1.
Nota 6. Prisiones. El campo Arco Iris, situado cerca de Santiago de Las
Vegas, fue concebido para acoger a 1.500 adolescentes. No es el único: existe
también el de Nueva Vida, al sureste de la isla. En la zona de Palos se
encuentra el Capitolio, un campo de internamiento especial reservado para
niños de alrededor de diez años.
Los adolescentes cortan la caña de azúcar o
realizan trabajos artesanales, lo mismo que los niños enviados en stage a Cuba
por el MPLA de Angola o por el régimen etíope en los años ochenta. Otros
internos de estos campos y cárceles, los homosexuales, han conocido todo tipo
de régimen penitenciario: a los trabajos forzados y a la UMAP siguen el
encarcelamiento “clásico” en la cárcel. Algunas veces disponen de un bloque especial
en el recinto de la prisión, como ocurre en Nueva Cárcel, en La Habana del
Este.
2.
El detenido se ve despojado de todos sus derechos y sometido e
integrado en un “plan de rehabilitación” que supuestamente le prepara para su
reinserción en la sociedad socialista. Este plan comprende tres fases: a la
primera se la llama “período de máxima seguridad” y se desarrolla en la cárcel;
la segunda, de “media seguridad”, tiene lugar en una granja; la tercera,
llamada de “seguridad mínima”, se efectúa en un «frente abierto».
3.
Los detenidos en “curso de plan” llevaban el uniforme azul, igual que
los comunes. De hecho, el régimen ha intentado con este procedimiento
confundir a presos políticos y comunes.
4.
A los políticos que rechazaban el plan se les imponía el uniforme
amarillo del ejército de Batista, una vejación insoportable para los numerosos
presos por delitos de opinión procedentes de las filas de la lucha contra
Batista. Estos detenidos “indisciplinados”, contrarios al plan (plantado), rechazaban
enérgicamente ambos uniformes. En ocasiones, las autoridades los dejaban años
enteros vestidos con un simple calzón —de ahí el apodo de calzoncillos que se
les daba— y no recibían ninguna visita.
5.
Huberto Matos, que fue uno de los plantados, declaró: “Viví varios meses
sin uniforme y sin recibir visitas. Estuve incomunicado sencillamente porque me
negué a someterme a la arbitrariedad de las autoridades. (...) Preferí resistir
desnudo, en medio de otros presos también desnudos, en una promiscuidad
difícilmente soportable”.
6.
El paso de una fase a otra depende de la decisión de un “oficial
reeducador”. En general, quieren imponer la resignación a través del
agotamiento físico y moral del detenido en fase de reeducación.
7.
Campo de prueba de los comunismos: América Latina. Carlos Franqui,
antiguo funcionario del régimen, analizaba así el espíritu de este sistema: “El
opositor es un enfermo y el policía su médico. El preso quedará libre cuando
inspire confianza al policía. Si no acepta la "cura", el tiempo no
cuenta”.
8.
Las penas más pesadas se purgan en la cárcel. La Cabaña, que dejó de
funcionar en 1974, contaba con un bloque especial reservado a los presos
civiles (la zona 2) y otro para los militares (la zona 1). La zona 2 se llenó
rápidamente con más de 1.000 hombres, repartidos en galerías de treinta metros
de largo por seis de ancho. Existían además cárceles dependientes del Gil, la
policía política.
9.
Los condenados a penas leves, entre tres y siete años, eran destinados a
frentes o granjas. La granja, una innovación castrista, está formada por
barracas confiadas a guardias del ministerio del Interior con permiso para
disparar contra cualquier persona a la que vean que intenta escapar. El
edificio está rodeado de varias alambradas y miradores y tiene la apariencia de
un campo de trabajo correccional soviético. Algunas granjas podían alojar de
cinco a siete presos. Las condiciones de detención son espantosas: de doce a
quince horas de trabajo al día sometidos a la prepotencia de los guardianes,
que no vacilan en golpear con la bayoneta a los detenidos para acelerar el
ritmo de trabajo.
10. En
cuanto al “frente abierto”, se trata de una obra donde el preso debe residir,
generalmente bajo mando militar. Se trata siempre de obras de construcción con
un número de detenidos que va de cincuenta al centenar, a veces 200 si la obra
es importante. Los detenidos de las granjas, ya sean políticos o comunes,
producen elementos prefabricados que ensamblan después los de los frentes
abiertos. El detenido de un frente abierto dispone de tres días de permiso a
finales de cada mes. Según varios testimonios, la alimentación no es tan mala
como en los campos. Cada frente es independiente, lo cual permite una gestión
más fácil de los detenidos al evitar una concentración excesiva de presos
políticos, que podrían crear focos de disidencia.
11.
Este tipo de sistema presenta un interés económico incontestable de lo
que es buena prueba la movilización de todos los presos para cortar la caña de
azúcar, la zafra. El responsable de las cárceles en Oriente, al sur de la isla,
Papito Struch, declaraba en 1974: “Los presos constituyen la principal fuerza
de trabajo de la isla”. En 1974, el valor del trabajo realizado representaba
más de trescientos ochenta y cuatro millones de dólares. Los organismos del
Estado pueden recurrir a los prisioneros. Así, el 60% de los empleados en las
obras del Desarrollo de Obras Sociales y Agrícolas (DESA) son detenidos. Los
presos trabajan en decenas de granjas en Los Valles de Picadura, que conforman
el escaparate de los logros de la reeducación a través del trabajo.
12.
Alfredo Carrión fue abatido a quemarropa por un guardián conocido con el
nombre de Jagüey Grande por haber intentado evadirse de la Granja Melena.
13. El
semanario gubernamental Bohemia reconoció en abril de 1973 “el uso de
prisioneros contrarrevolucionarios en tareas de interés público”. ¿Alguna
semejanza y/o copia al carbón?... Sin
Comentarios…
Nelson Maica
nelsonmaica@gmail.com
@NoMaica
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,