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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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domingo, 6 de septiembre de 2015

PABLO ELOY MOSCO, CUENTO CHINO (1)

La canción decía:

Maduro fue a la guerra, hay q dolor, que dolor, que pena, Maduro fue a la guerra, no se si volverá, do-re-mi, do-re_ fa, no se si volverá.

En waterloo luchaban ingleses y franceses, en medio del fragor de la batalla, los ingleses conminaban a las tropas francesas a rendirse y obtener la única respuesta que merecían, de la boca del general CAMBRONE sobran las palabras que retumban hoy todavía, palabra histórica y digna MIERDA. (MERGDE). Es esa la expresión que el pueblo venezolano, gritará” a los cubanos y los chavomaduristas MIERDA.”
Peón de un hato, analfabeta, el era un hombre a caballo (como los describe Andrés Eloy), hombre sin patria que salió a construir la patria que otros tenían. El logro en la lucha, el grado de general y la lucha no consistía en GRITAR “VIVA BOLIVAR” y si hoy viviera no gritaría “VIVA CHAVEZ”.
El llego a ser presidente de la republica de VENEZUELA, presidente talentoso, culto, verdadero padre de la patria, que ayudo a construir. No lucho para que su tierra fuese subordinada de otro país, por ello si era necesario enfrentarse a Bolívar, pues a Bolívar se enfrentó.
Hombre entre hombres, cuando tuvo necesidad de demostrar con el gesto y la palabra,  su condición, así lo hizo, QUE VUELVAN CARAJO.
Eso es la guerra, es mostrar y morir, guerra no es hablar pendejadas por TV.
GUERRA, durante los años 39 al 45 del siglo XX, Venezuela estuvo en guerra, y debía ser así, puesto que esa fue una conflagración mundial y este país llego a ser el segundo productor mundial de petróleo y el primer exportador, con petróleo a $ 2,80 el barril, la producción petrolera venezolana era imprescindible en la guerra y se convirtió en objetivo bélico. La armada de USA se encargaba de proteger los campos petroleros venezolanos. Venezuela era un país en guerra, mi memoria me dice: leche en lata de ½  kilo Bs. 2,50, café Bs. 2,00 el kilo, caraotas Bs. 0,40 kg, sal en grano 0,20 kg, leche pasteurizada 0,50 el litro, carne Bs. 3.oo kg, la lista es larga y los bachaqueros existían, vendrían casos de escases ocasional, pero el gobierno no se le ocurría darnos como justificación LA GUERRA. 1944 no había azúcar, cuyo precio era de 0,50 kg, mi padre tenía una bodega en la esquina del manguito en los flores de Catia. A las 4.a.m teníamos que levantarnos para ir al mercado libre que funcionaba los días jueves, allí donde posteriormente funciono el cine VENEZUELA, allí después de hacer la cola nos vendían por 0,50 un kg de azúcar que mi padre posteriormente vendía a 0,75 kg, pregunto: a mis 10 años ¿yo no era un bachaquero?, ¿Cuál guerra?, ¿Cuál derecha?, ¿Cuáles Colombianos?, mi memoria me dice que el Presidente era ISAIAS MEDINA ANGARITA.
Lo de la guerra del NICOLAS NO es un cuento chino, y eso lo sabemos todos, de allí que nadie les cree esta historia…………………… CONTINUARA.
Pablo Eloy Mosco
pabloeloymosco@gmail.com
@PABLOMOSCO

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jueves, 28 de mayo de 2015

JOSÉ “CHEO” SALAZAR, EL RÉGIMEN PERDIÓ LAS GUERRAS

“El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar” Sun Tsu (544 a.C – 496 a.C). Escritor chino.
El régimen, ante cualquier eventualidad, utiliza un lenguaje bélico. Todo lo convierten en una batalla o una guerra. Y lo grave es que en todas esas batallas y guerras que se plantean, salen derrotados ante un enemigo ficticio ¡Hay una guerra económica! nombran un estado mayor, encabezado por el Presidente – Comandante en Jefe,  para enfrentar con todo el poder del estado a los jefes de la ofensiva contra la economía y a estas alturas de la batalla, no hay dudas, que la perdieron de calle. Hasta el bolívar está pulverizado.

En materia de seguridad, las cosas andan de mal en peor en el campo de batalla. Hay varios ministerios conformando el estado mayor para enfrentar la conflagración  del hampa, la delincuencia organizada y la violencia criminal. Esa batalla la pierden todos los días. Miles de atracos, sicariatos, arrebatones, extorsiones, tráfico de drogas, secuestros, saqueo de viviendas, robo de vehículos y pare de contar. Esa guerra, también, la perdieron. El pueblo sobrevive con miedo.

El estado mayor para la salud, pierde las batallas en los centros de salud y la distribución de medicinas. Los hospitales están agonizando, No hay insumos y los médicos muy mal pagados, hacen milagros para atender los pacientes.  Los módulos de Barrio Adentro, son pequeños elefantes rojos en las barriadas. Las farmacias populares, tienen los estantes como los mercados bicentenarios, totalmente vacíos y en las farmacias tradicionales la respuesta más común es NO HAY.  La guerra de la salud, la perdieron, ante Dios, la patria y el pueblo.

La seguridad alimentaria, para lo cual nombraron un estado mayor, no puede estar más fracasado. Las batallas las libra diariamente y desde las madrugadas, el pobre pueblo en las largas y humillantes colas, buscando adquirir algún producto de la dieta diaria. Un kilito de carne llegó a mil bolívares. Hay desabastecimiento, escasez y la producción anda de capa caída. En el campo la situación es calamitosa. No hay insumos, las maquinarias no tienen repuesto y no se consigue ni una batería para esos equipos y vehículos. Esa guerra, también, la pierde el régimen sin discusión. La realidad los condena.

Los estados mayores, que ha nombrado el Presidente Maduro, han perdido todas las batallas y por supuesto, no han podido, ni podrán ganar ninguna guerra. El enemigo son ellos mismos. Es tan grave la situación y el estado de abandono e indefensión del pueblo, que las llamadas casas de alimentación, no funcionan por falta de insumos (Alimentos), los comedores populares, que eran una solución para los adultos mayores y una alternativa barata para muchos trabajadores, están cerrados. Un ejemplo los 2 de El Tigre. Uno de la alcaldía y otro de la gobernación. Otra derrota estruendosa.

El lenguaje bélico, atenta contra el régimen. Los únicos ejércitos que ganan batalla son los de la impunidad, inflación, corrupción e inseguridad. Nunca olvidéis: el pueblo podría eventualmente vivir con hambre, pero no con miedo. Y, hoy el pueblo vive con hambre, angustiado y con miedo. Este gobierno fracasó y hay que cambiarlo por la vía pacífica o corremos el riego de que esto concluya en una gran tragedia nacional. Perdieron la guerra sin luchar contra la incompetencia y corrupción. Esos fueron y son sus enemigos.

José “Cheo” Salazar
sjose307@gmail.com
@Cheotigre

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viernes, 15 de mayo de 2015

TRINO MÁRQUEZ, EMPRESARIOS: ¡AL PAREDÓN!

Ser empresario independiente en la Venezuela roja se ha convertido en una actividad de alto riesgo. Tiene el mismo peligro que ser reportero de guerra o periodista en una satrapía. El empresario es culpable de antemano de cualquier delito que se le acuse. Ya la expresión “cerdo explotador”, tan socorrida por los marxistas, resulta un insulto infantil. Los cartuchos que se les lanzan son de mayor calibre. 

El empresario es un vende patria, un conspirador o un agente enemigo que debe ser destruido. Al empresariado se le cobra su participación protagónica en los sucesos de abril de 2002 y en el paro de finales de 2002 y comienzos de 2003. El comandante juró vengarse de ellos e inició una cruzada para destruirlos. Su heredero ha continuado la labor de demolición. Las consecuencias de este derrumbe estamos padeciéndolas. Antes, sus efectos letales podían esconderse con importaciones masivas. Se aniquilaba a los hombres de empresa nacionales, aunque se fortalecía a los foráneos. Al menguar los dólares la ruina no tiene máscara que la recubra.

Entre las razones básicas que han producido la inflación, la escasez y el desabastecimiento, se encuentra el persistente acoso por parte del régimen de la empresa privada desde hace más de una década, así como los rígidos controles de cambio y de precios. En su conjunto estos factores, además de la severa legislación, han conducido al cierre de muchos miles de empresas y al desestimulo de la creación de empleos productivos y la inversión nacional y foránea, al punto de ser Venezuela, junto a Haití, el país que registra la menor inversión del continente.
                                                                                             
Los gobiernos de Chávez y Maduro han perseguido y encarcelado a numerosos empresarios, violando el Estado de Derecho. A los dirigentes de Fedecamaras y Conindustria, entre otros gremios, se les amenaza continuamente con expropiaciones y confiscaciones, o se les empuja para que se marchen del país. Contra el eficiente y comprometido grupo de Empresas Polar se ha desatado una campaña de intimidación que lleva a pensar que el Gobierno ha pensado seriamente en su intervención. Los ejemplos de Agroisleña, Lácteos los Andes y Café Fama de América, antes empresas altamente rentables y hoy quebradas, representan una muestra de lo que ocurriría. La toma de Polar sería una catástrofe nacional.

La excusa utilizada en toda esta criminal maniobra es la existencia de una quimérica “guerra económica” cuyas armas serían el sabotaje, el acaparamiento y la especulación, impulsadas por el sector productivo.

Esta es una falacia que no resiste el menor análisis. Numerosos bienes que no se consiguen en los anaqueles y cuyos precios se han disparado en los mercados paralelos, debido a su escasez, son producidos por fábricas pertenecientes al Gobierno, ya sea porque las expropió o las confiscó. En manos del sector público esas factorías, antes eficientes, pasaron a arrojar pérdidas y a producir en muy baja escala. Las cabillas y el cemento son dos ejemplos, entre muchos otros, que ilustran el desmadre. La energía eléctrica falla de forma permanente en todo el territorio nacional, a pesar de que su generación, trasmisión y distribución es monopolio del Estado. Los únicos que se han beneficiado de esta prerrogativa son los bolichicos. La Electricidad de Caracas era una empresa privada que funcionaba con eficiencia y transparencia.
                                                                                             
Es necesario solidarizarse con los empresarios cuyos derechos han sido amputados por un Gobierno que busca la venganza aunque esta provoque la destrucción nacional. La empresa privada resulta fundamental para reconstruir la economía nacional y generar empleos decentes, estables y bien remunerados. Sin su aporte el país seguirá hundido en la crisis que estamos padeciendo, cuyas peores víctimas son las familias más pobres, obligadas a soportar interminables colas para conseguir bienes de primera necesidad y forzadas a pagar el costo de la inflación incontenible, consecuencia de los controles, la incompetencia, el cerco a la propiedad  privada y la corrupción.
                                                                                             
La proclama de guerra a muerte dictada contra los empresarios los está diezmando y, de paso,  arrasa a toda Venezuela.

Trino Márquez                                                                    
@trinomarquezc

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lunes, 11 de mayo de 2015

RUBEN CONTRERAS, LA GENESIS DE LA GUERRA ECONOMICA

Gracias a la hegemonía comunicacional que  instrumento el gobierno comunista dirigido primero por el felón de Sabaneta y ahora por el inmaduro heredero, este ha podido desplegar toda una ofensiva a traves de los medios y también por el abuso de las cadenas de radio y televisión, pretendiéndole  hacerle creer a los venezolanos que la situación económica que atraviesa el país, es producto de una guerra económica impulsada por el empresariado y productores independientes, que no quieren producir bienes y servicios para el pueblo venezolano.

Lo lamentable de la esto es que, debido a ese cerco comunicacional impuesto por el gobierno, asi como también por la flojera de muchos de nosotros de no leer y enterarnos de los problemas que acontecen en el país, es que posiblemente desconozcamos las causas de dicha situación, motivo por el cual me voy a permitir refrescar a quien lea este artículo, los orígenes de la guerra económica.

Cuando el felón de Sabaneta, utilizando la ley habilitante en el año 2001, impuso su ley de tierras, allí se inició la debacle de la agricultura venezolana.

Cuando expropio las fincas La Marquesena, El Charcote, El Frio, La Vergarena, El Baúl y otras, destruyo la producción agropecuaria, ya que los Aizpurúa, Los Zinng, Los Branger  y otros dueños de hatos, no se tomaban ni comían los millones de litros de leche que generaban diariamente, asi como las  miles de toneladas de carne que producían dichos hatos y haciendas. Eso iba para la industria láctea y los frigoríficos. El gobierno pretendió suplir esa producción con importaciones provenientes de Argentina, Brasil, Uruguay y Nicaragua entre otros países, para contribuir al desarrollo endógeno de sus fincas y fábricas y alimentar a sus empresarios con recursos venezolanos, los cuales deberían ser dirigidos a estimular la producción del campo y a la compra de rebaños de ganado para mejorar la cría en nuestro país.

Cuando expropio las tierras del Valle del Turbio en el Edo. Lara, acabo con la producción de varios rubros como hortalizas y cebollas.

Cuando expropio las tierras en el Edo. Yaracuy, en las cuales se sembraba caña de azúcar, que generaban la producción del 20% del  azúcar que se consumía en el país, para dársela a los fundos zamoranos y círculos bolivarianos, se destruyó dicha producción.

Cuando le quito los fértiles Valles de Aragua a los Vollmer, para dárselos también a fundos zamoranos y círculos bolivarianos, destruyo la producción de azúcar de la empresa Montalbán.

Esa infeliz decisión de expropiar las haciendas plataneras ubicadas al sur del lago de Maracaibo y que para entregarla a empresas rusas que se iban a dedicar a la siembra de dicho producto, significo la debacle de la producción platanera en el país.

La  fábrica para producir pulpa de Tomates ubicada en Caicara del Orinoco, está en las mismas condiciones que  El Complejo Agroindustrial y Azucarero Ezequiel Zamora en Sabaneta, ya han consumido algo asi como un billón de bolívares y hasta ahora ni una botella de pulpa ni un kilo de azúcar, han salido de allí.

La expropiación de las diversas  fabricas para producir harina de maíz, de  trigo, para enlatar sardinas y atún,  Lacteos Los Andes,  Café fama de América, El Peñón, Aceite Diana y los Centrales Azucareros, son la mejor muestra del monopolio que tiene el gobierno en la producción y distribución de alimentos, en los cuales ha demostrado una total incompetencia en su manejo y administración, al extremo de que la mayoría de las mismas tienen una producción ínfima que no se ve en los anaqueles de los establecimientos y supermercados del país.

Los millones de toneladas de comida importada por Pudreval, que enriqueció a unos cuantos boli burgueses, sin que ningún organismo contralor del estado actuase para  asignar responsabilidades a esos delincuentes de cuello rojo.

Asi como actuado el gobierno en el manejo de los rubros alimentarios, observamos la debacle de la industria petrolera, de la industria del hierro y del aluminio, al extremo que Sidor y Los Pijiguaos, están en una fase terminal por su poca producción, lo cual ha incidido en la merma de la producción de cabillas y por ende en la construcción de viviendas, dado que las plantas cementeras también fueron esquilmadas a sus dueños y ahora apreciamos cuánto vale un saco de cemento, en virtud que los militares que manejan la industria han creado una mafia al mejor estilo del cartel de los soles, liderada entre otros por los Cabello, García Carneiro, Rangel Silva, Gómez Rangel, los Alcalá Cordones, Rodríguez Chacín y otros,  encargada de distribuir dicho producto a sus amigos mediante el pago de vacunas, razón por la cual el pueblo llano y comerciantes medios, no tienen acceso al producto, impidiéndole al ciudadano común la construcción o reparación de su vivienda.

La paralización de la industria gasífera en el  país, a lo cual lo único que hicieron fue cambiarle el nombre al proyecto, de Cristóbal Colon por Antonio José de Sucre, con una maqueta bien explicativa, en lo que queda del aeropuerto de Guiria, nada más.  Recuerdan el gasoducto del sur que iría desde el estado Sucre hasta Argentina, en la pampa todavía lo están esperando.

Otro caso patético es el manejo de la industria eléctrica, en la cual La represa de Guri presenta problemas de mantenimiento de sus turbinas por el descuido de los técnicos robolucionarios, al igual que las represas  Uribante Caparo y La Vueltosa, en el estado Táchira, asi como la represa El Diluvio en el estado Zulia y la José Antonio Páez entre Mérida y Barinas, por mencionar algunas de las más importantes. En ese sentido los varguenses añoramos la gestión de quienes manejaron La Electricidad de Caracas, dado que la planta generadora de energía eléctrica Ricardo Zuloaga, ubicada en Arrecifes y Picure siempre era mantenida eficientemente  y ahora constantemente tiene problemas, al igual que planta Centro y todas las termoeléctricas.

Pero el gobierno muy hábil en atosigar al pueblo en cuanto a que hay una guerra económica, ha logrado mantener todavía su afecto hacia un sector de la población, en cuanto a la supuesta guerra,   con un discurso agresivo y expoliador, pretendiéndole decir pueblo y al  resentido social que hace cola todos los días para comprar un kilo de harina pan o de azúcar, que eso es culpa de los oligarcas venezolanos que no quieren producir o esconden el producto para repartirlo entre sus amigos, como si acaso el que tiene una fábrica, una compañía o cualquier medio de producción, la quiere tener de adorno y también,  basándose en el reparto de la dadiva misionera, exprimiendo la ubre del presupuesto nacional,  sin escatimar esfuerzos en tratar de cambiar el rumbo de lo acontecido con medidas que tiendan a revertir esta situación.

En fin el gobierno venezolano está en un callejón sin salida, porque no puede seguir escurriendo la arruga de su incompetencia en el manejo de la cosa pública, al extremo que el Inmaduro en su discurso dado con motivo del 1 de mayo en el pequeño recinto de la Plaza O’Leary, en una recriminatoria a los obreros quienes le reclamaban que el 30% de aumento de sueldo es insuficiente dada la inflación galopante que sufrimos los venezolanos, reconoció que la clase obrera venezolana, todavía no está capacitada para dirigir las empresas de producción, lo cual fue un escupitajo de marca mayor, ya que al que escupe para arriba le cae la saliva, y a él lo llaman el presidente obrero. He ahí la razón primordial de lo que acontece en Venezuela, al tener  como gobernante a un ciudadano que reconoce su escasa formación para dirigir una empresa.

Pudiéramos decir entonces que si sigue gobernando el inamduro, la clase obrera venezolana no ira ni vera el paraíso. Esa es la mayor afrenta para los trabajadores,  porque Venezuela supuestamente tiene una guerra económica, porque quien dirige transitoriamente a nuestro país tiene una guerra en otra galaxia, la de la incompetencia.

Rubén G. Contreras G.
rubencontrerasg@gmail.com
@RubenContreras

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martes, 5 de mayo de 2015

BERNARD HORANDE, EMPRESARIOS HEROICOS

El acoso sigue. No se detiene. El régimen de Maduro lo usa como estrategia de crecimiento. Caerle a palos a la empresa privada le ha dado resultados. Sin ir muy lejos, el Dakazo.

El cuento - fantasioso - de la guerra económica le permite reagrupar a su gente. El discurso de atacar - y atracar - al rico para darle al pobre es viejísimo. Data de siglos. Nada nuevo. Pero siempre funciona.

Aquí la única guerra económica es la que se ha auto-infligido el propio gobierno. Amenazando empresarios. Expropiando empresas. Arrasando fincas. Negando los dólares para las importaciones. Amedrentando a cualquiera que conduzca una empresa privada. Encarcelando jefes empresariales.

Ser empresario en Venezuela hoy es un acto heroico. Mantener una empresa en pie en este país requiere de valentía, creatividad y... ¡mucha fe! Más bien sorprende que no hayan desaparecido más.

La escasez y la inflación son producto de esa criminal estrategia gubernamental. Con más empresas, más producción y más competencia, no existiría escasez y la inflación sería bajísima.

¿Que hay empresarios maulas y ladrones? Por supuesto que los hay. Son una minoría pero los hay. Igualito que hay sacerdotes peredastas, periodistas que practican el palangre, o maestros de escuela que enseñan los peores valores. Minorías.

Algo útil que podría hacer el gobierno es mostrar públicamente la lista de empresas que se robaron los $25.000 millones de dólares de Cadivi. A ver cuántas de esas están afiliadas a gremios empresariales. Afirmo de antemano que prácticamente no se encontrará ninguna. Eso sí, si buscamos las que están conectadas con gente cercana al gobierno, con seguridad identificaremos a casi todas.

El discurso agresivo y repetitivo contra Fedecamaras y cualquier gremio empresarial no cesa.

Hace días, Maduro, como muchachito malcriado, afirmó que "Fedecamaras no recibirá un dólar más". Le respondieron haciendo evidente su crasa - pero no sorprendente - ignorancia: "Fedecamaras no pide ni recibe dólares, son las empresas las que lo hacen. Fedecamaras lo que hace es defender principios y lo hace de gratis".

Su última ocurrencia es la de abrir una "nueva cárcel para meter a los empresarios abusadores".

Por suerte, los gremios empresariales en Venezuela se mantienen dando la pelea. Contra viento y marea, siguen defendiendo principios ante la arremetida brutal de un régimen al que no le importa el destino del país sino su eterna permanencia en el poder.

Estos gremios, también dirigidos por empresarios heroicos, siguen dando muestras además de algo que escasea en los predios del régimen: democracia limpia y pura. Esta misma semana, por ejemplo, Consecomercio elige en elecciones democráticas una nueva directiva. Tal como lo viene haciendo religiosamente cada dos años desde hace décadas.

No importa de qué tamaño sea la empresa, nadie escapa a los mordiscos del régimen de Maduro. Allí tenemos a Lorenzo Mendoza y Polar. Lo tienen en la mira. Pero el tipo sigue tercamente invirtiendo. Para desgracia del gobierno.

Pero no es el único. Muchos empresarios pequeños y medianos calladamente sufren igual. O más. Y luchan por sobrevivir.

Héroes que siguen apostando al futuro de Venezuela.

Bernard Horande
bhorande@gmail.com
@bhorande
@APlumazoLimpio

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sábado, 14 de febrero de 2015

CAROLINA JAIMES BRANGER, ¡PÓNGASE LAS ALPARGATAS!

Otro exabrupto más para la ya larga cadena que el gobierno ensambla desde hace dieciséis años. Pedro Luis Angarita y Agustín Álvarez, altos directivos de Farmatodo, fueron imputados por la presunta comisión de los delitos de “boicot y desestabilización de la economía”, sancionados en la Ley Orgánica de Precios Justos.
No pretendo entender por qué están presos, cuando ambos se presentaron cuando ocurrió la supuesta irregularidad, dispuestos a colaborar. Es más, si ha habido una empresa dispuesta a colaborar en todo, ésa ha sido Farmatodo. Podrían juzgarlos en libertad, pero no, están presos. Aquí estamos todos presos. Si ocurre un terremoto durante la noche, mejor quedarse acostado en la cama y encomendarse a Dios, a los santos, a Buda o a Sai Baba, porque salir de las viviendas con tantas trancas de seguridad es poco menos que imposible. Quienes deambulan a sus anchas por las calles del país son los delincuentes. Y el gobierno, bien, gracias. No tiene el más mínimo interés en ponerle coto a la inseguridad. Si defenestró a Rodríguez Torres, el único que dio algún indicio de querer hacer algo para disminuirla.
Desde que se encargó de la presidencia la primera vez, Hugo Chávez le declaró la guerra a los industriales, comerciantes y hacendados y a todos quienes de alguna manera forman parte del sistema de producción de bienes. Estoy a favor de sancionar a quienes incurren en malversaciones o desfalcos, pero ir contra todo un gremio para vengar quién sabe qué ofensa al amor propio, no tiene perdón, porque lo que logró fue destrozar el aparato productivo.
Pero el gobierno necesita un chivo expiatorio para apalancar su falacia de la “guerra económica” y Farmatodo estaba ahí, como ha podido estar cualquiera de las empresas que quedan. ¿Por qué –me pregunto- no están presos el presidente, vicepresidente y otros altos funcionarios de Mercal, Pdval y Bicentenarios? Porque las colas en esos establecimientos son tan grandes, que dan pena propia. Pero eso no sucederá, ni hay respuesta para la pregunta. Parafraseando a Orwell, “todas las colas son iguales, pero algunas colas son más iguales que otras”.
 “Infiltración de la derecha”, “conspiración de Joe Biden”, “guerra alimentaria” y otros epítetos resuenan a diario en nuestros oídos. El gobierno que insistió en implementar un sistema fracasado en todos los lugares donde se puso en marcha, busca desesperadamente a quién echarle la culpa de su ineptitud, de su desconocimiento de la economía –si hasta resucitó Giordani a advertir que “ya casi somos el hazmerreír de América Latina”, cuando él es uno de los principales culpables, por su irreductible dogmatismo- y sobre todo, de su absoluta incapacidad de ponerle fin a la corrupción de los rojos (y de algunos de otros colores), que han desangrado al país.
 “Vamos con todo a desmembrar las mafias económicas y a potenciar la Economía Productiva y Sana (sic), vamos Junt@s (sic) en éste (sic) buen reto de la Vida (sic)…”, escribió Nicolás Maduro en Twitter. Ya como promesa de candidato presidencial sonaría exagerada, pero en boca de quienes llevan más de tres lustros gobernando, es una burla.
Señor Maduro: la “guerra económica” se la declararon ustedes a ustedes mismos cuando se fueron por el camino del socialismo. ¿Pudiera tomar un libro de la historia económica de los países de Europa Oriental? Ahí verá de manera meridianamente clara cómo esas políticas son inviables. Y si a eso le suma la voracidad y la desvergüenza de los saqueadores del tesoro nacional, tiene una ecuación que no tiene solución. Si realmente quiere hacer lo que dice, desmonte el control de cambio y respete las garantías constitucionales. 
Pero más fácil es echarle la culpa a Farmatodo. La “guerra económica”, si no se ha dado cuenta, es el control de cambio. De allí vienen todas las distorsiones de nuestra economía. Una medida que debía haber sido transitoria, sigue enfermando nuestra hacienda pública. Si no lo hace, póngase las alpargatas y prepárese para el joropo que le viene y que tendrá que bailar.
Carolina Jaimes Branger
carolinajaimesbranger@gmail.com
@cjaimesb

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viernes, 13 de febrero de 2015

CLAUDIO FERMÍN, LAS TIENE EN LAS NARICES

Maduro dice tener más de un año luchando contra el golpe económico que él mismo inventó. Regulaciones, amenazas y cierre de empresas, junto con leyes que aumentan los impuestos y permiten embargar bienes sin fórmula de juicio han sido el eje de su política. La cosa no le ha resultado. Por lo contrario, la situación está cada día peor.
Esta semana anunció que ahora sí. Ideó la fórmula de los Comandos Populares Militares. Ordenó instalarlos en todos los estados para “desmembrar las mafias y para potenciar la economía productiva y sana”.
En esa lucha les ofrecemos unas cuantas pistas que, por cierto, no son de nuestra cosecha sino que andan de boca en boca, de pueblo en pueblo, por toda Venezuela.
Comiencen por desmembrar la mafia de la asignación de contratos de obras públicas. Está regada por varios ministerios y gobernaciones. Después de la presentación de los proyectos requeridos a los contratistas, se tardan como diez meses en revisarlos y cuando al fin dan su aprobación, entonces los empresarios tienen que calcular de nuevo los presupuestos por estar ya desfasados los costos de insumos y servicios por el impacto inflacionario. Allí comienza de nuevo el círculo vicioso.
Claro está, todo eso implica una nueva comisión a los Directores de las distintas áreas. La comisión anterior ya ha caducado. Hay que sumar a todo esto la otra comisión, la que hubo que dar para que la obra fuese asignada. Y todavía falta la que hay que dar cuando se liquide el pago final de la obra. No es fácil ser empresario en nuestro país. Ni tampoco contabilista: hay que ser mago para hacer todos esos asientos sin hacerlos.
Con razón que no rinden los presupuestos y que a cada rato aprueban créditos adicionales en la Asamblea. Con lo que se construye una carretera se podrían hacer tres. Con lo que se construye y se equipa un hospital se podrían construir y dotar dos.
Señores Generales de los Comandos Populares Militares, no se vayan a quedar allí. Tienen también que atacar las mafias de las Aduanas. Bueno, de repente van a tener algún problemita con colegas oficiales, muchas veces de menor grado que el suyo pero con más poder que usted y que su jefe. Ándese con cuidado, ármese de valor y éntrele a la Bolivariana de Puertos (Bolipuertos).
Los negocios en ese campo son gordos y usted puede ingresarle una fortuna al erario. El contenedor que antes pagaba Bs. 10.000 ahora tendrá que cancelar por encima de Bs. 50.000 para ser nacionalizado. Allí cobran fortunas por almacenaje, impuesto de importación (antes a 6,30, ahora a precio de Sicad II), por carga y descarga, por uso de la superficie del muelle, por acarreo interno. Todavía no cobran por respirar, pero ya lo hicieron en el aeropuerto de Maiquetía.
Como andan buscando mafias, abran los ojos porque la nueva ley acaba con agentes aduanales, consolidadores de cargas y demás auxiliares de aduana. Todo estará manejado por Bolipuertos, es decir por el gobierno. Me explico, por sus colegas militares. No habrá nadie extraño. Por allí saldrá y entrará lo que sus colegas quieren que salga o que entre. ¿Entiende?
Lo atractivo de esta persecución de las mafias es que no es una tarea monótona. Hay variedad de áreas en las cuales los Comandos Populares Militares podrán especializarse. Allí tienen la de las tierras agrícolas. Es interesantísima.
Fíjense, cuando Hugo Chávez se voló la Constitución y las leyes y negoció con los Azpúrua, dueños del hato La Marqueseña, llamo método CHAZ (Chávez/Azpúrua) aquel acto de arbitrariedad y de corrupción. No hubo ley. No hubo instancia. Era lo que allí se “acordase”, es decir, lo que a Chávez le diera la gana. Desde entonces el Presidente del Instituto de Tierras (INTI) sintió que él también tenía derecho a hacer cosas así.
Las tierras productivas, propiedad de particulares desde hacía siglos, eran consideradas baldías por el gobierno. Obligaban a los dueños a invertir millonarias sumas en bufetes de abogados para demostrar su titularidad. Con todo y eso, un gentío terminó depositando en dólares en el exterior para que no les quitaran sus tierras y a veces perdían los reales y la finca.
En otras ocasiones tenían los propietarios que sentarse de madrugada en el salón Danilo Anderson del INTI, donde el jefe, pistola sobre la mesa, los humillaba, los vejaba y los esquilmaba.  No faltó quien fuera amedrentado viendo arder su finca: gasolina y candela.
Lo de las Notarías y Registros es para coger palco. Cobran montos exorbitantes por un folio, por un documento. Pero los Notarios y escribientes ganan sueldos de hambre. Al SAREN (Servicio Autónomo de Registros y Notarías) van a parar miles de millones pero en esas Oficinas no funcionan las fotocopias y usted debe llevar las hojas y el “toner”. No hay ni papel en los baños para los trabajadores y visitantes.
Ya que andan sobre las mafias, averigüen a dónde han ido a parar esos millones que administra el SAREN.
Nadie comprendería una omisión a las alcabalas si es que estamos en esa jornada de salvación que Maduro ha llamado desmembrar las mafias de la economía. Allí revisan las guías de despacho de las gandolas, los papeles de propiedad, todo es solicitado. Todo, aunque esté en regla, compromete a las empresas y a los conductores. Fortunosamente, como el honor es su divisa, todo tiene solución.
La más putrefacta corrupción se encuentra allí. Esa es la propia mafia: en las alcabalas, en las cárceles, en las aduanas, en todas partes. Pero como esta labor de higiene estará a cargo de estos “colegas” no sabemos si ocurra aquello de pagarse y darse los vueltos. Mosca Maduro, usted es el jefe máximo. Supervise la cosa.
Ni hablar de las mafias del oro. Eso se maneja en CVG- MInerven. Y ahora cuando las reservas internacionales se han extinguido, vale la pena meterle el ojo. Dicen los conocedores que extraen el oro y lo venden directamente sin que el Estado se entere. ¿Y entonces?
Como no me queda espacio no voy a decir nada de la contratación de seguros, de los depósitos bancarios, de la mafia de la cabilla y de la del cemento, de los territorios bajo control de las FARC y del ELN, o del tráfico de drogas. Sólo le digo Maduro que ahora que va a perseguir las mafias de la economía va a tener más trabajo que el que había pensado.
Claudio Fermin
claudioefm@gmail.com
@claudioefermin

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viernes, 10 de enero de 2014

HUMBERTO GARCÍA LARRALDE, ¿Y SI EL GOBIERNO REALMENTE CREE SUS PROPIOS DISPARATES?


Los malos augurios de continuar con la tesis de “Guerra Económica”

El ardid de denunciar una “Guerra Económica” de comerciantes y empresarios le dio frutos a Maduro a finales del año pasado. Le permitió tomar la iniciativa por vez primera y remontar la brecha que lo separaba de la oposición en las preferencias del electorado. En el mejor estilo chavista, escogió un problema de gran sensibilidad para los venezolanos –el alto costo de la vida- para proyectarse como un gobernante decidido, “revolucionario”, dispuesto a tomar las medidas que fuesen necesarias para doblegar este flagelo “en beneficio del pueblo”, que no se amilana por sus posibles consecuencias.

Su padre putativo, Hugo Chávez, nunca fue un doctrinario, no obstante abrazar una retórica comunistoide para identificar su gestión. Mostró tener, sí, una aguda perspicacia para captar los temores y vulnerabilidades de la gente y aprovecharse de ello, como Mussolini, para desplegar un pragmatismo oportunista que le sirviese para adelantar sus propósitos de control. Entretuvo a los venezolanos con grandes promesas, como el desarrollo del eje Orinoco-Apure o el gasoducto a Argentina, y nos “vendió” los gallineros verticales, los cultivos hidropónicos, la ruta de la empanada y las cooperativas como base de su propuesta societaria -mientras asomaba el coco de las conspiraciones imperialistas, los intentos de magnicidio y los sabotajes “terroristas”- hasta atracar finalmente en la idea de un “Socialismo del Siglo XXI”. Invocó, según fueran las circunstancias, a Marx, a las enseñanzas de Jesús o versiones edulcoradas de comunidades indígenas precolombinas -dependiendo de la audiencia a seducir- como su fundamentación.

La propuesta “socialista” le permitió acaparar áreas crecientes del quehacer político y económico, así como la destrucción de la institucionalidad del Estado de Derecho, mientras edificaba un formidable dispositivo de expoliación de la riqueza social, cuyo reparto discrecional pasó a conformar la columna central de su ejercicio personalista y autocrático del poder. Este dispendioso e irresponsable comportamiento pudo durar mientras fluyesen a las arcas del Estado cuantiosísimos ingresos por exportación de petróleo. Pero, como nos enseña la historia o la justicia divina –escoja usted-, llega, tarde o temprano, la ineludible y desagradable tarea de afrontar las consecuencias.

No se tienen las cifras definitivas sobre el resultado económico del 2013, pero las de 2012 son preocupantes. De acuerdo con el BCV, las exportaciones totales para ese año fueron de USA $97,3 millardos, casi todas de origen petrolero. Las importaciones de bienes y servicios montaron en $75,3 millardos, arrojando un aparente superávit tranquilizador. No obstante, buena parte del ingreso por exportaciones no entró al país. Según los estados financieros de PdVSA, hubo un incremento en las cuentas por cobrar de USA $10.130 millones entre 2012 y 2011, mayormente debido a los muy generosos créditos a los países asociados en PetroCaribe para la compra de crudo venezolano. Estimaciones de lo erogado en servir el crédito chino basados con crudo exportado a ese país sitúan en $8.231 millones lo que dejó de percibir PdVSA en 2012. Finalmente, el BCV registra que el pago por servicio de la deuda externa ese año montó en $14.132 millones, lo cual parece no incluir lo del crédito chino referido antes. En total, por estas deducciones se redujo el ingreso efectivo a unos $65 millardos. Si, adicionalmente, se utilizan las cifras de exportación petrolera que registra para Venezuela el Monthly Report de la OPEP y no los de PdVSA, los ingresos se reducen aun más, a sólo $40 millardos, magnitud alarmantemente inferior al pago de las importaciones. ¡No en balde la extrema estrechez de divisas durante 2013!

Según fuentes noticiosas, las Industrias químicas tenían $550 millones en deudas con proveedores internacionales por la no entrega dólares CADIVI a finales del año pasado; la deuda de este ente con empresas electrodomésticas por tal motivo era de $150 millones; se debían $5 millardos a ensambladoras y autopartistas y $2,6 millardos a las líneas aéreas internacionales; la industria de las telecomunicaciones invirtió sólo 60% de lo requerido por falta de dólares; y el Presidente de Fedecámaras, reportó una deuda de $1,8 millardos a la industria farmacéutica y de $400 millones al sector gráfico, y pare usted de contar.

El problema está en que, mientras el “comandante eterno” disponía alegremente del patrimonio de los venezolanos amparado en la prédica socialista, hubo quienes, dentro del oficialismo, le tomaron la palabra, le creyeron el cuento de construir un “socialismo del siglo XXI”. Me refiero a los chicos del Frente Francisco de Miranda quienes, con devoción, se dieron presurosos a poner sobre el papel los planos de semejante adefesio. Como verdaderos creyentes, no escatimaron malabarismos para concordar los disparates que se le ocurrían a Chávez con los autos de fe de la liturgia marxista, peaje imprescindible para ingresar a la cofradía de quienes sólo aceptan las verdades reveladas de la Revolución (con mayúscula).

Como resultado, aparecieron el Primer Plan Nacional Socialista, 2007-2013 y el reencauchado Plan de la Patria (2013-2019).

Desaparecido el teniente coronel, con su carisma que disolvía falsamente las dificultades, y dilapidada la cuantiosa renta, cabe indagar si Maduro y su equipo van a intentar aplicar este engendro. En juego está si lo de la “Guerra Económica” fue una habilidosa treta a-lo-Chávez para ganar tiempo y espacio político, o si constituye la cabeza de proa de un empeño por acabar con lo que queda del aparato productivo venezolano.

El sistema de controles extendidos de precio, regulaciones, prohibiciones y desconocimiento de los derechos de propiedad y procesales consagrados en la Constitución sobre el cual se monta la tan cacareada “Guerra Económica” de Maduro, ha generado una situación de precios distorsionados que ha agravado la incertidumbre en materia económica y ha arraigado un conjunto de incentivos perversos que hacen sumamente atractivas actividades que el ordenamiento económico actual ha convertido en ilícitas. Así como el narcotráfico es estimulado al arreciarse las medidas represivas en su contra porque eleva los precios y la rentabilidad del “negocio”, los precios artificialmente bajos de los bienes en el mercado venezolano incentivan el contrabando de extracción, cuando al otro lado de la frontera pueden venderse mucho más caros. El ejemplo más notorio es el de la gasolina cuyo precio en Colombia -70 veces mayor (a la tasa oficial de cambio)- da margen para pagar cualquier cantidad de coimas a Guardias Nacionales y custodios fronterizos y todavía hacer una fortuna. Igualmente, el precio oficial del dólar, muy inferior al que equilibraría el poder de compra interno y externo del bolívar, ha provocado su racionamiento cada vez más restrictivo y, como resultado, ha disparado su precio en el mercado paralelo, incentivando la actividad especulativa. Más allá, las comisiones, sobreprecios y robos descarados encubiertos en muchas contrataciones con PdVSA y otras dependencias públicas, sin rendición de cuentas como para hacer la debida contraloría, estimula el arrime a un “pesado” como la vía más expedita para meterse unos millones. Frente a este dinero fácil, los empresarios de verdad están obligados a vender a precios que muchas veces no cubren sus costos, son amenazados con multas, expropiaciones y otros mecanismos de intervención, no pueden combatir el ausentismo laboral y les es cada vez más difícil ponerse en los dólares oficiales con base en los cuales le son fijados los precios de venta. La grosera sobrevaluación del bolívar impide competir, además, con las importaciones y mucho menos exportar. ¿Puede alguien sorprenderse de que haya prácticamente desaparecido la inversión productiva, que escasamente crezca la economía, que haya desabastecimiento? ¿Se puede esperar que quiénes fueron conminados a vender sus mercancías a descuento repongan como si nada sus inventarios cuando desconocen a qué tasa podrán conseguir los dólares y los precios a que deberán vender? El hecho de que el país que haya implantado la mayor cantidad de controles –Venezuela- tenga, por mucho, la inflación más elevada de América Latina y la mayor dependencia de las importaciones, ¿no le dice algo al gobierno?

Entrado el nuevo año, se anuncia la centralización de todas las importaciones en un Centro Nacional de Comercio Exterior con requisitos adicionales (pago de fianza) para las empresas que quieren traer bienes de afuera, la extensión del sistema de controles de precio (ahora los automóviles) y más “vigilancia” –punitiva- de las transacciones realizadas a lo larga de las cadenas de producción y distribución de bienes y servicios. El gobierno parece creer que los graves desequilibrios de la economía venezolana, que amenazan con mayor inflación, desempleo y escasez este año, puede resolverse mano militari, impartiendo órdenes y castigando a quienes, por otro lado, incentiva con su manejo de la economía a especular y acometer negocios turbios. Es la “Guerra Económica” pues, que será librada hasta que no quede “ladrillo sobre ladrillo” de actividad económica autónoma. Dentro de esta psicosis bélica el Banco Central esconde las cifras de inflación, por primera vez no da a conocer su Mensaje de Fin de Año sobre el desempeño de la economía y libra un “parte de guerra” sobre la escalada de precios atribuida a “sectores de la oposición política y algunos empresarios” que agudizaron “artificialmente el deterioro de variables económicas”, aprovechándose de “la enfermedad y el fallecimiento de nuestro líder (¡!), Comandante Hugo Rafael Chávez Frías”. Prosigue el otrora serio instituto: “se conjugaron tensión política y desestabilización económica en la forma de una auténtica guerra económica en  perjuicio  del  pueblo  venezolano…”.  ¡Qué vergüenza!

El disfrute de las mieles del poder ciega al resentido. Mas si tiene a mano un dogma que le ahorra tener que pensar. ¡Aprés moi le déluge!

Nos esperan tiempos difíciles este año. En una próxima entrega examinaremos el Plan de la Patria.

Humberto García Larralde
humgarl@gmail.com

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miércoles, 18 de diciembre de 2013

VICENTE BRITO, "LA GUERRA ECONOMICA NO TUVO EXITO", RED POR LA DEFENSA AL TRABAJO, LA PROPIEDAD Y LA CONSTITUCIÓN.- .

RED POR LA DEFENSA
AL TRABAJO, LA PROPIEDAD Y LA CONSTITUCIÓN 

LA GUERRA ECONOMICA NO TUVO EXITO.

Cuando hacemos un análisis numérico de los resultados de la guerra económica, nos encontramos que la misma no tuvo éxito, daremos algunos datos de nuestros análisis que nos permiten decir los resultados.

1. Las familias beneficiadas no alcanzaron las 500.000 que significan un 8% de la población Venezolana, que estimamos son unos 6 millones de familias a un promedio de 5 personas por núcleo familiar.

2. El numero de electrodomésticos vendidos son aproximadamente 600.000 que fueron adquiridos en un 40% por potenciales revendedores y un 50% por los niveles de mayor ingresos de la población.

3. Se afecto a mas de 50.000 pequeños negocios que habían adquirido sus electrodomésticos de distribuidores o importadores a precios que no le permitían hacer rebajas por encima del 30%, quedando buena parte de estos comercios sin posibilidades de recuperar sus perdidas y surtirse nuevamente.

4. Los grandes beneficiarios de dólares de CADIVI, SITME y SICAD, que no trajeron la mercancía total o parcialmente no se han determinado por el gobierno, lo cual es cuestionable.

5. Los niveles de otros productos esenciales como alimentos, medicinas, repuestos etc. sus índices de escasez y precios han seguido en aumento, sin que el gobierno haya logrado las importaciones necesarias para mejorar la oferta en temporada navideña.
6. La campaña de desprestigio contra los empresarios venezolanos calificándonos de "delincuentes" no dio resultado ya que casi el 80% de los venezolanos si cree en la empresa privada.

Vicente Brito
Presidente
Red por la Defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.

vicent.brito@gmail.com
raulamiel@gmail.com
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sábado, 23 de noviembre de 2013

GRETZKY GONZALEZ, TPS, SIN FRONTERAS

GUERRA ECONOMICA… 
Lo que comenzó como slogans del Gobierno, acompañado del “Gobierno de Calle”, mecanismo subliminal ante el pueblo para conseguir réditos ante la opinión pública; sin haber aprobado la Habilitante, se convirtió en una Guerra Sin Cuartel. Muchas son las opiniones que se ciernen ante estos hechos. En lo que a nosotros respecta, no podemos estar de acuerdo y mucho menos amparar aquellos hechos que son contrarios a las Leyes y Normas establecidas. Por supuesto que la usura y especulación deben ser combatidas con los mecanismos que establecen las Leyes de la República. No con la intimidación, coacción,  apremio y la persecución de que son objetos unos comercios y comerciantes y la intimidación hacia otros. Dando la misma medicina del difunto cuando expropió terrenos, centros de producción, empresas lácteas, cafeteras, agroindustrias, etc.; que por cierto, hoy están improductivas.
PRECIOS JUSTOS… El régimen de gananciales y el establecimiento de precios justos, no se puede decretar, esto obedece, al análisis de los costos de producción, que determinan la producción y productividad. Por cierto en conversaciones con varios importadores, manifestaron varios hechos que al final forman parte de la estructura de costos; el porcentaje que tiene q ue dejar dentro de CADIVI para que le otorguen las divisas (me informaron del 20%), los costos de transporte, almacenaje, caleta, agentes aduaneros, guardia nacional, que al final encarecen los costos y esto al final va al consumidor. Además, ya existe la “Ley de Costos y Precios Justos”, acaso esta Ley no es de su aplicación?
EJEMPLO… Todo conduce, y así me lo hicieron saber, que estas acciones del Gobierno, sólo conducen al temor de los grandes, medianos y pequeños empresarios y que por supuesto frena la inversión y se estanca el aparato productivo (más de lo que esta). A quién benefició el anunciar que la rebaja debe ser de 30%, son estos los verdaderos parámetros, qué debe arrojar la producción, ventas y la contabilidad de costos?
COMPETITIVIDAD… Una sana política económica en un estado serio, responsable; promueve la activación de la generación de riqueza y del aparato productivo, creando condiciones que permitan la formación de nuevas industrias y empresas, originando la competitividad entre calidad y precios. Sólo así, se generaría bajo en los productos y de mejor calidad.
CONCURRENCIA… Llama la atención, que cuando el gobierno anuncia el nombre de alguna empresa y/o comercio, acuden a la cita los mismos que estuvieron en los operativos anteriores. De buena fuente, son trasladados en transporte a altas horas de la madrugada.
FUNDALEONI
Gretzky Gonzalez
gegepe2005@yahoo.com.ar

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martes, 15 de octubre de 2013

NARCISO GUARAMATO PARRA, LA ESPECULACION, EL ACAPARAMIENTO, LA INFLACION Y LA GUERRA ECONOMICA

El Gobierno Nacional sigue insistiendo en señalar  como principal causa de la inflación a la especulación y el acaparamiento, con la novedad de que ahora estas forman las armas principales de una “Guerra Económica. Esto obliga a tocar una vez más este tema (ya analizado en marzo de 2009) a fin de que el lector comprenda que el único culpable de la inflación es el gobierno y su insistencia en tratar de implementar un modelo fracasado.

            Gente de la mal llamada “Izquierda”, siguen insistiendo (con desconocimiento de la materia) en definir, la especulación como sinónimo de robo, apropiación y delito. Si no lo creen, vean el comentario que escribió en mi blog un partidario de la intervención estatal: “Hermano, me disculpa la expresión, pero no sea cara de tabla. Decir que "en economía, especular es simplemente tratar de generar un beneficio al realizar una transacción comercial" es el ardid más utilizado y gastado de todo capitalista, de aquél que oculta adrede el verdadero origen de toda ganancia, para hablar de que se hizo rico "a través del mero esfuerzo y dedicación individual", cuando que toda ganancia es producto de la plusvalía, y el precio es precisamente el valor agregado que el capitalista hace a un producto; y para que tenga sentido para el capitalista producir, necesariamente tiene que producir plusvalía, si quiere obtener alguna ganancia. Haya control de precios o no el capitalista siempre va a ganar porque toda producción dentro del sistema capitalista se basa en la generación la plusvalía por parte del trabajador y el robo de la misma por parte del capitalista

Como, se puede leer, el comentario repite las mismas sandeces que repiten los socialistas Marxistas-leninistas. Analicemos algunas de ellas: En primer lugar, la definición no es de nosotros. Especulación es un término tomado de las Finanzas. En el Diccionario de la RAE, se puede leer, en su acepción No 4, que especular es: “Efectuar operaciones comerciales o financieras, con la esperanza de obtener beneficios basados en las variaciones de los precios o de los cambios”. Igualmente, la enciclopedia virtual Wikipedia, señala al respecto: “En economía, la especulación es el conjunto de operaciones comerciales o financieras que tienen por objetivo la obtención de un beneficio económico, basado en las fluctuaciones de los precios. Una operación especuladora no busca disfrutar del bien o servicio involucrado, sino obtener un beneficio de las fluctuaciones de su precio con base en la teoría del arbitraje. En sentido extenso, toda forma de inversión es especulativa; sin embargo, el término se suele aplicar a aquella inversión que no conlleva ninguna clase de compromiso con la gestión de los bienes en los que se invierte, limitándose al movimiento de capitales (mercado financiero), habitualmente en el corto o medio plazo. La especulación se basa, por tanto, en la previsión y en la anticipación, de forma que el especulador también puede equivocarse si no prevé correctamente la evolución de los precios futuros, de forma que tendrá que vender barato algo que compró caro. El mercado especulativo por tanto premia a los buenos previsores y castiga a los malos.

            Esta definición es importante para entender la acción especulativa al resaltar dos hechos. En primer lugar se destaca la fluctuación de los precios. Teóricamente si hay  precios regulados  no debería existir la especulación. Pero la hay, es decir hay presencia, o los agentes económicos así lo perciben, de que hay un diferencial de precios que permite una ganancia a corto plazo. El otro punto a destacar es que la especulación implica riesgo. Como se puede ganar, se puede perder ¿Será que el amigo que me envío el cometario, nos puede asegurar que todo especulador (en el buen sentido de la palabra) se  hace rico? Si lo hubiera sabido antes, ¿por qué no monté mi empresa? hace años que me hubiera vuelto millonario. Las personas vinculadas al emprendimiento coinciden en que el 80% de las pymes fracasa antes de los cinco años y el 90% no llega a los diez años ¿no parece tan fácil verdad?

No hay duda que el acaparamiento, es una violación en contra el buen desempeño de la economía productiva. En eso no hay discusión. Ahora bien, ¿Quién acapara? Para responder a esta pregunta hay que distinguir entre dos tipos de acaparamientos: el que busca afectar los precios y el doméstico precautalativo. Comencemos por el segundo. Es innegable que en los últimos mees se ha registrado un aumento en las compras de ciertos productos, que no pueden ser atribuibles a un aumento al consumo. Los hogares están realizando compras nerviosas dada la escases de varios productos de la dieta diaria y la cual bastante notoria en los anaqueles de los supermercados ¿Cómo puede usted criticar a un padre o madre de familia de estar nervioso si no tiene suficiente leche para sus hijos, o alimentos en general ¿No fue el propio presidente Chávez quien comentó que no era delito robar para alimentarse? En este caso no  es robar sino adquirir los bienes necesarios con un dinero que cada vez rinde menos. Recordemos que la escases genera inflación, nunca al revés.

¿Quién acapara, el que quiere o el que puede? El acaparamiento involucra una serie de costos que no es realista que un pequeño comerciante incurra en ellos, almacenaje, seguridad, transporte, etc. Aparte de que el volumen que pudiera guardar no puede modificar el precio del producto. De tal forma que solo una empresa grande con una participación importante en el mercado pudiera obtener un beneficio del acaparamiento..

En un libro de reciente publicación: “La quiebra moral de un país”,  la socióloga Isabel Pereira, nos presenta un cuadro cuya fuente es el economista Moises Naím  y cálculos realizados por su equipo de investigación. En el mismo se puede ver que en el período 1998-2011 el parque industrial venezolano paso de 14.000 industrias a  9.000, lo que representa una reducción de 36%. Así mismo más de 100 empras han sido expropiadas, algunas de las cuales son monopolios en su área, como lo son: Agropatria, monopolio en el suministro de insumos agrícolas, La cementeras, las procesadoras de harina de maíz, en la actualidad una sola marca a quedado en manos del sector privado (harina Pan del grupo Polar). Como se puede observar, el Gobierno es el que tiene mayor capacidad de acaparar (esto no quiere decir que lo haga). Para el mes de septiembre de 2013 la el aumento acumulado en los precios de los BIENES REGULADOS es de 38,2%, alrededor de 8 puntos superior a la variación general.

Los voceros gubernamentales han agregado un nuevo componente, la existencia de una guerra económica basados fundamentalmente en la experiencia Chilena, cuando la CIA intervino en el gobierno del presidente Allende. A este respecto resulta muy  esclarecedor el artículo del periodista Vladimir Villlegas de fecha 08/10/13, en el cual podemos leer: “… Pero tampoco se puede, en nombre de lo que pasó en Chile, establecer paralelismos mecánicos. El presidente Allende tenía minoría en el Congreso, no contaba con el apoyo de las Fuerzas Armadas, y de hecho es derrocado, y ni siquiera habían transcurrido tres años de su gobierno. Es decir, era un presidente rehén de las circunstancias históricas. Por una parte la ultraderecha sembrando la ingobernabilidad y la violencia, y también por la otra una ultraizquierda desesperada por calcar escenarios de otros procesos, para lo cual promovían acciones que terminaban por apoyar indirectamente los planes de los factores de poder que no aceptaban los cambios en la sociedad chilena.”

Para concluir debemos afirmar que en Venezuela, el proceso inflacionario es explicado fundamentalmente por el rotundo fracaso de un modelo económico basado en la regulación de precios y de la economía en general. Es decir el fracaso del Socialismo del siglo XXI como  modelo económico-social.

Narciso Guaramato Parra
@guaramatoparra

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