"Cuando se trata de resolver la pobreza quitándole a los ricos para dárselo a los pobres, todos terminamos pobres menos los mentores..."
Es común la frase
"quien no fue comunista en la juventud no tiene corazón y quien no es
capitalista en la adultez o no tiene
cabeza o carece de razón". El tema va más allá. La juventud no aborrece el capital o lo
"resiste" reflexivamente. Simplemente ignora su origen y poder. Ese
amor por lo igualitario; por una sociedad de permuta, paz y revolución al decir
de Popper, "es una idiotez irrealizable". De entrada las revoluciones
no son pacíficas. Lo que ha demostrado la experiencia, madre de todas las
ciencias (Cervantes), es una profunda ansiedad de poder del "líder"
de fusil para inducir reflujos (Dixit Ruth Capriles/El Libro rojo del
resentimiento). Y de esa angustia de "redimir a los pobres" a
convertirse en un degustador de caviar, hay menos de un paso.
La historia va de
personajes que en su juventud padecieron la pobreza, leían a Marx (entre
páginas) y soñaban con un mundo comunitario, ajeno a la"explotación del
patrono". Hombres como Khrushchev, Castro u Ortega, más toda una estela de
revolucionarios en lo cual Venezuela no es excepción (de la IV a la V), que
instalados en el poder, se trajearon de
paltó levita y se sentaron a comer con cubiertos de oro y plata...Muy
pocos guardan las apariencias. Pero esto no es fenómeno sólo de Presidentes o
autócratas. Ya lo alertaba Malula, aquel memorable personaje de Radio Rochela:
"Yo nací en el barrio, me crié en el barrio, ¡pero con qué ganas me iría
vivir pal' Country Club". Esencia "aspiracional" del venezolano,
con el detalle que llegar al Country, no se concibe con la variable
trabajo...Ya lo advertía Max Webber en su tratado sobre el espíritu del
capitalismo: "Para que una forma de vida bien adaptada a las
peculiaridades del capitalismo pueda superar a otras, debe originarse no sólo
en individuos aislados, sino como una forma de vida común a grupos enteros de
personas". Indudablemente el primer
promotor de esa forma de vida-capitalista-debe ser el Estado, sin tabú.
El propio
contractualista Jean-Jack Rousseau, pensador de la ilustración, cabalgó sobre
una ficción igualitaria llamada colectivo, a quien le sugería delegar en el
gobernante, su representación y mando para organizar la polis. Ello daría base
a La República. Los tiempos demostraron
que lo que olvidó Rousseau (también Platón) y sus colegas Montesquieu o
Diderot, fue un pequeño detalle: ¿Qué justifica tal endoso? ¿Qué recibo a
cambio? ¿Ciudadanía y nada más? Aristóteles estaba claro: "Los bienes
comunes reciben menos cuidado que los propios". Y a diferencia de Platón,
defendió la propiedad privada, base del capitalismo. La República igualitaria,
fraterna y solidaria de la Revolución Francesa pronto tuvo que responder a una
pregunta de pronto muy humana, muy terrenal y muy sencilla: ¿Cómo se costea
esto? Es muy lírico escuchar consignas censitarias y pobrecitistas. Pero cuando se trata de resolver la pobreza
quitándole a los ricos para dárselo a los pobres, todos terminan pobres menos
sus mentores. Francia y su asistencialismo, lo llevan muy mal. España y sus
pensionados quebraron el sistema. Italia aún no tiene claro cómo salir de su
letargo. A Grecia se la tragó la deuda social y EEUU en su momento (y aún lo
padece), ha pagado un elevadísimo precio de wealfare. El asistencialismo,
socialismo, comunismo, igualitarismo, centralismo o colectivismo, es un
fenómeno que poco estimula una dinámica creativa, evolutiva y productiva propia
de la razón humana. Pocos como Locke o JS-Mill, supieron anticipar las
perversiones hipócritas del discurso comunista. Así lo resume la Teoría sobre
la Propiedad-Trabajo del pensador Ingles (Locke), según la cual la tierra y las
cosas pertenecen a quien las crea y trabaja. O laÉtica utilitarista de John
Stuart Mill que habla del egoísmo particular, orientado hacia el bienestar
general, esto es, el bienestar colectivo
que postula elutilitarismo. "Un cuchillo es bueno no para cortar un trozo
de pan sino por favorecer a toda una comunidad como beneficio colectivo".
Un movimiento grupal inventivo en la cual evolucionamos todos.
La expropiación de
derechos y posesiones del hombre, no es justicia, es confiscación. Acto de
resentimiento que exorciza el esfuerzo. La revancha atiborra los bajos
instintos humanos a costo de la modestia. Y en ese modelaje todos quedamos
empobrecidos, moral, material y espiritualmente. En Latam el discursillo de la
lucha de clases, trajo dictaduras (como alternativa y como desquite). Y sólo un
pensamiento liberal respetuoso de la propiedad privada y del mercado, condujo a
la resiliencia (capacidad de reponerse de situaciones adversas). En Chile el
socialismo comprendió que las empresas públicas, quiebran. En Perú el turismo
desplazó al latifundio. En Brasil los industriales comprendieron la
corresponsabilidad social, pero la sociedad
entendió que prosperidad con socialismo no dura. Y en Venezuela aún no
hemos entendido nada de nada y todos quieren ser Social-Demócratas... Jamás fui
comunista. Desde chico lavé carros para ganarme la vida. Tenía cabeza, tenía
razón.
Orlando viera-blanco
vierablanco@gmail.com
@ovierablanco
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