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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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jueves, 30 de julio de 2015

OSWALDO ÁLVAREZ PAZ, RECONCILIACIÓN, PAZ Y JUSTICIA

La visita del Santo Padre Francisco a Ecuador, Bolivia y Paraguay, sumada a la reunión que personalmente logre tener en Caracas con mis seis hijos y casi todos los nietos, fueron dos jornadas dignas de ser comentadas.

Con relación a lo primero, el Papa Francisco nos hizo volver a las raíces. Removió todas las fibras morales y éticas que constituyen nuestra razón de ser como socialcristianos, o demócrata cristianos integrales, desde muy temprana edad. Especialmente quienes nos levantamos en la vida de la mano de los jesuitas, verdaderos maestros en el arte de preparar a sus alumnos para cualquier eventualidad en la vida. Aunque esa gira se cumplió hace varias semanas, invito a todos a leer las homilías, poner atención a sus discursos y entender el fondo de las distintas declaraciones ofrecidas a los medios en diversas circunstancias. La libertad, el valor de la dignidad de la persona humana, la opción preferencial por los pobres, la justicia social como instrumento para alcanzar el bien común y la descalificación a las “ideologías” como instrumentos de dominación política y social. Parecía estar atendiendo a las lecciones del inolvidable Arístides Calvani en los cursos recibidos como militantes y dirigentes de la Juventud Revolucionaria Copeyana. Hemos dedicado algo de tiempo para desempolvar a los viejos maestros como Emmanuel Mounier y Jacques Meritan, entre otros, y recargarnos de ánimo para profundizar la lucha contra la dictadura.
Con relación a lo segundo, como es sabido, tengo una prohibición judicial para salir del país, sin autorización del tribunal. Fue dictada por dos años como medida sustitutiva a la previa privación de libertad. Pues bien, han pasado cinco años y  tres meses largos y aún mantienen sobre mí la prohibición. De manera ilegal, arbitraria y contraria a Derecho sigo prisionero en el país, enterándome ahora adicionalmente, que tengo suspendidos mis derechos civiles y políticos. No pude votar en la última elección y no ha habido forma de renovar el vencido pasaporte. Cinco años y pico sin visitar a la parte de la familia que vive en el exterior, entre ellos, a mis tres hembras y un varón. Aquí están los dos varones mayores. Han sido días inolvidables todos juntos. Ya están regresando, pero la emoción permanece, junto a otros familiares cercanos de Maracaibo y Caracas.
Por todo eso y mucho más, decimos sí a la reconciliación. También al perdón, pero jamás serán eficientes sin justicia que será la clave de lo que está por llegar. En esa dirección trabajamos muchos más de los que desprevenidamente puede imaginarse el régimen.
Oswaldo Alvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz

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martes, 3 de marzo de 2015

CARLOTA SALAZAR CALDERÓN, TRANSICIÓN, RECONOCIMIENTO, RECONCILIACIÓN Y ALGO MÁS

Este gobierno, que no da puntada sin dedal, ha dicho hasta el cansancio, por todos los medios que tienen a su disposición, que son el 90% del espacio nacional, que el acta de transición que suscribió Antonio Ledezma, constituye un acto conspirativo y por esa razón está preso. 

Pero de la simple lectura del acta se entiende claramente, una exposición de motivos de crisis política y económica que ameritan un cambio y la forma cómo, quienes la suscriben visualizan esos cambios. Dicho esto, yo, Carlota Salazar Calderón, venezolana, mayor de edad, domiciliada en la Avenida R-16 Villas Martinique No. 80, de la Urbanización el Morro del Municipio Diego Bautista Urbaneja, Titular de la Cédula de Identidad No. 4.905.027, la firmo, la suscribo íntegramente, y nunca he estado, y jamás estaré, en temas conspirativos. Tampoco estoy inscrita en ABP, ni soy seguidora de Antonio Ledezma, pero es hora que comencemos a defender principios e ideas. 

Es una verdadera tragedia que los partidos políticos, Primero Justicia y Acción Democrática, para salvar su pellejo, se hayan negado a suscribir esa acta, cayendo así en el vil y calumnioso chantaje del gobierno. Así como yo, son muchos los venezolanos que quisieran firmar esa acta, por ello se ha puesto a la orden en las redes y para quienes no tengan acceso a esos medios, razonamos por estos lares, en la zona norte del Estado Anzoátegui, que se debe distribuir el manifiesto para que la gente lo firme. Así se han distribuido 50 carpetas contentivas de 100 firmas, cada una, para recoger 5000 firmas, entre las comunidades con las que trabaja Anzoátegui Plural y organizaciones políticas Voluntad Popular y Alianza al Bravo Pueblo. Es un pequeño esfuerzo como el colibrí.
                                                                                             
Con esto quiero significar que desde que el mundo es mundo, existen diferentes sectores que tienen diferentes visiones de cómo conducir las cosas, de eso se trata la política. Pero para el gobierno la única, exclusiva y excluyente visión es la de ellos, no hay otra. De la acera opositora, desde quienes de una forma u otra, estamos en contra del estilo autoritario del gobierno,  diversas opiniones de cómo ven el  problema y de cómo solucionarlo. Del lado del sector oficialista o chavista, por llamarlo de alguna manera, también muchas voces advirtiendo desde diferentes posturas, unos reformistas y otras más revolucionarias.

Sin embargo, los opositores tampoco se respetan en sus visiones: Congreso Ciudadano, Renuncia del Presidente, Transición,  Legislativa o Constituyente. Cada una de estas acciones cuenta con unos seguidores y unos liderazgos claros y visibles ¿por qué no se sientan estos líderes a delinear una ruta democrática para lograr los cambios que todos quieren? Todos quieren un cambio, que sea democrático, allí tienen un punto de partida importante o ¿no?

La gran debilidad de los sectores opositores es ese empeño, al igual que el gobierno, de imponer su visión al resto. Ninguna de sus propuestas cuaja, porque no tienen suficiente fuerza política, no tienen gente que las siga, individualmente consideradas. Peor es que unos grupos viendo que la gente rechaza al gobierno pero no ve opción en la oposición, pretenda lanzar una tercera vía. En esta dispersión quien gana es el gobierno, que sí está compacto, con los poderes públicos a su servicio y con una maquinaria electoral comprobada.

Entonces señores, hacer política es algo más que dedicarse a impedir que el gobierno avance en sus propuestas, porque siempre va a avanzar, en ese sentido es más importante, presentar soluciones y propuestas, que incluyan a todos los sectores, por el bien del país. O esperar a que se caiga, ningún gobierno se cae solo, hay que enamorar a una ciudadanía para que vote en contra. Los cambios debemos construirlos entre todos. Los que no entiendan esto no merecen gobernar, porque gobernar es llevar una dirección a un conglomerado y no a su parcialidad partidista. Por ello, hablar de reconocimiento, en el valor del otro, de espacios para la reconciliación, y no de acabar al contrario, será un sentimiento mayoritario en poco tiempo.

Carlota Salazar Calderón
carlotasc@gmail.com
@carlotasalazar

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martes, 20 de enero de 2015

LUIS MANUEL AGUANA, DE LA DESPOLARIZACIÓN A LA RECONCILIACIÓN

LUIS MANUEL AGUANA
En días pasados tuve la oportunidad de asistir a una nueva presentación del Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/), esta vez a un importante grupo de dirigentes políticos de partido. El peregrinar de esta cruzada pasa por darle a conocer a los protagonistas políticos de todos los partidos, sin distinción de ideologías, lo que estamos proponiendo, que no descalifiquen lo que no conocen, como dice uno de nuestros compañeros del Movimiento Constituyente.

Paradójicamente, de esa reunión la preocupación no fue el PPV, al cual dieron una inusual acogida, sino que veían un grave problema en su implementación por el ambiente de profunda polarización en Venezuela, así el proyecto hable de reconciliación y reconstrucción futura...Y tienen razón, pero como decían los policías en mis tiempos de estudiante, vas preso igual. Hay que pegarle el diente a ese problema que no se ha tratado lo suficiente en sus causas y sus posibles soluciones. Veamos.

Chávez fue el iniciador de ese proceso de división de la sociedad venezolana en dos toletes-Caldera dixit-, para imponer un modelo político, de eso nadie tiene dudas. Sin embargo, nosotros desde la otra acera hemos distanciado aun más esas diferencias, haciendo ese proceso auto sustentado. Si me odias, te odio tres veces más; si me excluyes te excluyo; si propones algo, eso es malo porque lo propones tú y viceversa; si tienes gente violenta, yo también la tengo; y así "ad infinitum". El oficialismo ha hecho de eso un piso de sustentación política, fomentando aun mas ese proceso de división de la sociedad que solo le es conveniente a ellos para el sostenimiento de una propuesta política no tiene arraigo en el pueblo venezolano. Un país no puede funcionar así. Cualquier propuesta de cambio y reconciliación pasa antes por resolver ese problema.

Pero la pregunta de las 64mil lochas, como decíamos antes, queda al descubierto ¿para despolarizar hay que reconciliar o para reconciliar hay que despolarizar? ¿Qué es lo primero?

No hay despolarización sin reconciliación, pero tampoco puede haber reconciliación sin que se abandone el estado de permanente polarización del país. Y no puede haber reconciliación sin un planteamiento que NOS UNA A TODOS PARA CONSTRUIR JUNTOS EL PAÍS. Creo que ese es el verdadero fondo del problema.

¿Cómo intentó Capriles ganarse a los chavistas, es decir a la otra parte del país, en sus dos campañas? Convertirse en el "Chávez" opositor, indicando que no "abandonaría las misiones", con una oferta populista electoral tradicional semejante a la del Eterno. Pero, al margen que yo piense que las elecciones en Venezuela están arregladas desde el año 2004, si yo fuera chavista, ante una copia mala prefiero al original. Y Chávez ganó de nuevo el 2012, repitiéndose el año siguiente la misma historia con el heredero ungido. ¿Qué dijo la base chavista?: Prefiero el original o al menos a quien le dieron en herencia "el proceso"...

Ese "aproach" para ganar a esa "otra Venezuela" fue simplón, sin contenido y por supuesto suicida. Más de lo mismo electoral. Chávez llego al poder diciendo que el sistema de partidos había colapsado bajo la responsabilidad de los adecos y copeyanos, y que se hacia necesario "cambiarlo todo" con una Constituyente. Una oferta tentadora pero vacía de contenido. Chávez NUNCA explico antes de las elecciones de que se trataba eso, ni como se cambiaria el modelo al que le echaba la culpa de los males de Venezuela. Nadie sabía que se traía en las manos, pero eso es otra historia.

El Galáctico ofreció un cambio de modelo Y LO CUMPLIO. Y antes de eso no le explico a nadie que era, ni como se comía. Luego en el poder se desarrollaron los pasos para clavarnos la estaca. Pero el cambio del modelo no fue por uno que resolviera los problemas al país, fue por uno que le permitiera quedarse para siempre en el poder.

Ese nuevo modelo trajo sus propios dispositivos para sustentarse. Aquellos que compraron el mensaje de Chávez han desarrollado un cambio en sus condiciones. A esos desposeídos se les dio algo que nunca les habían dado: atención o al menos la percepción de ella, que es a todas luces lo mas importante en política. Y esa masa de población descontenta y olvidada aun piensa que con Chávez obtuvieron la reivindicación de su estado social, que alguien desde el poder les prestaba atención. Y eso sumado a un histrión con dinero, con un show populachero todos los domingos, terminó de sellar un sistema absurdo de hacer las cosas que tarde o temprano debía colapsar. Era solo cuestión de tiempo…y dinero.

Y lo mas absurdo de toda esta historia es que los liderazgos de la oposición creen que ese debe seguir siendo el camino. Chávez tuvo razón en algo: había que cambiar el sistema. Como animal político lo intuía, lo olía. Pero no tenia ni la mas prístina idea de como, de allí su ensayo a el "socialismo" cubano. Tal vez solamente por eso el Galáctico se ganó un puesto en la historia de Venezuela.

Ahora bien, nuestros dirigentes políticos andan perdidos en el espacio. Al menos Chávez tenía claro el QUE (el modelo) pero no el COMO (un Proyecto de País), ni el detalle de su implementación. Cuando ya nos mete por el callejón cubano comunista para darnos la puñalada, ya tenía sus asesores del G2 que si sabían que había que hacer porque ese era su modelo, lo demás es historia.

Pero al grano: ¿Cuál es entonces el camino de la despolarización?, pero la genuina con el pueblo chavista, no con los traficantes del régimen. La respuesta es esta vez sí abrir ese COMO que no abrió Chávez en 1998. Permitir al pueblo venezolano tener un sueño de país y compartirlo con quienes están de manera genuina del otro lado de la acera porque este también es su país. Que comparen lo que tienen ahora con lo que podrían tener con un cambio del modelo donde ellos construirían su país.

En otras palabras, es llegar discutiendo lo que no se discutió en 1998 cuando se ofreció Constituyente. Explicarle a la gente como se come eso y qué significaría para ellos. Que aquí no es simplonamente dejar “las misiones” como se ofrece ahora en las campañas de la oposición, ni decir que Chávez fue un líder celestial para ganarse a la gente que lo siguió.

Es explicar con un Proyecto nuevo, que existe un futuro posible y extraordinario si lo hacemos juntos, apartando divisiones y rencores. Entonces el PPV se convierte en el bálsamo despolarizante que nos lleva a la reconciliación, transitando la construcción de un país con un nuevo modelo político junto a ese pueblo que abandonó el régimen. Esa es la verdadera reconciliación que le urge al país, con la gente, con los Consejos Comunales-oficialistas o no-, con las Asambleas de Ciudadanos, con los vecinos en todo el territorio nacional, no con los malandros que nos desgobiernan.

Entonces, un mensaje para nuestros jóvenes líderes que intentan desesperadamente parecerse a Chávez porque creen que si no es así están perdidos: la cosa no es “reproducir” al Eterno, ni las cosas que hacía o decía. Vayan a la raíz del problema que no es otro que tratar de buena fe de dar una respuesta creíble y honesta a los problemas del país, con un mensaje auténtico. Eso es lo que valoran las personas. Lo valoraron de Chávez en su campaña de 1998 cuando a ningún político se le podía creer ni el Padre Nuestro. Tal vez esa sea la llave que abra el portón que nos divide como venezolanos…

 Luis Manuel Aguana
luismanuel.aguana@gmail.com
laguana

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viernes, 26 de diciembre de 2014

CARLOS PADILLA CARPA, LA RECONCILIACIÓN DE LA BOCA PARA AFUERA

CARLOS PADILLA CARPA
Hay mucha gente que cree honestamente en la necesidad de la reconciliación de los venezolanos y en el planteamiento de la despolarización pero también los hay que hablan del tema sin sentir realmente la inmensa necesidad de un reencuentro nacional entre los que adversan a la cúpula gubernamental y, al mismo tiempo disienten de la cúpula que conforman los cinco partidos que se reparten la torta desde la llamada mesa de la unidad.

Ya hemos comentado de las colas de la Campana de Gauss, una mas nutrida que la otra, un psuv que representa un 30% y unos partidos “discrepantes” con un 17%, en el medio se aglutina un 53% que no está ni con uno ni con otro. Pero si hablamos de radicales en los extremos no encontraremos ni siquiera un 10% del 47%.

Preguntamos: ¿Usted quiere una Venezuela reconciliada?. Encontramos una respuesta afirmativa en alto porcentaje que alcanza a un 90% pero matizada con “reconciliación si pero con esos desgraciados no”. Entonces: ¿Con quién te vas a reconciliar para romper la polarización? ¿Te vas a reconciliar con tus propios amigos?. ¿Una reconciliación con quienes ya estamos en la misma trichera?

Hay otros que afirman que hay que hacer crecer la posición “opositora”  con quienes se vayan separando del “madurismo” siempre y cuando no sean “chavistas”. ¿Dónde vas a encontrar esos especímenes que están en esa acera que no sean ni “maduristas” ni “chavistas”?

No señores, la reconciliación es entre los venezolanos que quieran una Venezuela superada, exitosa, pujante que nos beneficie a todos y no a unas cúpulas que negocian supervivencia. La reconciliación es entre los venezolanos que quieren un país que funcione, autoabastecido, industrializado y que no dependa nada más de la renta petrolera.

Hay quienes se rasgan públicamente las vestiduras haciendo gala de una posición anti gubernamental mientras que por debajo de la mesa llegan a entendimientos claudicantes como es el caso de la actual propuesta para los nuevos rectores del CNE entre los que se postulan vinculados a la cúpula gubernamental y vinculados, irónicamente,  a los partidos que “comanda” el Sr. Torrealba.

Seamos honestos. Si queremos una reconciliación entre los venezolanos y acabar con la polarización que da vida a ambas cúpulas, no hagamos gala de esa posición solamente de la boca para afuera. Hagamos patente nuestra posición en la práctica de los hechos y no de las palabras. 

Carlos Padilla Carpa
carlos.padilla.carpa@gmail.com
@chino121

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viernes, 12 de diciembre de 2014

LUIS UGALDE, REENCUENTRO Y RECONCILIACIÓN

LUIS UGALDE
Los dictadores no dialogan, imponen y excluyen. Por lo contrario, la democracia es diálogo permanente basado en derechos y deberes básicos, comunes entre diferentes, para juntos producir espacio público de vida y dignidad.  En Venezuela la voluntad dictatorial anda desatada; para muestra  el medio centenar de leyes decretadas (aunque no elaboradas ni conocidas) en la  recta final de la habilitación presidencial,  desplazando al Poder Legislativo.  Ahora presenciaremos, nuevamente, el cuento del magnicidio.

¿Reencuentro y Reconciliación en medio de brutales descalificaciones y persecución?  Se trata de una poderosa invitación al esfuerzo común de construir entre todos una sociedad digna. Encuentro que está consagrado en la Constitución, aunque haya sido sistemáticamente violada por la discriminación y la exclusión  por  quienes  buscan imponer una sociedad  de partido-gobierno-estado único y uniforme. Sólo los “revolucionarios” tienen carta de ciudadanía y los demás son explotadores, conspiradores del imperio sin derechos ciudadanos y “Si no les gusta, que se vayan”.
En esta situación de exclusión nacional, el diálogo, el reencuentro y la reconciliación constituyen una carta de identidad de todo demócrata frente a la dictadura presente o futura.
¿Qué reencuentro y reconciliación?
El que pone en acción todos los recursos y voluntades indispensables para producir y disfrutar un sistema público de salud desde la prevención y atención primaria, hasta eficientes hospitales públicos. Sólo alcanzable si toda la sociedad y su gobierno se dan la mano para hacer realidad lo proclamado en la Constitución. Lo público no es sinónimo de estatal, fracasa si no está arraigado en las conciencias personales y en las iniciativas sociales emprendidas, combinando la responsabilidad ciudadana personal y las múltiples iniciativas sociales con la acción estatal.
La sociedad y su Estado, sólo en sinergia, pueden producir una educación de verdadera calidad con acento especial en los sectores hoy educativamente más discriminados, es decir los más pobres y atrapados en las lacras de la educación oficial partidizada.
Reencuentro de los venezolanos con el coraje necesario para liberar a los presos políticos y propiciar el regreso de los exiliados con todos sus derechos constitucionales; con separación y contrapeso de los poderes públicos (legislativo, judicial, electoral, ejecutivo…) sin sometimiento sumiso de todos ellos al poder presidencial arbitrario. Movilizados en la radical defensa de la vida y de la seguridad ciudadana, cuya constante violación es respaldada hoy con un lenguaje de exclusión, descalificación y criminalización contra todo el que “No es de mi partido o disiente dentro de él”.
Unidos contra la corrupción de quienes se apropian de los recursos públicos del Estado a favor de su bolsillo o de su partido-gobierno, con lo cual se roban el poder adquisitivo salarial de los más pobres y de sus oportunidades y capacidades productivas.  Convencidos  de que no habrá economía sin el reconocimiento de la libre iniciativa productiva, en el marco de la Constitución, con garantías jurídicas y la sensatez política necesarias para generar una oleada de nuevas inversiones nacionales e internacionales, único modo (junto  con  más eficiencia y achicamiento del déficit fiscal  y de la fábrica de dinero inorgánico), de reducir la inflación, producir abastecimiento y ofrecer trabajo. No hay espacio para completar la lista. Esta reconciliación anhelada por el 90% de los venezolanos reclama liderazgos decididos y sin ambigüedades. 
¿Reconciliación con quién? Con todos los que quieran encontrarse en esa tarea constructiva, no importa qué hayan creído y defendido ayer. Naturalmente esa construcción exige la transparencia sobre los delitos y los delincuentes de estos años y el correspondiente castigo por la vía judicial, pero no de la venganza.
Una dictadura que excluye no debe ser suplantada por otra que discrimina. Hay que despertar y convocar a todas las fuerzas creativas, sin la ilusión perversa de que este reto sobrehumano pueda ganarse con media Venezuela contra la otra mitad, sino por millones de venezolanos movilizados hacia la reconciliación superando las exclusiones del presente y del pasado. Cada uno verá en su conciencia hasta dónde se siente movido a incluir a quienes consideró enemigos. Venezolanos somos todos y no solo yo y los míos.

Luis Ugalde S.J.
lugalde@ucab.edu.ve

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viernes, 26 de septiembre de 2014

RUBEN DARIO ACEVEDO CARMONA, ¿RECONCILIACION? SÍ, PERO CON CONDICIONES, CASO COLOMBIA,

Tan socorrida como la paz circula ahora la palabra “reconciliación”. El jurista Rodrigo Uprimny invita a pensar y debatir el significado de esta noción clave en la resolución de numerosos conflictos en la historia mundial.

Parte el columnista de una pregunta bastante controversial: “¿Podremos los colombianos reconciliarnos después de décadas de Guerra, polarización y atrocidades?” Su pregunta da por sentado que el país está en Guerra hace muchos años, caracterización compartida en amplios círculos académicos de izquierda y liberales “progres”. Que hemos sufrido arbitrariedades y atrocidades no genera gran polémica, pero, usar la categoría de guerra para referirse a unas “partes” tan disímiles como un estado y un gobierno legítimos de un lado y un grupo de criminales de Guerra, sí que amerita un buen debate.

Uprimny otorga, sin presentar un debido y mínimo soporte, a un proyecto de revolución comunista fracasado nacido en el apogeo de la Guerra Fría en la America Latina de los años sesenta, una calificación que tiene más de ideológico que de histórico y político. No se puede negar que hay un conflicto armado, porque las guerrillas no disparan flores ni divulgan ideales democráticos. Tampoco se puede desconocer que su pretensión de levantar al pueblo colombiano contra la “dictadura oligárquica” no tuvo eco, las cifras de favorabilidad para ellas nunca han superado el 3 o 4 por ciento. Los movimientos sociales y políticos de corte revolucionario y reformista se han visto más perjudicados que favorecidos por el accionar de las guerrillas.

Ahora bien, es válido preguntarnos ¿por qué los defensores del proceso entreguista de paz del gobierno Santos, en contravía de la rigurosidad que se requiere en el lenguaje político, utilizan esa retórica generalizadora sobre la violencia, las víctimas y las atrocidades que nos convierte a todos, por igual en victimarios y violentos? ¿Por qué plantean el problema como un asunto de reconciliacion?  Nos tendrían que demostrar que las FARC, el ELN y otros grupos ilegales, igual de terroristas, crueles e irrepresentativos han surgido como fruto de la persecución, la discriminación y la represión política y no de proyectos ideológicos revolucionarios comunistas.

Ahora bien, las guerras y los conflictos armados no terminan todos de la misma manera. Quiero decir que la idea de reconciliación no siempre es pertinente ni siempre significa lo mismo. Me imagino que nadie les enrostraría a los Aliados el no haber buscado la reconciliación con los Nazis, o a los pueblos que sufrieron el yugo soviético estalinista que no se reconciliaran con los invasores o a los que sufrieron a dictadores estilo Ferdinand Marcos, Anastasio Somoza o Nicolae Ceasescu que no los hubiesen perdonado. Y no es solo por un asunto de la correlación de fuerzas, de que en esas experiencias hubo un final de derrota, sino también por la existencia de unas abismales diferencias y heridas tan profundas que la única opción era la derrota o abatimiento del opresor o la expulsión del invasor.  Con esas ideologías y regímenes la humanidad democrática no podía desear la reconciliación. Agresores de esa clase fueron condenados a reparar a sus víctimas a pagar multas enormes a pedir perdón y a expiar sus crímenes en la cárcel y en algunos casos hasta con sus vidas.

La lucha contra el fascismo el nazismo y el comunismo, teorías y sistemas totalitarios, antidemocráticos y criminales que exterminaron y oprimieron a millones de personas en nombre de una raza, clase o nación superior, no clasifica como conflicto de exclusión o discriminación en los que sí se justifica pensar en términos de reconciliación. Más allá, la historia mundial registra casos de reconciliación después de guerras devastadoras como la de secesión norteamericana o la que se registró entre negros y blancos en Surafrica con el derrumbamiento del Apartheid.

En el caso colombiano la idea de reconciliación de sentido religioso que supone el retorno a un ideal mundo fraterno, no aplica, como bien lo reconoce Uprimny. Pero, de allí no se desprende que solo queden dos alternativas, la negación de su posibilidad alegando diferencias insalvables como ocurrió con el nazismo, el fascismo y el comunismo en algunos países, que supone la derrota total, el arrasamiento sin piedad de los enemigos del estado y de la institucionalidad, que algunos atribuyen perversamente, como la opción que propone el uribismo. Ni tampoco la de la impunidad que impulsa el gobierno Santos y sus adláteres en la academia, que significa pensar a los criminales de guerra y a genocidas como iguales al estado, que no expiarían sus culpas en prisión y que podrían ocupar cargos públicos y en organismos de representación popular.

Hay un camino realista que no se ubica en ninguna de las anteriores. Me refiero a una opción que atraviesa casi todos los discursos, pero, sobre la que hace falta observar mayor constancia, precisión y decisión. Se trata de la consabida justicia transicional que conlleva al reconocimiento y reparación de las víctimas por parte de las guerrillas, el estado ya lo está haciendo, a la petición pública de perdón, a la refrendación del compromiso de no repetición y de contribuir al esclarecimiento de verdades judiciales y a la entrega de las armas por parte de quienes, infructuosamente, pretendieron cambiar el orden de cosas a través de la lucha armada. Sería como tragar sapos en vez de los cocodrilos que pretende Santos.

Ruben Dario Acevedo Carmona
rdaceved@unal.edu.co
@darioacevedoc

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sábado, 20 de septiembre de 2014

CARLOTA SALAZAR CALDERÓN, ESPACIO DE ENCUENTRO Y RECONCILIACIÓN

Ese es el espacio de la Asamblea Nacional Constituyente. No se trata de una “salida”, ni de ¡Maduro vete ya! Y menos para salir de un gobierno: NO.

Se trata de la construcción de un nuevo orden social, donde podamos reconocernos, lo cual implica valorar la opinión del otro como necesaria e importante. Haciendo un análisis retrospectivo  debemos entender que la democracia que nos vendió la generación del 28 degeneró a partir de los años 80, en corrupción, cogollos, bipartidismo, clientelismo. Déficit que produjo la instalación de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), cuyos resultados, luego de una amplia consulta nacional, fue, entre otras, la reducción del Estado, mecanismos contra la corrupción y acercarse a la ciudadanía; además el trabajo de las, mal defenestradas, Asociaciones de Vecinos, grupos como “queremos elegir”, ONGs y voces de individualidades, que exigían acercar el poder a la gente. La gente quería cambio y esa necesidad de cambio la encarna Hugo Chávez Frías.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, cambia el sistema político y de democracia representativa pasa a participativa y protagónica, ese es un cambio cualitativo que involucraba en la gestión pública, a través del Sistema Nacional de Planificación. Sin embargo, diversos sectores y partidos políticos satanizaron la constitución y a partir del primer paquete legislativo, que no hacía más que desarrollar los principios constitucionales, pero que afectaba interese económicos, comenzaron huelgas y miles de personas en las calles con el “Chávez vete ya”, buscando la salida del gobierno, que logra estabilizar al país. A partir del 2005, Chávez, en el Foro de Sao Paulo, comienza  a trabajar el concepto del Socialismo del Siglo XXI, y propone la reforma constitucional en el 2007, negada en referéndum. Pero el gobierno comienza mediante leyes, decretos y ejecutorias a imponer el Socialismo del Siglo XX, a través del Estado Comunal, modelos que se contrapone al constitucional.

Pese a esta dicotomía constitucional parte de la ciudadanía cree en ese esquema, otros no creen y otros les parece bien algunos aspectos y otros no. El ciudadano continúa valorando la democracia, pero siente insatisfacción. Cuando el Presidente Chávez confronta al capitalismo con el socialismo, la gente entendió socialismo como colectivismo, sociabilidad, colaboración, amor, ayuda al prójimo, ayuda a los pobres. Tiene aceptación el esquema socialista mientras signifique: trabajar por la pobreza, solidaridad y colectivismo; la gente quiere una democracia con los atributos de solidaridad e igualdad.

El Estado Comunal ha pasado a ser un monstruo de mil cabezas. Las comunas se han creado en forma indiscriminada más por una orden del Presidente, que por necesidad de la forma de organización misma. El Presidente Chávez se aparta del Sistema Nacional de Planificación y a bajar recursos directamente a los Consejos Comunales y a las Comunas, con lo cual fomenta un capital político importante, siendo ahora un brazo ejecutor en tiempos de campaña y una maquinaria el día de las elecciones. Pero lo grave es que ni los consejos comunales, ni las comunas han fortalecido mecanismos de control para la ejecución de los recursos públicos. Las Contralorías Sociales no han funcionado y tampoco han desarrollado mecanismos de control interno que permitan la eficiencia y la eficacia del gasto, como indicó el Informe de Contraloría 2012, pasando a ser una fuente de corrupción importante.

Sin embargo, la democracia continúa arraigada en la cultura política del venezolano, que ha dejado un espacio importante al concepto del socialismo, pero, el socialismo no como estatización de la economía, ni eliminación de la propiedad privada, el socialismo, como que hay que salir de la pobreza resaltando los valores de la solidaridad, hermandad. 
 Cobra importancia ampliar el margen de acción de la democracia hacia la inclusión con énfasis en lo social; esta es una expectativa que el “chavismo” atiende; pero atiende para dominar, no para la libertad. El mapa social y político de los sectores populares, elaborado por Luis Salamanca, publicado en la revista SIC 783 de Octubre 2011. Revela que el 61,3% considera que debe haber convivencia, es decir, que se logren objetivos comunes como comunidad. 

Carlota Salazar Calderón
carlotasc@gmail.com
@carlotasalazar

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domingo, 24 de agosto de 2014

CARLOS ALBERTO MONTANER, COLOMBIA Y LA FARSA DE LA RECONCILIACIÓN

El presidente Juan Manuel Santos ha llevado a algunas víctimas a La Habana para que se reconcilien con sus verdugos. La idea detrás de la ceremonia se origina en las terapias sicológicas. Es una extensión de los procesos de sanación de las parejas en las que se produce un agravio severo. Quien cometió la falta asume la culpa, se arrepiente, y la víctima perdona. A partir de ese punto retoman la relación y, poco a poco, se restauran los vínculos emocionales. Sin ese proceso es difícil la recuperación de la confianza en el otro.

El problema de ese modelo de terapia es que sólo funciona entre individuos, no colectivamente. Es probable que las víctimas realmente perdonen, porque se liberan de la angustia que producen el odio y el deseo de venganza. No obstante, es muy raro, casi inexistente, el arrepentimiento de quienes cometen crímenes contra “enemigos de clase” mientras luchan por causas que a ellos les parecen justas.

El Che Guevara lo expresó en una frase sincera y elocuente: “El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar”.

¿Se imagina alguien a Guevara o a Stalin avergonzados y contritos por sus asesinatos? ¿O a Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet o Videla? ¿Puede alguien creer que Tiro Fijo o Mono Jojoy estarían dispuestos a arrepentirse de sus crímenes “revolucionarios”? ¿Lo está Timoshenko, el actual jefe de las FARC?

La Habana tampoco es el lugar ideal para intentar la reconciliación. La Isla no es, precisamente, el cantón de Basilea. ¿Se arrepienten los anfitriones cubanos de los miles de fusilados, de la persecución a los homosexuales, de los actos de repudio? ¿Se arrepienten Fidel y Raúl Castro de haber hundido un barco cargado de refugiados en el que se ahogaron dos docenas de niños, o del derribo sobre aguas internacionales de dos avionetas desarmadas que auxiliaban balseros? ¿Se arrepienten de la muerte de Oswaldo Payá y de Harold Cepero?

Los tupamaros, los montoneros, los escuadrones de la muerte de la derecha asesina, las narcoguerrilas comunistas de las FARC y los narcoparamilitares que los combatían, todos esos grupos violentos y delirantes, a la derecha y a la izquierda, no creen que tienen nada de qué arrepentirse. Están llenos de justificaciones y coartadas ideológicas y políticas.

Hace años, intrigado por esa falta de empatía, le pregunté a una persona que había “ejecutado” a trece enemigos políticos si sentía algún remordimiento. Paradójicamente, era un hombre bueno y tierno en el ámbito familiar. Incluso, era tímido y compasivo. Los había matado unas veces por medio de atentados y otras en balaceras provocadas por los otros. Eran crímenes políticos. Me miró con asombro y me respondió sin la menor vacilación: “sí, me remuerde la conciencia por todos los que se me escaparon”. Y luego procedió a relatarme varios intentos fallidos de quitarles la vida a otros pistoleros violentos.

No se puede creer en estos procesos colectivos de reconciliación. Suelen ser una farsa. A mi juicio, las narcoguerrillas comunistas de las FARC están dispuestas a abandonar las armas, pero sólo para tratar de llegar al gobierno por la vía chavista de un proceso electoral. No han renunciado a conquistar el poder ni a crear una dictadura colectivista, sino al método hasta ahora empleado. Realmente, no piden perdón. Juegan a ello. (París, ya se sabe, bien vale una misa).

Con cien o docientos millones de dólares que les proporcionen el narcotráfico, más lo que aporte Venezuela, y agazapados tras el mascarón de proa de un rostro izquierdista potable, como hicieron los comunista en El Salvador escudados tras Mauricio Funes, van a tratar de llegar a la Casa de Nariño “legalmente”, aprovechando las divisiones y la debilidad de los grupos democráticos. Una vez ocupada la poltrona comenzaría la fiesta clientelista y prebendaria hasta reclutar a una precaria mayoría y con ella desmantelar totalmente los fundamentos de la República.

Santos lo sabe, pero  su objetivo, como el de media Colombia, es terminar la guerra a cualquier precio. Veremos si luego los colombianos consiguen mantener las libertades y ganar la partida. Ojalá que “estalle la paz”, pero que ése no sea el inicio de otra expresión del horror.

Carlos Alberto Montaner
montaner.ca@gmail.com
@CarlosAMontaner

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lunes, 24 de febrero de 2014

JORGE IVAN RODRIGUEZ MANZANO, DIALOGO RECONCILIACIÓN Y PAZ

Nadie en  Venezuela se atreve a negar que estemos sumergidos en una profunda crisis que abarca todos los ámbitos  y sentidos de la vida nacional. Es evidente que es en el seno de las familias más pobres de la patria donde se siente con más dolor la crisis sociopolítica que nos afecta a todos.
Son las  familias pobres las  más vulnerables, las que ante un sistema de violencia generalmente aportan los muertos, padecen hambre y son víctimas de manipulación de sus emociones producto de la debilidad formativa y por el control de los medios de información, por  parte  de agentes interesados en mantener un conflicto de poder y de intereses.
Las contradicciones han llegado a tal extremo que todos los factores de poder ven como única salida la violencia, se han venido preparando para el enfrentamiento decisivo y final, para el jaque mate  sin importarle las consecuencias, han pretendido meter a todas las familias venezolanas en el espiral de la violencia, ya los discursos de ambos bandos en nada se diferencian, la acritud, la soberbia  y la ira  no la pueden esconder, el radicalismo ha llegado a un extremo que está presente en cada una de las acciones y actitudes. Es urgente que se levantemos la voz, pidamos un alto al fuego. Hago un llamado de angustia y desesperación a la sensatez, a la concordia y a la paz, la violencia es mala consejera.
Los educadores, la iglesia, los grupos culturales, los gremios,  los estudiantes,tienen que pronunciarse por la necesidad de un dialogo, franco y sincero, todos tenemos la obligación  de luchar ahora por la reconciliación y la paz, si no lo hacemos estaremos comprometiendo el futuro de las nuevas generaciones. Estamos a tiempo de evitar la guerra, el enfrentamiento y la violencia que nos pueden llevar a convertir nuestra tierra en un campo de batalla, no se sabe por cuánto tiempo, muy cerca tenemos el ejemplo colombiano, un país sumergido en la guerrilla por casi 60 años.
Todos sabemos que la violencia no es el camino, pero da la impresión que no hacemos nada para apartarnos. El resultado  es impresionante, muertos, heridos, mutilados, daños físicos y morales, quién   responde por eso?  Quién los paga? , el ciudadano común vedado a cumplir con sus tareas cotidianas sin explicación alguna. Ante un gobierno insensato y una oposición insensata debe levantarse la fuerza de los ciudadanos con civismo, con respeto, con el propósito de imponer la paz. Debemos  cuestionar esos métodos de quemar la basura, de dañar los bienes públicos y oponernos a la siembra del odio, la intolerancia, la violencia y la muerte.
Martín Luther King decía  que la violencia crea más problemas sociales que los que resuelve y, por tanto, no conduce nunca a la paz permanente. La gran mayoría de la gente se exime  a participar en las marchas y concentraciones por la inexistencia de objetivos claros, de rumbos definidos y por la carencia de garantías de paz. Ningún  gobierno soportaría la fuerza organizada  de los ciudadanos, familias enteras en las  puertas de sus casas en paz, vigilias de miles y miles de ciudadanos reclamando cambio, justicia, equidad y paz. Pero mientras que nos muevan intereses subalternos, oscuros y escondidos, la gran masa no dará un paso al frente. Este liderazgo actual lamentablemente siempre busca los atajos y termina negociando a espaldas del pueblo. Es un problema de confianza.
Cuando  hablamos de fuerzas colectivas y de liderazgos colectivos se burlan, dicen que es una  utopía, claro a ellos les cuesta verse fuera del juego, siempre se han creído el ombligo del mundo.
En esta misma columna  semanas atrás dije varias veces lo que se venía, el apresuramiento de Leopoldo, sus errores y sus egos llevaron a las fuerzas del cambio a cometer un error táctico que puede costar más violencia y puede hacer más difícil el camino de la paz. Es urgente retomar el rumbo, el trabajo social, ganarse a los densos sectores del chavismo que quieren dar el paso, tenemos la obligación de presentarle una alternativa, de reconciliación, de gobernabilidad y de esperanzas, construyamos una mayoría que aislé a los violentos de lado y lado, que son bastantes y están ubicados en sitios privilegiados de liderazgo y de comando. Para ello se necesita mucho dialogo, inteligencia y razón. No podemos tararear la misma canción de la izquierda trasnochada “que un sistema de violencia con Violencia se  derriba”.  Jamás la violencia ha garantizado paz definitiva.
 En lo que a nuestro estado Aragua compete hago un llamado firme, moral y revolucionario a todos los que hace años nos montamos en un sueño por cambiar el país, para mejorar, los que nos revelamos hace más de 20 años buscando inclusión, democracia y paz a que demos un paso al frente y con ese mismo ímpetu luchemos por la reconciliación y la paz. Al gobernador Tareck no lo conozco personalmente a pesar de yo  haber sido fundador del MBR-200. Del MVR y del PSUV, pero le pido que administre bien el concepto del poder, de la justicia y de la equidad, que se eleve por encima de la confrontación y responda de verdad por la seguridad de todos los aragüeños, que nos garantice la vida y junto a las instituciones vele por el cumplimento de todos los derechos para todos los ciudadanos. Él es el gobernador del Estado y no de un grupo o factor, representa a todos absolutamente a todos los aragüeños. Si no lo hace la historia, las circunstancias y las fuerzas democráticas le podrán pasar la factura. Él conoce al movimiento estudiantil, viene de allí, que entable un dialogo directo con los estudiantes de Aragua, escuche sus motivaciones , angustias y propuestas y las lleve al alto gobierno en procura de una rectificación y de la reconciliación.
Jorge Ivan Rodriguez Manzano
jorgeeticarodriguez@hotmail.com
@jorgeeticarodri 

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viernes, 6 de diciembre de 2013

JUAN PÁEZ ÁVILA, DIÁLOGO Y RECONCILIACIÓN

En una Venezuela dividida en dos grandes mitades que expresan sus simpatías por el oficialismo y la oposición, lo que está planteado es un diálogo civilizado y no  una matazón entre nosotros.
Como sucede en Colombia, en política el diálogo se establece entre factores de poder, que generalmente  tienen profundas diferencias ideológicas  en cuanto a la conducción del Estado, con la finalidad de normalizar la vida política, económica y social de la nación. Por eso el  diálogo se adelanta en Cuba entre representantes del gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y las FARC, previo acuerdo de que el mismo tiene como objetivo buscar y encontrar la paz definitiva en el vecino país. Y por lo que traducen las últimas informaciones de ambos contendientes, todo parece indicar que el vecino país se aproxima a una definitiva solución de paz y reconciliación
         En nuestro país, afortunadamente no estamos en guerra, no obstante peligrosas manifestaciones  de violencia en los barrios populares entre bandas armadas de diferentes signos, aunque con predominio del hampa común que también amenaza a la clase media y a toda la población. Sin embargo existe un estado de permanente violación de la  Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que en nuestra opinión requiere un diálogo de interés nacional, para restablecer el Estado de Derecho.
         Y aunque como se dice en corrillos políticos, Maduro es el candidato de los hermanos Castro y en esa decisión del Presidente Chávez pudo haber estado metida la mano y el pensamiento de los comandantes cubanos, lo que más nos importa a los venezolanos es evitar una confrontación violenta, que traería como consecuencia un empeoramiento de la situación económica y social que actualmente atraviesa el país, la ruina total que nos costaría años recuperar.
         Y aunque el Presidente de la República llamó a un diálogo nacional, a los alcaldes que resulten electos el 8 de diciembre, sería importante que el gobierno  diera algunos pasos para se produzca la liberación de los presos políticos y el regreso de los exiliados. La navidad es una fecha apropiada para satisfacer la aspiración de muchas familias venezolanas de recibir en sus hogares a sus seres queridos, que están tras las rejas o en el ostracismo.
Por tales y muchas otras razones que no es posible exponer en un artículo periodístico, para evitar males mayores resulta imprescindible, en nuestra opinión,  iniciar cuanto antes un diálogo constitucional, entre representantes del gobierno y de la oposición, para restablecer el Estado de Derecho. Para ello es necesario dejar de lado a los talibanes y extremistas del oficialismo y de la oposición, que desde posiciones muy  cómodas, por lo general exclusivamente teóricas, pidiéndoles a los líderes que conducen la administración pública y la lucha por un cambio democrático, que radicalicen sus enfrentamientos. Cualquiera haya sido el resultado de las elecciones del 8 de diciembre, los demócratas debemos seguir indisolublemente vinculados y apegados al texto de la Constitución Nacional de la República Bolivariana, tal como lo han planteado los principales líderes de la Alternativa Democrática. Toda solución que se plantee, debe estar enmarcada en el texto de la Carta Magna.
Es fundamental que el diálogo aborde los principales derechos individuales y sociales que establece la Constitución Nacional, empezando por el de la vida de los venezolanos, para lo cual es necesario un acuerdo para enfrentar al hampa desbordada y garantizar al máximo la seguridad de los ciudadanos. Concomitante con el derecho a la vida está el respeto a los Derechos Humanos, ampliamente explicados en la Carta Magna. El derecho a la libertad de expresión y de información como garantía de todo régimen democrático.
La justicia individual y social es otro de los mandatos constitucionales que debe formar parte del diálogo nacional, para garantizar la igualdad ante la Ley y el debido proceso. La responsabilidad social tanto de los individuos como del Estado y de las empresas privadas, que conduzca a la solidaridad de los venezolanos y al estricto cumplimiento del Ordenamiento Jurídico.
La consolidación del pluralismo político y el compromiso del ejercicio de una ética ciudadana, que una al gobierno y a la oposición en el combate a la corrupción administrativa. Enfrentar conjuntamente la crisis económica con el claro objetivo de encontrar un rumbo de progreso y  empleo que beneficie a la mayoría de la población.
Finalmente pensamos que es la hora de la sensatez, repensemos el presente y el futuro de la nación, para evitar caer en el caos y en la violencia.
Juan Paez
jpaezavila@gmail.com

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domingo, 23 de diciembre de 2012

*RECONCILIACIÓN: LA PALABRA MÁGICA


Occidente Liberal (Enviado por: Anónimo) 22/12/07, 12:45 h
Para nadie es un secreto que existe una necesidad inmensa de reconciliación entre los venezolanos para acabar con el odio, la violencia, la discriminación la guerra fría que nos hacen cada vez más cercanos a confrontaciones de mayor envergadura
RECONCILIACIÓN: LA PALABRA MÁGICA
Carlos R. Padilla L.
Para nadie es un secreto que existe una necesidad inmensa de reconciliación entre los venezolanos para acabar con el odio, la violencia, la discriminación y la guerra fría que nos hacen cada vez más cercanos a confrontaciones de mayor envergadura. Los enemigos de la reconciliación dependen de la permanente agresión para subsistir en sus posiciones de poder azuzando los instintos más bajos del ser humano con relación a sus semejantes.
Es una especie de locura paranoica que les hace pensar que si no agreden no subsisten. Los que pregonamos la necesaria reconciliación como una palabra mágica para la reconstrucción de esperanzas y la búsqueda del éxito hemos aprendido, en los momentos difíciles, que la unidad ha dado los resultados esperados. Ha sido una reconciliación que ha superado el fuego amigo permitiendo que fundadas aversiones se sepulten en aras de objetivos superiores.
Son voces publicas los rechazos existentes ante quienes utilizan la bandera de la reconciliación en beneficio de posiciones avasallantes apuntaladas en los recursos que manejan desde gobernaciones y alcaldías. Hay fundadas razones para asumir esa posición marcada por la imposibilidad de equiparar fuerzas ante quien se maneja bajo el lema de que el pez grande se come al más chico.
Presenciamos manifestaciones de poder mediante cohetazos, monopolio en los medios de comunicación, movilizaciones para demostrar que se tiene poder abusando de recursos generados dentro y fuera del país. Ello hace odiosos a quienes practican esos métodos con pretensiones infructuosamente hegemónicas que los condenan progresivamente a una soledad que nos perjudica a todos.
Hay quien declara que la reconciliación es necesaria pero hace todo lo contrario de lo que se precisa para lograrla.
Desde nuestra pequeña fortaleza creemos que existen motivaciones y necesidades reales que nos obligan a poner la otra mejilla en espera de que eso sectores comprendan que con esas conductas amplían la brecha que estamos empeñados en superar.
Este no en el momento de la política, en minúscula, es el tiempo de la reconciliación entre quienes queremos una Venezuela mejor, es el ciclo en el cual debe brillar la sinceridad que nos permita hermanarnos en la búsqueda del objetivo para poder alcanzarlo.
Si no lo hacemos fracasaremos en las próximas acciones que están por venir. Separados en dos o tres bloques alcanzaremos una derrota que nos quitara toda oportunidad futura y ello depende mas que de nosotros de quienes tuvieron la oportunidad, que le dimos todos, de hacerse poderosos y perdurar como tales sin evidencia de un apoyo real que les permita comprobar que realmente lo son.
En las venideras oportunidades un simple e individual apoyo será definitorio.
Sean estas fechas propicias para generar una verdadera reconciliación hacia afuera y hacia adentro.

domingo, 15 de enero de 2012

DOCUMENTO CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA ENERO 2012 2012, AÑO DE LA RECONCIALIACIÓN NACIONAL

Introducción

Los Obispos de Venezuela, reunidos en nuestra XCVII Asamblea Plenaria Ordinaria, en la que hemos elegido una nueva Presidencia, hacemos llegar un saludo de Año Nuevo a todos nuestros hermanos en la fe y a todos los ciudadanos, haciendo votos al Señor por su bienestar personal, familiar y social. Invocamos la bendición de Dios sobre nuestro país, a fin de que sea un ámbito de libertad y solidaridad, de fraternidad y paz.

Nos dirigimos a todos con la profunda conciencia de la compleja situación ética, política, económica y social que encara nuestro país en este 2012, la cual se enmarca en un escenario mundial de particular gravedad y dramatismo, tal como lo acaba de señalar el Papa Benedicto XVI en su Mensaje con motivo de la Jornada Mundialde la Paz. “Vivimos en un mundo en el que la familia, y también la misma vida, se ven constantemente amenazadas y, a veces destrozadas.” (Benedicto XVI, Mensaje de para la Celebración de la Jornada Mundial de la Paz 2012, no. 2) Dirigimos la presente Exhortación en una actitud de esperanza, virtud cristiana fundamental, y desde un compromiso decidido de cambio y renovación, como corresponde a creyentes en Cristo, Salvador y Liberador. Nos detenemos en algunos puntos de particular sensibilidad en el momento actual.

1 – Reencuentro nacional

Cuando se hace el inventario de las necesidades y expectativas del país, destacan como más urgentes la seguridad, el empleo, la vivienda, la salud, la orientación y calidad de la educación, los servicios viales y la capacidad alimentaria. Así mismo destaca la extraordinaria importancia de contar con un Estado de derecho, efectivo y confiable, para la convivencia ciudadana. Sin embargo hay un anhelo que se debe tener como máxima prioridad: la reconciliación de los venezolanos. Este ha sido un tema recurrente en nuestras anteriores exhortaciones.

El deseo y la necesidad de reconciliación implican restablecer la convivencia nacional a partir del respeto y aprecio mutuos, el efectivo reconocimiento del pluralismo político-ideológico, cultural y religioso y la correspondiente tolerancia hacia los demás. Esta tolerancia o, mejor, aceptación del “otro”, en la perspectiva del bien común, favorecerá un clima político-social idóneo para el entendimiento mutuo y para superar la agobiante polarización que padecemos. Por tanto, ratificamos la necesidad de un proyecto común compartido, como el que tenemos en la Constitución, y reiteramos nuestro rechazo a la imposición de un determinado proyecto de país que conlleve la exclusión política de quienes no lo acepten o lo adversen, porque tal pretensión atenta contra los derechos garantizados en la Constitución, el verdadero interés nacional y los principios éticos que deben sustentar una sociedad.

Trabajar por construir la unidad entre los venezolanos no es tarea fácil. El progreso y el bienestar de este país sólo podrán lograrse con la participación de todos los ciudadanos. Ante las dificultades, por grandes que sean, no debemos desesperar, ni como personas ni como creyentes. Aunque el pasado de Venezuela registra intermitentes rupturas internas, registra también experiencias de acuerdos y períodos de paz. La convivencia democrática, con rango constitucional desde hace un poco más de medio siglo, aunque limitada y defectuosa, como toda obra humana, pertenece también a nuestra historia nacional.

2. Derechos Humanos

Para fundamentar el reencuentro y la paz un elemento clave es el respeto, defensa y promoción de los Derechos Humanos. Estos no son una concesión del Estado ni de gobierno alguno, sino que tienen su origen en el plan de Dios, al crear al ser humano como persona a su imagen y semejanza (Gn. 1, 26) llamada a realizarse plenamente en la comunión con los demás. Tales derechos se vulneran por la violencia generalizada, el irrespeto, impunidad o manipulación de la justicia, la utilización de listas discriminatorias, por el empleo sistemático de la mentira y por la actitud de indiferencia y pasividad ante los problemas comunes. Estas actitudes equivalen a una negación de los mismos derechos.

Entre los Derechos Humanos sobresale el derecho a la vida de las personas, desde la concepción hasta la muerte natural, de donde emana el compromiso de conciencia que tenemos todos de defender la vida y de generar condiciones y oportunidades de un desarrollo auténticamente humano para todos. Este es el horizonte que debe orientar cualquier proyecto de país.

3. Violencia e inseguridad

La seguridad ciudadana constituye un amplio sistema de relaciones entre realidades, entidades, organismos del Estado y ciudadanía organizada. Es una situación de vida, salud, protección y defensa de las personas, que tiene su fundamento en una concepción integral de la vida misma, en la Constitución Nacional, en una política de compromisos con los Derechos Humanos y en un plan global de seguridad.

La inseguridad, por el contrario, es un problema pluridimensional que no se resuelve con medidas parciales ni militarización de la sociedad. No basta tampoco la represión sin la prevención, ni el desarme de la población civil manteniendo la impunidad. Hay que ir a las causas del mal, erradicar la pobreza no con dádivas sino con empleo y educación de calidad. Nos unimos al clamor de tantas familias y personas, víctimas de la delincuencia y de la inseguridad, en la solicitud de la aplicación de la Ley para el Desarme y Control de Municiones.  Este instrumento legal, entre otros, contribuirá a bajar el índice de delitos y el clima de violencia.

4.- Situación carcelaria

La valoración de los Derechos Humanos contrasta con la terrible situación de las cárceles venezolanas. La primera propuesta desde el Evangelio es el reconocimiento de la dignidad de las personas privadas de libertad que son hijos de Dios y hermanos nuestros, aunque hayan cometido delitos.  Es necesario profundizar el proceso de humanización de los recintos carcelarios mediante el respeto a la vida, la educación para el trabajo y la transmisión de valores. Apreciamos grandemente la ardua labor, callada pero eficaz, de los Capellanes y del voluntariado penitenciario católico.

Consideramos como un aporte necesario, requerido por razones humanitarias y de justicia, el otorgamiento de medidas de gracia a los presos políticos. Por ello, como hemos hecho en tiempos pasados, renovamos esta petición a quienes tienen el poder de decisión en sus manos.

5. Participación y decisión electoral

El año que comienza es de particular significación para el país. En efecto, el pueblo se pronunciará electoralmente en diversas oportunidades y, en particular, el próximo octubre decidirá sobre quién será el Presidente dela Repúblicaen el período constitucional 2013-2019. Este acontecimiento reviste esta vez una importancia especial, habida cuenta de la magnitud de los problemas que están sobre el tapete nacional y los contrapuestos modelos sociales presentados como vías de solución.

A la elección de octubre los venezolanos no debemos llegar como bandos enfrentados en guerra. Por eso, tenemos que excluir la idea de un proceso electoral concebido como una batalla que sólo deja vencedores y vencidos irreconciliables. Al contrario, hemos de potenciar la convicción de que se puede y se debe lograr, a través de unas elecciones libres y el comportamiento cívico, una convivencia democrática multicolor en la cual se puedan tejer acuerdos básicos incluyentes y alcanzar colaboraciones en puntos fundamentales para un progreso compartido y sostenible.
La decisión electoral de octubre debe asumirse en esta perspectiva humana y cristiana de reconciliación nacional. Por eso, ratificamos nuestro llamado a ejercer de modo consciente, libre y responsable el derecho y deber constitucional de votar. Junto con todo el pueblo exigimos al Consejo Nacional Electoral actuar con total independencia y garantizar las condiciones para que haya equilibrio en la campaña electoral, sin ventajismos que pongan en duda la credibilidad del evento y hacer respetar los resultados. De la misma manera pedimos la presencia de una Observación Internacional respetable y plural.

Nuestro Compromiso

Al comienzo de un año tan especial y exigente para  el país yla Iglesia, renovamos nuestra fe en Jesucristo el Señor, conscientes de nuestras limitaciones y debilidades, pero confiados en su amor misericordioso, y formulamos nuestro compromiso de servir con particular entrega, junto con todo el Pueblo de Dios, a la causa de la paz y de la unión en este 2012, que reclama un esfuerzo común para el encuentro de todos los venezolanos.

Debemos esforzarnos en construir y vivir la comunión fraterna entre los diversos sectores e instancias de la Iglesia, y al mismo tiempo en el país, mediante el seguimiento permanente de su diario acontecer, en todas sus dimensiones, desde una perspectiva pastoral. Invitamos a todos los católicos a unirse en oración e iniciativas para promover la reconciliación nacional, y dar esta orientación a las jornadas, campañas y actividades que realizamos este año. Extendemos esta invitación a los creyentes de las diversas confesiones religiosas y a los hombres y mujeres de buena voluntad.

Ponemos en manos de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela, estas intenciones y la nación entera, suplicándole que interceda ante su Hijo Jesucristo por todos los hombres y mujeres de nuestro país.

Caracas, 12 de Enero de 2012

Con un saludo y bendición

Los Arzobispos y Obispos de Venezuela

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