BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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sábado, 25 de junio de 2011

CARLOS ALBERTO MONTANER: TERCER MUNDO

En España ocurre algo mucho más grave que la intensa crisis económica: la creciente politización de jueces y magistrados. El Tribunal Supremo y el Constitucional andan a la greña. El poder judicial español va adquiriendo los rasgos y el comportamiento del tercer mundo. Es vergonzoso.

ESTADO DE DERECHO
Aunque todavía no llegó al desastre de casi toda América Latina, en donde muchos jueces venden las sentencias. Los poderosos casi nunca son condenados (suele ocurrir en Guatemala o México), o les persiguen por eso mismo, como hacen los países de la Alba. Incluso, en Bolivia, Evo Morales afirmó públicamente que la función de los abogados a su servicio era retorcer las leyes para acomodarlas a cualquier violación reglamentaria que se le ocurriera hacer.

En Colombia, el coronel Alfonso Plaza, en 1985 declarado héroe nacional por liberar a cientos de rehenes y retomar el Palacio de Justicia de las guerrillas —que habían recibido dos millones de dólares de Pablo Escobar para crear una conmoción social que impidiera firmar un tratado de extradición con EE.UU.—, dos décadas después, sin pruebas fehacientes y testimonios fabricados por enemigos ideológicos, resultó condenado a 30 años por “uso excesivo de la fuerza”.

En Venezuela, la víctima más escandalosa de la falsa justicia es el ingeniero Alejandro Peña Esclusa, a quien los jueces hicieron pagar su activismo internacional antichavista fabricándole una ridícula causa por confabulación para cometer actos terroristas, que sirvió para encarcelarlo y tratar de intimidar a la oposición.

No hay nadie más ingenuo y temerario que el político que cree conveniente controlar al poder judicial para perseguir enemigos y legitimar sus trampas. Cuando las tornas cambian y los adversarios de antaño ocupan el gobierno, lo primero que hacen es tomar el sistema judicial para vengarse. Eso explica, en parte, la historia de Ecuador y Nicaragua, su crónica crisis de gobernabilidad.

La democracia liberal —modelo socioeconómico de los países más prósperos— no funciona sin un poder judicial adecuado. Mientras en Latinoamérica no haya justicia imparcial, razonablemente rápida y sin manipulaciones políticas, seguiremos en la frontera de la catástrofe social y la inestabilidad institucional.

Un buen poder judicial comienza en las universidades, con grandes juristas y abogados notables convencidos de que desempeñan un papel clave para la supervivencia de la democracia. Son necesarios, además, jueces probos, competentes, bien remunerados y respetados que apliquen con justicia las leyes que aprueba el parlamento. Todo eso cuesta dinero, tiempo y esfuerzo, pero no puede eludirse. Repetimos, una y otra vez, que nuestro modelo de convivencia está basado en el respeto al Estado de Derecho, pero no acabamos de entender que sin un buen poder judicial todo es inútil.

Artículo de Firmas Press
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sábado, 27 de noviembre de 2010

TRIPOLARIDAD. AMERICO MARTIN. (POLOS DE PODER)

La extrema tensión en la península de Corea revela que no es una fantasía el estallido de una tragedia nuclear, como yo mismo llegué a creer. Fidel es un rey destronado, una sombra incapaz de entender que sin democracia y apertura Cuba se hunde en un pantano de muerte, pero por lo visto está informado de lo que se ventila en el Cercano y Lejano Oriente. Los alardes de Kim Jong Il y la agresividad de Irán no parecen amagos retóricos. Afortunadamente hay demasiadas fuerzas de contención y por eso tampoco es que la guerra está a la vuelta de la esquina.

Lo esperable en Iberoamérica es la configuración de un esquema tripolar. Se ha desplegado una fascinante lucha por la hegemonía, y pese a que prevalece la línea de despolitizar y desideologizar las relaciones políticas y económicas, sigue en pie el ALBA, que piensa exactamente lo contrario. Ha sufrido pérdidas sensibles, detuvo hace rato su marcha expansiva, acusa un cierto aislamiento, y perdió asidero popular, pero no cesa de afirmarse ruidosamente ni de arremeter contra quienes cometan el monstruoso pecado de discrepar y de defenderse de acusaciones e insultos despreciables.

Brasil es la segunda potencia hemisférica después de Estados Unidos. Es la cabeza visible del polo más influyente en la región. Su plataforma es Mercosur, pero una potencia emergente como ésa no se esclaviza a una sola carta. Su activismo extracontinental le garantiza un liderazgo indisputable. Sus opciones están permanentemente abiertas, como lo evidencia su acercamiento con México, segunda economía latinoamericana. Parece cumplirse el axioma de Richard Nixon: ``Adonde vaya Brasil irá Latinoamérica''.

Pero no todo el espacio estaba copado. Un tercer polo se configura nebulosamente. Aprovechando la mayor cercanía ideológica después de las victorias de Piñera y Santos, el presidente Alan García les ha propuesto la formación de un grupo de países bañados por el Pacífico. A diferencia del ALBA, que es un pacto ideológico con una estrategia muy conflictiva, ese grupo tendría un propósito de integración económica sin perjuicio de una fuerte determinación política.

El lecho económico de Colombia, Perú y Chile es potencialmente muy sólido; los tres están creciendo velozmente, diversificando sus exportaciones y se han impregnado de una vocación aperturista que va más allá de la región. Son países que miran al Pacífico y cuyo interés explícito es conectarse con las pujantes economías asiáticas, coincidiendo con ellas en considerar al océano que deslumbró a Balboa, el futuro mare nostrum del mundo. La pauta la dio Chile bajo Bachelet, al estructurar con aquellas un Tratado de Libre Comercio, al cual quiere asociarse Perú y ahora Colombia. Piñera y Santos recibieron complacidos la invitación de García y no por simple cortesía diplomática. El eje de la plataforma del Pacífico podría competir sanamente con el grupo dirigido por Brasil. Son ambos infinitamente más atractivos que el conflictivo y estancado ALBA. Son muchos los que se sienten atraídos por ellos y eso marca una pauta.

Hace noventa años, en su obra España invertebrada, Ortega y Gasset, citando al historiador Mommsen, observó que ``la historia de toda nación, y sobre todo de la nación latina, es un vasto sistema de incorporación''. ¿Cuál o cuáles de estos tres grupos serán en Iberoamérica vastos sistemas de incorporación de territorios, pueblos y gobiernos? No veo en este momento sino dos: los países de la plataforma del Atlántico y --si llegara a cristalizar la iniciativa de Alan García-- los que lo hacen al Pacífico. Y por lo tanto --insistamos con Ortega y Gasset-- probablemente serán los que escriban la historia de la nación latinoamericana.

Por supuesto, si a Kim Jong Il no le da por ponerse a puyar como un niño el tablero de misiles con cabezas atómicas.
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martes, 19 de octubre de 2010

SUGERENCIAS A LOS DOGMÁTICOS. EDDIE A. RAMÍREZ S.

La descalificación injusta a los nuestros por los nuestros dificulta la lucha por la democracia. No se trata de realizar acusaciones a quienes piensan diferente, sino de buscar consensos mínimos para derrotar al totalitarismo. Veamos algunas de las descalificaciones más frecuentes que utilizan quienes se creen dueños de la verdad.

1- "Como somos demócratas el voto es la única vía": esta aseveración no tiene sentido cuando nos enfrentamos a un régimen que viola la Constitución. Derrocar a Pérez Jiménez por medio de una insurrección fue válido y quienes participaron eran demócratas ¿Qué hacer cuando hay un Presidente electo pero que atropella a sus ciudadanos? ¿Permitirle sus abusos hasta que haya otra elección o proceder como los demócratas hondureños con Zelaya? No es este el espacio para la discusión de si hay golpes buenos o malos pero ¿acaso no hay golpes que dan los propios gobiernos aunque sean electos? Todo indica que en este momento lo procedente es intensificar las protestas y considerar que el voto es la opción con mayores probabilidades de éxito.

2- "Quienes votan son colaboracionistas": los que sostienen esta tesis piensan que las máquinas cambian la intención del voto, el Registro Electoral está abultado, existen miles de doble cedulados, en la sala de totalización alteran los resultados, qué dictador no sale con votos y que ni su familia lo apoya. Al respecto la experiencia indica que la trampa la realiza el oficialismo con el ventajismo de la campaña, en las mesas cuando no tenemos testigos y no recabamos las Actas. Ciertamente en el CNE pueden alterar los números pero ello puede ser detectado; seguramente algunos pueden votar más de una vez, pero no es algo masivo y con buena organización puede controlarse, y existen ejemplos de dictadores que han salido por votos. Además, los votos nos han dado algunos resultados positivos.

3- "Todas las acciones realizadas antes del 2006 fueron estupideces": quienes descalifican lo actuado no entienden que los ciudadanos deben reaccionar de inmediato cuando se atropella la Constitución y se cometen injusticias. Sería muy cómodo esperar que se den las condiciones óptimas para proceder. El mérito está en actuar corriendo el riesgo de fracasar. Fue necesario ir a un paro petrolero en abril 2002 para protestar y tratar de impedir la politización de Pdvsa; fue necesario el paro cívico apoyado por todos los partidos para exigir avances en la Mesa de Negociaciones y la realización del Referendo Revocatorio; fue necesario la plaza de Altamira para evidenciar que muchos militares tienen dignidad y fue necesario abstenernos en las parlamentarias del 2005 para denunciar la parcialidad del CNE. Todas estas acciones han contribuido al desprestigio y debilitamiento del régimen. Hoy apostamos al voto, lo cual es correcto, pero tengamos en cuenta que también seguiremos requiriendo la presión de acciones de calle.

Como en botica: El coronel Carlos Osorio, ministro de Alimentación, quiere privatizar Cargill y Polar. Con su ignorancia del tema contribuirá al desprestigio de nuestra Fuerza Armada. Extraña que Marino Alvarado, director de Provea, asegure la inocencia del etarra Arturo Cubillas, cuando su función debe ser garantizarle su derecho a la debida defensa. La Defensora del Pueblo debería saber que es el Estado el único que viola los derechos humanos. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com
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viernes, 27 de agosto de 2010

EL LIBERALISMO LIBERTARIO: LA ÚNICA RESPUESTA IDEOLÓGICA A LA REVOLUCIÓN, GUILLERMO RODRÍGUEZ G., 3ERPOLO

"Si has estado votando por políticos que han prometido darte cosas a costa de otros, no tienes derecho a quejarte cuando tomen tu dinero y lo den a otros, incluidos ellos mismos." Thomas Sowell

Cuando el ciudadano Presidente de la República, en su carácter de supremo caudillo indiscutible de la izquierda venezolana, se dedicaba a explicar en larguísimos programas de la televisión Estatal, su absoluto rechazo a toda forma de capitalismo, y a lo que él denomina neo-liberalismo, sin concesión alguna para las absurdas, inconsistentes y nefastas “terceras vías” (tan queridas para la paleo-izquierda decadente que no acepta su supremo comando). Al tiempo que desarrolla políticas y practicas que son “clones” radicales de la lo que él llama “la cuarta república” conduce a notar tres cosas de cierta importancia, por muchos de los ciudadanos que se oponen a su gobierno:

1- Que la revolución es una versión radical de lo que ya existía. Es decir, que no hay cambio de régimen, seguimos en el régimen estatista del socialismo dirigista de antes, pero con unos lideres nuevos, y un poco más radicales. Es decir que lo que ha cambiado no es el régimen de gobierno, sino el gobierno. Que es tanto como notar que tan izquierdistas son los de antes como los de ahora, y que ambos mienten cuando dicen que “él otro” no es realmente de izquierda. Otra cosa es que hay una renovación ideológica en que el neo-izquierdismo radical, desplazó al paleo-izquierdismo socialdemócrata. Y que tal proceso es global. Pero eso no conduce sino a más de lo mismo, y mucho más, pero siempre, de lo mismo.

2- Que si no hay diferencia ideológica de fondo, no hay ventaja alguna en cambiar al gobierno y partido de izquierda actual, por los de antes. Por las mismas razones que no hubo ventaja alguna en cambiara aquellos por este. Ni la habría en una hipotética “tercera” alternativa, igualmente izquierdista, con las mismas ideas, políticas y prácticas de estos dos.

3- Que la solución debe andar entonces por los lados de lo que el ciudadano Presidente tanto ataca, ya que eso si debe ser lo contrario, no sólo de él y su revolución, sino de lo que él denomina, la cuarta república, y de casi todo el “liderazgo” político venezolano. No sólo el de partidos, nuevos y viejos, sino muy especialmente el que se autodenomina “sociedad civil”.

Y aunque lo que hemos conocido en Latinoamérica, como neoliberalismo, ni es nuevo, ni es liberal, y no pasa de ser la continuación del socialismo, por otros medios. Chávez ciertamente no se refiere sólo a eso. Astutamente se dedica a identificar la doctrina política y económica contraria, con el término que encuentra más desprestigiado y confuso. Pero se refiere realmente al verdadero liberalismo, y no sólo a la mala imitación de caricatura socialista denominada neoliberal. Así que para quien entiende que ser contrario al chavismo, es absurdo si se comparten las bases fundamentales de su doctrina. Expliquemos lo que es la única “ideología” realmente contraria

EL PENSAMIENTO LIBERAL VENEZOLANO

Las palabras son, hoy mucho más que ayer, “armas arrojadizas”. Vivimos los tiempos de la deconstrucción intencional del lenguaje y negación ideológica de la verdad y la realidad mismas. Por eso es importante entender que lo que se ha entendido en Latinoamérica como Neoliberalismo, es la negación del liberalismo. Ya que si hay quien defiende esa forma de socialismo estatista seudo liberal, tercerista e inevitablemente fracasada. Y de liberales, tales personajes, nada tienen.

Hay tres corrientes en el pensamiento liberal Venezolano. La de los partidarios del Estado limitado, entre los que hay tanto liberales libertarios, como lo que en otras partes se podría denominar liberal conservadores. La minarquista, que cree en la conveniencia, necesidad temporal, o lo que sea, de un Estado mínimo indispensable circunstancialmente, por ejemplo en materia de defensa exterior, y coincide con el marco teórico del anarco capitalismo. Y esta última, el anarco-capitalismo, o anarquismo de mercado, que cree en lo que, para ahorrar tiempo, podríamos describir como la privatización y prestación competitiva de la totalidad de los servicios estatales. En lo personal, soy partidario del Estado Limitado, por convicción filosófica realista, así que no coincido con tal marco teórico, porque discrepo de las premisas comunes de todo anarquismo, y de las del anarco capitalismo en particular. Y aunque el único movimiento político liberal libertario de Venezuela, como es Resistencia Civil propone en su declaración de principios y en sus objetivos políticos, la idea del Estado Limitado. Entendemos que -minoritarios en el pensamiento liberal venezolano- tanto el anarco capitalismo, como el minarquismo, son formas de pensamiento político fundamentalmente liberales. No lo son en cambio las formas de pensamiento político que se derivan, de “posiciones blandas”, conceptual y acomodaticiamente blandas, del tipo de las infelices soluciones públicas que se inventó un liberal como J.S. Mill, para sus problemas matrimoniales privados.

LIBERALISMO POLÍTICO

La idea política liberal del Estado Limitado algo, obviamente diferente del anarco-capitalismo, pero algo que el termino minarquista no describe en forma alguna. El desarrollo realista objetivo de la tradición política del Estado Limitado, que tuvo su mejor expresión histórica en la primera revolución americana, y que quedó plasmado desde la declaración de independencia hasta la constitución de los EE.UU. Conduce al tipo de propuesta constitucional de Hayek. Propuesta que ni un anarco capitalista ni un “minarquista” compartirían en el fondo. Por lo demás, es apoyándonos en tal forma de pensamiento político liberal, que tenemos actualmente reales posibilidades de avanzar desde la divulgación a la política de cuadros, y desde eso a la política de masas. En tal sentido, veo con alegría como se adhieren a la declaración de principios y objetivos políticos de Resistencia Civil los anarquistas de mercado, y especialmente los minarquistas “partidarios de un Estado mínimo circunstancial" porque adoptan y defienden tales objetivos en función de un progreso que ellos ven como gradualista. No hay anarquista de mercado, o minarquista, que no prefiera en todo un Estado Limitado en los términos resistentes, ante el desastre actual. Si es consecuente con el sustento moral de sus ideas.

Que los liberales que no tenemos absolutamente nada de anarquistas, y los que se inclinan por lo que un “Lenin” de nuestras filas habría calificado de “enfermedad infantil” actuemos juntos en todo el esfuerzo divulgativo, propagandístico, agitador y político -que conduciría hacia un nuevo experimento, de la trascendencia del que iniciaron aquellas pequeñas y pobres 13 colonias de Norteamérica para finales del siglo XVIII- depende hoy de traducir un ideario político que puede ser tan común como realista, objetivo y racional, a través de sus fundamentos éticos, en propaganda profundamente emocional.

¡En gritos de justicia inapelables en el corazón!

Los serviles, y los semi-serviles, han logrado disfrazar su injusticia objetiva, de aparente justicia irracional. Pero los liberales hemos sido incapaces –por ahora- de traducir la justicia objetiva, en justicia emocional. No es su éxito lo que nos debe preocupar, es nuestro fracaso lo que nos debe ocupar. Hay anarco capitalistas y minarquistas que se embarcarán en el esfuerzo político de lograr una nueva revolución liberal, y hay otros que lo torpedearan. Tanto como hay partidarios del Estado limitado que serán consecuentes con sus ideas, y los que hay que no lo serán. Amanecerá y veremos.

LOS PROBLEMAS DE VENEZUELA

Por lo pronto Venezuela tiene dos problemas tremendos, que son los que ha ocupado por más de una década lo mejor del pensamiento político liberal Venezolano:

1- Tenemos, una economía que ya acumula 27 años de decrecimiento sostenido del PIB, en escenarios de inflación y devaluación recurrente, por lo que el empobrecimiento de población es tremendo. Y empezó la cosa en el momento en que el estatismo económico llegó a su máxima expresión; al estatizarse la totalidad de la industria de los hidrocarburos. Sólo que hay antecedentes, previo al decrecimiento, vimos una sistemática desaceleración de la economía, y antes de eso un crecimiento fenomenal. El crecimiento económico en Venezuela es inversamente proporcional al estatismo Económico, y la pobreza directamente proporcional al mismo. Y es un problema, más de leyes, instituciones, y sustrato cultural mayoritario, que de política económica.

1- Tenemos un anacronismo curiosísimo. Nuestro Estado percibe una renta de su patrimonio propio en tal magnitud e importancia, que ha sido funcionalmente independiente de la Sociedad. La sociedad se empobrece mucho, y mucho más rápidamente, que el Estado en la Venezuela del decrecemiento sostenido sostenido del PIB por casi tres décadas.

Quienes afirmamos que el Estado tiene funciones naturales (las que se deducen de su naturaleza represiva) sostenemos que ha de dedicarse única y exclusivamente a tales funciones, no porque sean las mínimas en nada. Son las máximas que podría cumplir de forma natural. En tal sentido somos partidarios del Estado natural máximo, y denominamos desborde antinatural y pernicioso cualquier acción Estatal fuera de sus funciones naturales. Que no se ocupe al máximo (no al mínimo, sino al máximo) de sus funciones naturales, nos parecerá una insuficiencia. En la mayoría de los casos, la insuficiencia será menos perniciosa que el exceso. Pero de una insuficiencia completa, pueden renacer las más primitivas y peores formas de aparato estatal expoliador, como nos explica la Escuela de Virginia.

En tal sentido entendemos que debemos un marco jurídico e institucional opuesto al Estatismo, y transferir el patrimonio mercantil del Estado a la población. Quienes crean en la presunta utilidad de limitar la acción Estatal en sus funciones naturales, o eliminar por completo el monopolio Estatal, en tales funciones, para trazase objetivos políticos de corto y mediano plazo, encontrarán las dos soluciones necesarias, justas y virtuosas. Ni las verán como finales. Pero de nada sirve soñar con un final, si no se avanza en algo que permita acercarse a tal sueño.

UN ASUNTO DE JUSTICIA

Para lograr eso, el Estado debe ser limitado tanto en sus funciones, como en el uso legitimo de su poder. Hablar de Estado limitado, y de gobiernos limitados, describe al mismo tiempo lo que es una tradición del pensamiento liberal, en materia del que debe hacer, y que no debe hacer, el poder público, pero también de cómo debe hacerlo, y como no debe hacerlo.

Hemos sostenido en infinidad de oportunidades que hay casos concretos en que el tamaño del Estado, en sus funciones propias, es demasiado pequeño, como contraparte de su desborde en funciones impropias.

Es decir. No hay recursos suficientes para policías, tribunales y cárceles. Y como consecuencia, la delincuencia campea, llegando literalmente a gobernar, total o parcialmente, zonas urbanas o rurales de las que el Estado se ha retirado por completo, o casi por completo; el retraso y la corrupción judicial son el martirio del inocente y la felicidad del culpable; las cárceles son antros de hacinamiento y corrupción, en donde los perores criminales gobiernan sus feudos internos, mientras los delincuentes menores, y los inocentes, son sometidos al martirio inhumano (de no tener capacidad para comprar, o asegurar por sí mismos, su autodefensa). Pero mientras tanto, sobra Estado y gobierno para financiar lo que por bueno o noble que luzca, ni es asunto de vida o muerte, ni afecta los derechos fundamentales de seres humanos, como el pagar esquelas en la prensa nacional con recursos públicos. Justicia, no primero, sino única y exclusivamente, es lo que busca el pensamiento liberal venezolano. Y como es la única verdadera respuesta ideológica a la revolución, que se organiza, sin prisa y sin pausa, para luchar por transferir los activos mercantiles del Estado a la Población, detener definitivamente la inflación y la devaluación, y construir una republica liberal, capitalista y popular en la que progrese cada ciudadano decente y trabajador. Y eso, es sólo el principio.

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jueves, 8 de mayo de 2008

*GUILLERMORODRÍGUEZ ESCRIBE EN TERCER POLO: “CAMINO A LA PROSPERIDAD: DEL SOCIALISMO AL CAPITALISMO”


*GUILLERMO RODRÍGUEZ ESCRIBE EN TERCER POLO: “CAMINO A LA PROSPERIDAD: DEL SOCIALISMO AL CAPITALISMO”


Si el vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes. La virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria. Winston Churchill

Aunque la conveniencia (y aún la simple viabilidad) del socialismo sea una creencia supersticiosa a la que se aferren sus fieles sin importar la abrumadora evidencia en contrario, y en tal sentido resulte esencialmente un tipo de fe irracional, en el poder el socialismo no es sino el control de los medios de producción por el Estado. Un Estado que hace negocios, es por naturaleza un Estado socialista. Hablar de "Capitalismo de Estado" es una contradicción en términos, si la empresa es "de Estado" no es capitalista, y si es capitalista una actividad mercantil, no es realizada por el Estado. Un Estado "capitalista" sería el que se dedicara única y exclusivamente a sus funciones naturales, entre las que no está la actividad mercantil alguna. Pero hay grados de socialismo en cada economía. Ni en la Unión Soviética se llegó al 100% de socialismo, pues ni ahí desapareció por completo toda forma de iniciativa productiva, más o menos, privada. Apenas en Kampuchea Democrática se alcanzó realmente ese 100% y al costo de exterminar alrededor de un tercio de la población en pocos años.

En Venezuela, aproximadamente el 80% del capital no residencial pertenece al Estado (es decir que aproximadamente el 80% de los medios de producción pertenecen al Estado) desde hace unas tres décadas, por lo que Venezuela es un país económicamente socialista al 80%, desde hace unas tres décadas. Y en la medida que fue más socialista el Estado venezolano, más y a más empobreció a la población sin importar lo "rico" que se empeñe en creerse un país en el que la actividad petrolera es la más importante en términos de PIB y de ingreso fiscal. Un dato es que aproximadamente el 80% de las divisas que ingresan al país son producto, directo e indirecto, de las exportaciones del sector petrolero. El petróleo, como todo lo que está en el subsuelo, es, y ha sido siempre, propiedad exclusiva del Estado venezolano. Tal reserva estatista de recursos es una herencia que la corona española dejó, en la legislación, para su ex colonia. Una cosa es petróleo, que siempre ha sido del Estado, desde la conquista hasta la fecha, y otra es la industria que lo explote... que puede ser privada o estatal, nacional o foránea... y fue primero privada y nacional, luego privada y mayormente foránea, y finalmente exclusivamente Estatal por Ley... y desde 1999 tiene el Estado Venezolano una empresa por acciones exclusivamente estatales de carácter constitucional. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, prohíbe clara y expresamente que PDVSA sea del pueblo. Sólo puede ser del Estado.

En materia de regulaciones fue aún más socialista antes, cuando la regulación de precios incluía una gama mucho más amplia de productos que hoy, pero ya casi alcanza e intenta superar aquella cota. Y no fue menos socialista Corpomercadeo que Mercal. Ni fue menos socialista el programa de Becas "Gran Mariscal de Ayacucho" que la "Misión Sucre". La principal razón por la que la inmensa mayoría de la población de Venezuela no es consciente de esto, es que los socialistas que gobernaron desde 1958, hasta 1994, no controlaban lo que los marxistas -los granscianos al menos- denominan "poder cultural". Eso le fue delegado a la parte desarticulada, aparentemente más izquierdista -en el infantil sentido que explicaba Lenin la palabreja- y tras casi cuatro décadas el empobrecimiento, corrupción y demás miserias, consustanciales con la naturaleza del socialismo en cualquiera de sus formas, produjeron el inevitable colapso; y otro socialismo, antes marginal, llegó al poder colgado de las charreteras de un grupo de militares que se habían formado y radicalizado en tal ideología. Pero el socialismo ha sido derrotado en las urnas electorales en Venezuela, la única vez que ha perdido su caudillo supremo en el poder una elección, fue cuando lo único que puso sobre la mesa fue el modelo socialista. El problema es que esa victoria son incapaces de asumirla los socialistas opositores, porque quieren ver la causa en el consecuencia: la derrota electoral del supremo caudillo, y no quieren verla en donde realmente estuvo: la derrota electoral del proyecto socialista en cualquier versión. Y es lógico que ello ocurra, simplemente la población, poco a poco, se está divorciando cada día más de sus supuestos lideres políticos, mediáticos e intelectuales de lado y lado de la polarización entre los socialistas en el poder y los socialistas fuera del poder.

La hora de la solución liberal se acerca en Venezuela, aunque para llegar a ella aún será duro y lleno de obstáculos el camino a recorrer, la simple realidad es que no hay otro camino hacia una sociedad prospera y pacifica. La solución liberal pasa por transferir esos activos productivos del Estado a la población, y esa es la gran diferencia entre el populismo de los socialistas enfrentados, que se desgañitan en ofrecer el reparto de las menguadas rentas de un sistema empobrecedor, y el capitalismo popular. Los populistas quieren una población empobrecida y envilecida que dependa de un Estado repartidos de limosnas, para que el Estado controle a la gente. Los liberales queremos que la totalidad del capital mercantil esté en manos de la población, para que un Estado dedicada a sus verdaderas funciones dependa de un impuesto bajo, simple y de un solo escalón... a fin de que sea la gente la que controle al Estado. Y pudiera entre los puntos claves de nuestro programa estaría necesariamente:

Pagar la deuda pública liquidando el 50% de los activos mercantiles del Estado. Lo que implicaría, “adicionalmente” duplicar el ingreso fiscal petrolero

Dedicar la mayoría del presupuesto para seguridad, justicia y obras públicas.


Dedicar el resto del presupuesto para salud, educación y asistencia social básicas mediante sistemas de cupones que subsidien universalmente la demanda y no la oferta..


Ningún presupuesto público para otra cosa diferente. ¡Y nada de gasto público “no presupuestado”! Prohibición constitucional del endeudamiento que supere el 5% del presupuesto. Con las mayores sanciones civiles y políticas.


Capitalizar a la población, distribuyendo el otro 50% de los activos mercantiles estatales, en partes iguales entre los ciudadanos, mediante acciones y derechos intransferibles individuales.


Obligar legalmente al gobierno ha destinar lo obtenido de la venta de cualquier activo público actual o futuro, exclusivamente para el pago de capital de la deuda pública existente en el momento de la venta, hasta pagarla completamente.


Establecer el impuesto a la renta de tasa única para personas naturales y jurídicas en una tasa de 10%.


Desreglar profundamente la economía eliminando las barreras artificiales al desarrollo empresarial de quienes menos capital tienen.


Regresar al patrón oro, como paso previo de la libertad monetaria, impidiendo la devaluación e inflación. Y eliminar todas las trabas y regulaciones contra la creación de riqueza.




Eso es verdadero poder para el pueblo, no para el estado, no para el caudillo, no para el partido... sino real y definitivamente para el pueblo. Claro que como eso es una revolución liberal, en toda línea. Necesitaríamos para adelantarla cambiar no sólo la Constitución -por el mecanismo que ella misma provee, que es la voluntad de la mayoría- sino crear un nuevo sistema que supere los limites de la división tradicional de poderes, limitando realmente la posibilidad misma cualquier tiranía, incluso, o especialmente, la de la mayoría. Nada de eso se relaciona con los socialismos enfrentados por el poder en el escenario mediático electoral venezolano. ¿Qué uno de ellos pudiera ser el mal menor, o que el mal menor sea no tomar partido en esa pelea? es algo a dilucidar aún... pero de que ninguno es solución no hay la menor duda. La solución está en el futuro, en el capitalismo popular que termine de una vez y para siempre con el socialismo empobrecedor en nuestra tierra. Y para llegar a eso entre otras cosas se requieren gobiernos con un enfoque liberal en todos los niveles de la administración, desde los Concejos Comunales, pasando por alcaldías y gobernaciones, hasta Miraflores, y sobre todo se requieren legisladores liberales en la Asamblea… así que largo y lleno de obstáculos en una empobrecida nación que se cree rica porque el petróleo está a 100 dólares el barril, y es en realidad tan pobre que pese a ser un país petrolero y fundador de la OPEP su producto por habitante a duras penas supere los 5 mil dólares anuales.

sábado, 12 de abril de 2008

*GUILLERMO RODRÍGUEZ ESCRIBE PARA TERCER POLO: “PETRÓLEO, CIVILIZACIÓN Y APOCALIPSIS”


*GUILLERMO RODRÍGUEZ ESCRIBE PARA TERCER POLO: “PETRÓLEO, CIVILIZACIÓN Y APOCALIPSIS”


Habiendo vivido bajo el comunismo la mayor parte de mi vida, me siento obligado a decir que veo en el ambicioso ecologismo, y no en el comunismo, la mayor amenaza a la libertad, la democracia, la economía de mercado y la prosperidad.
Vaclav Klaus

El que el precio del petróleo escale por encima de los 100 dólares pone a muchos a considerar seriamente que pudiéramos haber alcanzado un pico de producción tras el cual las reservas explotables únicamente podrán declinar sin que nuevos descubrimientos alcancen a cubrir el incremento futuro del consumo. Y eso para otros, especialmente para los ecologistas neo-maltusianos, es algo así como el sonido de las trompetas del Apocalipsis, el fin del capitalismo y con él consecuente e inevitablemente –aunque aquellos se nieguen a entenderlo y sigan abrazando la criminal utopía socialista en cualquier nueva o vieja versión– el de la civilización y quizás aún de nuestra especie. Hay algo de cierto en lo primero, pero sólo algo, y no hay casi nada de cierto en los segundo. Las preguntas reales son: ¿Qué pasa con las reservas? Y ¿Qué pasa con los precios?:

La respuesta a la primera pregunta corresponde técnicamente a la geología, pero las señales económicas se resumen en dos puntos: de una parte la demanda ha estado incrementándose por el crecimiento de economías asiáticas que en la medida que se hacen un poco menos socialistas –o un poco más capitalistas– logran sacar a miles de millones de personas de la pobreza generando una producción y consumo de escala abrumadora; mientras del otro lado, el descubrimiento de nuevos yacimientos es menor que el creciente consumo. Así las cosas, y sin detallar como la existencia de la OPEP (y las peculiaridades de los yacimientos sauditas) mediante la que los productores intentan acaparar el producto restringiendo la producción para elevar artificialmente los precios, terminan por distorsionar la estructura de incentivos del mercado petrolero, la verdad es que, en principio, las señales que tenemos nos indican que en efecto el petróleo en términos económicos “se está acabando” en el sentido que se consume más de lo que se descubre en nuevos yacimientos económicamente explotables.

En tal sentido deberíamos ver precios altos e inestables en el mercado energético, cosa que efectivamente estamos viendo. Por otro lado dichos precios –y su inestabilidad– son una fuerte señal para la búsqueda de oportunidades de ganancia empresarial en nuevas tecnologías, pues si bien las reservas de petróleo explotable y refinable con las actuales están declinando, existen gigantescas reservas probadas e inexploradas de hidrocarburos que no se pueden explotar con las tecnologías actuales sino mediante emulsiones o conversión profunda en procesos de refinación muy costosos. Pero, superando cierta barrera de precio los crudos convencionales dichos procesos comparativamente dejan de ser costosos y se tornan alternativas rentables y competitivas por lo que el pico de producción se alejaría nuevamente hacia el futuro simplemente por el ingreso al mercado de tipos de hidrocarburos abundantes que actualmente no se explotan a gran escala.

También hay un problema en el precio que se ve poco, o al menos yo veo pocos economistas que lo consideren seriamente, y es el nuevo crecimiento del circulante inorgánico que ha estado experimentado en mundo (en todas sus principales divisas) desde los años ´90 (no es que no ocurriera antes pero la magnitud es mayor que antes) y que en lugar de verse reflejado en los precios de los productos que se miden en los índices de inflación se ha desviado hacia precios que no aparecen en estos, como los de las acciones, y todo de tipo de papel financiero, y con ello al empaquetamiento de papeles en nuevos papeles y a una creciente especulación con contratos derivados lo que ha afectado mucho los precios de los contratos de futuro de las materias primas y consecuentemente el mercado spot.

En principio nos estamos acercando al fin de la era del petróleo, al menos como la hemos conocido, es difícil saber si lo que veremos a largo plazo serán nuevas formas de energía o la explotación de hidrocarburos que actualmente no se explotan, pero a corto y mediano plazo lo segundo es mucho más probable, aunque sobre eso habría que retomar el tema de la innovación y los recursos:

Los recursos físicos, no llegan al agotamiento antes de ser sustituidos, con motivo de los cambios tecnológicos. Un recurso natural, relativamente escaso y valioso; del tipo comúnmente llamado no renovable –por la escala temporal del tipo de proceso natural que lo formó– del cual dependió el combustible del transporte y la industria, como el carbón durante el siglo XIX, fue sustituido en gran parte por el petróleo en el siglo XX. No se dejó de usar el carbón mineral por completo, simplemente fue sustituido en la mayoría de sus usos como combustible; en la medida que la maquinaria evolucionó. Parafraseando el conocido ejemplo de la edad de piedra del Jeque Ahmed Zaki Yamani, diré que la era del carbón terminó mucho antes de que se acabara el carbón, y la era del petróleo terminará mucho antes de que se acabe el petróleo; y aún que es muy probable que sea sustituida por la era del hidrógeno, de la energía nuclear, u otra que hoy no logramos adivinar. Es claro que la eventual sustitución del petróleo, como principal fuente de combustible para la industria y el transporte, no significará que se dejará de emplear el crudo para otra infinidad de usos. El punto es que la sustitución tecnológica de los bienes de orden superior será siempre muy anterior de su agotamiento físico, debido a que en la medida que un recurso se torna más escaso, de mantenerse la demanda inalterada, su precio se eleva, y como consecuencia de ello se generan tres tipos de oportunidades, que se pueden ilustrar cómodamente, siguiendo con el ejemplo del combustible:

Como hay una demanda potencial de mejores motores: Las existencias, en términos de remanente disponible para un tiempo estimado, dependen de la eficiencia relativa de los procesos en los cuales se utilizan; en los combustibles, por ejemplo, en la medida que se hacen más eficientes los motores, la sustitución de los viejos motores por los nuevos, equivale al incremento virtual de las reservas no explotadas de combustible, de mantenerse inalterados todos los demás factores concurrentes. Esto último no ocurrirá realmente; y es probable que motores más eficientes estimulen un mayor uso de los mismos, pero por lo general, este mayor uso tenderá a consumir combustible, por debajo del umbral del consumo total previo al cambio tecnológico.

Se estima que se realizará nueva oferta a precios más altos: Los incrementos de precios de un bien, cuando son causados por su escasez relativa, implican menores riesgos en nuevas inversiones en su producción, que cuando son causados por el incremento de la demanda –el riesgo es ante todo un costo– lo que favorecerá la explotación económica del recurso sub-marginal real; y así se incrementan las existencias, en la medida que tal producción pasa a tener la capacidad económica de sumarse a la oferta. También hay entonces estimulo económico para la innovación tecnológica, por las oportunidades de incremento de la producción del recurso sub-marginal potencial. Y el ejemplo obvio de esto, en medio del de los combustibles, sería un taladro que pueda llegar mucho más profundo que los existentes.

Hay una demanda potencial de otro combustible más barato: En la medida que el precio se eleva, el costo de su sustitución del bien se reduce, más o menos, proporcionalmente. Así crece el estimulo empresarial hacia la búsqueda de la oportunidad, por medio del aprovechamiento de algún bien alternativo. La oportunidad, siguiendo con el ejemplo del combustible, puede estar tanto en un combustible sustitutivo de menor costo para las mismos motores, como en nuevos tipos de motores que puedan lograr los mismos resultados, a igual o menor costo, con otro combustible diferente.

Porque de la demanda no es de combustible; es, por ejemplo, de transporte. Y la demanda de transporte no es más que la demanda de trasladar, cosas o personas, de un lugar a otro, más rápida, cómoda y eficientemente. Esto es: al menor costo. Y en esa demanda de traslado, el que, cuando, dónde y para que, están en constante cambio por la acción, e interacción, de los agentes económicos en un mercado libre. Algunas economistas llegan a creer seriamente que alcanzar el pico de producción de petróleo implica un riesgo para la civilización. Yo creo que se equivocan completamente en eso. Lo que puede poner en peligro la civilización no es la declinación de un recurso como el petróleo. La verdadera amenaza a la civilización, que si existe aunque está en otra parte, la representan los ataques de las muevas y viejas ideología atávicas –como el socialismo neo-maltusiano al que está llegando el ecologismo político– contra las condiciones institucionales que fomentan la introducción de nuevas tecnologías mediante la identificación y aprovechamiento de nuevas oportunidades empresariales. Sien eso, nuestra civilización en efecto colapsaría y miles de millones de seres humanos desaparecerían con ella… tal vez no tanto como la especie completa, pero lo cierto es que sin una civilización como la actual la humanidad no podría sobrevivir en números significativamente mayores que los de cualquier otra especie de primate

lunes, 31 de diciembre de 2007

*GUILLERMO RODRIGUEZ ESCRIBE:"Poder para el pueblo ... Del socialismo populista al capitalismo popular"


ESCRIBE: GUILLERMO RODIGUEZ
De los viejos vicios del estatismo mercantilista que sufrimos desde la colonia hemos pasado directamente a los del estatismo socialista que son espejo contemporáneo de aquellos. Por sistemas populares hemos entendido un vicioso esquema que se limita al “poder” de un pueblo empobrecido de elegir los gobiernos ilimitados de los que dependerá completamente para subsistir. Un sistema enteramente popular, para ser virtuoso, requiere que sea el gobierno el que dependa del pueblo para subsistir. La pobreza del pueblo ante la riqueza del Estado es, hoy como ayer, el origen de los vicios que debemos superar.

El socialismo es el control de los medios de producción por el Estado. Un Estado que hace negocios, es por naturaleza un Estado socialista. Hablar de "Capitalismo de Estado" es una contradicción en términos, si la empresa es "de Estado" no es capitalista, y si es capitalista una actividad mercantil, no es realizada por el Estado. El socialismo democrático es la amalgama de los peores vicios económicos de antiguo régimen con los vicios políticos del populismo más antiguo.

En Venezuela la actividad petrolera es la más importante del país, en términos peso en de PIB y de ingreso fiscal. Un dato es que aproximadamente el 80% de las divisas que ingresan al país son producto, directo e indirecto, de las exportaciones del sector petrolero. El petróleo, como todo lo que está en el subsuelo, es, y ha sido siempre, propiedad exclusiva del Estado venezolano. Herencia que la corona española dejó, en la legislación, para su ex colonia. Una cosa es petróleo, que siempre ha sido del Estado, desde la conquista hasta la fecha, y otra es la industria que lo explote... fue primero privada y nacional, luego privada y mayormente foránea... finalmente exclusivamente Estatal por Ley. Y desde 1999 la constitución bolivariana de Venezuela, prohíbe clara y expresamente que PDVSA sea del pueblo. Sólo puede ser del Estado.

Todo gobierno socialista es populista en proporción directa de lo democrático que sea. El socialismo democrático, además de transferir recursos de la población al Estado, debe redistribuir sobrantes de unos a otros, coincidieron en ello el socialismo adeco y el chavista... los beneficiarios no son los mismos. Los que antes, poco o nada recibían, son la clientela electoral del nuevo socialismo, con lo que los que antes vivían comodante del Estado... poco o nada reciben hoy. Naturalmente odian y envidian a los nuevos beneficiarios.

Para pasar del socialismo al capitalismo hay que quitarle al Estado todos los activos que no están dedicados a sus funciones naturales y dárselos a las personas. Como eso no se ha hecho aún en lugar alguno, aún no hemos pasado del socialismo al capitalismo realmente en sociedad alguna. En Venezuela hay que empezar por el sector petrolero estatal. Transferir la propiedad del subsuelo y de la industria del Estado a la población. Y en el caso de la industria la mejor vía es privatizar PDVSA entregando no menos de la mitad de las acciones directa y gratuitamente a todos y cada uno de los ciudadanos y usar el resto para pagar la deuda pública.

Nada de esto se puede hacer con el actual marco jurídico. Es necesaria cambiarlo radicalmente. Y la propia Constitución estatista define el camino referendario para alcanzar pacíficamente tal objetivo. Mientras tanto hay mucho que se puede hacer. Como ha propuesto Pedro Elías Hernández desde la AC Petróleo Para el Pueblo del estado Aragua, incluso bajo el actual marco jurídico sería posible adelantar como iniciativa popular un proyecto de ley para transferir íntegramente la renta petrolera patrimonial creando un sistema de seguridad social integral, mayormente privado que pese a sus naturales limitaciones, garantizaría benéficos inimaginables en el sistema gubernamental actual. El asunto empezaría, con un proyecto de Ley con los siguientes objetivos:
1. Transferir directamente para cada venezolano. Desde que cumpla la mayoría de edad, hasta su edad de retiro. En una cuenta individual, de su libre elección, que puede ser un fideicomiso bancario, de seguro, o de otro tipo. Su cuota parte de ese ingreso patrimonial del subsuelo.
2. Que el 50% de los fondos transferidos a cada cuenta, se acumulen, junto con su rendimiento, capitalizándose individualmente, hasta la edad de retiro. Y luego sean entregados para que el titular decida como los ha de invertir para disponer de una pensión digna.
3. Que el otro 50% dividido en partes iguales, esté disponible para cada titular, en cupones para ser usados exclusivamente en gastos de salud y educación. Emitidos por las mismas instituciones en que el ciudadano mantenga su cuenta con valores acumulativos capitalizados de los saldos que no se gasten y su rendimiento. Servirían los cupones tanto para sistemas de salud pre-pagada, como de seguros. Según cada cual, individual y voluntariamente lo considere prudente.
Claro que el petróleo es un primer paso. La transición del estatismo al liberalismo es una gran transferencia de poder del Estado a la Población, y requiere la transferencia de todos los activos mercantiles del Estado a la Población tanto para capitalizar una ciudadanía descapitalizada, como para retirar al gobierno de actividades que no son propias de su naturaleza y objetivos. Pero hacer razonablemente eficaz al gobierno en sus funciones naturales requiere limitar más que sus activos. Alberto Mansueti, hoy dirigente de la organización política liberal zuliana Rumbo Propio, resumió la transición integral del socialismo al capitalismo como el logro de tres liberaciones:
1. En lo político, Gobiernos limitados. Que nos liberan de la posibilidad misma de la tiranía.
2. En lo económico, mercados libres. Que nos liberan de la pobreza, la arbitrariedad y la dependencia.
3. En lo social y cultural, instituciones privadas separadas del Estado. Que nos liberan de la imposición del pensamiento único colectivista, el adoctrinamiento y la dominación cultural de quien controle el Estado. Y en función de estas es que estamos trabajando a largo y ancho del país en el Movimiento Liberal Libertario Resistencia Civil, para la construcción de una verdadera alternativa ideológica, y política democrática al socialismo en Venezuela. Alternativa ideológica seria que complete el espectro ideológico de un país en que todos los partidos son actualmente “de izquierda” y se insultan absurdamente llamándose unos a otros “derecha”. Es una interesante ironía que mientras no exista el contrapeso ideológico como alternativa política de poder real en Venezuela, el proceso del socialismo “del siglo XXI” no será más que “la cuarta república a la quinta potencia” en sus peores aspectos. Un espectro político completo es algo que nunca hemos tenido en Venezuela, es el principio de una democracia seria... y es solo el principio.

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En tanto que nuestros compatriotas no adquieran los talentos y virtudes políticas que distinguen a nuestros hermanos del norte, los sistemas enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho que vengan a ser nuestra ruina...
Simón Bolívar
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