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domingo, 28 de junio de 2015

JULIO PORTILLO, TRES FRASES

Venezuela necesita ir al próximo proceso electoral decidida a votar contra el miedo. “No tengáis miedo”, le dijo el Papa Juan Pablo II a los cubanos cuando visitó la Isla. Por eso la Mesa de la Unidad tiene que saber que va a un proceso donde ya no es de igual a igual. Una aplastante mayoría está esperando diciembre para sacudirse el Nicolato. Por eso debe haber una sola consigna: contra la dictadura votemos unidos.

Tres frases pueden extraídas de la historia política de la Venezuela del siglo XX, pueden servir para orientar el porvenir. La primera de ella atribuida al General Eleazar López Contreras de “calma y cordura”, debe significar hoy que no podemos ir a los años venideros a ensayar gobernabilidad. El próximo Jefe del Estado debe ser un hombre sin los voluntarismos del chavismo, debe ser un líder maduro que escuche a todos y que repiense cada acto de gobierno. No podemos permitirnos repetir la experiencia brasileña con Fernando Collor de Melo.

En el estreno de Isaías Medina Angarita en el poder al decir “díganme si hay un exiliado para mandarlo a buscar, díganme si hay un preso político para mandarlo a soltar, porque en Venezuela nos necesitamos todos”, está otra clave para interpretar el nuevo momento. 

En Venezuela nos necesitamos todos. El próximo Presidente debe mandar con los mejores, con todos los sectores, hay que propiciar el regreso de la inteligencia que se ha ido a otras latitudes perseguida por la falta de oportunidades de trabajo, políticamente y por la falta de estímulos de todo género.

Se impondrá la convocatoria posterior a un proceso constituyente. El descalabro al que llevó a Venezuela Hugo Chávez y el militarismo alcahueta, debe ser corregido legalmente. Jóvito Villalba en sus días de profesor de Derecho Constitucional se mostró partidario de establecer en Venezuela la no reelección, como lo tiene la constitución mexicana. Luís Herrera Campins, un presidente que con el tiempo valorará mejor la historia, al proponérsele una nueva candidatura llegó a decir “líbreme Dios de lo que he sido”. 

La experiencia en el siglo XIX siempre fue negativa en materia de reelecciones. Y recientemente con la segunda presidencia de Rafael Caldera tuvimos un gobierno sin norte, que de alguna manera favoreció el regreso de los militares al poder. No queda otra: “necesario es vencer”. Es el nuevo amanecer.

Julio Portillo
julioportillof@gmail.com
@julioportillof

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viernes, 1 de agosto de 2014

LUIS UGALDE, LA SALIDA DEL GOMECISMO

En menos de cuatro años se disolvió el poder gomecista que a finales de 1935 era total; Gómez salió del poder y el país salió del gomecismo. Muerto el dictador, la salida fue rápida, relativamente incruenta y con un recorrido impensable. ¿Qué papel juega el liderazgo opositor con la presión de gente en la calle, y el del gobierno que trata de mantenerse cediendo y enfrentando a sus inmovilistas? Ver los hechos para aprender política.

Muere el dictador Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935 y asume la presidencia López Contreras, su ministro de Defensa que, con “calma y cordura”, encauzará ejecutivamente la transición de la Venezuela dictatorial que se resiste a morir (los gomecistas duros ven a López como traidor). 

Entender a aquella oposición plural que, saliendo de las cárceles, del exilio y de la clandestinidad, avanza incierta entre dolores de parto. López proclama su fidelidad a Gómez y protege a sus familiares enviándolos al exilio, mientras permite el regreso de encarcelados y exiliados, y hasta los nombra ministros. 

Los intelectuales opositores, encabezados por Andrés Eloy Blanco, publican en la prensa su “manifiesto” con exigencias de cambios democráticos y sociales. La oposición empieza a definirse en agrupaciones y embriones de partidos como ORVE, PRP, UNR… 

La Federación de Estudiantes Venezolanos, con Jóvito Villalba al frente, se pone los pantalones largos y con lenguaje radical exige al gobierno un cambio total sin ambigüedades. 

La gente sale a la calle en marchas multitudinarias, a sol y sombra de tolerancia y represión. El 13 de febrero de 1936 el río desbordado de gente, (30.000 personas en una Caracas que no llegaba a 300.000 habitantes), marcha desde la UCV (esquina San Francisco) hasta la Gobernación y luego hasta Miraflores. 

López Contreras recibe una comisión encabezada por el rector y el estudiante Jóvito Villalba, quien exige cambio total del gobierno, con exclusión de todos los gomecistas, libertades democráticas y sindicales… 

López da buenas palabras y algunos golpes de timón audaces, como sacar al general Elbano Mibelli de la cárcel de La Rotunda y colocarlo al frente de la Gobernación de Caracas. 

Las grandes protestas de febrero obtienen la sorprendente respuesta del “Programa de Febrero” (21-2-36) con lista de necesidades y cambios, elaborada por opositores (se atribuye a Caracciolo Parra Pérez, Alberto Adriani y a Diógenes Escalante). Nuevo gobierno con ese programa y con hombres que han pasado por la cárcel y el exilio.

Eran los cambios que urgían; la Constitución antidemocrática podía esperar mientras se adelantaban las transformaciones… 

Queda el paso desagradable de la elección presidencial para 1936-43). Los recién encandilados por la utopía todavía no distinguen el camino de su meta, rechazan el Congreso gomecista y exigen de inmediato una Asamblea Constituyente (¡!) o nuevo Congreso elegido con voto popular. 

Pero otros temen una reacción dictatorial si fuerzan los cambios, comprenden la transición y ven con realismo la elección gomecista de López. Rómulo Betancourt dirá “hay que aceptar la reunión del Congreso gomecista con el pañuelo en la nariz”. En los jóvenes la política empieza a sembrarse con la utopía, pero solo nace cuando saca su tren de aterrizaje para transformar lo necesario en posible y lo posible en real. No pocos (ayer y hoy) se estrellan catastróficamente en el primer intento de aterrizar su utopía.

Y así, con dos pasos adelante y uno atrás, se desarrollan las grandes manifestaciones de junio de 1936, la inédita huelga petrolera de diciembre, las nuevas leyes y prácticas represivas anticomunistas con las que cualquier opositor era tachado de “comunista”, como hoy de “imperialista”. Siguen nuevos exilios y clandestinidades… A pesar del poder militar y de las leyes dictatoriales, el gomecismo agoniza y la democracia va naciendo en la gente; más tarde vendrá el cambio de Constitución y la elección presidencial de 1941. 

Hoy, con más razón, no es la Constitución lo que le duele a Venezuela, sino su sistemática violación desde el poder. Más bien la Constitución actual es un arma de los demócratas para exigir cambios en el gobierno. 

Todos los demócratas a una exigiendo y actuando una decena de puntos claves. La salida del gomecismo se origina desde dentro con López Contreras que evoluciona, presionado por las circunstancias y por una oposición que denuncia, protesta y dialoga al mismo tiempo. 

Ya habrá tiempo para leyes, elecciones presidenciales, constituyentes con discursos prometiendo –una vez más en nuestra historia– la ilusa “refundación” de la República. 

Lo hemos hecho con más de 20 constituciones pensando que lo importante es la utopía sin tren de aterrizaje, cuando lo necesario es cambiar la realidad y la gente desterrando prácticas que violan sus esperanzas y bloquean sus capacidades realistas de lograrlas. Por ahora, militarismo en maduración.

Luis M. Ugalde O. s.j.
lugalde@ucab.edu.ve

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martes, 3 de diciembre de 2013

ENRIQUE MELÉNDEZ, UN 1 DE DICIEMBRE DE 1952

Este domingo se cumplieron 61 años de lo que pudiéramos considerar como el desenmascaramiento de Pérez Jiménez; momento en el que le es desconocido el triunfo a Unión Republicana Democrática (URD), en las elecciones del 30 de noviembre de 1952, y las que habían sido convocadas para una Asamblea Constituyente (AC).
         En la justa habían participado URD, el Frente Electoral Independiente (FEI), que era el partido de Pérez Jiménez, y Copei. URD doblaba en bancadas al FEI, al sacar 60 diputados frente a 29 del otro, mientras Copei obtenía 17 diputados; lo que indica que el país quedaba en manos de la oposición democrática; tanto más a través de una AC, y la que suele atribuirse suprapoderes. ¡El guaro!, dijo Pérez Jiménez. ¡Aquí mando yo!
         Fue entonces cuando puso a Laureanito (Laureano Vallenilla Planchart), que era su operador político, a que convocara a una rueda de prensa, a los fines de emitir los resultados que, a juicio del gobierno, eran los verdaderos, y no los que habían reventado los titulares de prensa de la del día mañana siguiente, a propósito de ese resonante triunfo que le daban a URD; resultados que ahora se alteraban, y el FEI terminaba adjudicándose 60 bancadas, además de las 29, que ahora le atribuía a URD en el cambalache; pero como este partido había sido ilegalizado en el acto, entonces también asumía esas curules; total, que ahora la AC se componía de 89 diputados que pertenecían al oficialismo, y de 17 diputados, que le habían dejado a Copei en la nueva repartición; pero como este partido había decidido no acudir a la convocatoria a la Constituyente; entonces Laureanito se dará a la tarea en los próximos días, antes de su instalación, de sonsacarles a los suplentes de los diputados, que habían quedado electos en sus respectivas regiones; sobre todo, porque la ausencia de la representación parlamentaria de Copei, pesaba mucho para el quórum de la misma, se dio a la tarea de quebrar voluntades; a las que, en efecto, compra; de modo que estamos ante una de las Constituyentes más truculentas que conoce nuestra historia; muy parecida a la Hugo Chávez en 1999; donde  la oposición queda con sólo cuatro diputados, arrasando con el resto de las bancadas el chavismo, y esto porque apeló al sistema de escogencia de los candidatos a constituyentes, conocido como Quino, utilizado en lotería; es decir, un ventajismo para contar con la mayoría absoluta, y lo que menos salieron allí fueron expertos constitucionalistas.
         La aparición de Laureanito se había producido el día 2 de diciembre, y mis colegas periodistas, a quienes les correspondió cubrir esta rueda de prensa, y quienes hoy en día son ancianos ya, por lo demás, me comentaban que, al finalizar de emitir aquellos resultados, éste había alegado que allí no se admitían preguntas; que esos eran los resultados.
         Para contrarrestar el efecto primera plana, y volviendo al punto de lo que había traído la prensa ese día en sus principales titulares, en la noche del primero de diciembre habían puesto a un personaje muy oscuro, y lo llamo oscuro, porque se trataba del distante presidente de la República, Germán Suárez Flamerich, a leer un comunicado del gobierno, donde se argumentaba que se había decidido desconocer esos resultados, en virtud de que se había descubierto que en los sufragios habían participado militantes del partido Acción Democrática, votando a favor de URD; por lo que ese voto era nulo, si se partía de la circunstancia de que AD era un partido proscrito; una trastada que fue corregida más adelante, bajo el argumento de que se había descubierto que se habían infiltrado elementos de URD al sistema electoral; fraguando allí el fraude; lo cierto es que a partir del primer argumento el gobierno admitía haber perdido, e iba en contra de las cifras que iba a manejar al día siguiente.
         Pero hasta allí llegaba la historia de este señor, y quien había ocupado la jefatura de Estado; luego del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud; que venía a constituir el último eslabón de Pérez Jiménez en su carrera fría y calculada hacia el poder; la que había comenzado con la utilización de la figura de Rómulo Betancourt, a quien había desechado en su momento; luego de la de Delgado Chalbaud,  y ahora la de este señor; una especie del Nicolasote nuestro, es decir, un personaje de mampostería; sin autonomía propia en el ejercicio del mando, un ser sumiso, que fue lo que le causó malestar a un tal Altuve Carrillo, un sujeto ligado a ese régimen; quien se quejó por no ser más pendejo que Suárez Flamerich para merecer ese premio, y que quedó como una moraleja de la situación que se vivía a partir de allí, ya que ese fue el requisito que se exigió, es decir, ser muy bolsa. Claro, se trataba de un sujeto que había pertenecido a la Generación de 1928; famosa por sus héroes estudiantiles, y, luego, porque contaba con una cierta trayectoria como diplomático. Precisamente, ese fue el tinte que le quiso dar Pérez Jiménez a esa junta de gobierno, que llamaban colegiada, un tinte civilista con la presencia de este señor allí.
         Lo despide esa misma noche del 1 de diciembre de 1952, en tanto que nombra a Laureanito Ministro de Relaciones Interiores; mientras asume la presidencia; conservando Pérez Jiménez el Ministerio de la Defensa. Es decir, ese día se da un fraude electoral, y, lo que llaman un golpe en seco: Pérez Jiménez le pide la renuncia a Suárez Flamerich a la brava, ya ladillado de este lacayuelo, a quien humilla hasta en público; que es lo que yo llamo su desenmascaramiento, su salida del closet.
Por último, Laureanito les tendía una emboscada en su propia oficina a Jóvito Villalba y a la dirigencia de URD; a quienes había convocado, supuestamente, para negociar, secuestrándolos, y enviándolos en un avión fletado desde Maiquetía hasta Panamá.

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domingo, 1 de diciembre de 2013

LUIS DANIEL ÁLVAREZ V., INVITACIONES FORZOSAS

Solo los justos y correctos son invitados a la fiesta de la libertad... el poder es efímero
Lo ocurrido a Alejandro Silva resulta bochornoso y preocupante. Mientras el dirigente dormía en la habitación de un hotel capitalino, se preparaba una acción condenable, no sólo desde una perspectiva política, sino jurídica, pues no existía ningún elemento que hubiese facultado a las autoridades a actuar de esa manera.

Silva fue despertado abruptamente en la madrugada por cuerpos de seguridad que sin mediar palabra lo trasladaron hacia una dependencia oficial. Al llegar al lugar, según narra el agraviado, se le aclaró que no estaba detenido sino simplemente se encontraba en el sitio en calidad de invitado.

Esa acción hace recordar el patético episodio del 15 de diciembre de 1952 cuando el país vivía las aciagas horas del que es probablemente uno de los fraudes electorales más dantescos que recuerda la historia, donde URD como principal fuerza de oposición, secundada por Copei, exigía la publicación de los verdaderos resultados y la libertad de los presos políticos. 

El ministro del Interior, Laureano Vallenilla, convocó a su despacho a la directiva de URD para discutir. Sin embargo, la tiranía aprovechó de emboscar a los opositores y detenerlos para expulsarlos del país al día siguiente.

Posteriormente, a través de un escueto comunicado, el gobierno explicó que Jóvito Villalba y otros dirigentes, "han sido invitados a ausentarse del país".

Seis años después, los autores de tan injustas acciones abandonaban el poder cuando los gritos de libertad se tornaron ensordecedores. Tal vez Vallenilla recordaría toda la vida que si bien "invitó" a la oposición a salir del país, la historia le tenía reservado un sitial de olvido desde donde pudiese entender que solo los justos y correctos son invitados a la fiesta de la libertad y que el poder es efímero.

luisdalvarezva@hotmail.com

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martes, 26 de noviembre de 2013

RAFAEL BELLO , EL 30 DE NOVIEMBRE DE 1952

La democracia toma de nuevo las riendas de la vida venezolana

La democracia se sustenta en la voluntad de los ciudadanos al asumir derechos que son inherentes a la condición humana. La libertad representa todo lo contrario de los enunciados de la formalidad sumisa, porque significa el alma de los pueblos que se expresa en la vida del ciudadano de conciencia libre. Se lucha contra los saqueadores del erario nacional y no se teme.

Venezuela es una nación estremecida por la pobreza con el saqueo de las finanzas públicas y el vandalismo que ciega decenas de vidas cada semana. Una situación desbordada de violencia en la vida de la República con las consecuencias que de ello se derivan. Ante ese cuadro descompuesto e intolerante, la sociedad democrática vuelve por sus fueros y está en activa movilización nacional con sus fuerzas indomables para salvar a la nación de la instauración del hambre y el terror de la violencia. El pueblo toma el rumbo de su activa movilización para desterrar la opresión e insolencia de la corruptela que suprime derechos y destruye los bienes nacionales.

Los venezolanos asumimos con formidable espíritu nacional el vigor de la fe que jamás se ausentan de la condición suprema de su razón de ser. Por eso ya es el pueblo que se convoca en su lucha democrática. 

Así fue el 30 de noviembre de 1952, con el llamado a la unidad nacional. Y quedaron para la posteridad las palabras de Jóvito Villalba, en el mitin del Nuevo Circo de Caracas, días antes de las votaciones para la constituyente. "Pueblo de Caracas: viene a mi memoria cuando Cristo dijo: Lázaro, levántate y anda". Esta es la hora de la libertad y por eso el pueblo venezolano que sin miedo, asimismo, se convoca.

A la perversidad totalitaria se le acabó el tiempo. La democracia toma de nuevo las riendas de la vida venezolana. La historia constituye el proceder del hombre en razón, condición y ejercicio de la libertad.

bello.rafael@yahoo.es

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martes, 27 de agosto de 2013

EL PACTO DE PUNTO FIJO, DOCUMENTO COMPLETO, FIRMADO, PARTE DE LA HISTORIA, 31 DE OCTUBRE 1958

Los partidos Acción Democrática, Social Cristiano Copei y Unión Republicana Democrática, previa detenida y ponderada consideración de todos los elementos que integran la realidad histórica nacional y la problemática electoral del país, y ante la responsabilidad de orientar la opinión pública para la consolidación de los principios democráticos, han llegado a un pleno acuerdo de unidad y cooperación sobre las bases y mediante las consideraciones siguientes:


1a Como es del conocimiento público, durante varios meses las distintas fuerzas políticas que han participado en las acciones unitarias para la defensa del régimen democrático han mantenido conversaciones destinadas a asegurar la inteligencia, mutuo respeto y cooperación entre ellas, interesadas por igual en la consolidación de la unidad y la garantía de la tregua política, sin perjuicio de la autonomía organizativa y caracterización ideológica de cada uno, conforme se declaró expresamente en el acta de ampliación de la Junta Patriótica firmada el 25 de enero de 1958 por los partidos políticos que la integraban inicialmente. El resultado obtenido es favorable, toda vez que las naturales divergencias entre los partidos, tan distintas de unanimismo impuesto por el despotismo, se han canalizado dentro de pautas de convivencia que hoy más que nunca es menester ampliar y garantizar. El análisis cabal de los antecedentes, de las características actuales y de las perspectivas de nuestro movimiento democrático, la ponderación comprensiva de los intereses legítimamente representados por los partidos a nombre de los centenares de miles de sus militantes; el reconocimiento de la existencia de amplios sectores independientes que constituyen factor importante de la vida nacional; el respaldo de las Fuerzas Armadas al proceso de afirmación de la República como elemento institucional del Estado sometido al control de las autoridades constitucionales, y el firme propósito de auspiciar la unión de todas las fuerzas ciudadanas en el esfuerzo de lograr la organización de la Nación venezolana, han estado presentes en el estudio de las diferentes fórmulas propuestas. La sincera definición y defensa de los derechos que asisten a los partidos como representantes de grandes núcleos nacionales y la preocupación común de atender en conjunto a los intereses perdurables de la Nación, si bien han podido en forma ocasional provocar la generosa impaciencia de calificados valores de la opinión, son la garantía de que las deliberaciones han respondido a un serio y responsable enfoque de las urgencias del país.
2a Las minuciosas y largas conversaciones han servido para comprometer a las organizaciones unitarias en una política nacional de largo alcance, cuyos dos polos podemos definir así: a) seguridad de que el proceso electoral y los Poderes Públicos que de él van a surgir respondan a las pautas democráticas de la libertad efectiva del sufragio; y b) garantía de que el proceso electoral no solamente evite la ruptura del frente unitario, sino que lo fortalezca mediante la prolongación de la tregua política, la despersonalización del debate, la erradicación de la violencia interpartidista y la definición de normas que faciliten la formación del Gobierno y de los cuerpos deliberantes de modo que ambos agrupen equitativamente a todos los sectores de la sociedad venezolana interesados en la estabilidad de la República como sistema popular de Gobierno.
3a Establecidos esos principios de carácter general, COPEI, AD y URD comprometen su acción y responsabilidad en los términos siguientes:
a.      Defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral. Las elecciones determinarán la responsabilidad en el ejercicio de los Poderes Públicos, durante el periodo constitucional 1959-1964; intervención de la Fuerza contra las autoridades surgidas de las votaciones es delito contra la Patria. Todas las organizaciones políticas están obligadas a actuar en defensa de las autoridades constitucionales en caso de intentarse o producirse un golpe de Estado, aun cuando durante el transcurso de los cinco años las circunstancias de la autonomía que se reservan dichas organizaciones hayan podido colocar a cualquiera de ellas en la oposición legal y democrática al Gobierno. Se declara el cumplimiento de un deber patriótico la resistencia permanente contra cualquier situación de fuerza que pudiese surgir de un hecho subversivo y su colaboración con ella también como delito de lesa patria.
b.      Gobierno de Unidad Nacional. Si bien el ejercicio del Poder por un partido es consecuencia legítima de una mayoría electoral, la suerte de la democracia venezolana y la estabilidad del Estado de derecho entre nosotros imponen convertir la unidad popular defensiva en gobierno unitario cuando menos por tanto tiempo como perduren los factores que amenazan el ensayo republicano iniciado el 23 de enero; el gobierno de Unidad Nacional es el camino para canalizar las energías partidistas y evitar una oposición sistemática que debilitaría el movimiento democrático. Se deja claramente sentado que ninguna de las organizaciones signatarias aspira ni acepta hegemonía en el Gabinete Ejecutivo, en el cual deben estar representadas las corrientes políticas nacionales y los sectores independientes del país, mediante una leal selección de capacidades.
c.      Programa mínimo común. Para facilitar la cooperación entre las organizaciones políticas durante el proceso electoral y su colaboración en el Gobierno Constitucional los partidos signatarios acuerdan concurrir a dicho proceso sosteniendo un programa mínimo común, cuya ejecución sea el punto de partida de una administración nacional patriótica y del afianzamiento de la democracia como sistema. Dicho programa se redactará por separado, sobre las bases generales, ya convenidas, y se considerará un anexo del presente acuerdo. Como este programa no excluye el derecho de las organizaciones políticas a defender otros puntos no comprendidos en él, se acuerda para estos casos la norma siguiente: ningún partido unitario incluirá en su programa particular puntos contrarios a los comunes del programa mínimo y, en todo caso, la discusión pública en los puntos no comunes se mantendrá dentro de los límites de la tolerancia y del mutuo respeto a que obligan los intereses superiores de la unidad popular y de la tregua política.
4a El ideal de la unidad como instrumento de lucha contra la tiranía y contra las fuerzas en aptitud de reagruparse para auspiciar otra aventura despótica, sería la selección de un candidato presidencial democrático único, la formación de planchas únicas para los cuerpos colegiados y la formación de un frente único a base de un solo programa integral de Gobierno.
En la práctica se ha evidenciado que diversos factores reales contradicen esa perspectiva histórica, mas, afortunadamente, hay otros medios idóneos de preservar la Unidad Nacional. Por consiguiente, lejos de considerar comprometida la unidad por la comprobación de naturales contradicciones interpartidistas que se corresponden con la esencia de la actividad democrática, las organizaciones signatarias después de confrontar sus distintas opiniones entre sí y con las emitidas por voceros independientes autorizados, de la prensa y de otros factores nacionales define:
1.      Los requerimientos de la unidad son compatibles con la eventualidad de diversas candidaturas y planchas legislativas.
2.      Para que la presentación de varias candidaturas presidenciales y diversas planchas legislativas pueda verificarse sin menoscabo de la unidad y sin ruptura de la tregua interpartidista, es indispensable fortalecer el sentimiento de común interés patriótico y la tolerancia y mutuo respeto entre las fuerzas unitarias, base de lo cual debe ser la sincera y solemne adhesión de todas las fuerzas democráticas a los puntos contenidos en esta declaración y al espíritu que la anima, tal como hoy se consagra con la firma de este documento.
3.      Para garantizar la tregua política y la convivencia unitaria de las organizaciones democráticas, se crea una Comisión Interpartidista de Unidad encargada de vigilar el cumplimiento de este acuerdo. Dicha Comisión estará encargada de orientar la convivencia interpartidista, de conocer las quejas que se produzcan contra las desviaciones personalistas o sectarias en la campana electoral y de diligenciar ante cualquiera de los signatarios, y a nombre de todos, la morigeración y control en lo que pudiera comprometer la convivencia democrática.
5a Para garantizar que varias postulaciones presidenciales y varias planchas legislativas sean en todo momento expresiones de la voluntad nacional de celebrar elecciones que en definitiva se traduzcan en fortalecimiento de la democracia, se proclama:
I.       Cada organización queda en libertad de sustentar su propio candidato presidencial y sus propias planchas para los cuerpos colegiados dentro del concepto de unidad aquí consagrado y en el sentido de que garanticen la tolerancia mutua durante la campaña y el cumplimiento de los compromisos generales convenidos en esta declaración cualquiera que sea la candidatura o plancha que obtuviera mayor número de votos.
II.      Todos los votos emitidos a favor de las diversas candidaturas democráticas, serán considerados como votos unitarios y la suma de los votos por los distintos colores como una afirmación de la voluntad popular a favor del régimen constitucional y de la consolidación del Estado de derecho.
III.     La postulación de los candidatos presidenciales y de las planchas legislativas es de la responsabilidad de cada partido o coalición. Será el pueblo elector a quien le corresponda calificar con el voto cualquier postulación.
IV.     Los partidos que suscriben este documento garantizan la adhesión de los principios y normas aquí consagrados de sus respectivos candidatos a la Presidencia de la República.
V.      Los partidos signatarios se comprometen a realizar una campaña positiva de afirmación de sus candidatos y programas dentro del espíritu de la unidad, evitando planteamientos y discusiones que pueden precipitar la pugna interpartidista, la desviación personalista del debate y divisiones profundas que luego pudieran comprometer la formación del Gobierno de Unidad Nacional.
VI.     Después de publicado el resultado oficial de las elecciones, tendrá lugar en Caracas un gran acto popular encargado de ratificar los siguientes principios:
a.      Pública adhesión de todas las organizaciones y candidatos participantes al resultado de las elecciones, como expresión de la soberana voluntad popular.
b.      Ratificación por parte de las organizaciones signatarias de su sincero propósito de respaldar al Gobierno de Unidad Nacional, al cual prestarán leal y democrática colaboración.
Consideran las organizaciones signatarias que la adhesión de todas las fuerzas políticas a los principios y puntos fijados en esta declaración es una garantía eficaz para el ejercicio del derecho electoral democrático dentro de un clima de unidad. La cooperación de los organismos profesionales gremiales, cívicos y culturales, de la prensa y de personalidades independientes, con los fines así precisados, consolidarán la convivencia nacional y permitirán el desarrollo de una constitucionalidad estable que tenga en sus bases la sinceridad política, el equilibrio democrático, la honestidad administrativa y la norma institucional que son la esencia de la voluntad patriótica del pueblo venezolano. Como este acuerdo no fija principio o condición contrarios al derecho de las otras organizaciones existentes en el país, y su leal cumplimiento no limita ni condiciona el natural ejercicio por ellas de cuantas facultades pueden y quieren poner al servicio de las altas finalidades perseguidas, se invita a todos los organismos democráticos a respaldar, sin perjuicio de sus concepciones específicas, el esfuerzo comprometido en pro de la celebración del proceso electoral en un clima que demuestre la aptitud de Venezuela para la práctica ordenada y pacífica de la democracia.


Caracas, 31 de octubre de 1958

Por Unión Republicana Democrática, Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya, Manuel López Rivas. (Firmado)

Por el Partido Social Cristiano Copei, Rafael Caldera.
Pedro del Corral, Lorenzo Fernández. (Firmado)

Por Acción Democrática, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Gonzalo Barrios. (Firmado)


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domingo, 7 de julio de 2013

LUIS DANIEL ÁLVAREZ V. EL EJEMPLO DE RÍSQUEZ

Lucha por un país decente y democrático, que deje atrás las sombras de la ignominia

Son muchos los análisis sobre el 14 de febrero de 1936, fecha en la que los caraqueños, cansados de 36 años de oprobiosa sombra dictatorial, salieron a la calle a manifestar sus exigencias en torno a un país de futuro.

Uno de los hechos más significativos fue una marcha que organizó la Federación de Estudiantes de Venezuela. Si bien dicha manifestación hubiese sido de por sí relevante para comprender la incipiente apertura política por parte del gobierno del presidente López Contreras, uno de los elementos que la dotó de enorme trascendencia fue la participación del rector de la Universidad Central de Venezuela, Francisco Antonio Rísquez.

La acción culminó con una reunión en Miraflores en la cual el Presidente de la República, sin complejos de ningún tipo, escuchó las demandas de los manifestantes que se centraban en nombrar nuevas autoridades políticas, excluir a los personeros del gomecismo de la administración, fomentar el progreso de Venezuela, garantizar cualquier forma de asociación sindical y eliminar la censura de prensa y la persecución política.

Después que el Presidente escuchó al estudiante Jóvito Villalba exponer su visión, decidió preguntarle al rector su opinión, a lo que el sabio y eminente médico respondió, pasando sus manos por su blanca cabellera, que deploraba que sus canas le impidieran decir lo que Villalba había dicho, con esa fuerza y rigor propias de la juventud.

Más allá de que esta acción lograra que al cabo de unos días el gobierno retrocediera en algunos puntos y presentara una propuesta al país, la actitud de Rísquez inspira a las autoridades universitarias que encabezan la lucha actual, no solo por una mejor universidad, sino por un país decente y democrático, que deje atrás las sombras de la ignominia.

luisdalvarezva@hotmail.com

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martes, 16 de abril de 2013

CIPRIANO HEREDIA S., GOLPE DE ESTADO VÍA ELECTORAL

Los venezolanos estamos en medio de un episodio que sin duda marcará para siempre el futuro del país y que será recordado como un nuevo manotón institucional, tejido por un órgano electoral absolutamente parcializado que, con absoluto descaro, ha desconocido la voluntad popular. 

Lo sucedido en Venezuela anteanoche sólo es comparable en nuestra historia contemporánea con lo ocurrido en 1952, cuando el órgano electoral de la época proclamó vencedor al partido FEI, que apoyaba la lista de diputados a una Constituyente adeptos al general Marcos Pérez Jiménez, arrebatándole el triunfo al verdadero vencedor: el partido URD, liderado por el insigne abogado y tribuno Jóvito Villalba.

Hay que añadirle a esta comparación histórica, que la misma viene al caso no sólo por el golpe de mano que ejecuta el árbitro al torcer lo expresado por el pueblo en las urnas, sino porque la campaña se desarrolló en medio de un profundo desequilibrio, que también cuenta a la hora de configurar este fraude. En aquella época el ventajismo se realizaba mediante la férrea censura mediática, la abierta persecución policial a la disidencia que llegaba al punto de asesinatos de dirigentes en las calles, el control acérrimo del gobierno sobre las manifestaciones públicas y la actividad de los partidos, etc.  Mientras que en este autoritarismo del s.XXI, el ventajismo se ejecuta con un arrope comunicacional brutal, la intimidación abierta a los funcionarios públicos, el uso de Pdvsa como fondo de campaña, la utilización de todos los recursos e instituciones públicas en la promoción de la candidatura oficialista, y la violación impune de todas las normas electorales por parte del Gobierno, entre otras irregularidades. Al final, sea el método o época que sea, el ventajismo es un elemento poderoso que incide de manera determinante y hay que denunciarlo sin tapujos.

Ahora bien, hecho el anuncio oficial por parte CNE el domingo a media noche, la reacción de nuestro candidato y sin duda Presidente Electo de todos los venezolanos, Henrique Capriles, estuvo esta vez a la altura y puso las cosas en su sitio: No se reconoce a Nicolás como presidente electo, se deja claro que los resultados que maneja el Comando Simón Bolívar no se corresponden con los anunciados desde el Ministerio de Asuntos Electorales del Gobierno –perdón, el CNE–, se fija la posición vertical de que no hay pacto posible con la mentira ni la manipulación, se denuncia el registro de más de 3.200 incidencias en el proceso que están documentadas y serán debidamente presentadas, y se solicita que, de inmediato, se proceda a la revisión general y total de los votos. Eso es lo anunciado hasta la hora de escribir este artículo el lunes a primera hora, pero con seguridad habrá más anuncios e información en las próximas horas.

Por último, salgámonos de lo estrictamente electoral y hagamos un breve análisis político. Este gobierno, que de por sí es írrito porque su partida de nacimiento es una sentencia inconstitucional, trató de lavarse la cara el domingo mediante las elecciones, pero terminó ensuciándosela aún más con un fraude. La debilidad de quienes detentan el Poder –ahora de manera aún más ilegitima mediante un manotón– es brutal. De hecho, aun si los resultados anunciados fueran ciertos, se trata de un gobierno tremendamente frágil, pegado con chicle, sostenido por intereses y no por votos. La única verdad es que Capriles sacó casi un millón de votos más que en 2012 que vienen del chavismo light, y que Nicolás por el contrario trajo al oficialismo al despeñadero. Nicolás está tan pero tan maduro, que se cae.

Los próximos días serán cruciales. Vamos a mostrar las irregularidades al mundo y a realizar el reconteo. Todos atentos a los anuncios del candidato y del Comando. La Venezuela democrática no se rinde.

cipriano.heredia@gmail.com
@CiprianoHeredia

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lunes, 8 de octubre de 2012

JESUS ANTONIO PETIT DA COSTA, LECTURA, PARA UN DIA DE VOTACION,

Invito a la reflexión sobre dos elecciones, una del siglo XIX y otra del XX, que dejan enseñanzas a tener presente en una circunstancia crítica.
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En 1.897 era evidente el cansancio del país, harto del continuismo. Para capitalizar este sentimiento surgió la candidatura opositora de José Manuel Hernández, apodado “El Mocho” por haber perdido dos dedos de la mano derecha en un accidente. “El Mocho” Hernández hizo una campaña novedosa que introdujo el marketing electoral en Venezuela: visitas casa por casa, mítines, afiches, botones, envío de cartas personales. Como consecuencia de estas novedades, la campaña electoral presidencial de 1897 fue nacional y de participación masiva. ¿Significa que entonces había democracia? No, en absoluto. Significa sólo que en las tiranías venezolanas siempre ha habido elecciones. Han sido tiranías electivas.

Todo indicaba que “El Mocho” Hernández las ganaría: “su fama como tribuno y su popularidad como hombre honrado alcanzaron niveles nunca vistos antes en un proceso electoral” (NHV). Pero como el gobierno era el que organizaba las elecciones, el día de la votación ocupó todas las mesas con sus partidarios impidiendo que votasen los electores de oposición. Se consumó uno de los fraudes más escandalosos que registra la historia nacional. ¿Qué pasó entonces? Sucedió que Hernández denunció el fraude, deslegitimando el régimen que quedó herido de muerte, y luego se alzó en armas, pero demasiado tarde porque dejó pasar meses. Fue su error. A su vez la tiranía cometió otro mayor con el fraude. Cerró definitivamente la salida electoral abriéndole el camino a la rebelión popular que trajo a los andinos al poder.  Así terminó para siempre el liberalismo amarillo.

JOVITO VILLALBA
En 1952 había una dictadura militar que convocó a elecciones para una Constituyente. La oposición estaba dividida. Los partidos ilegales, AD y PCV, eran partidarios de la abstención. Los partidos legales, URD y COPEI, decidieron participar. Entre las razones para esta decisión estaba en que se les había reconocido representantes en el Consejo Supremo Electoral,  el cual incluía además independientes honorables. Así, pues, la oposición legal decidió participar. A pesar del ventajismo de la dictadura, sus candidatos lograron conmover al pueblo y ponerlo en pie de lucha por el restablecimiento de la democracia. Tres días antes de la elección, el 27 de noviembre, URD efectuó el mitin de cierre de campaña en el Nuevo Circo de Caracas, con una asistencia que rebasó las expectativas de los convocantes, considerándose la más grande concentración popular que se había visto en Venezuela. Llegado el día de la votación se hizo evidente la concurrencia masiva, lo que indicaba que adecos y comunistas habían desobedecido el llamado a la abstención. Este hecho fue interpretada por la tiranía como adhesión a ella. La sorprendió el primer boletín que le daba una victoria aplastante a URD. Como los miembros del CSE se negaron a cambiar el resultado, para favorecer al gobierno, fueron obligados a renunciar. Sustituidos 10 de los 15 por fieles a la dictadura el fraude se consumó, desconociéndose la voluntad popular.

Todo el país sabía que URD había ganado y que se había consumado en su contra un fraude mayúsculo. En estas circunstancias le tocaba a Jóvito Villalba escoger el camino a seguir. Decidió, no alzarse como “El Mocho” Hernández ni llamar a la rebelión, sino aceptar de buena fe la invitación al diálogo que le hizo la tiranía, pensando que dándole garantías a sus jerarcas entregarían el poder. Cayó en la trampa. Lo esperaron en el sitio indicado, lo aprehendieron junto con sus acompañantes, lo montaron en un avión y lo expulsaron del país. 

Creer en la sinceridad del tirano fue la perdición de Jóvito, que le costó el cargo para el cual estaba predestinado. Nunca sería presidente de la República. Al contrario, lo harían víctima de una calumnia, inventada sin duda por sus enemigos, que lo marcó injustamente a él, un político idealista y romántico, desprendido de lo material, el mejor tribuno de la democracia y uno de los más cultos.

Al rendirle tributo a esos dos gigantes de la política venezolana, José Manuel Hernández del siglo XIX y Jóvito Villalba del siglo XX, que no llegaron a la presidencia para la cual estaban predestinados, meditemos sobre donde estuvo su error después de haber obtenido la victoria electoral contra la tiranía, la que como siempre recurrió al fraude.  

@petitdacosta

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