BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

lunes, 16 de febrero de 2009

*AUN NO ME HAN DERROTADO, F GONZÁLEZ, TOMADO DE EL BLOG DEL HIJO DEL HALCÓN NEGRO, 15.02.2009

*AUN NO ME HAN DERROTADO, F GONZÁLEZ, TOMADO DE EL BLOG DEL HIJO DEL HALCÓN NEGRO, 15.02.2009

La noche de hoy he visto como tras poner en la balanza uno de los derechos naturales, este se pierde en las urnas, sin embargo, no me han derrotado, porque ese supuesto triunfo es una victoria pírrica, les recuerdo que el registro electoral aun no es transparente y no han podido demostrar nado sobre los dobles y triples cedulados, los guerrilleros que entran y salen de la frontera.

También sabemos que usan los recursos del estado para hacer proselitismo y humillas a nuestra gente pisoteando su dignidad y aprovechándote del clientelismo populista.

Vivimos en una dictadura, somos oprimidos, somos explotados, pero aun así les ha tomado años destruir nuestro sistema democrático y aun no logras ganar la voluntad de la masa del pueblo.

Los retamos allí en cada rincón, “no vamos a luchar hasta la muerte vamos a luchar hasta la victoria, no importa si esta mas allá o mas acá de la muerte”, están montados sobre su tope y solo les queda la caída libre, en cambio nosotros seguimos depurando el lastre.

Nos vemos allí en cada rincón, en cada calle, en cada casa, lucharemos sin cuartel y no podrán sino retroceder y aún cuando hablen en lenguaje de tanquistas, al final toda guerra se decide en una batalla final donde el enfrentamiento principal es a mano limpia.

F González
http://infragon.blogspot.com/2009/02/aun-no-me-han-derrotado.html

¿CUÀL ES LA DEMOCRACIA QUE NECESITA VENEZUELA?, ZENAIR BRITO CABALLERO, ENVIADO A NUESTRO CORREO, 15.02.2009

No existe un concepto único de democracia. Tampoco es un concepto inmutable.

Clásicamente se define como una forma de gobierno que históricamente toma diversas estructuras y estilos; pero sobre todo una forma de gobierno caracterizable sólo desde una teoría, que tiene base en una concepción del hombre en la vida social.

En esta teoría clásica de la democracia se basamentan las teorías sobre las diversas democracias como la participativa, la neoestructuralista, la liberal, la neoliberal; esta última llamada también neoconservadurismo.

El concepto básico de la democracia clásica que es un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo dio origen a varios tipos de democracia, algunos tan utópicos que sólo existen en la reflexión de los politólogos y filósofos políticos.

El modelo realista, que se afinca en lo que el hombre es en realidad, se ha ido manifestando en una teoría normalizadora y señala lo que el hombre debe ser y por tanto cómo debe ser la sociedad democrática.

En este grupo realista utópico o moralizador entra el tipo de democracia que proclama la oposición venezolana. Pensamos que la sociedad venezolana debe ser justa; es decir, que se debe distribuir equitativamente los bienes materiales y espirituales: la justicia debe ser pronta y equitativa; que la mujer, al igual que el hombre, debe gozar plenamente de los derechos que le corresponden, que la educación debe ser accesible para todos los venezolanos y venezolanas; que nuestra sociedad debe erradicar el lenguaje provocador, descalificador, la violencia y el crimen; que se debe detener el alza del precio de la subsistencia; en fin que mujeres y hombres, ricos y pobres, viejos y jóvenes debemos tener acceso a una vida terrena sana y feliz.

Pero al salir de mi habitación o cerrar las páginas de mi computadora y dirigir los ojos a la realidad, ésta se burla sarcásticamente de lo que escribo o nos da sus dentelladas cuando vemos a los mendigos y niños de la calle, gente enferma, infantes y adultos desnutridos, cuchitriles miserables, la galopante miseria y pobreza, el crimen… y entonces nos grita por dentro la rebeldía, y la protesta se agiganta otra vez. Porque nuestra realidad es cruel e inmisericorde. Queramos o no, somos una sociedad sin cultura y sobre todo un pueblo castrado por 10 años subyugamiento y dominación económica y cultural. Y aún hoy, como aletargado por el miedo o el encantamiento, el país sigue metiendo el lomo a los latigazos del amo, quien nos ordena qué debemos decir y hacer… hasta qué debemos comer.

Entonces la democracia realista ha devenido hoy en este país en una democracia sumista, vacía de líneas concretas. Nótese que la democracia predicada por los altos jerarcas de la Iglesia es muy realista, con normas, mandatos y hasta órdenes de cómo debemos actuar ante la injusticia y la violación de los derechos del hombre.

La democracia realista moralizadora utópica se vuelve impracticable por que no es capaz de despertar en las masas venezolanas el deseo de construir una sociedad verdaderamente democrática a causa de la clase económica en que se cimienta nuestra sociedad. El modelo moralista utópico ofrece una ideal democracia, atractiva y deseable; pero el pueblo encuentra graves dificultades para lograrlas. En consecuencia, el problema de pueblo venezolano es encontrar un modelo de democracia PRACTICABLE, moralmente deseable y legítima. Claro, que para ello habrá que trastrocar el orden económico y político imperante de estos últimos 10 años. No es cierto, como opinan algunos que ya están descartadas las vías pacíficas, porque éstas no se hacen únicamente con las armas o con la violencia.

Hay que buscar otros medios que reúnan siempre los tres requisitos de una verdadera democracia, realismo, corrección moral y legitimidad. Insisto, no debemos olvidar que los cambios democráticos se vienen practicando desde Gandhi en la India, Martín Luther King en los Estados Unidos.

Se habla hoy del concertación y diálogo, y que un buen gobierno debe ser el que resulte del entendimiento de contrarios. Por ello se dice que la democracia es un sistema de antinomias (conceptos opuestos) de cuya armonización en el proceso político depende la viabilidad de la democracia. Pero, en Venezuela la democracia se ha convertido o más bien la han convertido en simple mecanismo para decidir quién debe integrar el gobierno; es decir, quién debe aplicar la ley a las mayorías. Pero la democracia moralmente deseable y legítima no se reduce a un mero mecanismo sino que consiste en un modelo de organización social basado en el reconocimiento de la autonomía de los individuos y de todos los derechos que concurren al ejercicio de esa autonomía o autolegislaciòn y en el reconocimiento de la vida comunitaria del individuo como resultado de la participación igualitaria de todas las venezolanas y todos los venezolanos. El respeto a la autonomía individual y colectiva sólo se logra mediante una vida PARTICIPATIVA que desarrolle el sentido de lo que es justo para todos.

domingo, 15 de febrero de 2009

*VENEZUELA VOTA MAÑANA CON LA ECONOMÍA AL BORDE DEL COLAPSO, JOAQUÍM IBARZ, FOTO: EFE/HAROLD ESCALONA, 14/02/2009,



*VENEZUELA VOTA MAÑANA CON LA ECONOMÍA AL BORDE DEL COLAPSO, JOAQUÍM IBARZ, FOTO: EFE/HAROLD ESCALONA, 14/02/2009,


"PDVSA no paga". La noticia corrió como la pólvora entre las empresas que venden bienes o prestan servicios a Petróleos de Venezuela. Como no liquida las facturas desde hace más de cinco meses, la compañía estatal acumula una deuda con sus proveedores de más de 7.000 millones de euros.

La firma estadounidense Ensco paralizó un equipo de perforación en el golfo de Paría debido a retrasos en los pagos por 30 millones de euros. PDVSA se apoderó a la brava del taladro. Los contratistas están al borde de la quiebra porque el Estado venezolano, el único que puede facilitarles trabajo, les exige que rebajen un 40 % sus facturas, lo que les llevaría a trabajar con pérdida. Cae la producción de la industria petrolera porque las empresas se han visto forzadas a suspender trabajos de perforación.

PDVSA no paga porque el presidente Hugo Chávez ordenó que los menguados ingresos de la empresa estatal se destinen a financiar programas sociales.PDVSA no paga porque el presidente Hugo Chávez ordenó que los menguados ingresos de la empresa estatal se destinen a financiar programas sociales. Chávez ha necesitado todo el dinero en efectivo que ha sido posible reunir para repartir subsidios y prebendas que le generen apoyos de cara al referéndum de mañana.

El derrumbe de los precios del petróleo, unido al derroche populista del presidente Chávez, provoca que la economía venezolana esté al borde del colapso. Los analistas sólo difieren al señalar el mes en que el Estado se quedará con las arcas vacías, sin poder cumplir con sus compromisos.

Los especialistas advierten que en 2009 será imposible sostener el ritmo del gasto público, ya que 93 de cada 100 euros que entran al país provienen del petróleo."Las reservas internacionales podrían llegar a un nivel crítico en seis u ocho meses", declara a "La Vanguardia" José Guerra, ex jefe de economistas del Banco Central de Venezuela (BCV) y profesor de la Universidad Central.

Guerra asegura que el gobierno "habla de usar las reservas del BCV para financiar el déficit fiscal", lo que provocaría "una agudización peligrosa de la inflación". "Es como encender una máquina de producir dinero, que pone billete en la calle pero dispara la inflación", explicó.

"El país se encamina a una 'estanflación' (estancamiento con inflación). Entramos en una fase recesiva de modo rápido, el PIB puede caer entre 1,5 y 2,5 % en 2009, y con la inflación más alta de América Latina, de un 35 % anual", dijo Guerra.


Foto: EFE/Harold EscalonaElie Habalián, quien fue gobernador de Venezuela ante la OPEP, afirma que "Chávez carece de un Plan B para hacerle frente a una crisis que se encuentra en plena gestación, y que amenaza con tragarse todos los fondos y las reservas que el régimen dice tener". Hace unos días,Chávez ordenó al banco central que trasfiriera 12.000 millones de dólares a un fondo que maneja el ejecutivo con total opacidad. Con esta medida, el nivel de las divisas operativas ha descendido a menos de 20.000 millones de dólares.

Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, subraya que con el precio actual del petróleo el país obtendría este año unos 30.000 millones de dólares, un tercio de los del año pasado. "En 2008 las importaciones superaron los 47.000 millones de dólares, no tendremos dinero ni para las importaciones". Tampoco habría fondos para cumplir con el servicio de una deuda externa que, sumando los compromisos de PDVSA, supera los 72.000 millones de dólares.

El panorama no puede ser más sombrío: inflación superior al 30% con recesión, el petróleo en caída libre, una moneda sobrevalorada y serio déficit en la balanza de pagos.

El dinero escasea. La desolación que se ve en el vestíbulo del Hotel Meliá Caracas no tiene nada que ver con el ambiente bullicioso que se veía hace unos meses. Prácticamente han desaparecido los rusos, iraníes, libios, los vendedores de armas y los aventureros de toda ralea que llegaban en busca de jugosos contratos. El Gobierno ya no paga el 40 % de las habitaciones del Meliá, lo que provocó despidos de personal.

Otra evidencia de que las arcas están vacías es el desespero de contratistas y suministradores de bienes y servicios de ministerios y empresas del Estado, por el atraso de más de ocho meses en el pago.

Agobiado por el brusco descenso en el precio del crudo (apenas supera los 35 dólares por barril, 100 dólares menos que en julio de 2008), Chávez enfrenta dificultades fiscales para pagar miles de millones de dólares por la nacionalización de empresas extranjeras como Cemex y Sidor. Chávez anunció en agosto la nacionalización del Banco de Venezuela, en manos del español Grupo Santander; a pesar de que dijo que la negociación sería rápida no la pudo concretar por carecer de fondos para la operación.

La degradación no se limita a PDVSA o a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), también carcome a la empresa privada por la política laboral del GobiernoUna gestión gubernamental marcada por ataques a la empresa privada, expropiaciones, invasiones de fincas, confiscaciones de tierras y empresas, corrupción e ineficiencia, promovió eldesmantelamiento de gran parte del sector productivo.

La degradación no se limita a PDVSA o a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), también carcome a la empresa privada por la política laboral del Gobierno, caos en los puertos; exigencias y limitaciones de la Comisión de Divisas (Cadivi), controles exacerbados que se extienden a fijar precios por debajo de costos y determinan qué producir y a quién vender. A esto se suma la constante amenaza de expropiación y confiscación.

Robert Bottome, editor de "Ven.Economía" señala que "el resultado de este cerco antiempresarial es inflación, escasez de productos básicos con desabastecimiento estructural, desempleo y más pobreza". Al llegar Chávez al poder había 11.117 industrias; ahora sólo quedan 7.102.


Foto: EFE/Harold Escalona
Joaquím Ibarz
Enviado Especial
La Vanguardia

*COMO PARTE DEL PROYECTO DE DEFENSA DEL VOTO, PONEMOS A DISPOSICIÓN DE TODA LA CIUDADANÍA EL CENTRO DE DENUNCIAS Y APOYO ELECTORAL, SUMATE


Retrasmite este mensaje a toda tu red y graba estos números en tu celular, para tenerlos a mano, de ser necesario. No permitamos que nos vengan con trampas.

El 15F contaremos con:

Abogados para asistencia jurídica y legal a los electores, testigos y miembros de mesa en los centros de votación, en colaboración con el Colegio de Abogados del Estado Zulia.
Medios de comunicación
Asistencia y Apoyo a electores e Información logística y electoral
Programa confidencial para registro de denuncias, para posterior informe que se hará público a nivel nacional e internacional.

Este 15 de febrero NO, dejes que otros decidan por ti !

DENUNCIA LAS IRREGULARIDADES EN TU CENTRO DE VOTACIÓN

0261-6154361 / 7144245

0414-6335827 / 0424-6601394

0416-8690510 / 0416-0626231

0412-6531035

contraloriaciudadanazulia@gmail.com

(2)

Ciudadanía Activa ha habilitado dos números de teléfonos, atendidos por abogados, para denunciar irregularidades durante el proceso electoral (no solamente el domingo, sino desde hoy mismo). Éstos Son: (0212) 317.9409 y (0424) 191.9581.

Asimismo, Súmate tiene el 0501 NOPELAN (667.3526) y los estudiantes, el (0212) 583.7196 (también atendido por abogados).

Retrasmite este mensaje a toda tu red y graba estos números en tu celular, para tenerlos a mano, de ser necesario. No permitamos que nos vengan con trampas.

*AMENAZAS 2, POLITICA, POR NELSON MAICA C, EVIADO A NUESTRO CORREO, 14.02.2009

*AMENAZAS 2, POLITICA, POR NELSON MAICA C, EVIADO A NUESTRO CORREO, 14.02.2009

Continuamos. Europa ha dicho que se enfrenta, en los próximos años, a cinco amenazas claves: el terrorismo, la proliferación y las armas de destrucción masiva, los conflictos regionales, los estados en descomposición y el crimen organizado. De hecho, se reconoce que si se combinan los diferentes factores (por ejemplo, un grupo terrorista que tenga acceso a armas de destrucción masiva y que a través del crimen organizado tenga presencia en un país con un estado débil y en el que se privatice el uso de fuerza) el riesgo de dichas amenazas aumenta de una manera alarmante. Los franceses afirman que ya no tienen fronteras para las amenazas que los acechan.

Los Estados Unidos de Norteamérica apuntan a que la mayor amenaza que tienen enfrente es la de los gobiernos fracasados, que ya no son gobiernos y se han convertido en el paraíso de todo tipo de maldad e ineficiencia.

El problema es, entonces, que hacer con esos gobiernos que ya no son gobiernos, que hacer con esas poblaciones que no tienen gobiernos sino maleantes en el gobierno y que esos pueblos a diario tratan de escapar y buscan refugio en los países capitalistas, desarrollados, en los Estados Unidos y en la Unión Europea. ¿Por qué no buscan refugio en Cuba y en los países de corte socialista, comunista, colectivista? ¿A Venezuela solo llegan maleantes de toda calaña, ahora?

¿Qué deben hacer entonces los ciudadanos, las personas, las sociedades de estos países como Venezuela en donde ya sus gobiernos no funcionan como tales, no les sirven, no les garantizan lo realmente importante como la vida? ¿Esta en estos pueblos en tela de juicio el convivir como estado, sociedad, nación, país? ¿Tiene este pueblo derecho y/o razones para rebelarse? ¿Tienen esos pueblos necesariamente que desaparecer porque sus gobiernos no sirven y/o unirse, fundirse, con los que sirven? ¿Cuántos y cuales quedaran? ¿Cómo hacer la fusión? ¿Con quien hacer la fusión? ¿Cuándo? ¿Ahora mismo? ¿Quién los acepta? ¿Quiénes los llevaron a esto? ¿Los lideres primitivos y corruptos? ¿El pueblo primitivo e ignorante? ¿Los mitómanos, los dictadores, los populistas, los fundamentalistas, los socialistas, comunistas, colectivistas, los capitalistas, los “locos de atar”, los militares, los social demócratas, los socialcristianos, los indiferentes, etc? ¿Hay venezolanos pagados por el socialismo, comunismo, colectivismo internacional para destruir el país y luego entregárselos como ocurrió en la China con Mao y Chiang? ¿Quién responde por ello?

Analicemos un poco. Partimos del hecho de que hay un reacomodo mundial en todos los aspectos. Hay fuerzas mundiales en acción. Hay poderes mundiales, hay elites mundiales. ¿Cuál actitud tomar? ¿Resistir, oponerse, negociar, entregarse, otras? ¿Cómo ser parte de una nueva esperanza, de un nuevo futuro? ¿Cómo sobrevivir? ¿Aguantarse, hasta cuando? ¿Fundar un nuevo país? ¿Ser esclavos y/o colonos?

Pensando en alta voz y con un poquito de lógica apuntaríamos hacia lo siguiente: Hay que constituir un nuevo núcleo dirigente. Hay que acudir al conocimiento universal, a las universidades, a los maestros, a la experiencia acumulada. Hay que producir para comer, para vivir. Hay que identificar las debilidades de nuestra sociedad civilizada, del gobierno, de la política local y mundial. Hay que identificar con nombre y apellido nuestras fuentes de corruptela e ineficiencia: coimas y sobornos, usos y abusos sobre los bienes comunes, sobre las fuerzas armadas y sobre todos los tópicos y fines, sistema de finanzas publico y privado, partidos, grupos, empresarios, asociaciones, caridades, etc.

Hay que acceder al poder. Hay que depurar y corregir todo nuestro sistema de justicia y registro e imponer penas muy severas y ejemplarizantes. Hay que revisar el pacto social y político de esta sociedad venezolana a mayor plazo respetando los derechos fundamentales ciudadanos.

Si en una oportunidad, entre la segunda guerra mundial y la caída del muro de Berlin, se hablo de la existencia, en ese lapso, del equilibrio del terror, ahora en este tiempo parece que estamos ante un regreso a la barbarie por parte de muchos países que pareciera van hacia atrás y otros, muy pocos, siguen rumbo al éxito o, por lo menos, mejores cada día.

No ha sido suficiente la cantidad de “ayudas” que salen de los países exitosos a los países atrasados. El éxito que se logro con la reconstrucción de Europa después de la segunda guerra mundial no ha podido repetirse y, menos, en América Latina. ¿Estamos ante una seria y/o simple amenaza? ¿Para cuando la reacción?...

Nota. 01. El secuestro y expulsión sin juicio previo, sin la intervención de un tribunal, tal como acaba de pasar con un eurodiputado, es un acto arbitrario, contrario a derecho, es un acto dictatorial, nada democrático….es un claro ejemplo de lo que no se debe hacer ni permitir en democracia

02. El abuso de poder desplegado en campaña electoral es otro ejemplo de dictadura…

03. La parcialidad exhibida por el árbitro electoral a favor del abuso electoral del gobierno es otro ejemplo de dictadura ¿Se puede confiar en tal arbitro?

04. El silencio y actuación de los tribunales de justicia ante la desigualdad de condiciones y recursos para concurrir a la campaña electoral y al acto electoral es otra muestra de parcialidad con el gobierno y de sometimiento a la dictadura…quien tenga ojos que vea, quien tenga oídos que oiga….Alternabilidad es garantía republicana…Continuidad indefinida es usurpación y tiranía…

“La amenaza es el arma del amenazado”, Leonardo Da Vinci, 1452-1518, escultor e inventor italiano.
Caracas, Venezuela, 19/01/09

sábado, 14 de febrero de 2009

*IZQUIERDA Y DERECHA EN POLÍTICA, ANGEL RODRÍGUEZ KAUTH, 14.02.2009

Izquierda y derecha en política
Angel Rodríguez Kauth

Los conceptos de izquierda y derecha -nacidos con la Revolución Francesa- como analizadores de la posición política, luego de dos siglos han caído en una franca confusión de sus referentes. Tanto la izquierda tradicional, que pretende moderar su discurso para ser aceptable por los sectores medios y altos del electorado, como la derecha histórica que ha lavado sus textos en una suerte de populismo para lograr adeptos entre el proletariado. La contemporaneidad puede observar de qué manera se están traslapando los discursos y se hace muy difícil poder discernir quien está a la diestra de quien, a la par que la clásica siniestra se ha mimetizado con los discursos de la derecha.

1. LA CONFUSION DE LAS IDEAS EN LA MISERIA DE LAS IDEAS
En una rápida y breve historia de la participación política, es posible señalar qué, en el Antiguo Régimen, el número de personas que procuraban ocupar el poder político o, al menos orientarlo, estaba limitado a los círculos palaciegos. Desde de la Revolución Francesa no cesa de aumentar el número de personas que pretenden designar a los gobernantes y determinar lo que sea el bien común. El proceso de crecimiento culmina en el primer cuarto del siglo XX con el permanente acceso de las masas a la política. Se trató de una participación alterada por las manipulaciones de la opinión y por las técnicas representativas, muchas veces engañadoras; pero, estafadas o no, las sociedades se politizaron, es decir, se fragmentaron en posiciones colectivas ante la cosa pública. Incluso, los más alejados del ágora, en su intimidad, toman partido. En la actualidad se observa una paradoja, mientras la inmensa masa de la población considera a la participación política como una perversión, ocurre un hecho paradojalmente curioso. Ante posibles elecciones abiertas o, con el "sistema de lemas", presentan su candidatura hasta uno de cada 30 ciudadanos en condiciones de inscribirse (1).

Recordando una cita de C. Marx (1847), que dice: "... que mientras en la vida vulgar y corriente todo tendero sabe perfectamente distinguir entre lo que alguien dice ser y lo que realmente es, nuestra historiografía no ha logrado todavía penetrar en un conocimiento tan trivial como éste. Cree a cada época por su palabra, por lo que ella dice acerca de sí misma y lo que se figura ser". En la actualidad, no sólo la historiografía cae en ese dislate de ingenuidad intelectual, sino que también lo hacen los pueblos y los politólogos (2).

Para estimular adhesiones, los partidos afirman valores propios, a la vez que se los niegan a sus adversarios. Los respectivos portavoces y clientelas multiplican las consignas de los líderes, tanto estas sean críticas o apologéticas. En el último tercio del siglo XX fue difícil encontrar un ciudadano occidental que no contemple su política nacional como un enfrentamiento de valores y contravalores, o sea, en términos morales de buenos y malos, una relación de antagonismo y agonismo. Ese talante tan generalizado, y no carente de fundamento, afecta también a los politólogos, que tienden a explicar la dicotomía derecha e izquierda con tácitos o expresos juicios de valor, por ejemplo, el comunismo es terror, el capitalismo es explotación. Asimismo, tanto para los definidos como de "derechas", como para los del anodino "centro", las izquierdas son materialistas y ellos son idealistas. Lo mismo ocurre a la inversa. Y ambos tienen razón, la izquierda es materialista por definición, aunque no por ello sus planteos no estén rebalsados de utopías. De la misma manera, la derecha puede ser definida como idealista a partir de su asociación con poderes sobrenaturales, aunque a nadie en su sano juicio le costaría reconocer que el pragmatismo con que se rodea no es una forma de expresión materialista en el orden de la generación de bienes financieros y económicos. Es decir, derechas e izquierdas no tienen la exclusión de los atributos "idealista" y "materialista", en tanto y cuanto cualquiera de las dos expresiones políticas hacen uso -y abuso- de tales características y, además, todo depende de cómo sean definidas previamente, ya que cada uno de esos atributos pueden ser leídos de diferente manera por distintos filósofos políticos.
A fin de poder enfocar el tema desde una perspectiva no ya neutral (3), sino solo con pretensión empírica, hay que proceder a una "metanoia" intelectual, a una renuncia a los sentimientos habituales y a los prejuicios arraigados a fin de interpretar los datos y elaborar una tipología política estrictamente racional. Hay, en suma, que situarse en un nivel cero de emotividad y partidismo. Si no se logra el giro mental de considerarse metódicamente sin compromiso, será imposible abordar la delimitación de la derecha y de la izquierda políticas sin caer en alguna forma de loa o de diatriba.

¿Cómo caracterizaría hoy a la derecha y a la izquierda un puro logos desencarnado, científico?. Esa es la ardua meta intelectual.

El siglo XXI encuentra al mundo en un vacío de ideas, y no como consecuencia de las predicciones de Fukuyama (1990). Es que pareciera que las ideas se han convertido en miserables. Hechos y no palabras, pareciera ser la consigna del momento. No se sabe muy bien si lo que impera es la ideología de la miseria (Proudhon, 1846), o la miseria de las ideologías (Marx, 1847).

2. ORIGEN OCASIONAL

La derecha y la izquierda, generalmente referidas a la orientación de la mano, son términos anatómicos de gran precisión, puesto que el punto de referencia, que es el cuerpo, permanece en una posición determinada. Cuando afirmamos de alguien que es diestro o zurdo no hay duda alguna acerca del significado. Cuando la acepción es trasladada a otros ámbitos significativos, la derecha y la izquierda pierden su valor absoluto, se convierten en nociones relativas al observador. Así se produce la clásica tergiversación del viandante que pregunta por una dirección, y su interlocutor frontal califica como derecha lo que para el demandante es todo lo contrario, porque es un lugar situado a su izquierda. La geografía desecha una terminología tan confusa y la sustituye por la más precisa de los puntos cardinales.

La distinción entre izquierdas y derechas se aplicó, por primera vez a la política, en la Francia revolucionaria. La Asamblea Constituyente, inició sus trabajos en 1792. Los diputados se hallaban divididos en dos grupos enfrentados: el de la Gironda, que se situó a la derecha del Presidente, y el de la Montaña, que se situó a la izquierda. En el centro tomó asiento una masa indiferenciada a la que se designó como el Llano -o la Marisma-. Los girondinos deseaban restaurar la legalidad y el orden monárquico, mientras que La Montaña propugnaba un estado revolucionario, el cual, después de anular a los girondinos, desembocaría en lo que se conoció -lamentablemente, aunque con justicia- como el Terror. Así se produjo una identificación de la izquierda con la radicalización revolucionaria que, al grito de "Libertad, Igualdad y Fraternidad", desencadenaría una etapa de utopías y ferocidad que sólo lograría detener el golpe de Estado de Bonaparte. Los implacables Robespierre, Danton y Marat fueron los caudillos y los definidores del primer partido político francés que se situó a la izquierda.

3. SIGNIFICACION EQUIVOCA

Dos siglos transcurrieron desde la Convención hasta hoy y, sin embargo, ni la derecha ni la izquierda política logran dotarse de contenidos pragmáticos continuos y relativamente estables. Por ejemplo, los liberales eran la izquierda en tiempos de Organización Nacional, y son la derecha en tiempos del menemismo. En Europa, la derecha era nacionalista hasta la II Guerra Mundial; pero poco después creó la Unión Europea, máximo exponente contemporáneo de la superación del Estado nacional. Objetivo éste último auspiciado desde el siglo XIX por el internacionalismo socialista, aunque llegado el momento no participó de los fastos de creación de tal organización transnacional.

La historia política muestra que los programas de la derecha y de la izquierda evolucionan de manera rotunda y, a veces, errática. Quizás el caso más elocuente sea la actual adhesión a la economía de mercado por parte de los contemporáneos comunismos reciclados, antes prototipos del intervencionismo estatal absoluto hasta llegar a convertirse en un capitalismo de Estado en la ex Unión Soviética.

Una evolución más lenta, pero paralela, fue la de las socialdemocracias desde la escisión de la Internacional Socialista. Sin salir de los límites de un país como Gran Bretaña, la izquierda laborista del estatista Premier Attlee, apenas sería reconocible en el actual gobierno del privatista Blair: el socialismo de éste hubiera sido considerado derechista hace sólo medio siglo.

El peronismo, en Argentina, fue estatista -aunque derechista- de la mano de Perón, aunque en la actualidad alcanzó la cumbre -con la conducción del menemismo- de las privatizaciones.

Es evidente, entonces, si abundáramos en más ejemplos obvios, que los cambios copernicanos de programas políticos no conocen fronteras. La derecha y la izquierda políticas carecen de contenido estable a escala universal y también nacional; son tan relativas como en geometría.

Otro ejemplo. Durante la Cumbre de la Internacional Socialista (¿ ?) realizada en Buenos Aires -junio de 1999- se tuvo oportunidad de asistir, atónitamente, a la definición, por parte de variados líderes socialdemócratas, de la "tercera vía" propuesta tanto por el laborismo británico y los socialismos francés y alemán, como que "... apoyamos una economía de mercado, no una sociedad de mercado", es decir, una disociación -economía y sociedad, a la cual M. Weber (1944) no las veía como separadas- difícil de comprender más allá de la retórica fácil de los discursos huecos. Y más difícil aún, proviniendo de dirigentes de la socialdemocracia internacional, que si bien nunca se han mostrado como revolucionarios plenos, al menos han sido tibiamente progresistas.

Los dinamismos, a veces pendulares, de los programas partidistas impiden una caracterización general de la derecha y la izquierda; su descripción ha de ser coyuntural para un lugar y un tiempo. Tal historicismo inutiliza a los términos como permanentes categorías politológicas.

En suma, la distinción entre derechas e izquierdas políticas es más histórica que lógica y, consecuentemente, tiene un valor nominal, un contenido cambiante, una significación ocasional, y no es una terminología hermenéutica invariable para exponer la historia de la teoría y de la praxis políticas, ni siquiera en la edad contemporánea.

4. EL COMPLEJO DE INFERIORIDAD

En numerosas lenguas el vocablo que designa a la izquierda anatómica ha padecido connotaciones negativas. Hay culturas donde la mano izquierda está reservada para menesteres indignos. La condición de zurdo ha sido considerada como una anomalía y una presunción axiológicamente desfavorable. El término latino siniestro adquiere en la prosa contemporánea una significación moralmente negativa, que es la preferentemente heredada por algunas lenguas romances y entre ellas, por el español, donde prevalece la acepción de perverso, oculto, para lo siniestro (Falcón, 1997); quizás sea esa la razón de que se fuera imponiendo el eufemismo "izquierda".

A pesar de tan adversa tradición semántica, los posthegelianos reivindicaron su condición de izquierdistas. Y en Francia, los herederos de la Revolución procedieron a una progresiva dignificación del izquierdismo: "la gauche divine", tarea a la que se incorporaron diferentes socialismos, incluido el marxista. En la guerra de las palabras y de las ideologías, los autodenominados "progresistas" descalifican a los tachados de derechistas como reaccionarios, defensores de privilegios inicuos, y adversarios de la justicia social. Llegados a este extremo, cercano a lo satánico, algunos acusados empezaron a rechazar la condición de derechistas para adoptar otras denominaciones -aún no totalmente desprestigiadas- por la ofensiva retórica de sus adversarios: conservadores, populistas, democristianos, centristas, etc.

Así se ha llegado a la situación actual, que es la desaparición de la denominación "derecha" en la nomenclatura de los partidos políticos. Pero la cuestión no es sólo nominal: el complejo de inferioridad moral que los socialismos consiguieron inocular a sus oponentes llevó a estos a posiciones izquierdistas en lo que consideraron marginal al modelo de libre mercado, como en el plano de la cultura exquisita.

De tal forma se ha arribado a la paradójica situación actual: hay centro, izquierda y extrema izquierda; pero nadie se dice de derecha. Esto es una especie de hemiplejía política. Y, además, aparece la paranoica huida de los liberales hacia un supuesto centro para escapar de la proscripción verbal dictada desde la izquierda. Una primera aproximación a la definición de la derecha sería la posición política en la que nadie quiere ser situado. Claro que si esta fase dialéctica concluyera con la total desaparición de la derecha nominal, empezaría otra similar contra el centrismo como derecha vergonzante o encubierta. Es la humillación de cambios de nombre, hipocresías, enmascaramientos, concesiones y entregas a que se condenan quienes padecen esto que se puede definir como complejo de inferioridad política de identificación.

Es posible ilustrar esto en la Argentina actual -1999- dónde con un gobierno -menemismo- extremadamente liberal en lo económico y con un absoluto corrimiento del Estado de su obligaciones legales (Rodriguez Kauth, Del Estado...), no exista organización política alguna que se defina como de derecha. Ni aun la del propio ex Ministro D. Cavallo, quien fue el numen de las privatizaciones durante su gestión como funcionario del menemismo.

5. UNA LECTURA COMPARATIVA

A pesar del escepticismo de muchos politólogos tanto los periodistas como los políticos siguen utilizando la vieja distinción de izquierdas y derechas. Resulta difícil pensar que todos manejen un comodín equívoco, en todo caso, lo que utilizan es una reducción simplista; ya que se trata de términos relativos, y por lo tanto, históricos. Tanto las derechas como las izquierdas no han mantenido un contenido unívoco y estable. Ha sido superada la distinción entre las derechas e izquierdas de 1850, de 1900 o de 1950; pero, con significado distinto, subsisten en el año 2000.

Periódicamente aparecen ensayos para delimitar los campos e -incluso- para salvar los contenidos de algún tiempo pasado. Asimismo, Del Río (1999) considera que en las dos últimas décadas la distinción entre derechas e izquierdas políticas se ha visto complicada en lo que se refiere a políticas gubernamentales. La izquierda como campo político, social e ideológico está más viva en Francia que en España o Alemania.

A continuación, intentaré desarrollar una suerte de diferenciación de ambos espectros y cómo los mismos terminan por confundirse.

a) Desde una caracterización racional, la izquierda sería un paradigma racionalista; mientras que la derecha se ubicaría del margen pragmático. Esto se apoya en que, desde Marx, la producción teórica de la izquierda ha sido mucho más voluminosa y compartida por mayor número de intelectuales que la de la derecha, a la cual se la puede considerar pobre de contenidos ideacionales. Pero, una mayor masa de bibliografía y de académicos no implica necesariamente mayor densidad racional.
Las derechas, en sus diversas versiones, siempre han contado con doctrinarios básicamente racionalizadores. Un ejemplo de esto último ha sido A. Smith (1784).

Se suele argumentar en contra de la superioridad racional de la izquierda que, durante la época de dominación comunista en Moscú, la producción intelectual surgida de los espacios geográficos dominados por aquellos, fue simplemente una retahíla de obsecuencias. Sin embargo, esto carece de valor cuando se piensa en autores marxistas críticos que llevaron adelante una prolífica obra de esclarecimiento político y social no dogmático. Caso semejante ocurre con los panegiristas de la derecha durante sus "reinados" (p. ej.: K. Schmitt en Alemania y B. Croce en Italia).
b) También se ha sostenido lo contrario, o sea, que la izquierda se ha desarrollado sobre la emotividad, y la derecha sobre la racionalidad. Esta interpretación se apoya en el hecho de que las políticas igualitarias del socialismo arraigan en la envidia y hasta en el resentimiento, mientras que -sostiene la derecha- la meritocracia se fundamenta en algo tan razonable como la jerarquización de valores. Pero esta exégesis explica únicamente una etapa, no todas. El liberalismo, que fue la izquierda a mediados del siglo XIX, era una construcción teórica, que no se fundaba en demagogias emotivas; en cambio, aquélla derecha confesional de la época se sostenía en sentimientos religiosos.

c) Una variante de esta distinción formal, que ya deja de ser tal pues se presenta cargada de contenidos, es la que identifica a la derecha con fideísmo y confesionalismo, y a la izquierda con secularismo y laicismo. Según esta clave, Aristóteles, que no creía en ninguna religión, sería un doctrinario izquierdista. Pero es que, además, siempre ha existido una derecha agnóstica: en Francia la que arranca del positivismo comtiano y pasa por Maurras; en España la de tantos moderados como Mon, Giner, Costa u Ortega; en Argentina L. Lugones sería el paradigma de tal fenómeno. En cambio, existe una izquierda mitológica como la jacobina que implanta el culto a la diosa razón, entronizada solemnemente en la catedral de París, o como el marxismo que se convierte en nueva fe con su libro revelado, su profeta, sus fanáticos, sus autores prohibidos, sus iconos, sus misioneros, sus anatemas, sus autos de fe e incluso su cuerpo incorrupto. Las guerras de religión, que subsisten ya no en la India o Líbano, sino en los inmediatos Balcanes ¿serían sólo entre derechistas?. Es absurdo afirmarlo. La apelación política a lo divino se remonta a los orígenes de la Humanidad y, la experiencia, demuestra que hay derechistas e izquierdistas incrédulos y creyentes. Que una parte de la izquierda política contemporánea fuera laica no permite la generalización, ya que, por ejemplo, Latinoamérica observa absorta los coqueteos de la izquierda con la llamada teología de la liberación, como una estrategia oportunista de recuperar espacios perdidos entre las masas (Ferrater Mora, 1971, Rodriguez Kauth, 1993).

d) Otra variante de la distinción formal es identificar a la izquierda con la utopía y a la derecha con el realismo. Si por utopía se entiende lo absolutamente imposible, la connotación será negativa y descalificadora, puesto que la política es el arte de lo realizable. Pero si por utópico se entiende una orientación ideal al que efectivamente cabe aproximarse, los hechos no confirman que las derechas políticas hayan carecido de ideales, más bien al contrario, aunque los mismos no sean -para mí- valiosos. Por ejemplo, las derechas confesionales, se han propuesto metas morales cuyo término, por definición, es un bien sumo al que cabe acercarse sin rebasarlo jamás.

En todo objetivo ético hay un extremo que funciona como un límite, es decir, como un punto que está siempre más allá de todos los de la serie infinita a la que pertenece. Si bien es cierto, los idealismos no son monopolio de la izquierda ni de la derecha política, sin embargo, se puede afirmar que la izquierda levanta ideales altruistas y de solidaridad que no se encuentran en los idearios de la derecha, por la sencilla razón de que ésta es egoísta y eminentemente pragmática.

6. UNA LECTURA DESDE LA MORAL

La práctica usual de caracterización de la derecha y la izquierda consiste en adscribirles -como es obvio- valores diferentes. Resulta casi imposible alejarse de esta recurrencia judicativa a ser considerado mejor que el otro, ya que es consubstancial al quehacer político. Pero tal metodología axiológica no es neutral, debido a que los valores se ordenan jerárquicamente, e inclinarse a favor de unos suele implicar la afirmación de una superioridad o inferioridad con respecto a los de la orientación contraria. Además, cada valor enfrenta a su opuesto y, adjudicar uno positivo sugiere carencias en quien no lo posee. En fin, los valores afectados en este caso son fundamentalmente morales y les es consubstancial la gradación que va desde lo óptimo hasta lo pésimo pasando por lo mejor, lo bueno, lo mediocre, lo malo y lo peor. Suele ocurrir que caracterizar a las corrientes políticas según sus contenidos axiológicos es abandonar la neutralidad para incidir en la diatriba o la loa, ya tácitas, ya expresas.

a) Es un lugar común que el valor predominante de la izquierda sería la igualdad, mientras que en la derecha primaría la jerarquía. Esto es una traslapación de posturas que contraponen otro par de valores, el de la libertad y el del orden.

La igualdad de los individuos humanos no es un ideal, ni siquiera una utopía, es una falsedad puesto que no hay dos hombres idénticos ni biológica, ni intelectual, ni moral, ni técnicamente.

Sólo es factible la igualdad de oportunidades; pero este objetivo, que tiende a superar discriminaciones injustificadas y ocasionales, es un lugar común de los programas partidarios. La pretensión izquierdista de encarnar la demanda de igualdad de oportunidades es tan carente de fundamento objetivo como la de monopolizar el calificativo de "progresista", según la antigua retórica soviética. En una arenga o en un artículo partidista tales manipulaciones del lenguaje suelen ser consideradas como corruptelas tolerables; pero a nivel teórico no. La igualdad de oportunidades no la niega nadie. Otra cosa es la dificultad de imponerla a causa de la intrínseca historicidad del individuo humano y la imposibilidad de anular la temporalidad y espacialidad en que se encuentra todo lo materialmente concreto.

Por otro lado, la igualdad de oportunidades no se produce espontáneamente, ha de ser impuesta, y tal decisión requiere un poder, o sea, jerarquía. No sólo no hay contraposición efectiva entre libertad y jerarquía, sino que ésta es condición de aquélla. Y en el fondo aparece la inevitable autoapología. Unos valores son estimados como superiores a otros, y situarse en tal campo suele equivaler a elogio y crítica. El sometimiento a una jerarquía no es inicialmente grato, mientras que la afirmación de la igualdad entraña cierto narcisismo.

Y los datos históricos no corroboran esta interpretación. La primera izquierda propiamente dicha, la de la revolución francesa, no cesó de atribuirse la búsqueda de la igualdad; pero dio lugar a la dictadura de un grupo de los privilegiados jacobinos. Y el presunto salvador de la revolución que se devoraba a si misma, Napoleón, creó la suntuosa aristocracia familiar y militar del Imperio en la Francia metropolitana y en las naciones vencidas: reyes, príncipes, grandes duques, y títulos innumerables. Un abismo de desigualdad separaba al pueblo de las nuevas aristocracias revolucionarias. Similar fue el curso de la revolución soviética: al grito de igualdad se constituyeron, en Rusia y en los países satélites, la "nueva clase" y la "nomenklatura", tan alejadas de las bases como la nobleza zarista. Y al liquidarse la Unión Soviética, esa clase privilegiada ha sobrevivido, aún más enriquecida, gracias al corrupto proceso de privatización de empresas públicas. La potencia que Lenin condenó por explotadora de los trabajadores, los Estados Unidos, ¿no ha engendrado más desigualdad real que la que existía?. Una cosa es lo que se predica y otra lo que efectivamente se hace. Clasificar a los movimientos políticos por sus declaraciones programáticas o sus consignas propagandísticas es un ingenuo criterio nominal, no sociológico ni político.

b) Transportar la oposición derecha-izquierda a los valores de libertad-igualdad tampoco resulta esclarecedor porque ni los datos históricos, ni el análisis teórico confirman tal contraste. La derecha contrarrevolucionaria del siglo XIX era más bien absolutista, mientras que la izquierda era libertaria y enarbolaba, sobre todo, el primer término de la famosa trilogía de 1789.

Tampoco el análisis conceptual confirma el supuesto contraste, porque libertad e igualdad no se oponen: existen liberales igualitarios y no igualitarios, del mismo modo que hay demócratas igualitarios y autoritarios (ejemplo de estos últimos fue el socialismo real). La igualdad es un valor relativo que supone una previa estratificación, mientras que la libertad es un valor absoluto referible a cualquier nivel social; no se oponen, ni excluyen, sino que son compatibles y complementarios.

c) Cruzando el plano ético con el histórico, se ha dicho que la derecha y la izquierda representarían dos actitudes ante la justicia. Aquélla pretendería conservar lo justo ya obtenido, mientras que ésta siempre trataría de avanzar hacia cotas más altas de justicia. Esta interpretación no está respaldada por la experiencia. La izquierda de la revolución francesa empezó aniquilando el orden establecido, lo que desembocó no solamente en anarquía sino -lo que es peor- en injusticias. No fue diferente la revolución soviética. Posiblemente, la meta era más justicia; pero la realidad fue la contraria.

d) Exagerando el panegírico, se ha afirmado que la derecha es el egoísmo interesado y la izquierda el altruismo filantrópico. Pero tal interpretación no es una caracterización, sino una dogmática descalificación de la derecha, ya que el altruismo es socialmente el bien, mientras que el egoísmo es el mal. Un examen sereno de la historia contemporánea de Europa y Latinoamérica no justifica tal demonización partidista. El más elemental balance de nuestro pasado ¿dónde situaría a un supuesto o real Imperio del mal?. ¿En el más o menos derechista Occidente o en el Este, suprema encarnación del izquierdismo?. Creo que sin apasionamientos se lo puede ubicar en ambos lados geográficos, es decir, el mal no es patrimonio de unos, como tampoco lo es el bien.

e) Son falsos los dilemas entre orden y justicia, entre jerarquía y libertad, entre libertad e igualdad, entre conformismo e inconformismo, entre egoísmo y altruismo, como lo son todos los análogos entre tradición y ciencia, entre conservación y progreso, entre individualismo y solidarismo, entre nacionalismo y cosmopolitismo. Esas dicotomías de grandes polisemias no son mutuamente excluyentes, ni coinciden con las derechas y las izquierdas históricas. Más, se apoyan en peticiones de principios morales donde un término es el bueno y el otro el malo. Dos siglos de tal dialéctica han creado conflictos sociales; pero escasa luz lógica. Quizás los demagogos y sus escribas continúen con tales manipulaciones; pero el estudioso debe repudiarías por ideológicas en el peor sentido del vocablo, es decir, por no científicas. Es preciso abandonar la pretensión moralista, atrayente para el activista de barricada y buscar una conceptualización, una distinción objetiva y empírica a la vez, compatible con el dinamismo de una época ya que no histórico universal.

7. IZQUIERDAS Y DERECHAS ANTE EL ESTADO
La definición actual y concreta del Estado viene dada por un ordenamiento jurídico. Sus actores son tanto los funcionarios como la inmensa masa de ciudadanos.

Desde sus inciertos antecedentes, el Estado no ha cesado de complicarse y crecer. En el siglo XX, algunos Estados europeos han llegado a administrar más de la mitad del producto bruto interno. El Estado, identificado por Hobbes (1651) como Leviatán y luego divinizado por Hegel, es una realidad colosal.

El Estado es una figura inseparable del Derecho, y éste requiere coacción. El imperativo y la consiguiente constricción de las libertades individuales es el aspecto negativo del aparato estatal: el orden que impone va acompañado de violencia. Legítima o ilegítima, el Estado entraña necesariamente fuerza. Pero tal coerción resulta -para la mayoría- menos rechazable que el caos y la anarquía, que es la que impone físicamente el más fuerte. La convivencia sin Estado es un ideal lejano, a la par que un imposible para la actual forma social de vida que se han dado los humanos. Es irracional pretender la supresión de las formas políticas de coacción, especialmente de la más evolucionada, que es el Estado. La presencia del Estado es un mal menor que su ausencia, y la razón aconseja aceptarlo con sus reglamentaciones, sus cárceles y sus impuestos, aunque esto no signifique que se intensifique la lucha por reducir su presencia de abusos autoritarios. Los estatistas tienden a presentar como anarquistas a quienes no apoyan la constante hipertrofia del Estado y el progresivo estrechamiento de las áreas de autodeterminación individual. Es un recurso reduccionista y tan rancio como la invención del maniqueísmo.

No es sólo la acuciante alternativa entre vivir en relativa paz o la constante amenaza de rapiña y aún de muerte; es que la prótesis cultural que nos capacita y perfecciona es, en gran parte, fomentada y conservada por el Estado. Ser más o menos humano depende en gran medida del Estado. Hay una correlación entre la calidad estatal y la ciudadanía. La cuestión estriba en el tamaño del Estado.

En la actualidad, las tensiones de las sociedades avanzadas no se producen entre monárquicos y republicanos, confesionales y laicos, presidencialistas y parlamentaristas, sufragistas calificados o universales. Sea cual fuere la real sustancia imperativa de los derechos humanos, nadie discute su formal proclamación y la necesidad de su protección. Tampoco se niega la igualdad de oportunidades o la protección al desvalido. Lo que ahora divide y caracteriza a las izquierdas y a las derechas no son dos valores aparentemente contrapuestos como la libertad y la autoridad, ni siquiera intereses de clase enfrentados como los de la burguesía y el proletariado. La confrontación se produce a lo largo de una dimensión única: la estatalidad y es, por tanto, cuantitativa y, en sí, axiológicamente neutra: más o menos Estado. ¿Qué funciones y en qué medida se pueden privatizar?. Es el debate político por excelencia en las sociedades desarrolladas.

¿Ahorro público o privado?, ¿qué tipo y proporción de empresas estatales?, ¿qué áreas de orden público pueden ser asumidas por entidades particulares?, ¿qué pleitos se substanciarán en tribunales o en despachos de arbitraje?, ¿seguridad social de capitalización personal o de reparto colectivo?, ¿enseñanza estatal o privada?. En suma ¿qué proporción de la renta nacional será administrada por funcionarios públicos?. La izquierda, hasta inicios de la última década del siglo, ha propugnado más Estado, la derecha -en cambio- menos Estado. Esta es la actual polémica objetiva, mensurable y comparable del dualismo terminológico en la política contemporánea.

La preferencia por el tamaño del Estado responde a una teoría que, en primer lugar, puede tener fundamentación empírica. ¿Quién controla más eficazmente al gestor?, ¿el empleado, el propietario, o el burócrata de la administración pública?. Al respecto, la experiencia es ambigua y otorga razones a unos y otros demandantes.

Pero la preferencia por más o menos Estado tiene también una fundamentación pragmática con cierta connotación moral, recibida del socialismo en sus diferentes versiones, sobre todo, del marxismo. Se trata, inicialmente, de la cuestión de la plusvalía, ya que la propiedad pública haría que se revirtiese sobre toda la sociedad y no sólo sobre el propietario de los bienes de producción.

Es también la cuestión de la libertad: cuanto mayor la dimensión del Estado existen menos márgenes individuales de autodeterminación. La creciente fiscalidad es una forma muy severa de opresión porque priva al ciudadano de fracciones de su tiempo, a veces, de más de la mitad; es una variante del trabajo forzado, una esclavitud parcial que suele aplicarse progresivamente, en proporción a la capacidad y laboriosidad de las personas. Cuanto más fracasado e improductivo sea el ciudadano, menos le será confiscado por el Estado que -incluso- le obsequiará con fracciones de lo decomisado a los otros. De ahí que los ciudadanos sean más estatistas cuanto más minusválidos. Es cierto que en la coyuntura actual la derecha postula más libertad concreta; pero ¿acaso sólo para ciertas personas privilegiadas por el previo reparto de la propiedad?. Es el debate sobre las libertades formales y las reales suscitado por el socialismo de cátedra. Para equiparar las dosis individuales de libertad hace falta la violencia redistributiva del Estado, afirman los intervencionistas. Tal acción estatal, sostienen los liberales económicos, reduce el monto total de libertad en la sociedad. La experiencia contemporánea ha dado la razón a estos; pero subsiste la radical correlación: no hay libertad sin algunos recortes a la misma. Se trata de una gradación prudente.

En este debate, durante la primera mitad del siglo XX, la corriente hegemónica fue la izquierdista, ya que no cesó de aumentar el peso económico del Estado y su participación en la administración de la renta nacional, y esto no sólo en los países integrados a su órbita. Pero en la segunda mitad de la centuria se invirtió la tendencia, sobre todo a partir de 1989, año de la "volteada" (Rodriguez Kauth, 1994) del Muro de Berlín y del desastre del socialismo real. Si la derecha actual se caracteriza por postular menos Estado, es obvio que está triunfando a escala universal y que el punto medio de la tensión política se desplaza hacia las privatizaciones, o sea, hacia la derecha.

No debe olvidarse durante el debate acerca del Estado -que a veces llega a la pretensión de su desaparición- la clásica definición que sobre el mismo ofreció M. Weber (1944) cuando dijo que es aquella comunidad humana que dentro de un territorio aspira con éxito al monopolio legítimo de la violencia. Lo cual supone el condicionamiento de las acciones de quienes habitan su espacio con reglas fijadas por él. En definitiva, el Estado es la articulación de un conjunto de normas y la posibilidad de usar la fuerza para obligar a su cumplimiento.
Esta derechización, empíricamente verificable, no significa ni la anárquica negación del Estado que estamos sufriendo en Argentina, ni el rechazo de toda intervención soberana en la vida económica; sólo revela una tendencia con infinidad de posiciones intermedias, y sin duda, reversible. Una distinción tan dinámica, inestable y versátil como ha sido la de la derecha y la de la izquierda políticas hace pretencioso suponer que se ha llegado a un planteamiento definitivo.
La tensión entre mercantilismo y librecambismo es antigua; pero, en los finales de la segunda mitad del siglo XX, el fracaso del socialismo real decidió la alternativa a favor de la iniciativa privada y del libre mercado por parte de grandes masas de electores que han volcado su decisión en esa dirección. Esta es la razón de que los izquierdismos supervivientes, como la llamada socialdemocracia, no cesen de aproximarse a los programas derechistas que se concretan en liberalismo ("neo" o "paleo"), desrregulación y privatización, o sea, amortización de los efectos del moderno izquierdismo intervencionista, inspirado principalmente en Marx y en Keynes.

El izquierdismo estatista se ha quedado sin pensadores y va a remolque de los liberales económicos que han contado con figuras como las de Hayek o Friedman. Los teóricos del izquierdismo han pasado a la erudición o al olvido y, los que se reciclan de neoliberales ocasionales, han dejado de ser intelectual y moralmente respetables en la medida en que pretendan aleccionar desde el oportunismo coyuntural.

La regla de más o menos Estado es independiente de las razones teóricas o prácticas que conduzcan a fijar posiciones concretas. Dado que toda actitud política es moral y entraña una jerarquización de valores, la regla propuesta, en sí misma, es éticamente neutra, puesto que permite situar sin exaltar ni condenar. Existe un segmento, uno de cuyos extremos está ocupado por el totalitarismo (todo en el Estado, nada fuera de él). El otro extremo sería el de supresión del Estado. El carácter continuo de esta línea permite infinitas posibilidades, recíprocamente relativas. Es un criterio geométrico, amplísimo y sin implicaciones axiológicas intrínsecas. La localización clarificadora no supone juicio alguno de valor, salvo el universal e insoslayable de todo conocimiento científico que es la veracidad. El que propugna menos Estado se coloca a la derecha del otro.

¿Qué paralelismo existe entre más o menos Estado y más o menos mercado?. No es la misma contraposición con nombres distintos porque el libre mercado ha de ser garantizado por el Estado frente a los monopolios y otras corruptelas. El mercado libérrimo no coincide con la supresión del Estado, sino con su minimización. Es cierto que más Estado implica más intervención en la sociedad y en la economía, mientras que menos Estado supone menos intervención. En general, a medida que se avanza hacia la izquierda del segmento, se incrementan el volumen y la intensidad de la intervención.

En el presente panorama politológico no se divisa una regla más aséptica, general y circunstancialmente útil para clasificar a las corrientes políticas que la de más o menos Estado.

8. CONCLUSIONES

Las nociones de izquierda y derecha son relativas y -aplicadas en política- sus contenidos han cambiado, incluso polarmente. Los centros son aún más inciertos y movedizos. Los tres sólo pueden ser caracterizados en un tiempo y un espacio.

A las actuales corrientes políticas, sean cuales fueren sus nombres oficiales, sus seudónimos, o denominaciones subliminales, se las sitúa en la línea sustantiva averiguando si propugnan más o menos Estado que sus rivales en lucha por orientar o conquistar el poder. La que aspire a "menos" (privatizaciones y desrregulaciones) se localiza a la derecha de las otras. Esa es la clave del acertijo que hoy se enmascara bajo las retóricas publicitarias.

Lo demás resulta políticamente secundario y, de allí, la general anemia intelectual y ética de la clase gobernante.
BIBLIOGRAFIA

Del RIO, E.: (1999) La Izquierda. Trayectoria en la Europa Occidental. Ed. Talasa, Madrid.
FALCON, M. I.: "El Psicoanálisis y lo siniestro". Revista Intercontinental de Psicoanálisis Contemporáneo, (México), Vol. 2, N° 1, 1997.
FERRATER MORA, J.: Diccionario de Filosofía. Editorial Sudamericana, Bs. Aires, 1971.
FUKUYAMA, F.: "¿El fin de la historia?". Revista Babel, Buenos Aires, N° 14, 1990.
HOBBES, Th.: (1651) Leviatán. Ed. Nacional, Madrid, 1979.
MARX, C.: (1847) Miseria de la Filosofía. Ed. El Quijote, Bs. Aires, 1946.
MARX, C.: (1847) La Ideología alemana. Editorial Pueblos Unidos, Montevideo, 1958.
RODRIGUEZ KAUTH, A.: Psicología de la Hipocresía. Ed. Almagesto, Bs. Aires, 1993.
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SCHMITT, C.: (1932) El Concepto de lo Político. Ed. Folios, Bs. Aires, 1985.

viernes, 13 de febrero de 2009

*EL ATAQUE A LA UPEL DE MARACAY (CONTADO DESDE ADENTRO), ROLANDO NÚÑEZ, VIERNES, 06 DE FEBRERO DE 2009

Saben que en lo que escribo trato de utilizar un estilo moderado. Pero en esta ocasión espero que sientan la crispación de mi relato, porque viene de adentro, del ultraje vivido, y eso no se puede contar con cabeza fría.

Alrededor de las 4 de la tarde del día de hoy (05-02-09), los profesores que trabajábamos en las jornadas de transformación curricular vimos correr a todos los que se encontraban frente a las ventanas, en carreras desordenadas como de aquel que no sabe si buscar refugio o escapatoria.

De inmediato abandonamos nuestra tarea, y al salir del salón donde nos encontrábamos, entre los gritos de alarma, pudimos escuchar las explosiones sordas de los niples y las más secas de las bombas trifásicas de “gas del bueno”. Algunos decidieron escapar de inmediato por la puerta trasera del instituto, otros corrimos hacia la entrada, y allí pudimos sentir de cerca el caos.

Los portones de la entrada delantera de la Upel estaban cerrados. Del lado de adentro un grupo de estudiantes lanzaba piedras hacia fuera, donde se encontraban, lado a lado, juntos en una sola formación, unos 30 policías motorizados y unos 50 individuos ataviados con franelas rojas con el lema “Dile Sí a la enmienda”. Este batallón (tal como le gusta llamarlos nuestro presidente) lanzaba tanto piedras como bombas lacrimógenas hacia dentro del recinto universitario. Aclaro: los policías, al lado de los Franelas Rojas y junto con ellos, tomaban piedras del suelo y las arrojaban hacia adentro, y después salpicaban la acción con gas del bueno, para crear ambiente.

Súbitamente, al batallón atacante se cansó el jueguito inocente de toma y dame, y decidieron dar un paso al frente. Los policías embistieron los portones con sus motos, y una vez que los goznes cedieron, los Franelas Rojas se encargaron de terminar de derribarlos, encaramándose sobre ellos entrando con piedras en las manos, furia desencajada en el rostro y apoyo policial en la retaguardia. La escena me recordó, no sé por que, al Planeta de Los Simios. Quizá por la agresividad animal, y que me perdonen los gorilas, que suficientes ceniceros han puesto a la causa de los derechos de los animales.

Todos los que estábamos enfrente de la escena tuvimos de nuevo la confusa disyuntiva: ¿Buscar una salida o refugiarnos? Desafortunadamente, unas 50 personas decidieron entrar al edificio de la Dirección del instituto. Fui de los últimos en entrar, y detrás de mí, a tan sólo 10 metros, pude ver el unísono salvaje de la horda.

Cuando cerramos las rejas de metal del recinto comenzaron a llover las piedras y las bombas lacrimógenas. El estado de sitio comenzaba.
Durante por lo menos 1 hora estuvimos atrapados dentro del edificio. Los Franelas Rojas lo rodearon por todos los flancos, y la lluvia de peñones y bombas lacrimógenas contaba la historia de un ataque muy bien planificado, con relevo estratégico de municiones y organización terrorista perfecta. El ataque intenso no dejó ventana ilesa. Los computadores de las oficinas, fueron, afortunadamente, los únicos que dejaron su alma de unos y ceros como víctimas fatales. Pero la intensa nube de gas mostaza y la rabia psicopática de los atacantes nos hizo temer por nuestras vidas. Asfixia o contusión podrían haber sido las conclusiones forenses. Sin embargo, en los espíritus, no era el pánico el que cundía. Indignación, asombro e impotencia eran las emociones más fuertes.

El celular, instrumento tecnológico maravilloso para los desesperados, nos sirvió para ponernos en contacto con los seres queridos, para que compartieran nuestra zozobra, sobre todo cuando nos preguntaban qué podían hacer por nosotros… Ese era el quid del asunto: si la policía estaba ahí mismo, a 10 metros de la agresión infame ¿Quién podía ayudarnos? Desesperados, como quién espera un mal resultado que no tarda en llegar, nos desplazábamos por los pasillos, entrábamos en las oficinas despanzurradas, subíamos y bajábamos escaleras, como ratones de un triste experimento.

Cuando sentimos disminuir el tronar de las rocas nos acercamos a las ventanas, y vimos a los Franelas Rojas retroceder lentamente, la expresión de furia salvaje trocada en sonrisa satisfecha. Salimos rápidamente del edificio y los vimos alejarse tranquilamente de la universidad, mientras lanzaban las piedras que le quedaban sobre los autos que estaban a su paso (unos 15 carros quedaron seriamente dañados), abandonar la universidad por la puerta grande, bajo la mirada orgullosa de los policías apostados delante de ellos.

El resto ocurrió con milimetrada precisión. Apareció un autobús en el que se subió la horda y partió con cánticos de júbilo. Los policías arrancaron justo detrás de ellos, y dos minutos después, la Avenida

Las Delicias, que había estado cerrada hasta ese momento, se llenó de automóviles que pasaban delante como si nada hubiera ocurrido.

Miembros de mi familia, chavistas ultra, me explicaron lo ocurrido con los siguientes argumentos, (que quiero tratar de desmontar, porque supongo que serán los mismos que utilizará el gobierno):

Los Rojos son miembros de la ultraderecha-radical-pitiyanqui-imperialista golpista-oligarca-burguesa-puntofijista-puertoriqueña-fascista, que quieren sembrar el caos en el país para evitar la victoria aplastante del Sí. Bueno, digamos que esto pueda ser cierto (con mucha imaginación sesgada por el fanatismo ideológico). Pero hay algo que no cuadra aquí… ¿Cómo pueden haber hecho lo que hicieron (su plan para sembrar el caos en el país) bajo la mirada complaciente de 30 policías fuertemente armados, a las órdenes del Teniente Isea?
La policía no pudo hacer nada porque no pueden violar la autonomía universitaria. Aquí también hay un problema. ¿No es violar la autonomía universitaria tumbar el portón de la entrada? ¿No es violar la autonomía universitaria lanzar piedras y bombas lacrimógenas codo a codo con las hordas de Franelas Rojas?

La policía no intervino porque era un asunto entre estudiantes. No, tampoco me cuadra. ¿Puede un policía observar un crimen, donde sea que esto ocurra, y no detener a los que lo cometieron, por lo menos para preguntarles por qué son tan malitos? ¿Puede un policía abandonar un lugar donde se cometió un salvaje atropello sin siquiera preguntar si alguien necesita ayuda, sin solicitar un permiso de entrada para recoger evidencia de lo ocurrido?

En última instancia, al Gobierno Bolivariano no le conviene la violencia en un período electoral, por tanto, no tienen nada que ver con el ataque. No me hagan reír que tengo el labio partido. El lenguaje de nuestro presidente es lenguaje de guerra (la palabra “guerra” dicen los analistas del discurso que hacen la inimaginablemente insufrible labor de estudiar la verborragia del presidente, se repite un poco más que la palabra “yo”, cosa que, en un ego tan hipertrofiado, es asombrosa). Yo no creo que sea un problema de conveniencia, sino un problema de estilo. Al presidente le interesa bien poco los resultados electorales, las “victorias de mierda” que pueda alcanzar la oposición. Lo suyo es la hegemonía del poder a través del abuso, la agresión, la violación y el terrorismo de Estado.
Como les dije, la cosa no iba suave. Perdón por el asco.

*LA MARCHA DE LOS AUTOBUSES, LA BOLIVAR LES QUEDO GRANDE, 12.02.2009

*GOBIERNO, POLITICA, NELSON MAICA C, 13.02.2009

Continuamos. ¿Es posible la coexistencia pacifica en una sociedad civilizada en donde desde la primera magistratura y por medio de una dictadura mediática se llama y excita a la guerra, a desaparecer al contrario, a la implantación por la fuerza bruta de sus planes, proyectos e ideología? Es muy difícil, por no decir imposible. Así lo vivimos estos diez años, 1999-2009.

Un supuesto. Imagínese en un vecindario de los tantos existentes, a un ser humano, a un ciudadano, a una persona, que tiene que vivir bajo constante amenaza de que cualquiera de sus vecinos lo agreda, por cualquier causa, en cualquier momento. Imagínese a los habitantes del Estado Apure, Barinas, que están, ahora, de acuerdo a denuncias públicas vistas en los medios de comunicación, a merced de la guerrilla, del hampa, de la corrupción policial, de los bandidos.

Ahora imagínese a ese mismo ciudadano viviendo bajo la constante amenaza desde el gobierno, de acuerdo a los discursos públicos, temeroso de que en cualquier momento, se le agreda. ¿Cómo puede haber coexistencia pacifica? ¿Por qué hemos permitido eso? ¿Por qué la dirigencia y la inteligencia del país han permitido tal monstruosidad? El uso de la fuerza contra un hombre, contra un ciudadano, contra una persona, no puede quedar al capricho y a la decisión arbitraria de otro.

Otro supuesto. Una persona pierde un objeto y supone, dado el estado de inseguridad y conmoción en que vive, que se lo robaron. ¿Entrara a cada casa a buscarlo? ¿Eliminara a todo el que encuentre a su paso? ¿Maltratara a todo aquel que lo mire y/o le dirija la palabra porque sospecha de esa mirada, de esa palabra, y por esa mirada y palabra es culpable?

Evidentemente que el uso de la fuerza bruta en acción, como represalia, como defensa legitima, requiere reglas claras, muy objetivas que demuestren, en primer lugar, que se ha cometido un crimen; que determinada persona lo cometió. También reglas claras para conceptuar y definir las maneras, las formas, los procedimientos que se aplicaran como sanciones y castigos.

Cuando una persona, un ciudadano, por su propia mano castiga a un criminal por si solo, sin acudir a quienes tienen la facultad y responsabilidad y función para hacerlo, por delegación y/o mandato en una sociedad civilizada, se comporta de la misma manera que una pandilla de linchamiento, como otro delincuente mas. La sociedad civilizada y organizada le da al gobierno esa responsabilidad y función. Ahí la Constitución. Ahí las leyes. Ahí los tribunales. Ahí los cuerpos policiales. Etc.

Pero si una sociedad civilizada deja el uso de la fuerza bruta, que le correspondería al gobierno de esa sociedad, por delegación, ocupación, responsabilidad, en función de castigo, en manos de los ciudadanos que le son afectos, de las personas, de los individuos, rojos rojitos, indudablemente que ese gobierno degeneraría en un gobierno de bandoleros, de pandilleros, de gángsteres, quienes harían ejecuciones sin juicios previos y una interminable cadena de hechos sangrientos, parecidos a los protagonizados por los enfrentamientos de venganzas privadas o vendettas, vistos en las películas. Pero hoy aquí aparentemente son realidad.

¿Cómo se termina con la violencia en una sociedad? Carecemos de la varita mágica para eso; pero daremos una sugerencia. Deberíamos empezar por coincidir con la existencia de un organismo institución – un gobierno - que se encargue de proteger los derechos de las personas, de los individuos, del pueblo de la población. Ya existe; pero que se ocupe. Los habitantes de este país no sentimos que el actual gobierno se ocupa de eso, de protegernos. Esa es la misión básica, es su justificación moral y es la razón fundamental por la cual las personas, los ciudadanos, el pueblo, la población, necesitan un gobierno. Pero no este gobierno actual. Este gobierno aparentemente no se ocupa de preservarnos la vida sino de quitarnos la vida…allí su slogan… ¿Cuándo las fan tienen como slogan un panegírico al retroceso (socialismo, comunismo, colectivismo) y un culto a la muerte que podemos esperar de ellos? ¿Quién irrespeta a quien? ¿Quién abusa de la fuerza bruta? ¿Qué debemos hacer, en consecuencia?... ¿Quien le entrego esta país y sus recursos a los hermanos Castro indefinidos en el poder porque les dio la gana y además lo llama padre? ¿Quién es el apatrida? ¿Quién es el piticubano?... ¿Acaso el actual gobernante no es hijo de la cuarta republica y/o de donde salio? ¿Acaso no lo educo y lo mantuvo la cuarta republica? ¿Acaso no ha mostrado las mismas y peores mañas que la cuarta republica? ¿Acaso supuestamente no traiciono a la cuarta republica? ¿Quién es y/o fue el “bandido de la montaña”? ¿Quién es el pandillero? Lea la vida desconocida de Mao para que se entere. Dígalo usted. Alternabilidad es garantía republicana. Continuidad es usurpación y tiranía.

Nota: 01. Popularmente se dice… “a confesión de parte relevo de pruebas”… ya se publico lo relacionado con el ataque a una iglesia y con uno de los supuestos grupos armados y funcionarios públicos… todo, aparentemente, según el “señor de la montaña” y sus “bandidos especiales” porque formaban parte de una revolución… los bandidos tradicionales no pueden igualar el terror al que aspira implantar el “señor de la montaña” y ambos se necesitan…¿todo este show será para ocultar la supuesta falsificación y/o emisión de dinero y la hambruna que, también, supuestamente viene?...

“La verdadera civilización es donde todo el mundo da a todos los demás todos los derechos que reclama para si mismo”. Robert G Ingersoll
Caracas, Venezuela, 09/12/08

miércoles, 11 de febrero de 2009

*EL ÉNFASIS SOSPECHOSO, ENRIQUE KRAUZE, ELPAÍS.COM, 04/02/2009

Hace cinco siglos que los judíos fueron expulsados de España, pero a veces pareciera que todavía ronda en España el fantasma del judío, no en las calles de Gerona o las sinagogas de Toledo, sino en el alma de algunos españoles en quienes persiste soterrado, inconfesable- el viejísimo prejuicio antisemita.

Israel no se ha propuesto exterminar a la población palestina Conviene aclarar, en negativo, qué entiendo por antisemitismo.

Criticar la fundación de Israel teniendo en cuenta el altísimo costo que tuvo que pagar desde entonces el pueblo palestino, no implica por fuerza un acto antisemita: historiadores israelíes de la corriente post-sionista han ejercido y documentado esa crítica.

Criticar la política exterior israelí en las últimas décadas conlleva aún menos una actitud antisemita: de hecho, los propios israelíes liberales y de izquierda han visto en los asentamientos un acto de ocupación inadmisible, cruel y, a fin de cuentas, contraproducente.

Criticar la reciente ofensiva israelí en Gaza tampoco supone albergar un prejuicio antisemita: existen argumentos serios contra su desproporción y una indignación general por el sufrimiento de la población civil. Ni siquiera criticar a "los judíos" supone necesariamente un reflejo antisemita: los fanáticos de la identidad suelen generalizar así sus antipatías, lo mismo contra "los judíos" que contra "los yanquis", "los chinos", "los sudacas" o "los gachupines".

Dicho todo lo cual, creo que a raíz de la guerra de Gaza afloraron dos actitudes preocupantes: una roza el antisemitismo, otra lo asume abiertamente.

La primera es la parcialidad noticiosa y editorial de algunos medios con respecto al tema, como si la ofensiva israelí se hubiese dado (casi) en el vacío, sin la provocación previa de los proyectiles de Hamás sobre el sur de ese país y la amenaza cierta de que en un futuro cercano cayeran sobre Tel Aviv.

Creo que no se documentó de manera suficiente el hecho (recogido con amplitud, por ejemplo, en el Corriere de la Sera) de que Hamás puso en posiciones de riesgo militar deliberado y forzado a su población civil.

Creo que ese énfasis condenatorio no se ha visto en otras tragedias: pienso en Chechenia, donde fueron torturadas y muertas decenas de miles de personas. La doble moral resulta inexplicable.

Nadie comparó entonces a los rusos con los nazis. Hubiera sido una infamia, a pesar de lo que hicieron en Chechenia. Y es que los rusos sufrieron indeciblemente a manos de los nazis. Los judíos aún más.

Otorgar a las víctimas la identidad de los victimarios es una perversidad moral.

Allí reside la segunda actitud, francamente antisemita.
Su expresión más socorrida es la amalgama de maldad: la equiparación (ostentada en las manifestaciones de Madrid y Barcelona) de la Esvástica con la Estrella de David, que a su vez supone la equiparación (formulada por varios importantes escritores y periodistas) de la tragedia de Gaza con el Holocausto.

Se trata de dos fenómenos distintos que por su magnitud y naturaleza no pueden ser homologables.

La amalgama de todos los males conduce a la banalización del mal: si 600 víctimas inocentes son lo mismo que seis millones (aunque la muerte de los seis o 600 sea claramente reprobable) el mal resulta relativo, el mal no importa. Pero aún más decisiva que la diferencia cuantitativa es la diferencia de sentido.

El Holocausto representó la voluntad (cumplida en un 50%) de exterminar un pueblo, de borrarlo, de tratar a niños, mujeres, ancianos como plaga y no como personas. Este exterminio no fue solamente un crimen contra los judíos sino contra el concepto mismo del ser humano. La inteligencia, la racionalidad y el lenguaje desaparecen si no suponemos una semejanza radical entre los hombres.

En el caso actual, son los fundamentalistas islámicos quienes reproducen el ánimo nazi: quieren borrar al otro, en Jerusalén, Nueva York, Madrid o Londres. Ni en esta ofensiva ni en ninguna otra, Israel se ha propuesto exterminar a la población palestina.

Según el Pew Research Center de Chicago, desde 2005 España es el país de Europa donde el prejuicio antisemita ha aumentado más aceleradamente: pasó del 21% al 46%. Según una encuesta realizada por el Observatorio Español de Convivencia Escolar, más de la mitad de los estudiantes de secundaria declararon que preferirían no sentarse junto a un joven judío en sus aulas.

La España tolerante y plural que ha otorgado el Premio Príncipe de Asturias a las comunidades que preservaron el legado de Sefarad no puede -sin negarse a sí misma- desdeñar esos datos sin hacer un análisis valiente y objetivo. Y la España democrática y moderna, que ha sido víctima reciente del terrorismo islámico, no puede ignorar -sin caer en la esquizofrenia- que Hamás busca la imposición de un régimen fundamentalista mientras que Israel es el único Estado democrático de la región.

¿Qué haría España, mutatis mutandis, en el caso, improbable pero no imposible, de que un triunfo generalizado del islam radical en el norte de África se tradujera en una amenaza sobre sus puertos mediterráneos bajo el pretexto teológico de recobrar el territorio de Al Andalus que fue suyo siete siglos?

En el tema judío, hay que volver a la tradición liberal de Benito Pérez Galdós, quien en tres novelas (Aita Tettauen, Misericordia y Gloria) mostró comprensión y compasión por el drama histórico del pueblo judío. Israel no es una nota al pie de página en ese drama. Israel es el corolario de ese drama. Si se acepta la legitimidad de su existencia (producto, no olvidemos, de las circunstancias sin precedente creadas por el Holocausto), debe admitirse también su derecho a vivir sin la amenaza cotidiana que ha pendido sobre sus habitantes.

Esa doble aceptación no implica, repito, justificar la política israelí de los últimos decenios. Pero sí implica mirar al conflicto en toda su diabólica complejidad, distinguir la responsabilidad de ambos bandos, y dar a los muertos israelíes el mismo peso que los muertos palestinos.

Implica evitar la inmoral referencia al Holocausto y exorcizar el fantasma del judío para poder verlo como los nazis y los fundamentalistas no lo ven: como un ser humano.

*Enrique Krauze es escritor mexicano, director de la revista Letras Libres

*CONSOLIDAR LA UNIDAD DEMOCRÁTICA, OSWALDO ALVAREZ PAZ, DESDE EL PUENTE, 09.02.209

Venezuela esta próxima a sucesos que condicionarán su existencia por mucho tiempo. La votación del próximo 15-F es una oportunidad para iniciar la reversión hacia lo positivo las negativas tendencias de esta década. No somos ingenuos. Conocemos la magnitud de los peligros existentes antes, ese día y en los inmediatamente posteriores. La maquinaria del fraude está montada. También los esquemas de represión y violencia personal e institucional para imponer la voluntad reeleccionista del Presidente. Más que la democracia es la República lo que está en peligro. Lo primero ha venido desapareciendo gracias al golpe de estado de ejecución progresiva del estado-gobierno en contra de la nación que deberían representar. Lo segundo ha sido más sutil, pero eficiente en la destrucción de la estructura institucional y de las bases jurídicas y políticas que le han servido de fundamento. Venezuela vive al borde del abismo. Hasta los más idiotas entienden que el odio y la división conducen a la guerra. Soy uno de los que creen que ya empezó, aunque su verdadera naturaleza sea difícil de precisar.

Sin embargo, la sociedad democrática ha madurado. Está más unida y mejor preparada que en los procesos anteriores para enfrentar los peligros y derrotarlos en nombre del cambio anhelado. Hay convicción, mística, conciencia de la urgencia para resolver el caos. Esta semana será terrible con relación a la guerra de encuestas, a las acciones abiertas y encubiertas en contra de la unidad democrática, a las campañas de rumores y desinformación para confundir. Pero, ni estas cosas, ni muchas otras, podrán detener la voluntad general de la nación de pronunciarse masivamente a favor del NO que identifica a quienes quieren ponerle punto final a lo actual. Esto incluye a unos cuantos millones de personas decepcionadas de Chávez que abandonan, activa o pasivamente, las organizaciones oficialistas o que, simplemente, están frustradas por el fracaso del régimen, hartos del disimulo y la mentira, de la verborrea inútil del “comandante” y, en fin, fatigados de esta farsa de la que solo recuerdan la ineficacia y la corrupción como estilo de gobierno. La unidad democrática es mucho más que la unión de grupos opositores para un acto de votación. El domingo puede concretarse el inicio de la reconciliación de Venezuela consigo misma.

En la calle hay decepción. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. El NO del 15-F será un castigo moral y político a la felonía, a la cobardía y a la traición. La esencia de nuestro planteamiento es la unidad. Construir una síntesis diferente y superior a cuanto existe. Levantar una gran causa a la cual servir, una gran verdad que sirva de norte a un pueblo entero. No puede ser un proyecto personalista ni personal. Hay que acabar con todos los “Mesías” potenciales o reales, sin desconocer la fuerza de los liderazgos honestos existentes. Todos a votar NO y a defender la voluntad popular.

oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 9 de febrero de 2009

lunes, 9 de febrero de 2009

*MENSAJE DEL DR. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ, PROTECCION DE LA VIRGEN DE LAS MERCEDES, TOMADO DE http://resistenciacatiacaracas.blogspot.com/, 08.02.2009

Una persona que estaba orando hoy en la tumba del Dr. José Gregorio Hernández, me cuenta que recibió un mensaje urgente, más o menos en los siguientes términos que les sintetizo para que cada cual haga sus análisis y saque sus propias conclusiones:

"La semana que viene, va a ser dura, difícil para la patria.

Estamos, junto con los fundadores y libertadores, de rodillas ante el trono de Dios, para que libre a Venezuela de la peligrosa coyuntura que se avecina.

No quiero alarmarlos, ni que se sientan aminorados y disminuídos, porque esa no es la solución.

Sólo que quiero contribuír a que sepan la realidad, oren y estén alertas y dispuestos a dar su contribución cristiana y cívica para afrontar y asumir sus obligaciones ciudadanas en estos momentos difíciles que, casi seguro, vendrán en las próximas horas.

Con oración, velando y estando alertas y atntos a sus deberes como ciudadanos, la prueba será abreviada y aliviada por Dios. Repito: Recen, oren con frecuencia al Dios Uno y Trino y a su Santisima Madre, en la advocación de Las Mercedes ... Es lo que, personalmente les aconsejo ..".

*ALTOS ÍNDICES DE INFLACIÓN REGISTRADOS EN VENEZUELA SON UN INDICATIVO DE LA VULNERABILIDAD QUE TENEMOS COMO PAÍS, RAFAEL ALFONZO HERNÁNDEZ, NOTITARDE

*ALTOS ÍNDICES DE INFLACIÓN REGISTRADOS EN VENEZUELA SON UN INDICATIVO DE LA VULNERABILIDAD QUE TENEMOS COMO PAÍS, RAFAEL ALFONZO HERNÁNDEZ, NOTITARDE, LOURDES ROJAS, FOTOS: LISANDRO CASAÑA, VALENCIA, 8 DE FEBRERO DE 2009

Rafael Alfonzo Hernández afirma que los altos índices de inflación registrados en Venezuela son un indicativo de la vulnerabilidad que tenemos como país.

Estamos ante un gobierno comunista y no socialista.

En medio de una crisis económica mundial, con el precio de un barril de petróleo en descenso, los especialistas señalan que la participación del sector productivo privado se hace necesaria para hacerle frente a la alta inflación que se registra en el país, la cual ya alcanza más del 30%.

Afirman además que si los 860 mil millones de dólares que ingresaron a Venezuela por concepto de renta petrolera se hubiesen destinado a estimular al sector productivo privado, Venezuela pudiera superar los obstáculos económicos que se avecinan.

"La inflación nos hace cada vez más vulnerables como país por cuanto seguimos siendo dependientes de las importaciones. Tenemos 10 años cercando sistemáticamente a la industria", comenta el presidente del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice). Rafael Alfonzo Hernández, quien estuvo como invitado al Desayuno en la Redacción de Notitarde junto con el presidente del diario, Ricardo José Degwitz Acosta; el miembro de la junta directiva Hugo Fonseca Viso; la jefe de la Corresponsalía de Caracas, Lucy Gómez; el periodista Felipe González Roa; el reportero gráfico Lisandro Casaña; y quien suscribe esta nota.

"Venezuela, aun con un barril de petróleo a 20 dólares, tiene suficiente para reestructurarse, pero solo si se basa sobre la estimulación de la actividad privada, lo cual se logra si se le dan garantías al sector, como el derecho de propiedad, y no imponiendo tantos controles e intimidaciones", asegura.
"Los verdaderos cambios de la sociedad venezolana necesitan de una transformación no tantos diagnósticos. No hay que trabajar sobre los efectos sino las causas", acota.
Basado sobre datos dados a conocer por Conindustria, Alfonzo recuerda que de 12 mil 800 industrias que habían en el país, ahora solo quedan 7 mil.

"Este es un gobierno que se caracteriza por el cerco, la colectivización, el conflicto y el centralismo, y esas cuatro 'ces' significan el comunismo", resalta.

_ ¿Cómo observa la situación socioeconómica del país?

_ Hay gente desempleada, y esto a pesar de un gobierno que tiene todos los recursos, tanto económicos como de poder. Yo estoy clarísimo que esta es una revolución que entiende que el miedo y el bolsillo son los dos grandes protectores que tienen. Venezuela es muy particular ya que la mayoría del mercado de la actividades proviene del gasto del Estado. Y este gobierno tiene un movimiento de la economía, pero que es falso, no tiene ninguna base, ningún sustento. Puede ser que esa parte contribuya coyunturalmente en un momento determinado, pero no solucionas los problemas porque estas trabajando sobre efectos, no sobre las causas. Hay que trabajar sobre las necesidades de empleo. Aproximadamente ingresan al mercado laboral un millón y medio de personas: ¿dónde van a conseguir puestos de trabajo? Esa es una pregunta que el gobierno nunca responde.

_ ¿Han medido qué significa la pobreza, la economía informal en los temas dependencia del Estado?

_ Tenemos que acoger el problema de las diferencias sociales, de la pobreza, con verdadera entereza, con medidas concretas que permitan realmente que el ciudadano común pueda vivir mejor, pueda vivir en paz a través de su esfuerzo y trabajo. Tienes que darle herramientas. Todo ciudadano tiene que ver cómo contribuye con los demás. No podemos ser irresponsables. Se habla de la responsabilidad social empresarial, pero también hay que hablar de la responsabilidad social individual. Nosotros no queremos a un país propietario, queremos un país de propietarios. Nosotros queremos que los individuos tengan la capacidad de generar recursos. Aquí tiene que haber un cambio de los últimos cincuenta años. Aquí lo que esta planteado es lo viejo contra lo nuevo. Y estos diez últimos años también forman parte de lo viejo. Todo ha sido lo mismo: controles de precios, controles de cambio, esquemas de odio. Aquí no se premia el éxito. Aquí ser exitoso es un problema. Ser exitoso es exponerse a que te castiguen en lugar a que le den apoyo. El venezolano quiere transformación, quiere cambio pero no encuentra quien se la ofrezca. Ahí es donde tienen que venir los gremios profesionales.

Alfonzo Hernández afirma que estos cambios sólo deben darse bajo un régimen de libertad.

"Las dictaduras de izquierda son tan malas como las dictaduras de derecha", comenta.
Asegura que más allá de propiciar una organización política, la sociedad también debe buscar una mejor estructuración del estamento democrático.

"Lo malo es que hay una gran cantidad de mercantilismo político, mercantilismo económico o sindical. Todavía ellos se atribuyen la representatividad que no tienen. Cuando estamos en un país donde no hay estado de derecho, en un país donde los poderes no son autónomos, nos encontramos en una circunstancia como ciudadanos muy complicada", acota.

"En un país donde hay estado de derecho tu nunca hubieses discutido esta enmienda inconstitucional, pero aquí nos lo imponen porque tienen todo el poder para hacerlo", añade.

_ El presidente Chávez dijo que es el soberano quien decide quien y cuantas veces se va a reelegir alguien.

_ Aquí lo triste es que el gobierno no quiere decir la palabra que tiene que decir. En lugar de hablar de comunismo habla de socialismo del siglo XXI para confundir.

El presidente ya está hablando de gobiernos del 2009 al 2019, del 2019 al 2029, etc. ¿Pero de qué esta hablando si aquí los períodos son de seis años?

_ La Asamblea Nacional emitió un comunicado donde explica exactamente, según ellos, cómo va a quedar cada uno de los artículos modificados si gana el Sí.

_ Eso te dicen ellos antes, y después dirán: pero como son atributos que nos dieron y no nos habíamos dado cuenta de que tenia una profundidad mucho mayor, vamos a aprovechar y ahora en vez de seis años vamos a poner diez años porque de todas maneras el presidente se puede quitar por la vía de un revocatorio.

La alternabilidad es uno de las partes fundamentales de la democracia de cualquier país.

_ ¿Usted cree que influye mucho la crisis económica y el problema de la inflación en la permanencia de este tipo de propuestas?

_ Claro, obviamente. La gran pregunta es por qué tiene que hacerlo ahorita si tiene 4 años para gobernar, por qué no lo hace cuando le falta un año, por qué tiene que hacerlo hoy. Porque él (Chávez) sabe que lo que montó como esquema de protección son todas medidas coyunturales, y que se van a derrumbar cuando no puedan pagarle a los empleados públicos un aumento de sueldo. Además, tienes una inflación oficial de 30%, pero que todos sabemos que es mucho más, sobre todo en alimentación, Lo que está pasando por ejemplo en la industria automotriz es de terror. Este año se les perdió completo.

_ ¿Cuáles serían los planteamientos que el gobierno debería hacer en el área económica?

_ La eliminación del control de precios, la eliminación del control cambiario, el establecimiento de un esquema donde a través de la educación se reduzca la brecha que hay entre la población. Si tuviéramos un sistema educativo que permitiera que nuestros hijos fueran a una organización publica, la instituciones privadas serían para complementar la educación. Nosotros creemos que la primaria debería ser totalmente gratuita, obligatoria, sin discriminación, y de altísima calidad. Esa es la forma de revertir la pirámide que se tiene hoy de la educación. Se debe apoyar el tema de la salud. Los hospitales públicos deberían ser hasta mejores que los privados.

_ Para una buena educación y salud se necesitan ingresos, y somos un país dependiente del petróleo, el cual va en descenso.

_ Venezuela, aún con un precio del petróleo de 20 dólares, tiene suficiente para reestructurarse si lo basas también sobre la estimulación a la actividad privada

_ ¿Y cómo se logra esto?
_ Dando garantías primero de los derechos de propiedad; un marco que permita un desarrollo empresarial sin tanta temerosidad, sin tanto control, sin tanta intimidación, y que genere posibilidades no solo locales sino hacia el exterior. Es insólito que Aruba tenga casi 2 millones de turistas, y nosotros no lleguemos ni a 500 mil. Es insólito que en el mercado mundial del chocolate tengamos una participación del 1,5% cuando tenemos el mejor cacao del mundo. No es a través del facilismo, ni a través de las concesiones y las dádivas que da el Estado que se logrará el progreso. El individuo tiene que entender que es el responsable de su bienestar, y que es él quien tiene que aplicar el máximo de sus conocimientos y habilidades permanentemente. El problema es que nosotros creemos que no necesitamos formación, que no necesitamos educación. La capacitación tiene que ser permanente. Aquí hay que trabajar los sábados, hay que tener 300 días de escolaridad, hay que tener verdaderos centros de investigación. Aquí no debe haber tantas fiestas ni vacaciones. Todos debemos entender que tenemos que ser parte de ese cambio. Todos debemos trabajar muy duro. Si pensamos que es el Estado es el que nos puede dar todo sin trabajar, que es lo que hemos tenido en los últimos 50 años, no vamos a salir adelante nunca.

La única forma de solucionar el verdadero problema de la pobreza es entender que no es el Estado el responsable de los individuos. Cómo es posible que por tercera vez vayamos a un control cambiario, y no se entienda las consecuencias de lo que eso trae.

¿Es que acaso va a haber diferencia entre lo que fue Recadi? ¿Es que acaso no entendemos que la corrupción es proporcional al número de controles? A mayor discrecionalidad, mayor es la corrupción. Eso es en todas partes del mundo, puntualizó

¿Dónde estaba por ejemplo España hace 60 años? ¿Y Chile?

Hay que ser competitivos. Convencer a un consumidor es mas difícil que convencer a un funcionario publico, y esa ha sido nuestra realidad y no queremos entenderla.

Hoy el tamaño de las industrias en Venezuela dan lastima en comparación con el resto del mundo.

Los países que tienen éxito son aquellos que tienen un activo humano con capacidad de generación tecnológica.

_ ¿Y por qué no se hace aquí en Venezuela?

_ Tenemos una mezcla del invasor, con el invadido y el esclavo, que nos ha hecho creer que nosotros no somos los que tenemos que hacer las cosas sino que es la monarquía, el Estado, el cacique.

Mientras menos dejas funcionar al sector privado, mientras menos produzcas iniciativas individuales, mas dificultoso se va a hacer para el pobre, para el que no tiene capacidad de tener alternativas.

Pero mientras continúen los controles, mientras el presidente Chávez siga diciendo que aun con el petróleo a cero va a seguir manteniendo los programas sociales, las consecuencias para los niveles de pobreza e inflación de este país serán graves.



Cedice celebra sus bodas de plata. El 2009 es el año de las bodas de plata del Centro de Divulgación de Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice), organización sin fines de lucro que desde su fundación en 1984 ha tenido como objetivo central la "divulgación, educación y formación de los principios que sustentan la libre acción de la iniciativa individual, así como promover la generación de conocimiento, la investigación y el análisis de la organización de las condiciones que permitan la existencia de una sociedad libre y responsable".

Actualmente esta asociación es presidida, por segunda vez, por el empresario Rafael Alfonzo Hernández.

"Nosotros somos un centro de conocimiento pero también un centro de discusión. No queremos imponerle a nadie nuestras ideas, sino compararlas con las de otros. Nadie está en conocimiento de la verdad", comenta.

Para celebrar su 25 aniversario en mayo Cedice organizará un evento con invitados nacionales e internacionales, en el cual se debatirán diversos temas de interés para la sociedad venezolana y latinoamericana.

Alfonzo Hernández adelanta que uno de los principales temas que se discutirá en el foro será el de la erradicación de la pobreza, principal compromiso que, según señala, debe enfrentar Venezuela para poder mirar con optimismo el futuro.

"Se han hecho muchos análisis, se han implementado una serie de propuestas, pero nunca se ha caído en el tema central de cómo combatir la pobreza", acota.

El empresario asegura que Cedice pretende crear conciencia sobre la necesidad de promover los valores de la libertad en los ciudadanos.

"La libertad es la base fundamental de la democracia, y viene acompañada por otro elemento: la responsabilidad. Responsabilidad y libertad son los elementos centrales que, junto con el estado de derecho, garantizan una democracia", apunta.

"Queremos que permanentemente la gente entienda que la libertad no es algo que se pueda hipotecar, que se pueda entregar. Es un derecho que tenemos, y por el cual hay que luchar. Si no luchas por tus derechos nadie lo va a hacer por ti", recalca.