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domingo, 8 de junio de 2014

JOSÉ GUERRA, FUNERAL POR EL BCV

Nelson Merentes se propuso destruir al BCV y lo está logrando. El BCV es una institución severamente afectada tanto moral como financieramente. Cada quien puede hacer con su vida privada lo que mejor estime, lo que no debe hacer es llevar su estilo de vida a una institución tan respetable como el Banco Central de Venezuela.

LA MANO EXTENDIDA DE PDVSA
Pero si esto es grave, también lo es el hecho de convertir al BCV es una caja chica que financia todos los déficit de las empresas públicas, especialmente Pdvsa, a la cual el BCV le ha prestado hasta abril de 2014 más de US$ 70 mil millones para que siga gastando sin tasa ni medida. Esto es inaudito. Que un banco central tenga que emitir dinero para prestarle a una compañía petrolera que se supone debe ser superavitaria.

Un presidente serio de un banco central se hubiese parado firme, y le hubiera dicho a Pdvsa que arregle sus finanzas y que no debe recurrir al ente emisor para enjugar sus deficiencias de caja. Es ese financiamiento irresponsable del BCV a Pdvsa, mediante la fabricación de dinero de la nada, lo que ha provocado la elevada inflación y la fuerte devaluación del bolívar.

Pero no para allí la gestión de Merentes. También está ocultando información. Al día de hoy, 26 de mayo de 2014, no ha dado a conocer las cifras de inflación y escasez correspondiente al mes de abril, violando así la normativa legal del BCV que establece que durante los primeros diez días del mes siguiente al finalizado se deben hacer del conocimiento público los datos de inflación. Sucede que Merentes, en coalición con Elías Eljuri, jefe del INE, se han confabulado para ocultar la información estadística que es fundamental para el análisis de la economía. Escondiendo la información no hace que la inflación baje y que la escasez disminuya. Con esto Merentes le hace un daño enorme al BCV, que hoy vive una hora aciaga al erosionarse su fibra moral y sus fundamentos financieros. A ello se agrega la censura y la desaparición de la discusión técnica, abierta y libre.

Una de las orientaciones de política fundamentales para cualquier plan de rescate de Venezuela es la recuperación de la moral en la gestión del BCV, comenzando por el ejemplo que dé su presidente. También debe ser prioridad valorizar los aspectos técnicos y restablecer su orientación como institución al servicio de la estabilidad del bolívar.

José A Guerra
joaguerrab@gmail.com
@JoseAGuerra

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sábado, 26 de octubre de 2013

JOSE GUERRA, LA VERDADERA SITUACION DE LAS RESERVAS DEL BANCO CENTRAL DE VENEZUELA

Con el anuncio de los resultados de la asignación de divisas el viernes 18 de octubre, el ministro de Energía y Petróleo, presidente de PDVSA y ahora designado Vicepresidente para el Área Económica, Rafael Ramírez, expuso que durante el año 2014 no se devaluaría el bolívar y que el país tenía suficientes reservas. Dijo textualmente Ramírez: “Quienes están esperando una nueva devaluación se van a quedar con las ganas”. Igualmente fue algo más temerario Ramírez al concluir que “Aquí no hay problemas de divisas”. Posteriormente, el presidente Maduro para no quedarse atrás, afirmó algo que luce insólito para alguien medianamente informado de la situación financiera de Venezuela. Dijo Maduro: “A Venezuela le sobran las divisas que necesita la economía y la sociedad. Por Cadivi se han entregado 33 mil millones de dólares y llegaremos a 40 mil millones el 31 de diciembre”.


Un examen somero del estado de los activos en divisas en manos del BCV, según la información del mismo ente emisor da cuenta de una situación muy distinta a la que vocean Maduro y Ramírez. La realidad es la siguiente: las reservas totales del BCV cerraron el 31 de diciembre de 2012 en US$ 29.887 millones y al 17 de octubre de 2013, nueve meses y diez y siete días después, esas mismas reservas alcanzan a US$ 21.382 millones. Es decir, las reservas del BCV, que son la base de la emisión del dinero y el fundamento de los pagos externos de la República, disminuyeron US$ 8.505 millones, equivalente al 28,0%, tal como se muestra en el gráfico. Se trata de una caída de casi US$ 900 millones mensuales. Si esto no constituye un problema bien serio para un país, que presencia cómo se esfuman velozmente sus divisas, estamos entonces en Venezuela en manos de unos irresponsables en el manejo de los asuntos financieros y económicos.

Un grupo de analistas, sin que les falte razón han argumentado que Venezuela tiene un conjunto de activos en moneda extranjera que no están contabilizados en el BCV, tales como las divisas que poseen Fonden y el Fondo Chino, cuyo monto exacto se desconoce debido a la política que ha seguido el gobierno de esconder información importante para que no se conozca la verdadera situación del país. Algunos se han aventurado a decir que en esos dos entes, Fonden y el Fondo Chino, hay disponibles aproximadamente US$ 15.000 millones. Esa cifra luce razonable. Sin embargo, el buen contabilista toma en cuenta para sus juicios, los activos pero también los pasivos. Venezuela, con el gobierno anterior y durante los seis meses de madurismo, se ha transformado en un país que no paga a tiempo sus compromisos externos y por eso buena parte de los proveedores extranjeros le vende con sobre precio. Así, por ejemplo, a los exportadores colombianos se les adeuda más US$ 300 millones, a las empresas automotrices se le adeuda más de US$ 1.500 millones, con la industria farmacéutica las cuentas por pagar están por alrededor de US$ 400 millones y con los proveedores de equipos médicos casi US$ 300 millones. Y si lo anterior no fuese suficiente, entre octubre y diciembre de 2013, el Gobierno Central y Pdvsa deben pagar por concepto de capital e intereses de su deuda externa US$ 2.700 millones.

Como puede apreciarse, no es cómoda la situación de Venezuela desde el punto de vista de sus activos y pasivos en divisas, la cual se va a agravar porque el gobierno decidió que la situación de aguda escasez que sufre la economía es mejor encararla con importaciones antes que incentivando la producción nacional. Ello sugiere que el drenaje de reservas internacionales va a continuar y de esa manera se encarecerán los costos de las importaciones públicas para el fisco nacional una vez que se materialice la inevitable devaluación después de las elecciones municipales del 8 de diciembre.

Con un banco central con sus reservas menguadas, con una cuentas por pagar que cada día crecen y con una política monetaria y fiscal incompatible con un esquema cambiario, consistente en un amasijo de tasas de cambios, dos de ellas fijas y otra flotante, es claro que la devaluación es un hecho cierto durante 2014. Pero no será una devaluación cualquiera, sino una mayor que la del 46,0% aplicada el 8 de febrero de 2013.

joaguerrab@gmail.com
@JoseAGuerra

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viernes, 6 de septiembre de 2013

LUIS VICENTE LEÓN: “ES EL DÓLAR, ESTÚPIDO…”

Ha sido interesante oír las declaraciones recientes de Nelson Merentes, Ministro de Finanzas, pues de ellas se desprenden, sin necesidad de mucho pensamiento abstracto, que el gobierno está buscando (sin encontrarlos) mecanismos desesperados para desanudar el enredo que la revolución misma ha creado con el absurdo control de cambio —con topping de Ley de Ilícitos Cambiarios—  que tiene a la economía literalmente boqueando.

Pero lo interesante realmente no es que el ministro diga eso. Lo había hecho antes, de una y otra manera. Incluso desde que estaba en BCV, una de las razones por las cuales se creía que había sido nombrado en Finanzas: para representar a los pragmáticos en el nuevo gobierno y buscar soluciones más modernas que las que hemos visto en concreto. Lo clave es que lo diga así, como si lo dijera usted o yo. Es decir: como cualquier otro que observa pero no tiene la capacidad de influir en las decisiones de Estado. Como si él no tuviera vela en ese entierro.
Merentes le ha dicho a cuanta misión extranjera que pasa por Caracas —que, por cierto, empiezan a reducirse dramáticamente al ritmo de la caída en el precio de los bonos venezolanos— que pronto habrá cambios inminentes en el modelo de control.
De lo que dicen entender los visitantes, uno interpreta que Merentes piensa que es imposible avanzar en la estabilización de la Economía sin permitir que las empresas tengan acceso a las divisas y sin que el mercado negro sea despenalizado. Que su propuesta concreta es regresar a un mercado múltiple legal, en el cual una parte de las importaciones reciba divisas baratas y las otras (no susceptibles a recibir  dólares regalados por CADIVI y SITME) se realicen a través de algún mecanismo equivalente a la permuta del pasado, pero algo más regulado por el Estado.
Merentes parece partir de la premisa de que, tal como está el marco jurídico vigente, las acciones económicas del Estado están amarradas por una camisa de fuerza que los condena a mantener la locura que heredaron del gobierno anterior. Y me refiero al gobierno de Chávez y Giordani, no al de la Cuarta República, que ya parece tan lejano como el Imperio Romano (y resulta ridículo seguir echándole la culpa de todo).
Así que uno se pregunta: si el Ministro está tan clarito y, además, tiene razón, ¿por qué es que todavía seguimos en este merequetén? Probablemente la respuesta esté en el plano político y no en el de la racionalidad económica. Es evidente que, con la excepción de Giordani (quien tiene una teoría económica propia y creativa, distinta a la planteada en cualquier modelo moderno y exitoso que se ejecute en cualquier parte del mundo de hoy), todos los economistas, buenos, regulares y malos, por fin coinciden en que el cuento del control de cambios estricto y la subsidiadera a toda la economía es inaguantable. Y también están de acuerdo en que mantener el mercado paralelo prohibido e ilegal, lejos de evitar la crisis, le echa candela. Y en que la razón real de que el dólar negro sextuplique al oficial es la mezcla explosiva de ausencia de oferta con costos añadidos por la ilegalidad de sus operaciones, cuando la mismas son indispensables para que el país siga operando.
No hay ninguna otra forma de salir del ojo del huracán que no sea pagando el costo de los errores cometidos. Es decir: si quieren resolver el problema, tendrán que reconocer que la embarraron y asumir el costo de la devaluación y la inflación inicial (con todas sus implicaciones políticas), como el único medio para rescatar equilibrios a mediano plazo y poder maniobrar exitosamente en el futuro.
En una campaña electoral que se les ha convertido en plebiscito, los grados de libertad para tomar decisiones inteligentes pero costosas se restringen. Sin embargo, es preocupante saber que, desde el principio del gobierno de Nicolás Maduro, Merentes reconocía las causas de la crisis y aún no haya pasado nada para resolverla. No hay país que aguante la decisión de mantener el regalo de dólares a Bs. 6,30 (o Bs. 10, en el SICAD). La demanda es infinita y el precio es absurdo.
La historia ha demostrado sistemáticamente que una vez que permites que el precio del dólar innombrable toque un pico, incluso cuando hagas lo correcto, siempre regresará a ese punto alto. Porque lo que refleja el costo del dólar negro es la ausencia de oferta y la ilegalidad de operar con él. Si no se resuelves ambas cosas, es imposible bajar su precio.
Ha sido el propio Merentes quien se ha mostrado más claro en cuanto a la necesidad de apertura en el mercado cambiario, pero no ha avanzado en ese sentido. Tiene toda la razón cuando señala que el mercado negro está desatado debido a las restricciones legales, pero eso era algo completamente previsible desde el principio de las medidas de control cambiario. Ninguna de las distorsiones cambiarias de hoy puede sorprenderlos, porque es algo que sucede al establecer los controles y restricciones.
Desde cuando el precio del dólar innombrable cuadruplicaba el oficial, todas las voces alertaron sobre el impacto demoledor en la economía. Hoy, cuando lo sextuplica, las consecuencias son muchas y las acciones obvias. El Gobierno podría quemar algunas reservas para subsidiar parte del mercado, pero ni siquiera las reservas enteras le alcanzarían para subsidiar toda la economía nacional. No existe ninguna forma de rescatar equilibrios perdidos sino pagando el costo del error cometido (y sostenido durante tanto tiempo) y despenalizar el mercado negro.
El mercado negro es apenas una pequeña parte del mercado total, pero afecta toda la economía y determina su desenvolvimiento. Mientras más se tarden en abrirlo para restablecer el equilibrio, más alto será el costo a pagar en devaluación requerida. El problema cambiario que se vive en Venezuela no es un asunto de ingresos petroleros, sino de criterio económico. El control es devastador.
Es inviable que el gobierno persista intentando subsidiar con dólares baratos a toda la economía, pero no hay ingreso que aguante una hemorragia permanente de dólares regalados. La despenalización del mercado negro abrirá una nueva ventana para atender el problema de desabastecimiento y permitirá que la economía vaya recuperando poco a poco su capacidad de reacción, controlando la demanda excesiva de dólares con lo único que se puede controlar: el bloqueador del precio.
El Gobierno ha demorado mucho en tomar decisiones indispensables y, con la tasa de cambio negra actual, la brecha es tan estrambótica que los costos de salida serán estelares. Pero el costo de no hacerlo será infinitamente mayor, pues significa el colapso cantado de la oferta de bienes y servicios, además de la inflación galopante e imparable de la economía nacional.
El ministro Merentes tiene razón: hay que entregar divisas a los empresarios y liberar el mercado cambiario y, aunque sin duda tendrá costos políticos de corto plazo, la situación se vuelve desespero y cada semana que pasan haciéndose los pendejos se pagará con creces.
El Ministro parece haber hecho una modificación a la celebre frase del escritorio presidencial norteamericano que decía “la economía, estúpido”, adaptándola al caso venezolano: un potente: “El dólar, estúpido”.
luisvicenteleon@gmail.com

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jueves, 22 de agosto de 2013

RAFAEL BELLO, HAMBRE SÍ HAY

Cunde la desesperación cuando la vida está sometida al accionar de la delincuencia desbordada
Largas colas y penosos trances en un país petrolero. Vacías las arcas del BCV, mientras el enriquecimiento ilícito se enseñorea. La política totalitaria en su práctica común del despilfarro y el silencio. La fatuidad y la procacidad. La ineficiencia y condenable miseria humana de la entrega de la riqueza nacional, es el retrato hablado de la situación de quiebra económica del país. 

Ya todo está consumado y millones de venezolanos desprovistos de lo esencial para la subsistencia. Es la realidad que se vive a diario en un campo minado de impaciencia ante las exigencias apremiantes de millones de seres humanos.

Los pueblos toman en sus manos los cambios necesarios que hagan posible una acertada conducción para satisfacer las necesidades colectivas perentorias. Por eso es conducente el accionar de voluntades con una visión desprovista de intereses aldeanos y parciales, que sean capaces mirar más allá de los cálculos electorales cuando la dimensión de la crisis nacional convoca a una política heroica para la salvación nacional.

Es necesario tomarle el punto al país por cuanto estamos sumergidos en una crisis de profundas implicaciones tanto en el ámbito político, como económico y social. Esa visión clara, meridiana y objetiva de lo que vivimos los venezolanos, nos llevará a vencer los serios peligros de una convulsión de impredecibles consecuencias. Es por tanto hora de unir a Venezuela en el compromiso insoslayable de su propia estabilidad como nación libre y soberana.

Después de 13 años de retroceso, en Venezuela el resultado es hambre y violencia. Cunde la desesperación en un país donde la vida está sometida al accionar de la delincuencia desbordada. A todo evento la oposición venezolana tiene que asumir la firme responsabilidad de defender con valentía la victoria del 14 de abril, decisiva e histórica.

bello.rafael@yahoo.es



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martes, 9 de julio de 2013

NARCISO GUARAMATO PARRA, DOMINGO FELIPE MAZA ZAVALA

La Universidad Central de Venezuela, el Banco Central de Venezuela y el periodismo. Ahí está compartida mi vida, en esas tres grandes vertientes.(Domingo F. Maza Zavala)
Hasta hace poco (Venezuela es un país joven) en los pueblos del interior del Territorio Nacional, aparte del Jefe Civil, las personas con más influencia eran el “Bachiller”, el intelectual, el estudiado y el “Maestro” o “profesor”, el título más noble que se le podía asignar a la persona encargada de iluminar las mentes de los jóvenes. Pero hasta el presente, solamente a dos personas, hemos escuchado que les llamen: ”Maestro de Maestros”. Luis Beltrán Prieto Figueroa  es uno y, Domingo Felipe Maza Zavala, el otro.
Humanista, de tal forma caracteriza el Dr. José Moreno Colmenares a su gran amigo y colega, el Dr. Domingo F. Maza Zavala. En el prólogo de: “Venezuela: Economía, Tiempo y Nación”.  El y “…su obra forman parte del patrimonio intelectual y científico  de Venezuela y América Meridional […] Si hubiese necesidad de caracterizar a Maza Zavala con un calificativo  no vacilaríamos en endilgarle el de humanista, dado que su vida ha sido absorbida por la militancia social en los campos de la ciencia, el magisterio, el periodismo, el servicio ciudadano, la academia, la investigación científica y la creación artística…”
El Dr. Domingo Felipe Maza Zavala, nació en Barcelona, Estado Anzoátegui, el 04 de noviembre de 1922. Sus padres fueron: la maestra de escuela Luisa Zavala y el periodista Domingo Maza. Se graduó como economista en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en el año 1949 en la promoción “Santos Michelena” (previamente realizó una breve paso por la escuela de medicina, carrera de la cual se sentía atraído pero que tuvo que abandonar)  Obtuvo el título de doctor, en esta misma universidad en (1962). Ha sido profesor de Economía en la UCV y funcionario del Banco Central de Venezuela, llegando a ser uno de sus cinco Directores:” Entré al banco  en el Departamento de investigaciones Económicas, que entonces dirigía el Dr. Ernesto Peltzer un alemán que también fue mi profesor en la facultad de economía de la UCV. Al año siguiente, e julio de 1949, me gradué en la promoción llamada Santos Michelena y el banco me tomó como profesional a tiempo competo. Al mismo tiempo entré como profesor en la Universidad Central de Venezuela, gracias a la recomendación del profesor Eduardo Larrea Estacy, a quien sustituí en la cátedra de Dinámica Económica.”  En el año 1948 contrae nupcias con Alicia Franky corresponsal de la Revista Elite en México. Fruto de esta unión nace al año siguiente Domingo Felipe Maza Franky, quien siguió los pasos de su padre al elegir la carrera de economista y luego ser funcionario del BCV.
El periodista
El Dr. Maza, fue un escritor de pluma prolífica, Tras la publicación de su primer libro, “Paradojas venezolanas” (Mersifrica, 1959), aparecieron libros de texto como el “Tratado Moderno de Economía” (tres ediciones, la última de Panapo) y “Análisis Macroeconómico” obra conformada por tres tomos (8 ediciones). La tinta de su pluma dejó miles de palabras en cientos de artículos, en el Nacional, en la Revista Elite, el Diario últimas noticias y en los últimos años en la Revista Zeta.    El Dr. Armando León Rojas, en su libro “La aventura de pensar” , registra hasta el año 1998. 3.179 artículos de prensa; 30 libros; 19 libros en colaboración: 59 folletos; 35 prólogos y 97 artículos en revistas y folletos.
Su carrera periodística la inició muy joven, a los 16 años como articulista en el diario La Información y el semanario y órgano estudiantil,  Vamos…  Posteriormente a los 20 años, desempeñó la corresponsalía del diario “El Nacional” en los estados Aragua y Carabobo.   “…conoció el oficio del periodista desde los días de su infancia, ha sido reportero de sucesos, entrevistador de políticos o científico o artistas, cronista de originales enfoques, jefe de redacción y director de publicaciones de prestigio nacional; fue también uno de los primeros comentaristas económicos.”  La vocación periodística le viene de su familia, su abuelo paterno Cosme Damián Maza fue el Director de un periódico capitalino, su padre, Domingo Maza fue un periodista fundador de periódicos, varios de ellos en Barcelona.
“Cuando yo ingresé al Banco Central de Venezuela acababa de salir de la revista Élite, de la cual fui director.  Era una revista semanal muy importante, pero vinieron cambios en su organización y yo salí […] Inmediatamente entré al Nacional, como redactor económico […] la página de El Nacional se llamaba «Pulso de la  economía y fue muy exitosa…” ”En mi labor periodística –a través de 65años- ha prevalecido el interés de la mejor interpretación de los hechos y su presentación al entendimiento del público para que sea útil. Esta es función del comunicador social. Cuando escribo para los profesionales de la ciencia económica lo hago con el rigor necesario; pero siempre con claridad y evitando oscuridades y sofisticaciones que nada agregan a la verdad científica...“
El Dr. Maza solo interrumpió su labor periodística durante la dictadura perezjimenista “Me mantuvieron en silencio durante tres años. Porque el Ministro del Interior, Laureano Vallenilla Lanz fungía de amigo mío, yo conversaba mucho con él, cuando fue presidente del Banco Industrial y entonces siendo Ministro de Relaciones Interiores se planteó ¿Qué hacemos, lo metemos preso o le damos una paliza? No, ese mozo es amigo mío (yo era mozo de aquella época), vamos a hacer lo siguiente: él es un intelectual, yo también soy intelectual y yo sé que el peor castigo para un intelectual es el silencio. Vamos a prohibirle no solamente toda labor periodística, sino toda mención a su nombre en los medios de comunicación, y así fue. Estuve silenciado durante mucho tiempo,,,” 
Su última contribución fue, conjuntamente  con los académicos, Luis Zambrano Sequín y Pedro Palma, la elaboración del documento: La Inflación y su impacto en la calidad De vida de los Venezolanos, propuesta de la Academia Nacional de Ciencias Económicas a la Nación.   
El educador
Su relación con la Universidad Central comienza en 1941 cuando llega a Caracas para estudiar medicina y posteriormente de economía. “… a mediados de1941 […] Regrese a Caracas con el propósito de iniciar estudios universitarios; mi vocación original era la medicina y obtuve por prueba de selección el ingreso a la Escuela de Medicina de la Universidad  Central de Venezuela, donde sólo pude cursar un año, por razones económicas, ya que tenía que trabajar para mantenerme y ayudar a mi familia, lo que hice como maestro suplente en varias  escuelas de Caracas. Tuve que interrumpir mis estudios de medicina y regresé a Maracay en 1942, y allí estuve hasta 1945, cuando el movimiento de Octubre que derrocó a Isaías Medina, al que me opuse como dirigente político regional en Aragua, me obligó a salir perentoriamente del estado y vine a Caracas. Estoy Agradecido por esa circunstancia, pues me permitió regularizar mis estudios de economía en la UCV hasta graduarme en 1949, como integrante de la promoción Santos Michelena” .
Su vocación docente se inició a los 18 años de edad, como maestro de primaria en la Escuela Bruzual de Puerto Píritu, de la cual llego a ser sub-director, También fue maestro de primara en Caracas en las Escuelas Repúblicas de Paraguay, Bolivia y Brasil y en el Colegio San Pablo.  Como se señaló anteriormente, su entrada a la Universidad Central de Venezuela, la realizó por invitación del profesor Larrea Estacy, titular de la cátedra de Dinámica Económica. Se desempeñó como profesor de la Facultad de Economía y Ciencias Sociales (FACES) de la UCV, durante 27 años, hasta que en el año1976 como profesor titular “También fui profesor en otras escuelas de la Facultad: la de Estudios Internacionales y de Administración y Contaduría, creadas en diferentes épocas con otras que hoy constituyen el área de Ciencias Económicas  y Sociales de la UCV; la de Estadística y Actuariado, la de Sociología y Antropología, la de Trabajo Social, todas ellas inscritas en la disciplina genérica de las Ciencias Sociales  […] En 1964 fui designado Director  del Instituto de Investigación Económica de la Faces, cargo que desempeñé durante varios años, hasta que en 1972 fui electo Decano de la Facultad…”  Sin embargo, su actividad docente no se limita a la UCV, en el año se incorpora a la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en 1984 es nombrado Director de los cursos de Post-Grado de Economía y Administración de la Universidad Santa María (USM) . Su labor educativa ha sido ampliamente reconocida: (1992) Premio al Educador Venezolano (Educación Superior) concedido por la fundación Humboldt; (1974) Doctor Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, Colombia; (1983) Doctor Honoris Causa de La Universidad del Zulia, (LUZ), Maracaibo; (1990) Doctor Honoris Causa de la Universidad de los Andes (ULA), Mérida; (1992) Doctor Honoris Causa de la Universidad Centro Occidental Lisandro  Alvarado (UCLA).  
El 30 de enero de 1984 aparece en la Gaceta Oficial, su nombramiento como individuo de Número de la recién creada Academia Nacional de Ciencis Económicas (ANCE). En 1986, fue su presidente.
El bancentralista
El desempeño del Dr. Maza Zavala como funcionario del Banco Central de Venezuela (BCV), se puede dividir en tres fases o períodos: 1949-1952; 1956-1961 y 1992-2007.
En la primera etapa, como se ha señalado, ingresó al BCV siendo todavía estudiante de economía, en el Departamento de Investigaciones Económicas, bajo la supervisión del Dr. Ernesto Peltzert, economista de origen alemán, quien fue un factor importante en la creación del instituto emisor . Motivado a una enfermedad pulmonar, en 1952, el Dr. Maza renuncia al cargo .
Regresó al Banco en 1961, llegando a ser designado adjunto al Departamento de Investigaciones Económicas. Entre sus funciones estaban: redacción de algunos capítulos de la memoria del banco; la redacción de un boletín mensual; la resolución de consultas del Ejecutivo Nacional sobre solicitudes de crédito público y cualquier otra información o consulta requerida por el Directorio y/o la Presidencia del Instituto. En 1961 toma la decisión de dedicarse a tiempo completo a sus labores como docente, por lo cual renuncia, nuevamente, al instituto.
En 1992, es llamado para formar parte del Consejo Asesor, para que posteriormente, en 1994, el presidente Rafael Caldera lo asignara para cumplir una de sus funciones más polémicas: Director del BCV. 
Durante su permanencia en el Directorio, sobre todo durante el mandato de Hugo Chávez F. como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, fue duramente acusado, inclusive por coleas y ex- alumnos, de complacencia ante las continuas solicitudes del gobierno y la pérdida de autonomía del BCV. Inclusive, los más radicales le pedían que renunciara, como forma de protesta. En conversaciones privadas, el nos manifestó que esta situación la había consultado con sus amigos más cercanos y él tomó la decisión de permanecer en su cargo, para él era vital luchar desde adentro. Su amigo, y nosotros diríamos, su hermano, el Dr. Tomás E, Carillo Batalla, nos señaló en reiteradas ocasiones que el Dr. Maza, continuamente salvaba su voto  o votaba en forma negativa en las decisiones del Directorio.  Sin embargo, dejemos que sea el propio Dr. Maza Zavala que nos explique la situación: “Pero es cierto, el Banco Central y  yo, que compartí la responsabilidad tanto tiempo, no ha sido suficientemente crítico  de las políticas del Gobierno, porque sin mengua del respeto institucional entre poderes y entre instituciones, ha podido advertir más al ejecutivo sobre el uso de los recursos petroleros y sobre el endeudamiento público. Yo no puedo salir adelante e la interpretación de las actitudes del directorio del Banco Central porque este es heterogéneo, siempre ha sido así y debe ser así. Pero en gran parte es un directorio que no es crítico al gobierno, es la verdad. Quizás la única voz crítica que se escuchaba allí sobre ciertos problemas importantes era lamía. Los otros en cierta manera, siempre han estado adaptándose o en concordancia y apoyo a lo que sustentaba el representante del Gobierno en el directorio, que es el Dr. Jorge Giordani, ministro de la Oficina Central de Coordinación y Planificación, Cordiplan. Incluso, cuando se ha debatido el tema de la autonomía del Banco Central, ningún director, excepto yo. De modo que esa es la tendencia dominante en el Directorio. Las voces independientes podrían ser la de los directores que no representan al Gobierno, porque los directores del Banco Central, de acuerdo con la Ley, no tienen responsabilidad ante el Ejecutivo ni ante ningún poder público, sino ante el país. Pero en los hechos, si, son neutrales o se orientan hacia la opinión pública, o hay opinión realmente crítica ante el Gobierno. Esa es la realidad, no podemos ocultarla.”
El 11 de noviembre de 2011, Día del Economista, el Núcleo de Economistas del Banco Central de Venezuela en nombre de sus colegas y compañeros del Banco Central de Venezuela, le brindaron un muy merecido homenaje, mediante la entrega de una placa. En la actualidad, el salón de reuniones del directorio, conocido como  “Salón Herradura”, por la forma de la mesa en donde se sientan los directores, le fue cambiado el nombre por “Salón Domingo. F. Maza Zavala.”
El luchador social
“La lucha social También ha sido una vertiente permanente en mi vida […] Desde muchacho he tenido esa preocupación y me he tratado de vincular a los procesos de vida social y  popular en las diferentes instancias [...] la economía es una ciencia política lo mismo que es una ciencia social” . Esta preocupación lo llevó, entre otras aspectos a: (1940) Ser designado delegado de la Federación de Estudiantes al 1er Congreso Nacional de Estudiantes; (1969) Presidente de la Federación de Economistas de Venezuela; (1974-1984) es electo diputado independiente en la plancha del movimiento al Socialismo (MAS); (1979) Presidente de la comisión de Economía de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional.
Comentario final
“Cuando estaba joven –ya estamos en el crepúsculo de la vida y más aún pronto cerrará la noche-, soñábamos con que al despuntar el siglo XXI este país habría alcanzado su plenitud, la posibilidad de llegar a ese óptimo, que es la imagen posible de la perfección y nos encontramos con un comienzo del siglo XXI preñado de preocupaciones, de incertidumbres, de conflictos, todavía comenzando el largo camino para llegar al objetivo que nos propusimos.
Los jóvenes, que ustedes son en su gran mayoría, los jóvenes, tienen entre sus manos también un compromiso, así como en los juegos olímpicos la tea pasa de mano en mano, así también en las generaciones hay que pasar de mano en mano no solamente el compromiso sino también la posibilidad de cumplirlo.
El éxito o el fracaso de una generación, lo he dicho siempre, se mide porque al madurar, al legar a esa etapa que se supone de serenidad y de experiencia, el país en que se ha vivido sea mejor que el país en que nacimos. Si cuando ustedes lleguen a la madurez sigue siendo este país adolorido, este país sumergido en la insuficiencia, este país desequilibrado y en gran parte enfermo, ustedes también habrían fracasado como generación y hago votos porque ello no ocurra, hago votos para que al mediar el siglo XXI este país tenga conquistado un puesto digno bajo el sol, en la paz del mundo, en la solidaridad de los pueblos, en la vida tranquila y sencilla pero segura y en el derecho inmanente de soñar, y no nos olvidemos de soñar.”
 El domingo 07 de noviembre de 2010, recién cumplidos los 88 años de edad, fallece de causas naturales, el Dr. Domingo Felipe Maza Zavala
Narciso Guaramato P. ‏
@guaramatoparra

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domingo, 30 de septiembre de 2012

ORIAN BRITO PEÑA, ¿DÓNDE ESTÁ EL ORO DEL BCV?

Esta semana con gran preocupación los medios de comunicación impresos revelaron una investigación realizada por el Fondo Monetario Internacional, que indica que el BCV, vendió 3,8 toneladas de oro monetario en agosto
Ni las reservas internacionales se salvaron de ser tocadas por el Gobierno nacional, las cuales llegaron al país por órdenes del presidente Hugo Chávez a principios de año, donde fueron repatriadas más de 220 toneladas desde el exterior a las bóvedas del Banco Central de Venezuela, se calcula que existen en total 360 toneladas de oro monetario.
Esta semana con gran preocupación los medios de comunicación impresos revelaron una investigación realizada por el Fondo Monetario Internacional, que indica que el BCV, vendió 3,8 toneladas de oro monetario en agosto. La decisión se tomó supuestamente para contrarrestar la escasez de divisas que enfrenta el BCV ante el incremento de las importaciones, las cuales ascendieron 20% en los últimos 12 meses, al pasar de 21,3 millardos de dólares en el primer semestre de 2011 a 27,1 millardos de dólares en igual período de 2012.
Una operación, que según especialistas, refleja la vulnerabilidad de las cuentas fiscales, pone en riesgo los ahorros de la nación y le resta respaldo al valor de los bolívares que cada ciudadano posee. Es decir, que si sumamos la inflación que va en detrimento del poder adquisitivo y la disminución en las reservas, el bolívar de fuerte solo tiene el nombre. La ausencia de instituciones autónomas provoca que este tipo de cisiones se tomen de espaldas al país, como si se tratase de una hacienda personal. El Fondo Monetario Internacional, califica la medida como en contra de la tendencia mundial, ya que países como Paraguay, por solo citar uno, han aumentado sus tenencias de oro en 7,5 toneladas a 8,2 toneladas hace 2 meses.
Frente a este contexto, no hay duda que la decisión de repatriar las reservas internacionales tenía el objetivo de tener acceso directo y disponer de ellas pasando por encima de cualquier tendencia o regla. Información extraoficial que circula en medios de comunicación, señalan que el Banco Central de Venezuela efectuó una venta adicional de 1,8 toneladas en los últimos 10 días, sin embargo, hasta el momento de la redacción de este artículo no hay respuesta oficial del organismo.
El BCV se ha dedicado a difundir un supuesto crecimiento económico, que no se comprende frente al crecimiento de las importaciones, alta tasa de inflación y ahora la escasez de divisas. Un reto importante tendrán que enfrentar quienes asuman en un futuro las riendas en el sector económico del país, porque frente al contexto actual lo que está demostrado es que el principal banco del país está asfixiado, en un año de acuerdo a un trabajo realizado por el diario El Universal, indica que la ayuda financiera del BCV a Pdvsa (otra empresa ahorcada), subió 105%, en agosto llegó a 114,08 millardos de bolívares, lamentable que las instituciones económicas estén dirigidas por personas que permiten la barbarie acabe con todo, quienes en su momento tendrán que asumir sus responsabilidades por acciones irresponsables, seguro el queso que había en la mesa ya se lo comieron.
@OrianTW
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lunes, 15 de agosto de 2011

CON LA VENTA DEL ORO EL BANCO CENTRAL PERDIÓ MAS DE 10.000 MILLONES DE DÓLARES POR LA REVALORIZACIÓN DE ESTE METAL RED POR LA DEFENSA AL TRABAJO, LA PROPIEDAD Y LA CONSTITUCIÓN.-

No hay duda que de las múltiples equivocaciones cometidas por el gobierno, la más costosa en perdidas al patrimonio de los venezolanos fue la venta realizada de unas 12 millones de onzas de oro hace varios meses atrás. Hoy el Banco Central tendría más de 10.000 millones de dólares adicionales de reserva, lamentablemente esta decisión la cual  tuvo opiniones de destacados economistas y de instituciones incluyendo la nuestra, en la cual se recomendaba al BCV no realizar esta operación no se escucho y algunos voceros oficiales las descalificaron.

Hoy cuando el oro vuelve a ser componente importante de las reservas de los bancos centrales, nuestro país ha visto disminuir su cantidad de una manera preocupante.

Tenemos entendido que de este oro su venta se le transfirió al FONDEM; seria necesario que alguien del gobierno nos explique en que se gastaron o invirtieron tan grandes recursos.

Hoy los Venezolanos sentimos cada una de estas graves equivocaciones gubernamentales en nuestra calidad de vida y en nuestro futuro, donde se han obtenidos los mayores ingresos petroleros en este gobierno los cuales superan todos los obtenidos en los 70 años anteriores por los demás gobierno que tuvimos, pero tenemos la mayor deuda publica de nuestra historia y creciendo cada vez mas; sin que se traduzca en bienestar para esta nación que tiene la mayor inflación del continente y unos índices sociales y económicos angustiantes para la familia Venezolana.

Vicente Brito
Presidente
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jueves, 14 de julio de 2011

CHARLES PHILBROOK: LA VERDADERA REVOLUCIÓN DE DERECHA

El coraje, aseguraba Aristóteles, es la principal cualidad humana, la que garantiza todos los otros atributos positivos de una persona.  En todo buen periodista esta virtud aristotélica se encuentra siempre presente.  No hay muchos así, desgraciadamente, tal vez porque el coraje es algo inherente a unos cuantos, solo unos pocos.  Esta semana, sin embargo, en su columna “Dinosaurios y revolucionarios”, Uri Ben Schmuel, director del leído diario limeño La Razón, una vez más, demostró de qué está hecho un buen periodista, ¿o acaso no se requiere de eso precisamente para postular lo siguiente?: Un revolucionario de derecha, que quiera sacudir y remecer el pensamiento convencional de Occidente, debería empezar por adoptar estas dos medidas: abolir los bancos centrales (que son “sustanciales a la ideología marxista” —en el quinto punto del Manifiesto Comunista de 1848 se recomienda la creación de un banco central que centralice el crédito y monopolice la emisión del dinero—) y volver al patrón oro.

Una y otra medida yo también defiendo desde hace un buen tiempo ya.  Y en esta batalla, a decir verdad, no estamos solos.  Cada día son más los conocedores de temas histórico-económicos que plantean regresar al patrón oro, porque saben bien que durante casi cien años de reinado de este bíblicamente codiciado metal (de 1815 a 1913 —recuerde este periodo: vuelve a aparecer líneas abajo—), el comercio, el flujo de capitales y la productividad globales aumentaron como no lo han vuelto a hacer desde entonces.  Que los economistas de hoy lo aborrezcan o lo miren con recelo se debe a que existe un pensamiento cuasiúnico en la profesión, desde la “revolución keynesiana”, y que éstos, sin mayor personalidad crítica, aceptan sin que medie cuestionamiento alguno.  Mister Keynes odiaba todo régimen monetario basado en el metal amarillo (“That barbarous relic!”) por dos razones: porque no era economista y, por lo tanto, ignoraba los principios fundamentales sobre los cuales se apoya el orden económico —su especialidad en Cambridge era la Matemática Estadística: no siguió un solo curso de Economía—, y también porque era… ¡socialista!  (Let there be light, sir!).  De ahí que teorizara que el capitalismo presentaba fallas que requerían de la intervención estatal para ser corregidas.  Bajo el patrón oro —y vaya que lo tenía muy claro—, los bancos centrales están de más, sobran, son i-rre-le-van-tes, y la capacidad de intervención estatal en la economía se reduce al mínimo-mínimo, si es que no desaparece del todo.  Así pues, con esa “reliquia barbárica” como ancla monetaria —razonaba Lord Keynes Baron of Tilton— ya no eran necesarios los bancos centrales, y sin éstos, la intervención del Estado se complicaba…  Había que hacer algo: de uno en uno, por tanto, los países le fueron retirando a sus monedas el respaldo del amarillento metal.  El resto, como dicen, es historia.

Ahora bien, ¿puede un país moderno, y que no se encuentre bajo un régimen monetario basado en este metal, prescindir de un banco central?  En otras palabras, ¿son imprescindibles para el funcionamiento de una economía estos monopolistas centrales del dinero?  Panamá es un ejemplo exitoso de que sí se puede prescindir de ellos.  En un polémico ensayo titulado “Panamá, economía sólida sin banco central” (ElCato.org, 14/mayo/2007), su autor, David Saied Torrijos, en aquel entonces director de Políticas Públicas del Ministerio de Economía y Finanzas de ese país, afirmaba, entre otras cosas, que “manejar una economía [moderna] sin un banco central no [era] un concepto utópico.  La República de Panamá nunca ha tenido un banco central.  Esto [les] ha permitido disfrutar de una de las macroeconomías más estables y sólidas del mundo.  Desde 1970, Panamá ha ocupado el primer o segundo lugar del mundo en el índice del Instituto Fraser en la categoría Fortaleza Monetaria”.

Reiteremos la pregunta: ¿son imprescindibles?, y de serlo, ¿han realizado un buen trabajo?  Veamos qué ha hecho el banco central de los Estados Unidos, la Reserva Federal —que por cierto sirve de punto referencial, de estrella del norte, para todos los otros bancos centrales del mundo—, desde su fundación en 1913 hasta hoy (98 años), en relación a dos variables que son su razón de ser: la inflación y el crecimiento económico, y luego comparemos ese periodo de tiempo con otro de igual duración antes de que ésta se creara.  Aquí va: de 1815 a 1913, la inflación acumulada fue de 0% (leyó bien: CERO), y el PBI real aumentó 46 veces, mientras que de 1913 al presente, la inflación acumulada ya es de 1600% (también leyó bien) y el PBI real sólo ha logrado crecer algo menos de la mitad, 22 veces.  Después de lo dicho, ¿sigue pensando que son imprescindibles? Si es así, ¿por qué?.



DINERO Y BANCOS CENTRALES

Hay una razón, la más importante, que no se mencionó en la primera parte de esta columna —guardada cual as bajo la manga para esta segunda parte — y que justifica (!) la existencia de los bancos centrales: la función de prestamistas de última instancia que éstos cumplen en el sector financiero.  Vuelva a leer esto último.  (Tómese su tiempo).  Ahora pregúntese: ¿por qué no extender entonces la figura del generoso prestamista a todos los demás sectores de la economía, acaso no hay otros que, en términos de uso de mano de obra y de recursos, son estratégicamente más importantes?  O mejor aún: ¿por qué las “corridas bancarias” son un rasgo inherente único al sector financiero, después de todo, cuándo fue la última vez, aquí o en Bora Bora, que hubo una corrida “industrial” o quizá… “avícola”?  ¿Podría ser el caso, ya sin tanto rodeo, de que el sistema esté mal diseñado, y de que ese mal diseño a su vez explique los pánicos recurrentes a los que nos tiene acostumbrados el sector en cuestión?

Primero que nada, sin dinero no hay bancos, y sin bancos no hay sistema.  Dicho esto, estamos unidos al dinero desde nuestros albores como especie, desde que el primer hombre se dio cuenta de que la especialización y el intercambio se traducían siempre en un mayor consumo. (De no haber sido ése el caso, el comercio ya hubiese desaparecido).  Todo intercambio, sin embargo, presuponía ahorro, y este ahorro era el medio de cambio: ¡el dinero!  Pero a medida que despuntaba el crecimiento económico, el trueque, lejos de ser una bendición, pasó a convertirse en un obstáculo al progreso: había que recordar un sinnúmero de precios —un ratio de cantidades—, por decir, tantas manzanas por tantas peras, una lanza con punta lítica por dos abrigos de piel de visón, etcétera, etcétera…  Mediante ensayo y error, probando con uno y  con otro bien, nuestros antepasados llegaron a descubrir el dinero-commodity; a saber, el bien que se adquiría, ya no para consumirlo ni para utilizarlo en la producción de otra cosa, sino para “intercambiarlo por otro bien”.  De tener un uso particular, éste llegó a tener un uso generalizado: nacía así el dinero-commodity.  Por características muy peculiares —por citar unas cuantas: oferta limitada, homogeneidad, estabilidad en el precio, durabilidad y dificultad en su falsificación—, el oro y la plata, pero principalmente el primero, llegaron rápidamente a convertirse en  el dinero por excelencia —y no por capricho metalúrgico.

Pues bien, con el paso del tiempo fueron surgiendo los bancos, instituciones financieras que, en un comienzo, cumplían únicamente dos funciones: por un lado, hacían de intermediarios en el ahorro —se prestaban del frugal Pablo a 5% y le prestaban al manirroto Pedro a 15%, llevándose a casa el diferencial—, y por otro, hacían de custodios del dinero, servicio por el cual cobraban un porcentaje sobre el valor del metal.  Notará el lector informado, que la primera función corresponde a lo que hoy es —en sentido económico— el depósito a plazo, y la segunda, a lo que podría ser algo así como un depósito a la vista.

Digo podría ser, porque, si bien es cierto que, en un inicio, el banquero estaba legalmente obligado a mantener el 100% del dinero bajo custodia, y a, obviamente, no hacer uso de él en beneficio propio, en algún momento de la historia se corrompe este principio tradicional del derecho que regula el contrato de depósito irregular —relacionado con bienes fungibles, es decir, bienes que pueden sustituirse por otros de la misma categoría: millones de soles, metros cúbicos de gas…—.  Esta corrupción de la naturaleza jurídica del contrato de depósito bancario de dinero, que se produce en el instante preciso en el que el banquero empieza a hacer uso de lo que tiene bajo custodia, “ha llevado a la creación de un sistema bancario basado en un coeficiente de reserva fraccionario que es intrínsecamente inestable”, plantea el catedrático español y candidato a Nobel en Economía Jesús Huerta de Soto, en su monumental tratado histórico-jurídico-económico “Dinero, crédito bancario y ciclos económicos”.  Y agrega: “Por ello la insistencia de la banca privada de contar con un banco central que haga de ‘prestamista de última instancia’” (Unión Editorial, Madrid, 2002, p. 2-8).

Recomendaba Einstein un cambio de hechos si éstos no encajaban con la teoría.  Desde mi perspectiva, la crisis financiera mundial encaja muy bien con lo que he dicho hasta hoy y con lo que queda aún por contar la próxima semana: cómo crean dinero los bancos centrales, y cómo un sistema bancario basado en deuda (y no en ahorro, como en un principio) es insostenible en el tiempo.  Lo cual plantea esta pregunta final: ¿Cuál debería ser el sistema monetario y bancario de una sociedad verdaderamente libre?

*Charles Philbrook es catedrático Distinguido del Centro de Altos Estudios Nacionales (CAEN)

Fuente: HACER

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viernes, 19 de noviembre de 2010

EL CONTROL DE CAMBIO MONETARIO COMO VIOLACIÓN DE UN DERECHO HUMANO. RONNY PADRÓN

"Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social".

El precepto anterior es el numeral 3 del artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Acta firmada en tal fecha por 48 países, entre ellos Venezuela.

Ahora bien, qué relación puede tener el precepto jurídico referido con los controles de cambio monetario, en especial con el nuevamente vigente en Venezuela desde el 5 de Febrero del 2003, publicado en Gaceta Oficial Nº 37.625, bajo la figura de decreto de Convenio Cambiario.

Decimos nuevamente vigente pues en los últimos 50 años ésta ha sido la constante en Venezuela, con la especial mención de que en la actualidad, como nunca, el signo monetario nacional ha deteriorado su valor real en tal manera que constituye una burla para los venezolanos su uso como medio de cambio de curso legal.

Dónde está el sentido de equidad y satisfacción justa referido en la prenombrada declaración universal, cuando el común de los ciudadanos venezolanos reciben en pago por su trabajo bolívares fuertes con un valor de compra irrisorio en tanto la realidad económica del país les obliga a comprar la mayoría de bienes y servicios a precios de moneda "fuerte" por ejemplo el dólar americano, ello a pesar del publicitado "control de cambio".

Por esa esclavitud económica a la que nos han sometido todos los gobiernos de Venezuela en especial desde el famoso "Viernes Negro", es que persiste la inclinación de tantos connacionales a hacer valer su derecho humano a "una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana…", a través de los medios que tiene a su alcance entre los que destaca la adquisición de dinero en signo monetario fuerte, verbigracia: dólares, euros, yenes.

La ley contra ilícitos cambiarios publicada en la Gaceta Oficial extraordinaria Nº 5.975, el 17 de mayo de 2010, que contempla penas de prisión de hasta 6 años para quienes incumplan sus disposiciones entre las que destaca en su artículo 9: "… quien en una o varias operaciones en un mismo año calendario, sin intervención del Banco Central de Venezuela, compre, venda, o de cualquier modo ofrezca, enajene, transfiera o reciba divisas…"; de poco ha servido para frenar el anhelo de los venezolanos por proteger el fruto de su trabajo de la voraz inflación y su contubernio con la acelerada devaluación que de hecho somete a nuestro signo monetario.

En el año 2007 "salió" del país -al tipo de cambio oficial- la histórica cifra de US$16.495 millones en el concepto denominado como "fuga de capitales". Bajo un control de cambio, la fuga de divisas -que puede registrar el Banco Central en la Balanza de Pagos- es aquella que se hace al tipo de cambio oficial. No existe un registro oficial de aquellas divisas que, obtenidas a través del mercado paralelo, también salen al exterior. No obstante, aun con las cifras oficiales, la fuga de capitales hacia el exterior -específicamente la del sector privado- ha llegado a niveles realmente alarmantes.

De allí que, apenas en el mes de octubre de este año, El Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendó a Venezuela desmontar el control de cambio ya que lo considera ineficaz para evitar la fuga de capitales, según indica en el informe "Perspectivas Económicas. Las Américas, caluroso en el Sur, más frío en el Norte", donde detalla las características actuales y los desafíos de las economías latinoamericanas.

Todo lo anterior, concatenado con las recientes experiencias de dolarización en las muy cercanas Repúblicas de Ecuador y Panamá, donde los principales beneficiados por la libertad en el cambio monetario han sido sus pobladores, va señalando el camino a seguir por Venezuela en esta materia una vez restauremos la Constitución.

Ha sido demasiado el tiempo que los venezolanos hemos soportado el yugo de un Estado que interviene de manera inmoral sobre un hecho que solo concierne a cada individuo, el "…derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana…".

Bien lo expresa el canon 2.242 del Catecismo de la Iglesia católica: "El ciudadano tiene obligación en conciencia de no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando estos preceptos son contrarios a las exigencias del orden moral, a los derechos fundamentales de las personas o a las enseñanzas del Evangelio. El rechazo de la obediencia a las autoridades civiles, cuando sus exigencias son contrarias a las de la recta conciencia, tiene su justificación en la distinción entre el servicio de Dios y el servicio de la comunidad política".


"Dad [...] al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" (Mt 22, 21).

ORA y LABORA.

RONNY PADRON
caballeropercival@hotmail.com
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