Necesario es hoy
recordar este pasaje: ¡Paciencia corazón mío!;
“Al final de la Odisea, después de todo un largo tiempo errante, Ulises
llega por fin a su Palacio de Ítaca. Al ver su mujer acosada por impúdicos pretendientes,
que están comiendo y bebiendo en su hacienda, Ulises se inflama en cólera
vengativa. Pero no se lanza imprudentemente sobre ellos sino que se contiene
diciéndose: “Paciencia, corazón mío”. Esta breve recomendación que el héroe se
hace a sí mismo, a la vez constatado y calmando el ardor de su ira, es quizá el
comienzo de toda nuestra psicología, la primera muestra culturalmente
testimoniada de autoconciencia, según lo ha señalado muy bien, (Jacqueline de
Romilly en un exquisito libro que lleva precisamente por título las citadas
palabras de Ulises”.
Hagamos por todos los
medios posibles un llamado de alerta temprana a cuanto Anti-Ulises redivivo,
prestos a darle rienda suelta a sus frívolas rabietas que ensayan desatar sus
íntimas venganzas preconcebidas, no nos prestemos a servirles de trompos servidores a los tejedores de
fantasías fatuas, ni permitir que el grueso de el país sea sorprendido en su
buena fe, que nos hagan caer de nuevo en la tentación de jugar en el tablero
equivocado, mordiendo el peine, el de una vía rápida, para darle cauce de
salida y rápida a esta etapa compleja. Lo aconsejable es continuar a paso
firme.
Una acotación
necesaria…
¡Cuidado, cuidado!,
en enero/2010 ya advertíamos referente a
comprarle al régimen su soñada y singular interpretación de una versión
criolla de su “Playa Girón” que tan buenos resultados le dio a Fidel Castro
para eternizarse en el poder. ¡Cuidado!, es lo que han venido añorando con
impaciencia, lo han imaginado con goce desde tiempo atrás, sin resultado alguno.
Esta falta de efectos ha sido posible gracias entre otras cosas, a la
convicción raizal del pueblo venezolano de ser demócrata y de para siempre
serlo. Precisamente, ha sido esta la mejor reserva civilista para derrotar el
militarismo, el mesianismo, el autocratismo, abatir tiranías y dictaduras,
socavar caudillos que los áulicos, aplaudidores y cortesanos han colocado en
los pedestales del mito, incluidos a quienes se han disfrazado de demócratas,
para luego dejarlos caer estrepitosamente... No en balde, esos mismos
esperanzados repetidamente han señalado el camino frente a estas deformaciones
de la venezolanidad. Persistentemente, igualitario y libertario, siempre con la
esperanza hecha sueños, nos dijo: ¡Más abajo pisó Bolívar!, recordándonos
siempre que su Bolívar no era el que adoraban en las alturas del poder, para el
asalto, el cohecho, la corrupción, el nepotismo la mentira oficial, el culto al
cabecilla de turno. Por eso persistente nos dijo, ¡Más abajo pisó Bolívar!, que
era el Bolívar de ellos y no el que le habían puestos en los sagrarios, para
apartárselo. ¡Cuidado! ¡Mucho cuidado!, porque este gobierno sedicioso y
siempre ocurrente por ya largos años, ha entrado en el territorio de la perturbación de la que no habrá de salir,
porque el pueblo, siempre fue así y lo sigue siendo, arremete con una carga y
si es rechazado, se prepara para otra, así hasta conquistar su victoria. Y eso
lo sabe perfectamente el gobierno. Por eso tiene excesiva y pronunciada angustia que día a día se multiplica, y en su desesperación, echa mano
de viejos expedientes, y de viejos anhelos, de esa necesidad vital de tener su
“Playa Girón”. Por supuesto, en manera alguna está esperando una invasión de
fuerza exterior alguna, ya esa esta instalada aquí la invasión buscada, aceptada
y permitida (por todos), las avanzadas cubanas. Ya tienen su Angola en el país;
en lo que han fallado una y otra vez es en la justificación para desatar toda
una ofensiva que le permita posicionarse y recuperar el terreno perdido de
manera creciente en el querer popular... Sabe que el cheque en blanco que en el
ayer reciente le firmaron los desposeídos, hoy se lo han anulado. Ya no lo
pueden cobrar por el monto que quieren. Por eso están dando pasos tácticos que
creen correctos promoviendo incesantemente la conflictividad a pequeña escala,
de carácter experimental, para ver los resultados y analizarlos; avanzando y
retrocediendo con torpeza. Muchos cándidos exhiben su alegría, porque
consideran que al gobierno le yegó su final del camino y hasta los ingenuos
inteligentes no dejan de sonreír porque ya se ven pateando los pasillos de
Miraflores. Unos y otros no han entendido aún que este es un gobierno de un
exclusivo grupo de militares, que sin escrúpulo, viene ejecutando en la
sociedad nuestra, experimentos que por su naturaleza, al contrario de las
ciencias experimentales, le están vedados por método y ética a la ciencia
social, inducidos por militares extranjeros, que en sus propios países no
aplicarían estos ensayos sociales. Deben saber estos ingenuos inteligentes, que
este es un gobierno que al grueso de los integrantes de nuestras Fuerzas
Armadas, los mantiene bajo el filo de la sospecha, sino que al igual que los
trabajadores, los desempleados, la pobreza urbana y sectores de la baja e
intermedia clase media, los conserva en vilo y en completo estado de
subordinación bajo la incesante postura de rodilla en tierra, como lo hipan.
Han logrado conservar a los pobres de los cordones de miserias de nuestras
ciudades atados al excedente esporádico que les otorga, así como el control
psicológico, por inducción al miedo paralizante al personal de oficiales,
clases y soldados y la constante ofensiva a través del estímulo de los
“destacamentos del hampa” para que mantengan en ascuas y de manera irredimible
el miedo entre todos los sectores especialmente la desdibujada clase media. Aún
hay focos de resistencia entre los trabajadores y en los estudiantes. Con los
primeros porque todos ellos habitan en esos cordones de miseria y están
habituados a convivir dentro de ese
entorno social, y aunque con
inconformidad valoran su relación laboral, con los segundos porque
históricamente, por ser jóvenes, siempre demostraron “la fe e inspiración juvenil de triunfar”.
Por eso hay que tener
mucho cuidado, particularmente en este preciso momento, en este dilema en que
se encuentra el país todo, sumado a las contradicciones profundas que van en
firme ampliación en el seno del gobierno.
Pero ¡cuidado¡ estas
han permitido que sectores del mismo, especialmente de la derecha roja tienda puentes de plata para asegurarse en el
futuro inmediato, tanto para la impunidad, que permita el disfrute de los
bienes perversamente logrados en obscena alianza con rancios sectores ubicados,
teóricamente, en la oposición, pero que nunca dejaron sus vínculos con sus
pares en el gobierno en los asuntos de los negocios y los contratos mediante
interpuestas personas, y que se han
repartido el producto de los saqueos al erario público. Por lo pronto, están
ideologizando al pueblo, y ya dieron arranque con un lema., que genera
hilaridad, de que “lo importante no es el tipo de cambio, sino el cambio del
tipo”. Con ello dejan abierta la posibilidad de que “cambiar al tipo” que es lo
que se busca, aunque ese cambio sea por alguno del mismo combo gubernamental,
“más digerible”, una especie de Adolfo Suárez en la transición española. Pero
también podría ser por alguno de la oposición “más digerible” por el chavismo,
uno de esos que en el seno del chavismo son considerados como “la oposición
permitida”.
¿Forzar su salida? De
hacerlo se presentan dos opciones: o hacerlo a través de un hecho de fuerza lo
que nos conduciría a la implantación de una dictadura, o, a través de
solicitarle la renuncia adelantada para iniciar la transición, en ambos casos,
lo mas seguro es que su desplazamiento lo cobrarían los nuevos sectores
financieros que se fueron gestando en el seno del gobierno, es decir, de
"la derecha revolucionaria", que está integrada por la derecha
financiera rojo, rojita; la azul y la amarilla.
Pero pudiera ser que
estos convidados de última hora, los ingenuos inteligentes, estén muy
conscientes de que le están haciendo el juego al “chavismo sin Maduro”, sin
percatarse en la respuesta a la ya clásica pregunta de quién es el beneficiario
de todo esto. En este escenario, responder a ¿Quién sería el favorecido? Es
harto ocioso devanarse los sesos en hurgar las posibles respuestas. ¡Pues nada
menos que el mismísimo régimen militar y sus conmilitones! Los sectores
populares continuarían con su idéntica hambre, con su igual esperanza marchita.
Si estos convidados
de última hora, los ingenuos inteligentes, no están conscientes de que le están
haciendo el juego a ese “Chavismo sin Maduro”, la conclusión es de pronóstico.
Pues por no saber de historia política, o por estar por tantos años desapegados
a la lectura que los hace cada día políticos por desuso, desconocen que en
Perú, sí en el Perú sereno, esta fue una salida a la crisis política que se usó
en dos oportunidades, como última ratio, precisamente en dos gobiernos
militares: el del general Manuel Odría, en el cual se dio una salida pactada
hacia la democracia, con el compromiso de la impunidad; y, en el gobierno del
general Juan Velasco Alvarado, “el chino”. Como éste último es de mayor gusto
del chavismo, no es descartable que se use este expediente. En este caso, el
segundo de a bordo, el general Francisco Morales Bermúdez, mano derecha del
“chino” le dio un golpe y lo desalojó del poder, echó para atrás todas las
políticas que aquel venía implementando, y en el acuerdo garantizó la impunidad
para su Jefe. Y los peruanos entusiasmados, ¡exclamaron menos mal que salimos
de este loco!, pero el loco no fue enjuiciado. Y sin ir muy lejos, aquí en
Venezuela, con el derrocamiento del
general Pérez Jiménez, justamente por parte de uno de los firmantes del Acta
que justificó el cuartelazo militar contra el presidente constitucional Rómulo
Gallegos, Larrazábal, para más señas, compadre de aguas del dictador, y
firmante del Acta en la cual las Fuerzas Armadas derrocaron a Pérez Jiménez, y
para calmar la revolución social movilizada en las calle que no se tragaba esta
fórmula de transición, optaron por una solución metálica: o plomo, o plata.
Decidieron darle plata a través del Plan de Emergencia y con eso fueron bajando
la temperatura social tornada de incandescente a tibia.
Por esta razón, si lo
deponen, simple y llanamente le harían un invalorable favor de quitarle de las manos la papa caliente que
lo está chamuscando en estos momentos, y que le permitiría la justificación
histórica y apelarían el argumento muy
manido de que sectores conservadores
mezquinos, con su traición (porque le darían este concepto mágico) impidieron
una revolución inclusiva de los mas débiles ¡No señor!
Un golpe lo liberaría
de tal manera que no se vería obligado a responder y enfrentar, con todas sus
consecuencias, sus errores, sus desatinos, su incapacidad, su improvisación, el
nepotismo, y su corrupción sin límites. No asumiría el tener que agenciar
soluciones, no enfrentaría responsabilidades, no tendría que afrontar las olas
del descontento ni las manifestaciones populares en su contra de sus propios
adherentes que inevitablemente se le vendrían encima como ya lo han comenzado a
hacer, en esta etapa de su erosión temprana, en el que para prolongar un poco
más su período, está obligado por fuerza de los hechos, que reciclar la larga
lista de incapaces, que tiene de sobra, encarcelar corruptos, que han crecido
como la verdolaga. Forzarlo a salir sería su mejor carta, por le permitiría una
huida hacia delante: no asumiría que rendir cuenta detallada por lo que le ha
regalado irresponsable e ilegalmente otros países en detrimento del nuestro, de
las carencias del pueblo, de sus necesidades más sentidas, de sus anhelos y
esperanzas. No le harían falta ni el Niño, ni la Niña ni el, ni la caída de los
precios petroleros, ni un ataque del Imperio. Exclamaría: ¡“pa. que más! No
tendría que reconocer ni un solo error. Seria su liberación total pero si
además tiran y pelan ese boche, (especialmente
ese equipo que de supuestos complotados que de vaina alguna que otra ves
arrima), que en las condiciones actuales
de apresto operacional seria casi seguro, utilizaría todo el aparato
represivo del estado de manera abierta, justificada, pero si pegan el boche aunque sea de marrana
los ayudarían en su propósito al derrocarlos, tener la histórica coartada de
que los sacó la mezquina derecha por su resteo con los más débiles y
seguiríamos como lo hemos venido haciendo, como muñecos adocenados, tratando de
justificarnos ante el mundo en lugar de enfrentarlos decididamente y no salir
corriendo para el Perú, o para Miami,
que ya dan pena ajena los comentarios que se hacen en algunos hermanos
países, a soto voce, de nuestra bien exhibida cobardía última. Un intento
fallido le suministraría combustible para purgar a la pálida y timorata
oposición interna, (como de hecho lo han venido haciendo), además le permitiría
profundizar su acción represiva, más allá del límite de la primera etapa y
quebrar los núcleos democráticos que se vienen gestando en diversas
organizaciones que no están en el radar ni en la nomina de la oposición ni del
gobierno. Perderíamos hombres y mujeres valiosos en una nueva andanada de
verdaderos exilados políticos. No como ahora que de cada diez exilados, la
mitad son reos de la justicia ordinaria.
Se ampararía en la
Doctrina de Seguridad del Estado y en la nueva y extravagante habilitación para
nuevas persecuciones, como lo hizo a partir del 2002 denunciando los golpistas,
pero inhabilitándonos por la acción de
aquel grupo de envanecidos necios que el 11-A dieron al traste con la gesta
ciudadana por sus cobardías y mezquindades.
Pero ¿saben qué es lo
grave si fallaran? ¿Lo objetivamente dramático? Que seguiríamos igual, sin luz,
sin agua, sin seguridad. Sin hospitales, sin escuelas. Sin carreteras. Sin
justicia. Sin industrias. Sin progreso. Sin divisas. Sin producción. Sin
división de poderes. Con inflación y desabastecimiento. ¡Y con los militares en
el poder!
Nada de lo que nos
está ocurriendo en términos de servicios, ni la devaluación, las vergonzosas
colas, no es casual, todo está fríamente previsto y calculado contando
simultáneamente con nuestro demostrado desconocimiento histórico y con la
galopante e improductiva pedantería retórica de la que hacemos gala.
Eso es lo que grita a
voz de cuello el obstinado sentido común.
Y nos encontraríamos
nuevamente, en el círculo vicioso, un retrotraimiento al mismo estado en que
nos encontramos el día previo al día “D”, como les gusta decir a esas mentes
afiebradas que optan por recorrer las veredas peligrosas: Que si las feroces
medidas de racionamiento se anunciaran con la ligereza, que lo hicieron sin
consultarnos, que no se nos dijo suficientemente con antelación para
prepararnos, que es lo mismo como si anunciaran que en Guadualito nacieron
trillizos, que lo hicieron sin organizar concierto con alcaldes y gobernadores,
la implantación de reales medidas alternativas; que están afectando a 30
millones de venezolanos. Esto, lo que antecede, es señal de que no es tan
improvisada como quieren hacernos ver nuestros descaminados “líderes”
opositores.
Para pisar en tierra
firme hay que bajar de la torres de observación en que se han convertido las
cómodas oficinas, desde donde con costosos larga vista, y criterios de campañas
focales teorizan sobre el futuro inmediato. Este gobierno, en material de
maldades, no da puntada sin dedal. Saberlo es importante, porque sus
intenciones reales apuntan a querer que le mordamos el anzuelo que nos han
tirado, conscientes de la conducta inmodificable, de esa oposición de
marras en demostración viviente y actual
de las teorías de Pavlov, que reaccionan de la misma manera a igual estímulo.
Mucho !ojo¡ con esto, porque lo que quieren de nosotros es que nos embelecemos
con la forma y no con el contenido.
Están lanzando una
carnada, para que los saquemos del ahogo, y al intentarlo por el camino
equivocado, nos hundamos lo más profundo en la caverna, y quienes se empeñan
obstinadamente en esta vía como la única salida, más vale que tengan clarísimo,
antes de hacerlo, algunas sencillas cosas:
¿Cómo van a resolver
los detalles cotidianos, del agua, la luz, la inseguridad? Porque la impronta
de la gestión de algunos aspirantes a sustitutos, es el de la improvisación.
Los daños inflingidos
a nuestro país, con la crisis que comenzó a mostrarse a partir de 1970, que
desde ese tiempo se ha venido exponenciando en las etapas subsiguientes y con
marcada agudeza en esta , será necesario para su solución al menos dos o tres
décadas, para que de nuevo transitemos por el sendero de la sana evolución sin
sobresaltos, impelida de manera inexorable e inevadible con la inclusión de
todos los sectores y de todas las clases sociales y por supuesto con programas de inclusión real
por los que nada tienen, los sedientos, siempre en busca de la luz.. Y los chavistas en la oposición,
créanme, por muy medrosos que sean, no sería tan difusos, etéreos, irresolutos
en sus acciones como hasta ahora lo ha sido la actual oposición. No hay que
dudarlo, no solo serán unos subversores, sino desestabilizadores permanentes,
no vamos a valorar por ahora lo de su vinculación con grupos islámicos.
Un nuevo gobierno,
aquejado con el síndrome imperante que acogota hoy a los actuales gobiernos
regionales, distintos a los del chavismo, tendría las horas contadas. Ese sería
su sueño dorado.... Y nuestra condena eterna.
Los daños que se le
han causado a la Republica son tan agudos, que tomará años resolverlos y mas
vale que estemos claros en ello, y, lo más importante, que “los líderes que en
innumerables blog y en la prensa extrajera a diario se autopromueven
profusamente como los nuevos profetas, que nos llevaran a la nueva tierra
prometida, se lo digan al país". No habrá milagros y el chavismo rojo, el
chavismo amarillo, el chavismo azul, el chavismo auri-negro, el chavismo
voluntario y el chavismo blanco deben desaparecer, para que de ellos solo quede
el recuerdo amargo y la experiencia infausta que nos prevenga de nuevos falsos
profetas. Para que a nadie le quede duda que el último Mesías vernáculo teniéndolo todo, todo, todo lo
arruinó.
En días pasados ha
estado circulando insistentemente, una
nota llamando a un Paro nacional.
¡Dios nos libre!
Tenía todas las trazas de ser una elaboración del laboratorio oficialista bajo
el tutelaje de los expertos de la Antilla Mayor.
Para que le saquemos
las castañas del fuego.
No señores. Que nadie
los tumbe y que nadie lo intente. Que crezca el descontento, que se
multipliquen los reclamos, que ruja desde la profundidad del mismo averno que
lo trajo, que la succionadora acabe con esta falsa en mala hora para los (no
para los revolucionarios sinceros, que los hay), resentidos e incompetentes. Que los asfixien
los reclamos, que los abrumen las protestas, que los culpables se vean
señalados y execrados por sus pares que de verdad militaron y militan con fe y
esperanza como lo hemos hecho los mas en un sueño democrático; que no tengan
dónde esconderse ni argumentos con los cuales justificarse. Que todo ese alto
mando se queme con la braza caliente que ellos mismos se agenciaron y de él
solo subsistan borrosos recuerdos... que pasemos la página y un nuevo amanecer
brillante y cristalino como las aguas del Orinoco, nos reencuentren a todos
para que avancemos por el camino, que a su manera, cada uno hemos soñado para
nuestros hijos, y que solo es posible en una democracia.
Pedro R. Garcia M.
pgpgarcia5@gmail.com
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