Recordemos a Churchill y su definición del apaciguador: “es aquel que alimenta un cocodrilo con la esperanza de que se lo coma de último”.
“El mundo no se compadece de las víctimas. Sólo respeta a los que luchan” Menachem Begin
Aunque debo comenzar por aclarar que nunca me gustaron estas primarias que ha organizado la MUD, parece que serán un hecho a menos que las células del Dictador adelanten una expectativa distinta antes de febrero de 2012. No me gustan porque hubiera preferido que el combate contra el régimen chavista, porque de eso se trata, se hubiese preparado por otro camino, a mi manera de ver, con una mayor madurez. Me hubiera gustado que los sectores que integran la MUD se hubiesen acordado primero en un pacto político como el de Punto Fijo, con bases y metas democráticas muy firmes y exigentes; luego, con un programa mínimo de gobierno que garantizara la transición de la dictadura chavista a la civilidad democrática; logrado esto, el candidato sería secundario y fácil de identificar por sus cualidades morales y los objetivos precedentes. Por eso, Fernando Mires, el sociólogo chileno y curioso de nuestra tragedia, dice: “Las primarias no son más que un procedimiento técnico para elegir un candidato cuando no hay acuerdos partidarios”, no una genialidad maravillosa como piensan algunos. No se hizo así y estamos embarcados en una campaña muy costosa para escoger un abanderado común. Los partidos de la MUD no realizaron “primarias” para seleccionar sus precandidatos, se acordaron en uno dentro sus filas, y los demás partidos sumaron su apoyo por decisiones de sus cúpulas, y por razones no explicadas a nadie, militantes incluidos; sin pensar que: “La salsa que es buena para el pavo, es buena para la pava”. Para enfrentar al General Augusto Pinochet Ugalde, la oposición chilena procedió como fue debido y a mi gusto antes expuesto, lo que le deparó un triunfo y una efectiva transición a la democracia. Pero, como dice mi hermano, ya las primarias son un hecho irremediable e irreparable, y entonces dejémoslas de lado para señalar una circunstancia que se ha ido delineando en la oposición, que para muchos no se veía venir en estas “primarias”.
Con los 5 candidatos inscritos se han creado 2 polos claramente definidos: Los que plantean un cambio radical de régimen y los que ofrecen mejoras en el ejercicio del poder. Los que denuncian que este es un régimen totalitario, contrario a la naturaleza humana y los que declaran que es tan solo un “mal e ineficiente gobierno”. Dos candidatos están planteando una confrontación a fondo con el castrochavismo para un cambio radical en el rumbo del país, desde su concepción económica hasta la refundación y reconstrucción de las Instituciones del Estado, mientras otros tres hacen ofertas para mejorar y hasta superar las que durante 13 años ha repartido el irresponsable populismo de Chávez; aspiran a ganarle en ofertas y promesas, como si se tratara tan solo de una caballerosa justa. Estos últimos se manejan según las encuestas mientras los otros dos tratan de orientarlas hacia los verdaderos objetivos de un Estado democrático y responsable. Es la famosa diferencia entre políticos y estadistas. Un descarado político británico se ufanaba de ser el líder del populacho cuando decía: “Yo soy su líder, yo los sigo”; nunca aportó nada a su país sino ruido, por aquello que advierten los chinos: “Sólo los peces muertos siguen la corriente”.
El domingo 30 de octubre El Universal publicó un foro realizado por Roberto Giusti a María Corina Machado donde la candidata independiente expuso claramente que propone un régimen distinto, no sólo en lo económico, como quiso encasillarla el hábil periodista, sino esencialmente proyectado a rescatar la dignidad del pueblo y a sus Instituciones. En una entrevista posterior, en el escuchado programa “Aló Ciudadano” que conduce con brillo y valor Leopoldo Castillo, reiteró su propuesta y rechazó continuar proyectos populistas como las llamadas “misiones”, ideados por Fidel Castro para mantener sometidos y sumisos a los venezolanos. Ayer vimos y oímos a Diego Arria, también candidato independiente, denunciar la dictadura que nos atropella y su disposición a desplazarla para recuperar la vida en libertad y el estado de derecho para todos, civiles y militares. Ninguno de estos 2 candidatos hace concesiones al régimen ni al populismo demagógico; ninguno ofrece “mejorar las misiones” sino sustituirlas por programas serios para atender de verdad a los más necesitados, sin degradarlos a pedigüeños. Ofrecen un cambio de verdad.
Frente a ese polo, los otros 3 candidatos nos trufan de cuñas con ofertas de progreso, paz, reencuentro, reunificación (?), mejora de las misiones, etc. Hoy, sábado 12 de noviembre, en una nueva sección de El Universal llamada “Propuestas para las primarias”, se publican artículos de López y Pérez con sus ofertas ,que cualquiera pudiera intercambiar las firmas de los autores sin alterar el contenido. Artículos espejo, llenos de propuestas para “mejorar la normalidad” que parecen vivir, dentro del espíritu de “no confrontación” que aconsejan esos expertos en perder elecciones, sin advertir la profundidad de la tragedia en que ha sumido al país y sus instituciones Chávez y sus secuaces. No creo equivocarme en afirmar que Capriles también podría firmar cualquiera de los dos artículos de hoy. Este otro polo de la oposición, muy joven me suena a viejo a “más de lo mismo”. Ojalá Dios arreé otro empujoncito.
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