricen parámetros en países con elevado y notorio desarrollo en democracia. En la patria de Chávez, Caracas figura como la ciudad más peligrosa del planeta. Venezuela regresó al subdesarrollo prehistóricos y el hampa le disputa al gobierno el monopolio de la violencia. El retroceso en salud es notorio y espeluznante. Para algunos es un retroceso a principios del siglo xx. Han insurgido como epidemias enfermedades que fueron erradicadas, reportándose casos de malaria, tuberculosis, dengue y recientemente chikungunya. Los pacientes de cáncer no cuentan con la certeza de ser debidamente tratados. La estupidez de los "Barrio Adentro" se ha plagado de mala praxis, persistiendo la duda sobre la profesionalidad de los "médicos" cubanos y la incapacidad de los llamados médicos comunales o integrales formados en las improvisadas universidades y cursos de la "revolución". Para colmo de males, las medicinas han desaparecido en el desbarajuste que han querido tildar de "guerra económica", para no reconocer el fracaso del "proceso" o "socialismo" de la herencia. Igual ocurre con los materiales necesarios para operaciones quirúrgicas. Una tragedia que no se observa en ningún país de la región. Por desgracia, mediante la política de integración del difunto, los países que le siguieron la corriente, pudieron beneficiarse y compensar sus economías con nuestros recursos, que los conduje a no padecer lo que hoy padece. Todos han logrado crecimiento, contrario a la Venezuela protectora y bondadosa. También, por desgracia, los venezolanos que pueden huyen del país. En su mayoría, la juventud que no puede acostumbrarse a la inmolación a que obliga el régimen procaz tildado de "socialista".
La seguridad jurídica, considerada como la base fundamental del verdadero Estado democrático, social, de derecho y de justicia, pautado en la Constitución, solo volverá a parámetros de justicia y equidad, cuando se cambien los jueces y fiscales alabarderos, amedrentados y peseteros de hoy por honorables juristas. Pareciera que todo está perdido, pero debemos pensar que solo nosotros, con voluntad y coraje podemos hacer la reversión de la historia. Ya llegó el futuro y debemos encaramarnos en él. Si somos conscientes, debemos reconocer que el "chavismo" yace en el "cuartel de la montaña" y más abajo tenemos "la patria heredada de Chávez", que querámoslo o no, se recuperará si imponemos nuestra voluntad. ¡Dios está con nosotros!
Enrique Prieto Silva,
eprieto@cantv.net
@Enriqueprietos

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miércoles, 16 de julio de 2014

SUSAN MORFFE, PATRIA, CON NUEVA OPTICA, ENTRE CIELO Y TIERRA,

Es rutina amanecer en el país bajo circunstancias desagradables y  vulnerables, pero a la vez alienta solo recordar que todo lo malo inexorablemente cambiará porque “el sol sale para todos”. Reflexionar adecuadamente en tiempos de tanta necesidad en cualquier área de la vida: socio-económica y espiritual, se mide la capacidad de aguante que tenemos para enfrentar las adversidades de un país en quiebra.

La quiebra económica salta a la vista, a pesar de la ceguera de los dueños de la debacle a los que se les puede recomendar, bajar definitivamente la “santamaria” y salir del país. Seria en cualquiera de los casos, el mejor paso si en realidad aman tanto a la patria desguarnecida, pobre y dependiente. Asumir esta realidad no debe ser  tan difícil para la tripulación y pasajeros a bordo de una nave rumbo al fondo del mar. Podría ser, incluso, la hazaña heroica de gente que se queja de hacer colas, de tener dinero y no alcanza, y pasar más trabajo que los cubanos, quienes han vivido durante más de 50 años en la absoluta rebaja en todas sus condiciones.

Las noticias sobre la economía no son nada alentadoras, especialmente para los dueños de líneas de transporte público, taxis y choferes en general. “Las autopartes comenzarán a llegar al país en enero 2015, siempre y cuando el gobierno les liquidé a los importadores del sector 500 millones de dólares al mes durante el segundo semestre de este año”. Así lo informó, el  presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes, José Cinnirella. De esta manera, el año 2014 está signado por la paralización del país.

En la Isla de Margarita, el régimen tiene habilitado una enorme flota de buses adquiridos en China. Los de menos categoría, se cuentan muy pocos, para uso de rutas en municipios del oficialismo, mientras que el resto de los buses, muy numerosos por el  lujo y de clase ejecutiva, estos permanecen estacionados y la gente supone que es para el traslado de los jerarcas del régimen, mientras la mayor población isleña, se pelea por un puesto en las destartaladas unidades, en una región de clasificación turística.

Este domingo se acabó el futbol, ahora hay que seguir enfrentando la trágica comedia del país en quiebra. No hay suficientes alimentos para cubrir la dieta diaria del venezolano, no hay nada para mantener los vehículos, no hay medicinas, escasez de dinero para adquirir los elevados precios de los inexistentes productos de higiene personal, además de calzado, ropa  y por lo que se observa, tampoco hay medios para irse del país, sin vuelos aéreos. 

Seguir luchando con las propias fuerzas, nos está debilitando. Si quieren patria, rescaten el barco, desde otra óptica. Aunque algunos se resistan a creer, seguiremos bajo el control del jefe Supremo, para que tengamos más entendimiento sobre los cambios que vendrán.

Susana Morffe
@susanamorffe

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viernes, 4 de julio de 2014

RICHARD CASANOVA, TRAIDORES A LA PATRIA

No hace nada que Nicolás Maduro descalificó a sus adversarios internos definiéndolos como “izquierda trasnochada” y ya anunció como asesor del gabinete en materia económica al anciano Orlando Borrego, compañero del Che Guevara y ex funcionario de alto nivel del vetusto régimen castrista.  ¿No habrá podido conseguir a un asesor más trasnochado?  Cualquiera cree que la economía cubana es pujante y que la gente sale como loca de Miami –en una balsa- solo para disfrutar del “mar de la felicidad”. ¿Esta nueva invasión cubana es parte del anunciado “sacudón” en el gobierno? ¡Que fraude!

Hablando de contradicciones, hace apenas 10 días Maduro fue enfático al afirmar que las decisiones económicas eran tomadas por él y que nadie influía en ellas.  Y entonces ¿para qué traer a un asesor foráneo?  No solo se irrespeta a los profesionales venezolanos sino que se lesiona la Soberanía Nacional al colocar a extranjeros en áreas estratégicas.  O sea, un funcionario del fracasado régimen cubano va a incidir en el manejo de las reservas internacionales de Venezuela, las inversiones de la República y la administración de nuestra industria petrolera, por ejemplo.  Si a eso agregamos la presencia cubana en nuestra FAN y en otros estamentos de la Administración Pública, es obvio que las cúpulas podridas del PSUV están incursas en traición a la patria.  Giordani aportó las pruebas de tales delitos en su misiva.

La gestión Ernesto Guevara de la Serna como Presidente del Banco Nacional de Cuba fue desastrosa, su breve experiencia culminó en vísperas de una de las grandes victorias de la revolución cubana: la victoria de Playa Girón el 22 de abril de 1961. Luego fue designado Ministro de Industrias, cargo que en la práctica significaba el manejo de la economía cubana, su gestión tampoco fue exitosa y Fidel Castro buscó la manera de sacarlo del gabinete “por la puerta grande”, asignándole tareas revolucionarias en otras latitudes.  Así inició el Che Guevara un periplo que terminó trágicamente en la Quebrada del Yuro, Bolivia.  Que este médico estuviera al frente de la economía cubana, quizás explique que el Sociólogo Jaua haya sido Ministro de Agricultura o que al General Rodríguez Torres le den el Premio Nacional de Periodismo, entre otros disparates.  Lo cierto es que el Che jamás volvió al poder pero su asesor si ha logrado ahora entrar al gobierno venezolano.

A propósito, el Che Guevara terminó combatiendo en Bolivia porque los guerrilleros venezolanos no aceptaron la intromisión cubana en nuestro país, sin duda tenían dignidad y noción de soberanía.  Al contrario, es recurrente la carencia de escrúpulos en estos traidores a la patria que ahora han saqueado y endeudado a la Nación. Recordemos que de esa oscura isla trajeron como asesor en materia eléctrica a un experto en represión y tortura, el General Ramiro Valdez, quien sigue operando en la sombra. Recientemente se descubrió la ilegal contratación de una empresa consultora francesa en el área económica y además que dilapidaron $39 millones en la asesoría de una empresa eléctrica cubana.  La traición a la patria es como la corrupción: roja-rojita.

Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@richcasanova

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jueves, 19 de junio de 2014

CARLOS SCHULMAISTER, LA PATRIA Y EL MUNDIAL DE FÚTBOL, DESDE ARGENTINA

Cuando juega la selección nacional en los campeonatos mundiales o en la Copa Sudamericana, se produce un fenómeno social de identificación emocional entre los competidores que representan a nuestro país y los millones de argentinos que seguimos las alternativas por la televisión.

La distancia geográfica y cultural que generalmente nos separa de las sedes de esas competencias nos genera una creciente expectativa y una carga de intenso afecto hacia nuestros deportistas antes y durante el tiempo que se hallan afuera.

En esos días andamos excitados y nerviosos, pues por intermedio de la selección todos nos enfrentaremos como nación con los países adversarios. Por lo menos, así lo sentimos.

La apertura de los Juegos Olímpicos se abre con magníficas exhibiciones artísticas y emotivos desfiles de las delegaciones nacionales con sus banderas, en megaestadios abarrotados de gente de todo el planeta.

Antes de cada torneo se izan las banderas nacionales de los adversarios mientras se oyen fragmentos de sus himnos nacionales; cuando llega nuestro turno la emoción nos atrapa inmediatamente pese a la distancia que nos separa de la escena.

En realidad, lo que se halla en juego y lo que produce esa exaltación sentimental y emocional no es tanto una pasión deportiva –el fútbol es la más fanática de las nuestras– sino lo que la competencia internacional representa simbólicamente para nosotros, es decir, un motivo para poner en juego la nacionalidad misma, sentida como síntesis de la dignidad y el honor colectivos. De modo que los eventuales resultados representarán el glorioso triunfo o la ignominiosa derrota de Argentina, metafóricamente, de la patria.

Por unas horas, unos días, unas semanas o unos meses, suspendemos nuestros debates cotidianos y la resolución de nuestros desencuentros societarios –nuestro deporte nacional de tiempo completo– y entonces sí, una sola voluntad, un solo sentimiento y una misma emoción recorren monolíticamente el cuerpo de la Nación y todos nos sentimos nacionalistas en el buen sentido de la palabra. Si llega el triunfo será de todos, igual que la derrota.

Este comportamiento no es una exclusividad argentina, por cierto. Lo singular es que ese sentimiento de unidad nacional aflore tan intensamente tan sólo por un motivo tan circunstancial y acotado como una justa deportiva.

No queremos ganarle a cualquier país y menos a uno latinoamericano, aunque sea Brasil, nuestro secularmente hegemónico vecino sudamericano, sino siempre a los grandes, a esos que manejan el mundo, sobre todo a Inglaterra que tiene buen fútbol, y con la cual tenemos una vieja historia de malas relaciones.

Aunque perdiéramos la Copa igualmente seríamos felices de poder derrotarla tan sólo una vez, al igual que a los EE. UU., ya que no nos satisface ganarle a los africanos, asiáticos o latinoamericanos y perder con aquellos.

Ganarle a Inglaterra o a Estados Unidos es mucho más importante que la consiguiente confirmación de nuestra capacidad futbolística, ya que representa nuestra pequeña revancha, una reparación simbólica de nuestros agravios irredentos. Es, quizá, el único momento en la vida del país en que estamos contestes en un mismo anhelo, y que, aún provisoriamente, deponemos las armas entre nosotros y nos sentimos purificados por esa ocasión de gozo y sufrimiento compartidos, que nos "une" transitoriamente por encima de nuestras disensiones habituales.

Si ganamos, la alegría y el festejo nos seguirán uniendo un rato más, y haremos todo lo posible para volvernos tiernos y simpáticos todos: pueblo, gobierno, instituciones y grupos sociales para no interrumpir la magia de la apoteosis colectiva. Mientras tanto, pensaremos con tristeza que así como somos "grandes" en el fútbol podemos serlo en otros aspectos, como la economía por ejemplo. Y filosofaremos acerca d por qué no podremos ponernos de acuerdo para construir un país como la gente siendo que la naturaleza nos dotó de todo lo que se nos ocurra. En cambio, si perdemos, buscaremos el consuelo de lo que pudo haber sido o de lo cerca que estuvimos de..., o de lo feo que lo pasó tal o cual jugador "enemigo".

En todo caso, cualquiera sea el resultado de la justa, lo viviremos como un triunfo y una alegría o como una derrota y un nuevo dolor popular.   

Esta es una de las formas actuales de construcción de identidad en tiempos de crisis de la modernidad, por cierto, supletoria y fragmentariamente, lo cual es peligroso en un contexto social que bordea la posibilidad de caer en la anomia, y en el que el fútbol, además de ser una poderosa industria es una herramienta política eficaz del Estado contemporáneo.

En definitiva, nos hallamos en presencia de una tensión espiritual colectiva que no se origina en sus aparentes motivaciones deportivas sino que actúa por desplazamiento de la competencia político-económica internacional entre un país como el nuestro –insuficientemente desarrollado después de dos siglos de haber optado por construir su soberanía nacional– y naciones pertenecientes al núcleo de los poderes centrales del sistema mundial, en una situación histórica donde esta confrontación es para nosotros sumamente difícil de sostener por la desproporción de ambas fuerzas.

La competencia deportiva "empareja" las potencias en pugna y permite imaginar la posibilidad del triunfo de los cada vez más pequeños y débiles, de los David (nosotros) frente a los Goliat. La movilización de las energías espirituales de los argentinos se convierte así en un factor dinámico disponible para la ilusión y la fantasía del resurgimiento nacional. Un estallido de nacionalismo popular compensa simbólicamente las frustraciones colectivas como sociedad política a través de un tema menor que, sin embargo, permite rescatar y poner en tensión una sorprendente vitalidad colectiva que dura poco tiempo. Algo que ya no logra producirnos un acto patrio, ni un discurso apelativo a las reservas morales de los argentinos, puesto que la patria, ésa con mayúscula, muy pocas veces nos ha convocado a la celebración de la vida, ya que siempre nos ha demandado sacrificios y eso nos ha ido alejando espiritualmente de ella en forma veloz y creciente.

La presencia de nuestros símbolos nacionales en esas circunstancias, junto a los de las potencias políticas y económicas del mundo, dispara nuestros sentimientos fraternales y actúa como pocas veces en nuestras vidas, galvanizando los más diversos componentes de nuestra dimensión patriótica tal como predominantemente ha sido plasmada en nosotros, es decir con connotaciones místicas y míticas.

Lo mismo nos ocurre con los "astros" deportivos en general, cuando su prestigio trasciende la Argentina. Los idolatramos, los adoramos y nos sentimos sus hijos, sus hermanos y sus padres, puesto que nosotros los hemos producido, es decir, la patria, este suelo y este aire, la Argentina, esta sociedad anónima de la que cada uno es accionista. Depositamos en ellos el amor y las gracias por los momentos de gloria que nos han brindado pero vamos más allá al transferirles nuestra representación ante el mundo como expresión de lo argentino, de la patria y del pueblo, aunque no del gobierno al que nunca damos por nuestro.

Esos ídolos populares, entre los que se incluyen los musicales, ocupan cada vez más lugar en nuestros corazones, en desmedro del privilegiado espacio que antaño ocuparan los grandes caudillos y líderes políticos, así como el club deportivo reemplaza y monopoliza crecientemente devociones que antes correspondían al partido político. Convertidos en mitos populares pasan a formar parte de la historia del pueblo, como símbolos sociales y anclajes de la memoria colectiva.

Ello no significa que hayamos crecido y superado nuestra necesidad colectiva de un padre o de un padrastro, sino tan sólo que lo que antes era un espacio simbólico de carácter público hoy se ha privatizado, y cada uno rellena ese hueco como puede, con "lo que hay". Después de dos siglos de existencia continuamos en la edad de la infancia, y no sabiendo vivir sin una ley, sin una política y sin una dosis de fuerza que se nos imponga, nos obliguen nos reforme y nos dé seguridad, nos resistimos a crecer y nos volcamos hacia afuera de nosotros mismos en el amor que le brindamos al ídolo, en un renovado proceso de alienación que junto con otras irracionalidades no nos darán seguridad, pero por lo menos nos anestesiarán los dolores del alma, lo cual nos permitirá soportar la zozobra y las angustias que como pueblo nos provocan las tribulaciones de la vida cotidiana y la pérdida de la esperanza.

He ahí la importancia de los ídolos y de los mitos, que cuando están vivos nos ayudan a sobrevivir sin disgregarnos del todo, tanto en nuestra interioridad como socialmente. Sin embargo, a pesar de su función terapéutica, entre otras, con frecuencia se escuchan voces de intelectuales, periodistas y comunicadores que descalifican este comportamiento típicamente nuestro, sobre la base de reputarlo como expresión de un patriotismo cavernario, elemental, frívolo, evidencia de inmadurez, de resentimiento social y hasta de cobardía para acometer la lucha principal que nos cabe como sociedad y que es principalmente de carácter político por su carácter abarcador de otros desafíos.

No comparto esa posición, ni aún en el caso de una Argentina distinta a la actual, es decir, si fuéramos una nación próspera, seria y ordenada, ya que esas competencias son una de las pocas ocasiones en que el desplazamiento de una problemática político social a otro terreno en el cual es posible alcanzar una resolución simbólica de aquella, no constituye fuga ni olvido sino otra forma de conservar la memoria de lo principal y de realimentar el sentido de lo nacional ausente en lo que tiene de identificación del nosotros y de los otros, ya que no lo podemos hacer por otros medios.

Por otra parte, el fútbol, como antes el tango, es popular, pero de pueblo mayoritario, que es pueblo de abajo, por lo que es representativo de los anhelos y las frustraciones colectivas; y también es fiesta dominical y juego con un adversario que es de los nuestros. Por eso, cuando Argentina juega en el exterior a veces no es juego, es simulacro nacional de guerra nacional, ya que el partido equivale a una guerra localizada con veintidós combatientes y dos ejércitos de reserva de millones de soldados. Pero nos une, que no es poco. Y que siempre es un buen comienzo para empezar algo. Sobre todo cuando, a diferencia de los estados totalitarios esa unidad no es para la agresión ni la conquista exterior sino tan sólo, como en el caso argentino, para reflotar las solidaridades populares y autoconvocarnos simbólicamente para la defensa de la Argentina.

No es cierto que la mera vigencia del fútbol-circo implica cobardía o incapacidad popular para acometer el desafío de la lucha política desde un planteo nacional. Esa es una visión paternalista e hipócrita; además, los hechos lo desmienten cotidianamente ya que el fútbol no es un soporífero del cerebro sino un sedante del alma: la protesta social no está ausente de las calles porque las masas estén en las canchas o frente a los televisores pues la gente está saliendo de los vapores de los narcóticos ideológicos de turno, y a los falsos ídolos que ayer levantó hoy los está haciendo añicos contra el suelo. O sea que la pasión futbolera no impide usar el cerebro.

Además, es falso que el fútbol sea plebeyo, vulgar o impropio de una nación respetable. El fútbol es parte de nuestra cultura como otras tantas cosas buenas y malas, lindas y feas, que nos caracterizan. Lo que es vulgar y no respetable en la Argentina es la defección y la traición al pueblo de la mayoría de los sectores dirigentes del campo político y económico, junto a muchos de sus intelectuales.

En definitiva, ese "patriotismo" emergente en las grandes competencias internacionales, aun siendo una expresión fragmentaria y desviada de la identidad nacional, no es una expresión decadente de nuestra cultura sino una muestra de la vitalidad del sentimiento de amor comunitario y un pequeño espacio simbólico de la patria popular.

Carlos Schulmaister
carlos.schulmaister@gmail.com


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lunes, 26 de mayo de 2014

FAUSTO MASÓ, ¿TENEMOS PATRIA? NO, TUVIMOS PATRIA, EL MÉTODO DEL DISCURSO

A Chávez siempre ha sido difícil ubicarlo políticamente: se disfrazaba de nuevo Fidel Castro  y se jactaba de ser un demócrata,  se comparaba con un Allende respaldado por los fusiles; afirmaba que el país marchaba hacia el mar de le felicidad, una contradicción insostenible, porque ¿Venezuela es una segunda Cuba? ¿Cuál Cuba? ¿La del 2014, o la del 1959? ¿La Cuba que abre su economía?

Chávez se condujo siempre con cautela a pesar de su lenguaje destemplado. Fidel nombra a Raúl Castro sucesor sin pedir la opinión de terceros, o del partido como hubiera sucedido en China. Chávez escogió a  Maduro como candidato presidencial, no lo  nombró presidente de una vez, lo designó vicepresidente para que ocupara su lugar hasta las elecciones. Esta diferencia entre Venezuela, Corea Norte y la propia China mostraría a  Chávez como un Allende inescrupuloso que legitimaba la revolución a través de consultas electorales, algo tramposas por el ventajismo. En Corea del Norte el hijo del dictador lo  sucede, al estilo de las monarquías hereditarias.

El chavismo es un tinglado que se está derrumbando con Nicolás Maduro, porque además de perder popularidad arremete contra los estudiantes, el dinero del petróleo no le alcanza y carece  de autoridad. Maduro no le mete miedo ni a la oposición ni a sus seguidores.

Al chavismo lo ayudó la campaña feroz que contra los presidentes civiles emprendió la sociedad civil, la anti política, la izquierda, la prensa, los intelectuales. Ellos cometieron errores: no enfrentaron la corrupción, no supieron reformar el sistema económico, limitaron en contadas ocasiones la libertad de prensa, mancharon la majestad presidencial, pero aun así representan la mejor época de Venezuela desde todo el siglo XIX hasta hoy. En vez de reformar la democracia se aplaudió la vuelta a lo peor del pasado. Conviene reivindicar a esos presidentes, señalar sus virtudes, sobran los que los cubren de oprobios.

Nadie borrará de la historia el Caldas, cuando Jaime Lusinchi defendió la soberanía nacional y obligó a Colombia a retirar la corbeta de aguas venezolanas.  En estos años que “tenemos patria” el gobierno chavista  ha permitido que Guyana invada la zona marítima venezolana, se ha reconocido el plan expansionista de  los guyaneses.

Gracias a los presidentes civiles todavía el venezolano tiene algo de agua y electricidad; ellos impulsaron el plan de viviendas más exitoso que hemos conocido; la propiedad horizontal, millones de venezolanos viven en residencias que han soportado el paso del tiempo, sin contar desarrollos construidos por el estado como los edificios de Caricuao. La Doctrina Betancourt hoy la sigue el mundo entero.

Al chavismo lo define el plan ferrocarrilero, el plan eléctrico, el eje Orinoco Apure, la destrucción de PDVSA. El presidente eterno despreciaba a las elites venezolanas. En Guárico, Cojedes, Anzoátegui, Carabobo, las ruinas recordarán siempre los miles de millones despilfarrados en construir ferrocarriles que nunca se terminarán. La falta de agua también representa el olvido criminal de los planes para construir embalses y cuando sufrimos un apagón también somos víctimas del plan eléctrico.

El chavismo  despreció a la elite, así nos ha ido. Hoy no sabe cómo superar un sistema económico con 4 tipos de cambio, ideal para enriquecer a unos pocos, donde se castiga a los hombres que producen, se les condena al desempleo, o a salarios de hambre. En comparación se agigantan los presidentes civiles que representaron un sistema democrático en tiempos oscuros de dictaduras en el continente, solo con haber permitido la alternancia en el poder los presidentes civiles representaron un período glorioso de la historia del continente.

La jactancia de que tenemos patria nunca fue tan verdadera para Venezuela como cuando Lusinchi  puso al país en pie de guerra para impedir la violación de la soberanía.

¿Tenemos patria? No, la tuvimos con Betancourt, Leoni, Caldera, Lusinchi, Herrera, Pérez, cuando un presidente sucedía a otro mientras dictadores militares gobernaban en el continente, menos en Venezuela que era un faro democrático en esos tiempos oscuros.

Fausto Masó
fausto.maso@gmail.com
@faustomaso

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lunes, 24 de marzo de 2014

OSWALDO ÁLVAREZ PAZ, NUEVA GENERACIÓN UNIVERSITARIA, DESDE EL PUENTE

Existen realidades a la vista que no merecen mayores explicaciones. Una de ellas, quizás la más importante es la incompetencia del régimen para dirigir al país. Me refiero a todo el régimen, a cada una de las distintas ramas del poder público sin excepciones. Dan pena y lástima. No sirven para nada. De Maduro y Cabello, ni hablar. De todo lo demás sólo pondré el nuevo testimonio que acaba de dar el Tribunal Supremo de Justicia, gracias a la decisión de la Sala Constitucional sobre los alcaldes opositores. Detenidos injustamente Leopoldo López, Simonovic, los comisarios Guevara, Baduel y tantos otros, ahora ordenan detención de Daniel Ceballos de San Cristóbal y de Enzo Scarano en San Diego, Carabobo, agregando la destitución. Pero todos los opositores tienen la pistola montada sobre sus cabezas. Represión y violencia institucional inaceptables e indignantes. Adiós Constitución, adiós Derecho. Viva la fuerza bruta, la audacia de los ignorantes.

Pero no todo es lamento. El ejemplo de María Corina disminuye como pocas veces la autoridad moral de la OEA y la discursiadera de algunos “jefes” militares refleja la enorme crisis interna que atraviesan. No olvide Maduro aquel decir según el cual “los militares son fieles y leales hasta que dejan de serlo”. Normalmente el Presidente es el último en enterarse.

Sin embargo, en medio de este cuadro desolador, contemplamos la insurgencia de una nueva generación universitaria. Generación del cambio y de la victoria. Dignos herederos de las del 28, del 36 y del 58 a la cual pertenezco. Es su hora y su tiempo. Nuestra obligación es apoyarlos en todo, estar cerca para una opinión, un consejo si lo solicitan, para enmendar los errores que puedan cometer. Ellos son ahora los grandes acreedores de la historia. Deudas muy grandes deben quienes no fueron, ni son capaces de hacer de Venezuela el país que algún día juramos construir.

Oswaldo Álvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com 
@osalpaz

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miércoles, 12 de marzo de 2014

PAULINA GAMUS, PATRIA, SOCIALISMO Y MUERTE, TRIBUNA, EL PAÍS, ESPAÑA

En el aniversario de la muerte de Hugo Chávez no hubo llantos, no lloró la familia, mucho menos Nicolás Maduro
  
El primer aniversario del día en que según el Gobierno cubano y el subordinado oficialismo venezolano, Hugo Chávez pasó a la eternidad, volvió a mi mente un recuerdo de la remota infancia. En aquella época los hombres usaban sombrero y cuando pasaba una carroza fúnebre, todos sin excepción se descubrían la cabeza en señal se respeto por el desconocido que había pasado también a la eternidad. Pero al tiempo en que se producía esa actitud de piadosa consideración ante la muerte, la manera venezolana de decir que alguien estaba agonizando era: “Está pidiendo pista” (como los aviones para despegar) y una vez que el deceso era efectivo e irreversible, se decía: “Fulano (a) pasó el páramo en escarpines”. Dualidad muy propia de la irreverencia como parte de nuestra cultura.

Al encender el televisor este 5 de marzo ya la nomenklatura revolucionaria estaba acomodándose para el inicio del desfile militar preparado para la luctuosa fecha. El jefe máximo de Cuba y por consiguiente de Venezuela, Raúl Castro, había descendido del avión Dassault Falcon 900EX, matrícula YV-2053, que pertenece al Gobierno venezolano pero que el jefe máximo utiliza a su antojo como corresponde. Apenas piso tierra conquistada, la bandera cubana que ondeaba oronda, rodó por los suelos. 

En un país en el que la falta de información y la prohibición hasta del humor han dado lugar a toda serie de pensamientos y elucubraciones mágicas, esa bandera caída fue una señal. Hasta ahora no sabemos de qué, pero las esperanzas existen. 

El primer entrevistado fue Adán Chávez, hermano mayor y supuesto mentor ideológico del comandante golpista, quien se refirió al difunto llamándolo “El Gigante”. Aquello no dejó de parecerme curioso, porque si bien es natural que a cualquiera le duela la muerte de un hermano, el endiosamiento del personaje casi siempre se deja a terceros. Lo interesante es que allí no hubo llantos, no lloró la familia, mucho menos Nicolás Maduro, quien se había deshecho en llanto un año antes, cuando anunció el viaje del comandante eterno hacia el otro mundo. ¿Cómo iba a llorar si estaba la mar de contento en una posición que ni en sus fantasías más audaces pudo jamás intuir? ¡Presidente de Venezuela! subordinado a los Castro, pero presidente al fin. 

El asunto es que no lloraba nadie, ni Evo Morales tan deudor del fallecido por los favores recibidos, ni Daniel Ortega igualmente deudor y moroso. Menos aún los cancilleres y otros segundones enviados por los Gobiernos cuyos mandatarios no quisieron participar de un espectáculo que fue de todo menos sobrio y solemne.

¿Y la calle? ¿Dónde estaba aquella masa humana que apenas un año atrás hizo largas filas durante días y noches para darle una miradita al cadáver insepulto, aquella gente que lloraba con desesperación y se mesaba los cabellos por la pérdida del caudillo? 

Echaré mano del empirismo para presumir que la mitad estaba de nuevo haciendo fila pero esta vez frente a los supermercados, mercados, abastos y bodegas para conseguir alguno de los productos de uso básico que desaparecieron como El Gigante y que parecen estar acompañándolo en la eternidad: leche, aceite, azúcar, harina de maíz y de trigo, margarina y papel higiénico. 

La otra mitad del país participaba de las manifestaciones y protestas de todo tipo: por la escasez, por la libertad de los presos políticos, por la inseguridad que reina en el país y que solo en 2013 produjo 23.000 homicidios. 

Pero ese día, el mismo en que las palabras patria, paz y amor redundaban en los discursos cuajados de la tradicional cursilería militar, retroalimentada por el kitsch del militarismo chavista, Nicolás Maduro ordenó a los grupos paramilitares del Gobierno, los llamados “colectivos”, que actuaran en defensa de la revolución. El 12 de febrero, cuando esos matones dispararon contra una manifestación de estudiantes y causaron tres muertes y más de cincuenta heridos, Maduro había declarado: “No acepto grupos violentos en el campo del chavismo y la revolución. Quien quiera tener armas para combatir con armas, que se vaya del chavismo". Una vez más quedó en evidencia que Venezuela está gobernada por personas que han hecho de la mentira, de la burla y del delito, el signo de su gestión.

La contraorden de Maduro fue acatada de inmediato y la noche del 5 de marzo fue de horror en el Este de Caracas y en otras ciudades. Los motorizados con sus armas de fuego disparaban contra edificios mientras tanquetas de la Guardia Nacional Bolivariana destruían a su paso automóviles estacionados en las calles. Hubo muertos, heridos y presos. Todo fue coordinado con el organismo gubernamental que presta el servicio eléctrico para que éste fuera suspendido en las zonas donde se producían los ataques contra ciudadanos indefensos y sus bienes. 

Para poner la guinda a la torta, la Defensora del Pueblo, aprovechó el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para declarar que: “Si aprehenden a 15 jóvenes y una persona es golpeada o maltratada, la tortura tiene un sentido, se emplea para obtener una confesión”.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece como requisitos para ser presidente (a) de la república: ser venezolano por nacimiento, mayor de treinta años de edad, de estado seglar, no tener otra nacionalidad y no estar sometido a condena definitivamente firme. No exige que el ungido (a) sepa leer y escribir y mucho menos un examen de cociente intelectual o de salud mental. Así se explican no solo las declaraciones de la Defensora del Pueblo sino la indignación de Maduro en el aniversario del fallecimiento del Inmenso, exigiendo a los demás países que no se “entromezcan” en los asuntos internos de Venezuela y la ruptura de relaciones con Panamá acusada de entrozmetimiento. 

¿Fue esa ruptura un acto de la ya consuetudinaria ignorancia de Maduro, al no saber que por el Canal de Panamá pasa el petróleo por el que China, a quien le debemos hasta el modo de andar, recibe en pago el petróleo venezolano? ¿O fue un acto de viveza que no hemos sido capaces de calibrar, para no pagar los dos mil o más millones de dólares que comerciantes venezolanos les adeudan a comerciantes panameños? 

El presidente Martinelli de Panamá, vino en a Venezuela en julio de 2013 para tratar de cobrar esa deuda y se fue como vino, con las manos vacías. Quizá si Maduro le aplicara la misma medicina a China y a Rusia, nuestros gigantescos acreedores, esta Venezuela socialista quebrada, hipotecada y arruinada por Gulliver Chávez y su equipo de liliputienses, pueda levantar cabeza.

http://elpais.com/autor/paulina_gamus_gallegos/a/

Paulina Gamus
gamus.paulina@gmail.com
@Paugamus

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