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jueves, 2 de abril de 2015

AGUSTIN BLANCO MUÑOZ, FORO PARTIDOS, ASESINATOS Y PRESOS POLÍTICOS EN VENEZUELA ACTUAL

¿Ya estamos en el camino de borrar de nuestras memorias los asesinatos de Kluiberth Roa y Rodolfo González?

El lunes, 23 de marzo del 2015 celebraremos el foro “Partidos, Asesinatos Y Presos Políticos En Venezuela Actual” en Sala E de la UCV a las 2 PM con la participación de José Vicente Haro, Jackeline Sandoval, José Luis Tamayo y Familiares de los Presos Políticos, como ponentes.
  
NECESARIO CONDENAR LA PRÁCTICA CRIMINAL
DE ESTA DICTADURA MILITAR-POLICIAL-CIVIL

El debate y la acción correspondiente es  un compromiso para todo aquel que asuma y mantenga una posición de enfrentamiento a esta dictadura militar-policial-civil que hoy ejerce su dominio sobre este expaís.

Y quien se ubique en esta perspectiva debe colocarse en la dirección que le permita condenar  la práctica criminal que se hizo evidente ayer y  que se reproduce o  mantiene hoy. Es el asesinato vigente aún como una de las prácticas utilizadas por el Estado represivo-delincuente para enfrentar, controlar o liquidar enemigos políticos que traspasan todos los límites de lo permitido.

Y en esta dirección es particularmente amplio el registro de la muerte política en esta Venezuela vista y tenida como independiente, republicana y soberana. Son  muchos los crímenes abiertos y escondidos. La lista va desde los supuestamente “ajusticiados por la causa patriota” hasta la muerte 8610, decretada por el régimen que formalmente preside Nicolás Maduro, a través del Ministro de la Defensa Vladimir Padrino López el 27/01/15.

En San Cristóbal, el 24/02/15 cae la primera víctima de esta medida para controlar con armas las manifestaciones de protesta. Es un   niño de 14 años, Kluiberth Roa, a quien se le dispara con balas a pesar de que ni siquiera formaba parte de los manifestantes. De inmediato las fuentes oficiales señalaron que “sobre el funcionario policial que le disparó al niño recaerá todo el peso de la ley”. El permanente discurso utilizado a la hora de los mismos asesinatos.

Muertes que, en estos tiempos 8610, se siguen registrando en nuestras cárceles, cada vez en un ambiente más  triste, doloroso y represivo, como lo evidencia el caso de Rodolfo González. Según las fuentes oficiales, se trata de otro suicidio. Pero en la realidad todo apunta hacia el caso del suicidado. Rodolfo González fue asesinado con la aplicación de mecanismos que no son nada nuevos en la maquinaria de terror de este Estado. Al menos esto lo mantendremos  hasta el momento en el cual las “autoridades competentes” demuestren lo contrario.

EL ASESINATO POLÍTICO HA ESTADO PRESENTE
A TRAVÉS DE TODA NUESTRA HISTORIA

Y esto nos lleva a recordar algunos casos del pasado asesino de este Estado ahora en “transición hacia el socialismo del siglo XXI”. En cuanto a las cárceles,  se ha colocado, por una parte, la “muerte común” y por la otra los “accidentes políticos”, sólo reconocidos como asesinatos cuando la fuerza del acto deja huellas imborrables como ocurre con Jorge Rodríguez, muerto en los calabozos de la Disip  en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, en julio de 1976, luego  de la aplicación de las más profundas torturas.

La primera versión  de la muerte expuesta por el ministro del interior Octavio Lepage fue impresionante: muerte repentina. La autopsia puso en claro que se trataba de un asesinato en el aparato de torturas del “gobierno democrático” de CAP.

DE LOS ASESINADOS POR GÓMEZ A LOS SUICIDADOS
POR LOS GOBIERNOS DE LA LLAMADA DEMOCRACIA

En tiempos de Juan Vicente Gómez se refirió la tortura y el asesinato político como mecanismos inscritos en la rutina policial. Y hubo casos que aún alarman. La muerte del poeta Alcides Losada se produce supuestamente a raíz de una enfermedad contagiosa ante la cual no se le prestó los auxilios necesarios. Hasta este punto la explicación tiene rasgos de admisible.

Pero cuando se señala que debido al tipo de mal que acabó con esta vida fue necesario desaparecer el cadáver de manera inmediata, surgen muchas interrogantes. Sus restos no fueron entregados a los familiares ni se les dio sepultura. Todo apunta a que fueron lanzados al mar. Su compañero de rutas poéticas, políticas y carcelarias Pío Tamayo dijo entonces que esta muerte le produjo el mayor desgarramiento que había recibido en su vida.

En la Cárcel Modelo muere el 27 de mayo de 1965 el dirigente del PCV Luís Emiro Arrieta y el 27 de marzo de 1967  en el Cuartel San Carlos el capitán Manuel Ponte Rodríguez. En estos casos hay un elemento común: no recibieron el auxilio necesario y oportuno.

Pero a la hora del fallecimiento de José Gregorio Rodríguez en mayo de 1962 en la Digepol, Los Chaguaramos, no se habla de enfermedad. Las fuentes oficiales en forma inmediata señalaron  que se había suicidado. Como un “suicidio involuntario” lo calificó Carlos Andrés Pérez. Todas las huellas dejaron claramente establecido que se trató de un suicidado. Otro asesinato carcelario.

DE FABRICIO OJEDA A RODOLFO GONZÁLEZ
EL MISMO ASESINATO

El 21 de junio de 1966 el gobierno de Raúl Leoni anuncia el suicido por ahorcamiento  del exdiputado de Unión Republicana Democrática y excomandante guerrillero de las FALN Fabricio Ojeda. A lo largo del período quedó establecido que el expresidente de la Junta Patriótica que actúa en el derrocamiento de Pérez Jiménez, fue suicidado. Como mínimo se creó el escenario de la presión-cerco psicológico  que pudo  llevarlo a una situación de desespero e irracionalidad que hiciera posible el  acto mortal. Un específico caso de suicidado-asesinado.

Y  al hablar de los suicidados en las cárceles es absolutamente inevitable recordar  el terrible proceso de Franklin Brito. Su protesta contentiva del reclamo de lo que consideró justo, fue cortada en forma represiva el 13/12/09 cuando en plena madrugada, una comisión policial se presenta a las afueras de la sede de la OEA, donde realizaba  huelga de hambre, y lo llevan a la fuerza al Hospital Militar.

Allí siguió FB su lucha. Ahora pedía su libertad en un hospital  convertido en cárcel para un hombre que se sabía no cedería en las exigencias de lo que consideraba justo. Pero para el régimen de Hugo Chávez era necesario apagar esta protestas porque el Estado revolucionario no podía ceder. Esta tragedia de Hospital por Cárcel terminó el 30/08/10 con la muerte de Brito.

Y la llamada revolución de Chávez se atrevió a secuestrar hasta la muerte a Franklin Brito porque tenía la convicción de que no se alzaría ningún movimiento político partidista a protestar  por la muerte ya decretada en su contra. Se sabía que la única solución para FB era devolverle lo que en justicia reclamaba pero el Estado de fuerza no podía sentar un precedente de este tipo.

Por ello decide el secuestro-asesinato. Y ni siquiera al producirse la muerte de este luchador hubo manifestaciones organizadas de protesta. Sólo se levantaron voces aisladas. Por ello sostuvimos y sostenemos que todos matamos a Franklin Brito. Y esto es algo duro y trágico: la comunidad político-partidista, los medios de comunicación formaron parte de la complicidad que asesina a FB. También este silencio militó al lado de las balas criminales.

Y en esta dirección, en tiempos  socialistas del siglo XXI, se sigue  suicidando. Ahora es el momento de Rodolfo González, un hombre de 64 años a quien se le acusa de ser uno de los grandes promotores de las llamadas guarimbas del 2014. Nada se le pudo probar pero si se le mantuvo todo tipo de presión psicológica, una de las cuales y la más comentada, era la amenaza de trasladarlo a una de las tantas cárceles de alta peligrosidad.

NO ES MENOR LA TRAGEDIA DE LOS PRESOS POLÍTICOS

Y al lado de este trágico panorama está el de los presos políticos. Una situación que ha llegado a exhibir el máximo desprecio de la condición y de los tantas veces nombrados derechos humanos. El régimen, esta revolución dictatorial-militar-policial-civil ha entendido permanentemente que necesita la confrontación, enemigos que hagan el papel de agentes de la maldad y que por esa vía destaquen a sus contrarios los grandes actores del mayor de los bienestares, los llamados revolucionarios.

ESTA DICTADURA REVOLUCIONARIA HA PROFUNDIZADO
LA REPRESION Y LA PERSECUCION

Esto hace posible que se exacerbe y profundice la vocación represiva, la persecución. Es la respuesta a la práctica de unas oposiciones que no alcanzan a entender el cuadro actual de una política gubernamental dirigida a profundizar una dictadura, a pesar de mantener en alto la capa de una democracia electoralista, plenamente conformada y controlada para garantizar,  junto con la tarifa populista pro electoral,  la estabilidad y el propio curso de esta revolución.

EL MISMO SECUESTRO POLÍTICO APLICADO POR LOS REGÍMENES DE FUERZA

El aparato represivo, visto a partir de la persecución y los presos debe ser mantenido en alto. Y a esto hay que agregar los más despreciables vejámenes que se ponen a andar. Numerosos los señalamientos que pueden hacerse al respecto. Es la violación del tantas veces nombrado debido proceso y el retardo judicial.

Un año después de la detención del dirigente Leopoldo López de Voluntad Popular no hay acusación concreta. Antonio Ledezma, apresado hace ya un mes, seguramente lo harán transitar igual camino. Es el mismo secuestro político que ha sido aplicado en todos los regímenes de fuerza. Y se hace evidente que hoy habrá necesidad de registrar que el descaro, el abuso y la tortura psicológica logran un considerable desarrollo.

Desde el propio inicio de la detención de López, Nicolás Maduro lo señaló como responsable de los peores crímenes. Él como jefe de todos los poderes, tiene la potestad en materia penal de señalar las responsabilidades que quiera. Por ello ha calificado al líder de VP como “El Monstruo de Ramo Verde” y al Alcalde Ledezma como “El Vampiro”. Dos peligrosas especies de criminales que deben, tienen que ser condenadas.

Esta es una actuación  que, al menos en su forma, no fue asumida por los dictadores Juan Vicente Gómez o Marcos Pérez Jiménez. Esto evidencia claramente el nivel en el cual se encuentra la llamada administración de justicia en este expaís. Y dice a la vez también de la inexistente presencia, como entidades reales, en política-acción, de los partidos políticos opositores.

DE PRESOS POLÍTICOS A POLÍTICOS PRESOS

La situación es cada vez más preocupante. Hay un creciente clima de inseguridad en cuyo contexto se inscribe la situación carcelaria cuyo rasgo fundamental es la muerte permanente, impuesta a los presos comunes. Junto a ellos  se coloca a los detenidos por presuntos delitos contra la seguridad del Estado.

Y es que lo que se  calificó como presos políticos a lo largo del período llamado ‘democrático’, la revolución bolivariana lo cambió por políticos presos. Con ello quieren decir que son otros actores de delitos comunes. Es una manera de tratar de desjerarquizar a quienes se han ocupado de luchar por el logro del poder político.

Y es de allí de donde emana que Leopoldo López sea simplemente “El Monstruo de Ramo Verde” y Antonio Ledezma “El Vampiro de Ramo Verde”. Y allí deberán permanecer hasta que el régimen militar-policial-civil lo juzgue conveniente.

AQUÍ LA ÉLITE DE FUERZA-PODER LO PONE
Y DISPONE TODO

Y a estas alturas, por desgracia, se aprecia un  dominio total de la situación por parte del oficialismo. El  Estado de Derecho aquí es una referencia que corresponde a otros tiempos. Y la ausencia de instituciones es cada vez más sensible. La élite de fuerza-poder lo pone y dispone todo.

Y las oposiciones refieren en el paso de los días menos significación en el cuadro político, económico, social, militar e institucional. ¿Cuál será entonces el recorrido presente y futuro de esa institución que se llama asesinato político? ¿Quedará impune el crimen de un niño, Kluiberth Roa, víctima del Decreto 8610, ya materialmente olvidado? ¿Olvidaremos pronto a Rodolfo González, como ha ido quedando relegado al pasado el asesinato de Franklin Brito?

CÁRCEL PARA QUIEN NO SE PLIEGUE AL PENSAMIENTO Y ACCIÓN OFICIAL

¿Cuál será el futuro de los  presos políticos? ¿Seguirá el ejercicio de la persecución, la intimidación de la maquinaria estatal contra toda expresión abierta que manifieste disidencia con el pensamiento y posiciones oficialistas? ¿Habrá cada vez más cárcel para quien no se pliegue al pensamiento y acción oficial? ¿Y seguirá aquí la indolencia e indiferencia con respecto a los presos de este Estado delincuente?

¿QUIÉNES IMPULSARÁN NUEVAS POLÍTICAS?

¿Continuará la sentencia de que la preocupación por los asesinatos políticos y presos llega hasta los familiares, ONGs y personalidades que se ocupan del asunto? Y quien actúa de esta manera ¿estará capacitado y autorizado para impulsar y emprender nuevas formas de actuación en el campo político?

Coordinadores del foro
Agustín Blanco Muñoz / Mery Sananes / Danielita Barrolleta
Tlfs 605 2536 / 605 2563 / 0416 638 7320 / 0414 333 6515
abm333@gmail.com / merysananes@gmail.com
dbarrolleta@hotmail.com
Agustin Blanco Muñoz
abm333@gmail.com
@ablancomunoz

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lunes, 7 de julio de 2014

MANUEL MALAVER, ASESINATOS EN EL QUIRÓFANO DE UN HOSPITAL DE CARACAS

No hubieran modelado mejor para aquel genio de la pintura barroca holandesa que se llamo Rembrandt van Rijn (1606-1669. Leyden. Holanda) cuando lidiaba con su insuperable “Lección de Anatomía”, los asesinos que la mañana del domingo pasado irrumpieron en el quirófano de la emergencia del “Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria” de Caracas y dieron cuenta de las vidas - a balazo limpio- de un paciente que intervenían quirúrgicamente y de un hermano que lo acompañaba.

Estupefacción, gritos, terror entre los médicos y enfermeras que hacían su trabajo, destrozos en el techo, piso, paredes, en la cama y los sofisticados equipos que le costaron cientos de miles de dólares a la institución, en algún instante protestas y enfrentamientos con los asesinos, pero sin que pudieran evitar que el anestesiólogo también resultara herido.

De todas maneras, otro hecho de sangre que en cualquier país del mundo habría generado un enorme rechazo y olas de ira y pavor, pero que en la Venezuela del “hombre nuevo”, en la que, igualmente, llaman del “Socialismo del Siglo XXI”, solo gana unos pocos titulares en la prensa y medios audiovisuales (en un 95 por ciento controlados por el gobierno), hasta que son sustituidos por otro horror que casi siempre concluye con víctimas y escenarios cada día más insólitos e inimaginables.

¿De dónde salen tales criminales y cómo es que pueden operar con tan escandalosa comodidad e impunidad? ¿Quién los arma y dota de armas de destrucción incontrolable y procura los medios para que puedan dedicarse casi con exclusividad a esta afición o deporte que es asombro, perturbación y pánico para quienes los sufren y conviven con ellos.

Pues de las teorías que se fraguan en estados débiles, “fallidos”, y, decididamente “forajidos” (como los de Chávez y Maduro), que, sin apoyos políticos y militares consistentes, fuertes, ni de confianza, les encargan a estas bandas de civiles armados, irregulares y al margen de la ley, las tareas de reprimir a opositores democráticos, de acosarlos y perseguirlos hasta la tortura y la muerte.

Son los mecanismos que usan para decir que no fue el gobierno y sus cuerpos de represión, -ni mucho menos los oficiales y matones de la Guardia Nacional y el Ejercito- los que incurren en tamañas violaciones de los derechos humanos (blindándolos de acusaciones ante tribunales penales nacionales e internacionales) sino estos “espontáneos” que de “puro amor” por la revolución y sus caudillos matan y exponen sus vidas.

Sin embargo, con pruebas contundentes puede afirmarse que son organizados desde el Estado, se les paga como a siniestros mercenarios, se les da entrenamiento y equipos de exterminio, y hasta se les entregan barriadas populosas como feudos donde cobran impuestos, imponen la vigilancia, controlan los servicios, administran justicia y establecen “su Ley”.

Son los llamados “colectivos” que operan a lo largo y ancho del país, pero básicamente en las ciudades donde las debilidades del gobierno lo tienen huérfano de apoyo popular, expuesto a explosiones que pueden en cualquier momento expulsarlos del poder, y precisan de un refuerzo eficaz que, además, ejecute los trabajos más sucios.

Se vio en la represión que perpetraron la Guardia Nacional, la Policía Nacional y las tropas del Ejército contra las manifestaciones estudiantiles que se iniciaron el 12 de febrero pasado, y en las cuales, los paramilitares que llaman “colectivos”, no pocas estuvieron en la vanguardia y la GB, la PM y el Ejército en la retaguardia.

Pero no se piense que inactivas, sino tomando la ofensiva si los “paras” fallaban, o eran identificados en los medios, o prestando un utilísimo apoyo de inteligencia para saber dónde, cómo y a quién atacar.

Fue un manual coloreado y multidimensional de la “Guerra Asimétrica”, de aquella que se inició en los países del África subsahariana a mediados de los 80, pero que solo tomó cuerpo en la fragmentación de la exYugoeslavia después de la caída del comunismo y dio lugar a que ejércitos regulares disminuidos de aliaran a bandas de delincuentes de todo tipo (narcotraficantes, contrabandistas, mercenarios, terroristas) para llevar a cabo la “limpieza étnica” y las matanzas de exterminio cuyo recuerdo aun perturba al mundo.

Fue la guerra que llamó la atención de expertos como Mary Kaldor (“Las nuevas guerras”), Raúl Sohr ( “Las guerras que nos esperan”) y Robert D. Kaplan (“La anarquía que viene”), y que los forzó a la conclusión de que los nuevos conflictos bélicos no se regirían por las leyes y convenciones establecidas durante dos siglos, sino por un oleaje de inhumanidad e ilegalidad extremas donde “valía todo”.

Pero también de los cuerpos de inteligencia de las dictaduras sobrevivientes del fin de la “Guerra Fría” y del colapso de la Unión Soviética, los cuales percibieron, que el nuevo formato de la confrontación entre naciones y clases debía tomar nota de esta forma de sustituir unas fuerzas armadas desfasadas, y sin capacidad de acceder a la tecnología de los vencedores, por unos grupos de civiles armados, demenciales y delictivos que se podían prestar a cualquier tipo de violaciones de los derechos humanos.

Puede afirmarse sin pocos márgenes de error, que fue a través a de la inteligencia cubana como la “Guerra Asimétrica” llegó a los predios de la temprana “revolución” chavista, pero que hubo un acuerdo de conjunto para percibirla útil en un contexto en que el ejército regular heredado del “ancien regimen” se mantenía intacto y la doctrina internacional vigente condenaba (por lo menos en teoría) las transgresiones a la Constitución y los atentados contra el estado derecho.

Lo cierto es que, después de la frustrada intentona por derrocar a Chávez el 11 de abril del 2002, los chavistas empiezan a hablar de la “Guerra Asimétrica”, de que es necesario prepararse para la misma, y que, si no se recurre a tal diseño en los conflictos por venir, el imperialismo yanqui terminaría dando cuenta de la revolución, su caudillo y su gobierno.

Me acuerdo que al poco tiempo de introducida la novedosa estrategia, en el 2005, un irreconocible general Raúl Baduel, -oficiando como ministro de la Defensa-, patrocinó la publicación de un libro de moda entre la retroizquierda global, “La guerra periférica y el islam revolucionario: Orígenes, reglas y ética de la Guerra Asimétrica” del político y politólogo neofascista español, Jorge Verstringe; y que el difunto general, Muller Rojas, se explayaba en entrevistas, conferencias y declaraciones sobre “las características” de la “Guerra Asimétrica”.

Pero lo más significativo es que, en esos años, nacen los primeros “colectivos” de civiles armados, que reúnen activistas presuntamente revolucionarios a quienes se les permisa el porte de armas y que “para defender” la revolución.

Son financiados desde la alcaldía del municipio “Libertador” de Caracas, o de ministerios, o de empresarios particulares que pagan de esa manera los contratos que reciben de la administración.

Lo que no sabían “los revolucionarios”, fueran cubanos o venezolanos, es que en la medida en que el estado castrochavista se corrompe y debilita, los “colectivos” se convierten en miniestados que pactan con el hampa común y organizada, y a dos manos, controlan el negocio del narcotráfico, el contrabando de armas, los secuestros, y el total de ilicitudes que se desata cuando un gobierno desaparece.

Pero aun más: un estado “fallido y forajido” cuya única ideología es el miedo y la corrupción, los une a las fuerzas de ocupación cubana, y operan como un estado mayor que es el que trasmite las órdenes a los seudo-generales de la FAN: Rodríguez Torres, Noguera Pietri, Manuel Quevedo y López Padrino

Los asesinatos en el quirófano de un hospital de Caracas, son un modelo para medir el alcance del poder de estos criminales, pues reúne a un Colectivo, “El Divino Niño”, un barrio, “Los Sin Techos, y unos vecinos del mismo que no obedecen las órdenes de los cabecillas de “El Divino Niño” (unos expolicías) para que se retiren a sus hogares pues estaban fiesteando en una cancha y era ya de madrugada.

Hay una discusión que deviene en refriega y del “Colectivo” sale una bala que hiere gravemente en el estómago a un vecino. Este es recogido por un hermano que lo lleva en un auto al “Hospital Clínico” donde es ingresado de urgencia a un quirófano para ser intervenido y allá, siendo las 7,30 de la mañana, van a buscarlos los asesinos, cuyo nombres jamás sabremos, ni los móviles que los llevaron a dar su audaz “lección de anatomía”.

Como tampoco sabremos quienes asesinaron hace tres meses al concejal, Eliécer Otaiza; ni hace dos al sindicalista Marcos Bayón, “El Gordo”, a su salida de una reunión con Maduro en Miraflores; y hace uno, a un empresario alemán cuando se bajaba de una camioneta blindada, rodeado de guardaespaldas, a las puertas de hotel “Eurobilding”.

Son algunas de las últimas fichas del genocidio que se perpetra en Venezuela desde el gobierno, y que, solo en Caracas, para el mes de junio, ya se acercaba a las 5 mil víctimas.

Pasarán con creces los 25 mil del año pasado y a cuyo guarismo ya los venezolanos se acostumbraron a ponerle una etiqueta: “Hecho en socialismo”.

Manuel Malaver
manumalm912@cantv.net
@MMalaverM

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martes, 6 de mayo de 2014

PAULINA GAMUS, LA MUERTE LES SIENTA BIEN

La revoluciones tienen como objetivo trastocar el orden anterior, ponerlo patas arriba y de ser posible desaparecerlo. Casi siempre van acompañadas de violencia porque es la única manera del quítate tú para ponerme yo cuando ese cambio no ocurre por la vía electoral. Justamente allí radica buena parte de la singularidad de la llamada revolución bolivariana que preferimos denominar chavofidelista. Fue propuesta y emprendida por un personaje que la única vez que intentó hacerse del poder por la fuerza, causó más de 100 muertes y fracasó rotundamente. Alcanzó el poder mediante los votos en una elección absolutamente democrática y luego se propuso liquidar el sistema que se lo permitió.

Otro aspecto original de esa revolución que se apropió del nombre del Libertador de cinco naciones suramericanas, fue la pretensión de su artífice de aparecer como un demócrata cabal en la medida en que se iba transformado en autócrata. Hacía una elección cada año y el mundo entero se tragaba el cuento de que en Venezuela había un exceso de democracia, como dijo Lula Da Silva en elogio a la gestión de su entrañable amigo Hugo Chávez. En lo que éste resultó absolutamente fiel a la receta de todos los dictadores, fue en dividir a la población en dos grupos irreconciliables: los míos y la nada. Así se produjo el fenómeno de la polarización con odio. Hago esta salvedad porque en los cuarenta años de vida civil y democrática que comenzaron el 23 de enero de 1958 y concluyeron en febrero de 1999, Venezuela fue un país polarizado entre el socialdemócrata Acción Democrática y el socialcristiano Copei, los dos grandes partidos que se alternaron en el poder en esas cuatro décadas. Pero fue una polarización respetuosa del otro, democrática y civilizada.

En esos cuarenta años, cuando moría algún líder o dirigente político de uno de esos dos grandes partidos, es posible que sus compañeros de ruta se alegraran más que los contrarios por causa de las luchas intestinas. Pero había unas maneras, un modo por hipócrita que fuera, que obligaba a propios y extraños a manifestar sus condolencias y rendirle al difunto los honores funerarios dignos de su rango o trayectoria. Moría un adeco y los copeyanos acudían al sepelio y viceversa. Si el viajero a mejor vida era alguien que se había distinguido por sus méritos o había ocupado la presidencia de la República o del Congreso, era factible que también acudiesen a expresar sus condolencias, los miembros de los eternos opositores partidos de la Izquierda. Eso es pasado y está a punto de transformarse en historia.

El primer muerto significativo dentro de las filas chavistas fue un joven fiscal del ministerio público (así con minúsculas, como lo merece) llamado Danilo Anderson. Se había hecho célebre en una cacería de brujas de empresarios y banqueros y según las malas lenguas, que suelen ser las mejor informadas, practicaba de tal manera la extorsión que su nivel de vida se había elevado rápidamente desde la modestia casi lindante con la pobreza, hasta la de un metrosexual que exhibía con desparpajo, costosos trajes de marca y relojes que encandilaban. Tenía además una camioneta todo terreno último modelo que un mal o buen día -según cada quien lo asuma- de octubre de 2004, voló por los aires con su propietario adentro, debido a la explosión de una bomba activada a control remoto con un teléfono móvil. La cursilería propia del militarismo, elevada al cubo cuando se cubre de estalinismo cubanoide, transformó aquella muerte y el sepelio en un despliegue de plañideras entre las que se destacó el jefe del occiso, el fiscal general y bardo Isaías Rodríguez, quien para vergüenza nacional fue después Embajador en España. El gobierno hizo apresar a unos expolicías, los Guevara, por el testimonio de un farsante a sueldo que luego confesó sus mentiras. En aquella locura de policías ineptos y gatillos alegres, fue asesinado el joven abogado Antonio López Acosta, que nada tenía que ver con el crimen de Anderson. De nuevo las bien informadas malas lenguas apuntaron hacia un alto funcionario chavista, beneficiario de todos los gobiernos democráticos de los cuarenta años, como autor intelectual del asesinato. Lo hizo por su amistad jamás gratuita, con los banqueros y empresarios que Anderson investigaba y extorsionaba. Nada más se supo del caso salvo que los hermanos Guevara, condenados a 27 años de prisión, y su primo Juan Bautista Guevara a 30 años, continúan en la cárcel.

La polarización con odio produjo el primer resultado: mientras el chavismo o una parte del mismo lloraba la trágica muerte de Danilo Anderson, el país opositor la celebraba y fue hasta motivo de chistes. Luego murieron dos expresidentes de la república y varias personalidades que ocuparon altos cargos en los Congresos de la democracia. Ni una palabra de pésame, ni un obituario de pocas líneas en algún periódico, nada. El silencio oficial se rompió cuando murió el dos veces presidente Carlos Andrés Pérez, las palabras de Chávez fueron: “Yo no pateo perro muerto….No habrá luto nacional porque hoy murió un corrupto, un dictador…”. 

En octubre de 2007 murió el cardenal venezolano Rosalio Castillo Lara, el latinoamericano que ocupó los más altos cargos en El Vaticano antes de la elección del Papa Francisco. Dijo Chávez: “Me alegra que haya muerto ese demonio vestido de sotana, ojalá se esté pudriendo en el infierno como se merece, sé que se retorcerá eternamente viendo avanzar la revolución…”. Y cuando murió tras una prolongada huelga de hambre, el productor agrícola Franklin Brito, el saludo del ministro de comunicación Andrés Izarra fue: “Franklin Brito huele a formol”.

Por alguna extraña razón o quizá habría que creer que la justicia divina está en el sector que repudia la revolución chavofidelista, son más los muertos célebres, aunque sea tristemente, de ese bando que los opositores. Algunos murieron casi en cadena por lo que en un país que se ha hecho adicto a la brujería, predicciones astrológicas, videntes, profetas, babalaos, prácticas del vudú y demás esoterismos, se popularizó la especie de que la maldición de Bolívar había alcanzado a todos aquellos que estuvieron presentes en el hurgamiento de sus restos mortales. El supuesto objetivo de la profanación era saber si algún antepasado del presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, lo había envenenado. Verdad o no, el más importante de los alcanzados por la hipotética maldición bolivariana fue el presidente, caudillo y dueño absoluto de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Mientras decenas de miles de venezolanos desfilaban llorosos, tras largas horas de espera, para darle una miradita al supuesto cadáver, otras decenas de miles celebraban con champaña, whisky o ron y parrilladas, según sus bolsillos, el feliz acontecimiento.

El muerto chavista más reciente ha sido el excapitán Eliécer Otaiza quien participó en la asonada militar del 27-N-92 y ocupó distintos cargos en estos quince años de hegemonía chavista. Fue asesinado a tiros y su cadáver estuvo 48 horas en la morgue sin que lo identificaran. Los tuits o trinos se dispararon. Mientras una ministra de prisiones, famosa por sus ataques de furia y su parecido con la actriz Linda Blair en El Exorcista, tuiteaba: “Eliécer camarada, tu muerte será vengada”, decenas de tuiteros expresaban júbilo y hacían bromas sobre el finado. A esto nos ha conducido un proceso político que se ha empeñado en excluir a la mitad del país, en maltratarla con insultos y atropellarla con los hechos. No es de extrañar la actitud indiferente, casi de hábito, ante las muertes violentas de 200.000 venezolanos desde que comenzó el gobierno de Chávez, un 400% más que en los 40 años anteriores. En 2013 los asesinatos alcanzaron la cifra record de 25.000, mucho más que en Colombia donde existe la narcoguerrilla terrorista de las FARC o las causadas por la mafias del narcotráfico en México o por el fanatismo religioso en Irak. 

De los 200.000 homicidios, apenas el 2% fue resuelto. Así funciona la justicia revolucionaria y de esa manera nos ha transformado en una sociedad que mira la muerte de reojo y sin piedad. Una vez dijo Jorge Luis Borges que hay que tener cuidado al elegir los enemigos porque tarde o temprano uno termina pareciéndose a ellos. Justo lo que nos pasa.

Paulina Gamus
gamus.paulina@gmail.com
@Paugamus

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sábado, 15 de febrero de 2014

GIOCONDA SAN BLAS, LA REINA ROJA, AL COMPÁS DE LA CIENCIA


"¡Un país bastante lento el tuyo!", replicó la Reina Roja a Alicia. "Aquí, en el país de las maravillas, hace falta correr cuanto uno pueda para permanecer en el mismo sitio. Si se quiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido".

Esa figura ha sido usada por los evolucionistas en su hipótesis de la Reina Roja que describe el ajuste de las especies biológicas al entorno cambiante, para sobrevivir. También ha sido empleada por sociólogos para explicar el desarrollo de organizaciones y países. A medida que los más avanzados progresan, los demás tendrán que correr más rápido para mantenerse en la misma o mejor posición competitiva.

En el país de las fantasías, en cambio, la Reina Roja ha dado paso al Príncipe Rojo. Y allí la hipótesis va en reversa, como la guagua de Juan Luis Guerra. En el progresivo mundo moderno, Fantasía sube su padrón de criminalidad (dato extraoficial, porque el oficial es ¿cómo no serlo? fantasioso), subiendo de 4.550 asesinatos en 1998 a casi 25 mil en 2013, 92% impunes, uno de los 5 países más violentos del mundo. Tolerante hacia los maleantes, el régimen reprime con severidad a trabajadores, estudiantes y osados protestantes.

En Fantasía, el aumento de 363% en el precio del petróleo se ha traducido en un ingreso de $ 675 millardos por exportación de crudo en los últimos 10 años, casi el doble de lo que entró en 40 años de democracia ($ 347 millardos). Aun así, sufrimos la inflación más alta del mundo, 56% en 2013. Las reservas del Banco Central están en escasos $ 21 mil millones, monto similar al birlado a Cadivi por empresas de maletín (según Giordani), públicas dos tercios de ellas. De ellos, apenas $ 2 mil millones están disponibles para la importación de casi todo, porque la inconstitucional política de confiscaciones convirtió la economía en una de puertos.

Con esa balanza en rojo, el régimen se atreve a firmar dos semanas atrás, 56 acuerdos adicionales con Cuba por valor de $ 1,3 millardos, entre otros convenios internacionales.

La producción petrolera en la OPEP aumentó 27%, la del mundo 19%, pero la nuestra cayó 18% entre 1997 y 2012. El avance ajeno en parte se apoya en criollos expulsados de la industria local en 2002.

No sólo han emigrado los petroleros. Se calcula en más de 1 millón los expatriados, una gran mayoría jóvenes y profesionales de alta calificación, espantados por la violencia, los bajos sueldos y la opresión creciente.

Los postgrados se cierran y los cargos permanecen vacantes en más de 30%. El deteriorado sistema de salud merece capítulo aparte. Ante tanta precariedad material y moral, la investigación científica decae al punto de que hoy su productividad está al nivel de 1996.

Los comisarios de Fantasía manejan el país como si les perteneciera para siempre. Pero cuando Alicia preguntó "¿Cuánto tiempo es para siempre?", la respuesta fue "A veces, sólo un segundo."

Gioconda San-Blas
gsanblas@gmail.com

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sábado, 18 de enero de 2014

HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA, ASESINATOS Y CARESTÍAS, SESQUIPEDALIA

Sin duda que Colacho y los demás personeros del régimen son émulos de Miranda.  Pero no de Francisco, aquel caraqueño que murió en La Carraca, sino de la joven de ese nombre que aparece en una obra shakesperiana: “La Tempestad”.  

Aquella que habiendo vivido toda su vida en una isla deshabitada, aislada del resto del género humano —los únicos seres que conocía eran su padre, un salvaje esclavizado y un par de espíritus invisibles— cuando por fin tiene ante sí a otras personas, declama aquello de: “O wonder! / How many goodly creatures are there here! / How beauteous mankind is! O brave new world, / That has such people in't”. (¡Oh qué maravilla! / ¡Cuántas agraciadas criaturas hay aquí! / ¡Cuán bella es la humanidad! ¡Oh magnífico nuevo mundo / en el que hay gente así.)  

Pero resulta que las tales “bellas criaturas” que ve por vez primera no son personas que actúan de una manera refinada o civilizada: es un tropel de marineros borrachos y sucios que salen tambaleándose de entre los restos de una nave que varó en la isla.  

Así les pasa a los que desmandan desde Ciliaflores —con una diferencia: Miranda lo hacía por ingenua; estos, por embaucadores.  

Tras quince años de preconizar la violencia, de entregarles armas a los “colectivos”, de decir que robar no es malo, siguen con las gafas rosadas de Pangloss puestas y continúan afirmando que el “hombre nuevo” que han construido en estos largos quince años es bueno, buenote, buenísimo.  Tanto, que lo premia autorizándolo para que saquee cuanta empresa comercializadora de electrodomésticos se le atraviese.

Fue solo cuando el asesinato de una Miss Venezuela trascendió en todas las portadas de todos los periódicos del mundo y en todos los noticieros de todas las televisoras del planeta que cayeron en cuenta de que hay algunos venezolanos que no se comportan de acuerdo a la “nueva ética socialista”.  Y, como siempre, la culpa es de cualquiera menos de ellos.  A pesar de que, me repito, son laaargos quince años adoctrinando.  

Pero la culpa —según ellos—es de los “capitalistas, apátridas, lacayos del imperio”.  

¡Nada de eso!  La tragedia en la que está sumida Venezuela es el producto de una política dibujada en Cuba, pero sufrida aquí, de aterrorizar a la población para que aguante calladamente todas las tropelías que se les ocurran a los mangantes gubernamentales.

Por eso, la Fosforito seguirá tomándose fotos en las camas de los pranes mientras les suplica que entreguen las armas; por eso, seguirá en eso de que lo conveniente es cerrar cárceles porque dizque son “faltas de humanidad”.  

Está como en el cuento de quien vendió el sofá.  Por eso, los dizque “representantes del pueblo” siguen pensando en que nuestro Código Penal es el mejor del mundo porque —a diferencia de los países capitalistas— no acepta que a los menores asesinos se les juzgue como adultos, sin importar cuán encallecidos estén en el delito.  ¿Mejor del mundo, y es uno de los pocos que todavía tipifica penas para los mal llamados “delitos de opinión”?

Nos dijo Víctor Maldonado este fin de semana: “…el hecho de vivir se ha envilecido por el odio y una economía devastada por la ideología, la corrupción y la ineficiencia. Nos matan, y si tenemos la suerte de ir sobreviviendo, estamos sometidos a los estragos de la inflación, la escasez, el desempleo y la descomposición social”.  

Sobre todo esto último, que es la sumatoria del “misionismo” —que hizo pasar de moda el “ganar el pan con el sudor de tu frente”— con una infame instrucción pública y con la alcahuetería de cohonestar los delitos cometidos por los copartidarios.  Todo ello, envuelto en un manejo poco profesional pero muy corrompido de los dineros públicos que lleva inexorablemente a la inflación.  Lo cual trae aparejada otra tentación: la de buscar refugio contra ella en los cargos públicos, porque aunque los sueldos sean inadecuados, siempre se puede seguir el ejemplo de los jefes actuales y cobrar por los servicios que se ha de prestar.  En estos quince años, la nómina oficial se ha más que triplicado.  

Con un añadido: hay más caciques que indios.  La prensa del domingo explicaba que crearon 111 viceministerios “de un guamazo”.  ¿Y qué decir del cuerpo de generales? Comparado con lo que había en 1989, lo han multiplicado por diez para diluir el liderazgo.  Y estos —con más prontuarios que currículos— actúan como los genízaros turcos del siglo XVI: mientras les mantengan los privilegios y les paguen bien, no importa lo degradante que sea el oficio que los pongan a hacer.  Todos dispuestos a disfrutar de las ventajas; ninguno, preocupado por las consecuencias para el país a mediano y largo plazo…

Estamos presenciando la ruina del país, la quiebra del erario, la bancarrota del civismo.  Y pensar que todo comenzó con una instigación a la venganza.  Lamentablemente, ninguno de los capitostes —empezando por Colacho— entiende algo que afirma Próspero, el papá de Miranda: “La grandeza está en la virtud, no en la venganza”…

hacheseijaspe@gmail.com

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martes, 14 de enero de 2014

FAUSTO MASÓ. TODO CAMBIÓ

Por quedarme en Venezuela no salí en una lista junto a empresarios millonarios. Mala suerte. Tampoco practiqué en Margarita el turismo de aventura, como los duchos en conseguir puestos en ferry o en avión. 

Fui a tremendo resort de lujo en Río Chico; espectacular, siete estrellas, pero sin agua. Los recepcionistas amables, pero los teléfonos comunicaban solo con la recepción; las toallas las cambiaban, si usted insistía como un trastornado. A pesar de la amabilidad de la gente, sobre la cama caían gotas frías del aire acondicionado, faltaban bombillas en las lámparas. Hice una prueba de limpieza con todas las de la ley: arrojé una cáscara de cambur por una escalera, seguía ahí a los tres días. Todo esto es tan cierto como los cientos de huecos en la autopista, bella en verdad; pero cualquier hueco en Venezuela nace con vocación de eternidad, reaparece y reaparece.

Esta semana asesinaran a otras 10 Mónica Spear. En vez de duplicar el número de cárceles, cerrarán algunas, confundirán humanizar prisiones con soltar asesinos. No armarán a las policías municipales las disolverán. No propondrán condenas de 30 años para ciertos crímenes: esto es una herejía para los buenos corazones que abundan hasta en la oposición, igual que pedir castigar como adultos a los menores asesinos, pobrecitos, ¡ellos disparan a sangre fría pero son unas almas inocentes! 80% de los delitos se cometen en moto, pero se construirán refugios para los motorizados, no se les prohibirá andar en pareja de noche, tendremos 1 millón de motos en Caracas, la mayoría manejadas por personas decentes a las que asesinan para robarles.

Responderán al asesinato de Mónica Spear con otra ley, según una vieja tradición de la cuarta república. ¿Harán otra vez el triste papel de comparsa los diputados que asistieron a un acto donde ni les permitieron abrir la boca?

Maduro ha manejado el escándalo mundial que provocó la muerte de Mónica: distribuyó las culpas entre la oposición, la Iglesia, la sociedad civil. Con el Dakazo obtuvo un triunfo político, pero este crimen abre una herida imposible de curar, justo cuando lanzaba medidas económicas. Lo inesperado determina la historia, por un asesinato comenzó una guerra mundial.

Los malandros no son camaradas descarriados, víctimas de la sociedad (esta pendejada la cree todo el mundo), a los que hay que abrazar como hermanos. Castigar a los delincuentes supone también perseguir a los que se robaron los recursos para plantas eléctricas, publicar, ¡por fin!, la lista de los dueños de empresas de maletín y la de los enchufados con guardaespaldas.

Hasta ahora pasaban por debajo de la mesa la masacre de seis personas que conversaban en una esquina, el asesinato de mujeres embarazadas, bebés, militares, guardias nacionales, profesores universitarios, miles de pobres en los barrios. Mónica sacó de su letargo a los venezolanos, ¿por unos días? Una Miss Venezuela, una actriz de telenovela, representa mucho para la sociedad. Esta gota rebasó el vaso. Todo cambió gracias a un crimen más en la autopista de Puerto Cabello a Valencia…

Ojalá que los entrevistados por televisión no sigan diciendo: “Yo soy optimista”: desde hace años el optimismo en Venezuela es inmoral. Aquí solo caben palabras como las de Belén Marrero a Chúo Torrealba, habló con la indignación que le falta a nuestros políticos.

Maduro gobierna mejor que Chávez, lo cual es un infeliz elogio. Militarizar, su respuesta preferida, no lleva ya a ninguna parte.

@faustomaso

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domingo, 19 de mayo de 2013

MERCEDES MONTERO, UNA RAZÓN MUY PODEROSA

Una visión panorámica de los sucesos sangrientos que diezman a la población venezolana nos da una razón más para no solo desear, sino trabajar con ahínco  para lograr el viraje hacia la democracia que perdimos cuando la mal llamada “revolución”  Castro comunista llegó al poder, disfrazando su  verdadera intención de no solo destruir al país, sino también  de entregárselo a la satrapía cubana  de Fidel y Raúl Castro.

La Violencia en Venezuela produjo al cierre del 2012 más de 16.000 muertes violentas,  expresión clara  de la carga de angustia y dolor que las familias enfrentan cada día.
Durante el primer trimestre del año 2013, la morgue de Bello Monte recibió 1.364 cadáveres, 419 muertes en enero, 495 en febrero y 450 en marzo lo que supera en un 7 por ciento el número de cuerpos registrados el año pasado, de acuerdo con el diario venezolano El Universal. 886 de los casos (65%) fueron homicidios.
Asesinatos de mayo 2013 El ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, informó lo que iba del año 2013 se habían registrado 3.400 homicidios en todo el país. El mes más crítico es abril con 498 ingresos.
D1. En los primeros cuatro meses de 2013, en el estado Carabobo se han registrado 575 homicidios, según fuentes policiales y familiares de los fallecidos. Esta cifra se desprende de las muertes violentas ocurridas entre enero (153), febrero (135), marzo (155) y abril (132).
D5. Asesinaron a periodista de la Cadena. Mataron a escolta de la Vicepresidencia. La violencia refleja debilidad institucional. Entre las víctimas de homicidio este año hay 29  policías, 47 mujeres y 48 menores de edad.
D10 “Asesinan a padre de 11 hjos”. Provea: GNB y Ejército suman la mayor cantidad de casos de tortura. En su informe anual sobre la Situación de DDHH en Venezuela, indican que 92,5% de los casos estudiados entre enero y diciembre de 2012, en los cuales se interpusieron actuaciones contra el presidente fallecido Hugo Chávez, la Asamblea Nacional, la Contraloría, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Fiscalía fueron declaradas sin lugar.
D11. Sicariato en Costa Oriental . Maracaibo. Cerca de las 7:00 de la noche de este sábado se registró el sicariato de un hombre identificado como Jean Pool Finol. Se trata del cuarto crimen de este tipo en una semana.
D13.12 heridos por bala en actos”Dia de la madre”. Otro doble sicariato sacude la Costa Oriental del Lago. Militares a la calle contra el hampa.
D14. “41 asesinatos en Caracas este fin de semana”. Masacre en Tinaquillo
D15.  Zulia: 400 asesinatos en lo que va de 2013. Asalto en comando en plena vía de Macaracuay. “Degollan a joven”. Asalto en comando en plena via de Macaracuay
D16. Venezolanos los seres mas inseguros al salir de noche
La única respuesta que el gobierno ha dado a esta tragedia es la de encargar a los militares para llevar a cabo las labores policiales, un área para la cual no están preparados para combatir y más bien representan un gran riesgo.  Una demostración más de la improvisación y falta de respeto hacia los venezolanos por parte del oficialismo.  Esta es una razón muy poderosa para  exigirle al CNE que haga  la verdadera auditoria de los resultados electorales  del 14 de Abril 2013 ya que los ciudadanos queremos tener nuestro país de regreso a la democracia, que traerá consigo el orden, la prosperidad, justicia y respeto que nos ha sido denegado primero por el difunto y ahora por Maduro.
mechemon99@yahoo.co.uk

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miércoles, 11 de abril de 2012

ERNESTO GARCÍA MAC-GREGOR / EL PAÍS SE DESANGRA / VERDADES DOLOROSAS

Cuando el crimen tomó proporciones apocalípticas el año pasado, el gobierno decidió no ofrecer más cifras oficiales para evitar el supuesto terrorismo mediático. Pero cuando los dos gobernadores candidatos presidenciales de la oposición lideraban las encuestas, el ministro declaró precisamente a esos dos estados (los más poblados del país) con las tasas más altas de criminalidad.
El rapero Juan Chacón, conocido como “One Chot”, quien en su rap “Ciudad Podrida” tilda a Caracas de tierra de homicidas, fue acusado por el chavismo de amarillistas y subversivo. Además se tomaron acciones legales contra él, al tiempo que lo descalificaron, a través de VTV. El joven músico recibió un balazo en la cabeza que lo mantiene entre la vida y la muerte. Una especie de premonición de su estrofa que dice “volará tu cabeza, el delincuente tu cabeza volará”.
Después vendría la muchacha estudiante asesinada en un Van que precisamente hacía recorrido universitario privado para evitar el peligro de la calle. La absurda muerte de la hija del cónsul de Chile, la masacre de los dos policías por un par de CICPC borrachos y el resto de los 20.000 asesinados, el 60 por ciento entre 14 y 25 años. Lo peor del caso es que los victimarios son de la misma edad y en la misma proporción. 16 planes de seguridad de este gobierno han fracasado uno tras otro.
El asesinato del mánager de la agrupación musical venezolana Caramelos de Cianuro, provocó que los artistas hicieran sus comentarios en un festival musical de envergadura, que fue editado pero totalmente censurado por Venevisión. La televisora retiró absolutamente todos los comentarios que pedían paz y no más violencia.
Cuando el país fue señalado como de los más peligrosos del mundo, el innombrable sale con la  mentira que la tasa de homicidios del imperio es mayor que la nuestra. Hay que hacerle llegar esto al pueblo. Que oiga quien tiene oídos
garciamacgregor@gmail.com

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martes, 3 de enero de 2012

ROBERTO BRICEÑO-LEÓN: EL AÑO MÁS VIOLENTO DE LA HISTORIA (CASO VENEZUELA)

El año 2011 terminó como el más violento de la historia: 19.366 homicidios.
Por cualquiera de las formas que se mida, con cualquiera de las fuentes que se utilice, se encontrarán más homicidios, más muertos en las cárceles, más secuestros, más robos a mano armada, más heridos. Más dolor y tristeza en la familia venezolana.
Venezuela fue considerado durante décadas uno de los países no-violentos de la región. En los años setenta y ochenta se cometían alrededor de 1.200 asesinatos al año, para una tasa de 8 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Tasa similar a la de Estados Unidos en ese tiempo e inferior a la de Colombia, Brasil o México.
A fines de los ochenta aumentaron las muertes violentas, con el Caracazo, en 1989, hubo 2.513 víctimas. En 1992, por los 2 intentos de golpe de estado, volvieron a incrementarse y fueron 3.336 homicidios. Y siguió subiendo en los años siguientes, hasta alcanzar en 1994 los 4.733 muertos.

Durante los 5 años de gobierno del presidente Caldera la tendencia cambió y hubo una leve disminución, por eso cuando el candidato Chávez andaba en campaña electoral se cometieron en el país 4.550 homicidios. A los 5 años de su gobierno ya se había más que duplicado: 11.342 asesinatos en 2003. A partir de allí, la decisión política fue ocultar las cifras: prohibieron la difusión, las retiraron de las páginas web, no se menciona. Pero la realidad es terca y dolorosa y los muertos no pueden esconderse.
Al iniciar el año 2012 Venezuela se presenta como el país más violento de la región. Con 19.366 homicidios y 28,5 millones de habitantes, muestra una tasa de 67 homicidios. Esa tasa es ahora 10 veces mayor que la de Estados Unidos, 3 veces más que Brasil o México, 2 veces más que Colombia.
No sólo los asesinatos aumentaron, también los robos con violencia y los secuestros, los cuales dejan heridas a las personas que tuvieron la suerte de no morir.
Son miles los jóvenes que quedan lisiados o paralíticos. Si por cada fallecido calculamos que hay 3 heridos, tenemos 60.000 lesionados en el año 2011 por la violencia.
¿Por qué ese desmedido y excesivo incremento de la violencia en el país?, se preguntan los venezolanos de todos los sectores sociales y colores políticos. Desde el Gobierno se arrojan algunas explicaciones: "Es que el problema siempre ha sido así", se dice. Falso, los datos oficiales mismos muestran que antes era varias veces menor. "Es un fenómeno mundial, en otros países es peor". Falso, Venezuela tiene más homicidios que la mayoría de países en el mundo, mayor incluso que países en guerra.
"Es que se trata de la pobreza y la desigualdad". Falso, en este tiempo Venezuela ha tenido riqueza como nunca y el propio Gobierno se ufana de haber disminuido la pobreza y la desigualdad.
La verdadera explicación se encuentra en una política equivocada. El Gobierno ha implementado planes como el Dibise, la Policía Nacional o la propuesta de desarme, ideas buenas a las cuales se pueden criticar detalles, pero que en esencia no pueden funcionar si no tienen como respaldo una decisión política de condenar la violencia y a los violentos, de respetar y hacer respetar la ley. No se puede eficazmente perseguir a los delincuentes y llamarlos "bienandros"; no se puede desarmar a la población si la consigna es "el pueblo en armas"; no se puede fomentar la vida y la paz, cuando por años se ha elogiado la muerte y la guerra.
Esta situación es posible cambiarla y en poco tiempo. Para ello, se requiere de un gobierno que decida actuar con firmeza para proteger a la familia venezolana. Un gobierno que censure violencia y fomente el diálogo, pero que al mismo tiempo persiga, desarme y castigue a quien se empeñe en asesinar a los ciudadanos indefensos. Un gobierno que convoque a vivir en paz y buscar el progreso.
Una política de seguridad es la política de una sociedad regida por normas y no por la fuerza o el capricho del líder. Es una política de unión de la sociedad.

roberto.bricenoleon@gmail.com

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lunes, 5 de septiembre de 2011

MERCEDES MONTERO: GADDAFI EL ASESINO DE LIBIA

Muammar Gaddafi nació el 7 de junio de 1942, llegó al poder mediante un golpe de Estado  el 1ro de Septiembre de 1969. Es decir que para  el día 23 de agosto de 2011, cuando perdió el control de Trípoli, capital de su país ya llevaba 42 años desempeñando un poder dictatorial y sangriento.
 
Su historia es la misma de todos los dictadores, sean de izquierda o de derecha, plena de una rapacidad administrativa, utilización de los bienes de la nación como cosa propia, represión al máximo mediante la siembra del terror representado por la persecución y el consiguiente  encarcelamiento de sus opositores, en instituciones que son versiones actualizadas de campos de concentración, confiscación de todos los derechos y un discurso de contradicción.

El dictador hablaba de nacionalismo cuando hacía a su país cada día más dependiente de las empresas transnacionales, hablaba de humildad  cuando vivía como un pachá en palacetes llenos de todo tipo de lujo y riqueza. Decía que era el líder del pueblo pero su residencia era un coto cerrado, con alcabalas, puestos armados con armas sofisticadas, con cordones de seguridad de militares libios y mercenarios armados hasta los dientes, Gaddafi mismo tenía una escolta compuesta por 300 mujeres que hacían anillos a su alrededor para su defensa, se llegó a decir que esas féminas darían su vida para salvarlo (Por cierto que cuando Gaddafi se vio acorralado las mujeres   desaparecieron), También tenía construido un bunker subterráneo, al que se llegaba por una red de corredores totalmente blindados, con puertas de seguridad, toda una infraestructura que le permitiría estar protegido de ataques bélicos de cualquier magnitud.

Tenía aviones de lujo y carros blindados. Sus hijos eran vistos como los herederos de su poder, al igual que los príncipes que tanto critican todos los dictadores, siendo ellos en realidad unos monarcas sin corona y también sin la conciencia social que tienen las monarquías actuales, que sirven a sus pueblos y hacen de tal servidumbre un deber.
 
Gaddafi decía amar a su pueblo, pero a medida que los rebeldes avanzaban y liberaran pueblos y ciudades, quedaban las calles cubiertas de cadáveres de hombres, mujeres y niños masacrados por los bombardeos, los lanza llamas, las bombas con las que se enfrentan los libios contra los mercenarios pagados por quien con 42 años de dictadura  todavía le parece poco tiempo en el poder. Aparecen cárceles llenas con  cientos y miles de restos humanos, de libios que fueron muertos por metralla, por estallido de granadas, rociados con gasolina y luego quemados. Las imágenes mostradas a través de los noticieros de aquellos  que por milagro han logrado vivir para contarlo son conmovedoras, hombres que lloran como niños, que se quiebran como si fueran de cristal.
  
Gaddafi decía amar a su pueblo, pero las imágenes de hospitales que tuvieron que ser abandonados, ante el inminente ataque de tropas fieles a Gaddafi  dejando atrás a aquellos pacientes  que no podían moverse, son de terror. Los pisos cubiertos de sangre, cadáveres de hombres, mujeres y niños regados por todas partes, en los alrededores, en los pasillos, en las camas, que no se sabe quienes son, si son mercenarios, rebeldes, soldados.  Gente  del pueblo, con tapabocas recogiendo y apilando los muertos y enterrando a quienes pueden enterrar.
 
Gaddafi dice amar a su pueblo, pero les lanza cohetes, los ametralla porque están cansados de su dictadura, a Trípoli le quitó la luz, el agua, no hay alimentos, no hay medicinas, no hay policía, nada funciona y NADIE sabe donde está el sátrapa, ni sus hijos,  solo se sabe que hay un caos,  y, nadie es responsable de NADA. Hay quienes dicen que este caos ha sido creado a propósito para descalificar a los rebeldes de modo de llegar a una negociación con el sanguinario Gaddafi, que le permita salir hacia otro país, sin ser juzgado por los atroces crímenes cometidos.
 
Gaddafi tenía  “amigos” en todas partes, pues Libia tiene el oro negro que este dictador manejaba a su antojo, le permitía comprar voluntades, oprimir a su pueblo ante la mirada impávida de muchos gobiernos que anteponen  sus intereses a la moral y por lo tanto son  sordos, ciegos y mudos ante lo que ocurría con el pueblo libio.  Sería el colmo de la inmoralidad que ante intereses mercenarios se le deje una salida a quien se atreve a llamar ratas a los que se le oponen, siendo él una asquerosa rata.
 
¡Que por alguna vez, en este mundo en vívida contradicción la justicia prevalezca, o la humanidad habrá perdido la moral!EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA