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jueves, 15 de mayo de 2014

JUAN PÁEZ ÁVILA, EL PAÍS DE MADURO

               La mayoría de las encuestas realizadas hace pocos días revelan el desastre que las amas de casa constatan en el mercado, de la administración de Nicolás Maduro. Algunas nunca habían oído hablar de la inflación, pero cuando les dijeron que se reflejaba en el alto costo de la vida, comprendieron por qué no les alcanza el salario o el sueldo para cubrir los gastos de alimentación de sus familias.

    Y cuando preguntan a qué se debe que en un país tan rico no encuentran algunos alimentos, la respuesta se la dan los agricultores y ganaderos que fueron despojados de sus fincas en plena producción, se las entregaron a unos supuestos campesinos y desempleados llevados de las ciudades cercanas, que no conocían de la administración de una hacienda, aún cuando la recibieran produciendo con alto rendimiento. No hay producción agrícola ni industrial para abastecer el consumo nacional, y a eso se debe la escasez. Y aunque el gobierno ha importado miles de millones de dólares en alimentos, enriqueciendo a los productores  de otros  países, ya los dólares no le alcanzan para continuar las importaciones.
         ¿Y qué han hecho con los miles de millones que produce PDVSA? Los han gastado en ayudas a unos y regalos a los gobiernos que apoyan a Maduro en cualquier evento internacional o interamericano. Los pobres de nuestro país se comieron y se comen  las ayudas que todavía les pueden dar. Si hubieran invertido la renta petrolera en apoyo a la industria, la agricultura y la cría, en infraestructura, educación y salud, los desempleados de hoy tendrían trabajo fijo, cobrarían quince y último, tendrían prestaciones sociales y no serían los mendigos en que los ha convertido el gobierno para obligarlos a votar por sus candidatos.
         Y si a esos factores negativos le agregamos la inseguridad de las personas y de los bienes, el hampa desbordada e incontrolada, los altos funcionarios gubernamentales son los únicos que pueden comer  completo y transitar por la  calles de las principales ciudades en carros blindados y con guardaespaldas, para su seguridad personal. Por eso las encuestas reflejan que la mayoría de los venezolanos considera que el gobierno es el culpable de este desastre y más del 60% rechaza la política económica del régimen, la represión a los estudiantes y a la sociedad civil que protestan contra la inflación, el desabastecimiento y la inseguridad.
         La responsabilidad es del gobierno de Maduro, no sólo porque ha repetido las políticas fracasadas de la Unión Soviética y los países del Este de Europa, que se derrumbaron sin mayor resistencia, sino  también por conformar un gabinete de incapaces, que en vez de asesorarlo para que tenga éxito, se desviven para aplaudirle todos los disparates que se le ocurren o que  les ordenan los comandantes cubanos.
         La expropiación o compra de medios de comunicación social, para lograr una hegemonía en ese ramo, no les han servido para  controlar la opinión pública, porque la audiencia de todos sus centenares de medios no pasa del 11% de lectores, radioescuchas o televidentes. Para lo único que les ha valido es para atropellar editores, perseguir y dejar sin trabajo a centenares de periodistas, por la única razón de transmitir  la verdad de lo que sucede en el país.
         De allí la repercusión nacional e internacional que ha tenido la protesta encabezada por los estudiantes, con respaldo de Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado, y en especial de gran parte de la sociedad civil, que han llegado a la conclusión de que necesario producir un cambio en la conducción del país, en el marco de la Constitucional vigente. Y aunque el gobierno convocó a un diálogo nacional con la presencia de varios cancilleres de Unasur y el representante de su Santidad del Papa Francisco, para supuestamente buscarle solución a los problemas a los que hemos hecho referencia, no sólo no se ha avanzado satisfatoriamente, sino que ha aumentado la represión contra los estudiantes, quienes resisten con el heroísmo de los que creen luchar por su futuro.
Juan Paez Avila
jpaezavila@gmail.com
@jpaezavila

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miércoles, 12 de marzo de 2014

PAULINA GAMUS, PATRIA, SOCIALISMO Y MUERTE, TRIBUNA, EL PAÍS, ESPAÑA

En el aniversario de la muerte de Hugo Chávez no hubo llantos, no lloró la familia, mucho menos Nicolás Maduro
  
El primer aniversario del día en que según el Gobierno cubano y el subordinado oficialismo venezolano, Hugo Chávez pasó a la eternidad, volvió a mi mente un recuerdo de la remota infancia. En aquella época los hombres usaban sombrero y cuando pasaba una carroza fúnebre, todos sin excepción se descubrían la cabeza en señal se respeto por el desconocido que había pasado también a la eternidad. Pero al tiempo en que se producía esa actitud de piadosa consideración ante la muerte, la manera venezolana de decir que alguien estaba agonizando era: “Está pidiendo pista” (como los aviones para despegar) y una vez que el deceso era efectivo e irreversible, se decía: “Fulano (a) pasó el páramo en escarpines”. Dualidad muy propia de la irreverencia como parte de nuestra cultura.

Al encender el televisor este 5 de marzo ya la nomenklatura revolucionaria estaba acomodándose para el inicio del desfile militar preparado para la luctuosa fecha. El jefe máximo de Cuba y por consiguiente de Venezuela, Raúl Castro, había descendido del avión Dassault Falcon 900EX, matrícula YV-2053, que pertenece al Gobierno venezolano pero que el jefe máximo utiliza a su antojo como corresponde. Apenas piso tierra conquistada, la bandera cubana que ondeaba oronda, rodó por los suelos. 

En un país en el que la falta de información y la prohibición hasta del humor han dado lugar a toda serie de pensamientos y elucubraciones mágicas, esa bandera caída fue una señal. Hasta ahora no sabemos de qué, pero las esperanzas existen. 

El primer entrevistado fue Adán Chávez, hermano mayor y supuesto mentor ideológico del comandante golpista, quien se refirió al difunto llamándolo “El Gigante”. Aquello no dejó de parecerme curioso, porque si bien es natural que a cualquiera le duela la muerte de un hermano, el endiosamiento del personaje casi siempre se deja a terceros. Lo interesante es que allí no hubo llantos, no lloró la familia, mucho menos Nicolás Maduro, quien se había deshecho en llanto un año antes, cuando anunció el viaje del comandante eterno hacia el otro mundo. ¿Cómo iba a llorar si estaba la mar de contento en una posición que ni en sus fantasías más audaces pudo jamás intuir? ¡Presidente de Venezuela! subordinado a los Castro, pero presidente al fin. 

El asunto es que no lloraba nadie, ni Evo Morales tan deudor del fallecido por los favores recibidos, ni Daniel Ortega igualmente deudor y moroso. Menos aún los cancilleres y otros segundones enviados por los Gobiernos cuyos mandatarios no quisieron participar de un espectáculo que fue de todo menos sobrio y solemne.

¿Y la calle? ¿Dónde estaba aquella masa humana que apenas un año atrás hizo largas filas durante días y noches para darle una miradita al cadáver insepulto, aquella gente que lloraba con desesperación y se mesaba los cabellos por la pérdida del caudillo? 

Echaré mano del empirismo para presumir que la mitad estaba de nuevo haciendo fila pero esta vez frente a los supermercados, mercados, abastos y bodegas para conseguir alguno de los productos de uso básico que desaparecieron como El Gigante y que parecen estar acompañándolo en la eternidad: leche, aceite, azúcar, harina de maíz y de trigo, margarina y papel higiénico. 

La otra mitad del país participaba de las manifestaciones y protestas de todo tipo: por la escasez, por la libertad de los presos políticos, por la inseguridad que reina en el país y que solo en 2013 produjo 23.000 homicidios. 

Pero ese día, el mismo en que las palabras patria, paz y amor redundaban en los discursos cuajados de la tradicional cursilería militar, retroalimentada por el kitsch del militarismo chavista, Nicolás Maduro ordenó a los grupos paramilitares del Gobierno, los llamados “colectivos”, que actuaran en defensa de la revolución. El 12 de febrero, cuando esos matones dispararon contra una manifestación de estudiantes y causaron tres muertes y más de cincuenta heridos, Maduro había declarado: “No acepto grupos violentos en el campo del chavismo y la revolución. Quien quiera tener armas para combatir con armas, que se vaya del chavismo". Una vez más quedó en evidencia que Venezuela está gobernada por personas que han hecho de la mentira, de la burla y del delito, el signo de su gestión.

La contraorden de Maduro fue acatada de inmediato y la noche del 5 de marzo fue de horror en el Este de Caracas y en otras ciudades. Los motorizados con sus armas de fuego disparaban contra edificios mientras tanquetas de la Guardia Nacional Bolivariana destruían a su paso automóviles estacionados en las calles. Hubo muertos, heridos y presos. Todo fue coordinado con el organismo gubernamental que presta el servicio eléctrico para que éste fuera suspendido en las zonas donde se producían los ataques contra ciudadanos indefensos y sus bienes. 

Para poner la guinda a la torta, la Defensora del Pueblo, aprovechó el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para declarar que: “Si aprehenden a 15 jóvenes y una persona es golpeada o maltratada, la tortura tiene un sentido, se emplea para obtener una confesión”.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece como requisitos para ser presidente (a) de la república: ser venezolano por nacimiento, mayor de treinta años de edad, de estado seglar, no tener otra nacionalidad y no estar sometido a condena definitivamente firme. No exige que el ungido (a) sepa leer y escribir y mucho menos un examen de cociente intelectual o de salud mental. Así se explican no solo las declaraciones de la Defensora del Pueblo sino la indignación de Maduro en el aniversario del fallecimiento del Inmenso, exigiendo a los demás países que no se “entromezcan” en los asuntos internos de Venezuela y la ruptura de relaciones con Panamá acusada de entrozmetimiento. 

¿Fue esa ruptura un acto de la ya consuetudinaria ignorancia de Maduro, al no saber que por el Canal de Panamá pasa el petróleo por el que China, a quien le debemos hasta el modo de andar, recibe en pago el petróleo venezolano? ¿O fue un acto de viveza que no hemos sido capaces de calibrar, para no pagar los dos mil o más millones de dólares que comerciantes venezolanos les adeudan a comerciantes panameños? 

El presidente Martinelli de Panamá, vino en a Venezuela en julio de 2013 para tratar de cobrar esa deuda y se fue como vino, con las manos vacías. Quizá si Maduro le aplicara la misma medicina a China y a Rusia, nuestros gigantescos acreedores, esta Venezuela socialista quebrada, hipotecada y arruinada por Gulliver Chávez y su equipo de liliputienses, pueda levantar cabeza.

http://elpais.com/autor/paulina_gamus_gallegos/a/

Paulina Gamus
gamus.paulina@gmail.com
@Paugamus

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martes, 24 de diciembre de 2013

SEYED HOSSEIN MOUSAVIAN, NUEVA ERA NUCLEAR EN EL GOLFO PÉRSICO, REFLEXIONES, / EL PAÍS (MADRID)

El en virtud del Tratado de No Proliferación (TNP) y que detener ese proceso es una "línea roja" que no se puede cruzar. Estados Unidos se ha opuesto a la posición de Irán.

El 24 de noviembre, después de cuatro días de conversaciones maratonianas, Irán y el Grupo 5 1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania), firmaron finalmente el acuerdo provisional de Ginebra; debe interpretarse como el preámbulo para una solución integral y a largo plazo. Poco después, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamed Javad Zarif, aseguró en una conferencia de prensa, que hay en el acuerdo, en dos ocasiones, "una muy clara referencia sobre el hecho de que el programa de enriquecimiento iraní continuará y será parte de cualquier acuerdo, ahora y en el futuro". Zarif estaba aludiendo a un texto en el Plan de Acción Conjunto que establece que el acuerdo final implicará "un programa de enriquecimiento definido de mutuo acuerdo, con límites prácticos y medidas de transparencia para garantizar el carácter pacífico del programa".

La respuesta de John Kerry en una entrevista con ABC News fue: "No. No hay derecho a enriquecer. No reconocemos el derecho a enriquecer. Está claro. El Tratado de No Proliferación establece muy, pero que muy claramente, que no hay derecho a enriquecer".

Contrariamente a la afirmación de Wendy Sherman, la principal negociadora de EEUU, de que "esta ha sido siempre la posición de EEUU", John Kerry había ofrecido una interpretación completamente diferente del TNP cuando presidía el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, hace cuatro años. En una entrevista con el Financial Times, pueden extractarse las siguientes afirmaciones de Kerry sobre la posición de Estados Unidos respecto a los derechos de Irán como país firmante del TNP: "El argumento de la administración de Bush para no permitir el enriquecimiento era ridículo (...) No parecía razonable (...) Fue un desperdicio de energía (…) De alguna manera contribuyó al endurecimiento de las posiciones de ambas partes (...) Ellos tienen derecho a la energía nuclear con fines pacíficos y por consiguiente al enriquecimiento para ese propósito".

En 2010, Hillary Clinton, para entonces secretaria de Estado, dijo a la BBC, confirmando así la posición de Kerry, que un acuerdo final podría permitir el enriquecimiento a Irán. "Pueden enriquecer uranio en el futuro, una vez que hayan demostrado que pueden hacerlo de manera responsable y de acuerdo con las obligaciones internacionales", resaltó.

En cualquier caso, la aceptación del enriquecimiento facilitó la obtención del acuerdo de Ginebra, a pesar de que sus límites aún no se han negociado y tendrán que ser acordados en el futuro. Sin ese acuerdo, el mundo habría sido testigo de otro desastroso fracaso de las negociaciones.

El pacto de Ginebra fue un éxito histórico porque Irán y Estados Unidos demostraron que han aprendido lecciones cruciales del pasado. La posición de ambos países, basada en la no reconciliación durante los últimos 34 años, no garantizaba los intereses y la seguridad de ninguna de las dos naciones. Es trascendental que Irán y Estados Unidos hayan sido capaces, después de más de tres décadas, de negociar al más alto nivel diplomático y orientar una compleja disputa a una conclusión mutuamente aceptable, dirigida a alcanzar una solución permanente "en menos de un año".

Las consecuencias de este enfoque diplomático sin precedente pueden ir más allá de la cuestión nuclear iraní y mejorar las condiciones geopolíticas de la región. El claro rechazo de la administración de Obama a las presiones de los grupos proisraelíes que se oponen al acuerdo, así como la presión de algunos países árabes de la zona, podría ser el comienzo de una nueva era en la política exterior estadounidense en Oriente Próximo.

Kerry, subrayando la determinación de Obama de llevar la crisis nuclear de Irán a su fin, explicó en una conferencia de prensa en Ginebra que, aunque algunos en el Congreso podrían tratar de imponer nuevas sanciones a Irán, "el presidente también tiene, obviamente, una posibilidad de veto" al respecto.

La relación entre Irán y los Estados Unidos de América no necesariamente debe ser definida en el marco de un juego de suma cero. La cooperación entre EEUU como potencia mundial e Irán como potencia regional puede lograr la estabilidad desde el este en Afganistán hasta el oeste en Líbano, que parece estar a punto de caer en otra guerra civil con la injerencia de algunos países árabes.

Extremistas salafistas y terroristas son adversarios comunes para Estados Unidos, Irán y los países de la región. Y tanto Estados Unidos como Irán necesitan estabilizar el área para avanzar en sus intereses nacionales. Irán busca vender su petróleo y atraer la inversión extranjera para su desarrollo; el sistema capitalista —liderado por Estados Unidos— tiene por objeto garantizar el paso seguro del petróleo en aguas de la zona.

Mientras Estados Unidos e Irán tratan de resolver sus problemas, los países del área deberían acoger favorablemente este cambio hacia un nuevo Oriente Próximo. Podrían responder de manera positiva a los esfuerzos de Irán para acercarse a EEUU, hecho de suma importancia en la agenda de corto plazo del gobierno del presidente Rohaní. La distensión iranoestadounidense refuerza la posibilidad de que esta aproximación regional culmine con éxito.

"Estén seguros de que el acuerdo nuclear favorece la estabilidad y la seguridad de la región", dijo Zarif en Kuwait el 1º de diciembre. En un comunicado oficial, Arabia Saudita considera el acuerdo como un primer paso hacia una solución global a la cuestión nuclear iraní, a condición de que conduzca a un Oriente Próximo y golfo Pérsico libre de todas las armas de destrucción masiva, y con la esperanza de que ese paso sea seguido por otros más importantes que garanticen el derecho de todos los países a utilizar pacíficamente la energía nuclear.

Poco después del acuerdo nuclear de Ginebra, Irán declaró su disposición de iniciar una "nueva página" en sus relaciones con los países del golfo Pérsico. La semana pasada, Teherán recibió muy calurosamente al ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Abdullah bin Zayed se reunió con el presidente Hasan Rohaní, así como con su homólogo iraní Zarif en el marco del primer viaje de este tipo del ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos en muchos años.

En su primera visita a un país árabe del golfo Pérsico, que le llevará también a Omán, Zarif llegó a Kuwait. Se espera que Zarif también visite pronto Riad. Teherán, Riad y el Consejo para la Cooperación del Golfo Pérsico (CCG) para negociar y debatir entre sí, en lugar de hablar el uno del otro y de los otros. "Vemos a Arabia Saudita como un país muy importante e influyente en la región", dijo Zarif a los periodistas a su llegada a Kuwait.

Es el momento adecuado para que Irán, Arabia Saudita, Irak y los países del CCG procedan, con el apoyo internacional a la instalación de un sistema regional de cooperación en el golfo Pérsico con el fin de eliminar definitivamente las hostilidades, garantizar la paz y la estabilidad en la región (y aún más allá), para la lucha conjuntamente contra el terrorismo y el extremismo, así como para construir un golfo Pérsico y un Oriente Próximo libre de armas de destrucción masiva.

enriquecimiento de uranio ha sido el foco de la disputa sobre el programa nuclear iraní entre este país y las potencias mundiales, especialmente Estados Unidos, desde el año 2003. Irán viene argumentando que el enriquecimiento es su "derecho inalienable"

SEYED HOSSEIN MOUSAVIAN, Ex embajador de Irán en Alemania y ex portavoz de los negociadores nucleares de Irán con Occidente y la AIEA. Actualmente investigador en la Escuela Woodrow Wilson de Princeton. Su último libro es "La crisis nuclear iraní: una memoria".

http://www.lacapital.com.ar/opinion/Nueva-era-nuclear-en-el-golfo-Persico-20131216-0006.html

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domingo, 19 de agosto de 2012

ANALÍTICA PREMIUM, EDITORIAL, EL PAÍS SE ESTÁ CAYENDO A PEDAZOS, 17 DE AGOSTO DE 2012

La centralización de toda la actividad del Estado en manos de una burocracia central ineficiente y muchas veces corrupta tiene consecuencias que se ven como en el caso de los puentes, las carreteras y los hospitales, pero hay otras que por no ser tan visible no son menos graves

Lo que está ocurriendo con la infraestructura vial del país es una muestra más de la incapacidad de este gobierno que lleva 14 años hablando mucho y haciendo poco.
La centralización de toda la actividad del Estado en manos de una burocracia central ineficiente y muchas veces corrupta tiene consecuencias que se ven como en el caso de los puentes, las carreteras y los hospitales, pero hay otras que por no ser tan visible no son menos graves.
Ya Venezuela no es el país rural que podía ser manejado desde Maracay por el general Gómez,  es una nación de casi 30 millones de habitantes en su mayoría urbana y que requiere de gobiernos responsables tanto a nivel nacional como local que se ocupen de resolver los problemas fundamentales de la población como la seguridad, la salud y la vialidad.  En la medida en que todos los servicios estén centralizados en ministerios en Caracas lo más probable que ocurra es que estén mal atendidos.
La descentralización de los servicios no es un capricho político del momento, es una necesidad imperiosa en un país como el que tenemos hoy en día.
El 7.O cada uno de los votantes debe pensar y reflexionar si con el sistema político actual han mejorado los servicios públicos en la ciudad, en el pueblo o en el caserío en el que habita y si está satisfecho de cómo están funcionando los hospitales, el transporte público, la seguridad, la electricidad, la salubridad, y entonces debe decidir si quiere votar para que todo siga igual o quiere apostar a un cambio que pueda mejorar lo que no está bien.
La descentralización no sólo es uno de los aspectos de la realidad política actual que debe enfrentar un nuevo gobierno,  sino una  manera simple de resolver tanta desidia expresada por un hiper Estado centralizado ineficiente y corrupto.

Envíe sus comentarios a editor@analitica.com
informes.premium@analitica.com 

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jueves, 7 de junio de 2012

EL PAÍS (URUGUAY), EDITORIAL, SOBRE LA DINÁMICA DEL MAL

La dinámica es un impulso vinculado al movimiento y a las fuerzas que lo producen, pero también es el sistema que integran esas fuerzas cuando se dirigen hacia un fin. La definición calza como un guante para describir el proceso de la delincuencia en este país, desde la época en que un ladrón escapaba ante la llegada de los dueños de casa, hasta una actualidad en que los rapiñeros balean a quemarropa a quienes se resisten. 

La dinámica ha intervenido para mover así las cosas, transformando lo que era un fenómeno incruento y esporádico hasta convertirlo en un drama continuo, sangriento y con presencia protagónica en el cuadro de las noticias diarias, cuyo impacto es capaz de mantener a la población en vilo.

Además de crecer, esa fuerza se ha sistematizado, como si hubiera una organización por detrás de ella. De hecho la hay, cuando un grupo de cinco o seis jóvenes -a menudo inimputables- asalta un comercio de acuerdo al plan trazado previamente, y en eso cumple con aquella definición al hacer cálculos para dirigirse a un fin. Por el momento la organización es rudimentaria, el sistema es incipiente y el plan es precario, pero a esa fuerza en embrión se refiere la Policía cuando señala que están dadas las condiciones para que surjan las "maras", esas siniestras pandillas que imponen el terror en países centroamericanos y en el sur de California. Bastará con que aparezca un cabecilla dotado de cierto carisma y capacidad de liderazgo, para que el pronóstico se materialice y la pesadilla se confirme.

La Policía no se engaña cuando estima las condiciones propicias para que se produzca ese brote. Sabe que en su caldo de cultivo figura no sólo la disponibilidad de conductas violentas, el ocio improductivo o el acceso ilimitado a las armas de fuego, sino también la complicidad del medio que rodea a una banda y la lealtad casi sacramental entre sus potenciales integrantes, una fórmula capaz de generar esa suerte de religiosidad que hace tan compactas (y de ferocidad tan impenetrable) a las maras. La dinámica actualmente en curso no se frenará ante el umbral de esa nueva amenaza, que no está creciendo sola sino auxiliada por el avance de las drogas, los modelos de agresividad como versión patológica del heroísmo, la descomposición moral de sectores marginales, los brutales contrastes socioeconómicos y la voracidad consumista alborotada por el materialismo de la cultura contemporánea.

A medida que van pasando los años, el gobierno nacional (y el municipal) han demostrado en los hechos su incapacidad para enfrentar esa maldita combinación de fuerzas con la inteligencia, la eficacia y el vigor necesarios para combatirla, de manera que la dinámica con que esa avalancha delictiva sigue rodando por su pendiente, ya parece irreparable. Decir eso equivale a reconocer que la bola crece a medida que baja, porque una ley de ese movimiento consiste en que no tiene pausas ni atenuaciones, sino sólo agravamiento y aceleración. Por algo el Uruguay de hoy es un país donde se han registrado 134 homicidios en los primeros 160 días del año, una cifra que resulta escalofriante si se la compara con el pasado, pero que en adelante será apenas otra de las estadísticas de una realidad que va habituándose a sus peores componentes. Ocurre lo mismo con los estados de ánimo de la ciudadanía y con los temores que la situación va provocándole, porque esos sentimientos se oscurecen a medida que la violencia invade su entorno, su lugar de trabajo o su medio familiar. Ya nadie podrá contemplar la escalada delictiva como algo distante o ajeno. No es nada fácil sentirse envuelto en esa oleada que nos compromete a todos.

Igual que en una carrera de obstáculos, la dinámica del crimen salta sobre vallas cada día más riesgosas y alcanza metas cada vez más atrevidas, porque con ello responde a una presión que le impide estacionarse, apaciguarse o detenerse. Como ocurre en la evolución de una enfermedad o en el proceso de una adicción, esa fuerza atraviesa etapas de ascendente gravedad que se profundizan y se extienden, a veces silenciosamente y otras veces con revuelos o escándalos, como en los motines carcelarios o los asesinatos a mansalva. La dinámica delictiva tiene eso: delata el avance de algo que no cede y que a menudo desemboca en el padecimiento y la muerte.

Este es un reenvío de un mensaje de "Tábano Informa"
http://www.elpais.com.uy/12/06/06/predit_644911.asp

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martes, 5 de junio de 2012

EL PAÍS (URUGUAY) EDITORIAL, ¿POLÍTICAS SOCIALES O CLIENTELISMO?

Hace un tiempo circulaba por Internet un artículo humorístico, si así puede llamársele, que pintaba el deterioro de los valores de cierta parte de la trama social uruguaya. Alardeaba el protagonista del cuento, de cómo vivían él y su familia sin trabajar, gracias a las dádivas otorgadas por el gobierno, al tiempo que se reía de los giles que pagando impuestos financiaban su modus vivendi, mostrando a la vez su carencia en códigos de convivencia civilizada. Se regodeaba con lo que cobraba por el Plan de Equidad, el de Asignación por Hijo, lo de su pareja por anotarse en el plan Madre Soltera, más lo que conseguía en el semáforo si tenía ganas de sacar algo más, aparte de contar con luz y TV gratis por estar colgado, del moderno celular que se había "apropiado" y varias otras ventajas más.

A pesar de que las autoridades se ufanan en la disminución de la pobreza y la indigencia bajo los gobiernos del Frente Amplio, como si nunca se hubiera dado antes (en la época de Lacalle bajó a la mitad), deben reconocer que esto se debe sobre todo, al crecimiento económico experimentado por Uruguay en todos estos años gracias a las condiciones externas que han favorecido a los países emergentes que cuentan con lo que las nuevas economías dinámicas demandan. Tal como lo expusiera, con su solvencia y claridad habitual, el economista Talvi el martes pasado. Ha ocurrido en las naciones vecinas lo mismo que aquí, tuvieran el gobierno que fuera, del momento en que se redujeron las tasas de interés, la recesión en el norte liberó grandes flujos de capitales hacia nosotros y la composición de la demanda global fue en búsqueda de mayores cantidades de materias primas.

Lo que resulta preocupante es que a pesar de esta notoria mejoría económica y de las grandes sumas que tanto la administración Vázquez como la de Mujica han volcado en las llamadas políticas sociales, no se nota menos ambulantismo, ni menos gente viviendo en la calle, ni menos cuidachoches, limpiavidrios o personas y niños que recogen y viven entre la basura. Por el contrario, los asentamientos en lugar de disminuir han aumentado.

Entonces, como bien le preguntó la diputada Ana Lía Piñeyrúa en una reciente y bien documentada interpelación al ministro Olesker, además de otras muchas interrogantes que quedaron sin contestar, es si el ministerio gasta o invierte. Cómo y en qué se aplica el dinero que aportan los uruguayos a través de sus impuestos.

Porque está visto que la inclusión social que tanta falta hace en ciertos núcleos, no se logra simplemente poniéndole plata en el bolsillo a la gente, o subiéndola en el índice de pobreza porque la cuota del Fonasa, al valor del mercado, hoy se computa como parte del ingreso. Lo que hay que combatir es la marginación sociocultural y ella se logra por medio de la educación, el trabajo, la capacitación. El reparto de dinero sin contraprestaciones, sin control, no hace más que fomentar el círculo vicioso de la ignorancia y la indigencia. A estas personas hay que darles instrumentos para que puedan salir de su situación y las transferencias monetarias deben ser transitorias y condicionadas.

Mucho más beneficioso es que los cientos de millones de dólares que se destinan a los diversos planes se canalicen hacia obras de infraestructura que ofrezcan a la gente la posibilidad de ganar un salario a través de su trabajo, fortaleciendo su autoestima e incentivando esa cultura. La diputada hizo notar que el Mides, según el informe de evaluación de los programas 2009 y 2010, no tiene bien definida la población objetivo y si es así, ello se presta a direccionar el plan o el dinero a quien se quiera. En otras palabras, clientelismo puro y duro.

Lo cual coincide con los propios dichos del ministro Daniel Olesker, quien declaró públicamente que el F.A. debería capitalizar electoralmente lo hecho en beneficio de los pobres. Si bien luego intentó desdecirse, amenazando con acciones judiciales, al final no pasó nada pues sus palabras estaban registradas. Una postura en consonancia con la del senador Rubio, que en plena campaña electoral dijo lo mismo.

Como expresara la interpelante Ana Lía Piñeyrúa, "el éxito de un gobierno en materia social se ve en la mejora de la calidad de vida de la gente, en la baja de la exclusión educativa, laboral y social y en la consiguiente extinción de esta clase de programas".

http://www.elpais.com.uy/12/06/02/predit_644290.asp

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lunes, 15 de junio de 2009

*LA BATALLA NO ESTÁ PERDIDA EN VENEZUELA, ENTRE LA LIBERTAD Y HUGO CHÁVEZ, MARIO VARGAS LLOSA, EL PAÍS, ESPAÑA

La batalla no está perdida en Venezuela. La resistencia a la intimidación y la extorsión del régimen chavista ha movilizado a sectores de la población contra una revolución huérfana de ideas

Un Encuentro sobre Libertad y Democracia, celebrado en Caracas el 28 y 29 de mayo, que hubiera pasado inadvertido del gran público y confinado en un reducido ámbito intelectual, se convirtió gracias al Gobierno del presidente Hugo Chávez en un acontecimiento internacional. En buena hora, pues de este modo un amplio sector pudo enterarse de los atropellos que se cometen a diario en la tierra de Bolívar contra las libertades civiles y del coraje con que tantos venezolanos se han movilizado contra el proyecto estatista y totalitario que pretende convertir a este país en una segunda Cuba.

Un centenar de escritores, intelectuales, políticos y periodistas fuimos a Caracas a festejar los 25 años de CEDICE, un instituto defensor de la cultura democrática y la economía libre, que, pese al hostigamiento de que ha sido y sigue siendo víctima, continúa promoviendo las ideas liberales en medio de la frenética campaña centralista y colectivista de uno de los gobiernos más anacrónicos del mundo occidental.

Es verdad que Venezuela todavía no es Cuba porque aún quedan espacios para la empresa privada y la prensa libre, pero ellos se van cerrando cada día más. Tanto empresarios privados como órganos de prensa independiente trabajan sometidos a acosos y amenazas y con la espada de Damocles de la confiscación, la expropiación y la clausura sobre sus cabezas. Sin embargo, pese a los juicios, multas y entrampamientos administrativos que los asfixian, la entereza con que continúan en la brega es admirable. El día que inauguramos el Encuentro se cumplían dos años del cierre de Radio Caracas Televisión, luego de la épica batalla por la supervivencia que dieron su propietario Marcel Granier y los centenares de periodistas y demás trabajadores de la empresa. Ahora, el objetivo del régimen es el último canal independiente donde la oposición puede expresarse: Globovisión. El terreno está siendo abonado con una ofensiva de injurias y acusaciones delirantes contra el canal y su propietario, Guillermo Zuloaga, cuya casa fue invadida hace pocos días por la policía y a quien el Gobierno chavista acaba de abrir un juicio por supuestos tráficos ilegales: una burda patraña antes del zarpazo final contra un canal de televisión que se empeña en ser libre en un país donde la libertad se apaga cada día como la lucecita de un candil. Al igual que en Radio Caracas Televisión, los 400 periodistas y trabajadores de Globovisión han cerrado filas en defensa de su centro de trabajo y de su dignidad.

¿Cuál es la popularidad real de Hugo Chávez? En una de las exposiciones más notables del Encuentro, María Corina Machado, fundadora del Movimiento Cívico Súmate, mostró, con documentos irrefutables, que el régimen chavista, bajo su apariencia bullanguera y caótica, maneja un rodillo compresor, inteligente e implacable, de intimidación y extorsión de las conciencias y el voto, que manipula y sojuzga sobre todo a los empleados públicos, a los pensionistas y a los obreros y trabajadores eventuales, ofreciéndoles seguridad en sus empleos a cambio de adhesión política y haciéndoles creer que todos sus movimientos y palabras son vigilados de modo que, ante la menor desviación, la represalia gubernamental se abatirá sobre ellos como una guillotina, privándolos del trabajo, el salario o la pensión. La expositora contó cómo, en uno de los barrios más pobres de Caracas, los vecinos le confesaron que no se atrevían a votar contra Chávez porque un "satélite" los espiaba incluso en el interior de los centros de votación.

La ofensiva contra el sector privado de la economía es vertiginosa. Una tercera parte de ella está ya en manos del Estado. Dos millones de hectáreas han sido arrebatadas a sus dueños para ser convertidas -según un término copiado de la dictadura militar peruana del general Velasco Alvarado- en empresas de "propiedad social". Han sido igualmente estatizadas las empresas eléctricas, la mayoría de las telecomunicaciones, las cementeras, todas las empresas de servicios petroleros y todas las empresas mixtas de explotación del petróleo así como las empresas siderúrgicas e incontables empresas medianas o pequeñas de distintos rubros con pretextos diversos o sin pretexto alguno, mediante la mera prepotencia. En el ámbito financiero, el Banco Santander ha sido el primero en caer víctima de la estatización.

Todavía hay elecciones, pero se trata de una operación de relaciones públicas, pues el Gobierno ignora sus resultados y anula y persigue a los opositores elegidos. Manuel Rosales, el ex-gobernador de Zulia y alcalde de Maracaibo, ha debido exiliarse en el Perú para escapar a la saña chavista. Al alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledesma, Hugo Chávez lo ha privado prácticamente de todas las atribuciones importantes que eran responsabilidad del Ayuntamiento, y hasta le ha birlado el local del municipio, por la fuerza, donde ahora impera una super-alcaldesa nombrada a dedo. Con lo que no contaba el chavismo, es con la gallardía del popular Ledesma, que, con el apoyo resuelto de sus electores, defiende con uñas y dientes su gestión.

En el campo sindical es donde el autoritarismo de Hugo Chávez ha encontrado mayor resistencia a sus apetitos hegemónicos. Los obreros venezolanos no se dejan engañar ni amedrentar. Para tratar de reemplazar a la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), afiliada a la OIT (Organización Internacional de Trabajadores), Chávez creó la Unión Bolivariana de Trabajadores, sindicato oficialista que, pese al desembozado apoyo del régimen -y acaso por eso mismo- no ha prendido y carece no sólo de legitimidad, también de afiliados. Casi todos los intentos de copamiento de los gremios y sindicatos por parte de los sicarios y agentes del régimen han sido un fracaso y se han saldado a veces con violencia callejera y asesinatos. De hecho, no siempre son los empresarios quienes encabezan la lucha contra las estatizaciones, sino a menudo los obreros -el número de huelgas es acaso en Venezuela el más alto de América del Sur-, conscientes de que, una vez incorporados al sector público, sus centros de trabajo no sólo serán víctimas de la ineficiencia y la corrupción, sino de la politización que premia a los obsecuentes y serviles y castiga a los independientes y a los críticos.

Dicho todo esto, y aunque la resistencia sea difícil contra un régimen matonesco y sin escrúpulos, la batalla por la libertad no está perdida en Venezuela. Una de las más emocionantes sesiones del Encuentro fue aquella en la que los jóvenes alcaldes de Chacao, Sucre y Baruta -antes lo había hecho el de Caracas-, expusieron cómo se las arreglan, pese a la miseria presupuestal con que el Gobierno los castiga por ser opositores, para hacer obra pública, trabajar con los vecinos a fin de reducir la delincuencia y el consumo de drogas, mejorar la educación y alentar el civismo y la cultura democrática en el vecindario.

¿Cómo no va a haber esperanzas en un país donde todas las universidades, privadas y públicas, rechazan el proyecto totalitario y donde los estudiantes están en la vanguardia de las manifestaciones contra las pretensiones de Hugo Chávez de convertir a Venezuela en una sociedad oscurantista y dictatorial a la manera de Cuba y Corea del Norte? Ellos fueron el motor de la movilización que derrotó a Chávez cuando el plebiscito. ¿Y qué decir de los intelectuales, artistas y escritores? La revolución chavista es la primera en la historia que nació huérfana de ideas y de doctrinas y debió de contentarse sólo con eslóganes, estribillos y lugares comunes porque en sus filas había agitadores pero no pensadores ni escribidores dignos de ese nombre. Revoluciones como la rusa, la china y la cubana imantaron en sus primeros años el idealismo y la imaginación de grandes creadores, cuya ingenuidad las embelleció y prestigió: luego, pagarían carísimo su error e irían al gulag, padecerían la "revolución cultural" o partirían al exilio. Pero, en Venezuela, con excepciones que se cuentan con los dedos de una mano, la clase intelectual mostró desde el primer momento una lucidez visionaria sobre lo que estaba en juego y desde entonces, con todos los matices que cabe señalar, no ha podido ser reclutada (es decir, castrada) por el régimen: allí está, limpia y treja, dando la pelea, como un ejemplo para sus congéneres en el resto del mundo.

En los cinco días que acabo de pasar en Venezuela me he sentido animado como en los mejores días de mi adolescencia. Siempre estuve agradecido a ese bello país, que, al concederme el Premio Rómulo Gallegos en 1967, dio un gran impulso a mi trabajo de escritor. Ahora lo estoy más, por la extraordinaria lección de hidalguía que hemos recibido los participantes al Encuentro de tantas venezolanas y venezolanos indomables en la defensa de su libertad.


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