BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL
jueves, 22 de marzo de 2012
MARCO TULIO CICERÓN: EXPROPIACIÓN E INDEMNIZACIÓN
domingo, 25 de diciembre de 2011
SOLEDAD MORILLO BELLOSO: LERDOS E IMPÁVIDOS (CASO GLOBOVISION)
No podrá tomarnos por sorpresa el 1° de enero la noticia de toma de Globovisión por el "Estado"
miércoles, 2 de noviembre de 2011
MERCEDES MONTERO: LA LEY DE ARRENDAMIENTO INMOBILIARIO EN VENEZUELA
Esta Ley es un atropello inaudito, es una confiscación, un arrebato del trabajo ajeno. Quienes aprovechen esta ley para apropiarse de la vivienda que tienen alquilada, están cometiendo un acto ilícito, una injusticia.
lunes, 27 de junio de 2011
ANTONIO JOSÉ MONAGAS: ¿DEPORTE EN ASCUAS?. PIDO LA PALABRA

domingo, 21 de noviembre de 2010
¡EXPRÓPIESE AL ESTADO!. JUAN CARLOS APITZ

Por consiguiente, dada la manifiesta voluntad gubernamental de estrenar el socialismo (o mejor dicho, comunismo) bolivariano en Venezuela, nos preguntamos: ¿Puede hacerse la revolucion a través de la legislación?
En ese sentido, hacia fines del siglo XIX, el coautor del Manifiesto Comunista de Karl Marx, Friedrich Engels, pareció distanciarse de la idea nuclear del famoso librito de que el Estado capitalista es "como la junta directiva de la burguesía, el órgano donde, siendo competidores entre sí, acuerdan las bases para la supervivencia y beneficio de su clase". En su Prefacio a la edición inglesa del volumen I de El Capital, Engels observaba que en Inglaterra las condiciones eran tales que "la revolución social podría hacerse por... medios legales" (Engels, F. (1886/1983), "Preface to the English Edition", en Marx, K. El Capital, Tomo I, Lawrence & Wishart, Londres).
De este modo, sugería que dadas las condiciones adecuadas, el socialismo podía lograrse por medio de la lucha democrático-parlamentaria y que esta lucha es capaz de transformar al Estado en un instrumento, por así decirlo, de la junta directiva del proletariado. Por lo que presume que el Estado existe para la ley y la ley es lo que las mayorías parlamentarias determinan que sea. En consecuencia, la implementación del socialismo sólo requeriría el logro de una mayoría parlamentaria socialista que frente a la consternación burguesa decrete al socialismo con un acto legislativo. Se trata, entonces, de una vía parlamentaria hacia el socialismo. ¡Eureka! ¡Lo encontré!
Por tanto, no hay nada nuevo bajo el sol venezolano. Esa antigua disidencia estratégica con su compinche editorial trata de la esperanza de Federico Engels de que la representación democrática "de la clase obrera" pueda llevar a una transición pacífica al socialismo mediante actos parlamentarios. Lo que desenmascara definitivamente al disfrazado socialismo chavista y su modus operandi, en el que se utiliza a la democracia y sus instituciones para aniquilar a la democracia misma. Estos mecanismos no pueden considerarse como meras escaramuzas anecdóticas o coyunturales, aunque algunos políticos y abogados se queden en la superficialidad, sino como uno de los atajos para debilitar y arrasar nuestras democracias, y, sustituirlas por la sociedad comunista.
Ahora mismo, un fantasma recorre el Palacio Federal Legislativo, el fantasma del comunismo… y se escuchan voces del más allá: ¡Exprópiese!
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jueves, 11 de noviembre de 2010
TRIBUNA LIBERTARIA., RAUL AMIEL - COMPENDIO OPINÁTICO.- 11-11-2010. OPINIONES DE TRINO MARQUEZ, IGNACIO AVALOS GUTIÉRREZ Y RAFAEL PIÑA PÉREZ
* EN LA POLTRONA DEL SECTARISMO. IGNACIO AVALOS GUTIÉRREZ
* LA VIVIENDA. RAFAEL PIÑA PÉREZ

El teniente coronel, tan dado a la demagogia y al populismo más ramplón, decidió atacar el problema de los supuestos ilícitos de los constructores con el peor de los métodos, ese que consiste en matar al paciente.
La industria de la construcción se tornó extremadamente compleja desde que Hugo Chávez llegó a la presidencia. Los constructores privados, por los arraigados prejuicios de los comunistas, han sido tratados como criminales en potencia. Ya desde la famosa ley habiltante de 2001, desencadenante de los sucesos que culminaron con los episodios de abril de 2002, el comandante se las dio por atacar a los constructores privados. Luego vinieron la estatización de CEMEX, la reestatización de SIDOR y la expropiación, en días recientes, de SIDETUR, con el nada oculto propósito de controlar la columna central de la construcción de inmuebles: el cemento y la producción de acero y cabillas. A estas medidas hay que agregar la eliminación del IPC que disminuyó el atractivo de la construcción de complejos habitacionales.
Las tensiones permanentes que el régimen mantiene con el sector privado han llevado a que durante la docena de años que el Chávez tiene en el poder, haya sido el período en el cual menos viviendas se han construido y el déficit habitacional -medido por el hacinamiento, las viviendas en mal estado y las construidas en lugares precarios- más ha aumentado. Esa carencia ronda los dos millones de unidades. Esta cifra se incrementa a un ritmo cercano al crecimiento vegetativo de la población; esto es, alrededor de 2% por año. Es decir, que dentro de apenas diez años el déficit puede andar por el orden de las 2.400.000 viviendas. Un problema de estas magnitudes no puede resolverse peleando todo el tiempo con la gente que se dedica al exigente oficio de levantar casas y edificios residenciales. Este segmento de la población tiene que lidiar con los bancos que realizan los avalúos y desembolsan el dinero de los préstamos, con los numerosos organismos oficiales (nacionales, estatales y municipales) que conceden los permisos de habitabilidad, con la mano de obra y los sindicatos que no siempre entienden las exigencias de la construcción y la atmósfera pesada en la que ella opera. Construir está muy lejos de ser una actividad cómoda, sencilla y placentera, no importa cuán gratificante sea el resultado final.
La decisión de expropiar las urbanizadoras forma parte de los sainetes que el gobierno monta con el fin de atemorizar a los inversionistas y ganarse el aplauso de los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Esa algarabía es pan para hoy y hambre para mañana. Funciona con la misma lógica de los controles de precio y de cambio: satisface el impulso inicial de los desesperados que se quejan del comportamiento de los precios y exigen la intervención del Estado para regular, pero en el mediano plazo provocan más inflación, mayor escasez y peor calidad de los productos que se ofrecen. El remedio resulta mucho más dañino que la enfermedad. Este será el efecto de las nuevas agresiones a los urbanizadores.
En un país tan descompuesto en el orden moral y material como es la Venezuela chavista, no resulta extraño conseguir empresarios inmorales que se aprovechan de la necesidad e ingenuidad de la gente para abusar de ella. Si tales injusticias se cometen y se comprueban existen mecanismos para castigarlas. El artículo 114 de la Constitución señala que “el ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la cartelización y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo con la ley”. Ahora bien, nadie sabe cuáles son los delitos que se les están imputando a esas urbanizadoras. La decisión de atacarlas obedece más a un capricho, a la intención de demostrar que Chávez sigue teniendo el poder absoluto, a pesar de la derrota sufrida el 26-S, y al objetivo de sembrar terror, que al propósito de introducir orden y racionalidad en un grupo que supuestamente actúa en contra de los intereses de la clase media.
Si los constructores en cuestión hubiesen cometido alguna irregularidad, lo más conveniente habría sido aplicarles una penalidad ejemplarizante, que sirviera de modelo disuasivo para los demás empresarios, pero que no cercenara la iniciativa privada. Se les podría haber castigado con una severa multa (por cierto, si por cometer infracciones al gobierno se le cobraran multas, estaría arruinado). Pero la seriedad está reñida con este gobierno de quinta. En adelante si un empresario lo pensaba diez veces para acometer la edificación de un complejo residencial, ahora lo pensará mil, y, probablemente no lo hará.
Muchas gracias, comandante Presidente, por su valioso aporte.
EN LA POLTRONA DEL SECTARISMO. IGNACIO AVALOS GUTIÉRREZ
I.
El Presidente Chávez ha decidido ignorar a la oposición, es decir, según la aritmética del pasado 26 de septiembre, a esa mitad del país que se permitió ejercer el democrático derecho de discrepar de su gobierno, y ha afirmado, palabras más palabras menos, que los que votaron en contra suya son traidores y oligarcas (o pendejos que se han dejado engañar). En el fondo, se trata, así pues, de la descalificación moral del adversario, como si la honradez política dependiera ahora del apoyo a gestión presidencial.
La realidad venezolana, en su interpretación oficial, muestra a un país cada vez mejor, en marcha indetenible hacia el socialismo, gústele o no a ese gentío de apátridas que sospecha, de pasada, que esa versión de la realidad, puesta en discursos y numeritos, muchas veces traídos por los pelos, ha sido elaborada con medias verdades y ficciones, tratando de disimular hechos inaceptables.
Pero la revolución, o sea, la realidad, no se discute, porque según la advertencia al uso, se ha comprobad que debatirla con el adversario es nocivo para la salud política del militante, a quien no le sientan bien los aires del debate. En fin, ya se sabe, el sectarismo es muy cómodo (reduce la necesidad de pensar), sobre todo si viene administrado sacramentalmente por el Presidente y se garantiza, culto a la personalidad de por medio, la infalibilidad de las ideas que se predican.
II.
Allí anda, por ejemplo, la política de nacionalizaciones, parte de un programa político que buena parte del país rechaza abiertamente. Exprópiese todo lo que se mueva, parece ser la consigna, expresión de un libreto que resulto históricamente insolvente, según ha contado, inclusive, la intelectualidad progresista del planeta. Exprópiese dice Chávez, persuadido de que siempre el interés público se encuentra mejor resguardado si el Estado es el dueño, no importa si, como es el caso, hablamos de un Estado mal equipado y de desempeño azaroso que diariamente da sobradas demostraciones de torpeza. Se trata, pues, de una política que no es la respuesta a un clamor nacional, un deseo colectivo de justicia, sino un acto personal del Presidente (exprópiese porque a mí me parece), haciendo uso de su derecho de caudillo, en nombre de la moral revolucionaria.
Por si acaso, no piense el lector, a leer estas cosas, que uno es de la estirpe de los neoliberales, salvajes o no, que promovían, al revés, la privatización de todo lo que se moviera y , por tanto, partidario dogmático de que el Estado no sea dueño de nada. Ni crea, por otro lado, que es simpatizante de las empresas constructoras de viviendas, siendo que, hace mil años, cuando era joven e indocumentado, una de ellas le expropio el pago inicial de un apartamento a cuenta de razones que nunca entendió y jamás tuvo la oportunidad para ventilarlas.
III.
A pesar de la manía política de las nacionalizaciones, Venezuela a sufre, paradójicamente, de un grave déficit de Estado. Este se ha vuelto un espejismo, se diluye cuando más lo necesitamos y hace rato que no sabemos lo que es vivir dentro de la tranquila normalidad de la ley. Así, para infinidad de efectos prácticos, el Estado Socialista es una simple desmesura ideológica, incapaz hasta de ejecutar lo que en beisbol se llaman las jugadas de rutina, siempre apostando por el jonrón, mientras falla con los roletazos al cuadro. Es difícil, por tanto, entender que ande tras la Polar mientras fracasa dolorosamente en la administración de las cárceles.
HARINA DE OTRO COSTAL
La tragedia de la inseguridad venezolana (de paso, en ella nuestro Estado parece un fantasma) se suaviza en ocasiones, volviéndose tragicomedia. Me cuenta mi sobrino Alejandro que cuatro ladrones robaron un apartamento a las tres de la tarde del martes antepasado. La víctima, una señora, madre de un amigo suyo, que en ese momento se encontraba sola, llamó a la policía una vez terminado el correspondiente saqueo. La patrulla llegó al poco rato e hizo el informe que daba cuenta del desfalco. Cuando estaban a punto de irse, la señora preguntó si no iban levantar las huellas digitales. Señora, usted cree que nosotros somos de la serie CSI, le soltó uno de los policías desde la puerta.
LA VIVIENDA. RAFAEL PIÑA PÉREZ
El propio presidente Chávez ha reconocido públicamente que en materia de vivienda su gobierno está raspado, han pasado cerca de un ministro anual por el despacho de Vivienda y Hábitat. Se han traído inútilmente diseños de viviendas de Uruguay, Irán, China y ahora Bielorusia, teniendo nuestro país una larga experiencia y capacidad instalada suficiente para atender la demanda nacional.
El Ministerio de Salud ya no construye viviendas rurales para atender a la población del campo. Tanta ineptitud y con tanto dinero que ha ingresado al país.
El Gobierno en vez de dedicarse a la construcción de viviendas para atender a los segmentos pobres de la población, lo que está es entorpeciendo las construcciones del sector privado. A los especuladores con el precio de las viviendas, deben ser sancionados, pero no se debe generalizar, ocupando y expropiando urbanizadoras y constructoras. Muchos atrasos en la construcción de viviendas se deben a la escasez de cemento y cabillas a pesar de que el Gobierno prometió que con la estatización de las cementeras y Sidor se iba aumentar la producción de cemento y siderúrgicos, además de bajar el precio, ni lo uno ni lo otro, hay escasez de esos insumos y más caros.
El Gobierno no puede con las empresas que tiene, muchas están quebradas o funcionando deficientemente y sigue con una irracional política de estatizaciones que viene generando la caída del PIB en el 2009 y 2010. A excepción de Haití es el único país de América Latina cuya economía viene decayendo con la inflación más alta del mundo. La construcción de viviendas es dinamizadora de la economía, pero el Gobierno no tiene planes para este fin.
raulamiel@gmail.com
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domingo, 7 de noviembre de 2010
PIDO LA PALABRA. VENTANA DE PAPEL. ANTONIO JOSE MONAGAS

Esta involucionada práctica de ejercer el poder, gracias a la coacción por la fuerza de las armas, deja ver la visión socarrona y furibunda del aludido comandante en términos de su incapacidad para gobernar, de su fraudulento proyecto de gobierno y de la desastrosa gobernabilidad alcanzada. Esta trilogía que, en el léxico politológico podría llamarse: triángulo de opresión, constituye la más desvergonzada representación de un sistema autoritario guiado por la intención declarada de confiscar las libertades económicas basadas en la propiedad privada y sus correspondientes derechos. Tal es el grado de irracionalidad que de cara a la legalidad referida a instancia de la Constitución Nacional, que las acciones ordenadas desde la Presidencia de la República contra la propiedad privada y sus derechos rayan en la expoliación. O sea, en “despojar con violencia o con iniquidad” lo que, por derecho, pertenece a otro. Y que en castellano popular significa despojar, quitar, saquear, atracar o, sencillamente, robar. ¿Pero expoliar con qué o cuál propósito?
Es la pregunta que muchos podrán hacerse. No obstante, en un gobierno de expoliadores, es natural pensar que su objetivo cardinal es expoliar. Más, si se cuenta con el soporte de las armas propias de una “revolución armada, pero pacífica” contradicción ésta que fundamenta todo hecho logrado en el transcurso de los últimos años por este régimen articulado sobre artificios conceptuales y parapetos instrumentales centrados en la fuerza de la corrupción y de la impunidad. De ahí que luce obvio examinar hasta dónde todo este tributo a la incompetencia administrativa y de gestión pública es expropiación o expoliación.
VENTANA DE PAPEL
HUMOR EN TIEMPOS DE SAÑA
¿ESTÁN CREYENDO QUE CHINA ES COMUNISTA?

VENEZUELA EN MARCHA AL REVÉS
Mientras tanto, otros países con menores potenciales que Venezuela, pero con gobiernos diligentes, procesan la solicitud en apenas 13,8 días y cumpliendo 5,6 procedimientos administrativos. Y es que no es para menos a sabiendas que el gobierno no sólo inventa cada día nuevas exigencias, sino que además dichos procesos se tornan absolutamente quisquillosos en cuanto al nivel de perfección y de estilo. Sumado ello al exagerado número de impuestos venezolanos, que amerita de 70 pagos, el problema se vuelve más asfixiante. Sin contar que el régimen ha pensado en imponer más tributos. Entre tanto, países de Europa Occidental, sólo se realizan 14,2 pagos lo cual es ventajoso tanto para los objetivos de desarrollo, como para combatir la corrupción que azota la funcionalidad administrativa nacional.
El acelerado proceso de imposición del mal llamado “socialismo del siglo XXI” tiene revuelto al país. No sólo sus instituciones. También a la sociedad. Pero sobre todo, a sus instancias de poder político. A decir de la magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Blanca Mármol de León, se favorecen las medidas del gobierno pues sus integrantes tienen miedo de ser destituidos o detenidos. Aunado a dicha situación, las elecciones de septiembre indujeron otro temor pues han apresurado distintos cambios de manera que, luego del Enero de 2011, cuando se instale la nueva Asamblea Nacional, no se corra el riesgo de verse frenados ante las peticiones del Ejecutivo. Sin embargo, personeros del oficialismo aseguran que la renovación del TSJ sólo busca resolver nombramientos que estaban demorados.
Pero sus críticos acusan dicha situación de adelantar maniobras de corte meramente político para así evitar resoluciones e interpretaciones de leyes que pudieran perjudicarlo en aras de seguir favoreciendo las tropelías del gobierno de inclinación comunistoide. Por lo visto, y dado el carácter endeble de los requisitos para ingresar al Poder Judicial, no hay empeño en reconocer que el apuntalamiento de la democracia son los poderes autónomos e independientes. Al lado, por supuesto, de una prensa libre. Si el país sigue por la vía como es conducida por sus dirigentes gubernamentales, ¿a dónde llegaremos? Que Dios nos agarre confesados.
Antonio José Monagas
amonagas@cantv.net
REPORTE SEMANAL. INFOPOLITICA. SEMANA DEL 31-10-2010 AL 06-11-2010. ANALITICA. ALFREDO MALDONADO
Al gobierno se le sigue enredando el papagayo con la indignación popular por el Metro, y resulta que no eran tantos los inconformes por los precios y los ajustes con los constructores, pero sí muchos más los preocupados porque el gobierno les entregue sus viviendas.
Domingo especialmente triste
En la madrugada de este domingo murió D. F. Maza Zabala, cercano ya a los noventa años, economista ilustre y estudioso, de actitud ética a toda prueba. Perenne

El agua clara y la revolución espesa
Este sábado 6 de noviembre El Nacional puso en prensa el que ya era un fuerte rumor; que el gobierno se propone ahora adueñarse de las empresas embotelladoras y comercializadoras de agua potable. No es un nuevo proyecto, ya en 2005 la actual Jefa de Gobierno del Distrito Capital, la señora del dedo de Chávez Jacqueline Faría, lo había planteado cuando estuvo en el ministerio del Ambiente: que “el Estado debe contar con su propia empresa embotelladora de agua”.
Pasado el tiempo, en mayo de este año, al decir del para entonces y todavía ministro del Ambiente, Alejandro Hitcher, la idea iba más allá: “En la construcción de la economía socialista, en la que el agua es de todos los ciudadanos, se use ese bien sólo para satisfacer las necesidades humanas, no para llenar los bolsillos de una oligarquía clasista capitalista”, pontificó el ministro Hitcher, quien agregó que “el capitalismo convierte al agua en una mercancía”, y acusó a la iniciativa privada de especular con ganancias de 600 % y de “precios elevados” por las aguas saborizadas.
Todo eso lo dijo el ministro Hitcher cuando anunció la creación de la Empresa Socialista de Agua Potable, empresa que, hasta ahora, no logra cubrir ni siquiera la demanda de los comercios que maneja el gobierno. La solución parece que va a ser la ya habitual en la revolución chavista: adueñarse de lo que la iniciativa privada está manejando con eficiencia. Como con las cementeras, Agroisleña, Owens Illinois, Sidetur, las más recientes.
Y si, como sugiere Nelson Bocaranda, es otro paso para asfixiar a Polar, como el habitual elefante en cristalería gubernamental destrozarán a todo un sector para perjudicar a una parte.
Datos que deben conocerse de Owens Illinois
De la edición digital de la revista Producto, tomamos palabra a palabra esta nota:
“Expropiación de O-I: ¿Quién se afecta y quién se beneficia? Polar, Pepsi, Yukery, Gerber, Nestlé, Ron Santa Teresa, Pfizer, Kraft, Brahma y Heinz son algunos de los clientes más importantes que quedarían afectados tras la expropiación por el gobierno de la multinacional Owens-Illinois. Polar tiene 15% de participación accionaria en O-I de Venezuela. La firma expropiada representa 60% del mercado de envases de vidrio del país, tiene 1000 empleados y 2 plantas (Los Guayos y Valera) operando 24 horas al día en 3 turnos con capacidad full; y da trabajo indirecto a otras 70 microempresas”.
De manera que esa expropiación sí afecta de entrada a un grupo muy amplio de empresas, trabajadores y consumidores, y a poco que el gobierno no logre mantener a la Owens Illinois bolivariana funcionando tan bien como hasta ahora, puede causar un verdadero problema de abastecimiento de bebidas, alimentos y medicinas.
Más sencillo y mucho menos riesgoso hubiera sido simplemente expropiar el 15 % de Polar con cualquier argumento.
El pleito en Florida
El interventor de Unovalores, arrestado por el FBI en Miami, decidió declararse inocente y arriesgarse a un juicio en una Corte Federal de Florida. Esto llevará, como en el caso del maletín, a la exhibición pública de los argumentos que llevaron al FBI a su detención y al tribunal a negarle la fianza. Argumentos que, por supuesto, saldrán de inmediato a los medios de comunicación. La noticia, del pasado jueves 4 de noviembre, incluye la información de que la defensa ha pedido una prórroga, que, de ser concedida, llevará al inicio del proceso el 6 de diciembre (el 4 es sábado) o en fecha cercana que decidirá el juez. Eso significa un largo riesgo político para el gobierno a lo largo de un año difícil como 2011.
Hasta ahora la detención ha generado todo tipo de rumores que manchan al Superintendente de Valores y, en consecuencia, al gobierno venezolano. El proceso, que será lento y largo –recuerden lo que duró el proceso de los involucrados por el caso del maletín- podría convertirse, dependiendo de lo que el FBI pueda demostrar, en otra tortura política para el gobierno de Chávez.
Los chismes de Makled
Globovisión y el canal colombiano de información NT24, han llevado la voz cantante informativa alrededor de las duras declaraciones de Walid Makled, preso en Colombia y cuya extradición han pedido tanto Venezuela como Estados Unidos.
El asunto no es sencillo. Makled ha lanzado acusaciones contra demasiadas personas de primera importancia, varias de ellas –militares y civiles- con nombres, apellidos y cargos de alta importancia. Makled ha hablado con claridad y bastante precisión a quien haya querido escucharle, y muy específicamente el canal colombiano. Pero Makled no muestra pruebas, y deja claro que las tiene y con sorprendente precisión, pero que no las mostrará hasta estar frente a un juez.
La pregunta importante, entonces, es a cuál juez deberá finalmente presentarse Makled, dependiendo de a cuál país finalmente lo deporte Colombia. El gobierno venezolano afirma que el montón de alarmantes acusaciones que ha hecho el detenido –acusado hasta ahora, no de corrupción sino de presunto narcotráfico y de lavador de dinero- las ha hecho precisamente para evitar su deportación a Venezuela donde el poder de las figuras de primerísima importancia a las cuales ha nombrado, se encargarían de silenciarlo -¿o de negociar su silencio?
El caso sigue allí, y algunos analistas dicen que, al menos por ahora, el gobierno de Juan Manuel Santos, que ha venido arreglando junto con el de Chávez las trabas que congelaron el intercambio económico, tratará de alargar el asunto para no caer en una extradición que lo dejará en mala posición con uno de los dos gobiernos. Consolidada la relación con Estados Unidos, la que está reconstruyendo con Venezuela tiene prioridad.
Salvo que Washington, presionado por la DEA y otros intereses, decida lo contrario.
Propietarios respondones
La decisión de Chávez de expropiar varios desarrollos habitacionales, y de ordenar la ocupación temporal de otros, se le ha venido enredando al gobierno y ha sido noticia diaria esta semana. El pretexto fue acabar con alegados abusos de constructores y promotores de vivienda, que exigirían aumentos de los precios previamente acordados a cuenta del aumento de los costos de los materiales de construcción. O sea, a causa de la inflación, que afecta duramente a esos insumos que además, como el cemento y las cabillas, suelen caer en lapsos de desabastecimiento que los encarece aún más.
El argumento político que esgrimió Chávez fue el de proteger a la clase media, sector al cual normalmente había olvidado hasta el día después del 26 de septiembre, y donde –todos los chavistas y sus expertos lo saben- está la fuerza líder de oposición a Chávez, su proceso y su gobierno. Pero no la única, el proceso del 26S lo mostró claramente y disparó las alarmas revolucionarias.
El problema surge precisamente por la desconfianza que este sector –y otros- tiene respecto a la credibilidad del gobierno como su defensor en diversas áreas, y en ésta en particular. Para empezar, quienes habían pagado sus viviendas en todo o en parte, se hicieron presentes casi de inmediato en las urbanizaciones expropiadas y ocupadas, temiendo que el gobierno simplemente decidiera quedarse con ellas y las entregara a familias diferentes para cumplir los enormes compromisos y retrasos que tiene, en materia habitacional, con los sectores pobres y damnificados incluso desde la tragedia de Vargas en 1999.
Resultó, además, que muchos de esos compradores no estaban tan insatisfechos con las constructoras y promotoras y que, según alguna cifra dada por allí, menos de un 10 % de todos ellos habían hecho reclamos en el Indepabis.
Tanto propietarios como los pobres y damnificados dejados en permanente espera tienen derecho a desconfiar de las promesas de Chávez, del Indepabis y del ministro de Vivienda y Hábitat, dada la realidad de que éste ha sido el gobierno con menos construcción de viviendas desde los inicios de la democracia en 1959. Sigue manteniéndose la enorme cifra de déficit de 2.000.000 de viviendas y en 2010 sólo se están construyendo unas 70.000, de las cuales alrededor de un 75 % las están haciendo constructores privados.
Los propietarios afectados siguen presentes en las urbanizaciones en las cuales tienen, ya recibidas o por recibir, sus viviendas. Lo que iba a ser una gran bandera del chavismo, ha terminado por convertirse en un problema para el cual el gobierno, realmente, no tiene una solución creíble.
Los delirios de Chávez
No es la primera vez, y seguramente tampoco la última, que el presidente se lanza con ideas que son sueños imposibles de cumplir porque se basan en irrealidades. Es el caso del cacao. Chávez le llevó chocolates criollos a Putin y a Medvedev y habló de acuerdos para exportar cacao y chocolates venezolanos a Rusia. Dijo, no sin cierto delirio, que así como Venezuela envía barcos cargados de petróleo, pronto irán también barcos cargados de cacao.
La realidad del mercado, que él debería conocer, lo vuelve a desmentir. Ni las cosechas e industria privadas ni la pública socialista dan ni de lejos para tal sabroso propósito, y esta semana la industria lo reiteró formalmente.
¿Tiene realmente necesidad el presidente de caer en propuestas que todo el mundo sabe que son exageraciones imposibles de cumplir? El Plan Cacao, que lleva ya varios millones a cuestas, como el Plan Café, siguen siendo rotundos fracasos.
Las angustias del Metro.
A lo largo de toda la semana, como en las semanas anteriores y seguramente en las próximas, el Metro de Caracas ha sido fuente de noticias, y todas malas. Paralizaciones, trenes que se quedan sin tracción, otros a los cuales les fallan las puertas que no se pueden cerrar, estaciones asfixiadas de usuarios todos molestos y en actitud de reclamo por fallas y descuidos que se suman a los que ya vienen desde hace tiempo –el aire acondicionado, las escaleras mecánicas inoperativas y abandonadas, la caída de la seguridad personal, que recordemos ahora.
Alguien en el gobierno está consciente de la gravedad de un problema que, como el de suministro eléctrico, le está reventando a Chávez justo cuando más necesidad tiene del respaldo y de la fe de los sectores medios y pobres. Ambos problemas producto de mala gerencia, abandonos, derroche de presupuestos e imprevisión.
El Metro de Caracas es un barril de pólvora social que podría encenderse en cualquier momento. Chávez lo sabe –o se supone que lo sabe. Pero aunque no llegase a reventar un “Metrazo”, ciertamente cada tren que se atrasa, cada tren en el cual la gente debe amontonarse, cada grado de calor asfixiante, cada susto por trenes detenidos por fallas en túneles y todo el purgatorio que es el Metro de Caracas actualmente, significan un montón de votos menos.
Una docena de presidentes de la C.A. Metro de Caracas no sólo no han podido dar siquiera soluciones a medias, ahora nombran presidente a un tecnócrata que como ministro de Planificación se destacó más por lo que hablaba que por lo que convencía. Con un ministro que tiene encima el peso de ese enorme fracaso y diaria preocupación que es la infraestructura del país.
Entretanto, se hace lo que se puede y este domingo ha aparecido publicidad de los nuevos trenes españoles y solución para la angustia diaria de esperar especialmente de montarse en el Metro de Caracas.
Elaborado por: Alfredo Maldonado
Analítica Premium
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jueves, 4 de noviembre de 2010
"PERDIERON TODOS SUS BENEFICIOS EMPLEADOS DE EMPRESAS EXPROPIADAS" . DECLARACIONES DE ALFREDO RAMOS, FUENTE: EL IMPULSO DE BARQUISIMETO
miércoles, 3 de noviembre de 2010
¡EXPROPIESE!. JOSE TORO HARDY

La inflación le está expropiando el nivel de vida a los venezolanos. Y sostengo que son los venezolanos más pobres los que mayor daño sufren, porque ellos son los que destinan un mayor porcentaje de sus ingresos a atender la más elemental de las necesidades: la alimentación. En los alimentos es donde se concentran las mayores tasas de inflación y a la vez el mayor nivel de incapacidad gubernamental. Recordemos el caso de Pdval.
El gobernante es incapaz de entender que el problema no se resuelve con controles ni expropiaciones. La única forma de lograr que los precios bajen es produciendo más y eso no se logra apropiándose de empresas y fincas productivas. Ellas eran precisamente las más capaces de aumentar la oferta de los productos que con mayor urgencia requiere la población. Se trata de una incautación grotesca, porque una vez expropiadas, la mayoría de estas empresas han caído en el barril sin fondo de la ineficiencia gubernamental, privando a la sociedad no sólo de lo que ellas antes producían, sino afectando además a los trabajadores que en ellas laboraban. Para colmo -sin excepción- sus costos de producción se incrementan y, aunque en apariencia el oficialismo afirme que ofrece esos productos a menores precios, la realidad es que las pérdidas en que incurren las empresas incautadas las obliga a pagar menos impuestos que antes, o bien a requerir de recursos financieros del Estado para mantenerse en operación. En ambos casos se trata de recursos que antes se podían dedicar a la educación, a la salud, a la seguridad, a la justicia, a obras de infraestructura o a otros fines que la sociedad requiere con mayor prioridad.
En todo caso, el único responsable de la inflación es el Estado. Aunque en general la población no tiene porqué entenderlo, la realidad es que los precios aumentan básicamente como consecuencia de que la cantidad de dinero que circula aumenta más rápidamente que los bienes y servicios que se ofrecen. Eso ocurre en mayor grado cuando el gasto público se desboca o se torna más ineficiente. El fenómeno se agrava peligrosamente cuando los gobiernos deciden recurrir a sus Bancos Centrales para financiar su déficit fiscal. Eso por cierto es lo que se autorizó con las últimas modificaciones de la Ley del Banco Central de Venezuela que terminaron por liquidar la autonomía del instituto. Preparen las alpargatas que lo que viene es joropo.
Gracias a la acumulación de barbarie e ignorancia que exhiben con orgullo nuestras autoridades, Venezuela ha alcanzado el dudoso honor de ser el país con mayor nivel de inflación en el mundo entero:
1° Venezuela: 29,7%
2° Congo: 26,6%
3° Eritrea: 20,5%
4° Argentina: 20%
5° Guinea: 16,6%
6° Sierra Leona: 15,5%
Bajo la consigna de "¡Exprópiese!", el gobernante venezolano le está expropiando el nivel de vida a los venezolanos y sobre todo a los más pobres. Las cifras trucadas que muestra el oficialismo no son sino el resultado de manejos estadísticos.
Cuando los ingresos petroleros alcanzaban para encubrir cualquier dislate, el oficialismo pudo cometerlos sin consecuencias. Pero ahora el costo político de sus acciones lo arrastrará hacia el abismo de la impopularidad. La historia se apresta.
lunes, 18 de octubre de 2010
EL INSTITUTO DE CAPACITACIÓN POLÍTICA Y CIUDADANA MIGUEL OTERO SILVA INVITA

lunes, 11 de octubre de 2010
¡BOLIBURGUESES, TEMBLAD!. EDITORIAL DE ANALÍTICA PREMIUM. 11.10.10
Exprópiese: ese parece ser el verbo preferido de Chávez. Tal vez le produzca la sensación de inmensidad que no puede tener en su cotidianidad. Al dar la orden de sustraer un bien, o un aparato productivo de sus actuales dueños cree que el poder y él son una sola entidad. Esa sed de poder debe tener algún origen que tal vez un psicoanalista pueda develar, pero para los comunes mortales es la trágica representación de una persona que se considera por encima de las leyes, por encima de la sociedad y cuya misión es la de destruir para inventar una nueva realidad que sólo existe en su mente.
¿Qué sentido tiene entregarle a ese Moloch que es el Estado venezolano industrias que funcionaban bien en manos de sus antiguos accionistas para dárselas a burócratas que desconocen, en la mayoría de los casos, en qué consiste el funcionamiento de esa entidad que de pronto les cae en las manos como el maná del cielo?

Para dar sólo algunos ejemplos ¿ Acaso las cementeras nacionalizadas producen más y a mejor precio que cuando estaban dirigidas por sus antiguos accionistas?. ¿Es un ejemplo de eficiencia, de justicia social y de competitividad la siderúrgica en manos del Estado? ¿No es más evidente que nunca, que el Estado no ha sido capaz de renovar tecnológicamente a la industria del aluminio en el país y que ésta acumula año tras año un déficit no solamente financiero sino también operativo? ¿Cuál es la ventaja para el venezolano común de que el Estado controle cada día más el sistema financiero, las telecomunicaciones, la distribución de alimentos y tantas otras actividades que lo han convertido en un gigante con pies de barro?.
Las expropiaciones que salen a diario de la cabeza del Presidente no añaden nuevos empleos productivos, ni mejoran la calidad de los servicios y solo contribuyen a la macrocefalia del un Estado venezolano que terminará por hacer implosión ya que no habrá recursos suficientes para mantener la ineficacia unida a la inevitable corrupción que se genera por esas atrabiliarias expropiaciones.
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