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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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jueves, 18 de septiembre de 2014

EMILIO NOUEL V., DRAMA DEL MEDIO ORIENTE: ¿ES POSIBLE UNA SOLUCIÓN?

No puede uno mantenerse al margen del drama que vive el Medio Oriente, por muy lejos que se esté de él, aunque en un mundo globalizado ya nada queda lejos. Cosas espantosas han ocurrido y ocurren allí, que parecieran, a ratos, no tener solución, habida cuenta de su persistencia en el tiempo.

Las causas de estos enfrentamientos de nunca acabar, son variadas y muy complejas. Unas vienen de lejos en la historia y otras tienen su raíz en  acontecimientos más recientes. A muchos actores corresponde su parte de culpa, a unos más y a otros menos, y no solo a los oriundos de la región. En esa región entran en juego importantes dinámicas geopolíticas e intereses crematísticos, confluyen y compiten estrategias diversas de los poderes globales.
Lo que está siempre de bulto es el componente religioso, aunque no sea lo exclusivo. Judíos, musulmanes y creyentes de otras religiones están inmersos en este torbellino interminable de cruentos conflictos. Dentro de cada una de esas confesiones, hay sectas variopintas y contrapuestas, que en gran medida complican el cuadro general. Moderados y radicales, ortodoxos y liberales, terroristas violentos y pacifistas, todos revueltos en un océano de intolerancias, odios e incomprensiones, que rechazan, obstaculizan o enturbian el necesario diálogo, el mutuo reconocimiento. Y no es tan cierto que en el combate sea sólo entre el Occidente judeocristiano y el Islam.
Sensatez, comprensión mutua y sabiduría están desterradas o arrinconadas allí. A pesar de que ha habido momentos de optimismo, de posibles salidas viables a una crisis crónica sin fin, no ha pasado mucho tiempo antes de que vuelvan por sus fueros la muerte y el desencuentro empujados por un resentimiento que obnubila mentes y corazones.
Estamos presenciando conductas demenciales que los que creemos en la libertad, la democracia y la convivencia pacífica como valores humanos universales, no podemos aceptar de manera impasible. Ante estos hechos abominables, no está permitido voltear hacia otro lado, por razones de soberanía, autodeterminación o multiculturalismo. Tales argumentos no están por encima de uno superior: el respeto a la dignidad humana.
Ciertamente, el respeto a los derechos humanos no es un valor que todas las culturas tengan como fundamental. Pero eso no es óbice para que se establezca respecto de ellos una relativización que conduzca a tolerar en ciertos ámbitos su desprecio y/o pisoteo.
Cuando vemos esos abominables actos, siempre recordamos las palabras de Joseph Roth en época de los nazis, quien al criticar la “soberana indiferencia” de ciertos países ante los desmanes de Hitler, afirmaba: “No se me puede seguir prohibiendo la entrada a casa de mi vecino si éste está matando a sus hijos con un hacha. No puede haber moral europea, europea y cristiana, mientras subsista el principio de no intromisión”.
Ese horror que vemos en las actuaciones del Estado Islámico, Al Qaeda, Hamas, Hezbolá, Boko Haram y otros movimientos, compele a la Comunidad Internacional y a los países democráticos a una acción contundente, incluso armada si otros medios no resultaren efectivos, que busque proteger y preservar a millones de personas indefensas a las que se persigue sojuzgar, esclavizar y obligar a pensar de una determinada manera o a profesar una religión en particular.
El fanatismo religioso presente en aquellas manifestaciones políticas no es un tema de fácil abordaje. Como todo fundamentalismo, tiene sus raíces en visiones distorsionadas y malsanas sobre los asuntos de la vida en sociedad y sobre el papel de la religión.
El escritor israelí Amos Oz dice que “El fanatismo es la incapacidad de aceptar situaciones sin solución clara”. Y en efecto, el fanático no admite los “grises”, los matices, la incertidumbre, las inseguridades, las imprecisiones, la polémica, el debate, la confrontación de ideas diversas. Ve las cosas maniqueamente, todo o nada, esto o aquello, sin soluciones intermedias o compartidas. Para él, la idea de solución es la que se resume en la suma cero. se gana todo, o se pierde todo. Un desenlace ganar-ganar para todas las partes en liza no tiene cabida en el que ve el problema desde el fanatismo.
Estoy convencido de que para lograr una solución medianamente satisfactoria en el complejo cuadro político del Medio Oriente pasará aun mucho tiempo. No solo los países occidentales deben coaligarse para enfrentar el problema, deben ser incorporados también gobiernos de la región.
Debe insistirse y agotarse los esfuerzos que sean necesarios para la apertura de vías al entendimiento que apunten a soluciones viables y realistas.
Lo que ocurre en ese rincón del planeta no debemos subestimarlo. Más temprano que tarde sus efectos nos tocarán. Mientras no se encuentre una salida duradera a ese drama, seguiremos siendo testigos de horrendas situaciones como las vistas estos días que corren.
Todo esto lo decimos, debo confesarlo, desde el escepticismo. Pero nunca hay que rendirse. De allí que comparta con el escritor libanés, Amin Malouf, lo que escribió en su libro Identidades Asesinas: no nos podemos instalar en la desesperanza, la amargura, la resignación y la pasividad.

EMILIO NOUEL V.
@ENouelV

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martes, 12 de agosto de 2014

ALFREDO MICHELENA, ¿QUIÉN DEFIENDE A LOS CRISTIANOS?

Mientras el mundo grita de horror por los eventos de Gaza, el ataque masivo a grupos de cristianos pasa por debajo de la mesa.  Cientos de miles de cristianos están siendo expulsados de sus hogares por el avance del grupo yihadistas  “Estado Islámico de Irak y el Levante” (EIIL o ISIS en inglés) o masacrados.

Sus casas fueron marcadas con la letra N del alfabeto árabe, “nun”, para así identificarlos como seguidores de Cristo, el “Nazareno”. Abu Bakr Al Bagdadi,  asumido como el califa del EIIL, ha impuesto la sharía -ley islámica- y no admite más creencia que la suya.  Eso de “los hermanos del libro” (la Biblia) es un mito. Esto ha provocado la estampida de más 100.000 cristianos, según  estimaciones del Patriarca caldeo Louis Sako. Es una purga étnico-religiosa como no se veía desde los tiempos  nazis, cuando a los judíos se les marcaba su casa con la Estrella de David.
Los EE.UU. invadieron Irak, bajo el pretexto de que Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva – nunca encontradas- y  liberar al pueblo iraquí. Muchos preferimos  entender, como dice el ex presidente de la Reserva Federal norteamericana, Alan Greenspan, que “la guerra de Irak fue básicamente por el petróleo". Esto sin duda terminó con un gobierno dictatorial y violador de los derechos humanos, pero que lamentablemente fue sustituido por uno débil, que no puede enfrentar a las hordas armadas del EIIL.
Los EE.UU. luego de varios años decidieron sacar sus tropas de Irak. Y ahora frente al avance de los yihadistas, apenas han mandado asesores y drones, que no han impedido el avance del EIIL.
El oriente arde en problemas, agudizados por  “la primavera árabe”,  que van desde la intervención rusa en Ucrania, que revive la Guerra Fría, hasta el muy publicitado problema Palestino-Hamas-Israel, pasando por Siria o Libia . Asuntos que concitan la preocupación del mundo occidental. Pero ese mundo occidental y cristiano se olvida de la limpieza étnica-religiosa, del genocidio a cristianos que está llevando a cabo el grupo yihadistas EIIL en Irak.
En muchas ciudades del planeta han habido manifestaciones en apoyo a los palestinos, los EE.UU y Europa se enfrentan a Rusia, y rusos y chinos apoyan al gobierno sirio, pero todos se olvidan de los cristianos en el medio oriente.
Es alucinante pensar que esa historias de mártires cristianos que leímos cuando jóvenes, y que parecían relatos de un pasado irrepetible, suceden en pleno siglo XXI.
PS. Luego de haber escrito estas líneas EE.UU. emprendió un ataque aéreo limitado, para prevenir el genocidio, y envió ayuda humanitaria a la zona. Las plegarias del Papa Francisco comienzan a ser oídas.
Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena


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viernes, 18 de julio de 2014

ANDRÉS HOYOS, EL ETERNO RETORNO DEL HORROR, DESDE COLOMBIA

Yo solía seguir con atencion los acontecimientos del Medio Oriente, en particular el conflicto palestino-israelí, pero de un tiempo a esta parte les perdí un poco el hilo. 

¿Qué sentido tiene conocer los pormenores de algo que se repite año tras año, década tras década, con variaciones infinitas en las que, sin embargo, lo esencial no cambia? La única novedad posible, la guerra abierta, aparte de aterradora es, si se mira bien, también repetición de guerras anteriores.

Hay pueblos que dejan atrás los conflictos del pasado, a los cuales identifican con la pobreza, la violencia y el círculo vicioso del atraso, y hay pueblos que quieren revivir el pasado a como dé lugar: Israel es en este aspecto un país en extremo arcaico, para nada diferente de los acérrimos regímenes islamistas del vecindario. En medio de un desarrollo económico impresionante y de una creatividad empresarial, artística y científica indiscutibles, este país es al mismo tiempo rehén impotente de sectas cada vez más fanáticas que basan sus decisiones en lo que dicen unos libros escritos hace 3.000 años por los albaceas de un dios enfurecido que odiaba a todo lo que no se le pareciera.
Estos relatos bíblicos, que contienen a lo sumo un barniz de historia, giran alrededor de leyendas inverosímiles. Si se entendieran como lo que son, realismo mágico de otros tiempos, literatura, serían bellos y emocionantes, pero como guía política para gobernar un país conducen directo al desastre. Los que sí son reales son los cohetes primitivos que salen de Gaza y la que es todavía más real es la lluvia de misiles de última generación que lanza Israel y que impacta múltiples blancos en esa misma franja de tierra diminuta y martirizada. Allí, entre otras, es casi imposible no afectar a los civiles con un bombardeo, dado el dramático hacinamiento de la población.
Sí, Hamás predomina en el lugar y es también un movimiento extremista y lleno de odio. Lo que poco se discute es por qué. La respuesta es sencilla: porque a medida que los palestinos nacionalistas de la OLP fueron humillados y aplastados por Israel, la gente se refugió en el fanatismo religioso y no saldrá de él si no les ofrecen una alternativa digna. ¿Y qué posibilidades hay de que el Estado judío ofrezca algo semejante? Ninguna. Las mayorías negras en Suráfrica por lo menos sabían que un día el apartheid se desplomaría; Israel, en cambio, tiene un esqueleto de acero y sus minorías sectarias van en ascenso y copan cada vez más la vida del país.
El contexto general del Medio Oriente no permite la menor esperanza. El islamismo, subdividido en sus dos vertientes principales, la sunita y la chiita, alrededor de las cuales revolotean otras, ya no es gobernado por moderados, ni siquiera es mantenido a raya por dictadores medianamente estables. Ahora predominan las alas radicales que amenazan con despedazar aquellos adefesios poscoloniales que alguna vez se llamaron Siria e Irak. Están, además, el nacionalismo kurdo, las minorías cristianas asediadas y las potencias cuyo principal interés es el petróleo que abunda en el subsuelo de la región como una suerte de maldición de los dioses para que fuera todavía más ingobernable.
¿Y Barack Obama? En este tema, el presidente del país más poderoso del mundo parece un abogado despistado e indolente. No tiene un plan ni ganas de forjarlo e implementarlo.
En síntesis, lo que nos espera en el antiguo Levante es el eterno retorno del horror.
Andrés Hoyos
@andrewholes 

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jueves, 5 de septiembre de 2013

LENIN VALERO, SEÑOR, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS ANTE LA AMENAZA DE GUERRA, CASO SIRIA

Sentimos la amenaza de una nueva guerra. Las potencias mundiales mueven nuevamente sus piezas en el Medio Oriente.  

Ahora es Siria, el otro punto de encuentro de la muerte, el mismo suelo de Irak e Irán, la misma tierra de la antigua Mesopotamia, la de los sumerios, un pueblo de origen desconocido, que crearon una civilización muy avanzada, pero se enfrentaron constantemente en luchas por el control político y militar de toda su región, colaborando de esta manera para ser conquistados por pueblos extranjeros. Existieron 6 mil años antes de Cristo y hoy se mantienen en lo mismo. ¡Dios mío!, ten misericordia de nosotros, de ellos y del mundo entero.

Esa guerra nos afecta. En lo económico mucho más, aún cuando podríamos pensar que más bien nos beneficiaría por el aumento en el precio del petróleo, pero no es verdad. Una escalada de los precios del crudo, dispararía la inflación más allá de nuestros propios límites y pondría aún más en peligro nuestra seguridad alimentaria, producto de la poca producción que actualmente se registra en Venezuela y de las restricciones que las grandes potencias agrícolas del mundo ponen a la exportación de sus productos, para cuidar en mayores almacenes el autoabastecimiento de los suyos. En una guerra no gana nadie, ni el que vende las armas, ni el que vende los ataúdes. Ambos pueden morir también. Y más aún, si es con armas químicas como en Siria, donde la toxicidad del humo que despiden acaban con poblaciones completas como sucedió ahora en las afueras de Damasco, ordenado por el Presidente Bashar Al Assad, y como ocurrió en el norte de Irak con el ataque de Hussein con armas químicas a los kurdos, no hay humano que pueda aceptar tal desgracia, ni avalar tal tragedia.

Sobradas razones hay para frenar la guerra civil que vive actualmente el pueblo sirio con más de 100 mil víctimas y para juzgar con justa razón a quienes han cometido el delito de utilizar las armas químicas contra el pueblo sirio, terminantemente prohibido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los Estados Unidos saben que el área en conflicto (la antigua Mesopotamia), es como un cuero seco que si lo pisas de un lado se levanta de otro, pero también entiende que los intereses de Irán, Irak y Siria, son defendidos por su mayor proveedor de armas que es Rusia. Son muchas las variantes que intervienen en el conflicto, pero en lo más profundo del pueblo árabe está su religión. Eso se respeta, eso es sagrado para ellos y para nosotros. Sólo Dios sabe lo que ocurrirá en el transcurrir de los tiempos y es por eso que le pedimos que tenga misericordia de nosotros.

El llamado del Papa Francisco, es más que oportuno. Nos convoca a una jornada de oración y ayuno para este sábado de siete a doce de la noche frente la Basílica de San Pedro en Roma, pero al mismo tiempo sugiere que todos los fieles y las iglesias del mundo oremos y ayunemos por el pueblo sirio y por la paz del mundo. “Quiero hacerme intérprete del grito de paz que se escucha en el mundo, queremos que en esta sociedad nuestra, destrozada por divisiones y conflictos, estalle la paz. ¡Nunca más la guerra, nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso que tiene que ser promovido y protegido. Vivo con particular sufrimiento y preocupación las diversas situaciones de conflicto que hay en nuestro mundo, pero en estos días mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y angustiado por las dramáticas perspectivas que se perciben. Con particular firmeza condeno el uso de las armas químicas. Les digo que tengo aún fijas en la mente y en el corazón las terribles imágenes que vi en los días pasados. ¡Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones del que no se puede huir!”, sentenció. Hoy Señor, en estos momentos tan tristes, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Leninvalero2@gmail.com

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jueves, 1 de agosto de 2013

ANÍBAL ROMERO, HAY PROBLEMAS SIN SOLUCIÓN, ISRAEL Y LOS PALESTINOS

El arraigado deseo de poder en la naturaleza humana, conjugado con el avance de la tecnología, acrecientan la tendencia a presumir que todo problema debería tener solución, incluso en política. Me temo que se trata de una quimera. Hay problemas sin solución y uno de ellos, me parece, es el que enfrenta a Israel y los palestinos.
No es mi propósito recapitular la historia del conflicto ni repasar los argumentos que esgrimen ambos lados de la controversia. Voy a enfocarme sobre el presente y comentar el nuevo esfuerzo de Washington para dar inicio, una vez más, a las negociaciones para la creación de un Estado Palestino como salida a la pugna.


Tal intento diplomático tiene lugar en momentos que ponen de manifiesto, con prístina claridad, que en el Medio Oriente existen problemas de envergadura que no tienen que ver con Israel y los palestinos, y cuya dinámica se extiende por sus propias motivaciones. Me refiero, por ejemplo, a la guerra civil entre sunitas y chiítas que ya ha producido alrededor de cien mil muertos y un millón de refugiados en Siria, a las convulsiones revolucionarias que sacuden Egipto y otros países árabes, y al programa nuclear iraní, cuyo impacto geopolítico va bastante más allá de la presencia de Israel en la región.
Cuesta entender el empeño de Washington por motorizar de nuevo unas negociaciones que refuerzan la creencia, por lo demás completamente errada, según la cual el conflicto entre Israel y los palestinos es el principal y casi único problema que aqueja el Medio Oriente, y cuya “solución” prácticamente pondría fin a todas las tensiones, revueltas y amenazas provenientes de esa parte del mundo. De paso, con sus afanes, que a mi modo de ver son ilusorios, en perseguir el espejismo de la “solución de dos Estados”, Washington se arriesga a sumar la experiencia de otro fracaso y sus secuelas, pues la frustración de los palestinos ante las promesas incumplidas bien podría generar renovadas y costosas sublevaciones.
A lo anterior se añade lo siguiente: En 1967, en una guerra que ganó limpia, rápida y claramente sobre sus adversarios, Israel logró extender sus fronteras hasta posiciones que reducen la extrema vulnerabilidad estratégica en que había vivido desde su independencia en 1948. Fue precisamente tal situación estratégica la que condujo en primer lugar al Egipto de Nasser y sus aliados, a confiar en la factibilidad de destruir al Estado judío en una guerra corta y decisiva.
Resulta sencillamente insensato, además de inútil, pedirle a cualquier dirigente responsable en Israel que retorne a su país a las fronteras de 1967, colocando de nuevo al Estado judío a merced de sus enemigos jurados. En el caso hipotético que, empujado a hacerlo por las presiones de Washington y de una no pocas veces anti-semita Comunidad Europea, Israel admitiese a su lado la existencia de un Estado Palestino, el mismo estaría sujeto a unas condiciones de severa limitación de su soberanía, en particular a una estricta desmilitarización, todo lo cual le vaciaría en buena medida de contenidos. No veo otra forma en la cual tal Estado pueda ser aceptado por Israel.
De modo que a fin de cuentas uno se pregunta qué explica el empeño de Washington por dar vida a una especie de zombi, emprendiendo otra vez la ruta en circunstancias especialmente desfavorables, y frente a un Medio Oriente en el cual, si se le observa con objetividad, el conflicto entre Israel y los palestinos no ocupa el lugar de otros tiempos. ¿Será acaso que John Kerry también desea un Nobel de la Paz? No me sorprendería.
aromeroarticulos@yahoo.com

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martes, 26 de marzo de 2013

YON GOICOECHEA, LA TEORÍA DEL COLAPSO

Es posible que Washington termine mandándole a Maduro la comida que escasee
Barack Obama ha anunciado que Irán estaría a un año de producir un arma nuclear. La afirmación la ha realizado un par de semanas antes de visitar Israel y estrechar lazos con Netanyahu. Este reconocimiento expreso de peligro nuclear en el Medio Oriente, realizado por el presidente de Estados Unidos, se puede interpretar como una alerta de guerra. El gobierno de Israel no esperará a que Irán adquiera la tecnología para aniquilar a su pueblo y Washington no tendrá otra opción que apoyar a sus aliados. Es posible que Obama no tenga cómo dilatar el bombardeo sobre Teherán.
De estallar la guerra entre Irán e Israel los precios del petróleo se dispararán. Este es uno de los muy pocos escenarios en los que Maduro podría gobernar Venezuela, los precios altos le darían oxígeno para completar la desarticulación del Estado y la transición hacia las comunas centralizadas. La bonanza que ha soportado al chavismo por largos años podría no haber terminado, depende ahora de tensiones que debemos seguir muy de cerca. 
Si Israel bombardea Irán, Estados Unidos necesitará que en Venezuela haya estabilidad para evitar un alza aún mayor del precio del crudo. No nos extrañe que sea Washington el principal punto de apoyo de los chavistas. La diplomacia cambia conforme cambia el mundo.
Entonces, si al problema de los venezolanos debemos sumar ahora la voluntad contraria del Departamento de Estado, hay que pensar muy bien lo que se debe hacer el 14-A. Ha quedado absolutamente claro que este gobierno no es democrático, que no tiene ningún escrúpulo y que está dispuesto a todo para mantener el poder. Sin embargo, nosotros lo seguimos legitimando, seguimos validando un sistema electoral viciado, seguimos en el callejón sin salida. Que piensen en Irán quienes creen que la protesta es para después, para cuando la eventual crisis económica le explote a Maduro. Si el 14-A actuamos como el 7-O, es posible que hasta Washington termine mandándole a Maduro la comida que escasee en Caracas.
@yongoicoechea

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miércoles, 21 de septiembre de 2011

ROGELIO ALANIZ: LOS DILEMAS DE MEDIO ORIENTE (DESDE ARGENTINA)

En Medio Oriente el problema real a resolver es la paz. La existencia de dos Estados debería ser la consecuencia. Plantear la contradicción como una cuestión de dos Estados es establecer un diagnóstico equivocado y, ya se sabe, que cuando ello ocurre las soluciones también lo son. El objetivo de los palestinos es obtener el reconocimiento de las Naciones Unidas. Planteadas así las cosas, a primera vista parecen sensatas y razonables. Y, a la inversa, Israel impresiona como un Estado halcón, como una gran potencia ocupante empecinada en matar palestinos o hundirlos en la miseria más atroz.
¿Es así? No lo creo. “Nuestra lucha es por destruir a Israel, no las fronteras de 1967”. La frase es reciente y pertenece a uno de los máximos dirigentes de Al Fatah. ¿Miente? Para nada. Dice la verdad y esa verdad con diferentes tonos de intensidad es compartida por la mayoría de la dirigencia palestina. Las variaciones están más relacionadas con los grados de oportunismo que con la modificación de esa verdad.
Puede que de todos modos la palabras de los jefes palestinos sean relativas. Puede que las propias exigencias de la situación obliguen a los palestinos a aceptar la convivencia con Israel, no porque están convencidos, sino porque el poderío militar de Israel los obliga a ser prudentes o a temer. Todo esto es posible, pero admitamos que ningún Estado responsable puede definir una estrategia que pone en juego el destino de siete millones de judíos atendiendo las declaraciones oportunistas de sus enemigos declarados.
El problema de fondo entonces no es si van a existir dos Estados, sino si los palestinos están dispuestos a renunciar a echar los judíos al mar. Hamas por lo pronto no está dispuesto a hacerlo; la Autoridad Palestina por su lado ha dicho que acepta la existencia de Israel ¿Dicen la verdad? Más o menos. Por un lado, es cierto que en Cisjordania existe una sociedad cuyas condiciones de vida son muy superiores a las de la Franja de Gaza. Estos palestinos de Cisjordania seguramente defienden las ideas con las que los han educado, pero cuentan con una realidad que es letal para el terrorismo: han mejorado su calidad de vida y, por lo tanto, tienen algo que perder, motivo por el cual las consignas suicidas de sus jefes no los entusiasman como antes.
En Israel, mientras tanto, se impone un principio fundado en el más crudo realismo: el pueblo palestino existe y una solución hay que darle al conflicto. Esa solución incluye el reconocimiento de un orden estatal para los palestinos. ¿Es así? Por lo menos el noventa por ciento de los israelíes creen en esa salida. Lo creen por razones humanitarias, por razones políticas y hasta por razones de comodidad.
Israel dispone de una excelente calidad de vida. El ingreso per cápita es el de los palestinos multiplicado por nueve o por diez; y en el caso de la Franja de Gaza por doce. Como me dijera un dirigente sionista: “No queremos ir a pelear a la frontera, queremos ir a veranear a los Alpes”. Israel tampoco se siente culpable por esa calidad de vida. Todo lo contrario. La fortuna, la riqueza o la acumulación en Israel no se hizo a costa de los palestinos. Israel dispondría del mismo nivel de vida si los palestinos no existieran.
Los argumentos de los historiadores que aseguran que lo “palestino” tal como se lo conoce ahora fue un invento de un puñado de terroristas luego de la “guerra de los seis días”, han sido dejados de lado, no porque sean falsos sino porque más allá de las consideraciones históricas hay un hecho real, una invención histórica genuina a la que no se la puede desconocer.
En 1947 los árabes que vivían en la Palestina -como se decía entonces- tuvieron la oportunidad de organizarse en un nuevo Estado. Optaron por la guerra y perdieron. Hubo otro intento de acuerdo y la repuesta árabe -los palestinos no existían y si alguna referencia tenía era con relación a los judíos- fueron “los tres no”: no al reconocimiento, no a la paz, no a las negociaciones.
Desde 1947 hasta 1967 los territorios que hoy se conocen como Cisjordania y Gaza pertenecieron a Jordania y Egipto. Durante veinte años no se oyó una voz que dijera que estos territorios pertenecían al pueblo palestino. El reclamo se inició cuando como consecuencia de “la guerra de los seis días” estas zonas fueron ocupadas por Israel. Importa detenerse en este detalle: Israel no ocupó tierras palestinas, en todo caso ocupó territorios enemigos luego de una guerra iniciada por los árabes.
En aquel momento a Cisjordania y Gaza se le sumaron los Altos del Golán y la península del Sinaí, territorios que pertenecían, pertenecen, a Egipto y Siria. Las ocupaciones no nacieron de una guerra de conquista sino de una guerra defensiva. ¿Alguien se imagina que hubiera ocurrido si Israel perdía esa guerra? Basta recordar las declaraciones de Nasser para imaginar su destino.
Israel nunca negó que las tierras ocupadas como consecuencia de la guerra debían ser devueltas en algún momento. Es más, algunos historiadores judíos estiman que los problemas internos más serios como Nación se le presentaron después de haber ganado la guerra, sobre todo con los grupos religiosos que nunca habían demostrado demasiado entusiasmo por la creación de Israel, pero que luego de la guerra de 1967 descubrieron que esas tierras les pertenecían por mandato divino.
Para el Estado de Israel los colonos son más un problema que una solución. Un problema que puede llevarlos a la guerra civil sin ninguna garantía de comprensión a cambio. ¿Se equivocó Israel en haberlos dejado avanzar? Es probable. Pero por su lado, los palestinos y los árabes se han equivocado en numerosas ocasiones pero con una diferencia. Los árabes, han perdido todas las guerras que han declarado. El costo ha sido alto, pero ninguna de esas derrotas puso en duda su identidad como pueblo. La situación de Israel no es la misma. Un error puede significar su desaparición. Basta mirar el mapa de Medio Oriente para darse cuenta de que realmente es un milagro que Israel exista. Imaginen una superficie de un metro cuadrado. En ese espacio Israel representa un centímetro; el resto son países árabes. La metáfora de David contra Goliath se alimenta con esas proporciones.
Tal como hoy se presentan los hechos, lo más probable es que la asamblea de la ONU le otorgue a los palestinos el status de Estado observador. Su expectativa de ser declarado “Estado” con todos los atributos del caso se frustrarían porque Estados Unidos interpondría su veto. Ahora bien: ¿Por qué desean los palestinos ser reconocidos como Estado? En primer lugar, porque ese reconocimiento internacional le otorgaría un atributo esencial para la estatidad. En segundo lugar, porque si así fuera los colonos judíos que ocupan tierras ilegales quedarían inmediatamente calificados de invasores y toda acción militar contra ellos sería considerada legítima.
En este punto el razonamiento de Israel es el siguiente: se estima que hay alrededor de 700.000 colonos ocupando “ilegalmente ” la Cisjordania. Es menos del diez por ciento de la población, pero es una minoría militante que no admitiría ser desalojada. El horizonte que se le presenta a Israel para 
La solución alternativa sería la siguiente: negociación directa entre las partes apuntando a canjear territorios. En Israel un cuarto de su población es árabe. El operativo es complejo, pero de lo que se trata es de que esos árabes se integren con los palestinos. El proceso exige paciencia y tiempo. Hay otro inconveniente para avanzar en esta negociación. Los árabes israelíes son muy solidarios con sus paisanos palestinos, pero disfrutan de los derechos sociales y civiles de Israel. Es muy lindo y muy gratificante militar contra Israel mientras sus hijos estudian en las mejores universidades del mundo y gozan de los beneficios del Estado de bienestar. ¿Están dispuestos a perder esos beneficios en nombre de la causa palestina? Por el momento lo único que se puede decir es que tienen el corazón dividido: aman a los palestinos, pero viven muy bien en Israel.
Lo que sí es verdad es que Israel no está bien posicionado para enfrentar esta crisis. El frágil status quo trabajado en los últimos treinta años se está resquebrajando. Israel siempre alienta la tentación de encerrarse en sus fronteras y resistir. No es lo más aconsejable en un mundo globalizado donde sus aliados históricos también admiten que el mundo ha cambiado, por lo que se reclama una diplomacia más imaginativa, virtud que no parece ser la que más anima al actual gobierno conservador de Israel.
La fortuna, la riqueza o la acumulación en Israel no se hizo a costa de los palestinos. Israel dispondría del mismo nivel de vida si los palestinos no existieran.
El frágil status quo trabajado en los últimos treinta años se está resquebrajando. Israel siempre alienta la tentación de encerrarse en sus fronteras y resistir.
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domingo, 20 de marzo de 2011

ODISEA DEL AMANECER. OSWALDO ÁLVAREZ PAZ. DESDE EL PUENTE

La operación protectora del pueblo libio encabezada por Francia, Inglaterra y Estados Unidos, con España, Alemania e Italia en guardia solidaria para la acción, está plenamente justificada. Según refieren los cables, el ataque aliado es coordinado desde una base estadounidense ubicada en Alemania y cuenta con el respaldo pleno de la opinión pública internacional. Existía, desde hace algunas semanas, un tímido pero real reclamo, al Consejo de Seguridad de Nacionales Unidas y hasta a la misma Unión Europea, por la lentitud en responder frente al indiscutible genocidio de Muammar Al Gaddafi contra los hombres y mujeres de su nación. Verdaderos héroes que la historia contemporánea registrará como próceres de la liberación de una de las más infames tiranías de que tengamos memoria.

Nos acercamos a un desenlace cuyos detalles son difíciles de pronosticar. Pero estamos convencidos de que ya es demasiado tarde para el dictador. No valdrán los retrocesos retóricos, ni sus incumplidas promesas de cese al fuego o de paralizar cualquier movimiento militar o miliciano. Mucho menos su amenaza de proyectar la guerra sobre todo el Mar Mediterráneo o el anuncio de su potencial alianza con Al-Qaeda contra occidente. Hasta hace poco tiempo responsabilizaba a esta organización de la rebelión popular en su contra. A estas alturas todo indica que el paso decisivo para la normalización democrática de Libia, es la salida del dictador y su familia y de los co-responsables jerarcas del régimen que finaliza. Sólo así podrá haber mediación válida y diálogo constructivo entre los distintos y hasta contradictorios factores que coinciden en la rebelión para alcanzar el propósito señalado.

Durante las semanas transcurridas desde el inicio del conflicto, a la lentitud de los organismos internacionales, ha habido especulaciones infinitas por la calidad y cantidad de intereses en juego. Van desde lo energético hasta lo estrictamente religioso, pasando por la cuantiosa fortuna del dictador, su familia y colaboradores más destacados. Decisiones ambiguas y complacencias lucen imposibles. Al asesino de Libia, le espera la misma suerte de tiranos como Hussein y otros, debidamente ajusticiados. Los tiempos de la impunidad internacional pertenecen al pasado. Tampoco es legítimo arroparse con la bandera de la “soberanía” o de invocar el principio de la no-intervención para evadir el compromiso de normas existentes o resoluciones de las instancias correspondientes.

El drama del pueblo libio también es nuestro. Cuanto sucede en aquella parte del planeta, incluido Egipto, Túnez y las demás realidades convulsionadas, tiene que servir de ejemplo para gobernantes con delirios de liderazgo universal y pretensiones de permanencia eterna. Esos que no vacilan en mentir, en robar y hasta matar, tendrán en el caso Libia una lección imposible de ignorar. ¿Qué estará rondando en la cabeza de los Castro, de Ortega… y de Hugo Chávez?

oalvarezpaz@gmail.com 
Lunes, 21 de marzo de 2011
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viernes, 25 de febrero de 2011

TÚNEZ, EGIPTO, LIBIA...CUBA: ES HORA DE QUE EL CASTRISMO PASE A LA HISTORIA. FERNANDO JAVIER RUIZ. TOMADO DE CADAL

Las revueltas populares contra las dictaduras en el norte de Africa son una ola que genera una esperanza mundial. Por supuesto que el futuro en esos países está lleno de incertidumbres, pero hay algo seguro: las dictaduras en Túnez y Egipto terminaron, y otras están hoy heridas de muerte. Quizás en pocas horas enterremos alguna más.

En Cuba el descontento de la ciudadanía es pavoroso, donde resulta evidente que entre la propia clase gobernante no hay ninguna fe en que el régimen pueda democratizarse, y ya no tienen un Bush para enfrentarse sino un Obama. Solo falta que se cruce el umbral de la protesta masiva. Como ocurrió en 1989 en Europa del Este y ahora en Africa del Norte, las dictaduras caen cuando se rompe el miedo a la protesta en la calle, cuando el descontento individual se organiza colectivamente pues se pierde el miedo a identificarse como un opositor.

Es en ese momento donde se ponen a prueba las dos instituciones de control principales de la dictadura: las fuerzas armadas y los medios de comunicación oficiales. Si comienzan las protestas en Cuba, la primera línea represiva del régimen serán los cuadros partidarios y la policía política, tratando de evitar la presencia directa de los militares en la calle frente al pueblo. Si las protestas adquieren entidad, es decir, si la gente va rompiendo ese miedo a revelar en público su disidencia vital con el régimen, en algún momento los militares van a tener que decidir utilizar o no la fuerza. Pueden elegir la opción de China, de Burma o de Libia, y disparar, o pueden elegir la opción de los militares egipcios y no hacerlo. En apariencia, los militares serían el sector del régimen más respetado por la población, pero frente a las protestas masivas deberán elegir defender o no a la dictadura, de la que son obviamente los principales beneficiarios.

El otro sector clave del estado son los medios de comunicación, en especial la televisión pública. Cualquier fisura en el monopolio discursivo del régimen alentará la revuelta, y la nacionalizara. La caída de Honecker en Alemania Oriental, de Ceaucescu en Rumania, y la resistencia frente al golpe contra Gorbachov, tuvieron en la televisión un actor central. También el intento de golpe en España, hace treinta años, fue detenido entre otras cosas por la valentía de los empleados de la televisión pública española. Las revoluciones democráticas triunfantes son capaces de penetrar el espacio mediático audiovisual, que es actualmente el principal lugar de encuentro del pueblo en un país. Los corresponsales internacionales basados en Cuba están relativamente controlados por el castrismo pero frente a un torbellino de acontecimientos seguramente no dejarán de cubrirlo. De hecho, llevan décadas esperando poder hacerlo.

En abril próximo el Partido Comunista realizará su VI Congreso. Dado que es muy improbable una revuelta de dirigentes partidarios, nada cambiará demasiado nos dice la historia, pero está sirviendo para contener las protestas, argumentando que ya el Partido va a instrumentar un cambio desde arriba. El problema adicional que tiene la democracia cubana es que gran parte del establishment mundial prefiere un lento cambio desde arriba a una incierta insurrección desde abajo que pueda generar una situación de gran inestabilidad, incluso violencia, y un fuerte golpe migratorio sobre los Estados Unidos.

Ben Ali gobernó Túnez desde 1975 y Hosni Mubarak también desde ese año. Eran dictaduras personalistas de casi treinta años. Los Castro en Cuba reinan desde hace más de cincuenta años. La transición a la democracia será mucho mejor y más genuina si la iniciativa del cambio viene desde el pueblo, desde la calle, y no desde negociaciones en el interior del régimen o con factores de poder internacionales.

La trampa del régimen es que las protestas sean violentas. Pero en el pueblo cubano hay una historia de disidencia heroica y no violenta contra el régimen desde hace cuarenta años, desde que comenzaron a hacer seminarios de derechos humanos a fines de los sesenta. Este es el momento de que esa tradición disidente se encuentre con el pueblo masivamente en las calles. Así todos los gobernantes de América Latina serían electos por sus pueblos, por primera vez en su historia.

Fernando Ruiz es autor del libro "Otra grieta en la pared: informe y testimonios de la nueva prensa cubana" (CADAL / Konrad Adenauer Stiftung).


CADAL
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miércoles, 2 de febrero de 2011

MEDIO ORIENTE: LA LIBERTAD A PRUEBA. EMILIO NOUEL

Los acontecimientos políticos en el mundo árabe, inesperados como la caída del Muro de Berlín, han generado reacciones matizadas o contrastantes entre los ciudadanos de aquí y de allá, entre los distintos gobiernos del mundo, y, por supuesto, entre los analistas y especialistas de los asuntos internacionales.

EL MUNDO ARABE
El que caigan unos gobernantes autoritarios atornillados por muchos años al poder a punta de represión y de ahogo de las libertades, obviamente, es razón suficiente para el júbilo. A cualquier demócrata y/o libertario, estas revueltas civiles les tienen que resultar, a primera vista, positivas y motivo de regocijo. ¿A quien no?

No obstante, algo que vemos, digámoslo así, desde el plano de los principios y también del compromiso, cuando aterrizamos en el duro y complejo mundo de las realidades, se echan sobre nosotros los peros, las advertencias, las dudas; en suma, las consideraciones de otra naturaleza que nos ayudan a ver un poco más allá de las primeras impresiones, y porqué no, de las emociones que nos pueden producir pueblos luchando por liberarse de tiranos.

Frente a los hechos que están teniendo lugar en Túnez, Egipto y otros países del Medio Oriente, uno no puede sustraerse de la circunstancia de que se están dando, precisamente, en el Medio Oriente, una región muy inestable del planeta.

Ésta, como se sabe, desde el punto de vista de la geopolítica y la economía mundial, tiene una significación que la trasciende.

Lo que allí ocurra puede repercutir de forma determinante en el resto del mundo, más temprano o más tarde. No hace falta recordar aquí lo que representa relativamente en términos de la energía que produce y exporta.

Por otro lado, en esa región, desde el ángulo de la geoestrategia o geoeconomía, se ubican rutas importantes de comercio y de control del petróleo (Canal de Suez, Estrecho de Ormuz, Delta del Nilo, Golfo de Aden, Kuwait, Irak, Palestina).

No podemos olvidar tampoco que en esa región se encuentra un país como Irán, cuya influencia política, militar y económica es también religiosa.

Israel es el otro dato no menos importante en este entorno. Es un país que contrasta con el resto. Es el único moderno y con instituciones democráticas arraigadas. Su identificación con el mundo llamado occidental es clara. Sin embargo, está rodeado de países cuyos gobiernos y poblaciones, en su mayoría, son sus enemigos.

Israel es protagonista de unos de los conflictos más sensibles y no resueltos, el de Palestina, con el cual han tenido que ver casi todas las potencias mundiales, en especial, EEUU.

De modo pues que no podemos permanecer indiferentes con lo que ocurra en esa región.
En los días que corren uno de esos países está viviendo situaciones dramáticas. Es el más importante por su importancia geopolítica: Egipto. 

Éste no es comparable a Túnez, Jordania o Yemen. El resultado de la crisis egipcia tendrá consecuencias no sólo en el Medio Oriente, sino también en el mundo. Egipto ha contrarrestado a un Irán que persigue hegemonizar en la región. Este país ha llevado buenas relaciones con las potencias occidentales. EEUU le ha dado durante más de 30 años una ayuda que está alrededor de 2000 millones de dólares anuales.

Egipto es entonces un factor de equilibrio en la zona. Así ha ido y así debería seguir siéndolo. 

Egipto ha logrado un modus vivendi pacífico con Israel.

El gobierno egipcio, por otro lado, ha combatido el fundamentalismo islamista. Ha puesto a raya, ilegalizándola, a la llamada Hermandad Musulmana.

Sin embargo, el gobierno de Hosni Mubarak, por 30 años en el poder, no ha comprendido la necesidad de las transformaciones democráticas, de modernidad económica y de justicia para su país.

Definitivamente, ha llegado el momento de que se vaya. Debe abrirse un proceso de transición a la brevedad, que enrumbe al país por caminos de libertad y bienestar. De inmediato, deben ser incorporados al gobierno representantes de las fuerzas políticas de oposición. Pero, igualmente, debe impedirse también que tomen cuerpo de manera decisiva en el gobierno de transición, tendencias religiosas oscurantistas y demenciales. 

Ese peligro está allí, latente. No hay que olvidar la experiencia de la caída del Sha de Irán. Hay que evitar, por tanto, que el caos social se apodere de Egipto. La normalidad de la vida cotidiana debe regresar, y el nuevo gobierno está en la obligación de garantizarla a toda costa.
Hace unos atrás, el historiador Niall Fergusson, en un ejercicio de imaginación futurológica, colocaba el lugar de inicio de una posible III Guerra Mundial en el Medio Oriente, y a un Irán con el arma nuclear como el desencadenador. 

Esta guerra se habría producido, según él, porque las potencias habrían tenido mano blanda frente a Irán, al no impedirle obtener un misil nuclear que apuntaba a Israel.

Ojalá los barruntos del historiador de Harvard nunca se cumplan. Por el bien de todo el planeta. Que el derrumbe del Muro de Miedo levantado en muchos países del Medio Oriente, sea para bien, y que el remedio no peor que la enfermedad.

Emilio Nouel V.
emilio.nouel@gmail.com
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lunes, 31 de enero de 2011

SE TAMBALEAN LOS MUROS. VICTOR RODRIGUEZ CEDEÑO

En el norte de África, Túnez y Argelia al comienzo; Egipto ahora; Yemen, Siria y Líbano mañana y otros después, los pueblos se expresan y piden la renuncia de quienes por décadas han gobernado autoritariamente, en beneficio propio o de proyectos inviables. Dictaduras, en el sentido mas simple del término. La comunidad internacional se expresa a favor de las libertades. Los apoyos a los pueblos se dejan ver, así como la condena a los regímenes agresores. El rumbo que siguen esos procesos, pese a las complejidades, deberá concluir con la constitución de gobiernos democráticos, respetuosos del pluralismo, tolerantes, abiertos al mundo. Una onda expansiva, limitada a una región hasta ahora oprimida, parece ser difícil de detener. De nuevo, se tambalea un muro. El realismo político hasta ahora basado en intereses mezquinos, de todo orden, que permitía la sobrevivencia de regímenes nefastos, debe centrarse hoy en la democracia. Es sobre esa base que se abre la cooperación internacional y el apoyo externo, hacia los países que despiertan y luchan por su libertad.

Mientras eso sucede en el norte de Africa y en el Medio Oriente, silenciados por años por regimenes autocraticos  y conchupancias de distinta índole, en Venezuela se afianza ante los ojos del mundo un régimen que abandonó el espacio democrático hace tiempo, un régimen simplemente totalitario, aunque todavía algunos - inocentes, quizás; estúpidos, puede ser; o, interesados, seguramente -, digan lo contrario o lo interpreten con miedo o interesadamente. Un régimen que atropella cada vez mas a los venezolanos: confiscaciones; amenazas públicas de despojo, en medio del circo que alimenta la miseria; atentados contra la propiedad privada; entrega de la soberanía, ahora con cables submarinos para garantizar el sometimiento extranjero; destrucción de las instituciones y la grosera supresión de la expresión popular por triquiñuelas, decretos y leyes inconstitucionales, en resumen, un régimen que viola flagrante e impunemente el orden constitucional.

La decepción y la impotencia parecen haber invadido el espíritu de un pueblo luchador y democrático por naturaleza, como el venezolano. Los atropellos, con enormes recursos, apoyados por pocos creyentes pero muchos beneficiarios y colaboracionistas, silencian al pueblo, pero no lo terminan de someter, menos  acabar con las ilusiones y con el futuro del país.

Los afectados hoy: presos políticos, los que han perdido todo, los invadidos y humillados, los que sufren a diario la persecución de quienes se apropiaron de las instituciones y  asumieron impropiamente la dirección del país, tendrán mucho que decir al final de cuentas y eso es lo que mas atemoriza hoy a los irresponsables que mandan.

Los venezolanos hemos escogido la lucha democrática para retomar la libertad. La lucha no es facil. Las dictaduras son siempre dificiles de enfrentar y de derrotar; mas aun estas que nacen en democracia por el uso perverso  de sus instituciones. Mientras muchos reflexionan y tratan de trazar el camino hacia el cambio, otros se conforman y consienten. La dirIgencia política no termina de despertar. La falta de un Rómulo Betancourt, por ejemplo, que dirija la lucha, permite al régimen afianzarse y seguir hacia adelante, atropellando sin escrúpulos, sin denotar que mas temprano que tarde el cambio y la reversión vendrán y que las responsabilidades serán establecidas.

El rechazo al totalitarismo y a las arbitrariedades, a los regímenes que violan y humillan la dignidad humana, no es exclusivo de algunos países, hoy los del Medio Oriente y del norte de África. Tampoco la  forma es una sola. Los cambios políticos se construyen con inteligencia y perseverancia, pero sobre todo en base a la confianza en quienes lo avanzan. Es el momento para que los dirigentes opositores respondan claramente al pueblo, se despojen de sus ambiciones y cegueras, traducidas en candidaturas y posiciones extemporáneas; y, asuman sus responsabilidades para lograr el cambio de rumbo que la mayoría de los venezolanos aspira.

VÍCTOR RODRIGUEZ CEDEÑO
vitoco98@hotmail.com
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martes, 7 de diciembre de 2010

IRAK: ÉXODO SILENCIADO. JOSE LUIS RESTAN (EXODO CRISTIANO ACTUAL)

Con cuatrocientos dólares de limosna gubernamental y un hatillo que reúne las pertenencias más esenciales, quizás algún recuerdo especialmente querido. Tragándose las lágrimas por una historia de siglos que se deja atrás. Así caminan quinientas familias cristianas iraquíes hacia la región autónoma del Kurdistán, donde las autoridades les han prometido protección. Han cerrado sus casas en barrios antaño populosos y alegres en Bagdad y en Mosul, donde durante generaciones sus antepasados vivieron penas y alegrías, construyeron y dialogaron con sus vecinos, conservando siempre fresca la fe recibida de manos apostólicas.

No creo que en Hollywood hagan una película con su historia amarga y heroica, para que el mundo sepa. El suyo será un éxodo sin focos ni primeras planas, porque este mundo tan global se ha vuelto sordo y ciego a la injusticia que padecen. Es cierto que hace un par de semanas el Parlamento europeo se acordó de ellos, gracias a la tenacidad de diputados como Mario Mauro y Jaime Mayor Oreja, pero es aún demasiado poco, demasiado poco para afrontar esta tragedia que incomoda a los musulmanes moderados, que descoloca a los norteamericanos y a su fallido experimento democratizador en la antigua Babilonia, y que enfanga a los progresistas occidentales, tan atentos a denunciar islamofobias y a empujar cristianos a los arcenes de la vida pública europea.

En el silencio de la noche de este lunes, una pareja de ancianos cristianos en el barrio de Baladiyat en Bagdad ha sido asesinada. Los pistoleros entraron en su pobre casa y les dieron muerte como a perros. Eran cristianos y no se habían ido. Eran cristianos y hablaban en árabe, y la tez morena de sus rostros no dejaba duda al respecto. Eran de la tierra, de esa tierra al tiempo dulce y dura, regada por el Tigris y el Eúfrates, de aromas y cantares misteriosos, tierra de las primeras generaciones de discípulos de Jesús. Los malvados no han querido matarlos sólo a ellos, han querido matar esta historia y quizás durante un tiempo y en esa zona puedan conseguirlo. Porque no está escrito que allí, en Iraq, como en otros rincones de la tierra, vaya a sobrevivir esa presencia extraña de los cristianos, ésa que también se ha vuelto incómoda para tantos en Madrid, Barcelona, Londres o Berlín.

¿Por qué habían de preocuparse por ellos los mismos que decretan la expulsión de los católicos de la Universidad, los mismos que luchan para que desaparezcan los crucifijos de las encrucijadas de nuestros pueblos, los que prohíben belenes en nuestras escuelas? ¿Por qué habían de conmoverse los popes del 68 que han decretado a la Tradición cristiana enemiga de la modernidad y del progreso? Este silencio espeso y culpable es natural. Porque esas quinientas familias con la garganta seca que han dejado atrás casas, escuelas e iglesias, somos también todos nosotros, los católicos de occidente.

Imposible no recordar a nuestro inefable ex ministro de Exteriores Moratinos, desplegando al viento la bandera de la anti-islamofobia en Europa. Cuántos millones de euros, cuánta energía diplomática, cuántos congresos para denunciar y debatir sobre esos fantasmas. Pero ni una piadosa palabra sobre estos cristianos de rasgos árabes, sobre estos hijos de una historia que es la nuestra y que ahora dejamos vagar por el desierto hacia su incierto emplazamiento en el desconocido Kurdistán iraquí. ¿Podrán allí empezar de nuevo? Quién lo sabe.

Para los cálculos del mundo todo esto son peanuts. Hablar de estas quinientas familias mientras los mercados financieros crujen, mientras Corea del Norte amenaza con una guerra nuclear, mientras el paro sigue desbocado y se recortan las prestaciones de nuestro antiguo bienestar... Y sin embargo nuestro futuro tiene que ver con la suerte de ese éxodo desconocido para las grandes tribunas. Porque si los cristianos desaparecen de Oriente Medio lo pagaremos muy caro todos: lo pagarán los países musulmanes sobre los que se cierne una crisis interna de proporciones brutales, y lo pagará la seguridad de este occidente escéptico y desentendido de su propia raíz, esa raíz de la que ha llegado a abominar en gran medida. Hemos de desplegar toda nuestra energía, medios económicos, relaciones políticas, alianzas, para proteger la vida de nuestros hermanos y acompañar su futuro. Debemos hacerlo sin descanso, pero hay algo más que decir.

Hubo una noche así. Una noche desconocida para los poderes de este mundo, en la que un matrimonio salió a escondidas del villorrio de Belén con un pequeño a lomos de un borrico, rumbo a Egipto, para burlar el decreto real que establecía su eliminación. Entonces nadie hubiera dado una moneda por su suerte, como nadie la da hoy por nuestros hermanos de Iraq. Pero la historia del mundo cambió gracias a aquella familia que parecía no contar para nadie, porque existe un amor y un poder sobre la faz de la tierra que excede de las ecuaciones de los políticos y de los medios. Un amor y un poder que tantas veces no entendemos, y que se valen de lo inerme y de lo pequeño para realizar su designio.

Es preciso volver a cuanto dijo Benedicto XVI en su prodigiosa meditación al comienzo del Sínodo sobre el Medio Oriente: "la transformación del mundo, el conocimiento del verdadero Dios, la pérdida de poder de las fuerzas que dominan la tierra es un proceso de dolor... es el proceso de transformación del mundo, que cuesta sangre, cuesta el sufrimiento de los testigos de Cristo. Y, si miramos bien, vemos que este proceso no ha terminado nunca. Se realiza en los diversos períodos de la historia con formas siempre nuevas; también hoy, en este momento, en el que Cristo, el único Hijo de Dios, debe nacer para el mundo con la caída de los dioses, con el dolor, el martirio de los testigos". FIN, 08-11-10

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lunes, 8 de noviembre de 2010

¡PETROLEO PARA 200 AÑOS! SI LUIS

En su última y delirante gira planetaria, el presidente ofreció, entre muchas otras cosas, que le suministraría a Bielorrusia 200 mil barriles diarios de petróleo en lo sucesivo, y en medio de tal desatino proclamó además eufórico que él garantizaba el suministro de este hidrocarburo por al menos 200 años. Lo primero es inconveniente a todas luces, y lo segundo es, simplemente, una ilusión fundamentada en la más profunda ignorancia. Veamos:

Ofrecer a Bielorrusia 200 mil barriles diarios es un pésimo negocio para Venezuela. Primero, porque seguramente esa cantidad de petróleo (que hoy en día representa el 10% de lo que realmente estamos produciendo) saldrá del volumen que aún le seguimos vendiendo a Estados Unidos, que es nuestro único comprador seguro y buena paga; y segundo, porque poner el petróleo en el límite de Europa con Asia, significa un incremento brutal del costo de transporte, que sólo es asumible por razones políticas, más no porque sea un buen negocio hacerlo.

Por otro lado, garantizar suministro de Petróleo a un país como ese sugiere también dos errores. Primero, una esperanza equivocada de que el gobierno neocomunista venezolano durará esa cantidad de tiempo. Si yo fuera el Sr. Lukaschenko me prepararía para recibir tal regalo sólo por los próximos dos años. Después de 2012 el nuevo gobierno democrático revisará todos esos convenios disparatados y tendrá que rescindir la mayoría de ellos; y segundo, es obvio que en 200 años el petróleo sólo será una referencia lejana de energía. De hecho, en menos de tres décadas será absolutamente desplazado por energías como la solar, la eólica y los combustibles "verdes" como el etanol y las células de hidrógeno.

Por último, algunas consideraciones sobre otros dos aspectos tocados en la gira presidencial. En primer lugar, lo relativo al anuncio de la instalación en Venezuela de una planta nuclear con tecnología y asesoramiento ruso. En realidad, el problema no es la energía nuclear per se, sino el talante del gobierno venezolano, el cual mantiene una postura belicista frente a sus vecinos continentales y además pretende eximirse de la supervisión que impone la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP). En ese sentido, Venezuela avanzaría con seguridad por el mismo camino que lo hace Irán en estos momentos.

Finalmente, el folclórico anuncio de que ahora exportaremos yuca a Rusia para fabricar plástico. La verdad es que a veces es difícil entender a Chávez. Hace dos años reaccionó foribundo frente al Etanol porque era un crimen horrible usar la caña de azúcar para producir combustible con tanta gente muriendo de hambre, pero ahora resulta que lo mismo no aplica para la yuca venezolana y el plástico. Si usted entiende, lo felicito.

cipriano.heredia@gmail.com
@CiprianoHeredia

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jueves, 28 de octubre de 2010

UN ASESOR PARA EL MEDIO ORIENTE. MILOS ALCALAY. BRUJULA DIPLOMATICA

Comienzo recordando el chiste que referia que uno de nuestros Presidentes le refirio a su Canciller que el Mandatario Americano le ofrecio ser su “Asesor para el Medio Oriente”, a lo que su Ministro lo corrigio: “No Presidente, lo que hizo es ofrecerle una Asesor para que lo medio oriente”

Esta mencion viene al caso por lo afirmado por el Presidente Chavez en Tripoli donde afirmo como “ridiculas y enloquecidas las criticas que se han hecho sobre su gira” concluyendo que se debe al papel “que Venezuela juega en el Mundo que ha nacido”

Nuestros intereses petroleros y de Estado nos han orientado en el pasado a ser muy cautelosos en esa convulsionada region y asumir un papel de amistad con el mundo arabe pero tambien de neutralidad debido al complejo mosaico de enfrentamientos internos entre las comunidades islamicas entre si, y la existencia de Israel.

Iran –uno de los mas firmes aliados estrategicos Bolivarianos- genera enorme preocupacion en la region. Arabia Saudita en respuesta a la carrera nuclear de su vecino Persa, ha venido fortaleciendo su equipo belico al anunciarse esta semana la adquisicion de 85 nuevos F-15, 70 helicopteros Apache y 72 Black Hawk. Ademas de esta rivalidad geo-politica, existe una vieja rivalidad islamica entre el Iran Chiita y los Arabes mayoritariamente Sunitas.

Se suman a la posicion de Arabia Saudita importantes socios de Venezuela en la OPEP como los Emiratos Arabes Unidos, Bahreim, Kuwait, Oman, quienes temen la hostilidad de los Chiitas Iranies

Siria ha sido un factor de permanente desestabilizacion. Aun esta fresca la intervencion en el Libano rechazada mundialmente, ademas de su apoyo a fuerzas terroristas y extremistas que usan a Damasco como santuario. Que decir de Khadaffi y su permanente exportacion de la revolucionaria Jamahira Popular y Socialista al resto del Africa! O de la alianza estrategica con Argelia que ha hecho que Marruecos –pais respetado en el Africa y en Europa- retirase su Embajada de Caracas por los constantes ataques del Gobierno?

Por otra parte la Diplomacia Venezolana, independientemente que se tratara de la epoca de Romulo Gallegos, de Marcos Perez Jimenez, o de los distintos Gobiernos democraticos, siempre reconocieron al Estado de Israel -como el resto de los paises de la comunidad latinoamericana. Igualmente apoyamos en el Libano la especificidad maronita Catolica. Ello reflejaba a una Venezuela solidaria de paises de donde provienen tantos inmigrantes que tuvieron hijos venezolanos y adoptaron como su pais, el nuestro.

milosalcalay@yahoo.com
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