"El
imperio de la dependencia fue creado por Hugo Chávez, con falsas promesas, y
mintiendo para que lleguen a arrodillarse ante el gobierno y ante él. Dándoles
peces, pero sin permitirles pescar”
Declaraciones del entonces Cardenal argentino, Jorge Mario Bergoglio,
hoy, Papa Francisco
La
inmoralidad, negligencia e ineptitud de quienes militan en el Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV), en el manejo de la cosa pública en cargos
de altas responsabilidades, desde la Presidencia de la República, hasta
gobernaciones, Alcaldías, Poder Judicial, Asamblea Nacional, Fiscalía General
de la República, Consejo Nacional Electoral, Defensoría (¿) del Pueblo,
Contraloría General y empresas del
Estado, entre otras, ha permitido a los venezolanos observar desalentadoramente
la irresponsabilidad, ineficacia e ineficiencia de sus titulares en el
ejercicio de sus funciones, a lo largo de estos 16 años, en los que se sembró
expectativas que se quedaron sin respuesta, debido a la inequidad, impudicia y
corrupción en todos los niveles.
En
amena lectura del libro “Buena y Mala Vecindad”, cuyo autor es el escritor y
ex-canciller mexicano Isidro Fabela,
encuentro una frase de su autor: “¡Cuánto vale el respaldo de un
gobierno libre y soberano, con nuestros mismos principios y con nuestros mismos
ideales!”. Y nada más cierto, cuando observamos a un gobierno teñido con un
seudo nacionalismo, confundido con teorías peregrinas; invocando la supuesta
defensa de lo propio con inaudita provocación a empresas y poderes en un país
en el que proliferan los grandes negocios, el lucro a todo trance, la
voluptuosidad de meter la mano en los caudales públicos, la pequeñez humana, el
terror, la ignorancia y un sin fin de males, que nos aquejan, todo lo cual se
transforma en un repudio total e infinito, que muchos estiman culminará el
próximo 6 de diciembre cuando se celebren las elecciones parlamentarias, y
hombres y mujeres de la oposición, tomen asiento en el hemiciclo del recinto
legislativo, concebido en democracia para aprobar las leyes y no para denostar,
maltratar, humillar y agredir, a quienes no comulgan con la mal llamada
revolución socialista, bolivariana y marxista, que el difunto Chávez el 30 de
enero de 2005 en el Foro Social Mundial celebrado en Sao Paulo, Brasil,
mencionó como el socialismo del siglo XXI, cuyo tutor fue Heinz Dieterich
Steffan, asesor primigenio y que posteriormente terminó divorciándose del
proyecto venezolano, por considerarlo ajeno a los principios doctrinarios
contemplados en el mismo.
El mito
de Sísifo fue tratado en forma magistral por el escritor francés Albert Camus,
en una de sus obras de 1942, como símbolo de la trágica condición humana.
Surgía de la comprensión que, dentro de la mitología griega, Sísifo encarnaba
la astucia y la rebeldía del hombre frente a los designios de los dioses. Esto
resulta aleccionador porque se debe entender que así como Sísifo fue condenado
por Zeus a empujar eternamente por la ladera de una colina de los infiernos una
roca que caía de nuevo al llegar a la cima, también en nuestro país se están
dando acontecimientos que se los puede parangonar con la leyenda. Observamos
por ejemplo, los privilegios de los que disfruta una selecta cofradía de
privilegiados seudo revolucionarios, que por la nigromancia convierten la
basura en oro, ante los ojos de una país que se mantiene en vilo, como
consecuencia de la grave situación económica, política y social que vive en los
actuales momentos. Muestran, sin duda alguna, una inmoral conducta, sin talento
y exageradas brutalidades con graves estropicios contra la dignidad del ser
humano, las cuales vejan y humillan a un pueblo cansado de tanta barbarie y
abuso de poder.
A todo
lo anteriormente señalado, se suma el burdo pretexto del régimen que acusa del
desastre, que lo etiqueta como “la guerra económica”, a supuestos paramilitares
colombianos a cuya cabeza colocan al expresidente colombiano Álvaro Uribe. Y
qué hablar de la inseguridad, que carcome las entrañas del pueblo, que cada día
a lo largo y ancho de toda su geografía, contempla con estupor, indignación y
dolor, como hombres, mujeres y niños, caen abatidos por las balas de
delincuentes, sicarios y hasta de los propios miembros de los distintos cuerpos
policiales, llámese CICPC, PNB, Guardia Nacional, Sebin, etc, tal como lo
recogen los medios de comunicación independientes en las páginas de la crónica
roja, al extremo, de que en un lapso de 48 horas fueron asesinados el escritor
Jorge Mier Hoffman (Porlamar); Mayor General, Nelson Rengifo (Maracay) y un
comerciante de origen portugués en San Bernardino Caracas. La alarmante cifra
de cadáveres ingresados en la Morgue de Bello Monte (290) el pasado fin de
semana, habla por sí sólo de tan dantesca situación.
Y ni
hablar del inhumano trato que reciben los detenidos políticos que se encuentran
presos en calabozos de Ramo Verde: Leopoldo López, Daniel Ceballos, y en el
Centro Penitenciario de Uribana en Barquisimeto, la Capitana (asimilada)
Odontólogo de oficio, Laided Salazar, acusada de conspirar contra el régimen,
así como más de un centenar de estudiantes
que han sido objeto del más brutal e inhumano trato psicológico y
físico, que va más allá de la incomunicación en estrechas celdas, cual vulgares
delincuentes, sin el debido proceso, en
deplorables condiciones y hasta con prohibición de recibir visitas. Solo falta
les coloquen los grillos en sus pies, como a aquellos presos políticos que
estuvieron detenidos por muchos años, en la Plaza de la Concordia (Caracas) y
en el Castillo de Puerto Cabello, por oponerse a la dictadura de Juan Vicente
Gómez. ¡Cuasi igual!
La tan
mentada revolución socialista, bolivariana y marxista, ha sido la más dura
flagelación que haya recibido el cuerpo y espíritu de la mayoría de los
venezolanos. Desde un principio, el entonces Teniente Coronel Hugo Chávez
Frías, mintió haciendo alarde de sus dotes histriónicas con las que obtuvo el
voto mayoritario de un sector del país y alcanzó la silla de Miraflores, pese a
haber conspirado para derrocar al gobierno de Carlos Andrés Pérez. Y no
conforme con ello, y como para que el país terminará de hundirse en el fango de
la miseria, dejó a su heredero, designado a dedo, Nicolás Maduro para que
concluyera la obra inconclusa de la tragedia que vivimos.
Estamos
en presencia de un régimen, en el que los valores de nuestra nacionalidad poco
o nada valen, al extremo de comparar a Chávez con el Libertador, de quien
tomaron su nombre para falsear una seudo revolución. Un régimen en el que insolentemente un
diputado tiene la desfachatez de
expresar que “Bolívar y Chávez nos dejaron esta patria para que la convirtamos
en una potencia”. Un régimen en el que
los medios televisivos oficiales sirven de escenario, para que ignaros
personajillos expongan al escarnio público a honorables venezolanos, amén de
incitar al odio, violencia y discriminación con encendido y vulgar radicalismo,
dizque socialista. Un régimen que no tiene escrúpulos para falsear la historia
y pisotear la letra de la Constitución, vulnerando todos los derechos
ciudadanos y las libertades públicas, de expresión y prensa.
En una
entrevista que le hiciera el periodista socialista norteamericano Chris
Mathews, al entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, para
consultarle su opinión sobre el socialismo, soltó esta prenda: “ Culpo a los
políticos que buscan sus propios intereses. Los socialistas creen en la
redistribución, que es una de las razones de la pobreza. Quieren nacionalizar
el universo para controlar todas las actividades humanas. Destruyen el
incentivo del hombre para, inclusive hacerse cargo de su familia, un crimen
contra la naturaleza y contra Dios. Estas ideologías crean más pobres que todas
las corporaciones que etiquetan como diabólicas. La gente dominada por
socialistas necesita saber, que no tenemos que ser pobres. El imperio de la
dependencia creado por Hugo Chávez, con falsas promesas, mintiendo para que
lleguen a arrodillarse ante el gobierno y ante él. Dándoles peces, pero sin
permitirles pescar. Si en América Latina alguien aprende a pescar es castigado
y sus peces confiscados por los socialistas. La libertad es castigada por un
bloque de regímenes socialistas como Cuba, Argentina, Ecuador, Bolivia,
Venezuela y Nicaragua. ¿Quién los salvará de esa tiranía?”
La
respuesta Santo Padre, la tiene Dios, y el tiempo de Dios es perfecto, según
reza la biblia, y también el anhelo de un
pueblo hastiado de tanto atropello a su dignidad y amor propio.
Carlos E. Aguilera A.,
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
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