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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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viernes, 7 de agosto de 2015

MANUEL BARRETO, UN ASALTO BI-POLAR

 “Toda interferencia gubernamental en la economía consiste en conceder un beneficio no ganado, extraído por la fuerza, a algunos hombres a expensas de otros.” Ayn Rand.


Ya en otras ocasiones hemos mencionado que cuando el Estado se convierte en el verdadero dueño de la economía, los estímulos para producir se pierden: los que tienen dinero no quieren invertir porque saben que su capital puede ser expropiado; los pobres comienzan enseguida a asumir una actitud pasiva porque todo lo esperan del Estado y saben también que de nada les servirá esforzarse y trabajar para mejorar su situación.
Y mientras esto acontece, el verdadero sector productivo, cansado de luchar con las manipulaciones cambiarias y con unas reglas que asfixian, languidece porque no recibe los adecuados estímulos; siendo este sector el único que podría generar empleos a tantos desocupados, necesitados y desamparados.
El anacrónico sistema que este régimen nos pretende imponer colapsó por muchas razones, incluyendo la ineficiencia económica que resultó en la crítica escasez de comida, medicinas y productos de consumo, y la predominante y falsa propaganda, la cual equivalía a la rutinaria distorsión de la realidad resaltando la brecha entre la teoría y la práctica, y entre la promesa y el cumplimiento de ésta.
Más que razones de su derrumbe, observemos otras variables, y sobre todo, establezcamos la analogía con cuanto aquí ya acontece: excesiva burocratización, improductiva dependencia del Estado, falta de espíritu comercial (no se fabricaba en vista a lo que deseaban los compradores), anulación del espíritu emprendedor, ausencia de estímulos a la investigación en algunos campos y, en cambio, sobrevaloración de otros como el armamentístico, presupuestos militares excesivos. Pero el mayor fracaso del sistema comunista reside en atribuir al hombre unas cualidades que no posea. El trabajar en beneficio de la comunidad y del país puede ser algo muy provechoso, pero es imposible mantener la economía de un país en base a esto, al menos en aquí, en Venezuela, donde el individualismo y la búsqueda de la satisfacción y la felicidad individual resultan algo natural e implícito en nuestra cultura.
Una vez más este régimen desnaturaliza las funciones de la empresa privada queriendo imponer que sean sus secuaces mediocres los encargados de dirigir el movimiento económico, y en tal afán destruyen un sistema agro-alimentario que hace milagros para cumplir con lo que estos forajidos no pueden: velar por la seguridad alimentaria de la población. Disparatadas acciones maquilladas con utópicos idealismos condujeron a naciones enteras y por décadas a un empobrecimiento congénito, mediante la estatización de toda la actividad económica, la supresión de la propiedad privada y mediante la "endogenización" de los individuos, al convertirlos en "empleados públicos", ya que absolutamente todo el aparato productivo estaba controlado por el Estado, y lo más triste de todo este cuento: la ineludible pérdida de las libertades individuales, la capacidad de crear riqueza por parte de los individuos y las aberrantes violaciones a los derechos del hombre...
Pero, a nadie le queda la menor duda que este lamentable ciclo que ha vivido nuestro país ya dio cuanto tenía. Está agotado.
La historia nos indica que el comunismo, más que una utopía, resultó la mayor fantasía del pasado siglo, pero cuan dañina, perversa y sobre todo mentirosa resultó esa lamentable quimera.
Tal vez por estas razones un venezolano – Teodoro Petkoff - que conoce a fondo estos asuntos, no viene alertando con claridad: “Hace años, en tiempos de la Guerra Fría, circulaba un chiste anticomunista que daba cuenta de que había llegado el comunismo a Arabia Saudita y como consecuencia de ello se había acabado la arena. De hecho, lo que provocó, más que nada, el derrumbe del imperio soviético fue la avasalladora decepción de la gente común ante la escasez de todo, manifestación clamorosa de una economía que se había quedado sin fuelle tras más de medio siglo de comunismo...”
@mrbarretoh

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sábado, 30 de agosto de 2014

JESÚS ALBERTO BARRIOS R., INEFICIENCIA Y CORRUPCIÓN CARACTERIZAN AL GOBIERNO

El proyecto político venezolano debe realizarse tomando en cuenta la realidad profunda del pueblo venezolano y su propia idiosincrasia. 

No se trata en consecuencia, de discutir acerca de los discursos que a diario expresa Maduro para desviar el verdadero debate nacional. 

El desafío real que se presenta a la actual dirigencia política nacional, no es tanto el de discutir acerca de diferentes teorías generales y abstractas, sino sobre todo el de proyectar los cambios necesarios para dar respuesta convincente al proyecto equivocado del socialismo del siglo XXI. Si algo debemos tener claro los venezolanos que alguna responsabilidad llevamos sobre nuestros hombros, es que durante estos últimos quince años el modelo socialista-cubano que se ha tratado de implantar, ha resultado un verdadero fiasco, sobre todo desde el punto de vista económico y social. Los hechos nos han permitido observar como el crecimiento económico ha descendido en lugar de aumentar.

En vez de administrar la tasa de crecimiento de la liquidez y estimular a los que saben producir, el gobierno crea cada día más controles de todo tipo y equipos de funcionarios públicos entrenados para perseguir empresarios, industriales y emprendedores. Las empresas necesitan libertad para mover capitales; siempre han existido controles y debe haberlos, pero aquí es exacerbado ese mecanismo. Mientras no desmonten el andamiaje jurídico que incluye las expropiaciones, la amenaza a la propiedad privada, no podrá haber confianza para la inversión.

Los efectos negativos directos de esta política, los percibimos con mucha preocupación: mayor inflación y deterioro del salario real, estancamiento, crecimiento de la pobreza, endeudamiento.

Estos indicadores aterrizan en dos elementos fundamentales que identifican claramente al gobierno, el primero de ellos es la ineficiencia y el segundo, la corrupción.

Mientras mayor es la crisis y más evidente el fracaso económico del Gobierno, más se agudizan los elementos antes señalados.

Jesús Alberto Barrios R.,
jesusalbertob@hotmail.com
@jesus_albertob

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jueves, 24 de abril de 2014

MAURO PARRA, ¿SIGLO XXI?



                          ¡Oh, Señor Jesucristo!, ¿por qué tardas, qué esperas
                         para tender Tu mano de luz sobre las fieras…?
                         Rubén Darío, Canto de Esperanza.

Entramos treinta y tantos años tarde en el siglo XX, más de veinte  en el siglo XIX  y al XVIII  ni siquiera podíamos entrar, de hecho nos dominaba una oprobiosa tiranía de trescientos años, un imperio feroz y decadente. ¿Cuánto mas tarde entraremos en el siglo XXI? A estas alturas estamos en el umbral de hacer Historia de verdad, aunque la dictadura reinante en este suelo pretende un dominio milenario, como el Nazismo, pero, no olvidemos que éste solo duró trece tumultuosos años.
La tecnología en la ciencia de la Computación,  ventana al desarrollo mundial, se mueve  según la Ley de Moore, duplicando su  adelanto en  poco más de un año. Nosotros disfrutamos aún de algunos de estos avances, pese a que la garra artera de la dictadura aspira consolidarse  con leyes -comunas y educación- que encerrarán a este pueblo en el oscurantismo por décadas. En lo demás, la economía, el derecho a las libertades civiles, todo el conjunto de bienes materiales y del espíritu, se desvanecen al impulso del continuo avasallamiento ejercido desde el poder. Pero, plagado de ilegitimidades constitucionales, este poder se tambalea ahora ante el ardoroso empuje de la juventud estudiantil y la sociedad que no dará marcha atrás, a pesar de los inquietantes acomodos de  un minúsculo sector de la Oposición.
Ante el crítico estado del país, ¿cual es el legado de esta seudo-revolución comunista en los  años transcurridos desde su derrumbe transitorio en abril del 2002? 
Es un tema  exhaustivamente comentado por  expositores  de distintos sectores de los venezolanos. Deber ciudadano es repetirlo e insistir que no se olviden las desgracias causadas por este régimen y pasen por debajo de la mesa.
Veamos pues con qué material humano, riqueza moral e intelectual vamos a entrar en el siglo XXI si no le ponemos coto a los desmanes del poder de facto y transitorio.
1) Investigación científica oficial: alrededor de cero. El Intevep y el IVIC son pantanos gubernamentales sin ejercicio de protocolos sustentables que lleguen a producir un invento o alguna patente valiosa.
2) PDVSA: entre la deuda creciente, ineficiencias y muchos otros males que la agobian, produce menos petróleo, gas y sus líquidos que a  comienzos del 2002 y sí muchos accidentes, fatales algunos. La ecuación de los ingresos petroleros, casi la totalidad de los recursos financieros de la nación, es muy sencilla, dependen  proporcionalmente del volumen, el precio obtenido –algunas veces con altos descuentos enmascarados  al pueblo o prácticamente fiados, con intereses infamantes y largos plazos- menos los costos de producción, también ocultos y presumiblemente muy altos por el desvío de fondos hacia las  actividades extra petróleo que se le imponen. Conclusión, poco futuro.
3) La deuda externa del país, asfixiante al desarrollo, con un pasivo increíblemente alto y ya casi impagable que afectará  dos o tres  generaciones, continúa en desbocado ascenso.
4) Carestía de divisas, a consecuencia de la baja productividad  de PDVSA y las dádivas mencionadas arriba, hace  imposible cumplir los compromisos para la importación  de alimentos, medicinas y otros insumos de básica necesidad y la corrupción desatada en las importaciones de insumos, donde la mano negra, comisiones, de los cubiches  campea libremente, resultarán en  hambre y enfermedades para muchos compatriotas..
5) La riqueza y ahorros nacionales  -oro en barras, petróleo y una minería anticuada, para infortunio depredadora del ambiente y sin controles serios, ha caído presuntamente en manos de empresas o personas extranjeras, pese al cacareo de una soberanía inexistente. ¿Dónde esta nuestro oro, que hasta hace poco constituía la mayor porción de las reservas internacionales? ¿Escondido o en un  saco de algún dictador caribeño?  Faltan explicaciones y objetivos pronunciamientos de las autoridades sobre su paradero.  Si no aparece el oro se cometerá un acto de pillaje y robo a la Nación por   el que deberán responder los actuales guardianes de estos bienes.
6) Procesos electorales “blindados contra el fraude y la trampa”. El arrastre obligado bajo terror, el billete por voto, artefactos chinos y amenazas, constituyen un ataque virulento a la inviolabilidad del sistema que ha impuesto el CNE. A esto debemos añadir el abultado REP. Todas estas presuntas tracalerías contra unas elecciones libres, son en esencia una violación crasa de la Constitución Nacional.
7) ¿Narco-condescendencia o participación activa?  Aparentemente nadie lo sabe. Sospechas hay muchas y lo que se lee o escucha no es  halagador al gentilicio.
Hay incontables  acciones del régimen más atrevidas e ilegales  que son del dominio de todos y no enumeraremos aquí a pesar de su importancia.
Este atroz panorama que tenemos al frente, no habrá de continuar bajo ningún esquema No dejaremos apuntalar este suicida cúmulo de disfunciones que nos quiere imponer profundamente el totalitarismo político de las autoridades en ejercicio. Pero, ¿dónde están nuestra resistencia al mal, los valores como nación apegados a la democracia y la libertad, nuestras creencias fundamentales y todo cuanto constituye la nacionalidad, el ser venezolano con apego a la tierra y sus bondades? Para mí están ahí vivítas en las demostraciones estudiantiles de inconformidad en la calle, latentes y listas para que asumamos el reto de vencer el demonio, con participación de todo hombre o mujer capaz de esgrimir lo que sea  para salir adelante. Por ello necesitamos un liderazgo unido, fuerte, claro y transparente, que sin miedos nos conduzca a la liberación, tomando en cuenta que las fuerzas contrarias pueden ser duras pero vulnerables. Nuestros líderes están presentes y solo se necesita apartar a los indeseables, reunirnos  quienes comulgamos con Dios y dar el aviso de partida para liberar a Venezuela de 15 años de oprobio
Como decía Darío, caminemos   todos con un canto de esperanza hasta que las fieras sean domadas
Mauro Parra
jmpzc@yahoo.com
@parratiticastro

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miércoles, 5 de marzo de 2014

ZENAIR BRITO C., PUTREFACCIÓN, ABUSO Y PROBIDAD

La corrupción y la ilegalidad, están convertidas en instrumento de sostenibilidad del régimen venezolano y medio de acumulación de riqueza, para los aprovechados del poder.


Por eso, cada día se conocen más y más casos. Por cada hecho destapado, el gobierno de turno socialista-comunista, hace simulacros de indignación, pero nunca han tomado medidas, capaces de erradicar el flagelo. El gobierno conoce los gravísimos hechos canallescos, que ocurren en todas las instituciones gubernamentales y ministerios. Son muchos los responsables materiales e intelectuales, por acción, omisión y complicidad. ¿Y cuántos condenados hay? Todo lo contrario.

Todo país debe disponer de unas Fuerzas Armadas, dignas de respeto y reconocimiento, por parte de todos los ciudadanos, como afirmación al ejercicio rigurosamente honesto de sus funciones y defensa de los valores y el derecho a la vida, de todos los nacionales. Pero en la práctica la de Venezuela más parece una republiquita independiente.

Por su tamaño y sus requerimientos, la institución militar venezolana se ha convertido en un lastre económico para el presupuesto nacional. Es el mayor gasto latinoamericano en defensa, con los índices de criminalidad e inseguridad que padecen los ciudadanos, en toda la geografía nacional. Todo, consecuencia de la irresponsabilidad del poder político socialista-comunista que gobierna al pueblo venezolano.

Durante los 15 años, del régimen chavista y ahora el del Sr Maduro, crecieron y siguen creciendo cuantiosos, la corrupción y la impunidad. De los pocos hechos y que investigados, la mayoría están amparados por la arbitrariedad, la modorra e ineficacia calculadas de los órganos de control, la justicia y la Fiscalía que todos son brazos ejecutores del Ejecutivo. El daño moral y social, están ahí. Convertidos en huella cultural, de la Nación. Se magnifica el daño, por ser imperceptible para muchos.

La sociedad se acostumbró a convivir con la descomposición y el caos de la administración pública. Las organizaciones económicas, sociales y políticas partidistas, generalmente evitan ocuparse del desastre moral, político y social, coadyuvado por la corrupción y la impunidad y por los dividendos que arrojan para la politiquería y usufructuarios del régimen.

El gobierno socialista-comunista, no toma las medidas necesarias, para derrotar la corrupción y por eso, unos pocos facinerosos, pueden apoderarse de los recursos públicos, en vez de solucionar las necesidades colectivas. La sociedad venezolana se adaptó a la perversidad del poder y a la complicidad e impunidad social y judicial. Es la gran fatalidad social, irremediable con la clase política desvergonzada que nos gobierna.

Zenair Brito Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito

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viernes, 24 de enero de 2014

ANTONIO SEMPRUN, EXCUSAS A LA INEPTITUD

En un país donde la arbitrariedad y el populismo gobiernan, los únicos responsables de que se les engañe son sus ciudadanos.
La presentación del  informe de Memoria y Cuenta de  gestión en 2013 de quien ejerce de manera ilegitima la presidencia del país, refrenda que desde hace casi quince años los venezolano somos receptores de las excusas de un régimen, caracterizado por  la ineptitud, la irresponsabilidad y la ineficiencia que han llevado al borde de la banca rota a un país rico.

En cualquier país del mundo, aún en aquellos en los que la naturaleza no bendijo con la riqueza en su suelo, quienes ejercen el poder como "gobierno" están comprometidos a velar por su prosperidad  y la calidad de vida de sus ciudadanos.

Venezuela dejo de ser un país normal para convertirse en un país de "experimentos"  donde la aplicación del comunismo,  proyecto mil veces fracasado permite a sus ilegitimas autoridades empapelar  de excusas el diario fracaso de sus políticas de estado, con excepción de la inseguridad como arma política para amedrentar a la sociedad y a quien disiente de su ideología.

El régimen  desgobierna a Venezuela sin asumir la responsabilidad de lo que en ella ocurre,  es un país donde hasta  las iguanas “son responsables” de las penurias que enfrenta la población por sus deplorables servicios púbicos.

Maduro, fue incapaz de anunciar medidas que contrarresten la crisis en la que El  y su servidumbre han sumido  al país, solo anuncia medidas de represión contra quienes eligió como culpables, en el tablero de ajedrez de su experimento dictatorial, solo se enroca la ineficiencia.

Mientras Venezuela y los venezolanos  soportan  el peso de la ineptitud y el servilismo, en la distancia dos ancianos empantuflados no dejan de trabajar para mantener obediente a su marioneta y seguir profundizando su “revolución” sanguinaria, mientras los venezolanos viven una dictadura disfrazada de democracia.

Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun

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lunes, 9 de diciembre de 2013

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, DEL ODIO A LA INEFICIENCIA, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL

A decir por la mediocridad que reviste la realidad venezolana, gobernar dejó de ser lo que la nueva ciencia política.

No puede pensarse que gobernar es un problema que resuelve las emociones. Más, en medio de situaciones cuyo nivel de susceptibilidad puede enturbiar todo propósito en la dirección de generar algún resultado loable. Cuando se gobierna a partir de presunciones, no hay distancia alguna que separe lo mal de lo peor. 

Todo lo pretendido, cae en la más profunda oquedad. Y aunque la razón de Estado no debe oponerse al estado de la razón, parafraseando al monarca Carlos V, resulta absurdo no sólo entender el problema de gobernar desde una concepción ligeramente elaborada. Sino también, desde la adulancia y el provecho propio por cuanto desde dicha postura no luce difícil dejarse arrastrar por las trampas mediáticas que utiliza un gobierno desprovisto de principios democráticos para derruir valores morales. Y en consecuencia, arrasar con el horizonte de posibilidades de desarrollo al cual tiene derecho una sociedad emprendedora y con conciencia de sus libertades.

No obstante, a decir por la mediocridad que reviste la realidad venezolana, gobernar dejó de ser lo que la nueva ciencia política explica. Particularmente, cuando habla de la gobernabilidad como resultado de un proceso de gestión basado en la conjugación de variables que tocan factores económicos, sociales, tecnológicos y hasta culturales estrechamente entrelazados en el contexto de una sociedad compleja crecientemente globalizada. Pareciera obviarse que la acción de un buen gobierno, compromete razones y condiciones que determinan  la eficacia de los procesos atinentes.

Pero en este país, donde impera la improvisación aunada a resentimientos de la más baja calaña, el problema se exacerba al compás de la desvergüenza asumida por altos funcionarios. Esta situación ha provocado decisiones de efectividad nula por lo que se han empeñado en mostrar realidades en contrario apoyados en un despliegue propagandístico cuyo derroche de recursos ha servido para estimular la corrupción cuyos niveles superan cualquier estimado por avezado que sea. Sin embargo, frente a lo que estas verdades implican cuando se calibran con el arbitrio de los principios, deberes y derechos que consagra la Constitución Nacional, ¿qué puede decirse al momento de “justificar” arbitrariedades o excesos cometidos en nombre del socialismo chanflón que el régimen pretende imponer con el concurso de actores políticos y factores institucionales cómplices de una letal jugada contra el Estado de democrático y social de Derecho y de Justicia?

Los problemas que marcan a Venezuela no tienen más acentuado su origen en ideologismos de imprecisos contenidos o de desgarradores propósitos, que en la intriga y el egoísmo de quienes detentan posiciones de alto gobierno. Cuando estos valores sirven de instrumentos de acción en momentos de necesidad nacional, los resultados son desastrosos pues terminan convirtiendo la sociedad en subordinada de la degradación física, cívica y moral encubierta en la actitud populista de estos sórdidos personajes de marras. Y por supuesto, tan nefastas realidades se tienen cuando se viven situaciones que van del odio a la ineficiencia.

VENTANA DE PAPEL

“PALO ABAJO”

En Venezuela es corriente el empleo de la frase “palo abajo” a manera de significar premonitoriamente que algo va mal o que saldrá mal. Precisamente, decir que el país va “palo abajo”, es lo que cualquier persona con un mediano sentido común puede asentir luego de escrutar lo que está ocurriendo. En lo económico, el régimen ha seguido esquemas trasnochados a consecuencia de la necedad de quienes han estado al frente de la conducción política nacional.
Esta gente, improvisada en términos de preparación y disposición, no ha tenido la menor intención de inducir reacciones determinadas a partir de del esfuerzo mancomunado que encauce una generación y distribución de riquezas producidas desde la organización de un modelo económico que no se intimide ante el libre juego de oferta y demanda para lo cual el gobierno solamente tendría la tarea de controlar y evaluar su impacto con el concurso de políticas públicas adecuadas y pertinentes. En lo social, el régimen se ha avocado a incentivar la mediocridad toda vez que se tiene como seguro “caldo de cultivo” de actitudes macilentas que tienden a quebrantar la voluntad de superación personal tanto como el sentido del orden y de la ética en el comportamiento del venezolano.
Por tan crudas razones, el país ha entrado en un tiempo de mengua cuya influencia ha determinado que la sociedad haya adoptado posturas marcadamente controvertidas. En consecuencia, las realidades se exasperaron de tal forma que muchos viven ahora pensando que el bienestar social es una reconquista producto del derecho natural y no una reivindicación derivada por el trabajo y el deber que se adopta de cara al esfuerzo propio del individuo. Estas degeneraciones vistas como aberraciones paridas por el régimen, han revertido importantes condiciones alcanzadas en el curso de un período de importantes luchas sociopolíticas y socioeconómicas que permitió la democracia.
Ahora, con la alteración inducida por el oprobio del régimen favorecido por la descabellada acumulación de poder, el país ha venido desbaratándose pues el mismo régimen ha sido el artífice del desaliento que se ha instalado en buena parte de su población. Y es lo que hace que la indiferencia prevalezca por encima de la justicia, la tolerancia y el pluralismo político. Con tristeza hay debe aceptarse que el país viene “palo abajo”.

¿CON QUÉ MORAL?

La muerte del expresidente sudafricano y líder de la democracia e icono mundial de la reconciliación, Nelson Rolihlahla Mandela, conocido en su país como Madiba, conmovió al mundo entero. Todos los países con sentido de pertinencia de los valores morales sobre los cuales descansa el desarrollo político, económico y social de una nación, declararon duelo público. Sin embargo, otros países como Venezuela se atrevieron a hacer lo mismo sin que sus gobiernos asuman efectivamente un ejercicio de la política en la dirección de los fundamentos de justicia social que defendió Mandela a pesar del costo personal que para él significaron casi treinta años de prisión.
El régimen criollo decretó tres días de duelo lo cual es casi una apología de la hipocresía que si bien pasa por un hecho de particular diplomacia, constituye una afrenta al sentimiento democrático de quienes, como Madiba, dedicaron su vida a reivindicar principios y derechos que exaltan las libertades del hombre en todas sus manifestaciones. Entonces, más que la declaración de un duelo de pura figuración, ha molestado esa burla hacia el concepto de lucha que encarnó Nelson Mandela en su entrega a combatir el régimen racista del apartheid o segregación racial que  esconde manejos de perversa política.
Quienes respiran sentimientos de democracia en el país, han objetado tan farsante declaratoria elevada por el régimen cuando su praxis adelanta procedimientos determinados por todo lo contrario a lo que exhortó en vida el expresidente Mandela. No hay razón alguna que justifique tan grotesco engaño. Un sistema político como el venezolano, caracterizado por una sed de venganza, de terrorismo judicial y de crasas arbitrariedades, ha caído en el ridículo pues nada de lo que decide es comparable con lo que distinguió el discurrir político, social y moral de Mandela. Un hombre grande en todo el sentido de la palabra. Insigne como "Mahatma" Gandhi, Martin Luther King o Juan Pablo II.
Un verdadero líder, que siempre luchó, no sólo por la libertad, sino también por la paz a partir de su bondad. Sin odio alguno. No como esos falsos líderes y patéticos payasos que han estado delante de maquinarias de gobiernos latinoamericanos. Almas llenas de odio y resentimiento, que sólo dejaron un amargo legado de división, penurias y discordias. Así que no hay forma de disculpar el decreto de duelo del régimen toda vez que sus acciones instigan odio, exclusión y violencia de toda naturaleza. ¿Cómo estos gobernantes indecentes, se han atrevido a dictar tal consideración? ¿Con qué moral?


“Un mal gobierno es como un dolor de cabeza. A pesar que el malestar reduce posibilidades de acción, la visión del mundo se constriñe a tal punto, que las decisiones tomadas casi siempre resultan equivocadas” AJMonagas


Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com


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miércoles, 6 de noviembre de 2013

PACIANO PADRÓN, LA HONRADEZ: UN AUTO SACRIFICIO

"Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada." 
        
El párrafo anterior describe a la Venezuela de hoy, si bien fue escrito en 1958, hace ya 55 años, sin pensar expresamente en nuestra realidad. La escritora rusa, devenida estadounidense y conocida por su pseudónimo Ayn Rand, nacida con el nombre de Alissa Zinovievna Rosenbaum, visualizó lo que es una sociedad condenada, vislumbró nuestra realidad de hoy.

Es incalable esta cacareada “revolución” de ineficiencia, corrupción y apetito insaciable de poder a trocha y mocha. Debemos despertar ya, ¿qué esperamos?, ¿las elecciones municipales del 8 de diciembre?; a ellas debemos ir y participar con todos los hierros, eso es algo que hay que hacer, pero no es lo que hay que hacer. El tiempo exige más, la calle nos espera, la protesta nos llama; debe escucharse nuestra voz. Seguir callando es entrega, y la entrega es traición.

"Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada”, está y estamos en un sistema autoritario y decadente, gobernados por quienes no han administrado ni una bodega, son unos “bueno pa’todo”, que se traduce en “malo pa’todo”. Quien hoy ilegítimamente se desempeña como Presidente pasó de reposero chofer de autobús a Diputado, elevado luego a la Presidencia del Parlamento, después Canciller y posteriormente señalado por los Castro de Cuba como heredero del trono. Quien no produce nada, no tiene derecho a exigir su autorización para que el pueblo y los emprendedores produzcan.

 “Cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes sino con favores”, estás en el país del “ñemeo”, donde con plata mal habida y favores se obtienen logros. “Cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo y que las leyes no te protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti”, estás en el reino de la podredumbre. El Maduro que declara la “guerra contra la corrupción” y pide Ley Habilitante para normar la materia, mira silencioso cómo los de su entorno “se hacen ricos por el soborno” y cómo los boliburgueses chupan dólares sin límite. La Fiscala y la Contralora no ven, la A.N. y el TSJ no se enteran: en la complicidad armónica se pierde la República.

“Cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada”. Tal vez ninguna frase exprese mejor la realidad venezolana de hoy.  De mi parte, me niego a contribuir con corruptelas, a pagar “favorcitos” a funcionarios para que fluya lo que debe fluir normalmente. En estos días me auto-sacrifiqué nuevamente al cumplir trámites burocráticos para concluir una operación de compra-venta. Una vez más padecí en carne propia y constaté “que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio”.

A todas estas, quien con indignidad usurpa el cargo de Presidente de Venezuela creó un Viceministerio para la Suprema Felicidad. ¿Es una burla o una estupidez?, ¿nos percibe imbéciles? No nos calemos más esta guasa y sandez, salgamos a la calle y proclamemos ante el país y el mundo nuestra decisión de no permitir más esta pesadilla. Ya ni siquiera es hora de reflexionar, es tiempo de actuar. 

E-Mail: pacianopadron@gmail.com. Twitter: @padronpaciano.

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jueves, 19 de septiembre de 2013

LUIS GARCÍA MORA, ¿SE VIVE EL PRELUDIO DE UNA IMPLOSIÓN?, AL LÍMITE

     
Son tales la calamidad económica nacional y la envergadura que diariamente está cobrando la crisis económica y de gestión, que a Maduro  se le comienza a percibir el acorralamiento.

El formidable desafío que le desborda. Con sus afanes elementalmente propagandísticos de platea. 

Con su estrategia de alcanzar el total control de la información.

Parece que todo le marcha al garete.

Y que luce prisionero de la estrategia comunicacional cubana –establecida por Chávez– de querer inculcarle a la población la ficción de que nos encontramos en medio de una confrontación militar. Contra el capitalismo, contra el imperialismo, contra la derecha, nacional, mundial, interestelar… con una retórica tan desgastante y aburridamente elemental que crispa.

El propio hombre luce aturdido. Es el fracaso.

Un fracaso que si solamente fuera retórico no importaría, pero ocurre que, después de catorce años enloquecidos, las consecuencias socioeconómicas de sus acciones son concretas, destructivas: catastróficas. 

Todas sus operaciones de maquillaje lucen terribles.

El fracaso se manifiesta en todos los órdenes.

Y no hay “guerra económica”, ni “eléctrica” ni “total” que pueda enmascarar esta formidable desilusión, este pavoroso naufragio. Y sin embargo, ¡vaya ironía!, en lo que sí se ha logrado avanzar es en la destrucción del aparato económico, de tal manera que no estamos atrapados en una guerra económica delirante, pero sí en una insólita economía de guerra.

Porque el manejo de la economía es de locura. Y como en el régimen de El Asad (en el que la ONU anuncia “pruebas abrumadoras” del ataque químico y Ban Ki-Moon afirma que el régimen “ha cometido muchos crímenes contra la humanidad”), aquí, sin esa gesta, los corresponsales podrían informar que si bien no estamos ante la posibilidad de un ataque militar norteamericano (como tal vez un Chávez vivo lo hubiera soñado para saltarse su responsabilidad ante este desastre), con Maduro íngrimo y solo al frente, la economía es de una economía de guerra tras más de catorce años de desmanes.

Aquí, entre las moléculas de carbono, los mecanismos de control de precios artificiales están estallando por las costuras. Y esta escasez de alimentos amenaza con africanizarse (ya duplica la del año pasado). Está obligando a comprar urgentemente en el exterior los 17 alimentos básicos en vías de desaparición. Tan sólo a Colombia tuvo que comprarle 40 mil toneladas de leche, 60 mil de reses, 22 mil toneladas de carne, 26 mil de mantequilla y aceite, y hasta 32 mil cajas de huevos.

Y esto bajo la presión enorme del plebiscito del 8-D.

Mientras, la población de menores recursos luce ahorcada en los supermercados, bodegas y mercaditos callejeros por el desprendimiento del galope de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.

Y ante el desconcierto Maduro, pretende atacar con la creación de un grandílocuo “Órgano Superior de la Economía” para luchar contra este King Kong inflacionario y esta perturbadora escasez desde unas “Salas de Batalla Social” que él dirigiría personalmente desde el búnker (del alemán bunker: construcción hecha de hierro y hormigón que se utiliza en las guerras para protegerse de los ataques, tanto de la aviación como de la artillería), como si fuera el Chávez de ayer pero más desarticulado aún.

Porque el bombardeo sin maquillaje lo abarca todo.

Habrá quien se pregunte cuál bombardeo: ¿el del chavismo o el del antichavismo?

Se aprecia que “sectores de la revolución, que no perciben a Maduro como garante de la continuación del proceso” pretenden justificar el descontento “afirmando que los Castro tienen autoridad sobre Miraflores”. Mientras, desde el otro ángulo, una veterana cabeza de lúcida inteligencia, desmenuza la situación destacando que el mando es una cualidad militar y de los grandes líderes políticos “que no se observa aquí. Ni en los partidos ni en la FAN, dentro de la cual no hay consenso”.

Y uno, el civil, no sabe si es cierto, pero las últimas decisiones de Maduro son las de encadenar diariamente al país con unos supuestos “Noticieros de la Verdad”, intentar un lavado cerebral más completo y agitar el espantapájaros de supuestos planes de la derecha. Lo que lo obliga a uno a pensar en un gobierno inseguro y cogido por las canillas, pues las interrogantes están saltando como canicas. Sobre todo una: ¿no hay consenso sobre quién realmente tiene el mando?

Chávez era un líder: mandaba, aunque nunca gobernó.

“A él le formaron los gobiernos”, como dice mi amigo Faraco. “El primero, Miquilena, y el segundo la inteligencia cubana. Pero para manejar el TSJ y el Poder Legislativo. No el Gobierno”. Y desde ahí controló (o descontroló) el comportamiento nacional.

Ahora hoy a su sucesor se le percibe como un hombre “que no es ni siquiera de aparato: un educado en la subalternidad”.  Se le avista errático ante una ficción gubernamental heredada del líder, aunque sin aquella legendaria capacidad de mando.

Entonces, la pregunta de rigor es: ¿quién manda? ¿Por qué anda viendo conspiraciones hasta en la sopa si la única manera (hipotética) de que la FAN se mueva es al mando de los chavistas. A nadie se le ocurre que el Gobierno pudiese tolerar la existencia de, digamos, ocho batallones de escuálidos en su seno, enemigos a muerte del sistema. Menos con una oposición desconectada de todo conflicto.

No. No puede ser la Oposición, como intenta venderle Maduro a sus correligionarios (y él lo sabe), la que en el terreno fáctico estaría a punto de generarle un 27 de Febrero o un “Caracazo” y con éste una vuelta de campana completa.

No. Aquí pareciera más bien que lo que se estaría viviendo –y ojalá uno se equivoque–  es el preludio de una onda autodestructiva.

El preludio de una implosión.

Lo que obliga nuevamente a servirse un trago. (¡Ah, caramba. Ahora no hay whisky. Ni tampoco cráteres).

aguilaluis_7@hotmail.comEL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 9 de julio de 2013

CARLOS E. AGUILERA A., UN GOBIERNO ATÍPICO


El gobierno de Nicolás Maduro, en apenas cuatro meses ha demostrado no solo la ineficiencia en materia de políticas públicas, sino también la poca credibilidad, a la vista muchas veces por sus manifiestas contradicciones. Por estas y otras razones referimos que este es un gobierno atípico, tal como lo describimos a continuación:

Cabe señalar previamente que atípico es todo lo que se aparta de lo usual. Así reza el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. El Gobierno que rige actualmente los destinos del país, presidido por Nicolás Maduro, es en consecuencia desde el pasado 14 de abril hasta la presente fecha, un Gobierno atípico.

Atípico porque empezó su gestión con el apoyo de apenas un 50 por ciento de la población, elecciones por cierto cuestionadas por las irrefutables irregularidades que presento el proceso, que jamás el CNE dio respuesta al reclamo formal que hiciera Henrique Capriles, que permitió a Maduro ocupar la alta magistratura del Estado.

Atípico porque sus inmediatos colaboradores son las mismas caras conocidas –salvo algunas excepciones – desde hace 14 años, al igual que sus parientes más cercanos.

Atípico porque cuando explicó el propósito de la mal llamada revolución bolivariana, dijo que necesitaba tener junto a él a personas de su confianza.

Atípico porque por primera vez en la historia política de nuestro país, se produjo el hecho insólito de que los más  íntimos colaboradores del finado Hugo Chávez, prosigan enquistados en el poder y en su mayoría militares que ocupan cargos burocráticos, que les permite disfrutar de un doble salario, burlando en consecuencia la Ley.

Atípico porque en tan corto tiempo han sido muchas sus contradicciones y rectificaciones que han motivado la pérdida de credibilidad y de confianza en su palabra.

Atípico porque empezó su gestión de gobierno con una plataforma de lucha que no es otra cosa que la continuación de su progenitor político fallecido, sin beneficio de inventario, al mismo tiempo que adoptó una política radicalmente marcada hacia la izquierda, pero con tinte fascista.

Atípico porque públicamente declaró luego del proceso electoral viciado por las irregularidades antes mencionadas, que aceptaba la auditoría total del resultado cuestionado por su contendor Henrique Capriles y luego se desentendió al igual que el CNE, haciendo incluso caso omiso de las recomendaciones de los países signatarios de Unasur.

Atípico porque mientras reclama la estabilidad del régimen, por otro lado los legisladores del partido de Gobierno con su mayoría pírrica, hacen de las suyas en el seno de la Asamblea Nacional. Diosdado Cabello es el mas claro ejemplo.

Atípico porque es el único gobierno en el mundo que cuenta con facciosos armados, que juran defender a toda costa la mal llamada revolución bolivariana.

Atípico porque insiste en hacer a estas alturas- catorce años después – la famosa reforma del Estado, cuando el resultado electoral del pasado mes de abril le indica que la mitad del país está en contra de las políticas públicas de su gobierno

Atípico porque al igual que su predecesor hace abiertamente proselitismo a través de los medios públicos (radio, televisión y periódicos) cada vez que se le antoja y diría, sin recato alguno, más que Chávez a lo largo de los 14 años.

Atípico porque para lograr mantenerse en el poder hace uso indiscriminado del erario nacional, el cual maneja a su libre antojo y albedrío.

Atípico porque según el ex Vicepresidente de la República y ahora conductor de su programa televisivo por Televen, insiste en afirmar que en esta hermosa tierra de Dios todo está en absoluta normalidad.

Atípico porque, sigue empeñado en ocultar el origen de su nacimiento, circunstancia ésta que pone más aún en entredicho la licitud de su ejercicio en la Primera Magistratura de la Nación.

Por las razones anteriormente indicadas y por muchas más que se sería largo de enumerar, el actual inquilino del Palacio de Miraflores que actualmente preside los destinos nacionales, es atípico cien por ciento.

careduagui@yahoo.com / @_toquedediana

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domingo, 18 de noviembre de 2012

TRINO MÁRQUEZ, EL 16-D, PROTESTA VOTANDO.

Millones de los electores que votaron por Henrique Capriles tienen suficientes motivos para sentirse defraudados por los resultados del 7-0. Cuesta entender que haya sido reelecto Hugo Chávez, el peor Presidente que ha tenido el país desde Cipriano Castro.

La nación está hundida en un caos de anarquía, ineficiencia, corrupción y desidia nunca visto, factores agravados porque la gigantesca masa de recursos petroleros que han fluido hacia el país en la última década, habrían sido suficientes para colocarnos en una plataforma de lanzamiento hacia los primeros lugares entre las sociedades más próspera del continente y del mundo. No ha sido así.
Ese volumen de petrodólares ha servido para enriquecer a unos cuantos boliburgueses, formar una inmensa clientela oficialista, fortalecer la tiranía cubana y permitir el crecimiento económico de Nicaragua y Bolivia. Dentro de nuestro territorio lo que se ve es inseguridad personal, inflación, escasez de productos básicos, informalidad, caos urbano, falta de medicamentos, colapso de la infraestructura. No es sencillo entender cómo con este panorama pudo haber triunfado el comandante y, además, lograrlo sin que exista un fraude electrónico de por medio.
Tampoco resulta sencillo explicarles a los votantes que la oposición subestimó la capacidad de movilización y acarreo del PSUV, la profundidad de la hegemonía alcanzada por el aparato comunicacional del régimen, el dominio casi absoluto que el oficialismo ejerce en las ciudades más pequeñas y en los centros rurales, la enorme capacidad de gasto del Estado clientelar (el más rico de América Latina) y los aberrantes beneficios que proporciona el ventajismo abusivo, sin límites ni contrapesos, que practica el teniente coronel, apoyado en la complicidad del CNE.
La trama de todos estos factores condujo al fracaso del 7-0. Ante este descalabro numerosos electores han reaccionado emocionalmente, como ocurre cuando se pierde a un ser querido. Los votantes entraron en un período de duelo, en el cual se mezclan la decepción, la rabia y la impotencia. El peligro de esta reacción es que puede conducir a la desmoralización y la parálisis. Esta es precisamente la respuesta que busca el gobierno.
El desánimo de los opositores es un formidable aliado del chavismo para las elecciones del 16-D. Lograr el triunfo por la vía del forfait, de la ausencia de los electores de los centros de votación, es ideal para Chávez y sus candidatos. Sin ningún costo para ellos, podrían obtener la legitimidad de origen de los paracaidistas que aspiran a ser gobernadores y diputados regionales, y conseguirían mantener los comicios como norma democrática, alimentando la ficción de la participación ciudadana,.
Los duelos hay que vivirlos. La negación del sufrimiento es dañina sea cual sea la pérdida de que se trate. Pero de los duelos hay que salir porque pueden transformarse en patologías letales para el alma y el cuerpo. El organismo puede enfermarse y el alma envenenarse. El dolor tiene que ir abriéndole espacio a las ganas de vivir de nuevo, sin dejar de evocar lo que desapareció, pero sí convirtiendo el recuerdo en energía para corregir errores y vivir mejor.
Los sectores democráticos deben encarar las elecciones regionales del 16-D con el propósito de cerrar las grietas detectadas en los comicios pasados, mejorar los mecanismos de supervisión que fallaron, denunciar los desmanes del régimen en connivencia con el CNE, y obtener nuevas gobernaciones donde sabemos que es posible lograrlo. Luego del doloroso traspié hay que recobrar el pragmatismo y la sensatez. Con el voto de los electores democráticos es factible triunfar en los estados que actualmente cuentan con mandatarios opositores y sumar, además, Anzoátegui, Mérida, Lara y Bolívar. En todas esas entidades nuestros aspirantes son mejores que los escogidos por Chávez, cuentan con equipos más eficientes y programas de gobierno concebidos para profundizar la descentralización, mantener la democracia, defender la propiedad privada, mejorar los servicios públicos y la infraestructura. Los escogidos por el dedo atómico del caudillo, en cambio, buscarán acabar con la descentralización, implantar el comunismo y el Estado Comunal, y, por esta vía, transferirle aún más poder al autócrata.
Protesta contra los abusos, el ventajismo, el CNE: vota el 16-D.
trino.marquez@gmail.com

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martes, 24 de julio de 2012

ANTONIO JOSE MONAGAS, PIDO LA PALABRA

ABUSO Y AUTORITARISMO


La historia política de todos los tiempos, está marcada por hechos despóticos. Propios del cinismo que ejercen quienes aprovechándose del poder, extreman conductas con el propósito de sobreponerse a toda situación alineada con la ética y la moralidad. Quien abusa se vale de condiciones que favorecen su hostil pretensión. Su comportamiento responde a problemas arraigados a nivel emocional por cuanto nunca logró aprender maneras adecuadas y saludables de relacionarse con los demás. O porque pensó que la única forma de obtener alguna ganancia de toda situación a vivir, debía ser a través del ejercicio autoritario del poder. Para este tipo de personas, la agresividad resulta la excusa perfecta para ocultar su inseguridad, sus miedos y frustraciones. Por tanto, necesita ejercer cierto control sobre otras personas. O porque vivir tales problemas, le incita a descalificar a otros permanentemente.

Naturalmente, cualquier persona puede ser abusador. Pero quienes definen su vida por el mundo castrense, tienden más a asumir conductas marcadas por tan cuestionada condición ya que su posición de autoridad induce en ellos mayores posibilidades de dejarse seducir por el poder. O porque se ufanan, arrogantemente, de poseer la capacidad de mando necesario para conducir un proceso de gobierno en momentos de crisis. Y esta proximidad con el poder, anima actitudes que propenden a tropezar con un ejercicio de dignidad y de honor que poco o nada entienden. De dignidad, en el sentido de que el proceder autoritario no se corresponde con postulados sociales sobre los cuales se apuntala el concepto de ciudadanía. Y de honor, por cuanto en personas así se dan profundas incongruencias entre el discurso expuesto y las acciones realizadas.

No es difícil inferir que el abuso y el autoritarismo constituyen dos caras de una moneda. Por la perversidad que encubren como prácticas políticas, solapan realidades que por sus características deforman propósitos asociados con consideraciones democráticas. Entonces no hay duda de que el abusador es autoritario y viceversa. Entre ambas naturalezas hay un vínculo cuya fuerza de atracción está determinada por los resentimientos que habitan en la persona que así se comporta. Particularmente, cuando cree detentar la autoridad para con ella desplegar posturas que sólo reflejan irritación ante todo, por todo y para todo. Por consiguiente, no hay duda de que estas personas, generalmente uniformadas y armadas, desarrollan habilidades para cometer desmanes. Así le es fácil amenazar al ciudadano común sólo por el hecho de expresar un punto de vista distinto del que éste uniformado espera. En consecuencia, lo humilla o ataca verbal o físicamente. Hace sentirlo culpable para justificar el abuso cometido. Rehúsa disculparse pues siempre tiene la razón. Utiliza sanciones y recompensas para manipular emocionalmente a ese ciudadano inculpado por su arbitrariedad. Necesita dominar las conversaciones e ideas expuestas debido a que necesita considerarse el centro de atención frente a todo. Tiende a invadir la privacidad de cualquiera.

Personajes signados con conductas así, no son extraños. Bastaría con mirar el país para dar cuenta de que esta clase de individuos, es la que detenta el poder político y con el mismo, toda un conjunto de vicios por lo que se permiten maltratar al venezolano cuya mayor y mejor riqueza que no es otra que sus esperanzas y sentimientos de democracia. Ante esta aberrante realidad, se depara una lucha sin desmayo pues no hay lugar para quienes abusando del poder político, buscan derrumbar la consciencia democrática. No hay cabida ni para los excesos, ni para el tiranía. O sea, ni abuso ni autoritarismo.

VENTANA DE PAPEL
LO IMPORTANTE NO ES EL DISCURSO

Lo importante no es el discurso cuando los problemas son calamitosos. Cuando los problemas rasgan la piel del venezolano. Lo importante no es el discurso. Sobre todo, cuando las palabras son como briznas de paja al viento. Cuando las acciones están lejos de promesas que jamás se cumplen. De ofrecimientos que sólo sirven para acompasar la bulla de la demagogia y el ruido del populismo. Entonces, ¿de qué vale un discurso montado sobre aire? Sólo para aturdir sordos y engañar ilusos. Aunque también, para endulzar momentos  que aprovecha quien, desde la tribuna del orador o desde el andamio del politiquero, miente sin la más mínima vergüenza. Por eso es necesario ser cauteloso, caminar con pisada firme para no caer en las trampas de una oratoria infundada. De un discurso que además de atusado de frases rebuscadas o de citas fabricadas en laboratorios de la mentira, no deja nada claro. Por el contrario, resulta confuso. Como decía Cantinflas, "puro buche y pluma". La política exige palabras con sentido práctico. Menos verso y más contundencia. La brevedad no significa sacrificar ideas. Menos, apalear propuestas o recurrir a la sofocante redundancia. Un buen mensaje no requiere sino el tiempo necesario. Pero sobre todo, de un verbo exacto que no vaya más allá de lo que se intenta. Del hecho comparativo entre la verborrea presidencial ensimismada por el calor electoral y la elocuencia fresca del candidato de la alternativa democrática, hay una brecha que revela la angustia de quien se sabe perdido luego de catorce años de insípida prédica y enflaquecida gestión de gobierno. De manera que lo importante no es el discurso.

NUEVO NEGOCIO BOLIVARIANO

El apremio gubernamental por conservar el poder, hace que la inventiva de sus obstinados funcionarios elaboren respuestas que produzcan el escozor necesario en una sociedad que busca mejorar su calidad de vida. De esa manera, el gobierno justifica la represión que emprende en nombre de aplacar una violencia que el mismo incita y que el sentido de las protestas de calle que clama por soluciones inalcanzables, derive en conflictos a partir de los cuales el oficialismo avala el manejo de la situación en cuestión. La opinión del dirigente de Acción Democrática, Danny Ramírez, es categórica. Aduce que "las ultimas manifestaciones son organizadas y las trancas coordinadas por moto taxis que promueven un colapso que le arroja dividendos políticos al gobierno de las ciudades donde estos moto-taxistas han venido multiplicándose". Además, obtienen una ganancia adicional del caos producido, razón por la cual se valen de las trancas generadas para imponer su ley que deja ver sólo arbitrariedad y angustia en la población. Ramírez, señala también que este tipo de prácticas viene repitiéndose toda vez que, al parecer, ha resultado ser un pingüe negocio ya que constituyen el único medio de transporte que  logra superar esas infernales trancas. Aunque lo peor estriba en que dichas acciones son amparadas por el gobierno ya que encuentra en las mismas una razón para acusar a quienes protestan de vandalismo. Aun así, esta situación pareciera ser un nuevo negocio revolucionario.

¿QUÉ ESTÁ PASANDO?

No hay duda de que el gobierno dispone de recursos extraordinarios como nunca antes. Suficientes para resolver los problemas y promover el desarrollo y bienestar del país. Pero en lugar de una democracia, hay una autocracia, un solo poder. La persona del Presidente decide todo, concede todo, permite todo. Hace lo que le venga en gana sin considerar el orden constitucional, legislativo y judicial. La Carta Magna, quedó relegada. Pura letra en mucho papel sin utilidad alguna. Es lo que suele verse como socialismo del siglo XXI. Y que de doctrina política no tiene nada ni tampoco exalta la importancia de las nuevas realidades acontecida en el curso del presente siglo caracterizado por lo que se ha denominado: la Sociedad del Conocimiento, de la Información y la Globalización. ¿Entonces, qué está sucediendo que no hay una reacción encadenada que incite una protesta en esa dirección? Antonio Luís Cárdenas Colmenter, quien fuera ministro de Educación y rector de la UPEL, asegura que "Venezuela no es un Estado democrático sino autocrático, pues todo el poder lo detenta el Presidente Hugo Chávez Frías mientras que los otros poderes públicos actúan de acuerdo con lo que ordena Chávez". El país político, sabrá sacudirse esto encaminándose hacia derroteros alineados sobre el optimismo que otorga estar convencido de que "este mal teatro entró ya en su momento de cierre". Pero no por ello, deja de ser punto de partida la reflexión de inicio. ¿Qué está pasando?