BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

viernes, 27 de enero de 2012

ESTE 12 DE FEBRERO EN LAS ELECCIONES PRIMARIAS DE LA UNIDAD DEMOCRÁTICA:

Este 12 de Febrero en las Elecciones Primarias de la Unidad Democrática:


- NO habrá capta huella.
- La tinta NO es obligatoria.
- Los Cuadernos de Votación serán destruidos a las 24 horas (no hay forma de que el gobierno sepa quienes votaron).

- ¿Sabes donde VOTAS en las Primarias de la Unidad?

- Recuerda que los centros de votación están nucleados y puedes revisar donde votas por esta vía:



http://bit.ly/Azy2yX

Cliquea aquí en el link de abajo: está toda la información de la UNIDAD DEMOCRÁTICA: Tarjetón, mapa de Venezuela, estado por estado quienes son los candidatos a primarias: presidenciales, gobernadores, alcaldes y toda la información:






Desde tu celular podrás conocer donde votas en las Primarias de la Unidad:
1) Envía un mensaje de texto SMS al 212.
2) Escribe tu numero de cédula.
3) Seguidamente escribe VOTA
EJEMPLO: 123456789VOTA
El sistema te responderá donde votarás.



Si cumples 18 años antes del 7 de octubre de 2.012 y no te has inscrito en el Registro Electoral Permanente (REP) del Consejo Nacional Electoral (CNE), o no actualizaste tu domicilio aun.

Dalee ... Apurate ... !!!

Inscribete o actualizate ... !!!

Renvía este mensaje a todos tus contactos para que utilicen esta gran ayuda !!!



Se parte de este proceso HISTÓRICO... VOTA por un nuevo Presidente !!!



Moviliza a tus familiares y amigos a votar en las primarias de la Unidad el próximo 12 de febrero !!!


Juntos, decididos, unidos y sin miedo haremos el cambio que nuestra amada Venezuela necesita !!!

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GERARDO BLYDE: MIEDO AL CAOS


Miren el país que tenemos y verán que es a esta realidad a la que debe tenérsele miedo
Ha comenzado la campaña electoral para octubre de este año. No estamos solos en el patio quienes vamos a participar en nuestras primarias el próximo 12 de febrero para elegir a nuestros candidatos unitarios a Presidente, gobernadores y alcaldes. La artillería oficial e incluso el propio presidente-candidato Chávez no cesan de referirse a nuestros candidatos, a sus propuestas y a nuestro proceso. Ello señala a las claras que, cuando la Mesa de Unidad Democrática decidió convocar a este inédito proceso de primarias, tenía completa razón. La oposición ha puesto todos estos últimos meses la agenda nacional a la que el chavismo ha tenido que salirle al paso. Se han invertido los papeles lo que de ya por sí constituye un gran éxito para quienes no militamos en las filas del seudosocialismo que representa el Gobierno. El Presidente está reactivo ante cada acción que realiza la oposición.

Una de las acciones recurrentes que suele utilizar el Presidente cuando entra en campaña consiste en sembrar pánico, terror, miedo en la población. Suele para ello señalar que si él no estuviera o dejara de estar en el cargo que ocupa vendría el caos. Se vende a sí mismo como indispensable para la estabilidad del país. Señala que cualquier otro acabaría con cualquier esperanza que tenga un ciudadano de mejorar su vida y además descalifica a cualquier posible candidato a sucederlo, exponiéndolo como a un ser despreciable, que sólo busca su propio lucro e interés personal, entreguista a potencias extranjeras y alejado del sentimiento y las necesidades de los más necesitados.

En diciembre llegó a mi manos un muy buen libro del reconocido psiquiatra Luis José Uzcátegui titulado La Miedocracia. En efecto, vivimos en un régimen signado por el miedo y quien lo lidera se encarga a diario de profundizarlo. El autor señala: "Uno de los efectos del miedo es la dependencia que genera, algo enfermizo y paradójico, pues no es fácil entender la fijación que la mente hace con quien causa daño, pero sucede (... ) Es una sumisión que tiene una aparente faceta de voluntariedad, pero en el fondo no es más que un estado de servidumbre". No son pocos los casos en los que las víctimas de hechos violentos, como la violencia doméstica, sienten que son culpables de lo que les sucede y excusan a sus victimarios; la razón de esto siempre es el miedo.

Ese círculo vicioso que produce el miedo, la negación que por autodefensa realiza el ser humano de estarlo sintiendo y luego la justificación del hecho que le produce ese miedo, sólo se rompe cuando nos damos cuenta de que el miedo existe y que lo padecemos.

Desde las famosas listas excluyentes, con las cuales todos somos medidos en nuestra relación con el Estado, hasta las amenazas reiteradas de que vendrá el caos si quien nos gobierna no continúa en ese cargo, han sido formas explícitas de sembrar en gran parte de los venezolanos miedo a disentir y a expresar su inconformidad con lo que nos ha tocado vivir durante estos 13 años. Cientos de otros métodos han sido a diario usados en nuestra patria por este gobierno para infundir miedo. Es tan real que cuando alguien se rebela y sale a la luz pública oponiéndose con fuerza a alguna acción gubernamental, de inmediato la exclamación pública que primero salta es la de "valiente".

Cuando Chávez sea derrotado el 7 de octubre por nuestro candidato unitario no vendrá el caos, no desaparecerá el país, no desaparecerán los programas sociales rebautizados como Misiones, no se rebelará la Fuerza Armada a la decisión del pueblo, no habrá una guerra civil entre venezolanos. El candidato-presidente ampliará su muy bien estructurada campaña del miedo para intentar que sus partidarios acudan en masa a ratificarlo y para que una parte de quienes no lo siguen se inhiban, se petrifiquen, se abstengan de votar en su contra por temor al caos.

No perdamos el norte ni la visión real de lo que nos sucede. No vendrá el caos, ya vivimos en él. La vida hoy de cualquier venezolano vale menos que la de una persona en aquellos países que han sufrido guerras internas. Los programas sociales que hoy existen pueden mejorarse y superarse sólo redireccionando los inmensos recursos que se destinan hoy a otros países. La Fuerza Armada no desacatará el mandato del pueblo pues sus integrantes y sus familias también son pueblo.

Aquellos que son prisioneros del miedo que sienten deben entender que llevamos 13 años bombardeados por mensajes diarios que lo han sembrado. Esos mensajes ya reaparecieron y se volverán constantes en todos los días de la campaña. Miren a su alrededor el país que tenemos y a dónde hemos caído. Verán que es a esta realidad a la que debe tenérsele miedo y para cambiarla hay que votar.

gblyde@gmail.com / @GerardoBlyde

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MURRAY ROTHBARD: SEIS MITOS SOBRE EL LIBERTARIANISMO

El libertarianismo es la corriente política de más auge hoy en América. Antes de juzgarla y evaluarla, es de vital importancia dilucidar precisamente en qué consiste la doctrina y, más en concreto, en qué no consiste. Es especialmente relevante aclarar unos cuantos malentendidos que la mayoría de gente tiene acerca del libertarianismo, en particular los conservadores. En este ensayo enumeraré y analizaré críticamente los mitos más comunes en relación con el libertarianismo. Cuando nos hayamos deshecho de éstos, entonces la gente será capaz de discutir sobre el libertarianismo sin fábulas, mitos y malentendidos, y tratar con éste tal y como corresponde: de acuerdo con sus verdaderos méritos y deméritos.

Mito #1: Los libertarianos creen que cada individuo es un átomo aislado, herméticamente sellado, actuando en un vacío sin influenciarse con los demás.
Ésta es una acusación habitual, pero harto curiosa. En toda una vida de lector de literatura libertariana no me he topado con un solo teórico o autor que sostuviera algo parecido a esta posición. La única posible excepción es el fanático Max Stirner, un alemán individualista de mediados del siglo XIX quien, sin embargo, tuvo una repercusión mínima en el libertarianismo de su tiempo y posterior. Además, la explícita filosofía “la fuerza hace el derecho” de Stirner y su rechazo de todo principio moral incluyendo los derechos individuales, tenidos por “fantasmas mentales”, dudosamente le acreditan como libertariano en cualquier sentido. Aparte de Stirner no hay nadie con una opinión siquiera remotamente similar a la que sugiere esta acusación.
Los libertarianos son metodológica y políticamente individualistas, desde luego. Ellos creen que sólo los individuos piensan, valoran y eligen. Creen que cada individuo tiene derecho a la propiedad sobre su cuerpo, libre de interferencias coercitivas. Pero ningún individualista niega que la gente se influencia mutuamente de forma constante en sus objetivos, en sus valores, en sus iniciativas y en sus ocupaciones. Como Friedrich A. Hayek mencionó en su notable artículo “The Non-Sequitur of the ‘Dependence Effect’”, el asalto de John Kenneth Galbraith a la economía de libre mercado en su best-seller “The Affluent Society” se cimentaba en esta premisa: la economía asume que cada individuo llega a su escala de valores de un modo totalmente independiente, sin estar sujeto a la influencia de nadie más.
Por el contrario, como responde Hayek, todos saben que la mayoría de gente no produce sus propios valores, sino que es instigada a adoptarlos de otras personas.1 Ningún individualista o libertariano niega que la gente se influencie mutuamente todo el tiempo, y por supuesto no hay nada de nocivo en este ineludible proceso. A lo que los libertarianos se oponen no es a la persuasión voluntaria, sino a la imposición coercitiva de valores mediante el uso de la fuerza y el poder policial. Los libertarianos no están en modo alguno en contra de la cooperación voluntaria y la colaboración entre individuos; sólo en contra de la obligatoria pseudo-cooperación impuesta por el Estado.
Mito #2: Los libertarianos son libertinos: son hedonistas que anhelan estilos de vida alternativos.
Este mito ha sido planteado recientemente por Irving Kristol, quien identifica la ética libertariana con el hedonismo y asevera que los libertarianos “veneran el catálogo de Sears Roebuck y todos los estilos de vida alternativa que la afluencia capitalista permite elegir al individuo”.2 El hecho es que el libertarianismo no es ni pretende ser una completa guía moral o ascética, sino sólo una teoría política, esto es, el importante subconjunto de la teoría moral que versa sobre el uso legítimo de la violencia en la vida social. La teoría política se refiere a aquello que es apropiado o inapropiado que el gobierno haga, y el gobierno se distingue de cualquier otro grupo social como la institución de la violencia organizada. El libertarianismo sostiene que el único papel legítimo de la violencia es la defensa de la persona y su propiedad contra la agresión, que cualquier uso de la violencia que vaya más allá de esta legítima defensa resulta agresiva en sí misma, injusta y criminal. El libertarianismo, por tanto, es una teoría que afirma que cada individuo debe estar libre invasiones violentas, debe tener derecho para hacer lo que quiera excepto agredir a otra persona o la propiedad ajena. Lo que haga una persona con su vida es esencial y de suma importancia, pero es simplemente irrelevante para el libertarianismo.
Luego no debe sorprender que haya libertarianos que sean de hecho hedonistas y devotos de estilos de vida alternativos, y que haya también libertarianos que sean firmes adherentes de la moralidad burguesa convencional o religiosa. Hay libertarianos libertinos y hay libertarianos vinculados firmemente a la disciplina de la ley natural o religiosa. Hay otros libertarianos que no tienen ninguna teoría moral en absoluto aparte del imperativo de la no-violación de derechos. Esto es así porque el libertarianismo per se no pregona ninguna teoría moral general o personal. El libertarianismo no ofrece un estilo de vida; ofrece libertad, para que cada persona sea libre de adoptar y actuar de acuerdo con sus propios valores y principios morales. Los libertarianos convienen con Lord Acton en que “la libertad es fin político más alto”, pero no necesariamente el fin más alto en la escala de valores de cada uno.
No hay ninguna duda acerca del hecho, sin embargo, de que el subgrupo de libertarianos que son economistas pro-mercado tienden a mostrarse complacidos cuando el libre mercado dispensa más posibilidades de elección a los consumidores, elevando así su nivel de vida. Incuestionablemente, la idea de que la prosperidad es mejor que la miseria absoluta es una proposición moral, y nos conduce al ámbito de la teoría moral general, pero no es una proposición por la que crea que deba disculparme.
Mito #3: Los libertarianos no creen en los principios morales; se limitan al análisis de costes-beneficios asumiendo que el hombre es siempre racional.
Este mito está desde luego relacionado con la precedente acusación de hedonismo, y en parte puede responderse en la misma línea. Hay libertarianos, particularmente los economistas de la escuela de Chicago, que rechazan la libertad y los derechos individuales como principios morales, y en su lugar intentan llegar a conclusiones de política pública sopesando presuntos costes y beneficios sociales.
En primer lugar, la mayoría de libertarianos son “subjetivistas” en economía, esto es, creen que las utilidades y los costes de los distintos individuos no pueden ser sumados o mesurados. Por tanto, el concepto mismo de costes y beneficios sociales es ilegítimo. Pero, más importante, la mayoría de libertarianos fundamentan su postura en principios morales, en la convicción en los derechos naturales de cada individuo sobre su persona o propiedad. Ellos creen entonces en la absoluta inmoralidad de la violencia agresiva, de la invasión de los derechos sobre la propia persona y propiedad, independientemente de qué individuo o grupo ejerce dicha violencia.
Lejos de ser inmorales, los libertarianos simplemente aplican una ética humana universal al gobierno del mismo modo que cualquier otro aplicaría esta ética a cada persona o institución social. En concreto, como he apuntado antes, el libertarianismo en tanto que filosofía política que versa sobre el uso legítimo de la violencia, toma la ética universal a la que la mayoría de nosotros nos acogemos y la aplica llanamente al gobierno. Los libertarianos no hacen ninguna excepción a la regla de oro y no dejan ninguna laguna moral, no aplican ninguna vara de medir distinta al gobierno. Es decir, los libertarianos creen que un asesinato es un asesinato y que no deviene santificado por razones de estado si es perpetrado por el gobierno. Nosotros creemos que el robo es un robo y que no queda legitimado porque una organización de ladrones decida llamarlo “impuestos”. Nosotros creemos que la esclavitud es esclavitud incluso si la institución que la ejerce la denomina “servicio militar”. En síntesis, la clave en la teoría libertariana es que no concede excepción alguna al gobierno en su ética universal.
Por tanto, lejos de ser indiferentes u hostiles a los principios morales, los libertarianos los consuman siendo el único grupo dispuesto a extender estos principios por todo el espectro hasta al gobierno mismo. 3
Es cierto que los libertarianos permitirían a cada individuo elegir sus valores y actuar acorde con ellos, y reconocerían en suma a cada individuo el derecho a ser moral o inmoral según su juicio particular. El libetarianismo se opone firmemente a la imposición de todo credo moral a cualquier persona o grupo mediante el uso de la violencia – excepto, por supuesto, la prohibición moral de la violencia agresiva en sí misma. Pero debemos percatarnos de que ninguna acción puede considerarse virtuosa a menos que sea emprendida en libertad, habiendo consentido voluntariamente la persona. Como dijera Frank Meyer:
“No puede forzarse a los hombres a ser libres, ni puede forzárseles a ser virtuosos. Hasta cierto punto, es verdad, pueden ser obligados a actuar como si fueran virtuosos. Pero la virtud es el fruto de la libertad bien empleada. Y ningún acto, en la medida en que sea coaccionado, puede implicar virtud – o vicio”4.
Si una persona es obligada por la fuerza o la amenaza de la misma a llevar a cabo una determinada acción, entonces ésta ya no supone una elección moral por su parte. La moralidad de una acción sólo puede ser el resultado de una decisión libremente adoptada; una acción difícilmente puede tildarse de moral si uno la acomete a punta de pistola. Imponer las acciones morales o prohibir la acciones inmorales, por tanto, no fomenta la moral o la virtud. Por el contrario, la coerción atrofia la moralidad porque priva al individuo de la libertad para ser moral o inmoral, y entonces necesariamente despoja a la gente de la posibilidad de ser virtuosa. Paradójicamente, pues, la moral obligatoria nos sustrae la oportunidad misma de actuar moralmente.
Es además especialmente grotesco dejar la salvaguarda de la moralidad en manos del aparato estatal, es decir, ni más ni menos que la organización de policías, gendarmes y soldados. Poner al Estado a cargo de los principios morales equivale a poner al zorro al cuidado del gallinero. Prescindiendo de otras consideraciones, los responsables de la violencia organizada en la sociedad jamás se han distinguido por su superior estatura moral o por la rectitud con la que sostienen los principios morales.
Mito #4: El libertarianismo es ateísta y materialista, y desdeña la dimensión espiritual de la vida.
No hay ninguna conexión necesaria entre las adscripción al libertarianismo y la posición religiosa de cada uno. Es verdad que muchos si no la mayoría de los libertarianos en la actualidad son ateos, pero esto tiene que ver con el hecho de que la mayoría de los intelectuales, de la mayoría de credos políticos, son ateos también. Hay muchos libertarianos que son ateos, judíos o cristianos. Entre los liberales clásicos precursores del libertarianismo moderno en una época más religiosa que ésta encontramos una miríada de cristianos: desde John Lilburne, Roger Williams, Anne Hutchinson y John Locke en el siglo XVII hasta Cobden y Bright, Fréderic Bastiat y los liberales franceses del laissez-faire y el gran Lord Acton.
Los libertarianos creen que la libertad es un derecho inserto en una ley natural sobre lo que es adecuado para la humanidad, en conformidad con la naturaleza del hombre. De dónde emanan este conjunto de leyes naturales, si son puramente naturales o fueron prescritas por un creador, es una cuestión ontológica importante pero irrelevante desde el punto de vista de la filosofía política o social. Como el padre Thomas Davitt señaló:
“Si la palabra ‘natural’ significa algo en absoluto se refiere a la naturaleza del hombre, y en conjunción con la palabra ‘ley’, ‘natural’ remite al orden que es manifestado por las inclinaciones de la naturaleza humana y nada más. Por tanto, tomada en sí misma, no hay nada de religioso o teológico en la ‘Ley Natural’ de Aquino”5.
O, como d’Entrèves escribió en el siglo XVII aludiendo al jurista protestante holandés Hugo Grotius:
“La definición de ley natural [de Grotius] no tiene nada de revolucionaria. Cuando mantiene que la ley natural es el cuerpo de normas que el hombre es capaz de descubrir mediante el uso de su razón, no hace otra cosa que reafirmar la noción escolástica de una fundamentación racional de la ética. De hecho, su intención es más bien la de restaurar esta noción debilitada por el augustianismo radical de ciertas corrientes protestantes de pensamiento. Cuando asevera que estas normas son válidas en sí mismas, independientemente de que Dios las dispusiera, repite el aserto que ya fue proclamado por algunos de los escolásticos…”6
El libertarianismo ha sido acusado de ignorar la naturaleza espiritual del hombre. Pero uno fácilmente puede llegar al libertarianismo desde posiciones religiosas o cristianas: enfatizando la importancia del individuo, de su libre voluntad, de sus derechos naturales y de su propiedad privada. Uno puede igualmente llegar al libertarianismo mediante una aproximación secular a los derechos naturales, con la convicción de que el hombre puede alcanzar la comprensión racional de la ley natural.
Atendiendo a la historia, además, no está claro en absoluto que la religión sea un fundamento más sólido del libertarianismo que la ley natural secular. Como Karl Wittfogel nos recuerda en su Oriental Despotism, la unión del trono y el altar ha sido una constante durante décadas que ha facilitado el imperio del despotismo en la sociedad7. Históricamente, la unión de la Iglesia y el Estado ha sido en muchos casos una coalición mutuamente alentadora de la tiranía. El Estado se servía de la Iglesia para santificar sus actos y llamar a la obediencia de su mando, presuntamente sancionado por Dios, y la Iglesia se servía del Estado para obtener ingresos y privilegios. Los Anabaptistas colectivizaron y tiranizaron Münster en nombre de la religión cristiana8. Y, más cerca de nuestro siglo, el socialismo cristiano y el evangelio social jugaron un importante papel en la marcha hacia el estatismo, y el proceder condescendiente de la Iglesia Ortodoxa en la Rusia soviética habla por sí mismo. Algunos obispos católicos en Latinoamérica han proclamado que la única vía hacía el reino de los cielos pasa por el marxismo, y si quisiera ser grosero diría que el reverendo Jim Jones, además de considerarse un leninista, se presentó a sí mismo como la reencarnación de Jesús.
Por otra parte, ahora que el socialismo ha fracasado de un modo manifiesto, política y económicamente, sus valedores han recurrido a la “moral” y a la “espiritualidad” como último argumento en pro de su causa. El socialista Robert Heilbroner, arguyendo que el socialismo debe ser coactivo y tiene que imponer una “moral colectiva” a la sociedad, opina que: “La cultura burguesa está centrada en los logros materiales del individuo. La cultura socialista debe centrarse en sus logros morales o espirituales”. Lo curioso es que esta tesis de Heilbroner fue elogiada por el escritor conservador y religioso de National Review Dale Vree, que dijo:
“Heilbroner está… diciendo lo que muchos colaboradores del NR han dicho en el último cuarto de siglo: no puedes tener libertad y virtud al mismo tiempo. Tomad nota, tradicionalistas. A pesar de su terminología disonante, Heilbroner está interesado en lo mismo que vosotros: la virtud9.
Vree también está fascinado con la visión de Heilbroner de que una cultura socialista “promueva la primacía de la colectividad” antes que la “primacía del individuo”. Cita a Heilbroner con relación a los logros “morales y espirituales” bajo socialismo en oposición a los burgueses logros “materiales”, y añade acertadamente: “contiene un timbre tradicionalista esta afirmación”. Vree prosigue aplaudiendo el ataque de Heilbroner al capitalismo por no tener “ningún sentido de ‘lo correcto’” y permitir a los “adultos que consienten” hacer aquello que les plazca. En contraste con este retrato de la libertad y la diversidad tolerada, Vree escribe: “Heilbroner dice seductoramente que debido a que la sociedad socialista debe tener un sentido de ‘lo correcto’, no todo estará permitido”. Para Vree, es imposible “tener colectivismo económico junto con individualismo cultural”, y por tanto él está inclinado hacia un nueva fusión socialista-tradicionalista – hacia un colectivismo omnicompresivo.
Cabe apuntar aquí que el socialismo deviene especialmente despótico cuando reemplaza los incentivos “económicos” o “materiales” por los incentivos pretendidamente “morales” o “espirituales”, cuando aparenta promover una indefinible “calidad de vida” antes que la prosperidad económica. Si las remuneraciones son ajustadas a la productividad hay considerablemente más libertad así como estándares de vida más altos. Pero si se fundamentan en la devoción altruista a la madre patria socialista, la devoción tiene que ser regularmente reforzada a golpe de látigo. Un creciente énfasis en los incentivos materiales del individuo suponen ineluctablemente un mayor acento en la propiedad privada y en la preservación de lo que uno gana, y trae consigo una libertad personal superior, como atestigua Yugoslavia en las últimas décadas en contraste con la Rusia soviética. El despotismo más horrible en la faz de la Tierra en los años recientes ha sido sin duda el de Pol Pot en Camboya, donde el “materialismo” fue hasta tal punto desterrado que el dinero fue abolido por el régimen. Habiendo suprimido el dinero y la propiedad privada, cada individuo era totalmente dependiente de las cartillas de racionamiento de subsistencia del Estado y la vida no era sino un completo infierno. Debemos ser prudentes, pues, antes de despreciar los objetivos o incentivos “meramente materiales”.
El cargo de “materialismo” dirigido contra el libre mercado ignora el hecho de que cada acción envuelve la transformación de objetos materiales mediante el uso de la energía humana conforme a ideas y propósitos sostenidos por los actores. Es inaceptable separar lo “mental” o lo “espiritual” de lo “material”. En todas las grandes obras de arte, extraordinarias emanaciones del espíritu humano, se han empleado objetos materiales: ya fueran lienzos, pinceles y pintura, papel e instrumentos musicales, o la construcción de bloques y materia primas para las iglesias. No hay ninguna escisión real entre lo “espiritual” y lo “material” y por tanto cualquier despotismo sobre aquello material sojuzgará también aquello espiritual.
Jean-Jacques Rousseau 
Mito #5: Los libertarianos son utópicos que creen que toda la gente es buena por naturaleza y que por tanto el control del Estado es innecesario.
Los conservadores tienden a añadir que, puesto que el hombre es vil por naturaleza parcial o totalmente, se hace precisa una severa regulación estatal de la sociedad.
Esta es una opinión muy común acerca de los libertarianos, si bien es difícil identificar la fuente de semejante malentendido. Rousseau, el locus classicus de la idea de que el hombre es bueno pero es corrompido por sus instituciones no era precisamente un libertariano. Aparte de algunos escritos románticos de unos pocos anarco-comunistas, que en ningún caso consideraría libertarianos, no conozco a un solo autor libertariano o liberal clásico que haya defendido esta postura. Por el contrario, la mayoría de escritores libertarianos sostiene que el hombre es una mezcla de bondad y maldad y que lo importante para las instituciones sociales es fomentar lo primero y mitigar lo segundo. El Estado es la única institución social capaz de extraer sus ingresos y su riqueza mediante coerción; todos los demás deben obtener sus rentas o bien vendiendo un producto o servicio a sus clientes o bien recibiendo una donación voluntaria. Y el Estado es la única institución social que puede emplear sus ingresos provinentes del robo organizado para intentar controlar y regular la vida y la propiedad de la gente. Por tanto, la institución del Estado establece un canal socialmente legitimado y santificado para que las personas malvadas cometan sus fechorías, emprendan el robo organizado y manejen poderes dictatoriales. El estatismo, así pues, alienta la maldad, o como mínimo los aspectos criminales de la naturaleza humana.
Como Frank H. Knight mordazmente resalta: “La probabilidad de que los titulares del poder sean individuos que detestan su posesión y su ejercicio es análoga a la probabilidad de que una persona de corazón extremadamente benévolo devenga el patrono de una plantación de esclavos”10.
Una sociedad libre, por el hecho de no instituir un canal legitimado para el robo y la tiranía, desalienta las tendencias criminales de la naturaleza humana y aviva aquéllas que son pacíficas y voluntarias. La libertad y el libre mercado desincentivan la agresión y la compulsión y fomentan la armonía y el beneficio mutuo del intercambio voluntario, en la esfera económica, social y cultural.
Puesto que un sistema de libertad promovería la voluntariedad y desalentaría la criminalidad, además de deponer el único canal legitimado de crimen y agresión, cabe esperar que una sociedad libre padeciera de hecho menos violencia criminal y agresiones de las que padecemos actualmente, aunque no hay razón alguna para asumir que desaparecerían por completo. Esto no es utópico, sino una implicación de sentido común del cambio de lo que socialmente se tiene por legítimo y del cambio de la estructura de premio y castigo en la sociedad.
Podemos aproximarnos a nuestra tesis desde otro ángulo. Si todos los hombres fueran buenos y ninguna tuviera tendencias criminales, entonces no habría ninguna necesidad de un Estado, tal y como conceden los conservadores. Pero si por otro lado todos los hombres son malvados, entonces el caso a favor del Estado es igualmente débil, pues ¿por qué tiene uno que asumir que aquellos hombres que componen el gobierno y retienen todas las armas y el poder para coaccionar a los demás están mágicamente exentos de la maldad que afecta a todas las otras personas que se hallan fuera del gobierno?
Tom Paine, un libertariano clásico a menudo considerado ingenuamente optimista acerca de la naturaleza humana, rebate el argumento conservador de la maldad humana en pro del Estado fuerte como sigue:
“si toda la naturaleza humana fuera corrupta, estaría infundado fortalecer la corrupción instituyendo una sucesión de reyes, a quienes debiera rendirse obediencia aun cuando fueran siempre tan viles…” Paine añadió que “ningún hombre desde el principio de los tiempos ha merecido que se le confiase el poder sobre todos los demás”11.
Y como el libertariano F.A. Harper escribió una vez:
“De acuerdo con el principio de que la autoridad política debe imponerse en proporción a la maldad del hombre, tendremos entonces una sociedad en la cual se demandará una autoridad política completa sobre todos los asuntos humanos… Un hombre gobernará a todos. ¿Pero quién ejercerá de dictador? Quienquiera que sea el elegido para el trono con seguridad será una persona enteramente malvada, puesto que todos los hombres lo son. Y esta sociedad será entonces regida por un dictador absolutamente malvado en posesión de todo el poder político. ¿Y cómo, en nombre de la lógica, puede emanar de ahí algo que no sea pura maldad? ¿Cómo puede ser esto mejor que el que no haya autoridad política alguna en la sociedad?”12
Por último, como hemos visto, puesto que los hombres son en realidad una mezcla de virtud y maldad, un régimen de libertad sirve para alentar la virtud y desalentar la maldad, al menos en el sentido de que la voluntariedad y lo mutuamente beneficioso es bueno y lo criminal es malo. En ninguna teoría de la naturaleza humana, por tanto, ya establezca que el hombre es bueno, malo, o una combinación de ambos, se justifica el estatismo. En el curso de negar que es un conservador, el liberal clásico Friedrich Hayek apuntó:
“El principal mérito del individualismo [que Adam Smith y sus contemporáneos defendieron] es que es un sistema bajo el cual los hombres malvados pueden hacer menos daño. Es un sistema social que no depende para su funcionamiento de que encontremos hombres buenos que lo dirijan, o de que todos los hombres devengan más buenos de lo que son ahora, sino que toma al hombre en su variedad y complejidad dada…”[13]
Es importante señalar qué es lo que diferencia a los libertarianos de los utópicos en el sentido peyorativo. El libertarianismo no se propone remodelar la naturaleza humana. Uno de los objetivos centrales del socialismo fue crear, lo cual en la práctica supone emplear métodos totalitarios, un Hombre Socialista Nuevo, un individuo cuyo primer fin fuera trabajar diligente y altruistamente por la colectividad. El libertarianismo es una filosofía política que dice: dada cualquier naturaleza humana, la libertad es el único sistema político moral y el más efectivo. Obviamente, el libertarianismo – como los demás sistemas sociales – funcionará mejor cuanto más pacíficos y menos agresivos sean los individuos y menos criminales haya. Y los libertarianos, como la mayoría de la otra gente, querrían alcanzar un mundo donde más personas fueran “buenas” y menos criminales hubiera. Pero esta no es la doctrina del libertarianismo per se, que dice que cualesquiera sea la composición de la naturaleza humana en un momento dado, la libertad es lo más deseable.
Mito #6: Los libertarianos creen que cada persona conoce mejor sus propios intereses.
Del mismo modo que la acusación precedente sugería que los libertarianos creen que todos los hombres son perfectamente buenos, este mito les acusa de creer que todos son perfectamente sabios. Pero como esto no es cierto con respecto a mucha gente, se dice, el Estado debe intervenir.
Pero los libertarianos no asumimos la perfecta sabiduría del hombre más de lo que asumimos su perfecta bondad. Hay algo de sentido común en la afirmación de que la mayoría de los hombres conoce mejor que cualquier otro sus propias necesidades e intereses. Pero no se asume en absoluto que todos siempre conocen mejor sus intereses. El libertarianismo propugna que cada uno debe tener el derecho a perseguir sus propios fines como estime oportuno. Lo que se defiende es el derecho a actuar libremente, no la necesaria sensatez de dicha acción.
Es cierto también, no obstante, que el libre mercado – en contraste con el gobierno – ha articulado mecanismos que permiten a las personas acudir a expertos que pueden aconsejar sensatamente acerca de cómo alcanzar los fines propios de la mejor manera posible. Como hemos visto antes, los individuos libres no están separados los unos de los otros. En el libre mercado cualquier individuo, si tiene dudas sobre sus verdaderos intereses, es libre de contratar o consultar a un experto que le ofrezca consejo en base a su conocimiento presumiblemente superior. El individuo puede contratar a este experto y, en el libre mercado, testar continuamente su competencia y su utilidad. Las personas en el mercado, por tanto, pueden patrocinar aquellos expertos cuyos consejos estimen más provechosos. Los buenos doctores, abogados o arquitectos serán recompensados en el libre mercado, mientras que los malos tenderán a ser desplazados. Pero cuando el gobierno interviene, el experto del gobierno obtiene sus ingresos mediante la coacción sobre los contribuyentes. No hay ninguna fórmula de mercado para testar su éxito informando a la gene de sus verdaderos intereses. Sólo necesita tener habilidad para adquirir el apoyo político de la maquinaria coercitiva del Estado.
Por tanto, el experto privado tenderá a florecer en proporción a su habilidad, mientras que el experto del gobierno florecerá en proporción a su destreza en obtener prebendas políticas. Además, el experto del gobierno no será más virtuoso que el privado; su única superioridad radica en el arte de conseguir favores de aquellos que retienen el poder político. Pero una diferencia crucial entre ambos es que el experto privado tiene todos los incentivos para velar por sus clientes o pacientes, obrando del mejor modo posible. El experto del gobierno carece por completo de semejantes incentivos; él obtiene sus ingresos de todos modos. Luego el libre mercado tenderá a satisfacer mejor al consumidor.
Espero que este artículo haya contribuido a limpiar el libertarianismo de mitos y malentendidos. Los conservadores y todos los demás deben ser educadamente advertidos de que los libertarianos no creemos que los hombres son buenos por naturaleza, ni que todos están perfectamente informados acerca de sus propios intereses, ni que cada individuo es un átomo aislado y herméticamente sellado. Los libertarianos no son necesariamente libertinos o hedonistas, ni son necesariamente ateos; y los libertarianos enfáticamente creen en principios morales. Dejemos ahora que cada uno de nosotros se disponga a examinar el libertarianismo tal cual es, sin temor ni partidismos. Yo estoy seguro de que, allí donde este examen tenga lugar, el libertarianismo gozará de un auge impresionante en el número de sus seguidores.
Traducido por Albert Esplugas Boter
Editado por Daniel Duarte
Este artículo, publicado inicialmente en Modern Age, 24, 1 (Invierno 1980), pág. 9-15, como “Mito y verdad acerca del libertaranismo”*, está basado en una ponencia presentada en abril de 1979 en el congreso nacional de la Philadephia Society de Chicago. El tema del encuentro fue “Conservadurismo y Libertarianismo”. (Puede leerse el original en LewRockwell.com).
[1] John Kenneth Galbraith, The Affluent Society (Boston: Houghton Mifflin, 1958); F. A. Hayek, “The Non-Sequitur of the ‘Dependence Effect,’” Southern Economic Journal (Abril, 1961), pp. 346-48.
[2] Irving Kristol, “No Cheers for the Profit Motive,” Wall Street Journal (Feb. 21, 1979).
[3] Para un llamamiento a aplicar estándares éticos universales al gobierno, véase Pitirim A. Sorokin and Walter A. Lunden, Power and Morality: Who Shall Guard the Guardians? (Boston: Porter Sargent, 1959), pp. 16-30.
[4] Frank S. Meyer, In Defense of Freedom: A Conservative Credo (Chicago: Henry Regnery, 1962), p. 66.
[5] Thomas E. Davitt, S.J., “St. Thomas Aquinas and the Natural Law,” in Arthur L. Harding, ed., Origins of the Natural Law Tradition (Dallas, Tex: Southern Methodist University Press, 1954), p. 39
[6] A. P d’Entrèves, Natural Law (London: Hutchinson University Library, 1951), pp. 51-52.
[7] Karl Wittfogel, Oriental Despotism (New Haven: Yale University Press, 1957), esp. pp. 87-100.
[8] Acerca de esto y otras sectas cristianas totalitarias, véase Norman Cohn, Pursuit of the Millenium (Fairlawn, N.J.: Essential Books, 1957).
[9] Dale Vree, “Against Socialist Fusionism,” National Review (Diciembre 8, 1978), p. 1547. El artículo de Heilbroner se publicó en Dissent, Verano 1978. Más sobre el artículo de Vree en Murray N. Rothbard, “Statism, Left, Right, and Center,” Libertarian Review (Enero 1979), pp. 14-15.
[10] Journal of Political Economy (Diciembre 1938), p. 869. Citado en Friedrich A. Hayek, The Road to Serfdom (Chicago: University of Chicago Press, 1944), p. 152.
[11] “The Forester’s Letters, III,”(orig. in Pennsylvania Journal, Apr. 24, 1776), en The Writings of Thomas Paine (ed. M. D. Conway, New York: G. P. Putnam’s Sons, 1906), I, 149-150.
[12] F. A. Harper, “Try This On Your Friends”, Faith and Freedom (January, 1955), p. 19.
[13] F. A. Hayek, Individualism and Economic Order (Chicago: University of Chicago Press, 1948), enfatizado en el curso de su “Why I Am Not a Conservative,” The Constitution of Liberty (Chicago: University of Chicago Press, 1960), p. 529.
11 JUNIO 2011 PUBLICADO POR: DANIEL via orden voluntario

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PACIANO PADRÓN:PERLITAS: LO LEÍ, NO ME LO CONTARON (Nº 278)


 v “Qué águila del carrizo, si es lo más parecido a un zamuro”. No sé, no soy especialista en animales.
 v “Los venezolanos parecemos águilas cazando leche, aceite, café y medicinas”. ¿Quién es la mosca?
 v “Retiro de Venezuela del CIADI aleja las inversiones” y acerca al desempleo y el hambre.
Añadir l
 v “Obama: Chávez nos usa como excusa para su fracaso”. ¿Cómo le quedó el ojo?
 v “Las Primarias son para algo más que elegir candidatos, son para crear una fuerza electoral”. Participemos el 12-F.
 v “Cúpula del PSUV escogerá candidatos del continuismo”. ¿Cúpula?, negativo. Chávez es el único. Cogollo de uno.
 v “Ya hay en el mundo más venezolanos que colombianos presos por narcotráfico”. ¿Complicidad del régimen?
 v “A Evo Morales el 82 % de los bolivianos lo ve débil con el narcotráfico”. Al de aquí no lo vemos muy fuerte que digamos.
 v “En 13 años Chávez perdió más de 40 colaboradores”. La muerte acecha.
 v “A damnificados que protestaban frente a Miraflores, la GN le quitó sus hijos”, decían “es orden presidencial”.
 v “Iris Varela: Si por mi fuera, no se construirían más cárceles”. Qué esperanza, ella es la Ministra del ramo.
 v “Gobierno incumplió 68 % del plan de generación eléctrica”. “Se incorporaron 2.112 megavatios en lugar de 6.554”.
 v “Fallas eléctricas afecta servicio de TV por cable”, aún más, afectan la calidad de vida.
 v “SUDEBAN: Depósitos a plazo cayeron 30,8 %” ¿Quién ahorra con inflación del 30 % e inseguridad jurídica?
 v “Caso La Paragua es indignante”.  “Continúan atropellos de militares contra los débiles indígenas”.
 v “Deuda de PDVSA en bolívares aumentó 767 %”. Chávez y Ramírez pagarán por esta híper-hipoteca.
 v “Escasez afecta a 80 % de la población”, “87 % de encuestados no consiguió leche y 79 % no halló aceite”.
 v “Refugiados cerraron vía de Anzoátegui para pedir casa”. Chávez sostiene que en el interior no quedan refugiados.
 v “Cuba rechaza críticas por muerte de Wilmer Villar”, como Chávez rechazó críticas por muerte del Sr. Brito.
 v “Chávez volvió a empavar al Magallanes”. “Menos mal que falta menos”.
 v “La politización de la FAN pretende adulterar el panorama electoral”. Ya sabemos qué hacer el 7 de octubre.

Twitter: @pacianopadron

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RAÚL AMIEL: CON PERFUME DE MUJER.

Al fin una mujer en la Presidencia. En América Latina seria la séptima mujer en alcanzar la presidencia.
Para quienes habitualmente me leen no será sorpresa que este análisis político no este centrado ni en encuestas, ni en tendencias, ni en acuerdos. Y que por el contrario, este apoyado en estudios de la Kabbalah.
A riesgo de estar equivocado en mis predicciones. Les describiré el resultado del estudio.
Pero permítanme primero hacer una breve descripción de los fundamentos de la Kabbalah para el beneficio de una mejor comprensión.
La Kabbalah es un movimiento filosófico, espiritual y místico, pero también un grupo de creyentes iniciáticos, esotéricos, cultivadores de una teosofía mistérica, simbólica y cultivador de claves de acceso al conocimiento por medio de una cierta criptografía lingüística conectada con la interpretación de la Biblia. Entiéndase por Kabbalah al conocimiento en cuanto a las cosas celestiales mediante el ejercicio del estudio y cumplimiento de preceptos y reglas superiores. Conocerla es hoy un elemento de cultura importante para la reflexión sobre las grandes cuestiones metafísicas, científicas y religiosas.
Dicho lo anterior, adentrémonos en el tema.
El “sujeto” del estudio. Una mujer. Nace un día 7. En octubre para más precisión. Le corresponde entonces en el horóscopo el signo de libra. Libra es el 7º signo del zodíaco. El 11 de febrero de 2010, renunció a la presidencia de su antigua obligación, 7 días después se postuló como candidata y gana un escaño en la Asamblea Nacional. De llegar a la presidencia seria la 7ª mujer en alcanzar la presidencia en América Latina. Por añadidura, seria electa en unas elecciones que se realizaran un día 7.
Corresponde entonces hacer un estudio del 7. A ver que nos trae.
Según la Kabbalah, el 7 representa la Ley Divina que rige el Universo. El 7 es el número mágico y místico. En la Biblia es considerado como el número perfecto.
LAS 7 MARAVILLAS
DEL MUNDO
El 7 es un número muy recurrente en la cultura. Son 7 los días de la semana, 7  los colores del arco iris y 7 los pecados capitales. El origen de esta popularidad está en la observación del cielo por los antiguos astrónomos. La inmensa mayoría de las estrellas no cambiaban de posición las unas respecto a las otras durante el año. Sin embargo, observaron 7 cuerpos celestes que sí lo hacían. El Sol y la Luna, los dos primeros, evidentemente formaban parte de ellos. Los otros cinco eran los planetas que pueden verse a simple vista, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, y que los pueblos antiguos consideraban estrellas móviles.
Para la Numerología, el 7 gobierna la ley cíclica del tiempo y es emblema de las 7 edades del hombre. Simboliza la ruptura de lo natural con lo espiritual, la liberación, la reacción y la separación. Para los teósofos, el 7 es el número del universo.
Por su parte, los hindúes reconocen 7 ramas del saber; además, su filosofía habla de 7 centros de energía: los "chakras".
En la simbología judeocristiana,  el 7 ocupa un lugar de privilegio: desde el primer libro del Antiguo Testamento (Génesis) hasta el último del Nuevo (Apocalipsis) es el número más evocado. Sólo en la Revelación de San Juan aparece 55 veces.
Entre los judíos, la fiesta de las cosechas se hace 7 semanas después de la primavera y en sus ritos encienden las velas de la menorah, en un candelabro de 7 brazos.
También los masones lo reverencian: una logia es llamada Perfecta cuando tiene 7 miembros, ya que para ellos este número representa la vida, la armonía universal y la perfección.
Solo quedan meses para completar la metáfora bíblica de los 7 años de vacas flacas. Cuando todo empezó en el 2005 con la absurda claudicación de nuestro liderazgo político al entregar la anterior Asamblea Nacional.
Ahora bien, una reflexión final para el “sujeto” en estudio. Tu clave para tener éxito:
¡No te impacientes, haz todo a su debido tiempo! Este será un período de movimiento y perspectivas. Lo importante es que hagas cada cosa a su tiempo, con la disposición que te caracteriza. Tu futuro está frente a tus ojos. Nada impedirá que llegues allí donde deseas llegar. Si sabes aprovechar tus cualidades positivas dispondrás entonces de un caudal enorme para triunfar, tendrás en tus manos el potencial necesario para asumir cargos de responsabilidad, pues sabes imponer tu voluntad, convencer con razonamientos y tu palabra elocuente y razonable; al mismo tiempo que muestras comprensión con los deseos y necesidades de tus semejantes. Dios te bendiga. La Patria te necesita.

raulamiel@gmail.com

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LIBERALISMO PARA NO LIBERALES (VIDEO)



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EDITORIAL ANALÍTICA PREMIUM: DATOS, ALIANZA Y CHÁVEZ

El 12 de febrero será cuando de verdad comience la pelea de campeonato, recuerden aquella historia de Rocky I
La noticia política del mes ha sido, sin duda, la alianza entre Leopoldo López y Henrique Capriles Radonski, que señaló dos hechos importantes para la oposición y para el país.
Uno, que los jóvenes dirigentes que hablan de una nueva política la ejercen realmente y eso significa que muchas costumbres de la vieja política van a tener que cambiar y que quien se está llevando por delante a la llamada cuarta república no es el último de sus exponentes, Hugo Chávez, sino jóvenes paridos, criados y entrenados en los duros inicios de la quinta república.
Añadir leyenda
La otra cuestión es que la oposición muestra ahora, con claridad, una cara y una propuesta renovadoras, fresca y con pruebas comprobables de eficiencia -y lo de la cara y propuesta renovadoras incluye a María Corina Machado, que ha puesto en lugar destacado a la nueva mujer venezolana. El político chavista u opositor que no entienda estos dos aspectos, deberá buscarse otro trabajo.
Pero hay otro aspecto que incumbe directamente a la alianza Capriles-López y a toda la estructura de candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática, y se lo está diciendo con dura claridad la encuesta que Datos presentó en Venamcham. A Chávez no lo van a derrotar confiados en su desgaste ni en los efectos tremendos de la inflación ni en los precarios análisis de los frecuentes -y demasiado repetidos, en algunos casos- opinadores de la televisión.
Chávez sigue siendo un caudillo sólidamente integrado con lo popular, esté o no equivocado. Cáncer o no cáncer, inflación o no inflación, Chávez sigue siendo un bastión formidable. Como los boxeadores "pondrones" puede aguantar fuerte castigo sin doblar las rodillas. Para ganarle a Chávez el 7 de octubre, la oposición deben empezar por respetar su notable fuerza popular y su demostrada habilidad política, además del mucho dinero y recursos de los cuales dispone.
El 12 de febrero será cuando de verdad comience la pelea de campeonato, recuerden aquella historia de Rocky I.
Envíe sus comentarios a editor@analitica.com
informes.premium@analitica.com
Miércoles, 25 de enero de 2012

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