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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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miércoles, 20 de abril de 2011

¿QUÉ BICHO LE PICÓ A SANTOS? ADOLFO R. TAYLHARDAT

Nota de El Republicano Liberal ante algunos comentarios sobre este artículo: En enero de 1919, el mecánico ferroviario Anton Drexler fundaba en Múnich el Partido Alemán de los Trabajadores (Deutsche Arbeiterpartei), uno de los varios movimientos presentes en la Baviera de la posguerra. En 1920 pasaba a denominarse Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei, NSDAP), y pretendía mezclando antiliberalismo, pangermanismo y antisemitismo, ganarse al proletariado para la causa nacionalista que guiado por su líder, Adolf Hitler gobernó Alemania entre el 30 de enero de 1933 hasta mayo de 1945. Su objetivo era crear un estado socialista con conciencia nacionalista, destacándose principalmente en temas como la raza y la herencia cultural.
Que el Presidente Juan Manuel Santos, en beneficio de la reanudación de las relaciones rotas por decisión del mandón de Miraflores, haya echado en el saco del olvido todas las agresiones verbales que le propinó el führer venezolano, lo comprendemos perfectamente.  El gesto de gallardía del Presidente Santos de dejar a un lado el pasado para reconstruir los vínculos bilaterales fue saludado con aprobación en ambos lados de la frontera. ”Santos, a fuerza de tragar sapos, ha conseguido que aquellas relaciones se vuelvan a restablecer para bien de ambos pueblos” (LA RAZÓN.es 03-04-11)

Que el Presidente Santos haya optado por imprimir un rumbo pragmático a las relaciones bilaterales para tratar de recuperar el productivo y beneficioso comercio con Venezuela y lograr que se salde la cuantiosa deuda que por  culpa del control de cambio no ha podido ser satisfecha, también lo entendemos.  Lo del pragmatismo lo acaba de confirmar el mismo Santos en una entrevista televisiva en Berlín: “Ya no hablamos de narcotráfico, de violación de los  derechos humanos y de violencia. Ahora se habla de negocios, de inversiones, de transferencia de tecnologías, de medio ambiente y de proyectos conjuntos” (El Nacional, 17-04-11, pág. 10). En un artículo de la más reciente edición de la revista SEMANA se lee: “Santos asumió una posición esencialmente pragmática y de real politik …. No divide a sus interlocutores externos entre amigos y enemigos, y se enfoca más en el análisis de los intereses que están en juego. (Revista  SEMANA, 16-04-11)

Que Colombia haya finalmente decidido extraditar a Venezuela al supuesto narcotraficante y presunto homicida Walid Makled, no lo entendemos, pero es su decisión y hay que respetarla.

Lo que definitivamente no entendemos y creo que en eso nos acompaña mucha gente, es que el Presidente Santos declare en forma categórica que ya no hay campamentos de la guerrilla colombiana en territorio venezolano. Esa declaración y aquella en la cual afirmó que había empeñado su palabra de honor con el führer venezolano de que extraditaría a Makled a Venezuela nos llevan a pensar  que ha quedado hechizado, seducido, con la labia de su colega venezolano. Sabemos que este tiene dotes de encantador de serpientes y que adaptando su discurso a lo que le conviene o le interesa a su interlocutor logra cautivarlo y convencerlo de todo lo que dice. Pero que una persona inteligente como Juan Manuel Santos dé crédito a la palabra del führer, quien se destaca por mentir y engañar, es algo que nos deja perplejos.

''Tenemos constancia de que los campamentos que nosotros teníamos ubicados ya no están ahí (en Venezuela) ‘‘, dijo Santos durante su reciente  visita a España. ''Chávez ha cumplido y tengo que reconocerlo''.

Compartimos el escepticismo del Ex–Presidente Uribe cuando a raíz de esa declaración preguntó: "¿Dónde están los cabecillas narco FARC: Iván Márquez, Romaña, Grannobles, Timochenko...? ¿Dónde están los cabecillas narco ELN Antonio García, Gabino? Mmmm".  Este “Mmmm” de Uribe es muy elocuente. Pareciera indicar que le inspira difidencia la afirmación de Santos.

Con sobrada razón la Vicepresidenta del Senado de Colombia le exige al Ministro de la Defensa y a la cúpula militar de su país que expliquen la afirmación del Presidente Santos. Razón tiene también el Ex–Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, cuando pone en duda lo dicho por Santos.

Los venezolanos merecemos también una explicación. No del führer porque no le creemos ni pizca, sino de Santos. ¿Se hizo una verificación sobre el terreno para sustentar esa afirmación tan firme y categórica? ¿Si se hizo, cuando ocurrió? ¿Es Santos tan ingenuo como para dar por cierta y auténtica, sin verificarla, la palabra  del mandón de Miraflores? ¿Si los cabecillas de la guerrilla ya no están en los campamentos que con lujo de detalles, e incluso con videos, fueron denunciados por el anterior gobierno colombiano, dónde están entonces? ¿Regresaron a territorio colombiano para que los capturen o los liquiden? ¿Será que el führer les facilitó trasladarse a otro lugar  en nuestro país para que  desde allí sigan dirigiendo la guerra contra  la democracia colombiana? ¿O les permitió salir libremente de Venezuela hacia otro destino? Además, no se trata solamente de los cabecillas. ¿Dónde están las tropas guerrilleras que estaban bajo sus comandos?  ¿Se esfumaron todos como por arte de magia?

El pragmatismo no puede eclipsar la verdad. Con todo respeto hacia el Presidente Santos, los venezolanos sabemos que la narco-guerrilla terrorista colombiana sigue presente en territorio venezolano bajo la mirada indiferente del régimen “bolivariano” y de sus cómplices en la cúpula militar que se benefician de ese maridaje  para recibir  su buena tajada en el negocio del narcotráfico.

Presidente Santos, dese un paseíto, de incognito, por el estado Apure, para que constate como los guerrilleros circulan como Pedro por su casa.

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viernes, 3 de diciembre de 2010

PASION GUERRILLA. FREDDY NÚÑEZ.

Este libro escrito por Roberto Giusti representa un esfuerzo serio y bien logrado por sacar del terreno de la especulación el tema de los conflictos entre Venezuela y Colombia. Pero por sobre todo, constituye una investigación muy completa, que incluye entrevistas a personajes claves de la narcoguerrilla colombiana. Queda expuesta sin posibilidad alguna de dudas, el contubernio entre el gobierno de Chávez y las farc y el eln.

Se demuestra como en los estados Táchira, Apure, Zulia y Barinas, actúan estos grupos con absoluta impunidad. Son los venezolanos de estos estados los que mas padecen las prácticas del sicariato, cobro de vacuna, el secuestro, el narcotráfico. En el libro abundan datos, testimonios, relatos, que avalan esta denuncia, y demuestran el complejo entramado de relaciones que une al gobierno de Chávez con estos grupos. Después de presenciar en uno de los actos patrioteros más ridículos de nuestra historia, a la llamada señora golilla insultar desde nuestro capitolio a ciudadanos venezolanos, a un diputadete al borde de la alferecía, leer un documento lleno de bolserías, y por último, escuchar la vergonzoza intervención del libertador del planeta, nos preguntamos:

¿Qué relación puede haber entre el ridículo circo ya aludido, con la pasión por el canto que ha demostrado el supuesto narcotraficante Walid Makled? Y ¿Entre Makled y las farc? ¿Alguna relación con las computadoras de Reyes? ¿Y entre el circo y la longaniza de militares y civiles del régimen que Makled ha mencionado?

¿A que se debe que después de insultar cual malandro de barrio, al candidato Santos, una vez que este ganó las elecciones al teniente coronel, le faltaron patas para correr a abrazarlo?

¿Será cierto entonces que a Colombia le sobran evidencias de las relaciones del gobierno de Chávez con la narcoguerrilla colombiana, que van incluso mas allá de las denuncias hechas por ese país ante la OEA?

¿A que se debe que este hombre que tanto yerra porque tanto habla, haya mantenido silencio ante la muerte de ese “hermano del alma” el mono jojoy, cuyas computadoras también están en manos de Colombia?

¿Y a que puede deberse el inexplicable silencio del “amado, único, e imprescindible comandante presidente” según lo llama la cursi Eva Golilla, ante la defenestración de Piedad?

Muchas de las claves están contenidas en el libro de Giusti. En las páginas 108 y 109, cita las palabras que Rodríguez Chacín dirigió a los delincuentes, ante las cámaras de telesur luego del rescate de Clara Rojas y Consuelo González “estamos muy pendientes de su lucha. Mantengan ese espíritu, mantengan esa fuerza y cuenten con nosotros”.

Al poco tiempo -nos recuerda Giusti- en la asamblea nacional, el libertador del planeta tronó dirigiéndose a Uribe “Hay que darles reconocimiento a las farc y al eln, son fuerza insurgentes que tienen un proyecto político, que tienen un proyecto bolivariano que aquí es respetado” ¿Y no le regalaron la AN a la forajida hija del fallecido forajido “tiro fijo”, para que hablara en nombre de las farc?

Son 250 páginas que todo venezolano debe leer.

Freddy Núñez.
freddyn1343@yahoo.com

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viernes, 1 de octubre de 2010

LA MUERTE DEL MONO, ADOLFO R. TAYLHARDAT (CASO COLOMBIA)

No es cristiano alegrarse por las desgracias de un prójimo y mucho menos por la muerte de alguien. Pero cuando ese alguien es el autor o el responsable directo de la muerte de muchos, resulta difícil contener un respirito de gozo. Eso nos ocurrió cuando Raúl Reyes fue dado de baja y cuando Manuel Marulanda falleció entiendo que de muerte natural. Ahora la noticia de la muerte del “Mono Jojoi” nos produce, no ya un respirito, sino un respiro profundo de gozo porque ha sido eliminado un ser cuya maldad y crueldad no tenía límites.

El prontuario de este elemento comprende no menos de 100 acciones terroristas (emboscadas, ataques a localidades indefensas, secuestros y asesinatos de civiles indefensos, de figuras políticas, de empresarios industriales y ganaderos, de oficiales y efectivos de la fuerza pública, toma de aviones, sabotajes infraestructuras civiles y oleoductos, voladuras de vehículos en zonas urbanas y en instalaciones militares, y muchos otras atrocidades que nos tomaría mucho espacio enumerar.

La perversa actividad desarrollada por este tenebroso personaje dio lugar a que en su contra pesaran 62 órdenes de captura, doce medidas de aseguramiento, cinco condenas, dos peticiones de extradición y 25 investigaciones preliminares por los delitos de narcotráfico, terrorismo, secuestro, constreñimiento ilegal, lesiones personales, asalto, extorsión, conspiración en actividades de narcotráfico y secuestro, hurto, porte ilegal de armas.

En estos últimos días la televisión ha mostrado documentales - seguramente los hizo prepara el mismo mono - en los cuales se aprecian vistas de los campamentos y las “jaulas” o mejor, los corrales, en los cuales mantenía encerrados a cientos de rehenes. Esas vistas no son muy diferentes a las de los campos de concentración nazis que uno ha visto en noticieros y películas.

No en vano el Presidente Juan Manuel Santos afirma que la muerte de este sanguinario jefe guerrillero constituye el golpe más contundente y certero que se le ha dado a las FARC. “El símbolo del terror en Colombia ha caído” dijo Santos.

En el campamento donde fue abatido Jojoi fueron recuperadas 20 computadoras y más de 60 memorias USB (pen drives) que seguramente contienen información abundante acerca de las actividades que desarrolla la narcoguerrilla colombiana. Las autoridades colombianas esperan también extraer de ese material electrónico información valiosa acerca de la ubicación de los campamentos donde se encuentran las víctimas de los secuestros ordenados por ese sádico bandolero.

Seguramente obtendrán también datos importantes acerca de las conexiones y los vínculos de la guerrilla con algunos gobiernos entre ellos el nuestro. Esto último lo manejará el gobierno colombiano con mucha prudencia para evitar provocar reacciones destempladas y soberbias que pongan de nuevo en riesgo las relaciones bilaterales. Pero la información estará allí y en algún momento trascenderá.

A propósito de esto último, saliéndome brevemente del tema central de este artículo no deja de llamar la atención que una de las causales por las cuales el Procurador General de Colombia destituyó a la senadora Piedad Córdoba y la inhabilitó políticamente por 18 años es porque “se constató que ella instruyó y solicitó a las FARC que suministraran pruebas de vida de los secuestrados con el fin de favorecer a gobiernos de otros países”.

No requiere mucho esfuerzo adivinar a cual gobierno y de cual país se refiere la decisión de la Procuraduría colombiana.

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martes, 10 de agosto de 2010

OTRA MANIOBRA DISTRACTORA, HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA

Hoy, el Gran Autorizador de la Paz en el Continente debe estar tratando de bajear al nuevo ocupante del Palacio de Nariño para que se rinda embobado por su abundante verbo. Atrás quedaron las intromisiones inadmisibles en el proceso electoral colombiano amenazando con que si ganaba Santos nunca le estrecharía la mano. Van doce años del mare verborum y no entiende que uno es esclavo de la palabra que pronuncia. Pero, claro, a él —que es experto en hablar por ambos lados de la boca — no le importa meter la pata porque siempre habrá un arrastrado, un José Temiente por ejemplo, que explique que “él no quiso decir eso”. Total que todo, hoy, con “mi hermano Juan Manuel”, será igualito que cuando llegó Obama al poder en USA. Era “la esperanza del continente”, y al ratico, cuando se dio cuenta de que el negrito no le iba a parar mucho, ya lo denostó como un “hijuebush”.

Menos mal que el doctor Santos no es cogido a lazo. Y sabe que el sabanetero es más mentiroso que un brassiere con relleno. Que lo que busca es un repliegue táctico mientras consigue un medio de seguir ayudando a sus queridos compañeros del Foro de Sao Paulo. Porque una cosa tiene todo el mundo claro: lo de Esteban es una fijación ciprianera; no estará tranquilo hasta que no haya revivido la Gran Colombia y él esté sentado bajo el solio de Bolívar.

Santos lo va a dejar correr y, luego, le dirá que sí, que sería bien bueno que se restablecieran las relaciones. Pero que como la puntada de romper relaciones se originó en Caracas, al visitante es a quien le tocará hacer los mayores esfuerzos por remendar el capote. Y pedirá que la inmensa deuda que tiene el régimen con los exportadores colombianos sea pagada. Y que cese el acoso por parte de las autoridades venezolanas a todo lo que huela a colombiano. Y que ya dejen de hacerse los locos, gobierno y Fuerzas Armadas de Venezuela, con los guerrilleros a los que se les da cobijo y ayuda; que ya no acepten —como le tocó admitirlo al teniente que “comanda” el puesto de La Gabarra ante un reportero español— que haya zonas donde los militares venezolanos no “deben” pasar.

En todo caso, que Boves II se olvide de llegar con amenazas, que el compañero Juanma no va a ceder, todo tembloroso, ante la amenaza de otros “diez batallones” para la frontera. Porque va a perder el tiempo. El Presidente de Colombia sabe que no debe distraer a sus Fuerzas Militares y su Policía en lo que han estado ocupadas, con mucho éxito, en estos últimos ocho años: en rescatar para los colombianos la paz en sus ciudades, aldeas, campos y carreteras. No va a complacer la megalomanía del de por aquí, ni las ganas de éste de estrenar sus milicianos en una lucha fratricida. Contienda en la que, como yo la veo, el resultado sería igual al de una pelea entre un cochino hambriento y una docena de buñuelos amarrados.

Lo que debería hacer el Iluminado por Maisanta es aprovechar para aprender cómo se gobierna, escuchando a alguien que tiene menos de una semana en la Presidencia pero que fue exitoso ministro en tres áreas, con tres presidentes diferentes, porque se rodeó de gente eficiente, no de chupamedias ni correligionarios. Siendo ministro de Comercio Exterior hizo que las exportaciones colombianas dieran un salto, especialmente por los tratados comerciales que logró patentizar con México, Venezuela y Ecuador. Siendo ministro de Hacienda, sacó al país de su peor crisis económica cuando impuso contra viento y marea unas reformas y unos ajustes que blindaron a Colombia. Por cierto, las mismas medidas que ahora les ha tocado adoptar angustiosamente a algunos países de Europa. Y de ministro de la Defensa, ni se diga; trabajando de consuno con las Fuerzas Militares y la Policía mantienen arrinconadas a las FARC, que pareciera que ya están pidiendo cacao. Tanto, que Elke Tekonté, sale de “sabio y prudente” a recomendarles que cesen los secuestros y liberen a los que tienen hace años. Por algo será.

Por cierto, cuando el tipo afirma que: "Yo ni he aprobado, ni apruebo, ni aprobaré presencia alguna de fuerzas guerrilleras, o de fuerzas militares de cualquier tipo irregulares o regulares en Venezuela”, pareciera que no recuerda el punto de cuenta que le aprobó a Rodríguez Chacín en el cual se autorizaba dar dinero y espacios a los irregulares. ..

De paso, mientras esté allá, debería preguntar cómo es que se hace para organizar un gabinete —no con pelafustanes y avivatos como los que a nosotros nos ha tocado padecer— sino con personas que han demostrado hasta la saciedad que son expertos en sus ramos, y que están respaldados por sólidas maestrías y doctorados hechos en universidades serias. Y que han sido escogidos por Santos a pesar de que estuvieron en la acera de enfrente en la contienda electoral. Porque son los mejores...

hacheseijaspe@ gmail.com


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martes, 3 de agosto de 2010

MENTIRAS OFICIALES, MIEDO EN PERIJÁ, EL EDITORIAL, EL NACIONAL - LUNES 02 DE AGOSTO DE 2010O

Como dicen en España, la mentira tiene patas cortas y se agarra más rápido a un embustero que a un cojo. Sin embargo, el ejercicio de la mentira se ha convertido no ya en un arte cortesano, sino en una lacra de la democracia en el mundo desarrollado. Pero cuando un régimen persigue a los medios de comunicación, los acorrala con expropiaciones, juicios a los periodistas, cierre de emisoras, palizas en la calle a los reporteros y exclusión total de las ruedas de prensa a las que sólo acceden (gracias a Dios) las agencias internacionales, entonces el público comienza a preguntarse dónde está la fulana democracia socialista inventada por la oligarquía militar.

Lo que estamos viendo ahora con la supuesta guerra con Colombia debe llamarnos a reflexión porque se trata de una vasta operación de propaganda para demostrar que los colombianos son los agresores de Venezuela. Así, el gobierno bolivariano apenas logra evitar la guerra proponiendo un plan de paz que el incapaz Maduro lleva por Suramérica en su "mochila indígena" para demostrar que somos víctimas, cuando todo parece indicar, de acuerdo con las pruebas presentadas, que no sólo colaboramos por debajo de la mesa sino también, peligrosamente, por encima de ella con quienes subvierten la institucionalidad colombiana.

La capacidad de mentir del Gobierno no puede calificarse sólo en lo político sino también en lo militar, lo regional y lo económico y, lo que es peor, en lo que respecta a la soberanía del territorio. Veamos por qué las afirmaciones chavistas ponen en peligro la vida de millones de colombianos y de venezolanos, que antes de llegar Chávez al poder convivíamos como hermanos.

Nos trasladábamos por una autopista binacional que no requería alcabalas ni interferencias policiales o militares. Hoy, ese ambiente está hecho añicos sin que exista una razón valedera ni convincente para que la gente común, los comerciantes, los industriales exportadores ni los sectores culturales, que se habían hermanado con Venezuela de múltiples maneras, entiendan una ruptura loca.

Ahora, los expertos cubanos en propaganda deciden inventar una pelea personal entre Uribe y Chávez. "Se odian", dice Maduro, y las cancillerías de Unasur se ríen y seguimos haciendo el ridículo internacional. La verdad la puso de manifiesto El Nacional al publicar una serie de reportajes sobre la presencia narcoguerrillera en Perijá. Allí se comprueba que los guerrilleros (a quienes los lugareños llaman "los botas de goma") hasta depositan y retiran dinero en los bancos de la región.

Lo que el gobierno venezolano y los militares han debido hacer, si realmente estaban indignados por las mentiras de Uribe, era abrir a la prensa el acceso a esos sitios donde la supuesta perfidia colombiana inventaba la presencia de la narcoguerrilla. Lo soberano era darle a los medios de comunicación toda la libertad para rastrear y desmontar la estrategia de propaganda de Colombia.

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lunes, 2 de agosto de 2010

LAS CARTAS SOBRE LA MESA, DESDE EL PUENTE, OSWALDO ÁLVAREZ PAZ

Las sospechas son confirmadas por datos precisos que ratifican informaciones de ambos lados de la frontera. Especialmente de dirigentes agropecuarios de Zulia y Táchira, comerciantes y familiares de víctimas de acciones del crimen organizado que le dan soporte operativo al terrorismo y al narcotráfico. La presencia activa de las FARC, de lo que va quedando del ELN, de las FBL –Fuerza Bolivariana de Liberación, única guerrilla terrorista en el mundo al servicio del gobierno del país en el que actúa- y de disidentes del paramilitarismo desmovilizado, son hechos públicos y notorios. También información de militares que desahogan su impotencia ante las órdenes superiores que los obligan a dejar hacer, desatendiendo lo fundamental de sus obligaciones militares y legales.

Nada es casual. Recordemos que antes de ser elegido, Chávez fue acusado por el gobierno de Colombia de estar relacionado con las FARC. Samper era presidente. Una vez investido, en reunión conjunta con las fuerzas militares de Colombia, declaró su neutralidad con relación al conflicto interno de ese país. Dijo que las FARC no eran enemigas de Venezuela e interrumpió los acuerdos binacionales de cooperación militar. Se conocieron las relaciones epistolares con Marulanda y las gestiones para entrevistarse. Uribe revocó la decisión de hacerlo mediador para liberar secuestrados por su parcialidad. Pidió formalmente a la Asamblea Nacional que desconociera la calificación de terrorista que tienen las FARC y el ELN, abogando por la beligerancia. En el mismo escenario, quizás aturdido por la acción contra su campamento en la frontera ecuatoriana, guardó un minuto de silencio por (a) Raúl Reyes, interrumpió las relaciones con Colombia, ordenó movilizaciones militares hacia la frontera, insultó a todo el mundo y amenazó con la guerra hasta a Estados Unidos. Para él, limitamos por el Oeste ¡con las FARC y no con Colombia!

Las computadoras capturadas allí y en otras acciones, más los testimonios de quienes se han acogido a la política de desmovilización de Uribe, arrojan graves evidencias sobre cuanto sucede. La relación es vieja e intensa. Todo está ampliado en las investigaciones de la Audiencia Nacional de España. Con la muerte de Marulanda y Reyes, de varias decenas de líderes de la segunda y tercera línea de mando y la presencia en Venezuela de la mayoría de los integrantes de la primera línea y el supuesto líder máximo, Alfonso Cano, acosado y quizás también fuera de Colombia, podemos concluir que las FARC son orientadas y dirigidas desde Venezuela, alimentadas y protegidas por una población tan indignada e impotente como desprotegida. El gobierno canceló el convenio militar con Estados Unidos y expulsó del país a la DEA hace unos cuatro años. ¿Por qué sería? ¿Será que las FARC tienen un nuevo liderazgo, una nueva vocería y apuntan hacia ambos lados? Fuerza para destruir por igual la oposición a Chávez y a la democracia colombiana. Ya veremos.

oalvarezpaz@gmail.com

Lunes, 2 de agosto de 2010

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domingo, 1 de agosto de 2010

CINISMO MADURO, LA RATONERA ROJA, EDITORIAL DE EL NACIONAL - SÁBADO 31 DE JULIO DE 2010OPINIÓN/7, ENVIADO POR RAUL AMIEL EN SU TRIBUNA LIBERTARIA

Ya es casi imposible que el Gobierno pueda salir indemne de las denuncias que Colombia llevó a la Organización de Estados Americanos y que ahora reposan en las manos de las cancillerías de los países miembros, y en las redacciones de los medios de comunicación de América Latina. Se trata de una jugada que había sido cantada desde tiempo atrás y que sólo la torpeza de la diplomacia rojo rojita dejó que sucediera, cuando era vox populi que esa espada de Damocles pendía sobre Venezuela.

Sólo a un gobierno idiota e ineficiente se le puede ocurrir que un hecho tan notorio como la presencia de narcoguerrilleros en territorio venezolano podía pasar inadvertida no sólo para las autoridades de ambos países, sino para la prensa, los alcaldes y gobernadores y, desde luego, los representantes indígenas de Zulia, Apure y Amazonas, así como la Iglesia Católica, que lleva muchísimos años predicando la fe en esas zonas.

La mentira oficial de que todo estaba bajo control y que no era verdad que los narcoguerrilleros estuvieran a sus anchas de este lado de la frontera era imposible de esconder bajo un amplio camuflaje, ya que establecidos en el sitio escogido, a los grupos armados se les dificulta disimular sus necesidades de alimentos, medicinas, transacciones económicas y desplazamiento hacia los centros poblados. Cualquiera que visite, a su propio riesgo, esas zonas descubrirá que no hace falta una cámara fotográfica ni de video para comprobar la presencia de los irregulares colombianos.

Lo que sí es difícil es obtener declaraciones de los alcaldes, de los grupos comunales o de los jefes indígenas porque con ello se juegan la vida. Todos los venezolanos que moran en esas zonas de penetración guerrillera saben que si hablan tienen por destino la muerte y el destierro de su familia. Los narcoguerrilleros imponen en tierra venezolana su ley y la hacen cumplir con la implacable violencia de quienes son expertos en hacer sufrir a la población civil inéditas y monstruosas torturas que, por ser los venezolanos como somos pacientes y tranquilos, no nos imaginamos que alguien pueda llegar a hacer. Y los subversivos colombianos las practican a diario.

Puede parecer una exageración y un acto de propaganda estas afirmaciones pero, en verdad, nos quedamos chiquitos. Recordemos la matanza de Cararabo, donde los guerrilleros colombianos utilizaron el "método de la corbata" que consiste en abrir la garganta de nuestros infantes de marina y sacar por allí la lengua de la víctima. Pues esa gracia se le olvida al canciller Maduro que predica la paz en Colombia como una manera de evitar que los narcoguerrilleros se conviertan en un problema económico y político para Venezuela y para la imagen tan deteriorada del Presidente.

Con ello trata de disimular que el gobierno bolivariano es cómplice de la narcoviolencia colombiana al hacerse la vista gorda ante lo que ocurre en nuestro patio. Qué cinismo.


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CINISMO MADURO, LA RATONERA ROJA, EDITORIAL DE EL NACIONAL - SÁBADO 31 DE JULIO DE 2010OPINIÓN/7, ENVIADO POR RAUL AMIEL EN SU TRIBUNA LIBERTARIA

Ya es casi imposible que el Gobierno pueda salir indemne de las denuncias que Colombia llevó a la Organización de Estados Americanos y que ahora reposan en las manos de las cancillerías de los países miembros, y en las redacciones de los medios de comunicación de América Latina. Se trata de una jugada que había sido cantada desde tiempo atrás y que sólo la torpeza de la diplomacia rojo rojita dejó que sucediera, cuando era vox populi que esa espada de Damocles pendía sobre Venezuela.

Sólo a un gobierno idiota e ineficiente se le puede ocurrir que un hecho tan notorio como la presencia de narcoguerrilleros en territorio venezolano podía pasar inadvertida no sólo para las autoridades de ambos países, sino para la prensa, los alcaldes y gobernadores y, desde luego, los representantes indígenas de Zulia, Apure y Amazonas, así como la Iglesia Católica, que lleva muchísimos años predicando la fe en esas zonas.

La mentira oficial de que todo estaba bajo control y que no era verdad que los narcoguerrilleros estuvieran a sus anchas de este lado de la frontera era imposible de esconder bajo un amplio camuflaje, ya que establecidos en el sitio escogido, a los grupos armados se les dificulta disimular sus necesidades de alimentos, medicinas, transacciones económicas y desplazamiento hacia los centros poblados. Cualquiera que visite, a su propio riesgo, esas zonas descubrirá que no hace falta una cámara fotográfica ni de video para comprobar la presencia de los irregulares colombianos.

Lo que sí es difícil es obtener declaraciones de los alcaldes, de los grupos comunales o de los jefes indígenas porque con ello se juegan la vida. Todos los venezolanos que moran en esas zonas de penetración guerrillera saben que si hablan tienen por destino la muerte y el destierro de su familia. Los narcoguerrilleros imponen en tierra venezolana su ley y la hacen cumplir con la implacable violencia de quienes son expertos en hacer sufrir a la población civil inéditas y monstruosas torturas que, por ser los venezolanos como somos pacientes y tranquilos, no nos imaginamos que alguien pueda llegar a hacer. Y los subversivos colombianos las practican a diario.

Puede parecer una exageración y un acto de propaganda estas afirmaciones pero, en verdad, nos quedamos chiquitos. Recordemos la matanza de Cararabo, donde los guerrilleros colombianos utilizaron el "método de la corbata" que consiste en abrir la garganta de nuestros infantes de marina y sacar por allí la lengua de la víctima. Pues esa gracia se le olvida al canciller Maduro que predica la paz en Colombia como una manera de evitar que los narcoguerrilleros se conviertan en un problema económico y político para Venezuela y para la imagen tan deteriorada del Presidente.

Con ello trata de disimular que el gobierno bolivariano es cómplice de la narcoviolencia colombiana al hacerse la vista gorda ante lo que ocurre en nuestro patio. Qué cinismo.


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INFAMIA O AGRESIÓN ?, VICTOR RODRIGUEZ CEDEÑO

Si el gobierno de Colombia ha inventado la presencia y el apoyo a grupos terroristas en territoiro venezolano merece una seria condena, por irresponsable e injerencista. Sería una burda intromisión en los asuntos internos de Venezuela. Una infamia. De igual manera sería condenable que los terroristas de las FARC, apoyadas por el régimen bolivariano, utilicen el territorio venezolano como santuario para desde acá agredir a Colombia. En este caso estaríamos ante hechos muy graves que deben ser denunciados y tratados con seriedad por las instancias internacionales y no simplemente sudamericanas, como lo dice irresponsablemente el Canciller brasileño.

En el primer caso estaríamos ante un acto inamistoso y despreciable, mientras que en el segundo estaríamos ante un crimen de terrorismo, por la cooperación brindada a grupos reconocidos como tales; o de agresión, definida por la Asamblea General de la ONU como “el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de las Naciones Unidas (Resolución 3314/XXIX, aprobada por la Asamblea General el 14 de diciembre de 1974).” La agresión comprende “la planificación, organización, preparación o participación en el uso de la fuerza inicial de un Estado contra la integridad territorial y la independencia política de otro Estado en contravención con las normas de la Carta de la ONU, independientemente de la existencia de una declaración de guerra.” (Terminología de Derecho Internacional, en edición, Ed. El Nacional). Se plantea la responsabilidad del Estado y, eventualmente, en el 2017, cuando la CPI pueda conocer este crimen, la resposanbilidad penal individual.

La actitud de Colombia sería objeto de una sanción política, de una condena regional y universal, por irresponsable. La política venezolana, si se confirmara la denuncia, activaría otros mecanismos políticos y eventualmente jurídicos, para detener la agresión y evitar que se afecte la integridad de Colombia.

La denuncia de Colombia es grave, pero mas lo es la falta de respuesta del régimen bolivariano que debería permitir una encuesta internacional imparcial que verifique los hechos y asi demostrar que la denuncia no sería mas que una infamia del saliente Uribe.

Haciendo gala de su torpeza, el régimen bolivariano buscó distraer la atención, promoviendo una reunión de UNASUR para tratar el tema. Dos planteamientos asomó Caracas: las bases militares en Colombia y un Plan de Paz para Colombia. Dos propuestas de corte injerencista que nada tienen que ver con la respuesta que Caracas debía dar a la comunidad internacional, acerca de la protección a grupos terroristas, en territorio nacional. La reunión culminó sin acuerdo, sin ninguna resolución, para sorpresa del conductor de la política exterior de Venezuela, Nicolás Maduro; aunque se ratificó el compromiso de construir las condiciones para la paz en la región y que « para preservar la paz es necesario que los países dispongan un claro compromiso por evitar la presencia de grupos irregulares que afectan la armonía en la región... »

La crisis bilateral planteada interesa a todos, por sus graves consecuencias. Los Lulas, Morales y Correas sugieren la « normalización de las relaciones entre los dos países » ignorando lo central del asunto : la denuncia de Colombia en contra del régimen bolivariano obligado ahora a reparar el daño mediante una « satisfacción » hacia Colombia. Difícil que los bolivarianos, esencialmente arrogantes y torpes, se retracten de las tan repetidas frases de aliento y de reconocimiento a Reyes y a los dirigentes del grupo terrorista y las alabanzas a su lucha « legítima » y retiren los monumentos del « prócer” Marulanda, hechos de fraternidad que buscan acorralar al Gobierno colombiano, para satisfacción de la hoy callada Piedad Córdoba.

Se espera la solidaridad internacional en favor de la paz y no que la OEA y los Gobiernos de la región, se laven las manos favoreciendo con un silencio elocuente, el debilitamento del Estado colombiano. No se trata de un asunto personal como irriverentemente lo afirma Lula. Es una cuestión de paz y de seguridad internacionales.

vitoco98@hotmail.com

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miércoles, 28 de julio de 2010

¿POR QUÉ NO ROMPE CON LA GUERRILLA?, ALEXANDER CAMBERO

Hugo Chávez tomó partido en el debate colombiano. Prefirió apoyar vergonzosamente a la guerrilla, que defender al democrático Estado neogranadino, victima de la infame acción de estos vándalos supuestamente ocultos en nuestra geografía.

Cuando el embajador del país vecino ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Luís Alfonso Hoyos reveló una serie de pruebas, pudimos ver miedo en la delegación venezolana. El brillante expositor mostró en forma precisa, en dónde están los sitios, con sus coordenadas y elementos geográficos de las muchísimas evidencias que formaron parte de su testimonio. La contundencia de la misma fue dándonos una idea del carácter cómplice que refleja la administración socialista, en su empeño por proteger a sus amigos incondicionales. En la exposición colombiana se podía calibrar la profundidad de su investigación, nada estaba al azar, cada frase de Hoyos materializada en abundantes fotos, videos y comprobaciones que todos vieron.

La respuesta venezolana la encabezó el veterano diplomático Roy Chaderton Matos. El otrora carga maletín de don Arístides Calvani, quiso envolvernos con su cháchara de costumbrismos europeos. Tratando de ser fino, como un soldado de la picaresca de lenocinio, enmarañó la denuncia con sus chascarridos a favor de la mentira. No pudo rebatir ninguna de las ideas expuestas por su colega A veces su voz se tornaba tan tenue que parecía un figurín de casas de modas, persiguiendo las telas y gritando a las muchachas que se atragantan de retoques. Habló hasta de Gary Cooper, sin llegar al fondo del problema: la presencia guerrillera en Venezuela.

Nos preguntamos: ¿por qué el gobierno venezolano rechazó la propuesta colombiana de visitar los sitios en donde supuestamente están los campamentos guerrilleros? ¿Acaso no era una forma de liquidar tantos rumores? ¿Por qué el gobierno venezolano prefirió apoyar, subrepticiamente, a la guerrilla que apuntalar al Estado colombiano, en su empeño en resolver su conflicto frente al grupo extremista y asesino? ¿Será que no les importa la ruina de miles de familias y pequeños comercios de la frontera, quienes son los verdaderos afectados por esta decisión insensata?

Es más, cuando Hugo Chávez rompía las relaciones con la hermana república, junto al inefable Diego Armando Maradona, llegó a señalar que Colombia tenía fronteras en donde no había un soldado de su ejército, que muchas de esas zonas eran "territorio liberado" ¿liberado por quién, por los bandoleros que secuestran a inocentes venezolanos? ¿Será que el subconsciente le jugó una mala pasada y lo hizo confesar su admiración por sus protegidos? Los venezolanos deseamos conocer la verdad. ¿Cuál es el miedo? De que vengan delegaciones, equipos periodísticos y organismos internacionales independientes, que constaten la veracidad de la denuncia colombiana. Es un irrespeto contra la humanidad el ocultar a facinerosos.

alexandercambero@hotmail.com

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SOPLAN VIENTOS DE GUERRA, CON VOZ PROPIA, ALBERTO JORDÁN HERNÁNDEZ

Las declaratorias de guerra y ruptura de relaciones constituyen lenguaje característico del comandante presidente, para desviar atención a la ineficiencia del corrupto régimen, que hoy vive su peor crisis. Es identificación de la diplomacia a patadas (para corroborarlo usó como testigo de excepción al futbolista Diego Armando Maradona). Lo hace en protección de las fuerzas irregulares de Colombia.

Antes, mordazmente se refirió al deterioro de relaciones con España y dijo: “será esa nación la que más perdería".

Lo de Colombia venía preparándolo y esperaba el momento “oportuno”, el cual lo dio el deterioro con putridez de su régimen. En enero 2005, congeló las relaciones por la captura del “canciller” de las FARC, Rodrigo Granda Escobar, quien vivía aquí, acreditado con documentación legal. Debido a esa detención el Tribunal Militar Primero de Juicio sentenció a 3 años y 8 meses por “Privación ilegitima de libertad” al Teniente Coronel (GN) José Humberto Quintero Aguilar.

En 2009 hubo otras evidentes muestras: por la muerte del líder de las FARC, Raúl Reyes, Chávez decretó un minuto de silencio y ordenó la movilización de tropas a la frontera; otra congelación la originó la publicación del decomiso a las FARC de lanza-cohetes, vendidos a Venezuela por Suecia; y se repitió por la firma del acuerdo de cooperación militar entre EEUU y Colombia.

En la despedida al ex embajador de Cuba, Germán Sánchez Otero, instruyó a su canciller: "Hay que preparar la ruptura de Relaciones, Nicolás. Eso va a ocurrir. Vayámonos preparándonos. Porque esa burguesía colombiana nos odia. Y aquí ya no hay posibilidad de retorno, o de un abrazo. Es imposible".

En en la III Cumbre de Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) manifestó: “los vientos de guerra comienzan a soplar”. Para el diario La Razón de Madrid, quien puso en marcha el ventilador y el molinillo fue el “títere golpista y tramposo que puede sangrar a toda Sudamérica para imponer sus delirios de grandeza”. Y agregó que ha quedó en evidencia como proveedor de armamento a las FARC.

El juez español Eloy Velasco denunció al régimen de cooperar para que la banda separatista vasca ETA y las FARC formaran a guerrilleros que en España atentarían contra personalidades colombianas.

El embajador del país vecino ante la OEA Luís Alfonso Hoyos reveló con pruebas, que en Venezuela operan 1.500 guerrilleros colombianos en más de 80 campamentos.

Eso provocó la ruptura. La reacción negativa hizo dejar atrás el discurso de que "Venezuela limita en buena parte del oeste y suroeste no con el Estado colombiano sino con las FARC" y el llamado a reconocerla como fuerza deliberante, pues ahora considera que no hay condiciones para toma del poder (Bueno sería la eliminación de las plazas erigidas a Marulanda).

También se produjo por quinta vez la amenaza de suspender envío de petróleo a EEUU, su principal comprador (1,4 millones de barriles diarios que ingreso de 5 mil 400 millones de dólares al año). Alega plan de invasión yanqui. Como el soplar vientos de guerra no elimina la putrescencia de los contenedores de alimentos, ahora se proclama "amante de la paz”

NOTA MARGINAL: El 15 de julio la Guardia Nacional detuvo en territorio venezolano a cuatro periodistas colombianos. Vinieron a buscar noticias en el municipio de Nula, en Apure. Intentaban ubicar el campamento de Carlos Marín Guarín, alias "Pablito", del ELN, que según el Gobierno colombiano se encuentra en esa zona. Para desgracia de la comunicación social, las autoridades colombianas pagaron con la misma moneda y el pasado 23 deportaron a dos periodistas de RCTV Internacional que fueron a trabajar allá.

albertojordanhernandez@yahoo.es

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miércoles, 21 de julio de 2010

SE NOS DEBE UNA EXPLICACIÓN, ADOLFO R. TAYLHARDAT, EN EL UNIVERSAL DIGITAL

Desde hace tiempo Colombia ha venido alertando sobre la presencia de la guerrilla narcoterrorista en nuestro país. El 24 de febrero de 2003 el presidente colombiano aseguró que las FARC tenían presencia en Venezuela y propuso coordinar acciones contra los rebeldes. La Embajada venezolana en Bogotá reconoció una “presencia mínima” de esa guerrilla en zonas vecinas a la frontera común.

En diciembre de 2005 fue capturado aquí Rodrigo Granda. El 17 de diciembre de 2007 se advirtió sobre la presencia de Manuel Marulanda y de Ingrid Betancourt en una finca en Elorza, Estado Apure. Las autoridades venezolanas reconocieron “el incremento de la presencia guerrillera en Elorza” pero dijeron no tener tenían noticias de que Betancourt estuviera allí.

En febrero de 2008 Colombia advirtió nuevamente al gobierno venezolano sobre la presencia aquí de Marulanda y hubo una denuncia acerca de una supuesta entrevista de él con el presidente venezolano en un lugar del Estado Barinas.

Ese mismo mes las autoridades colombianas detuvieron al guerrillero Helí Mejía, alias Martín Sombra, cuando regresaba de Venezuela. En marzo de 2009 fue denunciada la presencia de nueve miembros del Estado Mayor de las FARC en Venezuela. En agosto de 2009 la INTERPOL emitió una notificación solicitando información sobre los movimientos de la guerrillera Lucía Andrea Amoret en Venezuela.

Por todo lo anterior, corriendo el riesgo de que me acusen de “vende patria”, de piti-colombiano, de traidor y quien sabe de qué mas, mientras no se demuestre lo contrario atribuyo plena veracidad y exactitud a las nuevas denuncias que acaba de formular el gobierno de Colombia acerca de la presencia en territorio venezolano de varios cabecillas de la guerrilla colombiana - entre los que figuran algunos de aquellos a quienes se refirió la denuncia de marzo de 2009 – y de la existencia de más de 28 campamentos de la narcoguerrilla en nuestro suelo patrio en los cuales se encuentran más de 1.500 irregulares colombiano.

Creo que el camino que ha tomado el gobierno colombiano de elevar el problema a las instancias internacionales es correcto. Colombia ha solicitado la convocatoria “a la mayor brevedad posible” de una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA para examinar la presencia de jefes y efectivos de las FARC y el ELN en Venezuela. La sesión tendrá lugar mañana jueves 22.

El Gobierno colombiano ha señalado que su solicitud “está antecedida por innumerables esfuerzos fallidos para la solución de este grave problema a través del diálogo directo”. También recuerda que en varias oportunidades entregó al gobierno venezolano información sobre el particular y que, además, el asunto ha sido considerado en conversaciones privadas entre los mandatarios de los dos países.

Cabe recordar además que el presidente venezolano ha descartado también la mediación como posible medio para la solución de la controversia. “Aquí no hay mediadores. Aquí no hay mediación posible” dijo en agosto del mes pasado descartando así una propuesta del Ex – Presidente Samper.

Descartadas entonces la conciliación y la mediación, le corresponde al Consejo permanente avanzar hacia el siguiente paso que es la verificación. El Consejo Permanente de la OEA tendrá ante sí una oportunidad de oro que no debe perder para tratar para demostrar que la organización puede actuar con efectividad en situaciones que enfrentan a dos de sus Estados Miembros. Están en juego una vez más, y quizás definitivamente, la ya malograda credibilidad tanto del Consejo Permanente como la de la OEA.

El presidente de la República nos debe a los venezolanos, pero también a la comunidad internacional, una explicación clara y convincente. No basta con negar lo que desde hace mucho tiempo se viene denunciando y ha sido incluso confirmado por testigos y más recientemente por empresarios ganaderos zulianos víctimas de la extorsión de los guerrilleros. Tampoco basta con reaccionar soberbiamente y proferir descalificaciones e insultos contra el presidente Uribe. De nada sirve decir que es mentira lo que Colombia dice sustentar con pruebas y evidencias.

Si es mentira lo que dice el gobierno de Colombia lo que corresponde al gobierno venezolano es abstenerse de obstaculizar la actuación del Consejo Permanente y aceptar que se lleve a cabo la comprobación internacional objetiva e imparcial de los hechos denunciados.

Adolfo Taylhardat

adolfotaylhardat@gmail.com


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sábado, 17 de julio de 2010

EL NULA: CAPITAL GUERRILLERA, LEOPOLDO LÓPEZ.

La semana pasada visite El Nula, un pueblo del municipio Páez en el Alto Apure, entre el estado Táchira y Colombia, hoy considerado la capital guerrillera de Venezuela. Es un pueblo llanero de tradiciones andinas y colombianas, con una iglesia grande, varias calles de comercios, su plaza Bolívar, un núcleo de la Unellez y otro de la UPEL, un hospital sin dotación pero atendido por médicos y enfermeras con gran mística, varias alcabalas del Ejército y la presencia del ELN colombia

no, y de las Fuerzas Bolivarianas de Liberación, grupo venezolano, no en campamentos, sino en la vida cotidiana del pueblo.

Según el señor Ernesto, quien fue víctima de un secuestro, la guerrilla controla todo. "Si uno quiere resolver algo tiene que hablar con los elenos (ELN) o los boliches (FBL). Ni el Ejército, ni la alcaldía, ni la policía resuelven". Y es que ellos los guerrilleros controlan la gasolina, la policía, y hasta tienen presencia en las escuelas. Un estudiante de 14 años de edad me dijo: "En el liceo hay chamos que están con la guerrilla, van sólo a cumplir el papel de sapos (informantes) y los premian con motos".

La señora Josefina me confesó: "Como madres, luchamos contra la recluta de la guerrilla y la inseguridad. A los jóvenes de las familias más pobres se los llevan a los 12 o 13 años de edad. Nadie dice nada, las paredes oyen". Y es así, en público nadie habla del problema de inseguridad, pero en privado todos tienen testimonios de primera mano sobre la presencia y la influencia de la guerrilla en muchas áreas.

Aparentemente, nuestra actividad de formación de redes populares ha sido la primera manifestación de una alternativa política en más de 10 años. Ese día, con Lumay Barreto, llanera fuerte, emprendedora y aspirante a diputada, hicimos un recorrido de varios kilómetros con cientos de personas que, sin miedo, salieron a la calle a respaldar abiertamente la idea de que es necesario un cambio. Cada región del país le impone su realidad a la aspiración de cambio. En El Nula se resume en una frase: Recuperar la soberanía.

Recuperar la soberanía supone que el Estado asuma pleno control de la seguridad ciudadana, erradicar el secuestro, la vacuna y la violencia, garantizar la vigencia de la Constitución e impedir la subordinación ante grupos guerrilleros extranjeros. Así me lo dijo un dirigente comunitario: "Da indignación tener que pedirles permiso a grupos subversivos colombianos para hacer política en territorio venezolano, hay que recuperar la soberanía".

Supone mantener la producción de la agricultura y la ganadería en la zona. Las tierras del Alto Apure y el sur del Táchira son de las más productivas del país. Hoy el panorama es desolador, la producción se ha venido a menos, las expropiaciones y confiscaciones han dejado decenas de fincas cerradas, empleos perdidos y desabastecimiento de alimentos. La producción nacional de carne se ha desplomado.

En 2005 casi 100% de la carne consumida en Venezuela se producía en el país; en 2009, sólo un poco más de 50% de.

La diferencia la ponen las importaciones de Brasil, Nicaragua y Argentina. Y miles de estas toneladas de carne se están pudriendo en los puertos.

Hacer del Alto Apure y de la frontera un territorio soberano y de paz, requiere de voluntad política para hacer respetar la Constitución y que el Estado garantice la vida de los ciudadanos. El modelo estatista y confiscatorio que ha venido destruyendo el campo, debe ser sustituido por un verdadero compromiso con la producción nacional, que garantice la propiedad privada, incentive la inversión, adecue la vialidad y promueva el empleo. En Voluntad Popular queremos que el Alto Apure sea un territorio productivo, seguro, generador de empleo y turismo. Un territorio soberano y de paz.

leopoldoenred@gmail.com

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domingo, 6 de junio de 2010

EL HOMBRE QUE SALVÓ A COLOMBIA...!!!, MARY ANASTASIA O'GRADY, BOGOTÁ

Todavía no son ni las 7:30 de la mañana de un sábado cuando la todo terreno en el que voy se aproxima al Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM) en el sur de la capital. Un avión de transporte gris Lockheed C-130 avanza pesadamente por una pista, se eleva y gana altitud lentamente. En la garita de entrada a las instalaciones, un pastor alemán adiestrado para detectar explosivos permanece en posición de firme mientras mi conductor espera permiso para entrar.
En poco más de dos meses, el presidente colombiano Álvaro Uribe volverá a la vida civil después de ocho años al frente del país. He venido para hablar con él sobre lo que aprendió durante su histórico mandato y la dirección a la que cree se encamina Colombia. Su oficina me pidió que me reuniera aquí con Uribe, y sospecho cuál es la razón detrás de la cita este día y en este lugar: después de nuestra reunión subirá al avión presidencial y viajará, como es habitual varias veces a la semana, a alguna localidad fuera de la capital donde tomará el pulso de la nación y saludará y estrechará una multitud de manos. Uribe es un populista conservador, y el contacto con los ciudadanos es su especialidad.
Cuando Uribe asumió la presidencia en 2002, Colombia estaba sumida en la violencia de la guerrilla y los paramilitares. La clase política parecía no encontrar soluciones. El país vivía una situación que bien podría haber dado lugar a una dictadura, como ocurrió en Argentina en 1976.

En la actualidad, Colombia es la democracia más antigua de América Latina, y en la mayoría del país —si bien no en toda la nación— reina una extraordinaria paz. La tasa de homicidios cayó 45% entre 2002-2009, y los secuestros bajaron 90% durante el mismo período, según el Ministerio de Defensa colombiano.

Esta situación se debe, en opinión de la mayoría de los colombianos, a las políticas el presidente. Una encuesta publicada en el diario El Tiempo en diciembre mostró que el 83% de los ciudadanos pensaba que Uribe debería tener la oportunidad de presentarse a un tercer mandato (la Corte Suprema rechazó un intento del Congreso para celebrar un referéndum que eliminase el límite actual), el 68% tenía una imagen favorable de Uribe, y el 73% aprobaba su gestión. Es difícil encontrar a otro político que deje el cargo con niveles de popularidad tan elevados.

Cuando me saluda en su oficina, su tono es pesimista. En pocos minutos sé porqué. "Esta mañana estoy muy triste", me dice tras finalizar una conversación telefónica con uno de sus generales, "porque me acabo de enterar de dos casos de secuestro, uno en [el departamento] de Antioquia y otro en[el departamento] de Santander". Éstas son "regiones donde considerábamos derrotados a los secuestradores".
En cierta forma, este es el lugar ideal para comenzar la entrevista. La seguridad ha sido la prioridad número uno del presidente.

Cuando le pregunto por qué, Uribe no menciona a su padre, asesinado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 1983. En su lugar, habla de la prolongada historia de la violencia colombiana. "Este año es el bicentenario de nuestra independencia y durante estos 200 años, este país sólo ha vivido 46 ó 47 años de paz relativa".

Además, señala, desde la década de los años 40 "no ha habido un único día de paz total". Sus comentarios traen recuerdos de las numerosas guerras civiles del siglo XIX, la sangrienta "Época de la Violencia" entre los liberales y los conservadores de la década de 1950, y especialmente la larga lucha con la guerrilla izquierdista de las FARC, apoyadas por Cuba desde hace más de medio siglo.

Este derramamiento de sangre le ha costado al país vidas y riqueza. "La falta de paz, la falta de seguridad" es, según Uribe, lo que mejor explica la "pobreza, desempleo, miseria y desigualdad" en Colombia. Esta amarga realidad le llevó a manejar su campaña bajo la "promesa" de cimentar la confianza "sobre tres pilares: seguridad, fomento de la inversión y cohesión social".

El gobierno de Uribe ha tenido cierto éxito en atraer inversión, y la tasa de pobreza ha caído al 46% —una cifra aún extremadamente alta— frente al 54% en 2002. El desempleo urbano era en aquel entonces del 19% y ahora se ubica en el 12,3%. Pero Uribe se ha labrado su reputación con la seguridad.
¿Cómo lo logró? "Para lograr la seguridad se necesitan más soldados, se necesitan más policías, se necesitan más vehículos, se necesitan más aviones, se necesitan más armas, se necesitan más comunicaciones". Uribe continuó con la letanía: "Se necesitan personas, se necesitan servicios de inteligencia, se necesitan equipos, se necesita logística. Pero lo que más se necesita es determinación", articulando lentamente esta última palabra. "Se puede estar convencido pero si no hay determinación —y la determinación significa la voluntad— y la participación…".

¿Y el sacrificio?, añadió. "No hablo de sacrificio porque éste es mi deber", responde. "Pero participación, dedicación, a todas horas. No basta con dar órdenes a las fuerzas armadas, hay que hacer seguimiento. Hay que ir con ellos a las regiones, a cada lugar del país". Si quiere entender porqué las FARC y sus partidarios de izquierdas odian a Uribe, ésta es la clave: el presidente se despierta cada día con la intención de ganar esta guerra.

¿Cuán cerca se encuentra el país de la victoria? Uribe se mantiene en silencio un buen rato. "Hemos mejorado, pero nuestra mejora aún no es irreversible. Los grupos terroristas tienen expectativas para el nuevo gobierno". Si el nuevo gobierno "no es lo suficientemente fuerte para combatirlos, y si continúan encontrando refugio en otros países", seguirán manteniendo las esperanzas de "volver a Colombia y fortalecer su capacidad para matar a nuestra gente".

Se rumorea que el presidente dedica la mitad de cada viernes a llamar a sus comandantes de batallón de todo el país. ¿Es cierto? "No exactamente", me corrige, y comienza a explicarme cómo sus reuniones semanales del Consejo de Seguridad se dividen en dos partes.

Una parte es un micrófono abierto para que cualquier colombiano pueda mostrar sus quejas. Uribe dice que, inicialmente, la gente se mostraba reservada usando esta vía, si bien ahora son muy "francos", y su participación es útil. El segundo segmento es con funcionarios del gobierno y miembros de las fuerzas armadas. "Mi seguimiento con los batallones no es el viernes, es todos los días. Depende mucho más de las circunstancias", dice. "Cuando recibo el reporte matutino sobre seguridad, llamo a los batallones en las regiones donde hay problemas".
Uribe ha rescatado la democracia en una parte del mundo donde la criminalidad está en aumento. Me pregunto en voz alta su impresión sobre Sudamérica. "Cuando se repasan las guerras en Centroamérica u otras guerras en América Latina, uno ve que había dictadores y había insurgentes". Pero en Colombia, dice, los dos lados son "la democracia y el narcotráfico".
Ésta es la razón por la que Uribe considera que en Colombia no hay guerra civil, sino más bien una lucha contra "terroristas patrocinados por el narcotráfico". El presidente añadió que le preocupan en especial "los países que, teniendo el problema, no reconocen el problema, lo ignoran, y no lo combaten". Si bien Uribe no da nombres, inmediatamente pienso en Venezuela.
Esto me recuerda a las ambiciones de Hugo Chávez para convertir toda Sudamérica en una utopía colectivista bajo el estandarte de su revolución bolivariana. Ecuador y Bolivia ya se han apuntado. Ellos llaman a su ideología "socialismo del siglo XXI", y le pregunto si cree que es una amenaza para la región. El mandatario elige las palabras con cuidado: "Si significa la eliminación gradual de la democracia, entonces sí es una amenaza. Si significa la gradual eliminación de la independencia de las instituciones, entonces sí es una amenaza. Si significa la gradual eliminación de la iniciativa privada, entonces es una amenaza".

Su queja real con el socialismo es completamente práctica. En relación al "viejo modelo socialista", dice que "aportó más problemas que soluciones". El tema principal fue la forma en que destruyó "la iniciativa privada, haciendo perezosa a la gente y eliminando la creatividad".
Algunos analistas dicen que fue la creatividad y el esmero de los colombianos lo que convirtió a este país en el centro del negocio de la cocaína. Como una persona que ha sido testigo de tanta adversidad debido a la plaga del narcotráfico ¿cuál es su opinión sobre la guerra contra las drogas?

Hace muchos años, dice Uribe, la gente pensaba que Colombia no sería ni un país productor ni consumidor, y que seguiría siendo un punto de tránsito para los narcotraficantes. Sin embargo, afirma, "Colombia comenzó a producir y en la actualidad tenemos más de 300.000 adictos. Por lo tanto, ya no podemos dividir nuestro mundo en países industrializados consumidores y países sureños productores".

¿Nos dice eso algo sobre la ineficacia de la guerra contra las drogas como forma de reducir la demanda? Uribe percibe hacia dónde me encamino con este argumento contra la actual política estadounidense de prohibición e intercepción y se apresura a pararme. "Mucha gente ha mencionado la necesidad de legalizar el negocio como forma de reducir la criminalidad". Pero Uribe sostiene que el consumo en "dosis personales" lleva despenalizado 15 años en Colombia y la criminalidad ha empeorado. El presidente se muestra orgulloso de que su gobierno esté abogando por un proyecto, en la actualidad en el Congreso, para penalizar el consumo de drogas incluso en dosis pequeñas para uso personal.

¿No es cierto que la criminalidad se mantuvo porque, mientras el lado de la oferta seguía siendo ilegal, el dinero procedente del consumo de drogas seguía yendo a los traficantes? Aquí encontramos puntos de acuerdo. "Lo que averiguamos es que es bastante difícil tener éxito en combatir la producción y el tráfico cuando se legaliza el consumo".

Pero continúa defendiendo la guerra contra la oferta, explicando cómo el cultivo de coca es ahora la mitad de lo que sería si no hubiera liderado una campaña de erradicación. Uribe dice que su éxito demuestra que "es posible ganar esta guerra". El presidente coincide conmigo en que el cultivo se podría haber trasladado a otros países, si bien es la razón por la que, afirma, "esto necesita ser una batalla internacional, en la que todos los gobiernos estén comprometidos".

Tanta conversación sobre consumo de drogas me recuerda a Estados Unidos. Cambio de tema. La administración Obama y los legisladores demócratas del Congreso han bloqueado una de las iniciativas más importantes de Uribe —el tratado bilateral de libre comercio— y le pregunto sobre su relación con Washington estos días. Uribe comienza su respuesta subrayando la importancia de la alianza para ambas partes. Estados Unidos, afirma, necesita un fuerte aliado en la región. Y para Colombia, que necesita "apoyo práctico" contra el narcotráfico, la ayuda estadounidense es crucial.
Sin embargo, tras alabar al gran amigo de su país, Uribe no puede ocultar su decepción sobre el trato recibido por Colombia sobre el comercio: "Evidentemente, no puedo entender el retraso del Congreso estadounidense para ratificar nuestro tratado de libre comercio", dice, mirando por encima de mi hombro hacia la pista. Y deja en este punto la conversación sobre este tema.
En cuanto a si es optimista sobre el futuro de Colombia, responde: "Por supuesto. Tengo que serlo". Pero su respuesta viene con un condición: los colombianos deben acordarse dónde se encontraba el país hace ocho años. "Estamos mejor", pero "este país sólo ha tenido 47 años de paz en 200 años de vida independiente". La nueva generación sólo prosperará, advierte, si se consolida la paz. Con este objetivo, se dirige a Florencia, una ciudad de 150.000 personas, para llevar su mensaje en persona, tal y como lo ha hecho en los últimos ocho años.

O´Grady escribe la columna de las Américas del Journal.

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jueves, 24 de julio de 2008

*LAS FARC LLEGARON A NICARAGUA EN VUELO PROCEDENTE DESDE VENEZUELA Y EN AVIÓN DE PDVSA




*LAS FARC LLEGARON A NICARAGUA EN VUELO PROCEDENTE DESDE VENEZUELA Y EN AVIÓN DE PDVSA

La Prensa (Nicaragua)
María José Uriarte y Elizabeth Romero

Miércoles 23 de julio de 2008

La alerta generada en Colombia y la solicitud de órdenes de captura para cualquier miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que llegara a Nicaragua, además de un pedimento del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de no presentarlos en público para evitar problemas, fueron los elementos que se conjugaron para que la delegación de ese grupo guerrillero quedara al margen del acto del 29 aniversario de la revolución sandinista, celebrado el pasado 19 de julio.

Fuentes políticas confirmaron que la delegación de las FARC, integrada por seis miembros de esa organización, considerada por muchos países como terrorista, llegó a Nicaragua el pasado jueves en un avión tipo Cessna.

El vuelo procedía de Venezuela, y arribó entre las seis y siete de la noche. El mismo fue registrado como privado.

Las fuentes informaron que la tripulación del avión era venezolana, y que una vez la comitiva bajó del mismo, la aeronave despegó de inmediato, no se pudo obtener nombres de las personas que llegaron en ese vuelo privado, ya que fue manejado en absoluto hermetismo por personas afines al Frente Sandinista, marginando incluso al mismo personal del aeropuerto internacional que se encarga de recibir los vuelos internacionales.

Asimismo, medios colombianos conocieron que la aeronave en la que los miembros de las FARC llegaron a Nicaragua, es propiedad de la empresa Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA).

lunes, 7 de julio de 2008

*COLOMBIA: “LO DESCONOCIDO DE LA OPERACIÓN JAQUE Y LOS DETALLES”


*COLOMBIA: “LO DESCONOCIDO DE LA OPERACIÓN JAQUE Y LOS DETALLES”


EL TIEMPO reconstruye paso a paso cómo se planeó y ejecutó la cinematográfica operación que permitió la liberación de 15 secuestrados, entre ellos Ingrid Betancourt.

El ‘guión’ del golpe con el que el Ejército les quitó a las Farc a 15 de los rehenes del intercambio humanitario, llegó al general Mario Montoya a las 8 de la mañana del domingo primero de junio.

Ese día, el general recibió en el Comando del Ejército a tres hombres de inteligencia de su entera confianza que le llevaban noticias de los secuestrados en manos de las Farc. El pretexto de la reunión era revisar unas cartografías de la zona por donde se estaban moviendo tropas de la V División. Sin embargo, lo que cargaban los oficiales en sus fólderes era una historia que parecía sacada de una película de Steven Spielberg.

Para ese momento llevaban un mes planeando el rescate de Íngrid Betancourt, los tres estadounidenses y un grupo de militares y policías que estaban plenamente ubicados en las selvas del Guaviare. Montoya los escuchó atentamente.

“Teníamos fe y aunque sonara descabellada la propuesta, la habíamos analizado tantas veces de día y de noche que para nosotros no cabía la menor duda de que funcionaría cuenta uno de los autores intelectuales del mayor golpe a las Farc en su historia. Pero ya no dependía de nosotros, la palabra final la tenía el Presidente”.

Esa misma tarde del primero de junio Montoya pidió hablar con el alto mando en la sala de inteligencia del Comando General, donde expuso el plan al general Freddy Padilla De León, Comandante de las Fuerzas Militares. Del asombro y la desconfianza, tras las explicaciones de los oficiales, se pasó a la expectativa. El general Padilla lo aprobó y luego se lo presentó al ministro Juan Manuel Santos.

“Desde ese momento lo fuimos perfeccionando y acordamos ciertas reglas para seguir hablando de su ejecución”. Las reuniones se hicieron en recintos diferentes, con celulares apagados y con la radio o la televisión a mucho volumen, para evitar oídos indiscretos.

“Escogimos tres ceremonias militares entre el 4 y el 20 de junio para no levantar algún tipo de sospecha. A nosotros también nos podían tener infiltrados”, cuenta el oficial.

Se decidió que la operación necesitaría un grupo de 13 personas: cuatro tripulantes del helicóptero, cinco supuestos delegados de la misión humanitaria, un médico, un enfermero y un falso equipo periodístico integrado por camarógrafo y periodista.

En el transcurso de esos días hubo cuatro reuniones más y el 9 de junio, cuando era claro que había una alta posibilidad de concentrar a tres grupos de secuestrados, según el mensaje que había hecho llegar el militar infiltrado en la guerrilla, se decidió el equipo de 9 oficiales y suboficiales que viajarían a la zona (más los cuatro de la tripulación).

“Inicialmente no contemplamos mujeres en el grupo, pero revisamos los videos de las liberaciones unilaterales de enero y febrero y siempre hubo una. Eso les daría confianza. El alto mando determinó que la mayoría de hombres tenían que ser de inteligencia militar y que no irían armas dentro del helicóptero, porque la guerrilla podía hacer requisa y todo se iría a pique. Íbamos armados de valor y fe”, dice el hombre, que aún se emociona con el relato.

Dos del grupo eran comandos altamente entrenados para el combate y con especialidad también en inteligencia militar.

“Aquí no valía el arma que lleváramos o la destreza para disparar sino el feeling que tuviéramos para convencer a los guerrilleros, sobre todo a ‘César’, de que éramos en realidad de una misión humanitaria. También diseñamos unos logos para los chalecos que llevaban los de la misión y los supuestos periodistas”.

La tarea del infiltrado

Mientras en Bogotá se ultimaban detalles en la selección del personal y se revisaban los puntos que había que fortalecer, en el Guaviare uno de los infiltrados hacía una travesía para llegar hasta el campamento de ‘César’ y entregarle el supuesto mensaje de ‘Alfonso Cano’, máximo jefe de las Farc.

Allí, cerca de la reserva natural de Tomachipán, oriente del corregimiento de La Paz, el jefe guerrillero esperaba al emisario del secretariado, el mismo correo humano que semanas atrás le había entregado a ‘César’ la supuesta razón del ‘Mono Jojoy’ según la cual “habían logrado hacer un extraordinario contacto con una organización humanitaria de uno de los países europeos amigos”.

El correo humano, que en verdad era un militar que se infiltró con otro compañero a través de un contacto cuya identidad es un secreto de confesión para el Ejército, llegó la tercera semana de junio con el supuesto visto bueno de ‘Cano’. Para simular que en verdad había conversado con los líderes guerrilleros, tardaba en llegar al campamento de ‘César’ la cantidad de días que por lo general se toman los verdaderos emisarios de las Farc en entregar mensajes.

“Palabras más, palabras menos, el mensaje fue que el camarada estaba de acuerdo con el planteamiento, que le parecía un gran gesto de los países amigos hacer esa gestión para llevar a los secuestrados hasta su campamento y que eso abriría una puerta para el intercambio humanitario y la libertad de ‘Sonia’ y ‘Simón’. Que se debía hacer, con todas las garantías y medidas de seguridad”, cuenta el oficial.

El miedo a ’salir a la radio’, que persigue a los frentes de las Farc desde los bombardeos que acabaron con ‘Acacio’ y ‘Raúl Reyes’, fue fundamental. En la zona del Meta donde supuestamente está el ‘Mono Jojoy’ hubo una intensa actividad militar, precisamente para evitar que el jefe de ‘César” pudiera comunicarse con su jefe y estropear el plan.

‘César’ ya tenía el mensaje, ahora tenía que ejecutar la supuesta orden de ‘Cano’. Para ese momento ya había empezado el movimiento de uno de los grupos de secuestrados, en el que estaban los estadounidenses Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell. Posteriormente arrancó el desplazamiento de los demás.

“Mientras tanto, con el visto bueno del Presidente, el grupo ya seleccionado de militares empezó una concentración. Entramos en un acuartelamiento de primer grado cuenta la fuente. Lo primero que hicimos fue una promesa de honor de mantener bajo reserva toda la operación y la bautizamos Jaque. Al mismo tiempo arrancamos las clases de teatro. Cada uno, como en una obra, recibió su papel.

“Por lo general, las misiones humanitarias tienen europeos y en esta en especial queríamos dejar la sensación a las Farc de que entendíamos su postura frente al conflicto, por eso dos de los hombres llevaron camisetas del Che Guevara. El médico, que en realidad era un médico militar y la enfermera (una de las más destacadas agentes de inteligencia) también recibieron una instrucción especial de cómo comportarse”.

Para el sábado 27 de junio se entró en la etapa final de Jaque. Fueron escogidos los helicópteros y sus tripulaciones: los mejores pilotos de la Aviación del Ejército.

El lunes 30, que era festivo, el ministro Santos y los generales Padilla y Montoya le echaron una última revisión a la operación, se dio la orden de pintar las aeronaves de blanco con una franja roja y entrar en alerta máxima.

“El martes primero de julio ensayamos nuevamente toda la acción: el momento del aterrizaje, el encuentro con ‘César’ y sus hombres, lo que cada uno debía hacer y decir, las posiciones que se debían ocupar dentro del helicóptero, cómo hablarles a los secuestrados, sin un solo milímetro de emoción, las esposas plásticas para evitar inconvenientes y lo más duro: qué íbamos a hacer si la guerrilla descubría el plan”, dice.

Esta semana llegaron a pensar que todo estaba saliendo tan perfecto que la guerrilla tal vez se había percatado del engaño y solo esperaría que el helicóptero aterrizara para atacarlos.

El martes en la noche el Ministro y el general Padilla decidieron que el día ‘D’ era el miércoles 2 de julio, a las 05:00 horas. Ya no había tiempo para más entrenamiento o modificaciones. La suerte estaba echada y los 13 militares solo estarían escoltados por un helicóptero similar que también hacía parte de la falsa misión humanitaria.

El propio comandante del Ejército viajó al sitio de concentración entre Villavicencio y San José del Guaviare. En la madrugada se reunió con sus hombres y en un momento que todos califican como dramático y solemne a la vez leyeron el libro de Los Hechos de la Biblia. El pasaje no podía ser mejor: ese en el que Pedro es rescatado por un ángel y pasa por entre los guardias que lo tienen preso sin que ellos se den cuenta: “Ahora me doy cuenta realmente de que el Señor ha enviado su ángel y me ha arrancado de las manos de Herodes”.

“Ustedes saben que este puede ser un viaje sin retorno. Nos vamos con la Virgen y los ángeles”. Con esas palabras se embarcaron en el helicóptero y partieron hacia la selva a traer a los secuestrados de regreso.

“Lo que viene después está lleno de emoción, de miedo también y una profunda alegría. Primero, cuando los vimos desde el aire, reunidos en un grupo, con sus morrales mirando el helicóptero.

“Luego, cuando descendimos, los que eran ‘periodistas’ empezaron a hablarles a los secuestrados, pusieron mucha resistencia para ponerles las esposas y al final por uno de los estadounidenses accedieron. Fueron interminables minutos.

Teníamos que salir de allí en menos de 7 minutos y mientras abordaban y hablaba ‘Cesar’ pasaron 22. Cuando se cerró la puerta y se neutralizó a los dos guerrilleros ellos quedaron libres y creo que nosotros también”, concluye el oficial.

JINETH BEDOYA LIMA
REDACCIÓN JUSTICIA