El gobierno venezolano sigue sin ponerle
atención a los problemas que más afectan a los venezolanos. Según todas las
encuestas la población sufre el problema del desabastecimiento, de pérdida del
poder adquisitivo, de la criminalidad desbordada, del desastre de los servicios
público, no tener adecuados servicios de salud, de un sistema educativo que se
deteriora día tras día, de no poder sustituir un electrodoméstico dañado y una
interminable lista de problemas que acogotan al común de las personas.
Mientras tanto, en las lúgubres instancias de
poder solo se ocupan de problemas artificiales. Problemas creados en
laboratorios para tratar infructuosamente de ocupar el espacio de la opinión
pública con asuntos que no son de interés primordial para una persona que no
consigue leche o pañales para sus hijos.
Los problemas que presenta la plana
oficialista tienen que ver con una supuesta guerra económica que nadie en su
sano juicio puede tomar por cierta. De hecho, las encuestas muestran que los
venezolanos le están haciendo poco caso a esa argumentación. ¿Cómo es que el
gobierno que más ha intervenido la economía en la historia, está postrado ante
una supuesta guerra económica? ¿Quién es el enemigo?¿Cómo opera?¿Qué está
haciendo el gobierno para combatir esta guerra?¿Ya puso, por ejemplo, a producir todas las plantas de harina de
maíz que expropiaron en el pasado?
Hay que ponerse serios. Tienen que tener el
guáramo para explicar a los venezolanos que las riquezas más grandes de la
historia del país fueron despilfarradas y robadas por una cuerda de incapaces
cuyo único interés era hacerse
inmensamente ricos y lo lograron. Y este no es un invento, abunda en los medios
de comunicación informaciones que dan cuenta de ex funcionarios del régimen que
gozan de fortunas y posiciones económicas que no podrían explicar. Apresar y
condenar a algunos de ellos debiera ser prioridad del gobierno.
Una declaración que desde ya está nominada
para la más ridícula del año es la del ministro de interiores diciendo que los
policías son asesinados por paracos contratados por la extrema derecha y que
tiene pruebas. A ponerse serio ministro. Primero, presente las supuestas
pruebas, abra una investigación que permita saber cómo entraron esos
irregulares al país. Ubíquelos y apréselos. Si no hace esto dentro de la
primera semana de su declaración, la lógica y la ética indican que usted debe
renunciar.
La triste verdad que tienen que admitir es que el gobierno ha sido derrotado por el
hampa que le ha arrebatado el monopolio de la violencia. No es cuento que las
bandas criminales están mejor armadas que las policías. Todo porque el extinto
Chávez le tenía miedo a las policías bien armadas porque lo podían tumbar. ¡Qué
falta de seriedad!
En este discurso plagado de mentiras,
inexactitudes y exageraciones, llegaron a decir que el sistema de transporte
que estaban inaugurando en Maracay es el más moderno de Latinoamérica. Aquí
vuelven a burlarse del pueblo que a lo mejor no sabe que en Bogotá funciona un
sistema de autobuses con canales exclusivos que es muy eficaz y moderno aunque
insuficiente. Es que les cuesta ser serios hasta en lo que hacen.
El enfrentamiento artificial con países como
Estados Unidos y España es otra comedia que ponen en escena para hacer creer a
quienes todavía le creen que Venezuela es amenazada por otros países solo
porque a sus dirigentes les da la gana. Así no más. Sin que se diga la
hipótesis de conflicto ni nada de eso. Algún sabio me saldrá con el cuento del
petróleo. A ese hay que responderle que Venezuela tiene unas reservas naturales
más preciadas que esas y que ni se mencionan en los galimatías guerreristas de
la élite gobernante. Me refiero a las inmensas reservas de agua que para
variar, se encuentran al sur de Venezuela.
Si fuesen serios, dirían que nuestras
verdaderas amenazas la constituyen los diversos grupos guerrilleros que han
formado su propio estado en la frontera con Colombia. Nos hablarían de las
bandas criminales que introducen drogas que usan Venezuela como centro de
distribución para otros países. Hablarían del cartel de los soles y de las
mafias que explotan nuestras riquezas en el sur del país sin que los
venezolanos nos beneficiemos en lo más mínimo.
La comedia a la que ya nadie le presta
atención es la del golpe, magnicidio, etc. Se ha repetido tantas veces esta
patraña que ya no asombra a nadie. Los únicos que pueden dar un golpe son los
militares. Son los que tienen la capacidad operativa para actuar en ese
sentido. Pónganse serios y señalen a los golpistas. Los de verdad, no militares
retirados o asimilados que no tienen comando de tropa.
De los escándalos de corrupción que aparecen
desde hace semanas en los medios no dicen absolutamente nada. El pueblo ya sabe
quiénes se robaron los reales y los tiene pasando trabajo. La gente está
esperando el momento adecuado para expresarse.
Para ser serio es necesario que el gobierno
se ocupe de los temas pertinentes a la agenda de los venezolanos que les
pagamos sus salarios. Solo basta con salir a dar una vuelta por ahí para
apreciar lo que es necesario hacer. Si creen que con todas estas pantomimas
evitarán el desprecio popular expresado en términos electorales, están muy
equivocados.
Ponerse serios pasa por comenzar a asumir el
costo político de las medidas que tienen
que tomar para arreglar la economía destruida por el pernicioso modelo
económico que se empeñan en mantener. Ponerse serios pasa por ponerle un parado
al hampa. Ponerse serios es desmontar un control de cambio que no ha impedido
que la corruptela roja se haya hecho groseramente rica. Ponerse serio es
desmontar los controles para que el libre comercio permita resolver el problema
del desabastecimiento y la inflación. Ponerse serio necesita, y esta si está
difícil, poner gente competente, conocedora y proba en los cargos
ministeriales. No porque en el país no los haya, sino porque seguramente no
militan en el partido de gobierno y no estarían dispuestos a participar en el
desastre que significa esta administración para los venezolanos.
De cualquier forma, la suerte está echada. No
importa lo que este gobierno haga. El pueblo se cansó de la mentira permanente
y de que sus problemas no sean tomados en cuenta por los gobernantes. Solo
esperan el momento de pasar la factura, eso que los politólogos llaman voto
castigo.
PS: recomiendo leer la entrevista al Padre
Alejandro Moreno. Reflexiones que comparto íntegramente http://www.lapatilla.com/site/2015/04/22/alejandro-moreno-de-seguir-como-vamos-venezuela-desaparecera-como-sociedad/
Jose Vicente Carrasquero A.
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