BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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sábado, 14 de marzo de 2015

UNIDAD NACIONAL ALTERNATIVA, UNA TERCERA VÍA, PRESENTE EN CUMANA, ESTADO SUCRE.

En la terraza del Centro Comercial Humbolt, ubicado en la Avenida Bermúdez de la ciudad de Cumana, previa invitación formulada por el Dr. Jose Luis Astudillo se hicieron presentes el 12 de marzo de 2015 Carlos Padilla Carpa y Juan de Dios Rivas V. representantes de la Coordinación de la Unidad Nacional Alternativa ante un nutrido grupo de representantes de la sociedad civil cumanesa preocupados por el acontecer nacional.

ALEXIS TINEO, JUAN RIVAS V., CARPA Y JESUS GARCIA
Para iniciar la actividad se hicieron planteamientos relacionados con la despolarización, la reconciliación nacional, el necesario establecimiento de un estado de poder descentralizado,   la necesidad de que el país funcione y la certeza que esta situación de destrozo del país no debe continuar.

La participación de los presentes fue realmente enriquecedora  para afirmar los constructos sobre los temas mencionados y al plantearse el asunto de implementar la selección de los precandidatos a la Asamblea Nacional mediante el llamado consenso o unas primarias populares universales la mayoría de los presentes se pronuncio a favor de esta ultima como la metodología que daría verdadera legitimidad a dichas precandidaturas.

Durante las intervenciones se hicieron presentes reporteros de los diversos medios de comunicación escritos así como las cámaras de televisoras regionales.

Finalmente se conformó la coordinación regional de la Unidad Nacional Alternativa, UNA tercera vía, la cual quedara integrada por el Dr. Jose Luis Astudillo, quien se integrará a la Coordinación Nacional  como coordinador nacional por el estado Sucre , Jesus Garcia, Alexis Tineo y Jesus Otero como coordinadores regionales.  

Para finalizar la visita los coordinadores nacionales de la UNA realizaron entrevistas en los estudios de televisión de la planta PHD.TV y se realizo un almuerzo con parte de los asistentes al foro y los visitantes de la coordinación nacional.

Esperamos que el equipo que se responsabiliza por dicha coordinación tenga el éxito que todos deseamos. 

Rafael Lovera
brujo2007@gmail.com
@brujoliberal

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lunes, 11 de agosto de 2014

CARLOS RONDON “LA TIRANÍA DEL PRESENTE”

La exacerbación significativa del presente en detrimento de un futuro inmediato y más lejano, es un proceso correlativo; entre más lejos el futuro menor interés por él. 

Hay una disposición natural en los sistemas de organización social que los incapacita para manejar la relación de la sociedad con su futuro. 
Un contexto de excesiva incertidumbre como el que vivimos actualmente es difícilmente interpretable por un sistema o conjunto de sistemas que para su constitución agotó largos lapsos de tiempo. 
El dinamismo de la realidad actual atropella cualquier estructuración de la realidad según parámetros previamente establecidos y rigidizados por sistemas no-dinámicos. 
Innerarity lo llama “La tiranía del presente” aludiendo a la ventana cortoplacista que todo lo absorbe: “Nos encontramos en un régimen de historicidad en el cual el presente es dueño y señor absoluto. Es la tiranía del presente, es decir, de la actual legislatura, el corto plazo, el consumo, nuestra generación, la proximidad... Es la economía que privilegia la lógica financiera, el beneficio frente a la inversión, la reducción de costes frente a la cohesión de la empresa. Practicamos un imperialismo, que ya no es espacial sino temporal, del tiempo presente que lo coloniza todo.”
La exacerbación significativa del presente en detrimento de un futuro inmediato y más lejano, es un proceso correlativo; entre más lejos el futuro menor interés por él. Le pedimos al presente cosas que no estamos dispuestos a esperar para después. La política y el marketing del consumo comparten este fuerte vicio, la hegemonía de la inmediatez. A pesar de que las consecuencias de las decisiones políticas desembocan más claramente en futuros lejanos, nuestro único enfoque de interés sigue siendo la fugacidad del presente y su narcotizante efecto distractor.
La explicación de este “presentismo” omnipresente, en política, es variada y múltiple, pero como factor principal se podría establecer la ciclicidad de los períodos electorales. 
La acción política está fuertemente parasitada por el interés de “permanencia en el poder”, de allí el populismo, las medidas cortoplacistas y el desafecto por medidas con resultados a largo plazo, que podrían beneficiar a otras personas de la escena política. También hay que mencionar que la disminución de este horizonte temporal en las políticas públicas no es algo sólo de los políticos, sino también de los electores; la miopía es compartida en la medida que nadie conoce el futuro y no sabe si estará en él.
Carlos Rondon Avila
rondoncarlos@gmail.com
@phronimos

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miércoles, 4 de junio de 2014

ELENA VALERO NARVÁEZ, EL PRESENTE SURGE DEL PASADO, CASO ARGENTINA

En Argentina, durante diez años, el gobierno kirchnerista se ha dedicado a destruir las instituciones. Se ha dejado muy poco por hacer para lograrlo, desde el avasallamiento del Congreso, hasta la utilización de superpoderes para favorecer la corrupción en pos de conseguir la adhesión incondicional de políticos y jueces,  aumentando de ese modo el poder, hasta límites casi dictatoriales. 

En la actualidad, las consecuencias de ésta política la estamos sintiendo en carne propia: alta inflación, enfermedad transmitida por el gobierno que está vaciando los bolsillos de los argentinos, comiéndoles el futuro, además de desprestigiándolos internacionalmente  evitando la llegada del aire que podrían darnos las inversiones.
La esperanza de un futuro mejor es la carta que se juega nuestro país. Todos sabemos que solo puede llegar a través de nuestros representantes quienes están tratando de llegar al 2015 haciendo, con indolencia premeditada, algunos pocos deberes para que no nos alcance, antes de darle el bastón de mando al futuro presidente, la catástrofe. En 1990, fue el motivo del cambio. Nadie olvida la hiperinflación y el apoyo que se le dio al nuevo rumbo iniciado por el ex presidente Menem, correcto al principio, antes de que el gasto público y otros errores, le quitaran la confianza de la gente.
Todos los aspirantes a la presidencia del próximo período, saben que ante la vista del precipicio “hay que hacer” pero la cosa es saber qué y como lograrlo.
Los historiadores sabemos que no hay mejor maestro que la historia. Observar las causas de los fracasos y de los éxitos  ayuda a decidir mejor. Tenemos ejemplos de todos los colores para que, dejando de lado toda fanática ideología, con tolerancia y transacciones con la oposición y las democracias del mundo,  reflejando los valores comunes, pudiéramos ir levantando  cabeza.
No solamente necesitaremos de quienes dirigen la política sino, también, todos debiéramos compartir la responsabilidad del desafío, participando de la vida política, social y cultural para transitar hacia un país donde se respeten , la dignidad de las personas, la igualdad ante la ley y quede a salvo la libertad de los ciudadanos.
En materia de relaciones exteriores, tan ligada a la política interna, la base debería reflejar la interdependencia de la civilización mundial para no obstaculizar los vínculos con todos los países que colaboran en la democratización del mundo, defendiendo los principios que rigen  la democracia liberal, congreso independiente, respeto por la constitución y los derechos civiles además de tolerancia, sobre todo, por las minorías.
Los jóvenes candidatos a presidente debieran ser optimistas, a pesar de que el pasado kirchnerista nos ha llevado a la pérdida de fé en el hombre como ser racional. La esperanza reside en ampliar nuestra comprensión de la historia, en inculcar la fe en la democracia como método pacifico de llegar al poder, y en dejar de creer en posiciones deterministas que nos hacen esclavos del “destino”. El pasado, afortunadamente, no determina el futuro, por lo cual tenemos  varias alternativas dentro , por supuesto, de la difícil situación en la que nos hallamos.
Lo importante -espero que se dé esta vez- es no dar una respuesta utópica al desafío que se viene en el 2015. Por eso,  revisar la historia nos sirve sabiendo que aunque es  irrepetible, los hechos no son totalmente nuevos ya que el hombre ante situaciones semejantes tiende a actuar de manera similar..
Para dar respuesta valedera se necesitan hombres con fe en la razón dejando el proselitismo populista basado siempre en promesas utópicas, para  tomar el rumbo y las medidas que los problemas reales reclaman, siempre inculcando con la palabra y el ejemplo la tolerancia, la decencia y sobre todo el respeto a los derechos individuales.
Ante los graves problemas que ya nos muestran  la cara, lo peor sería que se creyera, como muchas veces en el pasado, que con solo regresar a la normalidad constitucional se puede evadir nuevamente la realidad y continuar con las políticas que la han olvidado y por ello nos han sumido, una vez más, en un rotundo fracaso, el cual está pesando sobre las espaldas de  todos los argentinos.
Elena Valero Narváez
evaleronarvaez@hotmail.com
@evaleronarvaez

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lunes, 19 de mayo de 2014

CARLOS PADILLA CARPA, ATRAPADOS SIN SALIDA

Una gran mayoría de los venezolanos estamos atrapados entre el pasado y el presente luchando por un futuro de justicia,  paz y prosperidad el cual nos es difícil vislumbrar.

Por un lado el presente atosiga con la inseguridad y una economía errática que obliga a un descenso en la escala social hacia la conformación de una baja clase media cuyos niveles de poder adquisitivo apenas nos permite la subsistencia entre las rejas que tenemos que poner en nuestro espacio vital para resguardarnos de un hampa descontrolada que no distingue a nadie en el trágico momento de sus ataque. Ello en medio de un deterioro que parece indetenible de los servicios públicos.

El pasado amenaza pues sus representantes políticos parecen defender únicamente sus intereses electorales,  con la mirada vuelta hacia atrás,  en desmedro de quienes no somos sus parciales.

Las aspiraciones de paz, justicia, libertad y bienestar están encerradas entre dos polos contradictorios que como todos los extremos se muerden las colas.

La Real Academia de la Lengua Española define al “término medio” como la cantidad igual o más próxima a la media aritmética de un conjunto de varias cantidades y en una segunda acepción como el arbitrio proporcionado que se toma o sigue para salir de alguna duda o para componer una discordia

En estadística y probabilidad se llama distribución normal, distribución de Gauss o distribución gaussiana, a una de las distribuciones de probabilidad de variable continua que con más frecuencia aparece aproximada en fenómenos reales. Su grafica tiene una forma acampanada siendo simétrica de acuerdo a un determinado parámetro estadístico. Esta curva se conoce como campana de Gauss.  

Es evidente que los extremismos de gobierno y oposición ocupan las colas de dicha grafica representado minorías, la curva se va elevando con la medida que corresponda y al llegar al centro tiene la mayor altura cuya expresión cuantitativa representa la normalidad o término medio en el cual se agrupa la mayoría de la población.

Desde el punto de vista aristotélico la virtud consiste en saber dar con el término medio entre dos extremos, extremos que por ser tales son vicios; Es, por tanto, la virtud un modo de ser selectivo, siendo un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquello por lo que decidiría el hombre prudente.

Sin embargo, Aristóteles también afirmará que no toda acción ni toda pasión admite el término medio, pues hay cosas malas en sí mismas: pasiones malas en sí mismas son la malignidad, la desvergüenza y la envidia, y malas acciones en sí mismas el adulterio, el robo y el homicidio.

Como ejemplos de virtud cabe señalar el valor (medio entre la temeridad y la cobardía), la templanza (medio entre la intemperancia o libertinaje y la insensibilidad); la virtud más importante es la justicia.

La  tríada dialéctica, al tenor de la filosofía de Georg Wilhelm Friedrich Hegel,  se utiliza para hacer referencia a la materialización del ser de la dialéctica en forma de una concepción de la realidad como un proceso desarrollado en tres momentos y movido por el principio de la contradicción que logra la realización de la idea o razonamiento.

Esos tres momentos del proceso dialéctico se corresponden con las expresiones acuñadas por Johann Gottlieb Fichte de tesis, antítesis y síntesis. La tesis, afirmación, corresponde a lo que es, la atetitésis corresponde a la negación de la tesis. Al hacer uso de la razón llegamos al tercer momento, síntesis, es la realidad.

La radicalización ideológica es, en la mayoría de las veces, una trampa; porque en su forma más maquiavélica, el Divide et impera, “divide y vencerás”, ayuda a las élites del poder a mantenerse.

Si partimos de la tesis que los extremos políticos en que se debate el país son igualmente socialistas - pues así se autodefinen -   negativos y minoritarios pues se centran en resolver a su favor las situaciones  y de la antítesis de que nosotros mayoría queremos vivir en una prosperidad equitativa, justa y de paz; tenemos que concluir que ni gobierno ni oposición nos satisfacen y debemos asumir una alternativa que mermando a los extremos consiga la conducción del país para esa mayoría. La lógica eso nos indica.

Carlos Padilla
carlos.padilla.carpa@gmail.com
@chino121

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jueves, 8 de mayo de 2014

JOSÉ “CHEO” SALAZAR, LA SOLIDARIDAD AUTOMÁTICA EN REVOLUCIÓN

 “Más rápido se coge al mentiroso que al cojo”, Proverbio castellano.

COMIENDO CUENTOS
Una de las cosas más perniciosas y que definitivamente desprestigio, en grado superlativo, a los gobiernos de AD y COPEI, fue la llamada solidaridad automática. Ante evidentes hechos de corrupción, la presión ejercida por los más poderosos dirigentes de esos partidos, creó un escenario de impunidad tal, que existían delitos sin delincuentes. Hechos de corrupción sin corruptos. El manto de protección, no permitía que la justicia castigara a los responsables. El mío con y sin razón, era la consigna. Una manera de perversa de ganar adeptos.

Esa descomposición y muchos otros errores políticos, económicos y sociales, dieron al traste con un sistema democrático, que era modelo de ejercicio de libertad en América Latina. La democracia Venezolana era ejemplo de alternabilidad democrática, procesos electorales aceptables, libertad de expresión y con un proceso de descentralización, que auguraban un futuro prometedor. La democracia, al acercarla al pueblo, creaba mecanismos y anticuerpos para curar sus males. Eso sólo es posible en libertad, pero la autocracia liquidó ese proceso. La involución es evidente.

La rendición de cuentas de alcaldes, gobernadores y Presidente de la República, permitían evaluar, desde el punto de vista ético, moral y administrativo sus gestiones. Todos los aspectos eran objeto de debate público. El que maneja dineros públicos, está obligado a presentar cuentas al pueblo. La Contraloría General de la República se manejaba con autonomía y sus informes eran demoledores. La oposición hacia su trabajo de investigación y denuncia y nunca fue acusada de conspiración por decir sus verdades. El Supremo Tribunal de la Opinión  Pública era implacable e inapelable. “La primera de todas las fuerzas es la opinión pública” SB.

El hombre público desde el punto de vista de su honorabilidad en el desempeño del liderazgo y la administración pública, no es lo que él cree que es. Es lo que la opinión pública, la primera de la todas las fuerzas, cree que es. No hay razones válidas para generalizar. El pueblo identifica con precisión a cada quien y lo ubica en su justo lugar. Ejemplo ¿Quién puede pensar, que la gente no se imagine, quienes son los responsables, del robo de 25 mil millones de dólares de CADIVI? Vuela la imaginación y apunta a la cúpula podrida de la revolución. La cantidad es superior a las reservas internacionales del país por lo que la solidaridad automática en ese caso es monstruosa. Despalillaron el tesoro público de un manotazo. 

La gente no se come el cuento, según el cual, todos los que se dicen revolucionarios son impolutos y, que todo el que disienta del gobierno más corrupto y saqueador de la historia patria, es corrupto. Los ejemplos de hechos públicos, notorios y comunicacionales de corrupción en revolución son escandalosos. Los corruptos se dan la dolce vita, con los dineros robados, disfrutando de la impunidad, que genera, la solidaridad automática en revolución.  Quizá no se ve la mano del que roba, pero las manos que gastan se ven a mil millas. Fíjense que la gente se fija y coge los mentirosos rapidito.

José “Cheo” Salazar
sjose307@gmail.com
@Cheotigre

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lunes, 11 de marzo de 2013

PEDRO PAÚL BELLO, MÁS REFLEXIONES SOBRE EL PRESENTE.

Escribí en reciente artículo anterior a éste que, en Venezuela, estamos llegando a un “punto de quiebre”  que, decía en ese escrito, es político y  hay que superarlo diría ahora que con carácter de urgencia. 
Me refería allí a las acciones que, a mi manera de ver, deberían tomar los partidos democráticos para restablecer las instituciones que la dictadura con vocación totalitaria tiene bajo control --en los niveles de gobierno--  y que son prácticamente todas. Para tratar de abrir un camino de reflexión en ese sentido, me centré  --de manera asaz breve--  en algunas ideas del conocido Gene Sharp sobre la resistencia pacífica, que no pasiva.
Casi como remate conclusivo de ese escrito, sintéticamente recordé las cuatro principales orientaciones de Sharp: 
1.- Fortalecer la población ayudándole a confiar en sí misma, en su fuerza unida para luchar y en sus capacidades para resistir; 
2.- Fortalecer grupos sociales e instituciones de pueblo que sean independientes del gobierno; 
3.- Crear una fuerza interna de resistencia que sea poderosa 
4.- Establecer un plan estratégico global y realista, amplio en sus alcances, para ejecutarlo con inteligencia y destreza.
La situación actual de Venezuela que, repito, nos arrastra hacia “un punto de quiebre” y se caracteriza, también, por un cuarteto de aspectos que son de orden político, social, económico e histórico cultural. Sin embargo, a los efectos de una más clara coherencia, habremos de desarrollarlos a lo inverso, valga decir, comenzando por el último de los antes señalados y terminando con el primero.  Por supuesto, estos cuatro aspectos y otros que dejaremos al margen, se entremezclan y confunden entre ellos y, del todo así formado, devienen las conflictividades de este presente y del pasado reciente y del más remoto, hasta llegar al origen de este último.
Aspecto histórico-cultural.
La revisión de nuestro acontecer histórico da cuenta, en buena parte, de las causas raigales que explican realidades, como éstas que hoy día vivimos, que son propias de nuestro ser nacional.  Normalmente  --y con las excepciones del caso--  la vivencia de la ciudadanía no ha sido más que sentimiento no traducido en hechos concretos, en compromisos verdaderos y sostenibles asumidos con la Nación y la población a las que pertenecemos. Por encima de ello, con frecuencia, han prevalecido intereses personales o de cerrados grupos de cercanas afinidades.
Por otra parte, derivadas de las profundidades originarias de nuestra Nación, cuyas raíces se sembraron desde el Descubrimiento entre la persecución y el sometimiento a los conquistadores,  la conflictividad permanente de una sociedad separada estamentalmente  y el mestizaje que nació desde los inicios, fueron factores determinantes de futuros atrasos. La Guerra de Independencia, la mitad de cuyo tiempo fue de guerra civil en continuidad con los conflictos de clases, se interrumpió luego de liberada la después Colombia y, al separarnos del sueño bolivariano y desde 1830 hasta el 1º de marzo de 1847, el país se fue encaminando de manera organizada y en armonía pero, en ese marzo, asumió el poder José Tadeo Monagas y se abrió de nuevo la conflictividad que desembocó en la guerra civil, llamada federal. Después, fueron el caudillismo de estilo feudal y las tiranías (Guzmán, Crespo, Castro) hasta la de Gómez, quien fundó nuestro Estado Moderno. Por eso   normalmente  --y con las excepciones del caso--  la vivencia de la ciudadanía no ha sido más que sentimiento no traducido en hechos concretos, en compromisos verdaderos y sostenibles asumidos con la Nación y la población a las que pertenecemos. Por encima de ello, con frecuencia, han prevalecido intereses personales o de cerrados grupos de cercanas afinidades.
Después de Gómez vino la apertura democrática que, gradualmente, se desarrolló con López Contreras y vino lo que todos conocemos: Medina Angarita; el 18 de octubre; Pérez Jiménez y, luego, la etapa de verdadera democracia que, después de 15 años,  comenzó a debilitarse y se hizo posible la disfrazada llegada del comunismo que, en 1999, trajo Hugo Chávez. Pero los sectores llamados “populares”, con orígenes en los bajos y más numerosos estamentos coloniales, atosigados con el populismo nacido en 1945 y prolongado hasta 1999  --no siendo cierto que no hayan recibido apoyo educativo, vivienda, trabajo y oportunidades en la etapa democrática--  si padecieron desde la caída de los precios del petróleo en 1983 restricciones y menguas de su beneficios, trabajos, a veces, sin solidaridad por parte de quienes más pueden.
Antier, cientos de miles de venezolanos siguieron, llorosos en su mayoría, la larga ruta por la cual pasó el cadáver de Chávez. En el fondo verdadero, como lo escribió ayer Fernando Mires,  no lloraban por Chávez: “lloran, en fin, por la nostalgia de Dios que cada uno trae consigo.”
Aspecto económico.
Entre 1999 y 2012, Venezuela recibió más de 10 mil 700 millones de dólares, cifra nunca antes alcanzada. En 1997 el precio del barril fue de $ 7; desde el 2003 el preció superó, casi  de manera continua el de $ 100/b. Sin embargo, en el presente la economía del país está prácticamente en quiebra; no hay producción agrícola suficiente y tenemos que importar casi todo lo que se consume; la deuda externa es enorme: nos amenaza caer en default. La inflación, lejos de frenarse, es indetenible. ¿Dónde vamos a llegar y por qué? La insolente locura de regalar lo nuestro a muchos países, en la idea de crear un bloque contra el “Imperio”, el latrocinio insolente de funcionarios de alto nivel que han acumulado riquezas mal habidas, el no invertir en lo fundamental para el desarrollo y funcionamiento del país, con crisis en materias como electricidad, vialidad, asistencia hospitalaria, etc., muestran el rotundo fracaso del mal llamado “socialismo del siglo XXI”, que no es socialismo ni nada. Una nueva devaluación parece inminente. Así estamos en lo económico después de haber alcanzado, en los años 50 pasados, a que el bolívar llegara a valer más que el dólar.
Aspecto social.
En lo social, un tema problemático que es menester superar, se encuentra en la realidad de que un porcentaje del orden del 70% de nuestras familias es el de las llamadas “matricentradas”. Se trata de familias en las que hay ausencia de padre  y, sólo, presencia de la madre.  En este modelo, como lo expresa el P. Alejandro Moreno, “La familia…está constituida por una mujer-madre con sus hijos.” Sin embargo, como normalmente el hombre abandona a la mujer, otros que repiten la misma práctica van a sustituirlo de manera constante. Este tipo de familia es el modelo que, muy mayoritariamente, define el aspecto cultural, en Venezuela, de la familia popular, el cual, por cierto, también se presenta en otros sectores de distinto nivel y su menor incidencia la tiene en los Estados andinos.
Este fenómeno engendró otro que consiste en la reducción del interés de ese tipo de familia, entendido por las relaciones que se tejen a partir de los diversos padres de los hijos, sus padrinos y otros allegados, para limitar sus intereses a esos grupos primarios de pertenencia (algunos autores los han denominado “familismo amoral”), de manera que los logros de esfuerzos de sus integrantes sólo a éstos benefician y nada les interesa del país.
A estos cuadros anteriores es menester incorporar que la crisis económica ya antes esbozada, afecta a todos los venezolanos pero, fundamentalmente, a aquellos de menores recursos y muy limitadas posibilidades de sobrellevarla. Igual puede decirse respecto a la inseguridad que vivimos pues la proporción de los crímenes recae en los sectores populares en un 90% respecto de los demás.
Aspecto político
Sin dudas la muerte del Presidente Chávez afectará severamente al desarrollo de su proyecto político que él llamó “socialismo del siglo XXI”, y no solamente por la desaparición del gran mentor y actor del proyecto, lo que es cierto y muy importante dadas las limitadas capacidades de la mayoría de quienes lo acompañaron en su desarrollo, sino también por las antes referidas condiciones históricas, económicas y sociales que inciden seriamente en estos presentes o futuros momentos de la realidad política del país.
Ayer, el TSJ, organismo responsable por velar y garantizar el cumplimiento y el respeto a lo establecido en la Constitución de la República, una vez más incurrió en hacer lo contrario a su deber, como lo hiciera cuando lo obligaba la Constitución a propósito de las exigencias del pasado 10 de enero. En efecto, fundado en ello, el TSJ procedió a llenar la vacante absoluta por la muerte del Presidente, sino que ratificó al Vice-Presidente Maduro para llenar el vacío presidencial, pero no como Encargado de la Presidencia sino como Presidente Encargado, lo cual es muy diferente. Tanto, que en virtud de ello, el Sr. Maduro puede optar a ser candidato en la elección de un nuevo Presidente, como si el Sr. Maduro fuese Presidente en Ejercicio, no siéndolo.
Venezuela presenta cuatro factores que son sumamente peligrosos, cada uno, pero mucho más los son todos en conjunto: anomia, anarquía, división e ingobernabilidad. Fueron esos los cuatro factores que determinaron la explosión de la guerra civil española de los años 30 del siglo pasado. Sus antídotos son: integración, orden, unidad y gobernabilidad.
En tal situación se impone el diálogo sincero y abierto, la concertación sincera que imponga la paz y la gobernabilidad y asegurar la pureza electoral para que logremos levantar de nuevo esta Patria que es de todos y no de algunos.
ppaulbello@gmail.com

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sábado, 16 de febrero de 2013

PEDRO PAÚL BELLO, REFLEXIONES SOBRE EL PRESENTE

Cuando uno se detiene en el observar, con absoluta sinceridad, lo que hoy vivimos los venezolanos en nuestra Patria, no se alcanza a entender el porqué de tanta pasividad e inercia ante la gravedad de lo que confrontamos hoy, en lo político así como del posible desarrollo de la situación económica y social que seriamente nos amenaza.
En ese orden de reflexión pueden venir a nuestra mente recuerdos de situaciones de grave conflictividad en medio de las cuales, pueblos y gobernantes cayeron también, con las diferencias de cada caso, en actitudes de parálisis pasivas respecto a los acontecimientos que, ante sus ojos, se desarrollaban sin que población y gobierno se preocupara  --ni menos actuara--  en buscar salidas, acciones, respuestas adecuadas para superar terribles amenazas.
Releyendo el libro “Memorias de guerra” (Memoires de guerre) publicado por la Librería Plon el año 1954 y escrito por el General Charles De Gaulle, a quien le fueron confiadas altas responsabilidades ministeriales por el gobierno que, en aquéllos días de los años 1932 a 1937, no cesaba de actuar de la manera que el propio De Gaulle llamó “la inconsistencia del poder” que, él mismo y con asombro, encontraba instalada en el dominio de lo militar responsable de la defensa nacional de la Francia amenazada seriamente por la Alemania desde donde Hitler comenzaba a realizar su dominio de Europa.
El problema que De Gaulle percibía, si bien era general en el medio político y de gobierno francés, le resultaba más preocupante en su condición de militar que había sido a ocupar posiciones de gobierno en la Secretaría general de la defensa nacional, organismo del cual el Presidente del Consejo recibía la asistencia necesaria para preparar al Estado y a la Nación francesa ante la amenaza alemana. Pero mientras en el Parlamento el tiempo se iba entre obstáculos y defecciones, el cuerpo militar daba respuestas incompletas y contradictorias. De Gaulle proponía crear, con urgencia, unas fuerzas armadas de maniobra y de choque, acorazada y formada por un personal de élite, la que se uniría a grandes unidades preparadas para la movilización. Pero mientras Hitler preparaba fuerzas poderosas y amenazaba al mundo, Francia se mantenía bajo la idea de estar protegida por la famosa Linea Maginot: el 7 de marzo de 1936 las fuerzas armadas alemanas cruzaron el Rhin; poco tiempo después marchaba sobre Viena, Praga y Varsovia. Poco después le llegó la mala hora a Francia, con la complicidad de Patain y Laval, entre otros.
La relectura de las Memorias de guerra de De Gaulle desembocó  --como no podía ser muy de otra manera--  en el retorno a la consideración de nuestro drama presente:  tenemos nuestro “Hitler” duplicado en La Habana;  sus fuerzas, como lo permitió en Francia el “gobierno” de Vichy, están por todo nuestro territorio; podríamos decir que, con las diferencias de ambos casos, hay semejanzas y similitudes abundantes. Sin embargo, todavía tenemos salidas posibles que, de manera indispensable, deben ser activadas. Es menester desplazar la invasión cubana a su territorio y también derrotar al gobierno de nuestro vichy chiquito y también local como el francés, pero seguimos teniendo caminos.
Lo único que falta es despertar y hacerlo antes de que la precariedad de la vida desate iras de protesta que pueden terminar catastróficamente, a costos muy duros y lamentables derivadas de innecesarias violencias.   La salida más lógica y más sana es, sin dudas, la electoral. Pero no podemos seguir haciendo el ridículo con elecciones preparadas y manejadas de manera fraudulenta. 
Elecciones absolutamente libres: manuales, sin máquinas de votación, sin caza—huellas, con escrutinios abiertos, testigos de los partidos políticos y un Consejo Electoral donde los partidos estén debidamente representados y cuya conducción recaiga sobre personas independientes tanto respecto a los Partidos como respecto al gobierno. Todo ventajismo electoral, sea de partidos o del gobierno, debe ser sancionado severamente e impedido.
Sólo así, de esa manera democrática y civilizada, podremos salvar a esta amada Patria venezolana de una tragedia que, con gravedad severa, nos acecha.
(www.paulbello.blogspot.com)
ppaulbello@gmail.com

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miércoles, 26 de diciembre de 2012

EDDIE A. RAMÍREZ S., CUENTO DE NAVIDAD

Si  Charles Dickens fuese un venezolano contemporáneo quizá no escribiría su famoso Cuento de Navidad con un solo personaje principal, el avaro y solitario  señor Scrooge a quien, gracias a una pesadilla, los espíritus del pasado, del presente y del futuro trasformaron en un ser generoso y social. Probablemente Dickens recrearía la escena con varios actores principales, más difíciles de corregir que el señor Scrooge, pero como en Navidad todo es posible quien quita  un final feliz.  
El Espíritu del Pasado nos recordaría que hubo muchas cosas buenas  tales como los logros  en educación, salud, vialidad, generación  de  electricidad,  extracción y refinación eficiente de petróleo, producción de acero y aluminio, aumento de la producción agrícola,  mayor seguridad personal y jurídica, no discriminación por raza, credo o por razones políticas. Posibilidad de cambiar el gobierno por la vía electoral sin mayor injerencia del Ejecutivo. Existencia de adversarios políticos, pero no de enemigos. 
Desde luego que ese Espíritu también nos recordaría que a partir de mediados de la década de los 70 empezamos a declinar, la pobreza aumentó a niveles intolerables, los jóvenes tuvieron menos oportunidades, disminuyó el ascenso social, aumentó la inflación y los partidos políticos y en general los venezolanos que tuvimos más recursos nos volvimos egoístas  olvidándonos del otro país.     
El Espíritu del Presente destacará lo  evidente. Una nación dividida, destrucción  de la infraestructura, prisioneros políticos y exiliados, apartheid laboral, medios de comunicación cerrados, deterioro del sistema de salud, masificación de la educación universitaria a costa de su calidad, quiebra de las empresas del Estado, desaparición de la institucionalidad, dificultades para acudir a unas elecciones libres, aumento de las importaciones,  escasez de productos.   En la parte positiva el Espíritu destacará que hoy los venezolanos más humildes  se sienten tomados en cuenta, aunque la realidad sea otra,   y la creación de Misiones que aunque no resuelven el problema de la pobreza, sí contribuyen a aliviarla.
El Espíritu del Futuro nos permitirá visualizar   que de seguir por esta vía y no tomar el camino del progreso, estaremos condenados a fracasar como sociedad.  Al despertar de la pesadilla, tal como el señor Scrooge, los venezolanos nos dispondremos a cambiar. Este cambio incluye a los fanáticos de ambos bandos,    a quienes buscan culpables ante los recientes fracasos y   a nuestra dirigencia, la cual  deberá modificar algunas estrategias,  acercarse más al pueblo  y defender derechos con mayor ahínco.  Como somos optimistas por diseño, estamos convencidos   que  tendremos un mejor futuro, para lo cual debemos aceptar que habrá un pueblo chavista sin Chávez que es necesario respetar y con el cual se puede y debe convivir. Con toda seguridad, los dirigentes de ese chavismo  se alejarán  de esa quimera del Socialismo Siglo XXI que fue solo un engaño de unos pocos para controlar el poder y aplastar a los adversarios políticos.   
Ojalá que cuando publiquen este artículo se haya producido una amnistía. ¡
Feliz Navidad! ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com

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sábado, 27 de octubre de 2012

FERNANDO FACCHIN B.. LOS PARTIDOS POLITICOS ¿TIENEN PRESENTE Y MIRAN AL FUTURO?


El propósito del artículo deviene de una reunión a la cual asistí el pasado lunes y donde se resaltó un frustrado sentimiento partidista, por las razones que trataré de explicar seguidamente. Los partidos políticos (PP), como medios de actuación,  actores fundamentales del sistema democrático y expresión legítima de la sociedad en el sistema electoral venezolano, son actores  insustituibles, aunque no necesariamente eficaces y eficientes, en el escenario político actual; han dejado de ser el medio de expresión por excelencia para el procesamiento y búsqueda de soluciones a las demandas ciudadanas para ser simples maquinarias electorales, especialmente en Carabobo. Así se comentó.

La sociedad se pregunta: ¿Estamos asistiendo al fin de los partidos políticos o simplemente estamos viviendo una ya larga etapa de crisis, transformación y replanteamiento de las formas de representación política? Particularmente creo que la presencia de los nuevos actores sociales, económicos y políticos, excluidos de los (PP) le disputan a éstos, con mecanismos nuevos,  la hegemonía de la representación de los intereses colectivos, ante el desgaste y deficiencias de los directivos de los (PP) como entes mediadores de las voluntades socio-políticas, en un claro y determinante “divorcio” entre sociedad civil y (PP) como organizaciones legítimas de representación ciudadana, lamentable pero cierto.

No  podemos pensar en democracia sin evocar a los (PP) como los principales entes articuladores y aglutinadores de los diversos intereses colectivos, pero debemos entender que  ya no existe el antiguo sistema de partido dominante o hegemónico, los tiempos cambiaron, hoy los (PP) parecen ser el trofeo particular de su directiva, con exclusión  específica de su militancia de base y simpatizantes.

La sociedad se encuentra a la expectativa y sin una propuesta alternativa clara y coherente de los (PP), es el resultado de una progresiva descomposición de la vieja forma de hacer política partidista, del viejo sistema de caudillismo e intereses personalistas, lo que produce un gran vacío de liderazgo renovador, participativo e incluyente, es un grave asunto que los propios militantes de los partidos están  de acuerdo con este análisis.

La crisis de los (PP) se presenta por cuanto éstos han dejado de ser la genuina representación política de la sociedad. Los directivos de los partidos no han estado acordes con los procesos continuos de desarrollo social, cultural  y económico que han contribuido a que las sociedades sean cada vez más complejas, más capaces de resolverse por sí mismas, lo cual conlleva profundos cambios a nivel estructural lo que propicia la emergencia de nuevas demandas que los directivos de los partidos, frente a su crisis, han sido incapaces de encauzar.  Demandas, que no encuentran necesariamente, representación en los partidos tradicionales ni en los nuevos, muchos de los cuales siguen utilizando la práctica obsoleta del clientelismo y el amiguismo.

Hoy el mapa político nacional está reducido al acto electoral, pasadas las elecciones la presencia de los (PP) en la sociedad es nula frente a las situaciones problemáticas del colectivo social, lo que obliga a los  (PP) a revisarse internamente, para darle un viraje a su accionar.  De esa reunión surgió la pregunta: Los partidos políticos: ¿tienen presente y miran al futuro?

ffacchinb@gmail.com

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jueves, 23 de agosto de 2012

PEDRO PAÚL BELLO, REFLEXIONES SOBRE UN PASADO Y PRESENTE CON VISTA EN EL FUTURO.

            Por obligado acto de reflexionar y profundizar en el conocimiento de realidad, he vuelto sobre la condición comprometida que, en algún entonces, como profesores universitarios nos pusieron a pensar, en nuestros frecuentes diálogos en la USB, los intentos golpistas del año 1992 así como el sincronizado “caracazo” de 1989.  En grupo, entonces intuimos que tales hechos marcaban una última oportunidad,  para nuestra “clase” política y para los venezolanos en general: rescatar por propia iniciativa la entonces endeble democracia venezolana.
            Estudios realizados sobre nuestro mundo iberoamericano nos habían enseñado que el populismo, fenómeno propio en cuanto resultaba haberse constituido en componente estructural de nuestros pueblos, estaba alcanzando una fase de agotamiento y crisis final, cuya culminación habría de ser el derrumbe de los regímenes que entonces respondían a ese modelo. Tal crisis, final e inevitable, coincidiría con el término de las alianzas circunstanciales de sectores sociales cuyos particulares intereses de clase resultaban ser naturalmente antagónicos.  La crisis que se veía venir era económica, como resultado de la incapacidad para progresar que arrastraba un modelo edificado sobre rígidas relaciones de dependencia interna y externa, las cuales hacían que los recursos de producción y exportación, cuando reinaba, todavía entonces, la idea “cepalista” del “crecimiento hacia adentro” o política se sustitución de importaciones, la cual determinaba que --de tal crecimiento-- sus supuestos recursos fuesen cada vez más disminuidos, por lo que su reparto  --para los sectores aliados--  resultaría cada vez más pequeño, lo que, a su vez,  instalaría una crisis social porque se agudizaría la profunda brecha que separaba riqueza y privilegio de miseria y opresión. Y además, ello reforzaría la crisis social en sociedades, como las nuestras, cuyas raigales determinaciones explicaban el clientelismo político con sus dependencias y aparentes indolencia, flojera e irresponsabilidad atribuida a buena parte de la población.
Tal contexto de análisis, claramente nos revelaba que el recurso al golpe no podría ser la solución, como no lo había sido en los países  que ya se habían adelantado a ese proceso y donde, luego del aparente derrumbe populista y después del fracaso de regímenes militares, el populismo había retornado, de manera cíclica, con nuevas crisis repetitivas sin salidas aparentes.
Por lo demás, el recurso a “golpes” sólo demuestra que no se alcanza, como Nación, el  grado de madurez necesaria, ni tampoco la superación de graves condicionamientos de naturaleza antropológica y etnológica que, mientras subsistan, nos mantendrán como pueblos marginales, valga decir, como realidades sociales al margen del desarrollo y del progreso.  Esto, nos guste o no, es realidad tangible en todo nuestro subcontinente. El golpe, como lo hemos comprobado en esta dura experiencia que, para colmo es comunista, no es más que el retorno al “amo”, que es quien domina, protege o condena, y es elemento paradigmático de las sociedades arcaicas. En nuestras originales sociedades en las que la función política se identificaba con el resolver las necesidades vitales de las personas  éstas “creen que le deben algo al líder quien es un eterno acreedor” en la expresión de Gustavo Martin. Es la misma creencia de los indígenas originarios, pues el evolucionar de una “Societas” a una “Civilis”, en expresión de Lewis Morgan, “no ha permitido aún deslastrarnos de esa herencia que cubren los conceptos de clientelismo y paternalismo estatal.” 
Por larga experiencia histórica, los venezolanos sabemos que la interrupción del hilo democrático tampoco resuelve el problema de la corrupción, sino lo agrava, como ha quedado demostrado en esto catorce trágicos años.
Pero no podemos, jamás, perder la esperanza.  Perdida la esperanza desaparece la espera y, sin ésta, lo que sigue es la desesperación que conduce a cualquier parte menos a lo bueno. Releamos un tanto la tragedia de la España de los años 30, bajo el gobierno comunista de Azaña: se perdió la esperanza, vino la desesperación y con ella, primero la anarquía y, luego, como efecto inevitable, la guerra civil que concluyó el Caudillo y años de odios y dolores.
Venezuela está en una muy seria encrucijada. Con un gran amigo y gran venezolano, sometido después tras rejas, intercambié muchas reflexiones sobre esto en el último quinquenio de los años 90. Decíamos que nuestra Venezuela necesitaba una profunda esperanza ante lo que veíamos venir. Desgraciadamente vino el caos, pero afortunadamente ahora hay una nueva esperanza. La nueva esperanza que nos trae el saber de “hay un camino”. Capriles Radonsky, con una fuerza y un coraje que le proporciona el Espíritu, ha sembrado la tierra patria, en todos sus rincones, sean pequeñas poblaciones, pueblos o ciudades, de una nueva Esperanza. Sigámosle; apoyémosle con toda la fuerza de la razón y del corazón: si hay un mañana límpido, iluminado y clamoroso. La República será rescatada por sus manos y con las nuestras.  
ppaulbello@gmail.com

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miércoles, 9 de mayo de 2012

LUIS DANIEL ÁLVAREZ V., PRESENTE Y FUTURO,

Llegarán gobiernos de transición que permitirán que en el país se institucionalice la libertad.

Se puede decir que hay dos fechas en la historia contemporánea de Perú que tienen enorme trascendencia: el 9 de julio de 1999 y el 22 de noviembre de 2000. Si bien la primera de ellas constituyó una jornada fatídica, fue uno de los puntos de partida para que la dictadura de Fujimori fuese desplazada por una era de esperanza y progreso, concretada en el segundo episodio con el retorno de Perú a la democracia.

El 9 de julio de 1999, la dictadura de Alberto Fujimori anunció su retiro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, agregando que su salida tenía efectos inmediatos. Aunque el órgano señaló que una medida así no era automática, el régimen mantuvo su posición arbitraria. Si bien llegó al gobierno a través del sufragio, Fujimori persiguió opositores, desconoció mandatos populares, destituyó jueces que no le eran cómodos, violó la Constitución para perpetuarse, manipuló las elecciones y lo más grave, creó una perversa red de corrupción junto a su asesor Vladimiro Montesinos. Meses después el gobierno colapsó y Fujimori renunció desde el exterior, aunque el Congreso terminó destituyéndolo.

Así llegamos al 22 de noviembre de 2000, momento en el que el Congreso peruano juramenta como Presidente encargado a don Valentín Paniagua, figura que logró devolver la institucionalidad, recuperó la democracia y desmontó el aberrante poder del miedo que Fujimori había sembrado. 

Cuando preguntan qué opinamos de los gobiernos que le dan la espalda a los entes multilaterales por el simple hecho de evitar críticas, manifestamos nuestra preocupación, pero sabemos que en el horizonte llegarán gobiernos de transición como el de Paniagua que permitirán que en el país se institucionalice la libertad y se respeten los derechos fundamentales.

luisdalvarezva@hotmail.com


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jueves, 1 de marzo de 2012

ALBERTO MEDINA MENDEZ: DESENTENDERSE DE LA CALAMIDAD. (DESDE ARGENTINA)

Frente al horror, a la tragedia, siempre lo más fácil es no hacerse cargo, desentenderse, mirar al costado, intentar pasar por distraído.

Al recurso políticamente correcto, de sensibilizarse con las víctimas, lamentar lo ocurrido y buscar responsables, se le contrapone la necesidad de revisar profundamente las causas.

Existen fatalidades, hechos inevitables, situaciones inmanejables, pero también están las otras, las que se conjugan muchos factores, donde se entremezclan responsabilidades formales, negligencias individuales, desidia corporativa y sobre todo una gran hipocresía social.

Se perdieron demasiadas vidas humanas en un hecho luctuoso en Argentina. Se trata de uno de esos, que lamentablemente se dan con demasiada frecuencia en este mundo, y que frente al hecho consumado, siempre genera, la necesidad de identificar culpables.

Mientras tanto, en medio de tanto espanto y desconsuelo, muchos prefieren jugar a la política. Unos midiendo como impactará en su imagen y en las encuestas y otros, en una actitud despreciable, tratando de sacarle provecho a la catástrofe llevando agua para su molino.

Pero queda claro que cuando de causas se trata, podemos buscar las más evidentes, o podemos ser más serios, hurgando en las causas profundas de tanta adversidad.

Los eufemismos, aparecen a montones en estas horas. Se habla de sistemas públicos de transporte, de concesiones, de operadores privados y prebendas. Palabras que pretenden esconder conceptos concretos, soslayando las raíces ideológicas del problema.

Tenemos que intentar ser más honestos. Sobre todo si queremos seguir recitando que lo que importa en esta instancia son las vidas humanas. Al menos por respeto a esos individuos que murieron confiando sus vidas a un sistema que terminó con ellas de modo despiadado.

Se trata claramente de un sistema ESTATAL, en manos del Estado. No le demos vuelta a esta cuestión tan clara. Es esa figura utópica, esa panacea del socialismo mundial la que diseña recorridos, decide entregar a concesionarios en procesos sospechados y repletos de suspicacias, con afinidades entre el mundo de las prebendas, la política, el poder de turno, la “caja” partidaria y los recaudadores de turno. Ese es el sistema. Y no otro.

Es el Estado el que decide las condiciones del pliego licitatorio, su forma, oportunidad, duración, modalidad, canon, estructura de subsidios, tarifas, y todo cuanto concierne al perverso sistema que han montado.

Y el broche de oro de todo este engendro, es invariablemente un método de seguimiento, monitoreo y comprobación, donde el dueño, el Estado, el que entrega la concesión se constituye en controlador. La ideología reinante nos quiere convencer de que no puede operar con eficiencia, pero que sí podrá controlar con calidad. No resulta razonable que si no supo otorgar una concesión, ni fijar sus reglas, tampoco podrá ser capaz de controlar lo que no sabe diseñar con inteligencia y mucho menos conducir hábilmente.

El populismo demagógico contemporáneo pretende inocularnos la idea de que todo se resuelve con buenos mecanismos de control. Esa insólita  visión, es la que sirve de justificación para la construcción de inmensos aparatos burocráticos, convenientes agencias estatales,  organismos financiados con los impuestos de todos, donde casualmente van a parar amigos del poder seleccionados con discrecionalidad y gente proveniente de la militancia partidaria con significativas remuneraciones y privilegios.

Y hay que decirlo, a estos sistemas vigentes los defienden casi todos, oficialistas y opositores. Solo se diferencian entre sí por imperceptibles matices, pero sostienen el mismo formato de ideas, regímenes de alta intervención estatal, con importantes niveles de regulación y un sinfín de oficinas públicas repletas de empleados pagados por todos.

Es tiempo de asumir lo que sucede con honestidad. Estas tragedias, no son producto de la mala suerte, el destino, o algún imponderable. No se mueren decenas de personas por mera impericia de un individuo, falta de inversión o cierta liviandad en los controles. El sistema es perverso, y no sus interlocutores. No busquemos responsables por fuera, porque este sistema perdura entre nosotros, porque muchos defienden ideas incorrectas.

La fantasía de un estado eficiente, ágil, dinámico, honrado, es eso, una entelequia, un espejismo, una quimera, una verdadera ficción. Las raíces del problema están allí, en el monopolio, en la propiedad estatal. La nacionalización que suena como solución es la profundización del problema. El sistema ya es estatal. Nada nuevo puedo suceder con más de lo mismo.

Los sistemas funcionan a base de incentivos, emiten señales, generan conductas. Este cruel régimen que hemos construido con las ideas que apoyamos, y que nuestros discursos ciudadanos recitan a diario, estimulan la corrupción, favorecen la aparición de negocios espurios, encarecen y precarizan el servicio, eliminan la competencia, deforman la realidad y alientan conductas sociales inadecuadas.

Los muertos que hoy lloramos, son la consecuencia del sistema de ideas que sostenemos como sociedad. Y no es tiempo de hacerse los distraídos. Hay que asumir, al menos con cierta hidalguía, que nuestras creencias no solo nos empobrecen económicamente, nos impiden ser mejores y se convierten en nuestro propio límite. Esta forma de ver el mundo, también nos lleva por caminos que no tienen retorno, plagados de corrupción, discrecionalidades, inequidades, concentración arbitraria de poder, y en este caso muertes que surgen como un emergente y duelen demasiado.

El presente no es parte del paisaje, sino el fruto de una secuencia de decisiones y hechos. Asumamos la parte de responsabilidad que nos toca como sociedad. Culpar al operario, a la empresa, al que concesionó o al que controla, es tomarnos por imbéciles y subestimar la inteligencia muchos. La sociedad se puede equivocar, siempre, pero en algún momento despertará y se dará cuenta de que la han estado embaucando con evidente malicia.
Esta historia podría tener un punto de inflexión, un antes y un después. Pero eso aun no sucede. El primer síntoma de que seguimos sin comprender lo que pasa, y que repetiremos estas desdichas, es que pensamos en buscar culpables, repudiar a los políticos, hacerle pequeños ajustes al presente y hasta pensemos  en  profundizar esta línea de acción con más presencia estatal en algo que ya es estatal. No es un buen indicio. Es una forma elegante de desentenderse de la calamidad.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com
skype: amedinamendez

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sábado, 11 de febrero de 2012

EDUARDO J. BARRIOS P: ¡HACIA LA TRANSICIÓN!

Venezuela vive uno de sus momentos estelares como nación. En pocas horas se definirá el rumbo político de la oposición venezolana, seleccionando mediante un proceso inédito de elecciones primarias abiertas, al líder para confrontar al proyecto ideológico del Socialismo del Siglo XXI.
El 12 de febrero marcará un antes y un después, no hay vuelta atrás, se iniciará un proceso político estructurado hacia la democracia: ganar, cobrar y gobernar. La fortaleza del proceso que se iniciará luego de los resultados comiciales, es que se tendrá un líder opositor unitario para enfrentar al actual presidente y lo que él representa. Pero también desnudará otras cosas. El mismo representa la madurez de un liderazgo político que accede por muchas razones a “unirse”, particularmente por su supervivencia.


Participaran en estas primarias cinco líderes reconocidos: Diego Arria (73 años), Pablo Medina (64 años), María Corina Machado (44 años), Pablo Pérez (42 años) y Henrique Capriles (39 años). Los estudios de opinión reflejan que existe una polarización entre dos de ellos y las encuestadoras señalan que Capriles tiene la más clara opción de triunfo. Sin embargo, ninguno de los dos, Pérez o Capriles, pueden cantar victoria sin pasar por el cedazo de la medición popular, quien tendrá la última palabra.
Si Capriles resulta el ganador, el rompimiento generacional con el estamento político del pasado se consumará. COPEI y Acción Democrática, enfrentaran sus demonios internos y tendrán que renovarse, desaparecerán o quedaran como lo que son, Partidos Históricos rechazados o aceptados por una sociedad que les endilga todo lo malo pero no lo bueno, de su pasado político.
Al contrario, si Pérez es el ganador, la oportunidad tanto para la nueva generación como para el liderazgo curtido, será incluyente y los cambios necesarios en el seno de los partidos que participaron en este inédito proceso, se realizarán mas temprano que tarde. No hay manera de frenar la evolución natural.
El importante paso del 12F, es el camino al 7 de octubre. Allí se definirá el futuro de los venezolanos. Quien resultare ganador de las primarias, ira  con mucha fuerza y apoyo popular a confrontarse por la Presidencia de la República, con un carismático y autócrata líder sin escrúpulos de ninguna naturaleza.
Si gana el continuismo, el proyecto del Socialismo del Siglo XXI que no es mas que una política de estado, de: igualarnos a todos hacia abajo; remplazo del sector productivo privado por el público; la sustitución de la propiedad privada por la comunal; la educación privada por la ideológica pública; el entreguismo del país al comunismo cubano y al chino, entre otras, se profundizará. El comunismo se afianzará en el país y por primera vez, surgirá de la voluntad de una expresión popular.
Si triunfa la democracia, el proyecto estructurado se iniciará sí quienes tienen el espíritu de desconocer la voluntad popular, dan un paso en falso por ese camino, cobrar será inminente. La calle será pequeña para albergar a millones de venezolanos exigiendo el respeto a su decisión. La Transición, se iniciará. Es decir, la transición política necesaria durante el cambio de un sistema por otro. Es natural que en este tipo de transiciones, convivan en los primeros momentos, elementos de ambos regímenes (por ejemplo: se mantienen los jueces del TSJ, la misma Asamblea nacional, entre otras situaciones semejantes).
Los venezolanos tenemos una cita con nuestro destino, solo nosotros tenemos la ultima palabra. Nos estamos jugando a Rosalinda, que como en el inmortal poema de Ernesto Luis Rodríguez y que en este fragmento en su verso final, retrata nuestra preocupación y animo:

Vino un joropo llanero,
se puso lindo el caney.
Yo jugué mi araguaney,
mi cobija y mi sombrero;
perdí todo mi dinero
-me quedé sin un centavo-,
y para sacarme el clavo
con los nervios amargados,
en la ley de un par de dados
se la jugué a un indio bravo.
Se amontonaron los peones
para ver quién la ganaba;
cada fibra me saltaba
de los soleados pulmones;
se ovillaron mis canciones
en los silencios ignotos,
y dije entre sueños rotos:
"voy jugando a Rosalinda",
¡y el dado en la noche linda
me devolvió mis corotos!...
¡VIVA VENEZUELA!

eduardojbarriosp@gmail.com

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