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martes, 4 de agosto de 2015

LUIS MARIN, LA UTILIDAD DEL FASCISMO

El régimen y su oposición oficial se acusan recíprocamente de ser “fascistas”; pero ambas acusaciones son falsas. Uno es comunista, una suerte de filial del régimen castrista de La Habana; los otros son en su mayoría socialdemócratas, con la excepción del partido COPEI que es de la internacional demócrata cristiana y Primero Justicia, cuyo referente internacional es el PP de España y quizás el PAN de México, ambos de corte humanista cristiano.

La pregunta es: ¿Por qué esta doble falsedad se ha impuesto tan sólidamente en el discurso político venezolano? Tanto, que la posición de la Iglesia Católica o de la Compañía de Jesús, se resume diciendo: “El peligro actual de América Latina no es el comunismo sino el manejo inhumano del poder y del capitalismo con lo que se empuja a grandes sectores de la población desesperada a dar apoyo a dictaduras populistas y fascistas.”

Por las calles de Caracas se pasean numerosos autobuses con grandes inscripciones que rezan: “Unidad dañada por el fascismo y recuperada por la revolución”; con lo que ya es imposible saber qué será lo que el régimen y su alternativa democrática entienden por “fascismo”, pero seguro que no es algo descrito racionalmente en la historia de las ideas políticas sino una suerte de enemigo imaginario, tan maligno como omnipotente.

¿Cómo es posible explicar que en Venezuela haya tantos antifascistas y en cambio no haya ni un solo fascista reconocido o reconocible? Jamás hubo en este país un partido o movimiento fascista, ni siquiera cuando era la ideología de moda en Europa.

En sentido estricto, el fascismo sólo existió en Italia entre 1919 y 1945, con algunas variantes de partidos y movimientos centro-europeos con esa inspiración, que indujeron a Mussolini a declarar solemnemente que “el fascismo no se exporta”. La verdad es que no sólo en Venezuela, en ninguna parte del mundo han existido experimentos fascistas después de la II Guerra Mundial.

El fascismo sólo existe en la propaganda comunista, bajo la forma negativa del mito antifascista, esa especie de compendio de todo lo malo que lo asemeja tanto al mito del diablo, Satanás o el mal absoluto, que es tan propio de las mentalidades supersticiosas.

Y no habría que perder ni un minuto con él sino fuera porque ilustres miembros de las Academias acusan a presos políticos de ser “fascistas”, sin sufrir la menor sanción moral o censura intelectual de sus colegas igualmente respetables académicos. Por su parte, los más acreditados comentaristas de la alternativa democrática, sus creadores de opinión acusan a Maduro de “fascista” con idéntica circunspección.

En una reciente Asamblea del Colegio de Periodistas vimos con perplejidad como los más encendidos oradores denunciaban las conductas fascistas del gobernador Ameliach en Carabobo. Vale preguntar: ¿Qué pasaría si en esa asamblea de periodistas se hubiera denunciado más bien la conducta comunista del régimen? Si no la mitad, al menos alguna fracción de esa asamblea se habría levantado en señal de protesta.

Y aquí está el principio de la respuesta: la utilidad del fascismo es producir consenso, unanimidad. No es el que no haya fascistas lo que hace inexplicable el antifascismo universal, sino lo contrario: es precisamente porque no hay fascistas que el antifascismo resulta tan exitoso, porque nadie se le opone.

Paradójicamente, “dialécticamente” dirían los marxistas, el antifascismo ha logrado lo que en el fondo se proponía su contrario: una mentalidad homogénea, sin fisuras, donde toda disidencia no sólo resulta imposible sino incluso delictiva.

La unanimidad es la base socio-psicológica de la unidad perfecta, del sueño totalitario.

LA UTILIDAD DE LA MENTIRA

Un conocido catedrático de Derecho comienza sus clases diciendo a sus alumnos que lo que se hace en los tribunales es mentir, mentir y mentir; no se sabe si en esto entraña una denuncia o una recomendación, pero parece más bien lo último que lo primero.

Lo extraño es que hasta ahora ningún alumno lo haya parado advirtiendo que o bien  miente, en cuyo caso no deben creer lo que dice; o bien dice la verdad, en cuyo caso se está contradiciendo (él no miente). Con lo cual se concluye que la mentira puede practicarse, pero no predicarse, porque el predicador se contradice así mismo.

Cada día aumenta la legión de quienes se dan cuenta de que la esencia del discurso del régimen comunista cubano implantado en Venezuela es la mendacidad, no porque diga ésta o aquélla mentira aislada, sino porque es constitutivamente falaz, un gran andamiaje de mentiras.

El problema que plantea es doble: por un lado, da la certeza de que no puede llegar a ninguna parte por ese camino; pero por el otro, hace imposible toda refutación racional de su discurso, puesto que para eso sería indispensable aceptar algunos parámetros de verosimilitud, esto es, de verdadero y falso, que es lo que ha trastocado por completo.

Uno de los problemas que plantea la mentalidad criminal es la desvinculación del criminal con sus propios actos, de manera que pueden negar un hecho en el mismo momento en que lo están perpetrando. Esto siempre ha producido la mayor perplejidad en los criminólogos que, no en balde, llaman a los delincuentes “enfermos morales”.

Estos problemas pueden llevarse a niveles inauditos cuando organizaciones criminales toman el control del Estado instrumentalizando sus instituciones para ponerlas al servicio de sus propios fines delictivos, como ha ocurrido en Venezuela. Con todas las instituciones al servicio del delito son las personas honradas las que están en problemas.

Es desalentador ver como los delincuentes se salen con la suya con garantías absolutas de impunidad, porque son ellos quienes encabezan las instituciones que estarían encargadas de perseguirlos.

El Estado en general pero especialmente el Estado de Partidos, se aprovecha de una presunción de moralidad, de veracidad en sus actuaciones, de eso que se llama fe pública, que hace engorroso llevar a la conciencia común el carácter inmoral, falso y de mala fe de sus actuaciones, aunque éstas sean flagrantes, públicas y notorias.

Más desalentador todavía es ver como la oposición oficial que debería denunciarlos asume conscientemente el discurso de la mentira y le da un giro más, llevando esta dinámica a niveles inverosímiles, como con todas esas promesas delirantes que hacen en el supuesto de “ganar” unas supuestas elecciones que no son tales y que saben completamente imposibles de ganar.

Por ejemplo, dicen que una mayoría parlamentaria es más poderosa que cualquier  presidente; pero aunque se cumpliera la Constitución, cosa que en Venezuela no existe, resulta que el régimen siempre ha sido y sigue siendo presidencialista, no parlamentario, por lo que la última palabra la tiene siempre el presidente, incluso para promulgar las leyes de la asamblea, entonces ¿no es esto mentir conscientemente?

Sin detenernos en las llamadas leyes habilitantes, por las que la asamblea claudica de su función legislativa en el ejecutivo, lo mismo puede decirse de las leyes que ofrecen para la repatriación de capitales que no pueden ser extraterritoriales, para la liberación de presos políticos que no son pasibles de amnistía, para la producción nacional y pare de contar, porque ninguna resiste el menor análisis lógico, por no decir jurídico ni político.

Cierto que, parafraseando a Teodoro Petkoff, nadie se va a presentar a una elección parlamentaria diciendo: “Voten por mí para que yo gane una canonjía, tenga inmunidad, prima por reunión, viáticos, carro con chofer y un trampolín hacia cargos más altos”; o bien: “Voten por mí para seguir los pasos de mi padre, que tras numerosos períodos terminó jubilándose del congreso, rompiendo records de inasistencia a las sesiones”; pero, esta es la realidad que exhiben y el otro discurso, ¿no es la consagración de la mentira como política de Estado?

Todos los mentirosos del mundo se benefician de la presunción de verdad; pero los políticos venezolanos deberían superar la presunción de mentira.

APOCALIPSIS NOW

Las ideas de un tiempo final y de un mundo venidero están firmemente arraigadas en el fondo de la mentalidad popular, como producto de la escatología primero mesiánica judía y más tarde cristiana. Siempre se asocia el uno, a la oscuridad y corrupción sin límites, a la opresión del pueblo y maldad de los tiranos; el otro, a la resplandeciente liberación, a la justicia y magnanimidad de un salvador beatífico.

Estas atávicas visiones apocalípticas han adquirido una extraña actualidad en Venezuela donde no puede evitarse la sensación de estar en el país más corrupto del planeta, en que el lavado de dinero ha alcanzado una magnitud que amenaza la estabilidad del sistema financiero mundial, en que la vesania y perversidad de los funcionarios no tiene paralelo  en toda la historia de la humanidad.

De manera que sin duda algo se corroe, se pudre y cae en pedazos, pero ¿existe alguna garantía de que este derrumbe abrirá paso al mundo por venir, aquel reino luminoso de justicia y bondad, donde reinarán la paz y la abundancia?

La experiencia reciente de Venezuela no puede ser más decepcionante en este respecto. Hugo Chávez pasó rápidamente de líder mesiánico a falso profeta, no porque lo diga ningún detractor, sino él mismo: relatando como le mentía a sus superiores exaltando la mentira como virtud, atizando el odio, poniendo la muerte como consigna (al contrario, el Mesías se identifica a sí  mismo como la verdad, el amor y la vida).

Lo cierto es que Chávez no suprimió nada de lo malo que encontró, sino que sumó sus propias huestes a la devastación, incluso, los mismos adecos, copeyanos y masistas entraron a saco sobre la administración pública como invasores extranjeros, liberados de las restricciones que les imponían las élites de sus partidos, que antes tomaban lo mejor para ellas dejando los desechos para el populacho.

La actual polarización pretende ser un remedo de la anterior, un sistema que se niega a aceptar el carácter revolucionario de las nuevas elites comunistas, que repudian el sistema alternativo y pretenden quedarse para siempre en el poder, según el modelo castrista que se internacionaliza a través del Foro de Sao Paulo.

No hace falta revisar el currículo de la alternativa democrática para advertir que estos fueron diputados, miembros del parlatino, cancilleres, embajadores, unos ministros, otros directivos de empresas del Estado, todos usufructuarios del sistema de partidos.

El problema es que si ellos fueron los que trajeron a Chávez, los causantes de tanto odio y resentimiento, en su mayor parte completamente justificados, entonces: ¿Qué pueden traer ahora? ¿Cuáles serán las tormentas que podrían generar estos vientos?

Con solo ver lo que significaron Tito para Yugoslavia, Saddam Hussein para Irak, Gadafi para Libia y Bashar Al Asad para Siria, el legado de Chávez prefigura como primer peligro la disolución, con su bagaje de anarquía y violencia, de donde no puede sorprender que nuestros buenos vecinos quieran arrancar retazos.

Con el modelo de Castro en Cuba, el segundo peligro es el férreo sometimiento al comunismo, mediante un matrimonio morganático del régimen títere con los partidos tradicionales, apadrinado por Estados Unidos y bendecido por la Santa Madre Iglesia, poderes todos que veneran la estabilidad por encima de la salvación del Alma.

No hay que ser semiólogo para darse cuenta de que ese discurso de la unidad perfecta, la igualdad absoluta, uniformidad general, repudia profundamente al pluralismo, la diversidad, espontaneidad individual y a la postre la iniciativa y propiedad privadas.

Entre los extremos de “comunismo o caos” debe abrirse paso la esperanza de la libertad.

Luis Marin
lumarinre@gmail.com
@lumarinre

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sábado, 7 de febrero de 2015

ARMANDO RIBAS, ESPARTA GANA EN EUROPA


 Tal como era de esperarse, ganó la izquierda en Grecia ¿Dónde no? Pero el problema con Europa es ¿que es lo que no es izquierda? ¿En que país de la Unión Europea hoy no impera el socialismo? Cuando en Francia gobernaba Sarkozy, supuestamente de derecha, el gasto público ya había alcanzado al 57% del PBI y la deuda un  125%. Se me ocurre que no parece definible la diferencia entre izquierda y derecha, más allá de la confusión que impera como consecuencia de que la izquierda considera al fascismo de derecha. Conforme a ese criterio los Founding Fathers, serían considerados de extrema derecha. O sea que de acuerdo a la izquierda que ha monopolizado la ética,  el respeto al derecho de propiedad y a la búsqueda de la propia felicidad son los determinantes de la desigualdad económica.
    Frente a esa confusión ideológica permítanme recordar que el fascismo fue un derivado del socialismo. Fue Lenin quien al percatarse del fracaso de la economía comunista propuso y escribió la NEP (La Nueva Economía Política) donde escribió: “Los capitalistas están operando entre nosotros. Están operando como ladrones; Hacen ganancias; pero saben como hacer las cosas”. Igualmente Hayek en su “Camino de Servidumbre” describió claramente las fuentes socialistas del nazismo, que es fascismo a la alemana. Y Ernst Nolte en su análisis filosófico del fascismo llegó a la siguiente conclusión: “Fascismo es antimarxismo que pretende destruir al enemigo por la evolución de una opuesta pero relacionada ideología y mediante el uso de casi idénticos  pero modificados métodos, siempre , sin embargo dentro de un inflexible marco de autodeterminación nacional y autonomía”.
   En el medio de esta confusión ideológica se produjo el triunfo del supuesto líder de la extrema izquierda griega, el Sr. Tsipras en las recientes elecciones en Grecia. Tengo la impresión de que continúa el triunfo de Esparta sobre Atenas y Licurgo y Platón están prsentes en un país que enfrenta una deuda de 321.700 millones de Euros y alcanza al 175% del PBI, ¿cuál es la propuesta? ¿Acaso se puede creer que Grecia puede pagar esa deuda? Pero más confuso sigue siendo el hecho que pone de manifiesto la falacia de la izquierda de confundir el fascismo con la derecha. El Sr. Tsipras llegó al poder asociado con el partido de ultra derecha “Griegos Independientes” que coincide con la posición de negarse a aceptar la austeridad propuesta por Alemania. Y por supuesto para mayor confusión ideológica Marine Le Pen, la representante del partido nacionalista francés, apoyó el triunfo de Tsypras.
    En virtud de estas que considero realidades políticas e ideológicas el resto Francia, Italia y España y por supuesto Grecia se oponen a las medidas de austeridad propuestas por Alemania. Recientemente Mario Draghi presidente del BCE determinó una política de expansión monetaria comprando bonos. Ante esta disyuntiva no solo existe una diversidad de opinión sino aparentemente prevalece el nacionalismo tradicional europeo. En primer lugar la causa de ese desequilibrio se ha generado como consecuencia del aumento del gasto público que ha provocado que con una relativa excepción de Alemania una deuda, que si bien no alcanzan a la de Grecia aparece igualmente impagable. A las pruebas me remito. El gasto público en Francia alcanza al 57% del PBI, en Italia el 50,7% en Inglaterra 46,9%, en España 47,9% y en Alemania el 44,8%, (Datos del FMI del año 2,012 Según los datos de The Economist el déficit fiscal de Francia en el 2.014 alcanzó a un 4,4% del PBI en España al 5,6%, en Italia al 3,0% y por supuesto en Grecia al 4,0%.
     Ante esos datos podemos ver que difícilmente la deuda europea pueda ser pagada, y no debería caber dudas de que la política a seguir a fin de superar el desequilibrio pendiente pasa inexorablemente por la reducción del gasto público. Como bien señalara Milton Friedman y recuerden los economistas: “Lo que importa no es el déficit sino el gasto”. Esta realidad implica en primer lugar que en la medida que el gasto público aumenta se reduce la tasa de crecimiento económico. Por tanto no debiera de haber dudas respecto que la política a seguir para solucionar la crisis europea pasa inexorablemente por a reducción del gasto. Ese nivel de gasto es el producto del llamado Estado de Bienestar. Y ese estado de bienestar que no es más que el socialismo vía la demagogia democrática de la pretensión de la igualdad económica es el que ha producido el estado de malestar de la crisis europea. Al respecto podemos ver que hoy el desempleo en Grecia es el 25,8% en España el 23,9% en Italia el 13,4% y en Francia el 10,3%
    El tema pendiente entonces es definir cual es la política para lograr la reducción del gasto y aun hacer posible el pago de una deuda que no implique la quiebra del sistema bancario.  En un reciente artículo Paul Krugman  reconoció el hecho de que en Grecia el proceso de austeridad acordado con el FMI, el BCE y la Comisión Europea ignoró que tendría un efecto negativo sobre el ingreso y el empleo, y que el pueblo griego está pagando el precio de esa delusión de la elite. Pero una vez que aceptamos que la causa de la crisis ha sido el aumento inusitado del gasto público, la pregunta que Krugman no responde es cual es entonces la política a seguir.  
    Hoy ya nos encontramos ante el hecho sin precedentes de que el FMI le recomienda a la Unión Europea una mayo inflación paras lograr resolver la presente crisis. Hasta hace muy poco toda la política del FMI era lograr el equilibrio monetario, basado en la teoría cuantitativa del dinero y evitar la inflación. La idea que comparto aparentemente es reducir la deuda pública en términos reales y evitar la quiebra del sistema bancario. Para lograr ese objetivo que no hay otra solución que los países de La Unión Europea salgan del euro y devaluar sus propias monedas.
    En lo que se refiere a la necesidad de reducir el gasto, mi propuesta es que no se haga de inmediato en términos nominales. La política a seguir sería reducir los impuestos cuyo actual nivel implica la violación del derecho de propiedad y así lograr una mayor inversión y un mayor crecimiento. La reducción de los impuestos al tiempo que se mantiene el nivel del gasto en términos de moneda corriente, determinaría un mayor déficit fiscal y la inflación que recomienda el FMI. La consecuencia sería la  reducción del gasto y de la deuda en términos reales. A su vez la mayor tasa de crecimiento determinaría asimismo una reducción del gasto y de la deuda en relación al PBI.
   Logrado ese proceso en una primera instancia debe ser seguido por una política fiscal adecuada de reducción del estado en la economía, lo que provocaría una vez más un mayor crecimiento económico en la Unión Europea. Por todo lo dicho anteriormente es evidente que el problema de Europa no es Grecia sino de la Unión Europea, incluida Alemania por más que este país en la actualidad es el que presenta un menor desequilibrio, no obstante que mantiene un gasto público de un 44% del PBI. En función de esa posición relativa la Sra. Merkel propone la austeridad, a la que se opone toda la izquierda y la llamada derecha europea. 
    La solución al problema europeo pasa inexorablemente por la decisión de abandonar el socialismo que como bien dijera Thomas Sowell: “Los fracaso del socialismo son tan evidentes que solamente pueden ser ignorados por los intelectuales”. Y yo añadiría y por los políticos pues es evidente que la demagogia es la que lleva al poder. Así en la supuesta búsqueda de la igualdad se produce la desigualdad política y económica no como consecuencia del aumento de la rentabilidad del capital sino de la corrupción que impera en el Estado. Pero no obstante esa realidad hoy aparentemente el libro más popular es “El Capitalismo del Siglo XXI” escrito por el economista francés Thomas Picketty, donde propone que el aumento de la tasa de retorno del capital determina la reducción de la tasa de crecimiento económico, y consecuentemente una mayor desigualdad económica. Estas propuestas decididamente son populares, pues como dijo Aristóteles, cuidado que los pobres siempre van a ser más que los ricos. La realidad es que cuando cae la rentabilidad del capital se reduce la inversión y consecuentemente la tasa de crecimiento. Es hora de que Europa tome conciencia que su crisis es la crisis del socialismo.
Armando Ribas
aribas@fibertel.com.ar
@aribas3

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sábado, 29 de noviembre de 2014

RICHARD CASANOVA, LOS HOGARES DE LA PATRIA

RICHARD CASANOVA
Si alguien plantea que "los propósitos por los cuales debemos combatir se basan en la libertad e independencia de la patria…. nosotros somos socialistas, somos enemigos del sistema económico capitalista actual...." y promueve una guerra "contra el capital internacional", cualquiera podría suponer que se trata de algún líder de esto que llaman "Revolución Bolivariana".  

Pero lamento decepcionar a mis amables lectores, ya que son extractos de una arenga que ofreciera Adolfo Hitler en octubre de 1933.  Cualquier semejanza con el discurso patriotero y en general, con la retórica de la boliburguesía del PSUV, no es una simple casualidad.  Las perversiones en la política surgen a partir de ambiciones desmedidas de poder.  Dios los cría y ellos se juntan, diría mi abuela.

Recuerdo estas coincidencias a propósito de una alocución de Nicolás Maduro, quien en una de sus latosas peroratas anunciaba el Censo Hogares de la Patria‎ para "identificar las necesidades" de la población.  Además del empeño constante en tergiversar la historia, nada luce tan nazi, tan fascista, como utilizar a la "patria" como un adjetivo de cuanta necedad inventan.  Pero otra cosa hay que advertir, detrás de estos anuncios hay un inmenso segregacionismo ¿o es que en Venezuela algunos hogares son de la patria y otros no?  Dividir a la sociedad y explotar las necesidades de los sectores más vulnerables es otra práctica común.

¿Y en qué otra cosa se parece este régimen al nazismo o al fascismo en cualquiera de sus vertientes?  En su infinita capacidad para mentir, es su convicción de que repitiendo mil veces una mentira pueden convertirla en realidad, tal como pensaba Joseph Goebbels, infame Ministro de Propaganda en tiempos de Hitler.  

Sin dudas, este "censo" tiene la finalidad de embaucar a los más pobres, manipular sus esperanzas y generar falsas expectativas de solución a los ingentes problemas que confronta la nación, lo cual es un objetivo primordial en tiempos electorales como los que se avecinan. Sin embargo, la realidad es otra hoy. Esa infeliz declaración de Maduro evidencia la irresponsabilidad y el cinismo de quienes hoy ejercen el poder. 

En efecto, en medio de esta inmensa crisis social y económica, el gobierno nos propone un censo para "identificar los problemas", es decir que después de 15 años de políticas fracasadas, despilfarro y corrupción, la "revolución" aún está en la Fase de Diagnóstico.  

Luego de tres lustros en el poder, no han logrado siquiera identificar los problemas y para colmo, le dirán al país que no es su culpa sino del imperio, la oligarquía, la CIA, el capitalismo, y los 40 años, entre otras excusas que han repetido abusivamente, sin lograr el milagro de hacerlas realidad.  

Con este gobierno inmoral no solo escasean los alimentos y las medicinas, sino también la credibilidad.  Tal incompetencia, tantas mentiras y tanta corrupción, solo nos reafirma la urgencia de un cambio y el valor de la unidad, la necesidad de contar en el corto plazo con una sólida mayoría en la Asamblea Nacional que ejerza su función contralora, ponga un freno a la demagogia y pueda reorientar el gasto público.  ¡Manos a la obra!

Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@richcasanova

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miércoles, 23 de julio de 2014

SAÚL GODOY GÓMEZ, NUESTROS NAZIS,

La concepción de Estado que tiene el actual gobierno tiene mucho que ver con la idea de un Reich, de un  Führer, de un Volks, de un  Blut und Boden, con una doctrina muy a lo Volgemeinschaft  y con una visión de Vernichtung en cuanto a la oposición.

Es muy probable que Chávez no tuviera ni idea de lo que estas palabras significan pero si sabe lo que es ser un Líder único, contar con un solo partido, si conoce de patria, socialismo o muerte, de soberanía popular y guerra total en contra de los enemigos.
Quizás nunca hayan leído a Carl Schmitt, Martin Heidegger, Alfred Bäumler, Erick Wolf, Frederick Georg Jünger y tantos otros intelectuales que justificaron el nazismo, pero sus conceptos de soberanía absoluta, su idea sobre el parlamentarismo como un engañó a la voluntad popular, sobre la ley como instrumento del líder para gobernar, sobre la aclamación popular como expresión de soberanía, sobre la inutilidad de las elecciones, el uso de la fuerza máxima en contra de los enemigos y la cobardía de las naciones como rasgo de vasallaje son en cambio, ideas con las que no solo comulgaba sino que practicaba.
Chávez y su grupo de golpista son apenas una muestra de lo que el nacional socialismo es capaz de crear, una banda de violentos que creen en su superioridad de voluntad e ideales para crear una nación dominante y dominada, el que crean en algunas confusas ideas comunistas es accesorio, el sello nazi lo llevan en la frente.
Nuestras cárceles son lo más parecido a campos de concentración y donde van a parar los presos políticos, las posiciones anti sionistas de los chavistas y los ataques en contra de la iglesia católica es un claro indicativo de la intolerancia por venir, tenemos conflictos en formación con los países vecinos, estamos embarcados en una loca carrera armamentista, la sociedad está militarizada y bajo el régimen del terror, no hay libertad de expresión y los “camisas rojas” ya son un recordatorio constante de nuestro nazismo tropicalizado, que a falta de raíces arias, buenos son los antecedentes Caribes.
La política, para nazis y chavistas, se reduce a una relación de amigos y enemigos, los amigos concurren y aceptan el dominio y para ellos cargos, privilegios y poder mientras sean absolutamente  leales, lo que puede llegar a significar tener que dar la vida por el líder cuando este se los pida. Para los enemigos, la destrucción cuando no se puedan doblegar y controlar.
Este mundo en blanco y negro de los que están conmigo y los que están contra mí, es el resultado de una ideología que nada tiene que ver con el comunismo sino con el totalitarismo, esa visión que no acepta y comprende al “otro” sino como amenaza y riesgo, Schmitt elaboró largamente sobre el asunto concluyendo de manera brutal que ninguna identidad puede ser conformada sin la existencia del enemigo, interno y externo, de allí la condición del revolucionario y de allí el sentimiento nacional, existe porque hace diferente a las naciones, se creen superiores y se ven obligados a conquistar y si no, a destruir.
Para el fascista la ley es instrumento de acción, no es ideal, ni virtud, ni compromiso civilizatorio, es una herramienta tan efectiva como el machete o el fusil al momento de implantar la necesidad totalitaria de su  existencia, negadora de toda diferencia y opuesto.
Hitler se burlaba de los que pretendían ser representantes del pueblo por medio del voto popular, “La soberanía termina en las urnas” como bien lo expresaron los ideólogos nazis, veinte millones de personas expresando su voluntad particular no hacen la voluntad popular, ésta, solo se conseguía en la calle, en las aclamaciones multitudinarias, en los plebiscitos de los estadios llenos, en las marchas cívico-militares.
De allí que poco a poco pero, de manera implacable, se fueran cerrando los mecanismos de participación, en la Alemania de Hitler los comunistas fueron perseguidos, el partido Popular Nacional Alemán (DNVP) fue disuelto, lo mismo ocurrió con el Partido del Centro, con el KDP, todos sus militantes fueron absorbidos por el Partido Nazi.
El parlamento alemán empezó a perder poder cuando otorgó las primeras leyes habilitantes y se plegó a un mecanismo, muy parecido por cierto, al parlamentarismo social de calle, donde las leyes se discutían en las plazas públicas delante de los grupos de los “camisas pardas”, hasta que llegó el momento en que ni eso era necesario.
Los magistrados se vieron obligados a prestar juramento de obediencia al partido y el poder judicial se corrompió, cuando las acciones judiciales pasaron de manera sumaria a los organismos de seguridad del Estado.
Mientras esto ocurría el Ministerio para la Ilustración Popular y la Propaganda en manos del genio maléfico de Goebbles, anunciaba al mundo una Alemania progresista, pacífica, libre y democrática, amante de la paz y para excusar su carrera armamentista se valía del argumento del derecho de las naciones a defenderse.
Según el analista Sebastian Haffner, el nazismo no era una ideología sino una caracterología, la cosmovisión que presentaban apelaban a determinados instintos y personas, no muy brillantes pero ávidos de la aventura revolucionaria, dispuestos al sacrificio y a la violencia, necesitados de pertenecer a una causa que se les vendía como heroica y justa, pero que en realidad era para conformar gavillas que perseguían brutalmente a los “vencidos” y desarmados, en una lucha que parecía legal pero de fines inhumanos, una complicada recetas de ideas donde se mezclaban inflexibilidad, disciplina, ascetismo, codicia, corrupción, excesos colectivos y venganza.
El partido nazi, no era conformado por un grupo de ciudadanos preocupados por el bien común, sino una multitud de secuaces y cómplices tratando de agradar al líder máximo, con la intención de dominar al pueblo, dispuestos a ir a la guerra de conquista, traicionándose entre ellos y degradándose hasta convertirse en los causantes de la destrucción de la nación alemana.
Luego de la desaparición física de Chávez, el gobierno fue tomado por uno de sus subalternos convenientemente designado por el líder supremo como “su hijo”, y resultó ser un matón de siete suelas, cuyo baño de sangre fue en contra de los estudiantes que reclamaban sus derechos fundamentales en la calle pacíficamente, teniendo el control del aparato militar y a sus comandantes comprometidos con el partido nazi venezolano, el PSUV, su reinado tomó el cariz violento de quien se cree ungido por el padre fundador del Reich chavista.
De esta manera entra Nicolás Maduro a la historia del país manejando un gobierno diseñado y operando para el dominio de un pueblo, pero la historia tiene sus giros inesperados, los venezolanos no somos alemanes, el país no es precisamente una potencia productiva de nada, excepto de manganzones con apetitos por la buena vida y por el menor esfuerzo.
Venezuela, que vivía cómodamente de su industria petrolera, al entrar al Reich chavista le entregó la industria a uno de los hombres más incapaces del país quien no tuvo que esforzarse mucho por destruirla, descuidó el mantenimiento de la planta física, despidió a los mejores trabajadores y en su lugar puso a los camisas rojas del partido, descuidó a sus clientes tradicionales, sembró la corrupción en el manejo de los ingresos creando múltiples fondos y empresas mixtas donde los líderes del partido tenían su ”tajada” del negocio, descuidó el asunto de la seguridad industrial y al cabo de pocos años se producían tal cantidad de accidentes y paradas de plantas que, si el enemigo nos hubiera bombardeado continuamente, no hubiera sido tan efectiva la destrucción.
Sin ingresos para sostener las hambrientas hordas de chavistas inscritos en el PSUV, sin dinero para los centenares de Generales y Almirantes que ahora componían su enorme fuerza armada, sin ingresos para sostener la masa clientelar de chavistas en la calle, ni para pagar los sueldos de los obreros camisas rojas en las dependencias del gobierno, sin dinero para comprar comida, combustible, medicinas y amigos, Nicolás Maduro, el heredero del Reich chavista contempla nervioso las opciones que le quedan, aceptar La Salida que le proponen sus enemigos políticos y renunciar, por lo menos quedaría con vida y quizás podría disfrutar algo de lo expoliado, o encerrase en el bunker bajo tierra y beber la cicuta con la Primera Combatiente y su perro para no afrontar las consecuencias del desastre.
Lo que sentimos los venezolanos no es un deja vú, sino la certeza de que el fascismo socialista renace de sus cenizas en nuestro país. –

Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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martes, 17 de junio de 2014

RICHARD CASANOVA, DE LA HISTORIA Y EL CAMBIO

Grandes atrocidades en la historia de la humanidad se han ocultado tras el idealismo. 

Poner fin a la hegemonía zarista y los ideales de igualdad inspiró a la revolución bolchevique. Hitler enamoró a las multitudes con un discurso nacionalista y sueños de grandeza. Fidel Castro ofreció una salida a la dictadura de Batista‎ y emprendió una lucha heroica que entusiasmo a la juventud latinoamericana.  Y en Venezuela, vimos como Chávez prometió acabar con las cúpulas podridas y promover la justicia social. En cada caso, sabemos el resultado. El remedio fue peor que la enfermedad.

Como la historia sirve para intuir el destino, hay que advertir que  todas las revoluciones han derivado en represión y muerte. En 1918, apenas a un año del triunfo bolchevique, ‎Lenin exigía que los "elementos inseguros" fueran confinados a campos de concentración, iniciando así la oscura historia del GULAG, siglas -como SEBIN- de un organismo político cuya traducción era "Dirección General de los Campos". Un sistema inhumano de represión y esclavitud que Stalin llevó a su máxima expresión, a donde incluso fueron a parar figuras disidentes del "proceso".

Nadie estaba a salvo y esto quizás hoy nos suene familiar.  Aniquilar a la disidencia se convierte en un fin para todo régimen totalitario. Los Nazis, el Fascismo y el Comunismo, se vieron en la necesidad de ‎crear la figura del "enemigo del pueblo" como excusa ideológica, como justificación histórica de sus fracasos y como parte de su estrategia de dominación.

Para los nazis eran los judíos y para los fascistas, la pequeña burguesía. La "revolución bolivariana" ha sido más amplia: todos podemos ser "enemigos del pueblo".

No exageramos al comparar aquellos regímenes con la tragedia venezolana.

¿Existe diferencia entre las estulticias que Maduro ha copiado de la retórica cubana y los agravios en las arengas de Stalin o Hitler? ¡Son tan parecidas! Y todas expresan discriminación y exclusión, la obsesión de poder y la prepotencia propia del totalitarismo. 

Los trabajos sobre el Gulag de la prestigiosa periodista y escritora Anne Applebaum (Pulitzer 2004) revelan nuestra proximidad a aquella realidad. En el caso venezolano, el militarismo es un agregado y la supuesta condición de izquierda es una impostura para justificar su visión totalitaria.

Desde esa visión, Fidel Castro dijo que el "Socialismo del siglo XXI no es otra cosa que comunismo”. Más aún ¿existe diferencia entre el asesinato de  Franklin Brito y alguno de los millones de muertos ‎de esa tenebrosa historia nazi o fascista?

Leer el testimonio de las víctimas en Alemania o Rusia, es tan desgarrador como saber de Iván Simonovis: un punzante ejemplo de tortura que expresa hasta donde puede llegar la crueldad, indolencia y perversión del poder. 

¿Cuanta gente murió el 4F y el 27N? ¿Cuantos han muerto víctimas de la represión en estos 15 años de "revolución"? ¿Cuantos han caído en los últimos meses? Son tantos que el país ha perdido la cuenta. Y eso, sin mencionar las víctimas del hampa. No exageramos: este gobierno es una tragedia, Venezuela se desangra!  Ojalá la historia sea también la fuerza inspiradora del cambio.

Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@richcasanova

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viernes, 6 de junio de 2014

RUBÉN MONASTERIOS, FASCISMO DEL SIGLO XXI, QUÉ PASA EN VENEZUELA

Casi unánimemente los observadores de la realidad venezolana califican de fascista el régimen iniciado por Chávez y continuado por Maduro, su sucesor designado "a dedo" y aprobado por los Castro de Cuba. ¿Es una exageración de sus opositores?

        
El fascismo presenta una serie de características que se repiten en todos los regímenes de tal tipo, desde el original impuesto en Italia por Mussolini, hasta algunos de factura más reciente como de Pinochet en Chile; veamos cómo aparecen en la Venezuela sometida al  chavismo en la siguiente check list del fascismo.

         Pensamiento único.

         Chávez se opuso frontalmente al pluralismo ideológico; declaró que en Venezuela debían existir solamente un  pensamiento político y un  partido:  los suyos.

         Nacionalismo  exacerbado.

         Desde los tiempos del dictador Pérez Jiménez (mandato 1952-58) no ha habido un régimen más "patriotero" que el chavista; hasta los músicos de las orquestas sinfónicas tienen que usar una chaqueta con los colores de la bandera. A propósito de encender el sentimiento patriótico a su favor, en una crisis Chávez blufeó con una pretendida guerra con Colombia y movilizó tropas hacia la frontera; es el único gobierno que ha hecho semejante alarde en cosa de medio siglo.

         Subordinación de los poderes públicos al Ejecutivo.

         En  Venezuela todos los jueces y la mayoría de los legisladores literalmente hacen los mandados ordenados por el presidente. 
         Desprecio por los Derechos Humanos.

         La represión es severa, constante y con "gas del bueno" como dijo Chávez. Las policías y la Guardia Nacional allanan, apresan ciudadanos, torturan y arremeten contra manifestaciones pacíficas; como muestra: más de cuarenta muertos por las fuerzas represivas chavistas en las últimas protestas pacíficas. Por primera vez en décadas en Venezuela hay  presos políticos, sometidos a condiciones infrahumanas. Se practican expropiaciones arbitrarias.  El chavismo repudia a las Organizaciones No Gubernamentales de DDHH nacionales e impide a las internacionales actuar en el país. En Venezuela no hay libertad de prensa; los escasos medios opositores restantes son acosados sistemáticamente; editores y periodistas amenazados y agredidos impunemente. En Venezuela existe declarada discriminación ideológica: quien no se declara chavista no consigue ningún beneficio ni mucho menos trabajo en las empresas del Estado, que es el principal empleador del país.

         Manipulación del miedo como recurso de control.

         Se ha perdido la cuenta de las denuncias del  gobierno de intentos de magnicidio y otras conspiraciones, sin haber presentado pruebas en ningún caso. El chavismo se vale del terrorismo de estado con el fin de amedrentar a la población; dispone de fuerzas de choque  solapadas, los llamados "colectivos", grupos de hampones armados y provistos de motocicletas que dominan en los barrios populares y agreden  las manifestaciones pacíficas de los ciudadanos, contando con el respaldo de la Guardia Nacional y de las policías. Probablemente la blandura con el hampa desatada también sea un recurso terrorista del mismo propósito. La simpatía del gobierno con los delincuentes es evidente: es el único país del mundo donde una ministra de Justicia se hace retratar abrazada con los llamados "pranes", los capos delincuentes que controlan las prisiones.

         Propaganda falaz.

         El chavismo ha hecho suyo el lema del  nazi Joseph Gobbels:
"Una mentira repetida se vuelve verdad".

         Identificación de "chivos expiatorios".

         El fascismo jamás es responsable del desastre económico y social; los culpables son los "enemigos del pueblo"; en Venezuela estos son la "burguesía apátrida", el "imperialismo", la oposición en general financiada por el Departamento de Estado de USA, o el ex presidente colombiano Álvaro Uribe.
        
         Militarismo.

         Casi todos los altos burócratas son militares, muchos de ellos activos. La colectividad castrence cuenta con numerosos privilegios;  el número de generales y almirantes no corresponde con el tamaño de la fuerza armada.
        
         Culto a la personalidad.

         El retrato de Chávez, su firma, sus frases están en todas partes en dimensiones gigantescas; los beneficios otorgados al pueblo se hacen ver como un regalo suyo; la propaganda lo presenta al nivel del Libertador Simón Bolívar. Se estimula su veneración; su imagen figura en los altares santeros populares al lado de otros personajes de la llamada en Venezuela Corte Malandra.

         Desprecio por la intelectualidad y las artes.

         Los subsidios a grupos artísticos fueron suspendidos, excepto los concedidos a los declaradamente afectos al gobierno, cuyas obras son "supervisadas". La universidades  públicas están económicamente restringidas y acosadas, imposibilitando su desarrollo. No hay respaldo a la ciencia; los proyectos de investigación de ciencia pura son ridiculizados. La meritocracia ha sido suplantada por la obediencia. La estupidez, la ineficiencia y la vulgaridad son privilegiadas.

         Elecciones fraudulentas.

         A partir de la primera elección presidencial ganada lícitamente por Chávez en 1998, todas las demás, en todos los niveles de la administración  pública, están bajo sospecha de fraude.

         Amiguismo y corrupción.

         El chavismo es el más corrupto de los gobiernos habidos en toda la historia de Venezuela; es evidente el descarado enriquecimiento de chavistas y sus relacionados que hasta ayer eran pobres. El poder está en manos de  una camarilla de individuos que se respaldan recíprocamente en sus abusos, torpezas y saqueos. Las denuncias bien documentadas no son tomadas en cuenta.

Ruben Monasterios
rubenmonasterios@gmail.com

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martes, 1 de abril de 2014

PER KUROWSKI, QUITÉMOSLES EL WHISKY A LOS MÚSICOS

El problema no es tanto que "Los Maduro's Bolivarian Boys... and Girls" sea una banda mala, y vaya que sí lo es, sino el hecho que por ellos controlar el inventario del whisky, siempre conseguirán borrachitos quienes apoyen que sigan tocando... demasiado más allá del Alma Llanera.

En Washington un moderador preguntó sobre cómo "El Imperio" podría ayudar a la oposición. Mi respuesta, la de siempre, es más que el imperio ayudando a los venezolanos, se trata de los venezolanos ayudando a los ciudadanos del imperio, recordándoles, con lo que está pasando, sobre lo malévolo de concentrar demasiado poder en el gobierno. Que  piensen ellos en como estarían si su gobierno, Barack Obama o Abraham Lincoln, controlase el 98% de todas las exportaciones actuales de su país.

Hace unos años, cuando el imperio invadió a Irak, pudo haber ayudado muchísimo, si hubiese empujado más una idea que rodaba por ahí, la de hacerle llegar los ingresos petroleros directamente a los ciudadanos iraquíes. Eso sí hubiese servido como un ejemplo a seguir por los venezolanos, pero no se dio. En este momento, o nosotros los ciudadanos reclamamos nuestras resultas petroleras a la fuerza, o tales resultas seguirán financiando de por siempre la excesiva permanencia de los músicos... algo que los vuelve insoportables, hasta cuando son buenos como los de Billo.

Un ejemplo de lo que pasa cuando los músicos se pasan, lo dio esta semana la embajadora de Venezuela en la OEA, Carmen Luisa Velásquez de Visbal. Se votaba sobre si darle un carácter público o privado a las protestas en contra de la violencia del gobierno, que en nombre de más del 50% del país, presentaría María Corina Machado. Pues a la embajadora no se le ocurrió otra cosa que, sin mostrar el mínimo respeto por quienes votaron apoyándola, bromear con un "Con toda transparencia... privado". Como entenderán aquello, en términos diplomáticos, fue algo como los golpes de casco asestadas por una Guardia Nacional Bolivariana a una venezolana indefensa.

Por cierto, de los 21 borrachitos que en la OEA prefirieron seguir bebiendo whisky venezolano, recordemos que 10 de estos tienen poblaciones menores a la del Táchira.

Además, como que el whisky debe haber estado adulterado, pues de otra manera no se explica que una diplomacia tan afamada como la de Brasil... haya caído en lo del "circo".

En cuanto al pobre Insulza, con excusarse por todos los costados con que él, en la OEA, no decide nada de nada, confiesa quedarse sólo por el whisky.

PS: OEA tweets:

#SOSVzla Qué bolsas Chaderton y Maduro... ni soñándolo le podría haber salido mejor a María Corina Machado en la OEA. ¡Viva Venezuela!

#SOSVzla María Corina lo logró en OEA: El insulto Brasil, los 22 votos "privado" y el "con transparencia total", lo dijo todo por Venezuela

#Ecuador Ecuatoriano tú país se vendió ayer en la OEA a Venezuela ¿Cómo te sentiste? ¿Orgulloso, humillado? Lo pregunta un amigo venezolano

Ud. Imperial Diosdado Cabello, explíquele hoy lo de la diputada desbancada, por querer hablar en la OEA, a los 21 que ahí votaron "privado"

Uds. los del voto "privado" en la OEA. ¿Sostienen que no hay, o es que aprueban que haya, violaciones a los derechos humanos en Venezuela?

Uds. los del voto "privado" en la OEA, he aquí una interesante ventana al alma de ese resentido social que es Roy Chaderton http://bit.ly/1ptJS3z

@CNNEE El controlar el 98% de las exportaciones de un país, como Maduro en Venezuela, sería el sueño mojado de un fascista como Mussolini

Per Kurowski
perkurowski@gmail.com
@PerKurowski


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jueves, 13 de febrero de 2014

JESUS ELORZA GARRIDO, EL NUEVO TAITA


Muy alegre se encontraba Nicolás en su oficina del Palacio. Por fin, voy a presidir los actos aniversario de la Batalla de La Victoria. Siempre había querido hacerlo, porque mi héroe favorito es José Félix Ribas, le decía a los miembros del gabinete ejecutivo. Así, como Mi pajarito Supremo admiraba y de paso se creía que era Simon Bolívar, yo soy un fiel admirador del Héroe de las Juventudes.


En el Bicentenario de este épico acontecimiento, voy a decirle al país mis políticas para la formación integral de los jóvenes venezolanos. Desde el ministerio de Educación, bajo la batuta de Héctor Rodríguez, vamos a integrar los curriculos de las Misiones Robinson, Ribas y Sucre para atender la formación del Joven Nuevo.

El revolucionario sistema, estará fundamentado en el adiestramiento militar y el pensamiento único, con el objetivo único de inculcar la obediencia absoluta a la ideología revolucionaria. En el pensum de estudio, el entrenamiento físico y el militar serán más importantes que la educación académica y científica. Vamos a derrotar de una vez por todas a la educación basada en el concepto capitalista de Democracia y Libertad. Sin modestia alguna, debo decirles que no me cabe la menor duda, que con el paso del tiempo voy a ser reconocido como “El Vencedor de los Tiranos” al igual que mi pana José Félix.

Muchos pudieran pensar, que este modelo educativo es de corte fascista….y no tengo porque negar que mis fuentes de inspiración están basados en los movimientos nacional-socialistas de las Juventudes Hitlerianas, el franquista “Frente de Juventudes y la Opera Nazionale Balilla de Benito Mussolini.

A nuestros  estudiantes vamos a identificarlos con su uniforme de boina y franela roja, su fusil AK-47 y su himno  Patria Querida.

También, estoy pensando seriamente en sustituir la denominación quinta republica por “Reich”

Nicolás, fue interrumpido por uno de los miembros de su guardia pretoriana, que le dijo al oído, lo siguiente: Óyeme tú, los estudiantes universitarios están protestando por la inseguridad que se vive en el país y en particular en los centros de estudios.

-La transformación  fue inmediata. En segundos paso de la alegría a la mayor arrechera.  Gritándole a su Ministra de la Defensa, le ordenó que de inmediato se tomasen las previsiones para reprimir con toda la fuerza a esas candelitas como a él le gustaba llamar las manifestaciones….plomo y gas del bueno con todos ellos…captúrenlos y métanlos a la cárcel …no tengan compasión. Esos carajos, no representan a la juventud, por el contrario son viejos prematuros de la cuarta republica.

A mi no me van a joder, joven que no sea fiel seguidor de la revolución es un enemigo y por lo tanto hay que aplastarlo…..y las universidades que se dejen de vainas, ya les he limitado su autonomía con el cerco presupuestario, les mande a eliminar los Fondos de Jubilaciones y Pensiones y si siguen echando vainas las voy a cerrar definitivamente para darle paso a la Universidad Única Bolivariana.

No había terminado de hablar u ordenar, cuando fue notificado, que las manifestaciones habían sido brutalmente reprimidas con saldo de heridos y múltiples detenciones.

No joda, así es que se gobierna, expreso satisfecho Nicolás.

Taita Maduro

Uno de los milicianos, que había presenciado todo lo ocurrido en la oficina presidencial, cuando regreso a su cuartel, les dijo a sus compañeros, tengo la impresión que al camarada presidente, lo rasparon en Historia de Venezuela…

- ¿Como así?

Bueno, pretende ser José Félix Ribas, pero; con sus acciones represivas contra los estudiantes, solo puede ser llamado “El Nuevo Boves” Cuidado si al final, se repite la historia  de la Batalla de la Victoria y es derrotado.

@jesuselorza

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sábado, 4 de enero de 2014

ALBERTO RODRÍGUEZ BARRERA, VORACIDAD EN EL REINO DE LOS BILLETES

“...debemos considerar si hay sólo una forma de gobierno o muchas, y si son muchas, qué son, cuántas son, y cuáles son las diferencias entre ellas.” Aristóteles

En las ciencias políticas ya es una especie de ley tácita que cualquier gobierno se hunde en la ineficiencia cuando se centra en la satisfacción de electorados diferentes, cuyos valores y exigencias son distintos, ya que se pretende arropar a todos con clichés únicos.

Esta presión es la que ha llevado al castromadurismo a reiterar su ramillete de promesas, generalmente beneficiando a un grupo a expensas de otros. Mientras tales favoritismos ilógicos suceden, no hay capacidad para la prioridad que es mantener el orden, y se genera la inseguridad monumental que hoy nos rodea, donde los ciudadanos no duermen tranquilos y andan por las calles aterrorizados, en guardia ante la desesperación de ataques desaforados.

El castrocomunismo no abandona o descarta sus errores, los consolida y repite, los sigue manteniendo, los incrementa, los expande, los vuelve ilimitados, botando el dinero estúpidamente. 

Al asumirlo todo, todo se gangrena; y sigue creyendo que todo se compra con dinero. También hemos comprendido los venezolanos que el gasto descocado del gobierno ha empeorado las cosas. Y las ha empeorado en su incapacidad para proteger a los pobres y oprimidos, que es lo más triste. Como el fanatismo hace presa de la ignorancia, el castrmadurismo no atiende a las zonas de pobreza suministrando empleos, alcantarillados, agua potable, transporte, escuelas, para así mantener viva la esperanza de una vida decente. Lo que ahí hay en cuanto a estas materias es lo que se hizo antes, con algunos pequeños detalles nuevos que tampoco han incrementado este fin.

Con verborradia y slogans no se modifican las condiciones sociales de los pobres. En esto, el fracaso del castrocomunismo ha sido uniformemente desalentador; de hecho, ha superado todos los fracasos de gobiernos anteriores.

En peores condiciones ahora, lo que ya eran condiciones de existencia escasa se han transformado en habitaciones del crimen, dominadas por el miedo, vándalos, suciedad. Los pobres se han vuelto más pobres, más desaventajados para valerse por sí mismos, ya que hasta los pocos favorecidos “con carnet” y subsidios personales asumen una dependencia que los paraliza y los deja sin energías para la lucha. A pesar del chorro de dólares petroleros y la succión exacerbada por vía de los impuestos, no hay redistribución idónea del ingreso ni se fomenta la justicia y la igualdad económica.

El propósito original de los impuestos, que era favorecer a los pobres con los aportes de los ricos, está sirviendo en el fascismo castromadurista para el traspaso de los recursos ecomómicos hacia nuevos ricos; es una redistribución que no está determinada por la productividad. Porque otra verdad comprobada hoy es que más productividad genera menos desigualdad. El igualitarismo del castromadurismo trabaja por una nomenclatura ínfima que se reserva toda clase de privilegios, dándose a sí misma el nivel de vida e ingresos de los muy ricos. De ahí la inflación que expropia a la clase media y destruye la productividad. Los impuestos que pagamos los venezolanos generan todo tipo de efectos catastróficos, sociales y económicos.

El castromadurismo, en su afán de succionar ilimitadamente a los venezolanos para aumentar sus rentas, desvía el flujo de ingresos de los gastos productivos hacia el gasto público improductivo, perjudicando gravemente a la economía. El aumento de las rentas del fisco deprime y produce la llamada “estanflación”, porque el gasto público del castrocomunismo fascista es una amenaza, una piratería fiscalista que va abriendo las puertas para una rebelión tributaria, una provocación para que la gente no trabaje y haga trampas, en retribución a las trampas que hace el gobierno. La “economía roja” se hace una “economía gris”, monumentalmente peor que la del capitalismo.

La succión permanente y creciente, conjuntamente con la pésima distribución de los recursos, están minando la cohesión moral de la sociedad y produciendo un veneno político, el cinismo de la verdad única, la incitación a la dependencia absoluta del gobierno, esa “cubazuela” de la bancarrota donde los bienes de abajo sólo sirven para el lujo y los muy bien provistos privilegiados de arriba, que invierten la pirámide de la lengua para afuera, siendo tan sólo dignos del aplastamiento que los espera.

La amenaza de un gobierno que no admite límites en sus actividades desnaturalizadas es evidencia de su incapacidad para generar cualquier tipo de cambio social. La vorágine en los billetes es más que un síntoma, es una rapiña que justifica la incredulidad que generan sus promesas reencauchadas.

Ya los “estados gastadores” son una fea verruga de inconsciencia, ya que sus presupuestos y decisiones pasan por encima de los recursos disponibles para la idoneidad social y sólo obedecen a los deseos infinitos de apropiación lujuriosa, donde la voracidad sólo alcanza para pavonearse y regodearse –sólo ellos- en la titilante alfombra roja que tampoco fue de su hechura.

Alberto Rodriguez Barrera
albrobar@gmail.com

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