Utopías y Lógicas
Inseguridad, inflación, ineficiencia, corrupción, imprudencia, desestabilización, hambre y miseria
LOS MALES DE LA REPUBLICA, ¿TIENEN REMEDIO?
.
El que manda debe oír aunque sea las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que producen los errores. SIMÓN BOLÍVAR
(18/04/1820)… ¿como es posible que se desaproveche al Libertador? ¡Oiganlo, por favor!
La enfermedad del cuerpo de la república es cada día más notoria… Vemos señales inequívocas de un ‘cuadro patológico’ caracterizado por ‘paraplegía’ de las estructuras orgánicas del estado (poderes públicos, ministerios, etc.). La evidencia de hechos –continuos- de un desfase de funciones y operaciones gerenciales y administrativas, que permiten ‘interrupción’, ‘retardo’ y ‘exabrutos’ de gobierno o de gestión pública, que atenta contra la ‘funcionalidad básica’ que se requiere para garantizar la misión de servicio público, que todo gobernante o gobierno está obligado (por mandato constitucional y principio) a dar a los ciudadanos de un país.
La administración pública está atrofiada, empelotada y con paralilia de ordenes, que conducen a desacierto, marchas y contra marchas –inútiles– que no solucionan nada y por el contrario ‘perjudican’. Nada sirve, los males se están contagiando a todas las instituciones públicas –gobernaciones y alcaldías – y los entes descentralizados –electricidad, hidros, teléfonos, misiones, corporaciones, etc.-, hasta los privados están siendo infectados. ¿Es grabe este mal? ¡Por supuesto que si!, estamos a punto de un desenlace ‘mortal’ para el estado y la paz de Venezuela ¿Por qué? ¡Por paratimia! Lo que mal anda, mal termina, la reacción es natural y previsible a consecuencias de la situación –incontrolable- diaria de la enfermedad.
Si no hay comida y la escasez aumenta la desnutrición y el hambre, es obvio que se producirá una ‘tragedia biológica’, con repercusión en nuestros niños, ancianos, mujeres embarazadas y generaciones en desarrollo. La población está cansada, hastiada y acosada… sin que nadie la ‘atice’ va a reaccionar por reflejo natural, y ya sabemos –por experiencia trágica- a donde conduce esa reacción.
En nueva años los venezolanos (seres humanos excepcionales) hemos soportado odios, enfrentamientos y apartheid… con la esperanza de que el socialismo del SXXI, nos diera satisfacciones y soluciones tangibles. ¡Pero no fue así! Ahora empezamos a soportar hambre severa, más miseria y los sueldos se volvieron nada… hasta cuando soportaremos la tiranía de la mentira.
Los humanos tememos a los gobernantes, los seguimos hasta el cansancio… El cansancio ha llegado con mucha carga de ‘desengaño’, ‘corrupcion’ y ‘sacrificio’… ahora hay que buscar la medicina… ese remedio está en una trasfusión y terapia reconstructora de la república y sus instituciones. Tenemos que ingerir tres pastillas, una de cambio de procedimientos y de liderazgos; la segunda, de evolución humanista y otra (la tercera) democracia integradora y negociadora con todos los partidos, instituciones, empresarios, iglesias y ciudadanos de buena voluntad.
La terapia debe basarse en ejercicio de unidad nacional, para construir gobernabilidad y un plan de bienestar y trabajo que nos conduzca hacia una sociedad fructificadora y feliz.
La esperanza es que surja un nuevo liderazgo, con voluntad de producir cambios evolutivos –una tercera vía- inspirados en un humanismo cristiano, con base en ‘el sentido común’, con el respeto a los valores y los principios éticos y morales. Ya no se puede volver ‘los que en el pasado’ robaron, corrompieron y no supieron superar la pobreza y el desempleo.
La venezolana y el venezolano que se respete, no repite errores, ni elige a demagogos viejos y menos a orates manipuladores de tesis comunistoides vetustas. Si no buscamos el bien común por encima de banderas políticas, jamás saldremos de esta enfermedad.
Juan de Dios Rivas Velásquez
C.I. N° V- 2.169.735.
Político y Emprendedor Social
rvjuandedios@gmail.com
12/03/2008
Inseguridad, inflación, ineficiencia, corrupción, imprudencia, desestabilización, hambre y miseria
LOS MALES DE LA REPUBLICA, ¿TIENEN REMEDIO?
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El que manda debe oír aunque sea las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que producen los errores. SIMÓN BOLÍVAR
(18/04/1820)… ¿como es posible que se desaproveche al Libertador? ¡Oiganlo, por favor!
La enfermedad del cuerpo de la república es cada día más notoria… Vemos señales inequívocas de un ‘cuadro patológico’ caracterizado por ‘paraplegía’ de las estructuras orgánicas del estado (poderes públicos, ministerios, etc.). La evidencia de hechos –continuos- de un desfase de funciones y operaciones gerenciales y administrativas, que permiten ‘interrupción’, ‘retardo’ y ‘exabrutos’ de gobierno o de gestión pública, que atenta contra la ‘funcionalidad básica’ que se requiere para garantizar la misión de servicio público, que todo gobernante o gobierno está obligado (por mandato constitucional y principio) a dar a los ciudadanos de un país.
La administración pública está atrofiada, empelotada y con paralilia de ordenes, que conducen a desacierto, marchas y contra marchas –inútiles– que no solucionan nada y por el contrario ‘perjudican’. Nada sirve, los males se están contagiando a todas las instituciones públicas –gobernaciones y alcaldías – y los entes descentralizados –electricidad, hidros, teléfonos, misiones, corporaciones, etc.-, hasta los privados están siendo infectados. ¿Es grabe este mal? ¡Por supuesto que si!, estamos a punto de un desenlace ‘mortal’ para el estado y la paz de Venezuela ¿Por qué? ¡Por paratimia! Lo que mal anda, mal termina, la reacción es natural y previsible a consecuencias de la situación –incontrolable- diaria de la enfermedad.
Si no hay comida y la escasez aumenta la desnutrición y el hambre, es obvio que se producirá una ‘tragedia biológica’, con repercusión en nuestros niños, ancianos, mujeres embarazadas y generaciones en desarrollo. La población está cansada, hastiada y acosada… sin que nadie la ‘atice’ va a reaccionar por reflejo natural, y ya sabemos –por experiencia trágica- a donde conduce esa reacción.
En nueva años los venezolanos (seres humanos excepcionales) hemos soportado odios, enfrentamientos y apartheid… con la esperanza de que el socialismo del SXXI, nos diera satisfacciones y soluciones tangibles. ¡Pero no fue así! Ahora empezamos a soportar hambre severa, más miseria y los sueldos se volvieron nada… hasta cuando soportaremos la tiranía de la mentira.
Los humanos tememos a los gobernantes, los seguimos hasta el cansancio… El cansancio ha llegado con mucha carga de ‘desengaño’, ‘corrupcion’ y ‘sacrificio’… ahora hay que buscar la medicina… ese remedio está en una trasfusión y terapia reconstructora de la república y sus instituciones. Tenemos que ingerir tres pastillas, una de cambio de procedimientos y de liderazgos; la segunda, de evolución humanista y otra (la tercera) democracia integradora y negociadora con todos los partidos, instituciones, empresarios, iglesias y ciudadanos de buena voluntad.
La terapia debe basarse en ejercicio de unidad nacional, para construir gobernabilidad y un plan de bienestar y trabajo que nos conduzca hacia una sociedad fructificadora y feliz.
La esperanza es que surja un nuevo liderazgo, con voluntad de producir cambios evolutivos –una tercera vía- inspirados en un humanismo cristiano, con base en ‘el sentido común’, con el respeto a los valores y los principios éticos y morales. Ya no se puede volver ‘los que en el pasado’ robaron, corrompieron y no supieron superar la pobreza y el desempleo.
La venezolana y el venezolano que se respete, no repite errores, ni elige a demagogos viejos y menos a orates manipuladores de tesis comunistoides vetustas. Si no buscamos el bien común por encima de banderas políticas, jamás saldremos de esta enfermedad.
Juan de Dios Rivas Velásquez
C.I. N° V- 2.169.735.
Político y Emprendedor Social
rvjuandedios@gmail.com
12/03/2008