Hechos
recientes e inquietantes: El extraño fallo de la corte de La Haya contra
Colombia por el mar de San Andrés y ahora una segunda demanda sobre la
plataforma continental extendida, con líneas limítrofes trazadas por ellos.
La
financiación china de un canal interoceánico por suelo nicaragüense. Las
declaraciones de dos militares rusos sobre la eventual participación de su país
en la defensa de Nicaragua frente a Colombia. Las excusas del retorcido
Vladimir Puntin negando lo anterior, a pesar de que allí permanecen sus buques
y aviones de guerra. La primera piedra de una base militar rusa en Nicaragua.
Las declaraciones de las Farc felicitando al presidente Ortega de Nicaragua por
su triunfo en La Haya contra Colombia. Las maniobras conjuntas de Nicaragua y
Estados Unidos contra el narcotráfico en el mar que nos hurtó La Haya.
Los
hechos descritos se están presentando en el patio trasero de los Estados
Unidos, sin que el desacreditado presidente Obama se digne opinar. A estas
alturas, algunos colombianos lamentamos la cancelación de las bases
estadounidenses colombianas por el presidente Juan Manuel Santos para congraciarse
con Chávez, con el fin de que lo apoyara él en sus conversaciones de paz, por
entonces secretas, con las Farc en La Habana. Clave nos resultaría poseer hoy
una de estas bases en San Andrés.
Lo
anterior nos permite sospechar que Colombia se encuentra sola, sin aliados y
sin soluciones ni estrategias frente al eje del Alba, China y Rusia. Los países
del Alba se caracterizan por sus socialismos con fachada democrática, con
sistemas autoritarios gobernados por líderes mesiánicos, los cuales actúan por
encima de las instituciones, de los mecanismos de representación popular y
contra los Estados Unidos.
¿Cómo
llegaron estos socialismos al poder? Venezuela ofrece el mejor espejo para
Colombia. Allá se corrompieron los dos partidos tradicionales y se divorciaron
de sus electores. Este debilitamiento creó un ambiente propicio para que
surgiera Hugo Chávez. Una vez en el poder, comenzó a expropiar empresas, a
clausurar o a comprar los medios de comunicación de oposición para consolidar
un sistema clientelista y miserable subordinado al Estado con el dinero del
petróleo.
Los fraudes por medio del voto electrónico han sido fundamentales en Venezuela para ganar elecciones y perseguir a los opositores. A la fecha, el Socialismo del siglo XXI en manos de Nicolás Maduro es un rótulo sinónimo de pobreza, desabastecimiento, inflación galopante y moneda envilecida. La “mano invisible” de los socialismos necesita estados populistas para perpetuarse en el poder. ¿Quién invertiría hoy en Venezuela?
Colombia
no es ajena a los acontecimientos descritos, sin petróleo, desde luego.
Nuestros partidos políticos tradicionales también se han corrompido, divorciado
y traicionado a sus electores. El gobierno del presidente Santos ha comprado
los medios de comunicación más importantes por medio de sus pautas
publicitarias. Santos pasará a la Historia tras haber dilapidado un control
cercano al 80% del Congreso sin haber realizado las reformas inaplazables como
eran la de la Justicia, la educación, la salud… y en el camino se nos enredó
Nicaragua.
Un
error en las negociaciones de paz en La Habana, con un voto electrónico más
allá de la identificación del elector y para alguna consolidación de cifras,
enfilaría a Colombia en forma irreparable, irreversible con los socialismos
descritos.
http://www.elespectador.com/opinion/nicaragua-y-otros-temas-columna-459799
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