BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta AL LÍMITE. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta AL LÍMITE. Mostrar todas las entradas

jueves, 16 de abril de 2015

NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ, AL LÍMITE

Me preguntaba una lectora ¿Qué hacemos?, luego de constatar que muchos venezolanos tienen años luchando contra esta dictadura. En realidad se preguntaba ¿Qué estamos haciendo mal, que no hemos podido lograrlo aun?
opinan los foristas

Nadie duda que la República sufre un cáncer terminal, que nos gobiernan unos forajidos, que el país se arruinó en sus manos, que nos vendieron a Cuba y a China. Que se han invertido muchos esfuerzos, sacrificios y vidas humanas… y sin embargo no logramos liberarla. Lo cierto es que las suyas son inquietudes que comparto a diario, el fondo del problema es cómo mantener la esperanza ante la terrible tragedia que vivimos.

La realidad es, que es mucho más fácil destruir que construir, para mejor prueba basta con comparar lo que teníamos, luego de largas luchas contra las dictaduras, Gómez y Pérez Jiménez entre otros, y durante los 40 años de democracia, con la realidad.

A estos asaltantes les bastaron 16 años para destruir todo. Las infraestructuras: calles, carreteras, hospitales. Las instituciones: universidades, las empresas del estado, los puertos y aeropuertos, el Poder Judicial, el CNE, La Asamblea Nacional, Las fuerzas Armadas, la policía. Las estructuras de producción y distribución: haciendas, empresas, fincas, comercios, supermercados. Si a esto le sumamos la corrupción del gobierno y del sistema financiero, las violaciones a los derechos humanos, la violencia estimulada desde el poder, la impunidad… es comprensible perder la esperanza.

Mientras tanto, cual Nerón tocando el arpa viendo arder Roma desde su palacio, aquí en el trópico, la destrucción se ha festejado en Miraflores, bailando joropo en alpargatas. Los invitados han sido los hermanitos Castro, la imputada Cristina zapateando con Maduro, mientras la Primera Combatiente lo hace entre Evo y el pedófilo Ortega. Iris vino con uno de sus pranes liberados, ex amigo de Aponte Aponte, de Carvajal, de los Cabello… y decenas de otros.

En una esquina bebiendo encapillados, los extremistas islámicos para que no los vean, estaban en la lista de invitados de Los Tareks, en otra esquina las Chávez susurrando algo al oído de Ramírez. Todos celebran cómo han podido enriquecerse y todo lo que lograron transferir al exterior.

Mi respuesta ante esto es sencilla ¡continuar!, cada paso nos acerca a la meta. Para conservar la paciencia, lo importante es estar ocupado alcanzando objetivos. La solución forma parte de un engranaje que nos supera de manera individual, pero que nos necesita a cada uno de nosotros, la cierto es que para alcanzarla, todos tenemos que aportar nuestro grano de arena.

Ya se percibe la luz al final del túnel, se revela la verdad de esta falsa revolución, sin lugar a dudas se siente la ira contenida, todo vaticina que pronto llegará el momento de la reacción final. Cada quien en su puesto haciendo lo que tiene que hacer, sin perder el objetivo, ¡recuperar la República! muchos son los caminos y quizás tendremos que recorrerlos todos hasta lograr la liberación.

No nos confundamos, paciencia no es inacción, ni indiferencia, es la espera productiva, con esperanza y confianza en nuestra fuerza de voluntad. Basada en la energía y el conocimiento que tenemos dentro de nosotros, para dirigir nuestros pasos hacia donde aspiramos. A quienes pretenden desestimularme les respondo, escribo para eso, para crear conciencia, para incentivar voluntades, convencer indiferentes, para impulsar acciones, para alimentar esperanzas, para ayudar a reflexionar y estimular decisiones.

La paciencia tiene un límite, yo me cansé de gritar frente al vacío, me harté de esperar que otros determinen mi existencia. Yo solo quiero reconstruir mi forma de vida y la de mi país, quiero vivir con seguridad, en democracia y con libertad, sobrevivir solamente no es una opción.

Dentro de mí se encuentran decenas de sentimientos encontrados, me duele el tiempo perdido, me hiere la burla, el desprecio del gobierno, me enoja la indiferencia frente a la pobreza, la escasez y el sufrimiento, me indigna la corrupción, los presos políticos, la destrucción de las instituciones y el dinero regalado frente a tanta necesidad. Pero lo que no puedo perdonar son los jóvenes asesinados y torturados, Geraldine, Bassil, Génesis o el niño Kluiverth Roa ¡no merecen ser olvidados! Llego la hora de echar a la basura todo y todos los que producen en mí esos sentimientos, no puedo seguir esperando, Venezuela hay que salvarla hoy para que exista mañana.

El populismo, la mediocridad, la incapacidad, la corrupción no pueden seguir conduciendo nuestro destino. El proceso interno que vivimos debe transcender el tiempo, la paciencia, cimentando nuestra fuerza de voluntad con una cuidadosa preparación y utilizando nuestro potencial.

Sobrevivir pasará por controlar el miedo y la agresividad que produce la ira, para ser dueños de nuestros sentimientos y comportamientos, cuando seamos atacados. Nuestra acción dependerá de la propia motivación, de la conciencia de nuestra propia fuerza, de la tolerancia que acordemos a la frustración y de la fe en nosotros mismos, para no temer al fracaso y por el contrario creer en el cambio y en el éxito.

De nuestro valor y coraje, de la actitud que asumamos, del esfuerzo y el sacrificio, dependerá alcanzar el éxito, convertir nuestros sueños en realidad y lograr recuperar nuestra esencia de venezolanos y nuestros valores democráticos. De lo que aportemos dependerá conseguir lo posible y lo que parecía imposible en la vida. Algún día diremos no fue fácil, pero lo logramos.

Les estoy escribiendo a aquellos que están esperando una señal para comenzar a actuar, aquellos que están conteniendo la indignación, los traicionados, los engañados, los que también sufren, los que han perdido sus seres queridos, por culpa del gobierno, bajo las balas de hampones, colectivos o militares y policías corruptos… a todos aquellos que tienen que recoger el desafío.

La respuesta del régimen es previsible, peligrosa también, pero a lo que es previsible se le encuentra la manera de enfrentarlo. Recordemos que también es peligrosa para ellos. Lo importante, es que conociendo como actúan los corruptos del gobierno y de los que son capaces, en la misma medida podemos y debemos concebir la defensa.

La fe y la esperanza brindan la fuerza necesaria para la lucha definitiva, si lo podemos soñar, lo podemos realizar. Todo depende de cada uno de nosotros.

Nelson Castellano-Hernandez
nelsoncastellano@hotmail.com
@nelcasher

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, UNIDAD NACIONAL ALTERNATIVA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD, VENEZUELA, INTERNACIONAL, NOTICIAS, ENCUESTAS,

lunes, 9 de febrero de 2015

LUIS GARCÍA MORA, ¿Y LA MORAL REVOLUCIONARIA?,

La corrupción. ¡Ay, la corrupción!
¿Quién iba a pensar en ese 1998, ante aquel Chávez con su proclama apocalíptica en la que aseguraba que había que freír a los corruptos en aceite, que el régimen “revolucionario” que construiría se iba a terminar de consumir en esa misma paila, descompuesto hasta lo rancio?
Traicionaron los sacrosantos fundamentos de una izquierda guerrera y comunista, a la que podían condenar por cualquier razón política o ideológica, hermano, pero jamás por saqueadora, ni por choriza, ni por arrasar con los bienes de la Nación.
Rasgar la linajuda “ética moral revolucionaria”. ¿Qué les pasó, camaradas?
¿Cómo pudieron caer tan bajo, en esta corrupción generalizada que junto al desmadre institucional que nos acoquina tiene al Presidente de la República contra la pared? Y la corruptela se entreteje con las otras crisis: la de gestión social, la económica y la política, ésas que paralizan actualmente al Estado venezolano.
La sentina se filtra por los intersticios, camaradas.
Y la presión es tan intensa que, ante la imposibilidad interna de avanzar con cualquier investigación (dada la exagerada dimensión del problema que se ha estructurado en lo regional, lo continental y lo hemisférico), ya la prensa y la comunidad internacional han comenzado a tomar cartas en el asunto para someter a nuestro abollado país a un crudo examen, dada la posibilidad real de que, si a esto no se le pone coto, se nos convierta en un “Estado fallido”.
 (Si ya no lo es)
Hasta Jorge Giordani, el otrora megaministro para la Planificación Económica Estratégica del fantasioso Socialismo del Siglo XXI, volvió a saltar a la calle desde su santuario para advertir que el termómetro marca 40 grados, que esta crisis hay que asumirla y que hay aprobar una ley draconiana contra la corrupción, aunque los involucrados en la rebatiña se opongan. Todo eso junto a un curioso elemento definitorio: que mientras desde dentro del régimen la supuesta persecución de los corruptos se cierne sobre el estamento civil (con mayor particularidad sobre los miembros del equipo ejecutivo del expresidente de PDVSA, con un Rafael Ramírez aventado a la ONU) las acusaciones más graves de todas las que nos llueven desde el exterior se enfocan sobre el componente militar.
¿Por qué? Ah, ésa es una interrogante muy oscura.
¿Y por qué estas ópticas tan dispares? Porque es ostensible que las tenazas se cierran.
Desde el propio chavismo, por ejemplo, las corrientes de Marea Socialista y Clase Media Socialista (los únicos componentes que hasta ahora están protestando abiertamente contra la corrupción) están solicitando la renuncia en pleno del gabinete.
Y mientras eso pasa, hace unos días y en una especie de discurso alucinado desde el púlpito, Nicolás Maduro hizo un llamado “a la ética bolivariana” y, por supuesto, a la lucha contra la corrupción. Es decir: hablaba contra aquel camarada que se pudrió en algún lugar de nuestro país.
Porque para Maduro, la corrupción es el disolvente más poderoso de la estabilidad gubernamental. Pero, en lugar de saltar para evitar los baches, cae en todos.
Un ejemplo: ¿cómo es posible que un presidente como Nicolás Maduro, que sabe que hay investigaciones en curso por narcotráfico contra miembros de su gobierno, se busca para reestablecer las relaciones con Washington (como si él como jefe de Estado no pudiera coger el teléfono directamente) a Samper? ¡El único presidente latinoamericano al que Estados Unidos le ha quitado la visa por asociación con el narcotráfico!
¿Qué es eso? ¿Hasta dónde puede llegar tanta confusión?
Cierto es entonces, camaradas, que en Miraflores aún están anclados en los sesenta. Y ahora es peor porque, de cara al público, parecen como triturados por la presión militar y se muestran ante el resto de Latinoamérica como los únicos que no se terminan de despertar de esta loca fantasía revolucionaria. Absolutamente fuera de sincronismo.
Y sin tocar piso, como en los volátiles del beato Angélico, no se percatan.
El país se nos está viniendo encima y, en una actitud inconcebible e inquietante, el Presidente de la República todavía no encabeza un programa serio para combatir un problema como la corrupción. Todas sus respuestas devienen tardías e insuficientes, con el efecto gatopardiano tan funesto de mantener intacto el esquema estructural.
No hace nada.
Tanto es así que lo inviable del cuadro apunta a que la situación se va a poner peor. Como decía alguien por ahí: “Pareciera que hay un entramado tan denso en la toma de decisiones del Alto Gobierno que, como todo el mundo protesta cada vez que se quiere ajustar algo, la situación se torna paralizante”.
Entonces las preguntas: ¿Desde dónde se está trancando el juego? ¿Desde el estamento militar o del civil? ¿Quién? ¿Quiénes?
Tal como indicaba en este mismo medio el economista Asdrúbal Oliveros, cuando observamos la caída de compra del salario y las cifras de pobreza, está claro que la conflictividad va a aumentar. Y el riesgo de que el Gobierno opte por acentuar la polarización en un escenario de tierra arrasada se materializa, sobre todo cuando el único objetivo es el de permanecer en el poder.
Es un secreto a voces que el Presidente tiene problemas de liderazgo y que, para decirlo en lenguaje económico, “hay grupos captadores de renta que se oponen a cualquier reforma”.
Porque, camaradas, es sabido que la democracia es un sistema que descree de la bondad universal y desconfía de la codicia humana. De ahí que exija los contrapesos y los controles más rigurosos para impedir los abusos del poder y por eso, cuando aparecen, los debe sancionar.
Pero aquí alguien dio la espalda a todo esto hace mucho tiempo. Alguien cedió ante el ofrecimiento y el soborno, las coimas, la malversación, la subvaluación y la hipervaluación de los precios, los escándalos políticos y financieros y el tráfico de influencias. Alguien cedió al uso de la fuerza pública en apoyo a dudosas decisiones judiciales y las sentencias parcializadas de los jueces, los favores indebidos y los sueldos exagerados de las amistades, a pesar de su incapacidad. Al financiamiento ilegal del partido.
Todo el librito. Entero.
De ahí que la palabra revolución se haya tornado decorativa. Y es que hacerse millonario en su nombre la ha devaluado tanto que, como diría Gabriel Zaid, “no hay una palabra más emputecida”: Revolución.
Hay que admitirlo: lo notable es que siga usándose.
¿Recuerdan hace quinquenios cuando la honestidad revolucionaria era el discurso obligado? Era como la vestimenta indispensable para ser admitido en el asunto. ¿Y todo eso para terminar en una guía práctica para acomodarse en la ruta del éxito, ante una derecha que, como diría de nuevo Gabriel Zaid, era lo inhabitable, el infierno?
Camarada, reconozcámoslo: aquí la bandera revolucionaria sólo ha servido para trepar y prosperar en nombre de los pobres que hemos reducido a la mendicidad política.
Camarada, a ti antes cualquier signo de prosperidad te hacía sentir culpable. Incluso: te hacía sentir vulnerable frente a las persecuciones y chantajes. Pero está aquel juego de palabras ético: no se está del lado bueno por tener razón sino, por el contrario, se tiene razón por estar del lado bueno.
Camarada, ¿alguna vez creíste que podías vivir en el Country o en La Lagunita? ¿Vevir en el Este de Caracas, de donde huiste con sólo abominar de la explotación? Es paradójico, sí: se adoptan las posiciones más radicales cuanto más mejoras el statu quo de tu propio subidón social y económico.
¡Ay, camarada! ¡Cuán fácil es relativizar los conceptos! Mientras tanto, como dice Freedom House, Venezuela es una mezcla tóxica de corrupción y desgobierno.
¿Pero y tú? ¿Qué vas a hacer en este momento tan delicado? ¿Seguirás exasperando los conflictos ante una élite que se muestra incapaz de resolverlos? ¿O recurrirás, como cualquier gorila latinoamericano, a escalar la crueldad, la represión y la cárcel con las armas de fuego?
Camarada: ¿cómo piensas sacarle el cuerpo al matadero?
Luis Garcia Mora
aguilaluis_7@hotmail.com
@LuisGarciaMora

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, SIN SOCIALISMO, OTRA VENEZUELA ES POSIBLE, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, ELECCIONES, UNIDAD, ALTERNATIVA, DEMOCRÁTICA, CONTENIDO NOTICIOSO,

sábado, 29 de noviembre de 2014

LUIS GARCÍA MORA, LA CAPITULACIÓN DE MADURO,

LUIS GARCÍA MORA
Desde ya, Maduro se adentra en el 2015. Es decir en el Mar de las Tormentas.

El paquete de medidas dislocadas, desarticuladas (fatigosas) que acaba de anunciar esta semana, con el barril de petróleo venezolano cayendo vertiginosamente (este sábado estaba en 68.97 dólares) al igual que su popularidad, junto a la disfuncionalidad de su Gobierno, nos obliga a introducirnos en el galimatías de sus medidas.

Económicas.Legales.

Con el tsunami a la vista del 2015 que significa un contorno económico, político y moral, que puede marcar su capitulación.

Y no es cuento. Son hechos.

En principio la economía se va al demonio.

En el futuro inmediato nadie da un céntimo ni en su partido ni en la oposición  por su futuro político, popular.

Luego, para un vasto y creciente sector del PSUV, el estalinismo y el militarismo de la cúpula está acudiendo al maloliente y cubanófilo recurso de la represión, la persecución interna y la purga, para mantener el poder, con unas medidas miserables y obtusas que a lo que apuntan es a lo que supuestamente se quiere evitar y es que desde la base el partido se deshaga por las costuras.

Finalmente la “moral revolucionaria” se fue al carajo.

De manera que ya los vientos huracanados están aquí.

Con episodios tangibles como éste: las bases populares chavistas, aniquiladas por la crisis y la miseria, se sublevan hasta el paroxismo en las redes, ante el escandaloso ejercicio de manirrotismo vulgar del alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, de gastarse una mega pelota de dólares en un festival musical navideño, cuando por ninguna parte se encuentran las medicinas y la comida.

(Creo que tuvo que echar para atrás a Chino y Nacho por una violenta jalada de orejas de Maduro)

Con una disociación política peligrosa, y es que nadie siente en el Gobierno que tiene el poder.

Mientras Maduro corre hacia delante despavorido.

La decisión está tomada, dijo (la de la bomba del aumento del precio de la gasolina), pero “No hay apuro”. No, claro, cómo va a haberlo. Estamos hablando de la variable “tiempo”, timing, tan distinta en el planteamiento económico (donde lo fundamental es no violarlo), y en el político (donde constantemente se viola para “ganar tiempo”)

¿Cómo, sin tiempo, puede aprender a jugar este juego Maduro?

¿Con cuáles juicios de valor se está moviendo?

Lo primero, se sabe, es lo más importante en este momento. Que la economía crezca con baja inflación y que redunde en el bienestar de los venezolanos. Y como es el consenso entre los expertos, estas medidas en el corto plazo no aportan esta visión. En lo fundamental te eliminan el ajuste por inflación y te aumentan la tasa efectiva de los impuestos.

Con lo que esta inflación suelta y sin jinete hace que los números sean cada vez más grandes, a la vez que te llevan para arriba artificialmente con dinero inorgánico lo que al final te obligará a pagar aún más impuestos.

Todo lo contrario de lo que afirma Maduro que estas decisiones permitirán “reimpulsar la economía y garantizar el crecimiento”.

¿En el mediano plazo? Quién sabe. Ahí está la llamada Ley de Zonas Económicas Especiales (como la que tienen los chinos) que pueden promover inversión, junto a la modificación de la Ley de Inversiones Extranjeras, para cuadrar, pues se trataría de Zonas con leyes distintas junto a otras en las que no aplicarían ciertas leyes con otras condiciones.

Es decir que si lo que quiere Maduro es sobrevivir al 2015, visto desde el lado del crecimiento no suma medidas más positivas, mientras que desde el lado impositivo de Marco Torres, sí, recogerán más ingresos.

Con un tema: todo esto tiene que ver con el Gobierno Central que es el que recibe la plata en el despacho de Hacienda, que es el que va a distribuirla, pero el problema más agudo de Venezuela, el fiscal, no se resuelve. Que es el problema de todo el Sector Público: la ausencia de crecimiento económico con la más alta inflación y el desabastecimiento.

Y esto, en el plano económico de las medidas, pues en el funcional del aparato de Gobierno, para muchos dentro y fuera de su partido, la percepción existente –y que Maduro debe cambiar urgentemente– es que se trata de un “Yes Man”, un di que sí o un “Sí, señor”. El típico obsecuente que pasó toda su vida obedeciendo a Chávez y que en su experiencia como canciller le consultaba a cada rato. “Tenía muy poca cuerda”.

Un hombre, un funcionario con la ruta siempre trazada, que ha creado numerosos viceministerios y cambios de personal de un modo tan vertiginoso que en todos los organismos sus cabezas saben que trabajan para un corto plazo antes de que algo o alguien los eyecte. Y “con tanta confusión de responsabilidades, que se hace muy difícil tomar decisiones y cumplirlas, y la información no llega donde tiene que llegar”.

Ha creado una organización que llanamente no funciona.

Por ejemplo, es vox populi que Ramírez sigue mandando en el negocio petrolero, en PDVSA, donde “Del Pino sólo anuncia si hay o no hay gasolina. Y no ha podido nombrar a nadie en la junta directiva. No tiene poder. Y no dura”.

Junto a otro ítem: Maduro nombra a un nuevo ministro de petróleo que no se sabe dónde está, y es más, pasa por Venezuela el ministro de petróleo de Arabia Saudita, Alí al-Naími, y se reúne con el Canciller (Ramírez) y no con el ministro de petróleo. Y es el canciller quien viaja a buscar un apoyo casi imposible para frenar la caída del barril.

Con un (eso sí) conglomerado de medios de comunicación del Estado (sin contar los rendidos al estado) con un presupuesto de más de 3000 millones de bolívares, 740 mil salarios mínimos, según mi amigo, el acucioso Marcelino Bisbal, como modeladores de la sociedad.

Toman del Fondo Chino 4 mil millones de dólares más para metérselo a unas reservas internacionales menguadas, anuncian que multarán a las empresas (que quedan) que cierren la producción (¿…?), y en una Navidad con unos venezolanos tan bebedores y locos, se atreve (impaciente, agobiado) a aumentarle 20% y 30” a las bebidas alcohólicas.

Menos las cervecitas. Ah, no es tan tonto… Pues, seguro, dicen los jodedores, que de haberlas subido entonces sí que hubiera hecho estallar la infinita paciencia que ha mostrado el venezolano.

Sin embargo, recobremos la seriedad: Maduro ha creado un súper organismo directamente controlado por él, el Cuerpo Nacional Anticorrupción, para acabar con la ídem.

No, ni la Fiscalía ni la policía que tenemos (está demostrado para Maduro), sirven para eso (ni para nada). Se tratará de unos funcionarios policiales y fiscales nuevos y especiales que no se sabe de dónde los sacará (“Estoy pensando en nombres, guerreras y guerreros de la honestidad en una tarea histórica”, dijo, y uno imagina  a Los Intocables, de Eliot Ness).

Quizás debería traer a Kevin Costner. O a Sean Connery. Y puestos en esto, hasta a Andy García.

O a la gente del movimiento neo “chavista” español “Podemos”, que ha insurgido allá contra algo (la “corrupción, una pandemia que ha carcomido la democracia española”), que aquí campea en una nueva élite política “revolucionaria”, de signo similar al de ellos.

Una bomba de inmundicia que allá en España estalló (como amenaza con estallar en México) debido a la repercusión de los escándalos seriamente investigados por una (esa sí) institucionalidad más sana e independiente, y ventilados a cielo abierto por unos medios también más libres e independientes. Y que aquí es sólo una escandalosa corrupción que inferimos, porque jamás ha sido investigada a fondo (ni oficial ni extraoficialmente), y un monstruo ante el que Maduro cree que puede jugar de manera retórica.

Que no provoca sorpresa ni conmoción. Porque no son ni siquiera las ramas. Es el árbol entero el que está podrido.

Y no hay ética.

Ni institución.

Y de acuerdo con lo que ha advertido un ex ministro de Cordiplán, de él no conciliar un acuerdo de gobernabilidad, en 2015 se avecina un estado de “conmoción social”.

Y si no se toman las decisiones claves, en 2015 (dicen) la inflación sobrepasará el 100 por ciento.

Y, en 2016, arribará al 1000%.

Y en ese 2016, ¿dónde estará Maduro?

Luis Garcia Mora
aguilaluis_7@hotmail.com
@LuisGarciaMora

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 7 de octubre de 2014

LUIS GARCÍA MORA, CRIMEN Y VAMPIRISMO, AL LÍMITE

La transición venezolana, hacia  la “Patria” o hacia la muerte, está tirada hacia la farsa. Y el presente es una inmundicia.

AUSENCIA DE TURBACIÓN
Se puede trasegar el momento apartando la cara hacia otro lado. Nosotros los venezolanos somos púberes, infantes, y aborrecemos lo incómodo, lo malo, aquello que nos suena a infeliz emergencia.

Nada de malas noticias, de cosas importantes. Nada de gravedades. Lo importante para nosotros es no despertar. “Mi mentira, mi nada”.

De ahí la reacción ante estos recientes crímenes bochornosos. El del diputado Robert Serra y la joven María Herrera, que son distintos y parecidos a la vez. O ante el de Mónica Spears, sacudidor y tremendo por su carga cegadora de America Horror Story. Todo tan similar al del desfigurado Otaiza, en Turgua. O aquel de Jesús Aguilarte. O al de Wilmer Moreno. O a aquel del fiscal Danilo Anderson. O…

Por cierto, ¿quién mató a Danilo Anderson?

SUSPENSIÓN DEL JUICIO
SOBRE LA REALIDAD
Todos y tantos otros crímenes por segundo, a los que tanto el presidente de la República como Diosdado Cabello y el resto los hombres fuertes del régimen, una vez ocurridos, escamotean de inmediato de su contexto real, sea La Pastora o la Regional del Centro o un  matorral, para extrapolarlos a su esquema total y elemental de “Socialismo o Muerte”.

O “Patria o muerte”, que no es más que el marco brutal de un comportamiento extendido a una mentalidad límite, armada hasta los dientes, de patio de prisión o barricada. No a un país sano y civilizado. Es una psicopatía de crimen total que ha terminado por contaminarlo todo.

Manteniendo a la ciudadanía venezolana desde hace quince largos años colgada de ahí, bamboleándose al ritmo de las metralletas y los disparos, mientras que simultáneamente desde los gigantescos megáfonos del poder se nos inocula con un discurso violento que jamás, jamás, ha dejado de agredir.

Un casting que vampiriza el crimen. Cualquier crimen. Diariamente no dejan de reproducirse. De gotear. Mientras tanto, desde la platea, como en un gigantesco circo romano se aplaude o se condena, en medio de una jauría que copa el espectáculo, que chilla “¡Patria o Muerte!”, al tiempo que a todo lo demás se le ciega o se acalla o se ningunea, sin que nadie en su sano juicio alcance a discernir, por supuesto afuera de la fiesta, en la calle, si esto, lo que nos rodea, es el crimen como razón de Estado o el Estado como crimen.

Nadie.

Dicen que seis hombres mataron a este muchacho y a su asistente, luego de bajarse de sus súper-camionetas, armados como en el estado mejicano de Guerrero. Los amarraron, los amordazaron y los apuñalearon. Dos vestidos como santeros (se habla de un componente religioso, junto al resto de detalles de la escena del crimen, como de muchas armas allí).

En su vida. En su casa.

Se cansó de reiterarlo aquel líder: ¡Sí, estamos armados! ¡Ésta es una revolución armada!

No un país: una trinchera. Sin ciudadanos, sino soldados que sobreviven en esta fantasía de muerte y ritos oscuros.

Y el resto de la ciudadanía, que levanta sus muertos de la calle y de sus casas, son otra cosa. No importan, no están ubicadas en las tropas correctas. ¡Porque esto es una guerra, no un país! Y casi todo es espacio y gente a conquistar: blanco, o baluarte.

Ya se identificó a los autores materiales, anunció el presidente de esta especie de República de la Catástrofe, crispado y para luego añadir que también se ha identificado a los autores intelectuales en tiempo récord: el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, y algo indiscernible que llama “la derecha de Miami”.

Y más nada. Es decir: ¡otra victoria revolucionaria!

Se advierte la inmediatez del maquillaje. Y el espejo. Es un pasquín. Y la implementación sobre la marcha, a espuertas, del levantamiento de una República de las fantasías.

Desgastada. Crispada. Torpe. Propia de un desvarío sensacionalista en este país crispado. Y al que se intenta inútilmente gobernar desde una Sala Situacional de creativos y publicistas bien pagados y en un permanente estudio de televisión. Que, ojo, antes era conducido por un animador estrella que ya no está, pero ahora se debaten tratando de salvar el programa con envergadura de un país que se asemeja más y más al patio de una prisión.

 Y no hay aplausos. ¿El libreto? Se elabora y reelabora sobre la acción, que gira cada vez más en torno a la instigación al delito, a la violencia, a la anarquía. Aunque con un aditamento: la impunidad.

Pero la performance amenaza la propia supervivencia del programa. O, tocando piso, del modelo. Porque más allá del programa hay un país. Una nación. Abofeteada y despreciada por el delirio ideológico, pero ahí.

Real. Tangible. Un país maravilloso que aún quiere, que anhela. Extraordinario país que sueña aún en las peores circunstancias con un sistema jurídico garantista y un poder judicial sólido, que lo desarrolle con imparcialidad e independencia, con firmeza democrática. Más libre, más solidario, más igualitario y, por supuesto, como decía el juez Garzón, más justo.

Uno con una independencia judicial que lo adecúe a una firme gobernabilidad. Y no éste, permanentemente desprotegido y asaltado por el crimen en esta especie de cohabitación inmoral e ilícita.

¿Quién mató a Danilo Anderson? ¿Y quién mató a los demás, que son tantos, demasiados?

¿Fuenteovejuna, señor?

¿Todos?

¿O ese Imperio del Mal tras el que se esconde la incapacidad de Miraflores?

Ese más o menos letal en el que la culpa es del otro, de un monstruo: el gigantesco imperialismo yanqui, el capitalismo, la derecha, allá afuera en el espacio exterior.

Esto ante una vasta población con sus cifras del crimen in crescendo. Tres mil seiscientos noventa y un cadáveres, recibidos en la morgue de Bello Monte en un año. Cuatrocientos veinticinco muertos en este Septiembre Negro sólo en la Gran Caracas.

Con un añadido copioso: la banda que secuestró y descuartizó al comerciante portugués José Enrique Maia Sardihna se formó en la cárcel de El Rodeo. Pues como nos martilla la realidad todos los días: el Estado Delincuente es un todo.

Todos estamos confinados en El Rodeo. Todos estamos en prisión.

Todos, incluyendo al Presidente y a los ocupantes de los Poderes y a Cabello y a la Fosforito y al que sea que nazca a partir de hoy, cuando las campanas están tocando a rebato.

Y al tiempo esta subcultura de violencia crece sin consecuencias, o con consecuencias banales.

En su momento los cuerpos de seguridad aseguraron respecto a la banda que asesinó a Mónica Spear y a su esposo (en ese caso no fue Uribe), que la habían desintegrado varias veces, cuando (como decía un sacerdote sabio) a una banda de criminales se la “desintegra” una sola vez, si eres policía y si eres Estado.

Una subcultura de la violencia desde el poder o en el poder, como de unas FARC gobernando desde unas trincheras con poder, desde colectivos armados en el poder y del ataque de palabra violento hecho desde el poder, con un modelaje de violencia desde el poder e imponiendo una conducta violenta desde el poder.

A sabiendas de algo consabido y banal: “Las personas de mayor prestigio: un futbolista, un gran artista, un literato de importancia, un Presidente, un gobernador, son quienes tienen mayor probabilidad (de acuerdo con la psicología social) de que sus conductas sean reproducidas”, como decía Alejandro Moreno.

¡Ay, aquel Presidente! Tan ejemplar, sinuosamente sutil al lanzar sus perlitas de palomas: ¡Extermínenlos!

O sea: no fue el hamponato sin freno quien mató al diputado Serra. Ni el discurso revolucionario y agresivo del líder que basculaba entre el odio y el amor en su desenvolvimiento bipolar.

Violento, aniquilador.

No.

Eso no tiene nada que ver con la inoculación del miedo y la incertidumbre como objetivos de gobierno, con el Estado Delincuente que campea por sus fueros sobre todos.

Ni con esta mezcla de intereses que el ciudadano percibe y sufre, este maridaje que a partir de lo “revolucionario” y económico rompe cualquier diferencia en el campo de lo político, para facilitar el cruce de negocios ilícitos. Ni con la inseguridad ciudadana y sus cifras alarmantes, que en continuo fluir superan todas las estadísticas anteriores.

En esta inexpugnable caja negra donde las cifras se esconden, se manipulan, se niegan, se tuercen y se retuercen, para retirar bajo la alfombra los 7 mil 960 homicidios de 2001 y los casi 10 mil de 2011 y el promedio de 1.611 homicidios mensuales y los 53 asesinatos diarios, en el que un ejercicio de la más cruda impunidad evita que los crímenes se persigan y se castiguen, y donde desde el poder todo se relaciona con el “sicariato” pues, como es sabido, desde el punto de vista policial es la modalidad delictiva más difícil de perseguir.

Cabello: fueron sicarios. Maduro: fueron sicarios. El último ministro de Relaciones Interiores después de los 11 que ha habido desde el 2000 al 2011: es sicariato.

(Y borren los videos. Nada de eso de que en 2010 se determinó que en los últimos tres años de cada 100 homicidios, 91 quedaron impunes. Sólo se habría hecho justicia en 9).

José Martí decía que es criminal quien sonríe al crimen (ojo: es Martí citado por Marcos Tarre y Tablante en sus momentos sublimes). Quien lo ve y no lo ataca, quien se sienta a su mesa, quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesados, quienes reciben de él el permiso para vivir.

Cántico leve en esta estructura de la delincuencia organizada, dueña de penales y ciudades, donde todo huele a búsqueda de publicidad.

A maniobra de oportunismo político.

A frivolidad política.

A esa voz poderosa de quien ordena que, al terminar, arrojen las armas en un rincón.

Y a esta silenciosa aquiescencia.

Luis Garcia Mora
aguilaluis_7@hotmail.com
@LuisGarciaMora

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

martes, 17 de junio de 2014

LUIS GARCÍA MORA, ¡VENEZUELA, LLEGÓ GODZILLA!, AL LÍMITE

Nuestro enclaustramiento como país (como venezolanos), dentro de esta economía catastrófica, está convirtiendo nuestra existencia en una espectacular penuria cuasi cinematográfica. Aunque no llega de la mano de la Warner Bros. Pictures, sino de una cáfila dirigente (peligrosamente ingnorante, diría uno) que ha producido tal acumulación crítica de desequilibrios macroeconómicos que está devastando la sala de máquinas de la nación.

O, por decirlo de otra manera, está destruyendo los bloques del motor de este artefacto que llaman Venezuela. Algo que alguna vez fue un país próspero o en vías de…, y que ahora, bajo este “alto mando” cívico militar, navega en un extraño mar inmóvil.

EL MAR DE LOS SARGAZOS, ¿NO?

Y todo en medio del sonido ensordecedor (no, no lo nieguen) de una retahíla de alarmas que proceden desde dentro y fuera del país, incluso desde las partes todavía sensatas de eso que llaman “chavismo”.  Me agarro de lo que hay (sin juicio previo): por ejemplo, de la botada este jueves de Temir Porras, una ficha, me dicen, muy cercana a Cilia Flores, fulminado de su cargo como Comisionado Presidencial de Asuntos Estratégicos del Gobierno, ex presidente del Fonden, del Bandes y uno de los hombres más influyentes del gobierno de Chávez y del de Maduro. O de la sacada del juego de Giordani y de la ajetreada y enigmática ejecutoria o performance gubernamental de Ramírez.

Porras, rara avis dentro del erial ejecutivo del chavismo (incluyendo sus estudios de Ciencias Políticas e Historia en La Sorbona y en la famosa Escuela Nacional de Administración de los funcionarios públicos franceses y algunos renombrados políticos europeos), se ha atrevido a lanzar un documento interno crítico de la actual conducción, que al mismo tiempo plantea claramente que el chavismo necesita de un liderazgo personal sólido, y que el de Maduro reclama angustiado que “hay que hacer esfuerzos por manejar una economía tal como es hoy, y no como quisiéramos que fuera en un mundo que aun no existe”. Y que “la política es un lujo para quienes viven en la angustia de la supervivencias y preocupados por el mañana”. Y que “lo de llegar a fin de mes con una inflación del 5% origina un pase de factura inmediato”.

Constituyen clarinadas de advertencia: “Conducir con racionalidad la política económica no es neoliberalismo [...] En cuestión de meses podemos perderlo todo, por lo que se debe invertir esta tendencia y rápido”. Un llamado a poner los pies sobre la tierra a esta especie de camarilla irracional que ha metido al país en un agujero oscuro, ¿quizás hacia nuestra desaparición como Estado? Y ni siquiera por Maduro: Porras reclama que “Chávez jamás habló de una situación transitoria, ni de un cuerpo colegiado”. ¿De gobierno? Hasta ahora, hacia adentro a Maduro se le ha reconocido como el Presidente de la República, pero no como el jefe político del chavismo.

FALLAS SÍSMICAS SÍ LAS HAY.

Al menos en nuestra actual situación, en la que por un aciago trastrocamiento institucional el Gobierno, el Estado y el Partido, como en Cuba o Corea del Norte, constituirían una sola estructura de poder, estarían ocurriendo las cosas más insólitas. Por ejemplo: hace dos semanas (me cuentan) que a una reunión con Héctor Navarro y Julio Montes, se presentó el profesor Giordani con una carta en la que, según, expresaba su “último testimonio” (recordemos que tiene 3 tomos publicados) sobre esta Revolución. El tomo con el que desaparecería de la escena pública. Y dijo que la leería en el último directorio del Banco Central de Venezuela, criticando duramente la política de Maduro. “Lo he meditado mucho”, y que les dijo, “pensado mucho, y tengo que hacerlo”. Por supuesto, sabía que en ese último directorio lo iban a sustituir (como ocurrió), cuando se levantó y pidió la palabra.

SILENCIO Y MURMULLOS.

Y dicen que él, más caliente que plancha de chino, “la leyó hasta el último párrafo y solicitó la renuncia inmediata de Maduro”.

Y SE PARÓ Y SE FUE.

Mal trago. Dicen que está atravesado en lo más profundo de la garganta de Nikolai y del régimen. Como un fuego frío que les atraviesa la espina dorsal. (Ha prometido colgar la carta en un blog).

UNA EXPECTATIVA MAYOR QUE LA DEL MUNDIAL.

Otra. Por que hay unos cuantos venezolanos en la banca internacional que, por un suculento bono, escriben y monetizan a favor de la República y mandan informes premiados con conexiones en el Alto Gobierno: cuando los funcionarios de Crédito Público los llaman los atienden.

Hace mes y medio uno de ellos se trajo (me dicen) a los inversores institucionales más importantes compradores de papeles latinoamericanos en Estados Unidos a una privada reunión con Ramírez. En ella se les daría el feeling económico real para saber si aquellos compraban o recomendaban comprar los bonos venezolanos. ¿Qué les habría dicho Ramírez, serio, frío e intenso como es? Primero: “Nos equivocamos. El modelo fracasó. Las empresas en manos del Estado no han resultado. El Estado se sobredimensionó a un costo altísimo. Y ahora estamos pagando las consecuencias de esas políticas erradas. Vamos a empezar a devolver esos activos a la gente que ha demostrado históricamente que ha sido eficiente manejando sus empresas. Por ejemplo: el sector petrolero y los expropiados del Sur del Lago. Aplicaremos un plan para paulatinamente para ir indemnizando los daños y transferir la propiedad de esas empresas a sus antiguos dueños. Y vamos a hacerlo también en el agro, las tierras expropiadas a la gente que con su trabajo las ha hecho productivas”.

Segundo: “Vamos a un cambio único, libre y flexible. Esta anomalía de cuatro tipos de cambio ha traído corrupción y un impresionante auge del contrabando”.

Y tercero: “El tema de la gasolina. Una parte de la gasolina se va por la frontera con un costo terrible para la Nación. El tema de la gasolina para nosotros constituye un subsidio de 20 mil millones de dólares frente al costo internacional”.

Seguirían otras cosas menores. La apertura petrolera. Los convenios. La creación de un fondo de ahorro petrolero para los venezolanos, para aminorar la presión sobre el consumo.

Los tipos oyeron y dijeron “¡Ya! Los problemas económicos se van a resolver”. Y esto lo dicen avalados por Bank of America, que invitó con notas previas sobre la situación económica venezolana.

Y con la velocidad que lleva esta locomotora, parece que fue cuestión de horas la reacción de Elías Jaua, quien dijo: “¿Aquí? ¿Devolver las tierras? ¿A quién? ¡Esas tierras son de la República!”.

DESGRACIADO. INESPERADO. ESPECTACULAR.

Así es el estilo de la toma de decisiones en el puente se mando. Así se marca el ritmo del traquetear hacia el abismo.

Claro, con unos anuncios cada vez más débiles de Ramírez y el drama que se dice está viviendo el que montó el encuentro, que al parecer lo llaman “El Kid“, como al pítcher cerrador.

El drama se licúa en el mismo fluido del desabastecimiento. De la dificultad para honrar la deuda con las empresas privadas, con las ensambladoras, con la industria farmacéutica, la de alimentos.

Un drama, una situación que poco a poco comienza a constelizar en el cielo (económico) una pregunta: ¿cuándo se le plantea a los acreedores la posibilidad de refinanciar una deuda?

FÁCIL: CUANDO NO PUEDES PAGARLA.

¿Y QUÉ SIGNIFICA ESO?

Que después de una crisis de liquidez se pasa a una crisis de solvencia. Es decir: de una tos severa a una neumonía. O lo que es lo mismo: que de la incorrección de los desequilibrios, de los monstruos, algunos olfatean un default de la deuda externa que estaría al cruzar la esquina y que:

Uno. Ramírez estaría claro en lo que hay que hacer. PDVSA no puede con la deuda social y hay otra noticia terrible: se suspendió el diálogo de paz con los empresarios sin una sola muesca de racionalidad.

Dos. nivel de contradicciones internas es tan grave que es imposible un viraje económico. De ahí la defenestración de Temir Porras.

Y tres. Que podría desatarse el desespero de las facciones.

Sí. Y en eso estamos. Todos. Ante una espectacular aventura, casi cinematográfica, ante una especie enorme de dinosaurio económico mutante. Un Godzilla. Y como aquél, el original: ante una representación del miedo como la que experimentó Japón después del bombardeo atómico norteamericano. Un monstruo de espectaculares dimensiones, aunque el bombardeo nuclear haya sido provocado por otra mutación: la de una especie jurásica que habla en ritmo de guaguancó. Y con acompañamiento de antipáticas campanitas chinas. O norcoreanas. O rusas. ¿Qué importa?

DE CUALQUIER MANERA. ¡YA VIENE GODZILLA!

Luis Garcia Mora
aguilaluis_7@hotmail.com
@LuisGarciaMora


EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

miércoles, 16 de abril de 2014

LUIS GARCÍA MORA, HAY QUE DESMONTAR EL DESENCUENTRO HENRIQUE/LEOPOLDO, AL LÍMITE

Un examen frío, desde enero hasta abril, hace imperativa una nueva estrategia de la oposición. Una estrategia que parta de la protesta pacífica: sin abandonar y abriéndose al diálogo.

 La oposición debe negociar.

Debe hacerlo desde una posición firme, como la actual, y por encima de todo con un compromiso fuerte y no mercenario con el proyecto de oposición democrática que se ofrece desde la MUD y desde fuera de la MUD.

 Como afirmaba un experimentado líder y estadista: “Nadie que no crea en lo que hace y ofrece genera esa credibilidad imprescindible para el ejercicio del liderazgo”. Y es cierto: todos somos una mezcla de valores e intereses, pero el liderazgo político es más poderoso en cuanto menos intereses personales o grupales o mezquinos involucre el compromiso.

 Y esto va con Henrique, Leopoldo y María Corina. Y todavía más allá: con la parte sana de la MUD (dentro y fuera de ella) y la no tan sana (dentro y fuera del país).

 El compromiso es demasiado grande y no admite errores ni inescrupulosidades de ninguna índole.

 Se impone la hora del juego limpio.

 Sobrevenido del cronograma político e institucional para el régimen, a la oposición democrática se le impone el momento de relegitimar legal y constitucionalmente la composición del nuevo CNE y de lo que funge como Tribunal Supremo de Justicia.

 Se trata de un hecho y un mandato. Importante. Fundamental. Y esto no puede ser manejado con criterios de pulgas amaestradas.

 No es fácil. No va a ser fácil. La dirección de la Oposición (sí, con mayúscula) tendrá que abandonar de una vez por todas este acostumbrado pero ahora peligroso manejo en las catacumbas. Y así deberá dirigirse al país: hablarle de frente, al opositor y al no opositor.

 Hay una indudable fuerza en Maduro y su régimen. La única que le queda: la cívico militar.  O, mejor dicho, la militar cívica. Al revés.

 No cuenta con los trabajadores ni con los estudiantes. Ni con los empresarios ni con las academias. Ni con las universidades ni con la Iglesia. En lo que se refiere a las estadísticas de popularidad, ni él ni su gobierno son mayoría. Y lo saben: ya la Oposición no es minoría. En lo que va de enero a marzo, según el cruce de las encuestas, el bloque pasó de 37 puntos a 47. Compacto, radicalizado, frente a un bloque gubernamental entre 36 y 37 puntos.

 Se ha producido un quiebre relevante.

 Y el poder omnímodo oficialista cuenta solamente con un partido y con una estructura férrea: el PSUV, movible pero de donde nadie se retira, y las Fuerzas Armadas Nacionales, una estructura organizativa que se rige por rangos y cargos y que se transforma todos los años. Ésa es la únicaunión (o cemento) que mantiene el Gobierno que, desde ahí, mueve sus tentáculos hacia los Poderes Públicos controlando el Estado.

 Por un lado, estas circunstancias lo hacen represivo por su condición estalinista y militar, sin el concepto civil de ciudadanía. Por el otro, lo peligroso es que la estructura que soporta todo es la de la figura presidencial: la institucionalidad de la Presidencia, que siempre en nuestra democracia fue objeto de preocupación e intención de reinvención y reforma pero que, sobre todo durante los lustros de Chávez, ha sufrido una hipertrofia que la hace voluptuosamente apetecible para ese mismo estamento cívico militar.

 Y esta visual es de suma importancia para entender la situación. En una frase: la conducción de la actual resistencia no puede continuar desgastándose entre los extremos de la resistencia pacífica y la violenta. Entre una oposición que no entiende que se puede caminar y mascar chicle a la vez, sin irse al piso e insiste en desmovilizar el momento. Y otra masiva y multitudinaria en ciernes, que por su cuenta y a la deriva toma las calles. El sacrificio y coraje de esa juventud requiere de atención inmediata.

 Uno considera que constituiría un error desconectarse de esta inmensa masa de energía política cargada de disidencia civil que, como acaba de denunciar la Iglesia Católica, es objeto del intento de pacificación y apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la más brutal represión física que recordemos.

 Por eso que se cree que, primero, hay que desmontar de inmediato el desencuentro entre Henrique Capriles Radonski y Leopoldo López y entre éste último y Primero Justicia y Julio Borges. Y María Corina. Ya. Y no hablemos del resto de la composición de la MUD.

 Este desencuentro mellizal, cargado de profundidades que por el momento sobran, está afectando una agenda política superior. Todos los implicados en este momento tienen un compromiso del más alto nivel, por sus liderazgos reales, con la conducción total y la búsqueda de una salida a la actual situación.

 Esto es un hecho.

 Y se podría decir que, después de obtener un triunfo en el primer round, quienes pensaban que era una pelea de un solo asalto ya a estas alturas deben de haber comprendido que la ruta rápida es sólo deseo, voluntarismo y riesgos inútiles si no se articula en el tiempo de una poderosa protesta pacífica. Orgánica. Organizada.

 Como demuestra el Instituto de la Paz (PRIO) en Oslo, en su estudio La estrategia lógica del conflicto no violento, las campañas pacíficas de resistencia civil han sido doblemente más eficientes para lograr sus objetivos que las insurgencias violentas, incluso ante regímenes autoritarios. Y, como afirma Erica Chenoweth en una entrevista con Andrés Correa en Nueva York sobre su teoría de la regla del 3.5%, el poder no está en las armas sino en la gente. Ningún gobierno puede soportar resistencia constante, activa, visible, coordinada e inclusiva de apenas 3.5% de su población, sin terminar cediendo ante las demandas o desintegrándose.

 De manera que, sin desactivar la protesta civil e incluso incrementándola con concentraciones y movilizaciones masivas, sin desactivar las iniciativas de diálogo actualmente en marcha, pues el Gobierno está obligado a crear las condiciones para que lo haya, la Oposición debe reacomodar la estrategia.

 Con coraje, sin miedo y sin complejos, debe reconducir estas aguas. Sin traicionarlas.

 Como pragmáticamente advierte Amnistía Internacional: “Es cierto que hay dificultades para el diálogo, para ese acercamiento, pero en la situación en la que estamos, con altos índices de criminalidad y proliferación de armas y municiones en manos de la población, resulta indispensable”. No sólo es el caos al que ha conducido este Gobierno, más la amenaza de guerra civil que alimenta y cimenta, sino también el peligro de disolución social que enfrentamos, sin apoyo y sin institucionalidad que nos soporte.

 Se sabe y se dice, adentro y afuera, que “sin una salida pacifica lo que hay es un conflicto armado”. Realmente es necesario mantener el impulso.

 Esto se parece al régimen de Nicolás I… o de Putin. Podríamos (sin saberlo) estar en medio de la desintegración.

 Es imperativo trazar los límites ya.

 CRÁTERES

 - Podemos ampliar la base social de la protesta, ¿pero con cuál salida? Si ambos, Leopoldo y Henrique, quedan enterrados en un callejón sin salida, salga bien uno de ellos o no, todos nosotros saldríamos divididos. Éste era el juicio político de dos partidarios de ambos, al examinar lo delicado de la situación. “Hay que dar pequeños gestos, pues en alguna parte hay interés en que no haya unidad. Y la agenda de ambos está afectada por los viejos recuerdos”. “Hay que pasar urgentemente la página de las disputas, de los antagonismos…”

 - La escalada de la Sala Constitucional del TSJ, según advierte la jurista Beatriz Di Totto (cabeza de una lógica jurídica casi kantiana), al destituir sumariamente a los alcaldes Scarano y Ceballos y a la diputada María Corina Machado, aparte de los actos de agresión e intimidación física realizados contra ciudadanos indefensos, constituye todo un salto cualitativo en la violación de la Constitución y las leyes. “Es probable que los acontecimientos del país, encendido en protestas y desbordado por vías de hecho en todos los órdenes, nos distraigan y abrumen hasta el punto de que no advirtamos que esta jurisprudencia eleva mucho la magnitud de la escalada que, sin duda, es tal. No sólo por la jerarquía del órgano que la emprende sino, sobre todo, por la naturaleza de sus funciones garantistas de los derechos ciudadanos y nacidas bajo el amparo de la Constitución de 1999. Acabamos de romper otro dique. Lo más triste es que quien lo destruye es justamente el mismo órgano cuya razón de ser era velar por su preservación”.

 - Como decía un amigo, se trasladan a San Cristóbal nada más y nada menos que la Ministra de la Defensa y el comandante del CEO Padrino López para liberar la esquina de la Ferrero Tamayo con la Carabobo y el ingreso a Los Pirineos, sin detenerse a pensar en lo absurdamente “asimétrico” de su actuación…

 - Y como decía alguien más, el objetivo de la política democrática no consiste en eliminar las pasiones ni en relegarlas a la esfera privada, sino en movilizarlas y ponerlas en escena dentro del respeto del pluralismo. Así que algunos dirigentes no tendrían que tener temor de moverse…

 - Y admitámoslo: lo que están haciendo con Julio Borges y Ramón Guillermo Aveledo es muy burdo…

Luis Garcia Mora
aguilaluis_7@hotmail.com
@LuisGarciaMora

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,