Casi unánimemente los observadores de
la realidad venezolana califican de fascista el régimen iniciado por Chávez y
continuado por Maduro, su sucesor designado "a dedo" y aprobado por
los Castro de Cuba. ¿Es una exageración de sus opositores?
Pensamiento único.
Chávez se opuso frontalmente al
pluralismo ideológico; declaró que en Venezuela debían existir solamente
un pensamiento político y un partido:
los suyos.
Nacionalismo exacerbado.
Desde los tiempos del dictador Pérez
Jiménez (mandato 1952-58) no ha habido un régimen más "patriotero"
que el chavista; hasta los músicos de las orquestas sinfónicas tienen que usar
una chaqueta con los colores de la bandera. A propósito de encender el
sentimiento patriótico a su favor, en una crisis Chávez blufeó con una
pretendida guerra con Colombia y movilizó tropas hacia la frontera; es el único
gobierno que ha hecho semejante alarde en cosa de medio siglo.
Subordinación de los poderes públicos
al Ejecutivo.
En
Venezuela todos los jueces y la mayoría de los legisladores literalmente
hacen los mandados ordenados por el presidente.
Desprecio por los Derechos Humanos.
La represión es severa, constante y
con "gas del bueno" como dijo Chávez. Las policías y la Guardia
Nacional allanan, apresan ciudadanos, torturan y arremeten contra
manifestaciones pacíficas; como muestra: más de cuarenta muertos por las fuerzas
represivas chavistas en las últimas protestas pacíficas. Por primera vez en
décadas en Venezuela hay presos
políticos, sometidos a condiciones infrahumanas. Se practican expropiaciones
arbitrarias. El chavismo repudia a las
Organizaciones No Gubernamentales de DDHH nacionales e impide a las
internacionales actuar en el país. En Venezuela no hay libertad de prensa; los
escasos medios opositores restantes son acosados sistemáticamente; editores y
periodistas amenazados y agredidos impunemente. En Venezuela existe declarada
discriminación ideológica: quien no se declara chavista no consigue ningún
beneficio ni mucho menos trabajo en las empresas del Estado, que es el
principal empleador del país.
Manipulación del miedo como recurso de
control.
Se ha perdido la cuenta de las denuncias del gobierno de intentos de magnicidio y otras
conspiraciones, sin haber presentado pruebas en ningún caso. El chavismo se
vale del terrorismo de estado con el fin de amedrentar a la población; dispone
de fuerzas de choque solapadas, los
llamados "colectivos", grupos de hampones armados y provistos de
motocicletas que dominan en los barrios populares y agreden las manifestaciones pacíficas de los
ciudadanos, contando con el respaldo de la Guardia Nacional y de las policías.
Probablemente la blandura con el hampa desatada también sea un recurso
terrorista del mismo propósito. La simpatía del gobierno con los delincuentes
es evidente: es el único país del mundo donde una ministra de Justicia se hace
retratar abrazada con los llamados "pranes", los capos delincuentes
que controlan las prisiones.
Propaganda falaz.
El chavismo ha hecho suyo el lema
del nazi Joseph Gobbels:
"Una mentira repetida se vuelve
verdad".
Identificación de "chivos
expiatorios".
El fascismo jamás es responsable del
desastre económico y social; los culpables son los "enemigos del
pueblo"; en Venezuela estos son la "burguesía apátrida", el
"imperialismo", la oposición en general financiada por el
Departamento de Estado de USA, o el ex presidente colombiano Álvaro Uribe.
Militarismo.
Casi todos los altos burócratas son
militares, muchos de ellos activos. La colectividad castrence cuenta con
numerosos privilegios; el número de
generales y almirantes no corresponde con el tamaño de la fuerza armada.
Culto a la personalidad.
El retrato de Chávez, su firma, sus
frases están en todas partes en dimensiones gigantescas; los beneficios
otorgados al pueblo se hacen ver como un regalo suyo; la propaganda lo presenta
al nivel del Libertador Simón Bolívar. Se estimula su veneración; su imagen
figura en los altares santeros populares al lado de otros personajes de la
llamada en Venezuela Corte Malandra.
Desprecio por la intelectualidad y las
artes.
Los subsidios a grupos artísticos
fueron suspendidos, excepto los concedidos a los declaradamente afectos al
gobierno, cuyas obras son "supervisadas". La universidades públicas están económicamente restringidas y
acosadas, imposibilitando su desarrollo. No hay respaldo a la ciencia; los
proyectos de investigación de ciencia pura son ridiculizados. La meritocracia
ha sido suplantada por la obediencia. La estupidez, la ineficiencia y la
vulgaridad son privilegiadas.
Elecciones fraudulentas.
A partir de la primera elección
presidencial ganada lícitamente por Chávez en 1998, todas las demás, en todos
los niveles de la administración
pública, están bajo sospecha de fraude.
Amiguismo y corrupción.
El chavismo es el más corrupto de los
gobiernos habidos en toda la historia de Venezuela; es evidente el descarado
enriquecimiento de chavistas y sus relacionados que hasta ayer eran pobres. El
poder está en manos de una camarilla de
individuos que se respaldan recíprocamente en sus abusos, torpezas y saqueos.
Las denuncias bien documentadas no son tomadas en cuenta.
Ruben
Monasterios
rubenmonasterios@gmail.com
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