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lunes, 10 de agosto de 2015

MARTA COLOMINA, MADURO:¿HACIA UN FRAUDE ELECTORAL GIGANTESCO?

Nicolás Maduro ya no halla a qué mandatario, país u organización democrática insultar, y qué monstruosidad decir. Bate récords conquistando enemigos, incluso algunos de los que fueron sus “panas” y que hoy, alarmados con sus prácticas brutales y con la miseria en la que  ha hundido a Venezuela, ya no pueden ser financiados con la anterior “regaladera” que tanto contribuyó a vaciar las arcas públicas. Las encuestas de todo signo registran un enorme rechazo popular, incluso de los otrora votantes chavistas. 

Los desencantados “rojitos” están pasando tanta hambre, tanta angustia en las colas de mercados vacíos, tantas enfermedades que minan su salud por falta de fármacos y tanto acoso de la impune delincuencia, como aquellos llamados por Nicolás “apátridas” porque nunca se tragaron los cuentos de que “el Poder y Pdvsa son del pueblo”. Maduro ahora arrasa los almacenes de la Polar y Cargil, en La Yaguara, que exacerbarán la escasez y el desempleo.

Hoy sus protegidos del Caricom y Petrocaribe le dan la espalda con su apoyo a Guyana, envalentonada ahora con la toma ilegal del Esequibo venezolano en reclamación, respecto a cuyas acciones invasoras tan de acuerdo estuvieron Chávez y Maduro, su canciller por 6 años, siguiendo órdenes de Cuba. La más reciente barbarie que encendió todas las alarmas fue anunciada por Maduro en su visita a Ban Ki Moon para tratar el caso del Esequibo. A su salida, frente a la sede de la ONU, ratificó impúdicamente la condición totalitaria de su régimen y su inconstitucional control de los poderes públicos (que en todas las democracias del mundo constituyen un contrapeso que evita los abusos del gobierno), al descartar tajantemente que observadores internacionales (ONU, OEA, UE y hasta Unasur) supervisen las elecciones legislativas del 6-D: “No lo aceptaremos jamás, por nadie…Venezuela no es monitoreada, ni será monitoreada por nadie”. Grotesca afirmación de quien, junto con su “padre” putativo, convirtió a Venezuela en una colonia de Cuba, a la que ambos viajaban (Maduro aún lo hace) para recibir órdenes políticas y hasta económicas.

Las reacciones ante la negativa de Maduro a que haya observación internacional calificada en los comicios del 6-D para garantizar transparencia y confiabilidad a un proceso electoral minado por el ventajismo oficial y su obsceno control sobre cuatro de los cinco rectores del CNE, no se hicieron esperar. 

Una de las críticas más contundentes fue la del presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Brasil, Aloysio Nunes, quien en un comunicado dado a conocer el 29 de julio denunció que “Venezuela se encamina a un fraude electoral gigantesco” y apuntó de que “Dilma Rousseff debería pronunciarse inmediatamente”. Reclama Nunes el “cumplimiento de los compromisos asumidos por la diplomacia de Brasil y reafirmados por su canciller Mauro Vieira ante el Senado” que han sido violados por la negativa de Maduro a aceptar la observación internacional. Recuerda el senador que “en visita a Caracas en marzo, el canciller Viera dijo haber recibido garantías de las autoridades electorales de que permitirían la presencia de observadores electorales”. Sin embargo, el gobierno venezolano dice ahora “que solo acepta la Misión de Unasur si se restringe a funciones de ‘acompañamiento’, sin verdaderos poderes para fiscalizar y monitorear el proceso contra posibles fraudes”. Cita Nunes la visita de Henrique Capriles al secretario general de la OEA, Luis Almagro, para pedir el envío de observadores de ese organismo”. Ese gesto de Almagro –quien ha solicitado reiteradamente visitar Venezuela sin respuesta del gobierno– fue respondido con insultos. Maduro pidió furioso “la eliminación de la OEA por organizar conspiraciones y estar dominada por una burocracia imperial…Tiene 67 años con golpes de Estado y conspiraciones” y emplazó a Almagro: “O se está con Dios o con Washington”. Y Jaua, ministro de Comunas, lo acusó de “traidor” y “antivenezolano”. Olvida Maduro los “servicios” de la OEA de Insulza y los votos de sus países “chulos”, que permitieron al chavismo violar los derechos humanos sin que hubiera ni un amago de aplicar la Carta Democrática. Aquella OEA era la favorita de Maduro. La OEA de Almagro, que está diciendo respetuosamente que está dispuesta a enviar la Misión de Observación dos meses antes del 6-D, es “conspiradora” y “golpista”.

¿Qué debería hacer Almagro ante la prohibición de Maduro de una observación calificada, distinta a la pantomima cómplice del “acompañamiento” de Unasur, el mismo 6-D? Según el experto Rubén M. Perina, quien fuera jefe de la Misión de OEA en Venezuela de 2000 al 2005, Almagro “debería enviar una misiva formal al gobierno venezolano, con copia al Consejo Permanente de la OEA, solicitando su anuencia (no la invitación) para el envío de una MOE y si no hubiese respuesta o ésta es negativa, la Carta Democrática, bajo el artículo 20, contempla ‘realizar una apreciación colectiva’ de la crítica situación venezolana. Esa decisión estaría amparada en el peligro de una ‘alteración del orden democrático’ (fraude electoral) y de la amenaza de Maduro de que ‘será el primero en lanzarse a la calle si la oposición gana’. La Secretaría General podría enviar una MOE, tras consultar al Consejo Permanente, sin tener que recibir la invitación expresa del gobierno. De ninguna manera debe aceptarse la práctica encubridora del “acompañamiento”.

Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional, advirtió esta semana que el oficialismo “tendría que hacer un megafraude para ganar las elecciones”. Maduro y sus cuatro jinetas del apocalipsis en el CNE, están dispuestos a todo: a un fraude gigantesco –como advierte el senador de Brasil– o a un fraude que le quite las tres cuartas partes a la oposición, para seguir cometiendo sus tropelías. Por eso, como dice María Corina Machado, “es hora de actuar como la mayoría que somos” y emprender una activa campaña de contactos masivos internos y externos que exija observadores calificados y advierta del posible fraude, al que debemos responder no con abstención, sino con nuestro voto masivo el 6-D. Votando en masa, tendremos la autoridad moral y las pruebas para nuestros activos reclamos, que serán también masivos, dentro y fuera de Venezuela. ¿Resistirá el muy debilitado Maduro una protesta popular de tal calibre?

Marta Colomina
mcolomina@gmail.com
@colominaM

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martes, 23 de junio de 2015

NOEL ÁLVAREZ, FRAUDE ELECTORAL

Se acerca otro proceso electoral, que como todos los anteriores, no estará exento de sospechas, entre otras cosas, porque al gobierno le interesa mantener las dudas para lograr dos objetivos: desanimar a los opositores que dudan del destino de su voto y disminuir el posible salto de talanquera de  las personas que reciben algún tipo de ayuda del gobierno, ante la incertidumbre del secreto del voto.

No quiero entrar en polémicas con quienes rompen lanzas por la tesis del fraude electrónico, solo deseo dejar claro que no creo en  el fraude, pero si en sus efectos malignos. Es cierto que en el proceso electoral venezolano  existen otros mecanismos fraudulentos tan perversos como el electrónico, tales como el voto asistido, la utilización inmoral de los recursos públicos y la derivación del famoso “pa’mí, pa’tú” inaugurado en democracia  y que ahora se convirtió en el “pa’mí, pa’mí” en tiempos de revolución.

Una abogada me contó que en anteriores  procesos electorales, el hijo de una alcaldesa de Barinas, se ubicaba al frente de la máquina de votación tapándola con su humanidad y cuando las personas se acercaban a votar, él marcaba la opción y les entregaba el ticket impreso para ser introducido en la caja. La abogada denunció la irregularidad ante el representante del Plan República, quien  le contestó: “Ciudadana aquí todo está tranquilo, quien está alterando el orden publico es usted y si persiste en su actitud, me veré obligado a detenerla”. ¿Alguna vez cruzó por su mente que en nuestro país existiera un estado donde el voto no fuera secreto? Averígüelo, se lo dejo como tarea.

La observación electoral, como se hace en Venezuela, sirve para convalidar un fraude cualitativo que se inicia en la etapa preelectoral y se concreta cuantitativamente el día de las elecciones. Este proceso de observación debería comenzar, por lo menos, 6 meses antes de las elecciones y culminar un mes después. Lo demás es ignorar todas las aberraciones que se cometen con los recursos del Estado comprando conciencias y chantajeando voluntades. Los vehículos y personal de la FANB mezclados con activistas políticos vestidos de rojo, al servicio del oficialismo son el fiel reflejo del ventajismo electoral.

Por ultimo, le pregunté a un opositor abstencionista si alguna vez votaría por esté gobierno. Airadamente me respondió que no. Le dije  que en una confrontación electoral directa, cada voto vale dos, porque cuando le sumas uno a tu grupo y  restas uno al contrario,  y además no votas, nunca podrás garantizar que otra persona no lo haga por ti. Si eso es así ¡nunca más dejaré de votar”! afirmó el abstencionista.

Noel Alvarez
noelalvarez14@gmail.com
@alvareznv
@beanavas
Gente” Generación Independiente


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jueves, 17 de julio de 2014

LUIS MANUEL AGUANA, LOPEZ, MIRES Y EL SISTEMA POLITICO

La carta enviada por Leopoldo López a Fernando Mires (verhttp://prodavinci.com/2014/07/10/actualidad/carta-de-leopoldo-lopez-a-fernando-mires/) no pudo ser más clara. Por eso me extrañó que en la entrevista realizada por Deutsche Welle a Mires (ver http://www.dw.de/el-gran-error-de-leopoldo-l%C3%B3pez/a-17780463), este indicara que “él (Leopoldo) no entendió lo que yo quería señalar cuando planteaba que el problema de base venezolano no es el Gobierno, sino el sistema político. 

Yo nunca propuse salir a cambiar el sistema porque eso no se puede hacer a corto plazo. Como muestra, un botón: Michelle Bachelet gobierna en Chile con la Constitución dictada por el general Augusto Pinochet.". Nos preguntamos entonces a qué "sistema político" se estaba refiriendo él, en su artículo titulado "No es el gobierno, es el sistema" (vehttp://prodavinci.com/2014/03/20/actualidad/no-es-el-gobierno-es-el-sistema-por-fernando-mires/).

La pregunta la contesta el propio Mires en su respuesta a Leopoldo (verhttp://prodavinci.com/blogs/respuesta-de-fernando-mires-a-leopoldo-lopez/) “Yo sostuve que los manifestantes, en su mayoría, no salían a derribar al gobierno, sino a luchar en contra de un sistema de dominación.”. Más claro no canta un gallo madrugador. Entonces, ¿por qué dice Mires que Leopoldo estaba hablando de otra cosa?

Precisamente el “sistema” al que alude Leopoldo que debemos desplazar es el mismo “sistema de dominación” al que alude Mires en el artículo que no es otro que el sistema de dominación comunista. Entonces ¿cuál es el desacuerdo? Que Mires es de la idea que no podemos salir en el corto plazo del “sistema de dominación” comunista que están tratándonos de imponer “a troche y moche” los títeres de los Castro en Miraflores: “Derribar un sistema, a diferencia de derribar un gobierno, no es cosa de días sino de años”. Y de acuerdo con este planteamiento todos deberíamos hacer cola frente al partido MUD para inscribirnos allí y esperar “ganar” algún día las elecciones…

Pero lo más interesante que dice Mires es que no es necesario un cambio constitucional para cambiar ese "sistema de dominación” al que alude, dando como ejemplo el caso chileno, porque Bachelet está gobernando con la constitución de Pinochet y porque este dictador aflojó el poder con una oposición unida. Y esa es la receta que plantea, que es la misma receta de la MUD: seguir el sainete electoral.

Pero hay que ajustar mejor el lente porque es posible que eso sea así en el modelo de laboratorio del caso venezolano que tiene el profesor Mires en Alemania. Vistas las cosas desde lejos donde cualquiera podría tener la percepción que los opositores MUD deberían estar haciendo su trabajo opositor, cualquiera caería en el error que Leopoldo y María Corina estaban “dividiendo” a la oposición al plantear “La Salida”, montando un escenario de protestas cívicas a contrapelo de ese plan electoral unitario que les dio resultado a los chilenos.

Y nada más lejano a la realidad. Lo primero que debemos precisarle al profesor Mires-y que tal vez Leopoldo no pueda, deba o quiera decir en su condición de responsable de uno de esos partidos de la MUD-, es que esa unión electoralista no representa ya al pueblo opositor venezolano. Son partidos vacíos que se han alzado con una representación que no tienen y que han pactado con el régimen una supervivencia a cambio de mantener una francachela electoral que le da soporte vital, a sabiendas de una manipulación técnico-electoral fraudulenta. Sugerimos al profesor Mires estudiar a fondo el video de Eric Ekvall, “Elecciones Presidenciales en Venezuela 2012” (http://youtu.be/nSa0kgHgcjs), así como revisar toda la documentación del fraude electoral venezolano desde el año 2004, publicado por ESDATA (http://esdata.info/papers/ ) y la Evaluación de los Resultados electorales presentados por el CNE en la elección Presidencial del 2012 (estudio Febres-Marquez http://esdata.info/pdf/EP_2012_Febres-Marquez.pdf), para que le ponga una lupa a la realidad “opositora” venezolana.

Entonces, lo que ha hecho Leopoldo no ha sido otra cosa que interpretar cabalmente el sentimiento de todos los venezolanos de que no es posible seguirle dando oxigeno a esa falacia so pena de enterrar lo poco que queda de la democracia venezolana. Entonces no es que “La Salida” dividió a la oposición sino que le dio el verdadero sentido al pueblo opositor; y que hasta que ese pueblo en su conjunto no se cale más a esa pretendida oposición de Vichy, habrá la percepción equivocada de dos supuestas “oposiciones”, cuando la verdad es que hay una sola y está en las calles. La otra está negociando con el régimen y no puede ser catalogada como tal.

Es por eso que ante la violación y asesinato de los hijos de una mujer llamada Venezuela por un régimen delincuente, los voceros de esa oposición de Vichy digan que la culpa no es del violador sino de la mujer que no se debió vestir de falda corta, poniendo preso a quienes se indignen manifestando lo contrario. El mundo al revés, pues.

El profesor Mires esgrime en su carta a Leopoldo lo mismo que la MUD:“elecciones tras elecciones la votación opositora ha ido ascendiendo”. Es claro que no puede ser de otra manera por las mismas razones de una manipulación electoral perversa. ¿Cómo se puede decir que todas las instituciones están contaminadas por un régimen como el que indica Mires y dejar afuera la institución electoral? ¿Cómo es posible decir que “Venezuela se puede llenar de muchos sandiegos y de muchos sancristóbales” si son los castro-comunistas los que cuentan los votos? Lo que ocurrió allí, como lo indique en su oportunidad (ver Los verdaderos ganadores del 25M en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/05/los-verdaderos-ganadores-del-25m.html) lo decidió el régimen.

Concuerdo con el profesor Mires que con solo UNA oposición unificada podremos estar encaminados a salir de esta tragedia. Y eso es lo que pasará primero. Pero antes deberemos concordar todos que estamos en UNA DICTADURA y que los medios que se utilizan para salir de una son diferentes de aquellos que se usan para cambiar gobiernos en una democracia. Y paradójicamente los UNICOS en Venezuela que dicen que NO estamos en una dictadura son los principales voceros de los partidos a los que el profesor Mires llama oposición. Y eso me lleva directamente al tema Constituyente.

El derrumbe del sistema de partidos en 1998 dio paso a que el pueblo venezolano le diera la confianza a un golpista que ofreció una salida constituyente con la intención escondida de llevarnos al comunismo. Pero los responsables de ese derrumbe aun siguen vivitos y coleando, negocian con el régimen  y pretenden seguir en el juego político habiendo sido los creadores de Chávez pasando como opositores. Ya había explicado en ocasión de otra infeliz expresión del profesor Mires, en “Venezuela no habrá salida sin la MUD” (ver La MUD o el gobierno por otras vías http://ticsddhh.blogspot.com/2014/05/la-mud-o-el-gobierno-por-otras-vias.html) el origen y las pretensiones de quienes detentan la franquicia de la oposición en Venezuela. En efecto no saldremos de esto hasta que no exista una unidad, pero de criterios en relación a quien es y quien no es oposición.

Entonces, si los venezolanos no contamos con verdaderos opositores porque los franquiciantes están abrazados con el régimen y los únicos que hay están presos como Leopoldo, ni tenemos la esperanza de un pronunciamiento militar que nos devuelva la soberanía y haga respetar la constitución, la única vía que le queda al pueblo soberano es la vía constitucional. El que realmente no entendió la carta de Leopoldo fue el profesor Mires. Someter a la consideración del pueblo depositario del Poder Constituyente Originario, si con su firma avala no solo cambiar este “sistema de dominación” y ser gobernado en democracia, sino hacerlo con sus propias reglas.

Es posible que como indica el profesor Mires en su carta eso no sea “cosa de días sino de años”. Puede ser, pero dependerá de muchos factores y solo el tiempo lo pone Dios. Pero mas allá de salir de ese “sistema de dominación” es darnos un nuevo sistema político y constitucional que impida que esta tragedia nos vuelva a pasar en el futuro, con viejos o nuevos actores, reconstruyendo sobre otras bases al país en paz y reconciliados. Y si “en la historia moderna no hay ningún caso en el que un régimen haya sido cambiado por una Asamblea Constituyente” como dice el profesor, tampoco nadie antes de Simón Bolívar había liberado 5 naciones. Eso hizo para el asombro del planeta el bravo pueblo de Venezuela. En todo caso, como en la vida, siempre hay una primera vez…

Twitter:@laguana

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viernes, 30 de mayo de 2014

RICARDO PUENTES MELO, EL FRAUDE ELECTORAL QUE SE NOS VIENE ENCIMA, DESDE COLOMBIA

Aunque el 25 de mayo se ganó limpiamente, para la segunda vuelta habrá un sabotaje monumental siguiendo el mismo modus operandi de las elecciones para el Congreso. 

El resultado electoral del pasado 25 de mayo estaba previsto. El pacto criminal en La Habana se reafirmó condenando a Colombia al destino aciago de Cuba y Venezuela, pero permitirían –como en efecto sucedió- que Oscar Iván Zuluaga ganara por un pequeño margen para tener la excusa perfecta en la segunda vuelta, con argumentos, de salir a decir que no hubo fraude.
La verdad es que sí habrá fraude electoral en la segunda vuelta. Tal y como lo hablé con algunos amigos, la información que nos llegó daba por hecho que Zuluaga tendría una ligera ventaja que arrancaría una sonrisa de pequeño triunfo a los votantes seguidores del candidato uribista.
Pero todo está perfectamente planeado. Aunque el 25 de mayo se ganó limpiamente, para la segunda vuelta habrá un sabotaje monumental siguiendo el mismo modus operandi de las elecciones para el Congreso. Un apagón conveniente ayudará a que desde la Registraduría Nacional del Estado Civil la alianza mafiosa concrete el triunfo amañado y nauseabundo del camarada Santos.
Ese apagón, ya arreglado desde La Habana, lo ocasionarán las FARC o el ELN volando alguna torre para que Santos tenga la excusa ideal de ser ajeno al evento. Una vez se restablezca el servicio, los datos arrojados desde la Registraduría comenzarán a darle la ventaja al camarada.
Este ha sido el modelo usado por el G2 cubano en los lugares donde han estado. Fue lo que hicieron en El Salvador, fue lo que hicieron en las elecciones colombianas de marzo, y será lo que utilizarán en esta segunda vuelta. Un modelo puesto en práctica por JJ Rendón a quien los órganos de inteligencia cubanos le pagan por sus timos que llevan la firma de “Ramiro”.
Los 12 millones de dólares que los narcos “Comba” entregaron a la campaña de Santos deberían sumarse a otros 17 millones que, hay fuertes sospechas de ello, las FARC aportaron pellizcando algo de sus ganancias por el narcotráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos.
¿El camarada Santos nos soprenderá con un fraude electoral?
Asesinar a Álvaro Uribe sigue siendo una prioridad para La Habana. En Periodismo Sin Fronterasdenunciamos dos pasados planes para matar a Uribe (planes que se frustraron), lo que valió la rabia enorme de las FARC y del gobierno de Santos. Tanto, que finalmente decidieron reducirle en un 70% el esquema de seguridad al expresidente. Así, sin ningún pudor, abiertamente, dándole carta blanca a los terroristas para que concreten su anhelo criminal. 
El mismo anhelo de quienes hoy no ven con buenos ojos que Uribe esté en desacuerdo con la impunidad para los bandidos de las FARC y el ELN. (Ver LO QUE EL GOBIERNO CALLA DEL PLAN PARA ASESINAR A URIBE http://www.periodismosinfronteras.org/lo-que-el-gobierno-calla-del-plan-para-asesinar-a-uribe.html )
Un plan que estuvo a punto de concretarse hace poco cuando estaba todo listo para acribillarlo en el baño de un local donde él estaría dando una charla. Todo esto lo conoce el camarada Santos.
El fraude es, pues, un hecho. La única manera de evitarlo es colocando un testigo electoral para cada mesa de votación, lo cual es eventualmente imposible. O evitar el apagón mediante la vigilancia de los centros neurálgicos energéticos.
Esa sería la única manera de evitar que la banda criminal de Fidel y Raúl Castro, gracias a los buenos oficios de “Santiago” se apropien de nuestra patria.
El asunto no es de poca monta. Que los cantos de sirena de este 25 de mayo no nos haga caer en la trampa de un triunfalismo etéreo.
Lo repito: El futuro de Colombia ya está pactado en La Habana. Nos entregarán en manos del narcoterrorismo castrocomunista y eliminarán a Uribe a balazos o llevándolo a la cárcel.
Cuando uno se entera de estas cosas, más se admira el sacrificado amor de Uribe Vélez por Colombia. Álvaro Uribe hubiera podido llevar la cómoda vida de un expresidente, con honorarios en millones de dólares por sus asesorías a gobiernos y empresas extranjeras. Pero prefirió empeñar su alma en volver a rescatar esta sufrida nación.
El panorama es siniestro. Sin embargo, aún tenemos una pequeña oportunidad de darle la sorpresa de sus vidas tanto al camarada Santos como a sus compinches narcoterroristas.
Hay que salir a votar masivamente. Debemos vigilar las mesas de votación y los centros de energía. No habrá más momento, no existirá otra ocasión cercana para evitar la aberración que han cocinado Santos, Castro y las FARC para Colombia.
Dios nos guarde.
@ricardopuentesm
http://www.periodismosinfronteras.org/el-fraude-electoral-que-se-nos-viene-encima.html

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miércoles, 12 de marzo de 2014

GABRIEL BORAGINA, GOBERNAR A TRAVÉS DE UN MITO DESDE ARGENTINA, CASO ARGENTINA

La tragicómica situación económico-política que vive la Argentina tiene mucho que ver con la mitomanía política que padecen muchos de sus habitantes. Esta mitomanía política viene alimentada desde varias fuentes, pero resultan reforzadas por el fuerte impacto que tienen las estadísticas que difunden muchos medios periodísticos de manera poco cuidadosa e irresponsable cuando se tratan de medios imaginariamente "opositores", y la propaganda oficial que machacan constantemente los "medios" controlados por el gobierno.
Este mecanismo combinado y potenciado por otros factores, fue lo que permitió que el FpV (Frente para la Victoria del matrimonio Kirchner) se perpetuara en el poder a través de un aparato eleccionario fraudulento que funcionó a las mil maravillas en las tres elecciones en la que esta "organización" política "participó".
Si este dispositivo perverso no hubiera actuado, habría quedado al descubierto y se hubiera difundido en forma masiva que el FpV nunca obtuvo en las elecciones que supuestamente habría ganado más que un tercio del total de los votos del padrón electoral.
En su lugar, la propaganda masiva (tanto oficial como teóricamente "opositora") y la tremenda propensión del argentino medio a creer en cualquier cosa que el periodismo propague con suficiente insistencia, mantuvo el mito de que el FpV habría obtenido en las dos últimas elecciones presidenciales "más" del "50" % de los votos, cuando en ninguno de los dos casos fue así (en la última elección alcanzó apenas un 35,9 % de los votos, y en la anterior un 36,6 %. Es decir, apenas un tercio del total del padrón electoral conforme hemos explicado en repetitivas oportunidades. En ese orden es en el que ronda el "apoyo" real que tuvo el FpV en los últimos dos comicios, recordando que en el primero (2003) la cifra "oficial" fue del 22 %, en tanto la real le daba un 16 % de los votos).
Es decir, Argentina fue gobernada durante una década completa por un grupo político que -en el mejor de los casos- siempre tuvo el apoyo real de apenas un tercio del padrón electoral.
Como tantas veces hemos dicho, si por "democracia" se entiende el gobierno de la mayoría, hace por lo menos un decenio que la Argentina es gobernada cómodamente por una "selecta" minoría, y lo de "selecta" es por la forma en que, tanto la ley electoral como la prensa manejan arbitrariamente las cifras de los comicios. No estará de más recordar que la propia Constitución de la Nación Argentina exige un mínimo de un 40 % de los votos con una diferencia mayor a 10 puntos porcentuales sobre la segunda fórmula más votada (art. 98). En ninguno de los tres casos el FpV alcanzó dicho mínimo.
Que un 35 % haya podido gobernar tanto tiempo al 65 % restante, sería algo difícil de explicar si no se conociera un poco sobre la idiosincrasia del argentino promedio. Este "prototipo" resulta altamente influenciable a los medios masivos de comunicación. Que los "medios" oficialistas hayan propagado y sostenido la mentira oficial respecto de los reales resultados electorales durante tanto tiempo no nos puede llamar la atención. Los "medios" y "periodistas" oficialistas son meros agentes propagandísticos serviles al poder. Es decir, cobran por propalar las mentiras oficiales precisamente, por lo cual siempre están al obsecuente servicio del régimen, para lo que este disponga. No son más que viles mercenarios de la palabra falsificada con credencial de "periodistas".
La cosa resulta más compleja de explicar si observamos lo que sucede del lado del llamado periodismo "independiente", este también ha contribuido a propagar la mentira oficial, pero por razones diferentes a los del "periodismo" oficialista. Y estas razones radican en la extrema ingenuidad de la mayoría del periodismo llamado "independiente" (entrecomillo "independiente" porque, en la generalidad de los casos, no me consta dicha "independencia", y a juzgar por el tratamiento que un sector significativo de este periodismo hace de las noticias políticas, me generan intensas dudas sobre su autoproclamada "independencia").
Y dada la alta propensión del argentino término medio al consumo masivo e intensivo de noticias (provengan de donde provengan) no es difícil concluir en la tremenda influencia que han tenido los medios en afincar la mentira de la "popularidad" de un gobierno que, en el no nada breve periodo de diez años, jamás pudo conseguir apoyos electorales superiores al tercio del total del padrón.
Eso explica a su vez -a mi modo de ver- la incongruencia y disparidad existente entre los registros económicos reales del mismo periodo y las mentirosas cifras electorales oficiales, y -por contrapartida- la coincidencia entre esos datos económicos reales y los porcentajes reales de los votos obtenidos por el FpV. En ambos casos, se confirma que las medidas económicas adoptadas por los tres gobiernos del FpV favorecieron al 35,9 % de la población (que fue su caudal electoral real durante los diez años de gobierno), en tanto perjudicaron al 65 % restante (que fue el verdadero caudal opositor durante idéntico periodo). Recordemos que dentro de este 65 % de votos en contra del gobierno en cada una de las dos últimas elecciones presidenciales, el 34,5 % corresponde a los partidos opositores. Es decir, a gente que votó a otros partidos diferentes al FpV.
La conclusión vuelve a ser evidente: que se trató del gobierno de una minoría que favoreció exclusivamente a una minoría (al 35.9 % del padrón electoral) y perjudicó grandemente al 65 % restante.
Que una mentira de tal calibre se perpetuara por tanto tiempo, encuentra su explicación en la ya célebre fórmula del Ministro de la Propaganda nazi, Joseph Goebbels, quien confesó que la estrategia de éxito de los nazis consistía en la repetición masiva de una mentira la suficiente cantidad de veces hasta que la gente llegaba a aceptarla como si fuera una "verdad". Esta misma, fue la estrategia aplicada durante los tres gobiernos del FpV en Argentina. No hay otra razón más que esta.
Gabriel S. Boragina
gabriel.boragina@gmail.com

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martes, 3 de diciembre de 2013

ENRIQUE MELÉNDEZ, UN 1 DE DICIEMBRE DE 1952

Este domingo se cumplieron 61 años de lo que pudiéramos considerar como el desenmascaramiento de Pérez Jiménez; momento en el que le es desconocido el triunfo a Unión Republicana Democrática (URD), en las elecciones del 30 de noviembre de 1952, y las que habían sido convocadas para una Asamblea Constituyente (AC).
         En la justa habían participado URD, el Frente Electoral Independiente (FEI), que era el partido de Pérez Jiménez, y Copei. URD doblaba en bancadas al FEI, al sacar 60 diputados frente a 29 del otro, mientras Copei obtenía 17 diputados; lo que indica que el país quedaba en manos de la oposición democrática; tanto más a través de una AC, y la que suele atribuirse suprapoderes. ¡El guaro!, dijo Pérez Jiménez. ¡Aquí mando yo!
         Fue entonces cuando puso a Laureanito (Laureano Vallenilla Planchart), que era su operador político, a que convocara a una rueda de prensa, a los fines de emitir los resultados que, a juicio del gobierno, eran los verdaderos, y no los que habían reventado los titulares de prensa de la del día mañana siguiente, a propósito de ese resonante triunfo que le daban a URD; resultados que ahora se alteraban, y el FEI terminaba adjudicándose 60 bancadas, además de las 29, que ahora le atribuía a URD en el cambalache; pero como este partido había sido ilegalizado en el acto, entonces también asumía esas curules; total, que ahora la AC se componía de 89 diputados que pertenecían al oficialismo, y de 17 diputados, que le habían dejado a Copei en la nueva repartición; pero como este partido había decidido no acudir a la convocatoria a la Constituyente; entonces Laureanito se dará a la tarea en los próximos días, antes de su instalación, de sonsacarles a los suplentes de los diputados, que habían quedado electos en sus respectivas regiones; sobre todo, porque la ausencia de la representación parlamentaria de Copei, pesaba mucho para el quórum de la misma, se dio a la tarea de quebrar voluntades; a las que, en efecto, compra; de modo que estamos ante una de las Constituyentes más truculentas que conoce nuestra historia; muy parecida a la Hugo Chávez en 1999; donde  la oposición queda con sólo cuatro diputados, arrasando con el resto de las bancadas el chavismo, y esto porque apeló al sistema de escogencia de los candidatos a constituyentes, conocido como Quino, utilizado en lotería; es decir, un ventajismo para contar con la mayoría absoluta, y lo que menos salieron allí fueron expertos constitucionalistas.
         La aparición de Laureanito se había producido el día 2 de diciembre, y mis colegas periodistas, a quienes les correspondió cubrir esta rueda de prensa, y quienes hoy en día son ancianos ya, por lo demás, me comentaban que, al finalizar de emitir aquellos resultados, éste había alegado que allí no se admitían preguntas; que esos eran los resultados.
         Para contrarrestar el efecto primera plana, y volviendo al punto de lo que había traído la prensa ese día en sus principales titulares, en la noche del primero de diciembre habían puesto a un personaje muy oscuro, y lo llamo oscuro, porque se trataba del distante presidente de la República, Germán Suárez Flamerich, a leer un comunicado del gobierno, donde se argumentaba que se había decidido desconocer esos resultados, en virtud de que se había descubierto que en los sufragios habían participado militantes del partido Acción Democrática, votando a favor de URD; por lo que ese voto era nulo, si se partía de la circunstancia de que AD era un partido proscrito; una trastada que fue corregida más adelante, bajo el argumento de que se había descubierto que se habían infiltrado elementos de URD al sistema electoral; fraguando allí el fraude; lo cierto es que a partir del primer argumento el gobierno admitía haber perdido, e iba en contra de las cifras que iba a manejar al día siguiente.
         Pero hasta allí llegaba la historia de este señor, y quien había ocupado la jefatura de Estado; luego del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud; que venía a constituir el último eslabón de Pérez Jiménez en su carrera fría y calculada hacia el poder; la que había comenzado con la utilización de la figura de Rómulo Betancourt, a quien había desechado en su momento; luego de la de Delgado Chalbaud,  y ahora la de este señor; una especie del Nicolasote nuestro, es decir, un personaje de mampostería; sin autonomía propia en el ejercicio del mando, un ser sumiso, que fue lo que le causó malestar a un tal Altuve Carrillo, un sujeto ligado a ese régimen; quien se quejó por no ser más pendejo que Suárez Flamerich para merecer ese premio, y que quedó como una moraleja de la situación que se vivía a partir de allí, ya que ese fue el requisito que se exigió, es decir, ser muy bolsa. Claro, se trataba de un sujeto que había pertenecido a la Generación de 1928; famosa por sus héroes estudiantiles, y, luego, porque contaba con una cierta trayectoria como diplomático. Precisamente, ese fue el tinte que le quiso dar Pérez Jiménez a esa junta de gobierno, que llamaban colegiada, un tinte civilista con la presencia de este señor allí.
         Lo despide esa misma noche del 1 de diciembre de 1952, en tanto que nombra a Laureanito Ministro de Relaciones Interiores; mientras asume la presidencia; conservando Pérez Jiménez el Ministerio de la Defensa. Es decir, ese día se da un fraude electoral, y, lo que llaman un golpe en seco: Pérez Jiménez le pide la renuncia a Suárez Flamerich a la brava, ya ladillado de este lacayuelo, a quien humilla hasta en público; que es lo que yo llamo su desenmascaramiento, su salida del closet.
Por último, Laureanito les tendía una emboscada en su propia oficina a Jóvito Villalba y a la dirigencia de URD; a quienes había convocado, supuestamente, para negociar, secuestrándolos, y enviándolos en un avión fletado desde Maiquetía hasta Panamá.

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domingo, 5 de mayo de 2013

FRAUDE ELECTORAL, INSTITUTO INTERAMERICANO DE DERECHOS HUMANOS. • PUBLICADO EL 30/04/2013

I. Definición básica
Conducta por la cual, a través del engaño, la manipulación, la falsificación, la distorsión, el despojo, la elusión, la obstrucción o la violencia, ejercido en cualquier fase del proceso electoral, se busca impedir la celebración de elecciones periódicas, libres y equitativas, o bien afectar el carácter universal, igual, libre y secreto del voto ciudadano.
El fraude constituye un atentado contra la libertad electoral (falta de equidad y de competitividad) y la transparencia de los comicios, destinado a distorsionar deliberadamente el ejercicio libre del sufragio y, por ende, la directa manifestación de la voluntad popular en las ánforas.
No existe un sujeto único que pueda considerarse promotor típico de un fraude electoral. Si bien suelen gestarse desde la administración estatal, para impedir la posible alternancia en el poder, también el fraude electoral puede ser cometido por cualquier grupo o individuo, como caciques2, terratenientes o empresarios, o bien por determinado partido político (o por sus militantes o simpatizantes, en forma particular), o por la autoridad local, funcionarios electorales, policías, militares en servicio3, fuerzas de carácter extra gubernamental, etcétera.
En algunas legislaciones de América Latina, la noción “fraude electoral”, lejos de ser unívoca, recibe usos complementarios, que tipifican modalidades específicas en su comisión. Así, por ejemplo, el Título VIII del Código Penal colombiano, al regular los delitos contra el sufragio popular, emplea en forma expresa la noción “fraude electoral” para aludir a la maniobra violenta o engañosa destinada a obtener que un elector vote por determinado candidato o partido, así como para tipificar la destrucción, suplantación, falsificación o sustracción del registro electoral o de sellos de urna o de arca. Paralelamente, dicho Código consigna, como ilícito penal, a los “votos fraudulentos”, aquellos que son fruto de la suplantación a otro elector o de haber ejercido el sufragio más de una vez.
II. Tipología
En principio, pueden detectarse tres niveles de fraude, conforme a su incidencia en fases determinadas del proceso electoral: en los preparativos, en la mesa receptora del sufragio y en forma sistemática, como un fraude masivo o generalizado. A continuación, un somero repaso de algunas de esas conductas fraudulentas, con ejemplos específicos, en cada caso:
A) En los materiales y preparativos. Amañar circunscripciones electorales en forma arbitraria (“gerrymandering”), adulterar reglas básicas de la competencia electoral, negar principios mínimos de representación y de proporcionalidad electoral4, o bien falsear el sistema de conversión de votos en escaños para sobre dimensionar la representación en el Congreso de determinada agrupación5. Uso y abuso de fondos públicos y de la maquinaria estatal para favorecer alguna candidatura. Adulteración del padrón electoral o negarse a depurarlo o a actualizarlo en función a los cambios poblacionales6. Restringir la inscripción de candidaturas, excluir a partidos del proceso electoral o bloquearle a un partido o agrupación política –o a varios de ellos– el acceso a mecanismos básicos para hacer campaña y para difundir sus propuestas programáticas a los ciudadanos7. Coacción a los medios de comunicación, en particular a la televisión (privada), para restringir el acceso de candidatos o partidos y difundir campañas de desinformación y desprestigio respecto a ellos8. Ubicación de centros de votación distantes a los centros poblacionales, sin acceso del transporte. Distribución irregular de documentos de identificación utilizando el nombre de personas fallecidas, o bien de credenciales de personeros y apoderados con el propósito de suplantarlos, o bien la confección de un número superior de cédulas de votación o la preparación de cédulas ya marcadas. Entrega de carnets electorales a miembros de la Fuerza Armada y la Policía Nacional, impedidos de votar por una expresa prohibición constitucional, para hacerlos votar como si fueran civiles9. Ampliación artificial o restricción del número de electores efectivos o acciones de discriminación política –o de otra índole entre candidatos o electores. Ausencia de información electoral básica. Abuso de encuestas, habitualmente amañadas, para dar la imagen de que las elecciones ya se consumaron y ya existe ganador, haciendo perder la seguridad y confianza de los electores en el poder de su voto. Instalación de mesas de sufragio en forma ilegal, sin ofrecer las mínimas garantías a las opciones políticas en pugna.
B) En la mesa receptora de sufragio. Cuando se ejerce la coacción al elector, se obstruye por la fuerza a los votantes, se afecta el secreto del sufragio o se intenta destruir las cédulas de votación o se intenta modificar el resultado escrutado o se busca alterar el resultado en el acta electoral. En esta conducta, pueden estar involucrados los testigos electorales, miembros de mesa o jurados electorales, quienes puedan aprovecharse de la eventual ignorancia del elector (de preferencia en zonas rurales y entre electores indígenas), bien marcándole la tarjeta electoral a favor de un candidato, o bien insinuándole el sentido de su voto.
C) El fraude masivo. En este caso, el fraude no es localizado, sino impuesto en forma amplia y sistemática, con la pretensión de alterar en forma sustantiva el resultado global, evitando que la voluntad ciudadana plasmada en el voto sea respetada y adecuadamente canalizada. Si bien se apoya en conductas fraudulentas habitualmente diseñadas o cometidas desde los preparativos del proceso electoral, dicho “fraude generalizado” suele apoyarse en cuatro mecanismos de muy distinta estirpe, a saber:
1) El voto múltiple. Esta conducta fraudulenta, que infringe el principio de “Un hombre, un voto”, exige la previa emisión de documentos de identidad a un grupo sustantivo de personas en forma tal de que puedan sufragar varias veces en el mismo día, bien suplantando personas, o bien asumiendo identidades distintas a la suya, previamente incorporadas en el registro electoral. De producirse, requiere una emisión numerosa de documentos personales y una organización y destreza muy especiales para consumar el doble o triple voto el mismo día y conseguir una alteración sustantiva del resultado electoral.
2) El “anforazo”. Se producía antes de haberse implantado el escrutinio en mesa, mediante el cambio del ánfora empleada en la mesa de votación por otra ánfora, previamente amañada, con votos que traducen un resultado favorable a los autores del fraude. Al término de la votación, el ánfora era sellada y resellada y conducida, en esa condición, hacia un local especial, asignado para el conteo público de los votos. En el trayecto, se hacía el cambio del ánfora original por otra, igualmente sellada y resellada, pero con votos amañados en su interior. Así, al llegar al lugar del conteo, se abría en público esa falsa ánfora, arrojando un resultado distinto. Así se consumó el fraude en las elecciones peruanas de 193910.
3) Auto calificación del proceso y entrega de credenciales, a cargo del Congreso recién electo. Aunque este viejo sistema, sustentado en la doctrina de la separación de poderes, aún rige en varios países del mundo, fue una oportunidad ideal para desnaturalizar el proceso electoral, forzando el acceso al Congreso a quienes no siempre han logrado vencer en la contienda popular. (En México, si bien la reforma constitucional de 1977 habilitó la reclamación de asuntos electorales ante la Corte Suprema de Justicia, luego de una áspera polémica doctrinal y política, dicha facultad fue eliminada en 1987).
4) Cohonestación de funcionarios y autoridades electorales. La autoridad electoral, encargada de garantizar la limpieza del proceso y de custodiar el ejercicio libre y efectivo del voto ciudadano, es utilizada para desnaturalizar el proceso electoral, bien rechazando las impugnaciones solicitadas o bien convalidando las conductas fraudulentas11. Mediante métodos de coacción, se copan puestos de decisión, nombrando en ellos a funcionarios comprometidos, o se fuerza a los existentes a renunciar a su imparcialidad. El objetivo: adulterar documentos definitivos, proclamar resultados dudosos, encubrir actos irregulares, o simplemente convalidar el irregular triunfo de determinado candidato o agrupación política. Este tipo de coacción puede también involucrar a policías y a miembros del Ejército.
5) El fraude electrónico. Versión electoral del moderno “delito informático”. Vendría a ser el sustituto electrónico del “anforazo”, aunque en este caso se procura alterar los resultados, bien al momento de digitarlos o bien, apelando a mecanismos más sofisticados, que logren interceptar, restringir o anular votos a algún candidato o agrupación, colocándole, en el registro informático, un tope o “barrera” mínima en su margen de votos.
III. Garantías contra el fraude electoral
Las garantías establecidas contra las conductas fraudulentas no sólo procuran evitarlas, sino facilitar su detección e impugnación. Así, por ejemplo, aunque la mesa electoral es la base esencial de la organización del sufragio, debido al amplio número de mesas existente en un proceso electoral, el “fraude en mesa”, si es aislado, difícilmente podrá alterar el resultado global. No obstante, cada agrupación política debe tener inscritos a sus personeros o apoderados, vigilando no sólo cada mesa electoral, sino las diversas instancias del proceso. Y si localiza esta conducta fraudulenta, podrá denunciarla e impugnarla ante la respectiva autoridad electoral, procurando la nulidad del acto electoral afectado y la sanción para quien o quienes hayan cometido aquel ilícito electoral.
Para evitar la autocalificación del proceso electoral por el propio Congreso electo, procedimiento que daba pie a conductas fraudulentas, se nombraron funcionarios imparciales para administrar el proceso y, luego, o bien se recurrió a la jurisdicción ordinaria para dirimir conflictos derivados de la denuncia en torno a actos irregulares, o bien se establecieron jueces especializados, encargados de declarar la nulidad o validez de algún acto electoral, viciado por la presencia de alguna conducta fraudulenta. Así, por ejemplo, cuando la secular Constitución colombiana de 1886 introdujo los “jueces de escrutinio”, encargados de decidir sobre la validez y nulidad de los votos, las actas y de las mismas elecciones, el tratadista Samper, quien además fue delegatario (constituyente), arguyó que así el escrutinio, “afirmado sobre la sólida base de la legalidad, conjurará las apelaciones a las armas, de los partidos vencidos en comicios y asambleas electorales, por cuanto los vencedores no fundarán su autoridad en la violencia o en el fraude, sino en limpias decisiones que llevarán el sello de la cosa juzgada”12.
A su vez, el tradicional “anforazo” se subsanó al implantarse el escrutinio del voto en mesa, debidamente registrado en un acta suscrita por los miembros de la respectiva mesa electoral. En algunos casos, la papeleta electoral se destruye y queda el voto registrado en el acta. En otros, los votos prosiguen su curso, para corroborar la veracidad del acta y contribuir a un cómputo definitivo del sufragio. Aun así, para evitar un “fraude masivo” diseñado desde los preparativos (y que abarque la propia organización de la mesa electoral), se podría auditar y certificar la elaboración y distribución de los materiales electorales, del padrón electoral y de las credenciales que identifican a los miembros de mesa y a los electores.
En general, hay una serie de recomendaciones standard, destinadas a evitar el fraude y a garantizar la transparencia y limpieza del desarrollo del proceso electoral, así como la integridad del voto ciudadano, que aquí intentamos recordar:
a) Aprobación de reglas electorales por consenso, caracterizadas por la procura de elecciones libres y equitativas, que ofrezcan espacios propicios en la campaña, limpieza en su ejecución y transparencia en sus resultados, así como una ley de partidos, que establezca condiciones similares en su organización, funcionamiento y capacidad de difusión de propuestas13.
b) Una ciudadanía educada y motivada, deseosa de participar en la vida pública y de defender el sentido de su voto y hasta de integrar mesas electorales como señal de su aporte cívico. En ese sentido, es valiosa la labor de los órganos electorales y de algunas ONGs en la realización de programas sostenidos de educación ciudadana. En el mediano plazo, el ejercicio frecuente y orgulloso del voto desde la escuela, motivando y formando al niño como futuro ciudadano, como elector responsable de su voto, parece constituir una fórmula apropiada.
c) Evitar las“megaelecciones” (tres o cuatro elecciones conjuntas), que generan mayor confusión entre los electores y los propios miembros de mesa, facilitando las oportunidades de fraude. En Venezuela, por ejemplo, en 1968 se separaron las elecciones nacionales de las municipales, y en Brasil, Colombia y El Salvador, se ha evitado la simultaneidad perfecta entre la elección presidencial y la elecciónparlamentaria14.
d) También debe evitarse la complejidad del escrutinio. Las elecciones municipales con lista abierta de concejales (para que el elector construya su propia lista), con cuadernillos de listas de candidatos por partidos para elegir entre todos ellos, es un notable caso de entrampamiento del elector, que no sólo aumenta las quejas y reclamos, sino que puede propiciar conductas fraudulentas al momento del escrutinio.
e) La equidad electoral exige pautas mínimas para regular el acceso de los movimientos y partidos inscritos a los medios de comunicación de propiedad estatal y particular, en particular de la televisión. Hay fórmulas distintas para regular el acceso: acceso gratuito en espacios restringidos (Brasil y Chile), libre con topes, tarifas promocionales, etcétera15. Para certificar el uso equitativo de los espacios contratados (o concedidos), así como la imparcialidad de los noticieros, es útil el monitoreo que algunas Universidades u ONGs puedan efectuar durante el proceso electoral16.
f) Selección imparcial de los funcionarios encargados de administrar el proceso electoral, así como de los miembros de la Junta Receptora de Votos. En algunos países (Bolivia o Perú), las mesas electorales se integran con ciudadanos seleccionados por sorteo; en otros (Costa Rica, Honduras o Colombia) intervienen los propios partidos políticos.
g) Precisión en la determinación de los actos impugnables y de los criterios de nulidad de los diversos actos electorales, así como en los delitos y faltas electorales. Imparcialidad, presteza y sanción ejemplar en los órganos encargados de velar por la justicia electoral y de resolver respecto a la validez o nulidad de los actos impugnados17.
h) Revisión, certificación y auditoría (si fuera necesaria) del padrón electoral y del número efectivo de votantes, del número de papeletas o cédulas de votación y de otros materiales electorales. Respecto al padrón, deben tomarse precauciones para garantizar su legitimidad, apelando a mecanismos de actualización, depuración y control18. Para el acto de votación, es de gran ayuda instalar un “padrón fotográfico”, que facilita la identificación visual del elector por los miembros de la mesa electoral.
i) Ubicación próxima de los centros de votación, accesible mediante medios de transporte locales.
j) La cabina o cubículo, así como la cédula o papeleta, debe reunir características especiales para garantizar el secreto del voto. En algunos países, como Argentina, Bolivia y Colombia, la cédula se introduce en un sobre y éste, cerrado por el elector y firmado por los miembros de la Junta Receptora de Votos, se introduce en el ánfora.
k) Inviolabilidad de la urna. Si es transparente, mejor. Debe ser abierta antes de iniciarse la jornada electoral para corroborar que se encuentra vacía. Al término de la jornada, será abierta con testigos electorales. El escrutinio debe ser un acto público, verificable incluso por medios de comunicación.
l) Preparación y capacitación de los funcionarios electorales y de los integrantes de mesa o de Juntas Receptoras de Votos, evitando que éstas sean acaparadas por un solo partido. Un mecanismo adicional sería la juramentación de los integrantes de las Juntas Receptoras de Votos ante una autoridad política del vecindario, “con lo cual asumen graves responsabilidades, encontrándose sancionado su incumplimiento en el Código Electoral con penas de prisión”19. Y luego, asistencia técnica a las mesas para evitar confusiones y fiscalizar la correcta marcha de la jornada electoral.
m) Si los miembros de la mesa electoral son ciudadanos imparciales, elegidos por sorteo, se sugiere la participación complementaria de personeros o apoderados de los diversos partidos en las mesas electorales, desde su instalación hasta el escrutinio mismo de los votos, con la posibilidad de retener copia del acta electoral suscrita en mesa.
n) El uso de tinta indeleble (auditada en su calidad y garantía de continuidad) en la mesa, colocada en el dedo del elector que ya ejerció su derecho al voto, previene el doble voto y bloquea la posibilidad de suplantar a otro elector en otra mesa electoral.
o) Para evitar la utilización o intromisión política de la fuerza pública, en algunos países es puesta al mando del propio órgano electoral, quien actúa a través de un Consejo de Delegados, regulando el orden público, las manifestaciones y otras actitudes que puedan perturbar la jornada electoral. En otro casos (Argentina, Ecuador o Perú), la Fuerza Armada está obligada a prestar colaboración a los electores, a las mesas electorales y en el transporte de los materiales de sufragio. En el caso del Perú, desde 1962 el Ejército conserva un acta electoral propia, que sólo se abre en caso de disputa irremediable entre los partidos y órganos electorales respecto al sentido de los votos escrutados.
p) Delegados técnicos de los partidos para verificar el traslado de los votos a los programas informáticos. Auditorías técnicas de carácter internacional a los documentos y materiales electorales, así como revisión anticipada del padrón electoral y de los equipos informáticos que emplea el órgano encargado de administrar las elecciones.
q) Fiscalización ciudadana debidamente legitimada ante los órganos electorales y los partidos políticos en contienda. Misiones de observación nacional (ONGs) e internacional del marco normativo, de las condiciones de equidad y del desarrollo del proceso electoral, desde los preparativos hasta la proclamación oficial de los resultados.
Finalmente, en América Latina es posible recurrir a la jurisdicción supranacional, derivada de la Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José (1969). A raíz de las denuncias sobre presuntas irregularidades cometidas en las elecciones mexicanas de 1986, se alegó entonces, ante la Comisión Interamericana, la violación del libre ejercicio de los derechos políticos, garantizado en el referido Pacto, y aunque el gobierno de México arguyó que había una intromisión de la Comisión a su soberanía y que ella carecía de jurisdicción para pronunciarse sobre la validez de un proceso electoral interno, la Comisión replicó que sí tenía poderes para “verificar, en lo que respecta a esos derechos, si se produce la celebración de elecciones periódicas y auténticas, con sufragio universal, igual y secreto, en el marco de las garantías necesarias, de modo que los resultados representen la voluntad popular, incluida la posibilidad de que los electores, puedan, si es necesario, apelar efectivamente contra un proceso electoral que consideren fraudulento, defectuoso e irregular o que ignore el derecho al acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas del país”.
Vocablos de referencia:
Auditoría electoral
Corrupción electoral
Delitos electorales
Documentación electoral
Fiscalización de elecciones
Medios de impugnación
Informática electoral
Justicia electoral
Nulidad de elecciones
Observación internacional de elecciones
Observación nacional de elecciones
Resultados electorales
Bibliografía:
Aguayo Q., Sergio; y Manuel Acosta: Urnas y pantallas. La batalla por la información; Edit. Océano/ Academia. Mexicana de Derechos Humanos, México, 1997.
Brenes Camacho, Gonzalo: «La Jornada Electoral»; en: Conferencia Interamericana sobre Sistemas Electorales; CAPEL/IFES; San José, 1990.
Brewer-Carías, Allan: «La nulidad de los actos electorales. Una perspectiva constitucional comparada»; en: Transición democrática en América Latina. Reflexiones sobre el debate actual; IIDH/ CAPEL, San José, 1990, pp. 89-137
Encinar González, Juan José; y Fernández Segado, Francisco: «Delitos electorales», en: Goodwin-Hill, Guy: Elecciones libres y justas. Derecho internacional y práctica; Unión Interparlamentaria; Ginebra, Suiza, 1994.
Nohlen, Dieter; Sonia Picado y Daniel Zovatto (compiladores): Tratado de derecho electoral comparado en América Latina; FCE/ IIDH, México, 1998, pp. 631-672.
Nohlen, Dieter: Sistemas electorales de América Latina. Debate sobre la reforma electoral; Fundación Ebert; Lima, 1993.
Pinzón de Lewin, Patricia: El Ejército y las elecciones. Un ensayo histórico; Cerec; Bogotá, 1994.
Planas, Pedro: Comunicación política y equidad electoral; Universidad de Lima, 1998.
___________: «Normas para regular la campaña electoral»; en: Simposio sobre Reforma Electoral. Memoria; IFES; Lima, 1996. pp. 215-270.
Varela Ortega, José: Los amigos políticos. Partidos, elecciones y caciquismo en la Restauración. Alianza Editorial; Madrid, 1977.
Pedro PLANAS
NOTAS
1 Cfr. Goodwin-Hill, Guy: Elecciones libres y justas. Derecho internacional y práctica; Unión Interparlamentaria; Ginebra, Suiza, 1994.
2 Sobre la metodología del caciquismo y su influencia electoral, puede ser útil revisar los estudios sobre la España de fines del Siglo XIX. La mejor obra sigue siendo: Varela Ortega, José: Los amigos políticos. Partidos, elecciones y caciquismo en la Restauración (1875-1900). Alianza Editorial; Madrid, 1977. Hay un útil resumen de los elementos electorales usados por el caciquismo (distrito uninominal, censo, “encasillado”, control de mesas,“pucherazo”, “distritos propios” y “distritos disponibles”, etc.), en: Carreras, Francesc de; Josep M. Vallés: Las Elecciones; Editorial Blume; Barcelona, 1977; pp. 216-235.
3 Sobre la intervención electoral del Ejército y la procura de su imparcialidad mediante la suspensión del voto a los militares en actividad, con aplicación al caso colombiano, ver: Pinzón de Lewin, Patricia: El Ejército y las elecciones. Un ensayo histórico; Cerec; Bogotá, 1994.
4 Ver el caso de las potestades constitucionales del Presidente de la República de Panamá, quien podía designar a la mayoría de integrantes del Consejo Legislativo, principal órgano legislativo. En su Informe de 1978, la Comisión Interamericana denunció esa“aplicación abusiva del poder”, que “permite que se anule, limite o distorsione el ejercicio efectivo de la representación política y de la participación popular”. El Informe también cuestionó la desproporción entre los distritos electorales rurales y los urbanos, diseñada para evitar una mayor representación de los partidos de oposición, con asentamiento en las zonas urbanas de Panamá.
5 Ver los sistemas con “prima”aplicados en la Italia de Mussolini o en el Paraguay de Stroessner, en: Nohlen, Dieter: Sistemas electorales del mundo; Centro de Estudios Constitucionales; Madrid, 1981; pp. 359-363. No muy lejano estuvo el sistema de asignación de escaños en México hasta 1963, cuando se facilitó el acceso a las minorías políticas. O hasta la reforma electoral de 1977, que introdujo para la Cámara de Diputados el sistema mixto, con doble voto (mayoritario y proporcional), sin olvidar la controvertida “cláusula de gobernabilidad” (1986).
6 La primera elección pluripartidista celebrada en Comoros (1992) fue falseada mediante el rechazo del gobierno a actualizar su padrón electoral. Cfr. Unión Interparlamentaria. Chronicle of Parliamentary Elections and Developments; Nº 27; pp. 63-65.
7 Valentino, Henry: “Establecer y mantener un apoyo equilibrado de los medios de comunicación para obtener elecciones libres y justas”, en: Elections Today. Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES); Octubre de 1995 (Edición especial).
8 Fue el notable caso de las elecciones peruanas del 2000: la televisión abierta fue “cerrada” y solo un canal cerrado, de cable, al que solo accedían sectores medios y medio-altos de la población, ejerció sin cortapisas el pluralismo político e informativo.
9 Ver, por ejemplo, la denuncia del presunto “fraude colosal” habido en las elecciones dominicanas de 1990, en: Espinal, Rosario: “República Dominicana”; Boletín Electoral Latinoamericano III; IIDH/CAPEL, 1990; pp. 41-46.
10 Seis años después, cuando se restauró la democracia en el Perú, se encontraron una serie de ánforas (reales), aun selladas, sin ser abiertas.
11 Particular interés tiene el caso de las elecciones panameñas de mayo de 1989. El Tribunal Supremo de Elecciones emitió un decreto de nulidad de la elección, que fue revisado y rectificado por la Corte Suprema, que solo tenía facultad para pronunciarse en cuestiones de constitucionalidad. Cfr. Brewer-Carías, Allan: “La nulidad de los actos electorales. Una perspectiva constitucional comparada”; en: Transición democrática en América Latina. Reflexiones sobre el debate actual; IIDH/CAPEL, San José, 1990; pp. 126-137.
12 Cfr. Samper, José María: Derecho Público Interno; Temis; Bogotá, 1982 (1887); p. 592.
13 Un conjunto de propuestas específicas para realizar campañas electorales mas instructivas y equitativas, puede verse en: Planas, Pedro: “Normas para regular la campaña electoral”, en: VV.AA.; Simposio sobre Reforma Electoral. Memoria; IFES; Lima, 1996; pp. 215-270.
14 Cfr. Nohlen, Dieter: Sistemas electorales y partidos políticos; Fondo de Cultura Económica; México, 1994; pp. 129-133. También: Nohlen, Dieter:Sistemas electorales de América Latina. Debate sobre la reforma electoral; Fundación Ebert; Lima, Perú, 1993; pp. 39-49.
15 Para una tipología del acceso de los movimientos y partidos políticos a los medios de comunicación en América Latina, ver: Planas, Pedro: Comunicación política y equidad electoral; Universidad de Lima; Lima, 1998; en especial, pp. 67-131.
16 Cfr. el valioso rol cumplido por el monitoreo de los noticieros de TV en México, en: Aguayo Quezada, Sergio; y Manuel Acosta: Urnas y pantallas. La batalla por la información; edit. Océano/ Academia Mexicana de Derechos Humanos, 1997. En las discutidas elecciones peruanas de abril del 2000, en que las televisoras de señal abierta se cerraron para los candidatos y partidos de oposición, fue muy importante el monitoreo efectuado por la ONG“Transparencia”, así como los informes emitidos por la Misión de la OEA y por la misión del NDI.
17 Cfr. Brewer-Carías, Allan: Ibid. pp. 89-137.
18 Cfr. León-Rosch, Marta: “Los registros electorales”, en: Nohlen, Dieter; Sonia Picado y Daniel Zovatto (compiladores); Tratado de derecho electoral comparado en América Latina; FCE/ IIDH, México, 1998; pp. 269-298, en concreto.
19 Brenes Camacho, Gonzalo: “La Jornada Electoral”; en: Conferencia Interamericana sobre Sistemas Electorales; CAPEL/ IFES; San José de Costa Rica, 1990; p. 165.
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