El gobierno afirma tener activos financieros y ahorro fiscal suficientes –denominados en dólares y en bolívares –para compensar la caída del ingreso fiscal producido por la baja en los precios del petróleo. La contabilidad de esos activos, según el gobierno estaría en los 100 mil millones de dólares, aunque en honor a la verdad, auditados probablemente colocaría la liquidez disponible –puede leerse como ahorro- en los 35 mil millones de dólares, con efecto fiscal, a los cuales se les agregaría los 12500 millones de dólares de "reservas excedentarias" para ser utilizados por PDVSA y el propio gobierno para pagar parte de la deuda pública contingente por las estatificaciones de empresas y descalabros financieros y económicos de otras. Esta última, transferencia del BCV a FONDEN y a juzgar por la impudicia del gobierno en financiarse con reservas internacionales no será la última, se expresa en el mercado a través del impuesto inflacionario.
Es importante acotar que a esto no puede agregársele los 30 mil millones de dólares de reservas en el BCV, estas estarían supliendo la demanda de divisas de la economía y tendría efecto en la balanza de pagos, con la mala noticia para el gobierno y para el empresario local que ese stock de reservas estará sometido a un proceso de agotamiento en virtud del déficit que se acumula en la cuenta corriente en lo que resta de año por la caída del precio del petróleo.
De este nivel de reservas internacionales, las llamadas reservas excedentarias, 12500 millones de dólares se transfirieron a FONDEN, un ente financiero para-presupuestario con efecto fiscal, impondrán mayor presión inflacionaria a la ya persistente inflación, porque esos dólares se transfieren al fisco sin que el BCV recibiera los bolívares en contraparte se corresponden a un shock monetario que doblaría los índices de inflación registrados en el 2008, todo ello, en condiciones aun más complejas, porque la economía venezolana ya se encuentra en medio de una severa contracción económica, proceso ya visible desde el último trimestre del 2008. Conociendo el escaso pudor monetario del gobierno, se presume que este utilizaría las reservas internacionales para llenar el enorme hueco fiscal, visible en el Presupuesto 2009, donde solo para comenzar, el precio del petróleo presupuestado de 60 dólares el barril es el doble del actual precio de 30 dólares. No es difícil entonces deducir la naturaleza del enorme ajuste fiscal que se deberá ejecutar y del shock inflacionario en curso por el continuo financiamiento monetario del hueco fiscal.
Así, el nivel de reservas se ha reducido drásticamente con la transferencia al fisco de 12500 millones, y con una tendencia a reducirse velozmente porque la cuenta corriente correrá negativa durante todo el ano -a 30 dólares el barril-, es decir, no habrá acumulación de reservas durante el 2009 que provengan por los caminos ortodoxos de la balanza de pagos, con lo cual el nivel de reservas apenas alcanzaría para pagar 5 ½ meses de importaciones. La situación económica se agravara ostensiblemente porque en la medida que avance el ano, el ajuste en balanza de pagos con una maxidevaluació n –entre el 30 y 50%- profundizara el impacto inflacionario causado por el financiamiento monetario del hueco fiscal, ambos impactos se resumirán en un voraz contracción de la actividad económica, como es costumbre en la economía venezolana.
Otro "ahorro" disponible al gobierno son las reservas del Tesoro tanto en los bancos como en el BCV, en total unos 28 mil millones de bolívares (12 mil millones de dólares) cuyo agotamiento en curso es acelerado dada la voracidad fiscal generada durante el boom petróleo, y una de las razones por las cuales el gobierno se ha negado a realizar un ajuste en el gasto público, dad las condicionantes política que un proceso de ajuste fiscal tiene, en el marco de un gobierno cuya acción política esta supeditadas a actividades redistributivas directas y al financiamiento de un estado que hoy incorpora un considerable gasto en capital por la expansión de sus actividades como dueño de empresas y actividades económicas de naturaleza mercantil.
Disponible también en FONDEN, pero sin que tengamos una auditoria que nos diga el efectivo no colateralizado, es decir, no comprometido por las "finanzas creativas" del gobierno compuestas de préstamos para la adquisición de petróleo y líneas de créditos y ayudas financieras a su vasta clientela internacional, así como subyacentes de activos financieros, letras, notas estructuradas, o bonos de deuda pública ecuatorianos, argentinos, países maulas, pagares de bancos centrales y otros instrumentos de gobiernos ideológicamente afines que constituyen subyacentes de activos financieros estructurados –notas y letras- sobre patrimonio del mismo BCV, así como de Bandes, Fonden, BIV, y el propio Tesoro.
También hay que dejar en claro por auditorias responsables de las potenciales pérdidas causadas al patrimonio de la República que se pudieron haber producido por el cambio del dólar al euro, en virtud que la depreciación del Euro en el periodo se acerca al 20% deprecio el valor en dólares de esos activos, todo ello adicional a las formas muy heterodoxas en el manejo de los activos externos tanto de los fondos públicos como de PDVSA como del mismo BCV, en mercado no auditados internacionalmente tanto por los mecanismos de control y legitimación de capitales de USA, Europa y Japón, y que su eventual reingreso al mercado financiero formal controlado por el "sistema financiero occidental" podría establecer costos considerables.
La utilización del efectivo en operaciones no económicas de PDVSA también ha golpeado sus transacciones financieras, así como muchas otras empresas residentes en Venezuela, donde bancos internacionales en USA y Europa aplican rigurosos mecanismos de control ex post, y ex ante de legitimación de capitales para garantizar que los flujos que genera el intercambio comercial y financiero fluye por los canales ortodoxos de pagos internacionales.
Si el gobierno se niega a ir a un ajuste fiscal por caída del ingreso petrolero, tendrá que ser transparente en cuanto al manejo de los excedentes generados por los elevados precios del petróleo, y mostrar los balances auditados del BCV, PDVSA, FONDEN, BANDES, y aquellas instituciones financieras en la cadena de las transferencias de reservas internacionales desde el BCV, y cuyo patrimonio ha servido para la estructuració n de activos financieros, y para adquirir títulos públicos de países considerados de riesgo pleno en el mercado internacional.
Es importante acotar que a esto no puede agregársele los 30 mil millones de dólares de reservas en el BCV, estas estarían supliendo la demanda de divisas de la economía y tendría efecto en la balanza de pagos, con la mala noticia para el gobierno y para el empresario local que ese stock de reservas estará sometido a un proceso de agotamiento en virtud del déficit que se acumula en la cuenta corriente en lo que resta de año por la caída del precio del petróleo.
De este nivel de reservas internacionales, las llamadas reservas excedentarias, 12500 millones de dólares se transfirieron a FONDEN, un ente financiero para-presupuestario con efecto fiscal, impondrán mayor presión inflacionaria a la ya persistente inflación, porque esos dólares se transfieren al fisco sin que el BCV recibiera los bolívares en contraparte se corresponden a un shock monetario que doblaría los índices de inflación registrados en el 2008, todo ello, en condiciones aun más complejas, porque la economía venezolana ya se encuentra en medio de una severa contracción económica, proceso ya visible desde el último trimestre del 2008. Conociendo el escaso pudor monetario del gobierno, se presume que este utilizaría las reservas internacionales para llenar el enorme hueco fiscal, visible en el Presupuesto 2009, donde solo para comenzar, el precio del petróleo presupuestado de 60 dólares el barril es el doble del actual precio de 30 dólares. No es difícil entonces deducir la naturaleza del enorme ajuste fiscal que se deberá ejecutar y del shock inflacionario en curso por el continuo financiamiento monetario del hueco fiscal.
Así, el nivel de reservas se ha reducido drásticamente con la transferencia al fisco de 12500 millones, y con una tendencia a reducirse velozmente porque la cuenta corriente correrá negativa durante todo el ano -a 30 dólares el barril-, es decir, no habrá acumulación de reservas durante el 2009 que provengan por los caminos ortodoxos de la balanza de pagos, con lo cual el nivel de reservas apenas alcanzaría para pagar 5 ½ meses de importaciones. La situación económica se agravara ostensiblemente porque en la medida que avance el ano, el ajuste en balanza de pagos con una maxidevaluació n –entre el 30 y 50%- profundizara el impacto inflacionario causado por el financiamiento monetario del hueco fiscal, ambos impactos se resumirán en un voraz contracción de la actividad económica, como es costumbre en la economía venezolana.
Otro "ahorro" disponible al gobierno son las reservas del Tesoro tanto en los bancos como en el BCV, en total unos 28 mil millones de bolívares (12 mil millones de dólares) cuyo agotamiento en curso es acelerado dada la voracidad fiscal generada durante el boom petróleo, y una de las razones por las cuales el gobierno se ha negado a realizar un ajuste en el gasto público, dad las condicionantes política que un proceso de ajuste fiscal tiene, en el marco de un gobierno cuya acción política esta supeditadas a actividades redistributivas directas y al financiamiento de un estado que hoy incorpora un considerable gasto en capital por la expansión de sus actividades como dueño de empresas y actividades económicas de naturaleza mercantil.
Disponible también en FONDEN, pero sin que tengamos una auditoria que nos diga el efectivo no colateralizado, es decir, no comprometido por las "finanzas creativas" del gobierno compuestas de préstamos para la adquisición de petróleo y líneas de créditos y ayudas financieras a su vasta clientela internacional, así como subyacentes de activos financieros, letras, notas estructuradas, o bonos de deuda pública ecuatorianos, argentinos, países maulas, pagares de bancos centrales y otros instrumentos de gobiernos ideológicamente afines que constituyen subyacentes de activos financieros estructurados –notas y letras- sobre patrimonio del mismo BCV, así como de Bandes, Fonden, BIV, y el propio Tesoro.
También hay que dejar en claro por auditorias responsables de las potenciales pérdidas causadas al patrimonio de la República que se pudieron haber producido por el cambio del dólar al euro, en virtud que la depreciación del Euro en el periodo se acerca al 20% deprecio el valor en dólares de esos activos, todo ello adicional a las formas muy heterodoxas en el manejo de los activos externos tanto de los fondos públicos como de PDVSA como del mismo BCV, en mercado no auditados internacionalmente tanto por los mecanismos de control y legitimación de capitales de USA, Europa y Japón, y que su eventual reingreso al mercado financiero formal controlado por el "sistema financiero occidental" podría establecer costos considerables.
La utilización del efectivo en operaciones no económicas de PDVSA también ha golpeado sus transacciones financieras, así como muchas otras empresas residentes en Venezuela, donde bancos internacionales en USA y Europa aplican rigurosos mecanismos de control ex post, y ex ante de legitimación de capitales para garantizar que los flujos que genera el intercambio comercial y financiero fluye por los canales ortodoxos de pagos internacionales.
Si el gobierno se niega a ir a un ajuste fiscal por caída del ingreso petrolero, tendrá que ser transparente en cuanto al manejo de los excedentes generados por los elevados precios del petróleo, y mostrar los balances auditados del BCV, PDVSA, FONDEN, BANDES, y aquellas instituciones financieras en la cadena de las transferencias de reservas internacionales desde el BCV, y cuyo patrimonio ha servido para la estructuració n de activos financieros, y para adquirir títulos públicos de países considerados de riesgo pleno en el mercado internacional.
Por ahora, los mercados no dan mayor credibilidad a las arengas el Presidente Chávez sobre el supuesto blindaje de la economía venezolana para acomodar el shock negativo tanto en las cuentas fiscales como en la balanza de pagos por la caída del ingreso petrolero, por el contrario la escasa credibilidad que se cuenta por status de las finanzas públicas y el estado financiero y económico de PDVSA por mostrar balances no auditados y por administració n opaca e incontrolable, y por estar atadas a mecanismos de pagos heterodoxos, ha ido en aumento. Por esas razones, han bajado las calificaciones de riesgo de los bonos soberanos venezolanos como respuesta no solo a la caída en el ingreso fiscal y el problema emergente en balanza de pagos, sino también a la falta de esa transparencia y controlabilidad en el manejo del excedente petrolero que mencionamos arriba.
Ahora bien si el gobierno recoge la responsabilidad extraviada durante su revolución así como del desmantelamiento del orden jurídico racional de una economía normal, no le queda otra que anunciar los recortes de la grasa presupuestaria en gasto y derroche y de asignaciones de fondos públicos para la política y otros arreglos no tan transparentes con gobiernos ideológicamente afines. En ese orden de ideas, además del ajuste en el gasto público, se debe dejar que el mercado realinea la tasa de cambio nominal para que fluya el ajuste en balanza de pagos.
Es evidente que el gobierno se sorprendió con la caída de los precios del petróleo, su apuesta similar a los especuladores en Wall Street era que el precio remontaría los 200 dólares el barril; ahora ante una realidad dramáticamente distinta, tendrá que enfrentar un ajuste en el gasto público, un realineamiento de la tasa de cambio, léase devaluación, y enfrentar los efectos socio económicos y políticos que producirá la prevista contracción de la economía durante 2009 y 2010, en virtud de que la fortuna petrolera habrá, como varias veces en el pasado, terminado y con ella esta etapa de crecimiento económico no sostenible basado en el gasto público, derroche, malversación, corrupción, y el típico manirrotismo que ha caracterizado la política fiscal del socialismo del siglo XXI.
Una vuelta a la realidad, solo que esta vez y financiado con el excedente petrolero el gobierno -por agenda- ha impuesto la ruina y descapitalizació n del sector privado de la economía, además de la nacionalizació n y estatificació n de un conjunto de empresas que ya comienzan a mostrar la misma enfermedad conocida, derroche, malas inversiones, corrupción y ruina y con ella el deterioro de sus servicios y producción de bienes.