Este es un país de pájaros bravos que de vaina vuelan porque todo se les va en el alarde. César Miguel Rondón. Revista El Librero. Nov. 2012
¿ Alguna vez, en un Aló, Presidente, cadena,
reunión de comuna, asamblea popular, se supo que viven mejor los obreros de
Brasil y Chile, que 82% tiene casa propia en China y del hambre hereje que
sufren los de Cuba?
¿Cuál periódico, canal de TV o radio comunitarios
informó que el presidente Lula, de izquierda sindicalista, sin avisar metió
guardias del Ejército nacional en barrios y cárceles para desarmar y limpiarlos
de malandros y drogas?
¿Si sacan a Globovisión por dónde saldrán
todas las noticias, quejas y reclamos?
¿Por qué nos cobearon hasta el final con la
enfermedad de mi comandante?
A los velorios, ¿fui a darle las gracias
porque nos quería, aunque no llegó a darme trabajo, vivienda digna, seguro de
salud ni tranquilidad en la calle? ¿Por deber cristiano de acompañar a un
difunto que fue como un taita?
¿Curiosidad para ver por segunditos el
cadáver de un famoso presidente?
¿O será que me sentí vigilado por los
soplones del partido, encima de uno en la brega y a toda hora?
¿Siento mucho culillo de que me quiten la
mesada gratis o el salario si hago lo que me da la gana sin dañar a nadie, lo
juro por la santísima Virgen?
¿Los reales y el petróleo son nuestros o de
los cubanos, chinos, rusos?
¿Y eso es mejor que estar libre, con derecho
escrito y sellado, de recibir ayuda decente como era antes, cuando uno está
pelando, sin empleo, enfermo, malogrado, en refugios o jubilado?
¿Por qué los que mandan ahorita ganando un
realero, en sus camionetotas, no quieren las misiones como leyes fijas sino
repartidas por dirigentes pesuvecos?
¿Cuándo antes, en mi vida, pobre pero
honrada, de mis viejos y abuelos campesinos, faltó en mi rancho, mi pueblo ni
aquí en la bodega ni en los mercados maíz, caraotas, azúcar, café, pollo,
cambur, quinchoncho, pasta de dientes, papel toilette, jabón?
¿Quiero que mis chamos sean vagos, matones,
ladrones, secuestradores, pranes, policías, milicos con balas hasta en las uñas
para que se droguen, tronados con caña o con esa habladera de paja tantos años
seguidos, maten y los maten si alguien o algo les cae mal?
¿Para qué suben el sueldito y la misioncita
si al día siguiente la comida cuesta el doble si se consigue?
¿Hasta cuándo la franela roja y una cachucha
de bandera si lo que quiero es comprarme un blue jean, cualquier trapo que me
da nota?
¿Qué diría Bolívar el Libertador después de
que le faltaron el respeto y le jurungaron sus huesos sagrados?
¿Y qué nuestro Señor Jesucristo cuando lo
comparan con el fallecido y su gente armada hasta los sobacos?
¿Tengo que emborracharme en el mitin pero
esconderme para la cervecita con dominó del fin de semana?
¿Cuándo llegará el agua todos los días, se
acabarán los apagones que ahora son más largos y lo que hay son alumbrones de
milagro?
El tambor fuerte en el corazón no me deja
dormir tranquilo, ¿es por esta revolución socialista del siglo XXI que quiere
seguir el cómico bigotudo, superpapeado, con fama de reposero y que hijo de mi
comandante?
Compatriota, respóndase con calma y
sinceridad, ahora, antes y durante la cola del próximo 14. O busque guarida
para evitar que lo arrastren al centro de votación, a punta de fusil y lista de
control.
ALICIA FREILICH
alifrei@hotmail.com
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